15 de julio de 2015
¿Adónde va Grecia?
El plebiscito de Syriza y su gobierno burgués representante de los banqueros griegos y la Goldman Sachs fue una burda estafa a los trabajadores y el pueblo
El gran capital griego en bancarrota es socio menor de Maastricht, el FMI y la Troika en la quiebra de Grecia
¡Abajo el ataque de Merkel-Tsipras contra la clase obrera griega!
Este pacto es el punto de partida de una nueva ofensiva contra los trabajadores de Alemania y de todo el Maastricht imperialista
¡La chispa de Atenas ahora debe incendiar Berlín y todo Europa!
¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
Grecia ya hace años está ante una alternativa de hierro:
Hacia la revolución socialista o hacia un estado vasallo de Maastricht con sus trabajadores esclavizados
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
Los trotskistas de la FLTI teníamos razón. El plebiscito del 5 de julio fue "una nueva trampa contra los trabajadores y el sufrido pueblo explotado griego" (declaración de la FLTI del 3 de julio). Allí decíamos "tanto con el SÍ como con el NO, los que pagan la crisis de los banqueros y las transnacionales son la clase obrera griega y europea".
En esa misma declaración afirmábamos: "El plebiscito es un engaño antidemocrático, porque éste no es el enfrentamiento de un 'programa de los trabajadores' contra el 'programa de los capitalistas'. El NO de Syriza y el SÍ de la Merkel son dos políticas de los bandidos imperialistas para que sea la clase obrera la que pague la crisis...". Asimismo planteábamos: "El plebiscito es totalmente antidemocrático y bonapartista. Les imponen a los trabajadores caer en la brasa de Syriza o en el asador de la UE."
¿Qué planteó la FLTI/Comité por la Refundación de la IV Internacional? ¡Por una lucha implacable contra la trampa y el engaño a los que fue llevada la clase obrera griega! Nuestra posición fue: "¡Abajo la trampa del plebiscito de Syriza, la Merkel y el FMI!" ¡Que se ponga de pie el poder de la clase obrera, que existe y viene combatiendo con 32 huelgas generales!
La vida ya ha dado su veredicto. El plebiscito fue una trampa para sacar a las masas de la lucha revolucionaria en las calles y preparar sobre éstas superiores ataques a sus conquistas.
El plebiscito: un verdadero fraude antidemocrático
Antes del plebiscito, Grecia había propuesto realizar ajustes por 8.000 millones de euros como punto de partida para negociar un nuevo rescate de su deuda. Luego redobló la apuesta. Llamó a un plebiscito que demostró ser un verdadero fraude. Cuando se terminaba de contar el último voto del "NO", Tsipras, en reuniones con la UE, la Merkel y Hollande, se sentó a "mejorar su negociación".
En su nueva propuesta después del referéndum le ofreció inmediatamente que los ajustes sean por 13.000 millones de euros. Proponen reformar el sistema de pensiones -lo que le permite ahorrar un 0,5% del PBI y un 1% anual a partir del 2016-; ir subiendo gradualmente la edad de jubilación a los 67 años; ir eliminando el subsidio a las pensiones más bajas; subir el IVA... eso sí, Syriza anunciaba que se volvía "combativo" y proclamaba que le iba a subir un 2% los impuestos al empresariado... Un chiste de mal gusto, porque los armadores griegos y sus banqueros en el HSBC cobran fuera de Grecia y tienen sus cuentas en el exterior.
Como vemos en las últimas noticias, este plan cierra si Grecia, como deudor, le da en garantía a sus acreedores todas las empresas públicas, que quedarían hipotecadas. Tsipras dirá "es la mejor negociación que pudimos conseguir".
Hablando claro, el plebiscito del domingo fue un fraude antidemocrático y un ultimátum. Puesto que se obligó a votar solamente por “SÍ” o por “NO”, es decir, por el plan de la Merkel o por la propuesta de negociación de Syriza. Esa es la realidad. Las ilusiones de las masas de que con el "NO" se derrotaba a la Troika y a la Merkel sin derrotar al gobierno burgués proimperialista de Syriza fue una trampa tendida por Tsipras y toda la izquierda reformista mundial.
Un plebiscito en el régimen burgués es totalmente dictatorial y bonapartista. No tiene ni siquiera un rasgo de democracia burguesa formal para que pueda ser utilizado a su favor por los trabajadores.
Porque si en el plebiscito se hubiera votado todo el programa de la Merkel o todo el programa de Syriza, con las reales medidas que éste proponía, los trabajadores... ¿hubieran votado por el de Syriza? Categóricamente no. Porque el plebiscito les obligaba a los trabajadores, como insistíamos desde la FLTI ya en nuestra declaración del 3 de julio, a optar entre las brasas ardientes y el aceite hirviendo. Justamente por eso el plebiscito funcionó como una trampa.
De eso se trató el referéndum: de impedir que las masas retomen la lucha por recuperar sus conquistas, que no le declaren la guerra a sus opresores, y llevarlas a éstas a que depositen todas sus ilusiones de que votando por el "NO" se podía parar el brutal ataque de los capitalistas, de la Merkel, de la UE, del FMI... y de Tsipras, un gobierno representante de los banqueros imperialistas en Grecia.
La clase obrera puede utilizar los parlamentos burgueses como tribuna de denuncia en las filas del enemigo y preparar sus combates. O, como es el caso de la libertad de expresión, para organizar sindicatos, etc. Pero las instituciones bonapartistas de dominio de la burguesía, como es su justicia, sus fuerzas policiales, y en este caso los referéndums, no pueden ser utilizadas por los trabajadores, porque son medidas bonapartistas y antidemocráticas, aún desde el punto de vista de la democracia burguesa formal. Este plebiscito no fue más que una intimación a las masas a que se suiciden.
