volver al índice del Democracia Obrera Nº 46
En momentos en que las pandillas patronales de los Kirchner y la oposición gorila, junto a la burocracia, redoblan su ataque contra los trabajadores y explotados
¡La clase obrera necesita reagrupar sus filas!
¡La clase obrera necesita reagrupar sus filas!
Por salario, trabajo digno, contra la inflación, la carestía de la vida, los tarifazos…
Contra la burocracia, la represión, la persecución, las masacres a la juventud…
Por la libertad y el desprocesamiento de los luchadores obreros y populares…
¡Pongamos en pie la III Asamblea Nacional Piquetera
de ocupados y desocupados!
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El sábado 31/07 se realizó el “II Encuentro de trabajadores” de Zona Norte del Gran Buenos Aires. Allí se expresaron y enfrentaron con claridad dos estrategias al interior del movimiento obrero. La izquierda reformista, le dice a la clase obrera que se pueden “conquistar” demandas parciales sometiéndose a la burguesía país por país y a las instituciones del régimen, con una política de presión sobre los gobiernos “bolivarianos”.
Esta izquierda reformista, hija de la farsa de la “revolución bolivariana” que expropió el combate revolucionario de masas en el continente Americano, que se coordina a nivel internacional –en el CONCLAT de Brasil y la Contracumbre de Madrid- y aplica la misma política en todo el mundo como enfermeros del capitalismo en bancarrota, quiere venderle a la vanguardia obrera espejitos de colores diciéndole que “estamos bien”, en un “proceso clasista de recomposición reformista del movimiento obrero” haciendo pasar a cada paso las derrotas sufridas como triunfos de los trabajadores.
Los trotskistas internacionalistas de la LOI (CI)-DO afirmamos que la clase obrera está mal, con sus filas totalmente divididas, sufriendo padecimientos inauditos, porque no triunfó el combate revolucionario de 2001 y no se hizo del poder. Le decimos a la clase obrera que toda conquista arrebatada a la burguesía con heroicas luchas, se perderá mas temprano que tarde si no expropiamos a los expropiadores y tomamos el poder mediante una insurrección triunfante.
Como afirma el trotskismo revolucionario contra los estalinistas y reformistas “Explicando todos los días a las masas que el capitalismo burgués en putrefacción no deja lugar, no ya para el mejoramiento de su situación, sino incluso para el mantenimiento del nivel de miseria habitual; planteando abiertamente ante las masas la tarea de la revolución socialista como tarea inmediata de nuestros días; movilizando a los obreros para la toma del poder; defendiendo a las organizaciones obreras por medio de las milicias, los comunistas (o socialistas) no pierden, al mismo tiempo, ni una ocasión de arrancar al enemigo, en el camino, tal o cual concesión parcial o por lo menos impedirle rebajar aún más el nivel de vida de los obreros” (A donde va Francia, L. Trotsky).
Contra lo que dicen los reformistas, manifestamos que sin una estrategia internacionalista, la clase obrera argentina no podrá conquistar el salario ni sus demandas mas acuciantes, pues para ello debe romper toda subordinación a la burguesía y sus instituciones y combatir codo a codo junto con los obreros que se sublevan en China, en momentos que el gobierno de los Kirchner y la oposición gorila quieren imponerle a la clase obrera de Argentina las mismas condiciones de súper explotación para hacerla competir con la mano de obra esclava china. La clase obrera argentina tiene que unirse con los trabajadores de Brasil que sufren un brutal ataque patronal y son esclavizados por las mismas transnacionales que operan a uno y otro lado de la frontera. La clase obrera argentina debe atar su destino a los obreros y explotados que en Bolivia enfrentan al gobierno de frente popular de Evo Morales; debe atar su suerte al triunfo de la resistencia en Afganistán que le aplica derrotas militares a los ejércitos de ocupación mantenidos por las mismas transnacionales que nos hambrean y súper explotan en Argentina.
Estas son las estrategias enfrentadas al interior del movimiento obrero y que se expresaron, en el “II Encuentro de Trabajadores en Zona Norte”, donde el PTS y el MAS rompieron escandalosamente para dividir a los que luchan y garantizar su política de “presionar” a la burocracia sindical, al Ministerio de Trabajo esclavista, al Parlamento de parásitos y a la justicia patronal antiobrera para que “repartan la riqueza”, como vino a decirle a los obreros y las masas explotadas Fidel Castro en el 2003 para expropiar la revolución argentina.
Se realizó el “II Encuentro” de trabajadores de zona norte
En el barrio El Zorzal de Pacheco -zona norte del Gran Buenos Aires- se realizó el “II Encuentro de trabajadores” que convocaran hace un mes atrás el SUTNA (sindicato del neumático) -seccional San Fernando- y la Comisión Interna de Kraft-Terrabusi, entre otras organizaciones obreras. El objetivo que se planteaban estas organizaciones, tal cual manifestaban en la convocatoria era “avanzar en dar pasos en la coordinación en la Zona Norte, para luchar por nuestras demandas, defendernos ante los ataques patronales” y también “promover una lista independiente anti burocrática y clasista, del Gobierno, de la oposición patronal y de las dos alas de la burocracia de CTA (Yasky- Degenaro)”.