La discusión entre el "SI" y el "NO" fue un fraude. Tsipras siempre aclaró que no estaba en cuestión si Grecia seguía o no en la UE. Hoy Syriza puede decir que su propuesta era lo “máximo que logró en la negociación”. Insistimos, todos los que colaboraron con esta trampa de Syriza contra las masas deben explicar el fraude que avalaron.
Se está por reunir el parlamento griego, y ya quedará claro el fraude del "SI" y el "NO". La derecha de Nueva Democracia y Syriza votarán por el "SÍ al acuerdo de Tsipras y Merkel". Y si no, habrá una nueva trampa: un nuevo desvío parlamentario para canalizar toda irrupción de masas. Y si no, la casta de oficiales del ejército griego, integrante de la OTAN, vendrá a poner orden, si la clase obrera no lo impide. |
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Tanto con el SI como con el NO, los que pagan la crisis de los banqueros y las transnacionales son la clase obrera griega y europea
¡Ni SI, ni NO!
¡Que se ponga de pie ya
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¡QUE VUELVAN LOS COMITÉS REVOLUCIONARIOS DE LOS OBREROS PARTISANOS!
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El plebiscito, con el "SI" y el "NO", fue una trampa para impedir una irrupción revolucionaria de las masas cuando Grecia entraba en default y se negociaba el rescate de la deuda
Comencemos por decir que Syriza llamó a un plebiscito para fortalecer y legitimar todas las instituciones de dominio de la clase explotadora en Grecia, ganara el “SI” o ganara el “NO”.
El gobierno de Tsipras -que venía de pagar 7.500 millones de euros de la deuda en un memorándum común con la Merkel-, no llamó a un plebiscito en contra suyo. Syriza no convocó un referéndum para ser derrotado y que su gobierno caiga. Y tampoco para llorar en caso de que ganara el "SI". En ese caso se hubiera aplicado la política exactamente igual a la que aplica Tsipras, demostrando que las negociaciones tras bambalinas entre las pandillas capitalistas de Europa nunca dejaron de funcionar.
Es que con ambas opciones, con el "SI" o el "NO", salían legitimadas las instituciones burguesas de dominio, y esto es lo que necesitaban en medio de la monumental crisis política que existe en Grecia. Es más, se está por reunir el parlamento, que le daría legitimidad de ley, demostrando el fraude de la burguesía.
Romperán las "alas izquierda" y las "nacionalistas" con Syriza votando en contra, pero surgirá una absoluta mayoría del "SI" y el "NO", que impondrán las peores penurias contra las masas.
El que no comienza por plantear esto es un vulgar charlatán que hace rato ha dejado de enfrentar al estado burgués y sus instituciones.
El plebiscito fue llamado a último momento por Syriza para evitar una monumental crisis política y una nueva irrupción revolucionaria de las masas en el medio de un posible estallido económico. Es que el 30 de junio vencía el rescate de la deuda griega. Grecia entraba en default, lo que significaba una enorme crisis para Europa, sus bancos y sus fondos de inversión de riesgo, y para los mismos parásitos banqueros griegos y sus transnacionales, que son acreedores de 128 mil millones de euros de la Grecia quebrada.
En esta situación, se abría el camino para las masas griegas de parar el ataque e irrumpir nuevamente con su combate enfrentando directamente a los grandes banqueros y parásitos griegos. Esto significaba efectivamente ir a un choque inevitable con el gobierno de Syriza, que viene aplicando los mismos planes de ataque a las masas que ayer aplicaran Karamanlis y luego Papandreu.
Se quiere pintar que la burguesía griega se opondría a los tratados de vasallaje que propone la Europa de Maastricht. Pero, como queda demostrado en estos 8 años, todas las fracciones burguesas y todos sus gobiernos siempre cerraron filas con la Troika -de la que son parte- contra los trabajadores. LOS CAPITALISTAS DEFIENDEN SU BOLSILLO, NO A GRECIA. A ésta la quebraron y a los que saquean es a sus trabajadores y al pueblo pobre.
El plebiscito fue para desviar, con una vil mentira y engaño, la perspectiva de la lucha de los explotados contra sus verdugos, los capitalistas griegos y su gobierno, que son los que someten con triples cadenas a la clase obrera griega y las clases medias arruinadas al Maastricht imperialista.
La izquierda reformista mundial intentó usar este plebiscito contra la Troika. Pero, a decir verdad, la única que utilizó el plebiscito fue la Troika para ganar tiempo, con Syriza, y atacar violentamente a las masas, como está pasando ahora. Ellos defendieron sus negocios, y la izquierda socialimperialista se cuidó muy bien de no defender los intereses de la clase obrera. Es que no está para ello.
Los planes de Alemania y de EEUU, en las trastiendas, frente a la Grecia que ya hace rato ha quebrado
Grecia es un pequeño país imperialista en bancarrota y decadencia. Ningún marxista mínimamente serio puede ocultar que fue la avanzada yanqui en las fronteras con el este europeo y la ex URSS, un imperialismo menor íntimamente asociado a Wall Street y, en el terreno militar, a la OTAN. El mismo, cuando cayó el este europeo, se tomó los Balcanes con los yanquis.
Pero, de todas maneras, se nos quiere hacer creer que un gobierno burgués "defiende la patria, la nación" griega. Esto es una mentira. Ya hace rato, desde el inicio del siglo XX, que el estado burgués y sus naciones se transformaron en un freno absoluto al desarrollo de las fuerzas productivas. De eso se trata el surgimiento del capitalismo en su fase imperialista.
La burguesía no defiende la patria, sino los mercados, las concesiones extranjeras, las fuentes de materias primas y sus zonas de influencia. La burguesía nunca defiende la patria por la patria misma. El capital no tiene fronteras. Cuando sus ganancias y sus negocios se ven amenazados, es derrotista de su propia nación.
Esto es lo que acaba de pasar en Grecia con Syriza y el gobierno de sus banqueros y grandes armadores. Ellos defendieron sus negocios con la UE y Wall Street... y no a Grecia.
La izquierda mundial, en todos sus matices, lo único que hizo fue embellecer las actitudes de una clase decadente y en bancarrota, que es la burguesía, y al sistema capitalista en putrefacción. Son los "socialistas" los que fueron a "defender la patria griega". Las fracciones burguesas que "defienden a Grecia" no son más que sectores burgueses por ahora marginales que ansían salir del euro, no para ir al dracma SINO AL DÓLAR, como Amanecer Dorado o los socios de Syriza en el gobierno de Griegos Independientes, y hasta un ala dentro de Syriza.
En toda la discusión previa al plebiscito, la cuestión estaba más que clara. La deuda griega no era ni es cobrable sin que se le saque el 100% de las conquistas al movimiento obrero y sin expropiar masivamente a las clases medias. Esto es una verdadera guerra civil de la Merkel y de la burguesía imperialista griega no "contra Grecia" sino contra la clase obrera y los explotados.
A partir del 30 de junio, la deuda debía ser rescatada o refinanciada. En ambos casos, sería con un brutal ajuste contra las masas.
El plan del FMI, que actúa como un verdadero usurero, es imponerle a un país imperialista vasallo como es Grecia el plan que le impusieron a una semicolonia como Argentina en el 2005 con los Kirchner. En ese entonces convirtieron una deuda incobrable en cobrable con suculentos intereses, que ya se los han cobrado y colocado en el bolsillo. Esa era una variante que estaba en la mesa de las negociaciones secretas de las pandillas imperialistas. En última instancia, este resultaba ser el plan "más suave" para Grecia. De eso se trata la política de EEUU, que con la Banca Morgan y Goldman Sachs ya tiene asegurado el cobro de sus créditos a Grecia en base a un porcentaje de los impuestos a las exportaciones e importaciones y al juego. EEUU busca que sea Alemania la que "haga el trabajo sucio" contra Grecia para que más y más, con futuras crisis, la traiga bajo su ala. Y mientras tanto espera.
Pero el plan que se impuso y la verdadera negociación que se realizó es la que proponía abiertamente la UE, con Alemania a la cabeza.
Alemania tiene su banco central lleno de bonos basura de la deuda griega. Por eso la propuesta y la exigencia alemana parte de decir que "no es el momento de hacer ninguna concesión". Aunque los griegos llenen las urnas con el 100% de votos por el "NO", Alemania, como acreedora, quiere quedarse con todos los bienes de su deudor.
Así actúan los capitalistas como acreedores ante sus deudores: o se refinancia la deuda para que el acreedor gane como usurero y a la larga la logre cobrar, o bien, el acreedor se queda con el control absoluto de la empresa en quiebra para garantizarse el cobro. De esto último se trata la propuesta del mayor acreedor de Grecia, que es Europa, y Alemania en particular. Como ya dijimos, el Bundesbank está lleno de bonos basura de Grecia por valores de 50 mil millones de euros. Los tiene que volver a valorizar, o sino el estado alemán tendrá que ponerle euros frescos a su banco y no está dispuesto a hacerlo.
De allí que le es insuficiente la propuesta que hizo Syriza después del plebiscito de hacer ajustes por 13.000 millones de euros, subiendo la edad jubilatoria y el IVA, reduciendo pensiones, etc. Esto no le es suficiente a Alemania para valorizar los bonos basura. Alemania exige pasar todos los empleados públicos a disponibilidad, para echarlos si no se llega a pagar los intereses, y poner todas las empresas públicas de Grecia como garantía de su deuda y quedarse con una enorme porción (un 25%) de los fondos que ponga la UE del rescate de la deuda.
Todo el que siga las imposiciones de hoy de la Merkel y el servilismo de Tsipras verá que son propuestas que impone Alemania para revalorizar los títulos de la deuda externa griega y sus bonos basura que tiene el Bundesbank.
Los banqueros griegos quieren también una partecita para ellos como contrapartida de llevar a Grecia al vasallaje. Estos bandoleros le han propuesto a Alemania y a la UE el siguiente negocio por los 80 mil millones de euros por los que se rescatará la deuda griega: el 25% de lo que presta Europa y Alemania es para que Grecia pague su deuda. Es decir... va al Bundesbank. El otro 25% es para "inversión productiva" de las transnacionales europeas que harán negocios en Grecia y toda Europa. Y el 50% restante está destinado a recapitalizar los bancos de Europa y de Grecia para que puedan liberar el "corralito". Así, los banqueros griegos también muerden una parte del rescate, después de haber quebrado con su crisis todas las finanzas del estado. Tsipras apoya.
Toda la crisis la pagarán las masas. ¿Permitirán éstas que pase este plan de las pandillas imperialistas de Maastricht y los parásitos de la burguesía griega? Eso está por verse.
Las verdaderas divisiones y crisis políticas en la Europa de Maastricht y en las pandillas capitalistas griegas es hasta dónde estas últimas mantienen, aunque más no sea, una porción menor de sus negocios ante la quiebra, mientras miden hasta dónde le podrán hacer pagar esta crisis a las masas; hasta donde este plan acordado entre la Merkel y Tsipras se puede imponer sin que sea el partero de la revolución griega; hasta dónde el engaño del plebiscito desorganizó y desmovilizó a las masas; hasta dónde los explotados están sacando las lecciones revolucionarias de este duro ataque y engaño de sus opresores.