Del “II Encuentro” participaron cerca de 700 activistas obreros de unas 50 fábricas y empresas de la zona norte del Gran Buenos, de Capital Federal, del resto del conurbano bonaerense y del interior del país: PepsiCo, Donnelley, Stani, Fining-Cat, Frigor, Pilkintong, Zanón, Stefani, Siderca, Siderar, VW Córdoba, Iveco, frigoríficos Rioplantense y Paty, portuarios, Hospitales Garrahan, Mercante y Castex, Arcor-Córdoba, Empresa Provincial de Energía de Córdoba, Subte, Ferrocarril Roca, Kraft-Terrabusi, Felfort. También había obreros de terminales automotrices y fabricas autopartistas, trabajadores estatales, docentes y de la salud. A su vez, asistieron trabajadores desocupados representando al movimiento piquetero MTR, estudiantes secundarios y universitarios.
Esta importante concurrencia expresó la gran expectativa de un sector del activismo obrero y estudiantil que busca concretar la unidad para derrotar a la burocracia sindical y enfrentar el brutal ataque patronal.
Pero lamentablemente, como lo hicieran el PSTU y el PSOL en el CONCLAT de Brasil, el MAS y el PTS que dirigen e influencian al SUTNA San Fernando y a la Comisión Interna de Kraft-Terrabusi, respectivamente, hicieron primar sus intereses de aparatos por sobre las acuciantes necesidades de la clase obrera y rompieron el “II Encuentro” llevando a la confusión y a la desmoralización a los obreros que fueron a ese “Encuentro” buscando un camino para fortalecer su lucha.
Un sector de compañeros de base se retiró. Sin embargo otro sector se quedó tratando de comprender qué estaba sucediendo, razón por la cuál la delegación de la LOI-CI/Democracia Obrera permaneció en el salón peleando para intervenir en la reunión, acompañar la experiencia de los obreros y dejar en claro quienes son aliados y quienes enemigos del proletariado.
El PTS y el MAS rompen el “Encuentro” y pisotean la democracia obrera
¡Se unen para dividir!
Ni siquiera había comenzado este “II Encuentro” cuando empezaron los gritos entre los integrantes de la mesa convocante. Dirigentes del PTS insultando a los del MAS y viceversa.
La delegación de Fate y del SUTNA/San Fernando, influenciada por la dirección del MAS, se retiró y tras ella todos los militantes del MAS, de IS y del FOS-LIT.
La base obrera miraba atónita, ¿como no hacerlo? si los mismos dirigentes del PTS y del MAS que venían impulsando en común la convocatoria, estaban abortando el “II Encuentro”. ¿Pero “por qué se están peleando”, se preguntaba el activismo obrero? Lamentablemente estas corrientes se peleaban por los cargos para encabezar la lista “clasista” y opositora a la burocracia que intervendrá en las próximas elecciones nacionales del CTA. Desgraciadamente el PTS, el PO y el MAS, luego de esta puja terminaron yendo en 3 listas distintas, de esta forma se fortalece la burocracia del CTA y terminan colaborando en profundizar la división de la vanguardia obrera.
Lamentablemente quedó demostrado que el “II Encuentro” se había gestado en un verdadero acuerdo de dirigentes por arriba. Tan es así que los mismos dirigentes de la mesa lo expresaron sin tapujos, ellos ya tenían todo acordado en reuniones anteriores, desde el temario hasta las resoluciones. La base obrera no fue tenida en cuenta, salvo para ser utilizada como base de maniobra en beneficio de las propias corrientes políticas. Esto explica por qué los convocantes al “Encuentro” no impulsaron asambleas de base para que los trabajadores pudieran enviar sus delegados con mandato, cuestión que hubiera garantizado la democracia obrera. Quienes debían encabezar la mesa y dirigir el debate eran los que concurrieron con mandato de asamblea, como era el caso de los obreros de Fate y de los delegados del frigorífico Paty.
Los dirigentes del MAS al retirarse del “Encuentro” pisotearon el mandato de la asamblea de Fate. Ningún obrero de Fate de los 500 que estuvieron en la asamblea votó autorizarlos a romper el “Encuentro” por el “orden del temario”, ni por “un lugar en la mesa”, ni por los puestos en la “lista clasista” para la CTA. La dirección del PTS tampoco tuvo contemplación para con el mandato de los obreros de Fate. Fueron tan “rupturistas” como la dirección del MAS, ya que ni siquiera pusieron el mandato de la asamblea de Fate a votación, como tampoco lo hicieron con la moción votada en la asamblea por los obreros de Paty.
Ante estos hechos ha quedado demostrado que estas corrientes son enemigas de la democracia directa y de la autoorganización obrera. El PTS y el MAS, transformaron al “II Encuentro” en una disputa de sus colaterales y tendencias sindicales. Así, dividieron a los luchadores obreros y desmoralizaron a la vanguardia en peleas de aparato; se negaron a unir las filas de los trabajadores ocupados con el movimiento piquetero para que éste vuelva a combatir por trabajo genuino para todos; silenciaron las voces de la juventud masacrada en Bariloche; y se opusieron a organizar el combate por marchar a los sindicatos para barrer a la burocracia, derrotar las paritarias de hambre y luchar por aumento de salario.