La última palabra no está dicha. Esto se define y se definirá en las calles, en la lucha de clases... no en las urnas ni en las negociaciones secretas de los banqueros imperialistas.
Los acreedores de Grecia actúan tal cual un capitalista acreedor con su deudor
En el sistema capitalista, tanto para los acreedores como para los capitalistas en quiebra, la crisis siempre la deben pagar los trabajadores. De eso se trata el pacto Merkel-Tsipras
Hablemos claro. Alemania se comporta ante Grecia, en gran escala, con la esencia de la mecánica de las relaciones que establecen los capitalistas cuando su competencia quiebra o se funde.
Cuando una empresa quiebra, los patrones no pagan la crisis. Ni los acreedores ni los deudores. Estos últimos también se quedan con el dinero en su bolsillo. Los patrones se estafan entre ellos. Pero los que pagan la crisis son los trabajadores con despidos, con hambre, con cierres de fábrica... O con pérdida de todas sus conquistas. Así funciona el sistema capitalista, que no es una sociedad de beneficencia.
El gobierno de Syriza es como el directorio de una empresa menor quebrada, que sería Grecia. Hay un directorio. Este directorio tiene un presidente -que todos intentan ocultar- que es de Nueva Democracia, la "derecha griega". Este presidente fue votado por todo el directorio en el parlamento, comenzando por Syriza. En ese directorio también hay ministros del partido Griegos Independientes, una ruptura por derecha del partido Nueva Democracia.
Para engañar a los trabajadores, en ese directorio burgués está Syriza. En esta Grecia quebrada, y con sus trabajadores sublevados durante años, el directorio puso como "gerente ejecutivo" de la empresa a un "gerente de izquierda" (Tsipras) para engañar a los obreros antes de que éstos expropien la fábrica, como amenazaba a hacerlo la clase obrera griega con su lucha revolucionaria.
¿Para qué nombra el directorio burgués de una empresa -o un gobierno burgués- a un gerente ejecutivo de izquierda? Para hacerle creer a los obreros que el directorio de su empresa es su aliado contra el acreedor. En este caso, Syriza sería "el gran aliado de las masas contra la Troika". O bien, si los obreros se movilizan, pueden lograr que su "amigo", el director de izquierda, presione mejor al acreedor para no sacarle conquistas a los obreros.
Esto es un brutal engaño. Es lo que le quiere hacer creer la "nueva izquierda" a la clase obrera en Grecia y a nivel mundial. Así no funciona el sistema capitalista. El más grande enemigo de un directorio, ya sea que la empresa esté en bancarrota o en expansión, siempre son los trabajadores. El que no dice esto con claridad le miente a las masas, como lo ha venido haciendo toda la izquierda a nivel mundial con Syriza, la pata izquierda del gobierno burgués griego.
Es que la empresa quebrada sólo saldrá de su crisis atacando todas las conquistas de la clase obrera, o bien cerrando y quebrando, pagándole a los acreedores, o haciendo que el estado les pague, poniéndose ellos su deuda en el bolsillo. Esto es lo que está sucediendo hoy en Grecia.
Para que quede claro, el gobierno griego, como cualquier directorio de una empresa quebrada, no funciona pensando en sus trabajadores. Interviene defendiendo sus ganancias y su futuro a costa de los trabajadores. Su aliado es el acreedor, aunque éste lo tenga tomado de la soga al cuello. Su enemigo son los trabajadores, los que deben pagar su crisis o ser despedidos cuando el capitalista remata sus bienes, no precisamente porque esté en crisis sino para irse a descansar a algún lugar muy tranquilo.
Cualquier obrero sensato puede entender esto. El rol de la izquierda reformista, que impulsa una política de colaboración de clases, es desdibujar las fronteras de clase y hacer pasar a los enemigos de los trabajadores griegos -como es Syriza- como sus aliados. Esto es una infamia. Eso es lo que está aconteciendo de forma aguda en Grecia.
No nos cansaremos de insistir. Tsipras está actuando como lo que es, un gobierno burgués lleno de banqueros parásitos y de armadores socios de la Goldman Sachs, pero con sus negocios enraizados en Europa bajo el mando industrial y comercial de Alemania.
Tsipras no es un loco, ni un panqueque que se da vuelta, ni un hombre fuera de control. Él no está "traicionando" a su clase, es decir, a los capitalistas. Es leal a ellos, porque es uno de ellos. Está actuando como el director de una empresa quebrada discutiendo con sus acreedores cómo mejor reventar a sus trabajadores y cobrarse ellos mismos todo lo que quede del valor del capital quebrado. Él defiende sus negocios, su mercado, su lugar en la división del trabajo en la que está ubicada hoy Grecia en la Europa de Maastricht.
Eso hace Tsipras con la Merkel, y muy bien. Cada uno defiende sus intereses. Los que no lo pueden hacer, por la dirección que tienen a su frente, son los trabajadores.
El plan impuesto por Alemania y la Europa imperialista para Grecia es el plan para que toda la clase obrera europea y alemana en particular, pague la crisis del capital financiero
Alemania sabe y entiende perfectamente las condiciones de la economía y política mundial, y por qué mantenerse inflexible frente a Grecia, como lo hizo. Busca escarmentar, pero no "a Grecia" sino al movimiento obrero griego, europeo y alemán en particular. La política patriotista y proburguesa de la izquierda encubre, en última instancia, la verdadera política imperialista contra los trabajadores europeos.
La Europa en bancarrota necesita, para que las inmensas masas de capitales y bonos basura que tienen los bancos vuelvan al proceso productivo, un movimiento obrero en los países imperialistas bajo las condiciones que Merkel y Tsipras le quieren imponer a la clase obrera griega.
Si Alemania y Tsipras logran imponer este plan, todos los capitalistas europeos y sus potencias imperialistas se pondrán de pie y aplaudirán. Un movimiento obrero griego sin jubilación, sin hospitales ni escuelas públicas, con desocupados muriéndose de hambre en las calles como un ejército industrial de reserva barato, sin seguro social, con el salario hundido, con centenares de miles de trabajadores del estado despedidos, es su sueño dorado. Hacia ahí buscan llevar a la clase obrera griega... alemana, francesa, inglesa, española.
¿Qué le dirá Alemania y el gobierno de la nueva "dama de hierro" -la Merkel- a su clase obrera? "Bajen su salario, les reduzco sus pensiones, se acaba su salud y su educación gratuita... y si se sublevan, me voy con mi capital a invertir en Grecia, donde está regalada la mano de obra". Le va la vida a la clase obrera alemana en parar este ataque a sus hermanos de clase de Grecia. El plan impuesto por Alemania y la Europa imperialista para Grecia es el plan para que toda la clase obrera europea y alemana en particular, pague la crisis del capital financiero.
Acá no hay un "plan de rescate" de Grecia. Acá lo que hay es un plan de ataque a la clase obrera griega, para imponerle esas condiciones a toda la clase obrera europea y alemana en particular.
Alemania necesita derrotar a su propia clase obrera porque la crisis y el crack europeo, que ya están acá, y también la enorme competencia con EEUU, que pugna por entrar a Europa del este y disputarle el control de las fuentes de materias primas y el aparato militar ruso. Los yanquis, con la OTAN, ya pisaron Ucrania. Comenzó a encerrar a Alemania. La Merkel no puede hacer concesiones. Prepara redoblar el ataque contra su clase obrera..
Syriza y su gobierno burgués "no traicionaron"... fueron leales a su clase: la burguesía, los capitalistas y sus banqueros, que junto a la Troika son los acreedores de la deuda griega que pagan los trabajadores
La que capituló fue la izquierda reformista que llamó a confiar en el fraude del plebiscito
Syriza "traicionó", "capituló", "defraudó al pueblo", dice ahora la izquierda rasgándose las vestiduras, tal cual persona engañada. En todo caso, ellos se dejaron engañar. Y ayudaron a que Syriza engañe al pueblo.
"Pero Syriza traicionó", siguen chillando, cuando al otro día del plebiscito Syriza presentó un acuerdo de vasallaje a la UE como punto de partida para negociar un ataque aún mayor contra los trabajadores griegos. Ya hablan de "golpe de estado". Es que, como vimos, Alemania exige nuevas garantías para el rescate de 80 mil millones de euros de la deuda griega: todas las empresas estatales de Grecia. Éstas quedarían hipotecadas e intocables si el acreedor, en este caso Alemania y la UE, no lo autoriza.
Esto es lo que haría un acreedor con una empresa quebrada deudora suya. Si le presta plata para seguir funcionando, le exige que ponga las máquinas, los títulos y bienes como prenda o hipoteca a nombre del acreedor por el dinero que recibe. Eso es lo que está imponiendo Alemania aún después del plebiscito.
Los acreedores quieren cobrar. Pero también el directorio en quiebra quiere cobrar lo que puso en la empresa. Pone todo como parte del paquete de la deuda. Hipoteca las máquinas y pone a los obreros a producir. Se acabaron las conquistas, las vacaciones, la jornada laboral de ocho horas... se despide a la mitad y "¡a producir!". Esto es lo que está haciendo Syriza.
En gran escala, así funciona el sistema capitalista. En este caso, las potencias imperialistas menores, los PIGS del sur de Europa, perdieron con sus banqueros en la crisis de Wall Street centenares de millones de dólares. Los estados le salvaron la plata a los banqueros. El directorio de la empresa quebrada tiene la plata en el bolsillo. Quebraron a los estados. Y ahora tienen que matar de hambre al pueblo para pagar una deuda incobrable.
No nos cansaremos de repetirlo. Syriza no "traicionó" a la clase que representa, con la que gobierna y administra los intereses de toda la burguesía griega y el imperialismo europeo. Fue leal a la burguesía y la UE, de la cual el capital griego es parte. Entre ellos tienen disputas, se pelean por los negocios... a veces a los tiros. Pero todos tienen en claro que su enemigo son los trabajadores. Las pandillas imperialistas más fuertes apalean a las más pequeñas, las ponen de rodillas, las someten. Le tomarán su zona de influencia y de pillaje. No otra cosa distinta haría Grecia con Alemania si fuera acreedora.
Es más, eso le hicieron a Alemania después de las dos guerras mundiales. En la primera le impusieron el tratado de Versalles, a partir del cual tenía que pagar todos los gastos militares de sus vencedores: Inglaterra y Francia. Ésta última, a mediados de los '20, entró con su ejército y le sacó a Alemania todas las vías férreas y los ferrocarriles para reconstruir Francia. Entre los capitalistas no se andan con vueltas. El que pierde, paga. Justamente ese tratado de Versalles fue el que le abrió el camino al fascismo en los '30 para volver a levantar a la gran Alemania humillada.
A esto se acerca peligrosamente Grecia hoy, si su gobierno logra derrotar a los trabajadores y se impone un nuevo "tratado de Versalles". Amanecer Dorado hoy es ignorado por toda la izquierda reformista cuando es el garrote fascista dispuesto a aplastar a los trabajadores con la mentira y el engaño de "terminar con el vasallaje de Grecia". Con la clase obrera griega aplastada, los banqueros de ese país, socios de la Goldman Sachs, estarán listos para cualquier aventura contrarrevolucionaria en el mundo semicolonial y en el este europeo que le manden sus jefes de la OTAN y Wall Street.