En el “Encuentro” del PTS y el MAS, lamentablemente se ocultó el “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. También, como ya lo hicieron en el CONCLAT de Brasil, se negaron a hacer suya la moción de los fabriles de La Paz (Bolivia), de que hay que enfrentar la “demagogia” de las burguesías bolivarianas y enfrentar a los burócratas colaboracionistas, como los de la COB.
¿Unir a los que luchan? ¿Autoorganización obrera y democracia directa?
Lamentablemente, este “II Encuentro” se realizó meses después que los obreros de la alimentación se rebelaran contra las paritarias de la burocracia. Meses después que los piqueteros de Mosconi cortaran rutas y enfrentaran el saqueo imperialista y la represión por trabajo digno y por la libertad de “Pepino” Fernández. Meses después que la juventud explotada se sublevara en Bariloche contra la masacre del Estado asesino. Es decir, que se negaron a convocar al “Encuentro” en momentos que sectores de la clase obrera y las masas explotadas estaban en lucha y la vanguardia combativa podía reagrupar sus fuerzas y ser una alternativa de dirección que despierte el entusiasmo de amplias capas de explotados para enfrentar a la burocracia, el gobierno, la oposición gorila y los parásitos imperialistas. Lamentablemente llamaron al “II Encuentro” una vez que: la burocracia de la CGT y la CTA impusieron sus paritarias truchas; la burguesía fortalece a sus instituciones como el Parlamento mediante el engaño de la “ley de matrimonio igualitario”; las distintas pandillas burguesas se disputan abiertamente el botín; y las clases medias ricas y la reacción levantan cabeza pidiendo mano dura contra los explotados.
Ahora quieren ocultar su negativa a unir a los que luchan, tras la fraseología de “listas antiburocráticas y clasistas en el CTA” y bajo las banderas de hacer agrupaciones “clasistas desde abajo” o de un nuevo “Encuentro” recién para diciembre, dejando a la vanguardia dividida para que la patronal y la burocracia la derrote.
Lamentablemente con esta política, la izquierda reformista, ya sea de los que estuvieron en el “Encuentro” como el PTS, MAS, IS, FOS-LIT, y de los que le dieron la espalda como el PO, MST, PCR-CCC, etc., actuando como un verdadero partido único, han venido desorganizando las filas obreras, sometiéndolas al Ministerio de Trabajo y sus conciliaciones obligatorias, a los “fallos históricos” de la justicia patronal y a las leyes del Parlamento, que nada bueno han traído para los trabajadores.
Por eso jamás plantean tirar abajo a la burocracia sindical para liberarles las manos a los trabajadores, para preparar la Huelga General y unir a las masas en lucha. Es que estamos frente a corrientes que se han conjurado que nunca más vuelva el 2001, el “que se vayan todos que no quede ni uno solo”, o sea, el programa por la revolución socialista.
El ejemplo que la clase obrera debe seguir para unir sus filas, es el de la primera y segunda asamblea piquetera de ocupados y desocupados cuando ardía la revolución argentina. Un verdadero intento de reagrupamiento de la vanguardia del proletariado argentino impuesto a sus direcciones. Por ello allí se gritaba “¡Se va a acabar la burocracia sindical!” y se la echaba de las asambleas.
Esta experiencia de lucha y autoorganización de la vanguardia obrera en asambleas nacionales, parecería ser que quedó perdida en el tiempo. Lamentablemente la izquierda reformista quiere que la clase obrera se olvide de esta tradición y de la revolución del 2001. Por eso en el 2003, fueron a ponerle el micrófono a don Fidel Castro que vino a la Argentina a decirle a la clase obrera, desde las escalinatas de la Facultad de Derecho, que había que apoyar a los Kirchner, que había que producir y romperse el lomo trabajando, porque después este gobierno iba a “repartir la riqueza”. La izquierda reformista siguió sus órdenes, sólo había entonces que “presionar a los Kirchner para que repartan”. Es así que para ellos “nunca hubo condiciones” para conquistar un reagrupamiento de la vanguardia y coordinar a los que luchaban y a los que lo vienen haciendo.
La izquierda reformista… ¿“Clasista”? ¡Las pelotas!
Las direcciones del MAS y del PTS lejos de llamar a los explotados que están luchando y a todas las organizaciones obreras y populares combativas a realizar asambleas en las fábricas, establecimientos, colegios y universidades, movimientos de trabajadores desocupados, etc., para elegir un delegado cada veinte trabajadores, con mandato de base, conquistar la más amplia democracia para transformar al “Encuentro” en un verdadero Congreso Obrero Nacional, es decir en la III Asamblea Nacional Piquetera, y sellar la unidad de las filas obreras entre ocupados y desocupados; impusieron un “Encuentro” de tendencias sindicales, transformando al mismo en un campo de batalla para dirimir “intereses de aparato”, donde cada uno a su manera intentó fortalecer la “colateral” de su partido, sin importarles el costo de dividir y desmoralizar a lo mejor de la vanguardia obrera combativa que llenaba el salón.