La alternativa, como hemos dicho, es el camino a la revolución socialista o el fascismo. Para esta grave crisis y ataque de los capitalistas, ni Syriza ni la burocracia sindical traidora del PC, ni los renegados del trotskismo y sus "nuevas izquierdas" en el mundo prepararon a la clase obrera.
El crack griego y la crisis de la bolsa china anuncian la ruptura nuevamente del equilibrio de la economía mundial
La "nueva izquierda", un reformismo sin reformas
A pesar de lo que piense el reformismo sin reformas, no hay armonía entre las potencias imperialistas en esta época agónica del capital. A unas potencias les va bien si a las otras les va mal. En este caso, a EEUU, Alemania y en menor medida a Francia les va bien a costa de la crisis y la debacle de las demás. No hay lugar para todos en el saqueo del mundo, cuando el mercado se ha achicado y el crack ya está aquí.
EEUU le tiró toda su crisis al mundo y con su estallido de Wall Street dejó a toda Europa en bancarrota. Insistimos, no hay desarrollo armónico del sistema capitalista en esta época imperialista, como lo pinta toda la izquierda reformista. Ni mucho menos puede la clase obrera mejorar su nivel de vida dentro de este sistema presionando a los parlamentos burgueses, o poniendo en pie políticas de colaboración de clases con los patrones "progresistas" y "democráticos". Toda la crisis recae sobre la clase obrera. Y por eso el 1% del planeta se ha quedado con el 50% de los bienes de la civilización humana. Esta fábula habla de Grecia.
La crisis griega esta vez empalma con el estallido de la bolsa china, que preanuncia que el estancamiento de su economía es producto de una nueva relocalización de las transnacionales a zonas del planeta donde la mano de obra es más barata. Es el indicio de que el capital está saliendo del proceso productivo, donde le ha caído la tasa de ganancia. Bancos paralelos a la banca oficial y sin control han dado créditos a 90 millones de ahorristas para que inviertan en la bolsa en una burbuja inmobiliaria, que ya no encuentra compradores.
Los bancos tienen que salir con sus fondos como garantes del hundimiento de las acciones de las empresas transnacionales desvalorizadas. Así los bancos se endeudan y el estado chino comienza a dilapidar sus reservas.
El perro se muerde la cola. El parasitismo se desarrolla a altísima velocidad en esa "economía pujante". La "locomotora China" va a tener que jugar el rol que le asignó EEUU, el imperialismo dominante en el Pacífico: no de exportadora sino de compradora de la sobreproducción de las transnacionales. El plan de semicolonización de China ha empezado.
Pero toda pesadilla puede empeorar. La crisis europea limitó aún más la capacidad de exportación de China. Los apologetas del capitalismo ya daban por superada la crisis del 2008. Es que las direcciones del proletariado le dieron un respiro estrangulando la oleada de ofensiva revolucionaria de las masas.
Los estados imperialistas socorrieron a sus bancos quebrados. Solo los más fuertes lograron absorber capitales del mundo, como hizo EEUU para cubrir su enorme déficit, o sostenerse a sí misma, como la poderosa economía alemana. La mayoría de los estados imperialistas quebraron. Le tiraron toda su crisis a las masas y al mundo, o bien, se llenaron de bonos basura, que revalorizaron como en Grecia transformándola en vasalla o multiplicando el saqueo del mundo semicolonial.
Pero de nuevo la realidad llama a la puerta. El capitalismo no destruyó lo suficiente como para recuperarse del crack del 2008. El default y bancarrota griega y el estallido de la bolsa china anuncian un nuevo marasmo de la economía mundial, que le hará sacar las garras a los imperialismos dominantes para no permitir que esta crisis los toque a ellos.
Pero, lo que es más grave aún. La burguesía sabe perfectamente -y la Merkel sabe de lo que se trata- que para cobrarle a su deudor Grecia y para que ésta vuelva a crecer como para pagarle la deuda no basta con hacerle una "quita". Su plan es terminar de sacarle todas las conquistas a la clase obrera griega, para transformar a Grecia en una maquila, donde invertir sea una gran tentación y un gran negocio.
Y pensar que la izquierda reformista le dijo a las masas que se podía presionar al imperialismo, en estado de crisis y crack, con un plebiscito y votando por el "NO".
Pero aquí la cuestión es que los banqueros y los capitalistas griegos no están quebrados. Ellos, quebrando al estado griego, ya se cobraron todas sus pérdidas del 2008, y se han vuelto a asociar -aunque en un grado mil veces menor- con el capital financiero alemán y norteamericano. A partir de ahora, sólo se trata de que el pueblo pague. Sin revolución proletaria no habrá salida para la clase obrera y el pueblo griego. Todo lo demás es una vulgar mentira.
La "nueva izquierda" no es más que un reformismo sin reforma. El secreto-encanto de Syriza no duró ni 4 meses en las masas. La "nueva izquierda" tendrá que mirarse en ese espejo. Sus jefes, los banqueros imperialistas, le harán jugar su rol rápidamente chocando con la clase obrera mundial. Será el sistema capitalista mundial en bancarrota el que no le dará paz ni sosiego al reformismo.
Lo que no dice la "nueva izquierda" reformista es que Grecia no tiene solución para los trabajadores si éstos no toman el poder
En toda esta discusión sobre la cuestión griega ya se han escrito ríos de tinta. Pero lo que no dice el reformismo es que Grecia no tiene solución para los trabajadores si éstos no toman el poder. Esa es la tarea inmediata planteada hace 8 años ante el crack y la bancarrota. ¿O qué van a hacer los obreros? ¿Huelgas generales por aumento de salarios y de pensiones, cuando hay millones de despedidos, un 25% de desocupación, cierres de escuelas (se cerrarán más de 1000) y de hospitales (que ya se cerraron 54 de alta complejidad)?
La lucha política de masas para derrotar al régimen infame de la Troika que gobierna Grecia ya hace rato que es la única forma posible de combate de los explotados. La lucha económica ya no tiene solución inmediata si no se eleva a lucha política y si las masas no derrotan y tiran al régimen y al gobierno de las clases dominantes. Las condiciones para la revolución socialista en Grecia están mucho más que maduras, se están pudriendo y descomponiendo abiertamente.
Los "modernos izquierdistas", que no son más que un rejunte de viejas recetas de la vieja izquierda, escriben ríos de tinta sobre la analogía con la Argentina del 2001, sobre las "implicancias económicas de la ruptura de Grecia con la UE", de "la diferencia entre Grecia con Argentina porque esta última tiene enormes fuentes de materias primas para la exportación"... son miles de estupideces de la izquierda siguiendo a los charlatanes de los políticos burgueses y sus periodistas. Pero todos quieren ocultar bajo siete llaves la verdadera cuestión de Argentina del 2001, que fue su grito de guerra: "¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!" En Argentina había empezado la revolución y el presidente, De la Rua, se tuvo que ir en helicóptero de la casa de gobierno ante los combates en las calles y el surgimiento embrionario de organismos de autodeterminación de las masas, que tumbaron a cinco presidentes en una semana.
Mil y una veces los explotados griegos intentaron tomar este camino. Incluso levantaron el grito de "que se vayan todos, que no quede ni uno solo" chocando contra todo el parlamento burgués y el entonces gobierno de Papandreu, a quien le decían "te va a pasar lo de De la Rua". Estas enormes luchas fueron mil y una veces traicionadas por la burocracia de los sindicatos dirigidos por el PC y por la "nueva izquierda" de Syriza, sostenida por los renegados del trotskismo.
Ya ha quedado por demás claro que la única forma de ponerle un límite a este brutal ataque es con un levantamiento revolucionario de las masas y derrotando en las calles al gobierno y al parlamento de los banqueros parásitos y los armadores de Grecia. ¡Que empiece la revolución! ¡Paso a los consejos de obreros y soldados!
De eso se trató el plebiscito, de impedir una vez más una crisis en las alturas que permita una acción independiente decisiva de las masas griegas que no deje piedra sobre piedra de este régimen infame de la Troika en Grecia y su gobierno antiobrero.
Después de tantos años, algunos "izquierdistas" se ríen cuando hablamos de consejos de obreros y soldados en Grecia. Pero por dentro bien que rechinan sus dientes. Les causa pánico. Es que si estos organismos se desarrollan y se extienden, sus días como dirección de la clase obrera griega estarán contados.
Nos quieren hacer creer que la lucha empezó con el "NO" del plebiscito de Syriza. Pero desde el 2008 la clase obrera y la juventud rebelde de Grecia hizo ya 32 huelgas generales, combates de barricadas, tomas de fábricas, echaron a la burocracia de los sindicatos en ciudades enteras como en Tesalónica, expulsaban a los burócratas sindicales de las movilizaciones... Chocaron con esta burocracia de los sindicatos y sus bandas armadas cuando éstas defendían al parlamento de Papandreu que votaba los peores ataques contra las masas.
Con la juventud rebelde y su comité de autodefensa se defendió a los inmigrantes de la golpiza de las bandas fascistas. La clase media arruinada del campo fue a vender directamente sus productos a la ciudad, para romper la cadena de distribución que encarecía sus mercancías, para que el pueblo coma. La alianza obrera y popular estaba al alcance de la mano y aún lo está ante los ahorros de las clases medias arruinadas expropiados con el "corralito". La juventud puso sus mártires, como Alexis Grigoropulos -fusilado por la policía asesina de Karamanlis- y Pavlos Fyssas, asesinado por las bandas fascistas de Amanecer Dorado.
Entonces, aquí los que capitularon son los que se sometieron al plebiscito y embellecieron por izquierda a Syriza. Es decir, los que le cerraron nuevamente un camino revolucionario a la clase obrera griega.
Capitularon los que han envenenado la consciencia de millones de trabajadores en el mundo despertando ilusiones de que Syriza iba a enfrentar a la UE, y que ello se imponía con un 60% de votos por el "NO" en las urnas. ¡Mentira! ¡A los capitalistas no se los presiona con votos! Su ataque solamente lo para la clase obrera con su lucha revolucionaria. Son ellos o nosotros, la clase de los capitalistas o los trabajadores.
Capitularon los que le hicieron creer a la clase obrera griega y mundial que con las urnas Alemania, la jefa de las potencias imperialistas europeas, con el Bundesbank lleno de bonos basura de la deuda griega, se iba a asustar y declarar en default a sus bancos.
Capitularon los que buscaron convencer a los explotados de que los banqueros griegos estaban enfrentados a la UE, cuando la gran Alemania actúa como lo que es, la gran potencia imperialista dominante en Europa, junto a EEUU, y Tsipras también actúa como lo que es: un socio menor del capital financiero internacional, que se arrastra ante él.
Aquí se trata de parar a la UE, al Maastricht imperialista, al FMI y a la cínica burguesía griega, poniéndole el pie en el pecho y arrodillándola. Eso no se hace con votos, sino con la lucha revolucionaria de las masas.