Ahora bien ¿de que “clasismo” hablan? La política del PTS y del MAS, y toda su demagogia de “desde las bases y desde abajo”, es un mal calco de la “corriente clasista” del perro Santillán de los ‘90 que dirigió a lo mejor de la vanguardia y del activismo combativo, poniéndolo finalmente a los pies del patroncito Chacho Álvarez, el Pino Solanas de aquellos tiempos (cineasta burgués y demagogo al que toda la izquierda reformista hoy le rinde pleitesía).
Nada tienen que ver con el verdadero clasismo como por ejemplo el de Sitrac Sitram de Córdoba que funcionaba con sus asambleas donde se votaba a mano alzada la mesa que dirigía, siendo ésta o no de la dirección del sindicato y donde le daban un lugar de honor a los trabajadores precarizados. Así se votaba el temario y las resoluciones.
El clasismo puso en pie las coordinadoras fabriles de Zona Norte en los ´70 que volvieron loca a la patronal esclavista y a los burócratas sindicales a los que con piquetes y comités de autodefensa enfrentaban en las calles. Lejos está la izquierda reformista del verdadero “clasismo” parido por la combativa clase obrera argentina.
Esta izquierda reformista es una verdadera comparsa rebelde del régimen burgués, adicta al Ministerio de trabajo y sus conciliaciones obligatorias, que aplaude las resoluciones “progresistas” del Parlamento como la del “matrimonio igualitario”. Los trotskistas de la LOI-CI/Democracia Obrera, contra lo que dice y hace la izquierda reformista, planteamos la necesidad de que la vanguardia obrera y el movimiento piquetero impongan su impronta, para que la clase obrera pueda retomar las mejores tradiciones de los ‘70, poniendo en pie nuevamente las coordinadoras obreras zonales, sus piquetes y así preparar las condiciones de la victoria, para abrir el camino a la revolución socialista y la toma del poder.
Un nuevo “Encuentro” ¿recién para diciembre? ¡La clase obrera no puede esperar! ¡Hay que centralizar ya mismo la fuerza de la vanguardia combativa!
En las resoluciones “votadas” en el “II Encuentro”, ya acordadas tras bambalinas entre dirigentes e incluso redactadas listas para imprimir dicen “marchar hacia un Encuentro Nacional de Trabajadores para fin de año”. Si, para… ¡fin de año!, cuando los obreros y las masas explotadas están recibiendo un feroz ataque centralizado por parte del imperialismo, el gobierno de los kirchner, la oposición gorila, la burocracia y sus pistoleros, y las clases medias reaccionarias que piden “balas contra los negros”. La política de nuevo “Encuentro” recién para diciembre, significa negarse a organizar a los trabajadores contra el ataque patronal que arrasa con una mayor desocupación, más salarios de hambre, inflación, carestía de la vida, salud y educación pública derrumbada, masacres como la de Bariloche, cárcel y represión a los que luchan.
Estos señores dirigentes hacen en Argentina lo mismo que la izquierda reformista europea reunida en Madrid en la “Contracumbre de los pueblos” el pasado mes de mayo: La burguesía imperialista europea, descargaba un feroz ataque sobre los huesos de los trabajadores, a lo que el movimiento obrero respondió con 6 huelgas generales en Grecia, con movilizaciones y huelga de Subtes en España y en Francia contra la nueva ley de jubilaciones del gobierno de Sarkozy etc.; y estos señores dirigentes allí reunidos, para “enfrentar” semejante ataque votaron: una huelga general para el “29 de septiembre” y “hacer fuerte a la Unión Europea”. Así, dejaron totalmente aislados y cercados todos los combates que el proletariado protagonizaba y permitieron que la burguesía imponga sus planes anti obreros.
Contra el veneno reformista, la clase obrera necesita preparar y organizar un plan de lucha, para abrir el camino a la Huelga General. Para ello hay que derrotar en las calles a la burocracia de la CGT y la CTA, coordinar a los que luchan y convocar con carácter de urgencia a la III Asamblea Nacional Piquetera.
¡Hay que unir a los trabajadores en lucha!
¡Frente de Lucha ya en el camino de conquistar la III Asamblea Nacional Piquetera de trabajadores ocupados y desocupados!
Lo que necesita la clase obrera es unificar sus filas para derrotar a la burocracia y poner sus organizaciones al servicio del combate contra los explotadores y conquistar la verdadera independencia de clase para abrir el camino a la huelga general. Para ello hay que coordinar ya mismo a los trabajadores en lucha.
La maniobra divisionista del MAS y del PTS impidió que en ese “Encuentro” surja un Frente de Lucha nacional que sea un punto donde se agrupen todos los trabajadores combativos del país como los jóvenes del Alto de Bariloche, los explotados de Baradero, los luchadores antiimperialistas de Andalgalá en la provincia de Catamarca, la juventud de Saliqueló en la provincia de Buenos Aires, los piqueteros de Mosconi en el norte de Salta, quienes les darían un impulso y fortalecimiento enorme a la lucha de los ferroviarios tercerizados del Roca, a los obreros del neumático, a los obreros de la carne, a los obreros de las alimenticias y a los siderúrgicos de Paraná Metal que vienen de movilizarse, en Villa Constitución, contra el despido y el cierre de la fábrica.
La clase obrera en múltiples combates contra el régimen infame del Pacto Social -como por ejemplo el de los obreros de la UOM y las automotrices de Córdoba y el de los obreros de Paraná Metal y el Cordón del Acero-, puso como moción unir a los que luchan. Así se escuchó en el 2009 cuando en los socavones del Subte los trabajadores recibían a los obreros de Kraft al grito de “Subte y Terrabusi, una misma lucha”. Pero una vez más la izquierda reformista se negó a desarrollar esta perspectiva. De igual forma que 2 años antes, en el 2007, se opusieron a poner en pie un Frente de Lucha Nacional llamando a toda la vanguardia a marchar hacia Neuquén, en momentos en que los docentes y amplios sectores de la clase obrera manifestaban su odio por todo el país exigiendo el castigo de los asesinos del docente Carlos Fuentealba.
Un Frente de Lucha sería un paso decisivo para sublevar a millones de obreros oprimidos por la burocracia sindical. Sería un gran paso en el camino de conquistar la III Asamblea Nacional Piquetera donde puedan expresarse los que son tratados por los esclavistas como “pobres diablos”, es decir la mayoría de la clase obrera: los tercerizados, contratados, desocupados, los obreros inmigrantes tratados como mano de obra de segunda que trabajan en los talleres de “cama caliente”… estamos hablando de esos millones de explotados sin derechos que trabajan como esclavos en las fábricas de la patronal rastrera, y que en el campo son tratados como siervos de la Edad Media por la burguesía agraria y los patrones sojeros.
Esta enorme tarea de unir a las masas en lucha, no puede quedar restringida a la lucha de los trabajadores sindicalizados. Los matones de la CGT y la CTA privan a la mayoría explotada –más del 80% de la clase obrera- del derecho a organizarse y luchar. ¡Con sus paritarias de hambre hundieron el salario obrero!
Mientras, la burocracia piquetera lleva a los trabajadores desocupados a mendigar planes, bolsones de comida y los somete a los planes “Argentina Trabaja” del gobierno esclavista de los Kirchner.
Contra la política de la izquierda reformista que solo refleja a las capas sindicalizadas de nuestra clase, los trotskistas afirmamos que poniendo en primer orden las demandas de los sectores más explotados y oprimidos de nuestra clase, se puede defender los intereses del conjunto del proletariado. Solo así se puede impedir que la patronal utilice a nuestros hermanos de clase desocupados como un ejército industrial de reserva para tirar a la baja el salario. ¡Hay que poner en pie comités de lucha en las fábricas que unifiquen a los trabajadores efectivos con los precarizados, contratados y en negro! ¡Las comisiones internas combativas deben poner en pie comités con los desocupados para luchar por trabajo y un turno más en todas las fábricas sin reducción salarial! ¡Hay que organizar coordinadoras obreras zonales con delegados con mandato de base!
¡Hay que derrotar en las calles a la burocracia sindical y piquetera!
Los aparatos de la izquierda reformista subordinan a las seccionales combativas a “enfrentar a la burocracia” solamente con listas sindicales. Esto es una utopía en medio de sindicatos totalmente estatizados, con 40.000 pistoleros pagos por la patronal que oprimen y aplastan a la clase obrera. Ya vimos en decenas de luchas actuar a los matones de la CGT, pero también la vanguardia combativa comprobó cómo la burocracia de la CTA no solo molió a palos a la seccional La Plata de SUTEBA, donde la oposición había ganado las elecciones, sino que hasta mandó a demoler el local con topadoras.
El trotskismo en el Programa de Transición, en un ángulo opuesto a lo que manifiestan las direcciones del PTS y del MAS, aseguraba que “las secciones de la Cuarta Internacional deben esforzarse no solo en renovar la dirección superior de los sindicatos, proponiendo valiente y resueltamente, en los momentos críticos, a dirigentes combativos en lugar de los funcionarios rutinarios y de los arribistas, sino también en crear, en todos los casos posibles, organizaciones de combate independientes que se adapten más estrechamente a las tareas de la lucha de masas contra la sociedad burguesa, no titubeando si es preciso, ni siquiera ante la ruptura abierta con los aparatos conservadores de los sindicatos. Si es criminal volver la espalda a las organizaciones de masa para alimentar tinglados sectarios, no lo es menos tolerar pasivamente la subordinación del movimiento revolucionario de masas al control de camarillas burocráticas, abiertamente reaccionarias o disimuladamente conservadoras (“progresistas”). Los sindicatos no son fines en sí; no son sino medios a lo largo del camino de la revolución proletaria.”
Los trotskistas afirmamos que poniendo en pie un Frente de Lucha, con piquetes, comités de autodefensa y conquistando la democracia obrera, podemos reagrupar las fuerzas para derrotar a los burócratas y sus matones en las calles. Los dirigentes del PTS que impulsan las agrupaciones “Desde Abajo“, lo que están impulsando en los sectores combativos de la vanguardia obrera, es la utopía de que se pueden liberar los “de abajo” sin derrotar a la burocracia carnera que es la que oprime “desde arriba”.
¡A la burocracia se la enfrenta como los trabajadores fabriles de La Paz-Bolivia, que en las calles y con dinamita en mano llamaron a expulsar a la burocracia colaboracionista de Montes en la COB! ¡Hay que poner en pie los piquetes y las coordinadoras para marchar sobre los sindicatos y echar a todos los burócratas carneros!
¡Basta de burócratas traidores, que vuelvan todos a laburar! ¡Abajo la burocracia sindical de la CGT y la CTA! ¡Abajo la burocracia piquetera! ¡Abajo las paritarias truchas! ¡Fuera el Ministerio de Trabajo de las organizaciones obreras! ¡Abajo las conciliaciones obligatorias! ¡Los trabajadores nos organizamos como queremos! ¡Abajo la Ley de Asociaciones Profesionales! ¡Ruptura de las organizaciones obreras con el Estado! ¡Abajo los descuentos de las cuotas compulsivas con que la patronal mantiene a los parásitos de la burocracia sindical! ¡Que los delegados cobren las cuotas sindicales al pie de la máquina!
¡Hay que liberar a los presos políticos con los métodos de la clase obrera ya mismo! ¡No se puede perder más tiempo!
En las resoluciones del “II Encuentro” llaman a impulsar una gran campaña contra las persecuciones, contra los juicios de desafuero, contra el tribunal de disciplina de la CTA, reclamando la libertad de Roberto Martino, demás presos políticos y el desprocesamiento de todos los luchadores obreros y populares. Para la dirección del PTS y del MAS, el camino para pelear por estas demandas es el de “Memoria, Verdad y Justicia” y su Frente democrático con marchas de presión al Parlamento y a la Justicia patronal. Es esta misma política de colaboración de clases que aplicaron frente a la masacre de la policía contra la juventud obrera en Bariloche plegándose a las “Multisectoriales” con los patrones, que terminaron por liquidar la enorme respuesta de los explotados contra el Estado asesino.
Sólo liberaremos a nuestros presos por luchar con los métodos de la clase obrera. Para ello contamos con la experiencia de 2003 donde las organizaciones piqueteras como la FTC (a la que el MAS ausentó en el “II Encuentro”) junto con los obreros de Brukman a la cabeza y los piqueteros del norte de Salta que habían viajado a Buenos Aires, se marchó al local central de la CTA para imponer el paro nacional para liberar a los compañeros presos en Tartagal y Mosconi por luchar por trabajo digno. Bastó imponer esas fuerzas en las calles para que la burocracia traidora aterrorizada se viera obligada a amenazar con el paro nacional, así la patronal tuvo que dejar en libertad a los rehenes de la clase obrera. ¡Hay que retomar esos métodos de unidad entre ocupados y desocupados para imponerle a la burocracia sindical el paro nacional que libere a nuestros presos como Martino y Villalba! De lo contrario éstos se pudrirán en las cárceles del estado asesino y cada vez más combatientes de la clase obrera irán a parar con sus huesos a los calabozos de los explotadores. Los más de 5600 procesados atestiguan este alerta. Lamentablemente el PTS y el MAS se negaron a votar la moción realizada por los obreros de Paty de llamar a un Congreso Obrero para los próximos 30 días, poner en pie de inmediato los Comités de autodefensa de todas las organizaciones obreras combativas, para liberar a los presos, imponer el desprocesamiento de los luchadores obreros y populares, y enfrentar la represión del estado y de los pistoleros de la CGT, la CTA y la burocracia piquetera.
En las resoluciones de este “II Encuentro”, reñidas con el más elemental internacionalismo proletario, la dirección del PTS nada dijo de que el compañero Martino se pudre en la cárcel por luchar por el pueblo palestino y que para liberarlo, los trabajadores de Argentina debemos luchar codo a codo con la resistencia del pueblo palestino contra el estado sionista-fascista de Israel. Por ello, los trotskistas llamamos a todas las organizaciones obreras participantes del “II Encuentro” a impulsar una campaña internacional, para derrotar el cerco contra las masas palestinas, poniendo en pie brigadas obreras internacionales para combatir por demoler el muro de la vergüenza de Rafah. Porque no será de la mano de los imperialismos asesinos como el turco, invasor de Irak y socio de los yanquis, ni con sus sirvientes de las burguesías nativas como la egipcia, ni de los convoys “democráticos” que ahora envía el imperialismo ingles, que se va a romper el bloqueo y el aislamiento de las masas palestinas. ¡Que las organizaciones obreras convocantes al “II Encuentro” impulsen el llamado de los Comités por la Libertad del Movimiento Palestino que encabezan organizaciones obreras de Sudáfrica! ¡Brigadas internacionales para derribar el muro del oprobio! ¡Por la destrucción del estado sionista fascista de Israel!
¡Un solo combate internacionalista para luchar por salario digno, trabajo para todos y el pase a planta permanente para los trabajadores contratados y en negro!
Para conquistar el trabajo y el salario, el pan y la educación, la salud y preservar incluso la vida, los trabajadores debemos luchar como en Tonghua y Lingzou en China, donde para defender su fuente de trabajo impusieron la justicia obrera haciendo rodar la cabeza de su patrón del PC y la nueva burguesía esclavista. Debemos luchar como en Grecia que enfrentan el ataque de los capitalistas con la barricada, la Huelga General y el ataque directo a los parásitos de la Banca; como en Kirguistán y Madagascar donde para poder comer los trabajadores se armaron y derrocaron a sus gobiernos. ¡Debemos luchar como los trabajadores fabriles de La Paz-Bolivia!
Hay que unir ya mismo las filas obreras, a todos los sectores más combativos de nuestra clase para impedir una dispersión superior, en momentos en que la patronal esclavista y la burocracia carnera concentran fuerzas para profundizar el ataque al conjunto de los explotados.
En este mismo “Encuentro” se expresó un sector de trabajadores contratados, tercerizados y en negro, tal como lo demostró la participación de los ferroviarios del Roca y los despedidos-contratados de Felfort, entre otros. Sin embargo en las resoluciones brilla por su ausencia el llamado a luchar por: ¡Trabajo digno para todos ya! ¡Por el reparto de las horas de trabajo y un turno más en todas las fábricas para que los desocupados puedan ingresar a trabajar! ¡Basta de trabajadores en negro y contratados, todos a planta permanente! ¡Por un salario básico de $6.000 indexado según la inflación! ¡Abajo las paritarias truchas! ¡Abajo el “impuesto a las ganancias”, ese robo al salario obrero! ¡Por la garantía horaria al 100% del salario para todos! ¡Basta de tope a las asignaciones familiares!
Este combate de la clase obrera argentina puede y debe desarrollar todo su potencial, con su vanguardia volviendo a soldar la unidad internacionalista de los trabajadores, como fue tradición de la clase obrera en Argentina con las huelgas internacionales por las jornadas de 8 horas; en los combates internacionalistas de los 1º de Mayo contra los explotadores; en las marchas contra el fascismo y el envío de brigadas internacionales para combatir en el frente de batalla de la guerra civil española; en la multitudinaria manifestación en repudio al golpe militar de la ITT y el chacal Pinochet realizado en Chile en el año ´73, acción que luego dio lugar a las famosas coordinadoras del clasismo que terminaron con la gesta revolucionaria llamada el Rodrigazo.
Este decisivo combate por salario, trabajo digno, contra la represión, por liberar a los presos, frenar la expoliación imperialista, etc., la clase obrera argentina tiene que unir lazos con sus hermanos del cono sur. El imperialismo ha sometido de tal manera a las naciones de América Latina y las ha imbricado tanto en sus negocios y en su saqueo, que ha creado también las condiciones para que ninguna revolución de alguna nación de América Latina pueda triunfar y sostenerse si no es como parte de una sola y única revolución Latinoamericana. La izquierda reformista niega esto, por eso es enemiga de unir al proletariado por sobre las fronteras. Por eso son incapaces de organizar un solo y único combate del proletariado del cono sur, comenzando por centralizar las fuerzas de los explotados sometidos a las transnacionales del MERCOSUR que en Brasil y en Argentina revientan los músculos y huesos de los trabajadores en ambos lados de las fronteras.
Para frenar el ataque del imperialismo, el gobierno y la oposición gorila
La clase obrera con sus piquetes, huelgas y movilizaciones debe volver a pesar en la vida política nacional
La clase obrera para conseguir salario y mejorar las condiciones de trabajo debe imponer la ruptura con el imperialismo, no pagar la fraudulenta deuda externa a los parásitos del FMI, el Banco Mundial y el Club de Paris, que se llevan miles de millones de dólares por año (el gobierno de los Kirchner en sus dos mandatos ya pagaron más de 45 mil millones de dólares). Tiene que frenar el saqueo imperialista expropiando los más de 35 mil millones de dólares que los monopolios y sus bancos se llevaron del país durante el último año en concepto de patentes y royalties. Hay que derrotar a los que someten a la mayoría de los trabajadores ocupados bajo condiciones de maquilas con redoblados aumentos en los ritmos de producción. A los que obligan a las mujeres trabajadoras, triplemente explotadas por el capital, a realizar las peores tareas en los establecimientos, donde se rompen las columnas y pierden sus embarazos. A los que atacan con su plan de exterminio a través del Estado asesino a la juventud explotada. A los que transformaron las fábricas, puertos y establecimientos en verdaderos campos de mutilaciones y muertes obreras. A los que junto a la burocracia impusieron una terrible flexibilización laboral, que dejo más de 10 millones de obreros cobrando salarios de hambre inferior a los $1800.
Los trabajadores necesitamos poner de rodillas a la burguesía y su gobierno, que quieren el infierno para los obreros para que terminemos como los trabajadores de Foxconn en China, quienes se suicidan por las condiciones infrahumanas de explotación.
Lamentablemente sobre esto el PTS y el MAS en su “Encuentro” no dijeron una palabra. Es que son corrientes que hablan de “triunfos” y dicen que la clase obrera viene recuperando conquistas. Pero la realidad, demuestra lo contrario, la clase obrera no esta bien por que en el 2001 no pudo tomar el poder, porque le fue expropiada su revolución. Es que fue llevada por el camino de la colaboración de clases, obligada a resignar sus propios intereses. Los padecimientos y penurias son cada vez más grande, la inflación y la carestía de la vida no se aguantan más. Los precios están por las nubes, como el pan que acaba de aumentar en un 45%.
Hay que derrotar esa política de subordinar a la clase obrera a la burguesía y a sus instituciones. Los obreros, los que hacemos funcionar al país, somos la única clase que puede liberar a la nación del sometimiento al imperialismo. La burguesía mediante sus negocios ha demostrado tener un y mil lazos que la unen a los piratas imperialistas. Por el contrario la clase obrera solo tiene cadenas que romper y luchar por la toma del poder. ¡Por la renacionalización, sin pago y bajo control obrero, de YPF, los recursos naturales, las minerías y todas las privatizadas entregadas a los buitres imperialistas! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las transnacionales, sus bancos, tierras y propiedades! ¡Ni un solo peso para pagar la fraudulenta deuda externa, ahí esta la plata para el salario y para triplicar el presupuesto para la salud y la educación! ¡Fuera los ingleses y la base militar de la OTAN de Malvinas, fuera yanquis de toda América Latina! ¡Por la derrota militar de las tropas yanquis y los gurkas de la Minustah en Haití!
Para retomar el camino de la revolución de 2001 y llevarla al triunfo…
La clase obrera argentina necesita un partido revolucionario e internacionalista
Dos estrategias cruzan al movimiento obrero: la de quienes luchamos todos los días por el triunfo de la revolución socialista y en ese camino no dudamos en arrancarle tal o cual conquista a la burguesía, afirmando que las mismas se pierden si no tomamos el poder y la de los reformistas que presionan a la burguesía todos los días por reformas y dejan la revolución socialista para los actos y días de fiesta, condenando a la clase obrera al fracaso y a la derrota.
Ha quedado claro que con las direcciones reformistas al frente de la clase obrera no se puede unir a la vanguardia combativa y ni siquiera se puede pensar en luchar seriamente. El reformismo ya no puede hacer pasar sus limosnas como triunfo. Las masas han venido perdiendo una a una sus conquistas y cada vez más deben soportar mayores penurias, salarios de hambre, inflación, desocupación, tarifazos, cárcel, represión y masacres.
Quienes somos militantes de la IV Internacional de 1938, el partido mundial de la revolución socialista, afirmamos que los trabajadores debemos refundar al trotskismo en Argentina y poner a nuestro frente un partido revolucionario e internacionalista, que luche incansablemente por derrotar de cara a las masas a las direcciones reformistas, para que la clase obrera pueda poner en pie sus piquetes de autodefensa, sus organismos de autodeterminación y democracia directa y con una insurrección victoriosa expropie a los expropiadores y se haga del poder. ¡Que vuelva la Revolución! ¡Hay que retomar el camino de 2001 y llevar al triunfo su grito de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”!
En esta pelea, por devolverle a la clase obrera la dirección que se merece, estamos abocados los trotskistas de la LOI-CI / Democracia Obrera integrantes de la FLTI, quienes luchamos por la fusión de los internacionalistas con los obreros y jóvenes revolucionarios. Pero este combate no es nacional, porque no son nacionales los enemigos del proletariado como tampoco lo son las direcciones reformistas, que en distintas partes del planeta llevan a la frustración y la desmoralización a las masas explotadas. Es que las corrientes que dividen a la vanguardia obrera en Argentina están centralizadas internacionalmente como ala izquierda de la V Internacional de los Castro, Chávez y Hu Jintao. Subordinan a la clase obrera norteamericana a Obama; en Grecia y Europa sostienen la ciudadela del poder; en África cercan al Madagascar revolucionario; en Brasil dividen y desmoralizan a la vanguardia, sostienen a los gobiernos de frente popular para montarle un cerco a la revolución boliviana y ocultar el salto en la restauración capitalista en Cuba de la mano de los hermanos Castro.
Es por eso que llamamos a los obreros y jóvenes revolucionarios a organizarse junto a los trotskistas para llevar adelante la tarea inconclusa de los militantes de la IV Internacional en América Latina en los años ´30 “para los bolcheviques leninistas, no hay ninguna tarea más importante que la de establecer la conexión y más tarde la unificación entre las diferentes partes de la organización proletaria del continente, creando un organismo tan bien construido que cualquier vibración revolucionaria de él acaecida en la Patagonia, repercuta inmediatamente como transmitida por un sistema nervioso perfecto, en las organizaciones proletarias revolucionarias de los EE.UU. Mientras tal cosa no se realice, la tarea de los bolcheviques leninistas en el continente Americano, no se habrá llevado a cabo” (L. Trotsky, 1937).
La clase obrera argentina necesita que los combates revolucionarios del proletariado boliviano se extiendan a todo el continente y que se ponga en pie el batallón más importante: la clase obrera norteamericana que puede golpear al corazón mismo de la bestia imperialista e impedir que avance el proceso de la restauración capitalista en Cuba. Solo como parte y subproducto de este combate podrá refundarse el trotskismo en Argentina, donde está quedando claro a los ojos de la vanguardia obrera y juvenil, quién habla en nombre del trotskismo, y quién en nombre de la socialdemocracia y el estalinismo. ¡Viva el combate por refundar la IV Internacional!
Comité Redactor