La suerte de las masas sólo la puede definir a su favor un gobierno provisional revolucionario de obreros y soldados sobre la ruina del estado burgués. Todo lo demás es un vulgar engaño a los explotados. Es hacerle creer a las masas que con elecciones y con un 60% -o un 100%- de votos por el "NO" se para al FMI, al Maastricht imperialista, a los parásitos griegos y a la Alemania que invadió dos veces Europa y desató dos guerras mundiales por tener una zona de influencia en el viejo continente. Esto más que una mentira es una tragedia, con la cual la clase obrera griega está haciendo rápidamente una experiencia.
Para parar a la Troika hay que derrotar en primer lugar al gobierno griego porque el enemigo está en casa. No se lo hace sometiendo a la clase obrera a su verdugo: a Tsipras y la clase que éste representa.
Había y hay que decir la verdad. Parar los padecimientos inauditos de las masas griegas, a la Troika y a los parásitos del imperialismo griego no se logra con votos sino con la lucha revolucionaria de las masas de Grecia y toda Europa.
Para ello, el primer paso para sacar a las masas del atolladero al cual las llevó Syriza es desplegar una lucha decidida por la ruptura de los explotados con ese gobierno burgués imperialista. El combate no puede ser otro que el de luchar por marchar a poner decididamente en las calles el poder de la clase obrera, el de los sindicatos, los comités de fábrica, los comités de desocupados, los de la juventud rebelde y las clases medias arruinadas. Hay que poner en pie los comités de autodefensa y las milicias obreras, comenzando por luchar por la libertad de la juventud rebelde griega que tuvo la valentía de enfrentarse a las bandas fascistas, que ahora se multiplicarán por mil.
¡Basta ya de plebiscitos bonapartistas! ¡Paso a la democracia directa de los de abajo! ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
¡Abajo el pacto de Merkel-Tsipras!
¡Desconocimiento de toda la deuda externa, contraída por los banqueros parásitos griegos!
¡Anulación y cancelación de todos los convenios y acuerdos secretos de Grecia con la Banca Morgan, Goldman Sachs, Wall Street y el FMI!
¡Expropiación sin pago de los banqueros y banca estatal única! ¡Expropiación sin indemnización y bajo control obrero de las transnacionales de los armadores y todo el capital financiero griego!
El choque entre las clases es inevitable. La burguesía también se prepara enérgicamente para estos choques. Ya sea con Syriza disciplinando a todas las fracciones burguesas en el parlamento para que voten como ley los acuerdos con Alemania y la UE; o bien yendo a nuevas elecciones con Syriza desgastado, con las masas desmovilizadas y reconstituyendo un poder reaccionario, asentado en fuerzas contrarrevolucionarias para disciplinar a los explotados. Estas variantes son las que ya está manejando la burguesía griega.
Insistimos, los choques son inevitables. Ya no hay margen para concesiones. El reformismo no puede regular ninguna reforma, salvo ser el garante abiertamente del negocio de los capitalistas. Syriza se ha sacado la careta ante las masas.
Este choque la burguesía busca definirlo a su favor con duros golpes contrarrevolucionarios y fascismo. Es que se le ha arrancado y se le intentará arrancar a la clase obrera griega hasta la última gota de sangre y sudor, y para ello están preparándole una dura derrota. El gobierno de Syriza y su plebiscito fueron un "canto de sirena" para que las masas se estrellen contra el golpe de los banqueros griegos y la Merkel, la "dama de hierro", la jefa de la UE junto a los yanquis.
Es mentira que lo que hubo en Grecia fue un "golpe de estado". Lo que hubo fue un agrupamiento de las fuerzas imperialistas de Maastricht y su gobierno en Grecia contra las masas, contra la clase obrera. Aquí nadie derrotó a Syriza. Aquí Syriza, con su gobierno burgués, le intenta propinar un duro golpe a la clase obrera griega.
Lo que se viene es un despido masivo de los empleados públicos, pérdida de jubilaciones, de salarios, de puestos de trabajo... aún más sacrificios inauditos de los que ya vienen sufriendo las masas.
El reformismo preparó a la clase obrera para una lucha de presión con votos en urnas para "parar la ofensiva del gran capital". Éste sacó su látigo, y dijo "así se resuelve esta cuestión". Disciplinó a su agente Syriza y a Tsipras, y lo mandó a atacar a la clase obrera griega abiertamente.
¿Qué esperaban los que hoy ven pasar los días después del plebiscito, y más y más Syriza acuerda con la Merkel un ataque cada vez mayor contra los trabajadores griegos? ¿Qué esperaban con el triunfo del "NO"? ¿Que Syriza, presionada por las masas y por el voto "NO", expropie sin pago a los banqueros griegos y los grandes armadores imperialistas, para recuperar el robo de éstos al pueblo griego?
Esta es una vulgar mentira y un crimen político. Porque el verdadero programa para Grecia de toda la izquierda fue y es "unidad de acción con Syriza y el gobierno griego para presionarlo para que enfrente a la Troika imperialista". A la burguesía no se la presiona. O se la pone de rodillas, o ésta aplastará a los trabajadores. Sólo entrega alguna concesión cuando está a punto de perder todo, y no era ni es esta la situación creada por el plebiscito, sino todo su contrario.
El único camino... retomar los combates ofensivos del 2008
¡Que vuelva la chispa de Atenas a incendiar Europa!
¡Hay que derrotar el pacto de hambre y esclavitud de Merkel-Tsipras contra la clase obrera griega y de toda Europa! El combate es clase contra clase
¡Disolución del parlamento fantoche de los banqueros imperialistas! ¡Huelga general revolucionaria! ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
¡Abajo la Europa de Maastricht de la Merkel y los banqueros griegos! ¡Fuera el FMI!
¡Paso a la revolución!
Cuando editamos esta declaración está a punto de reunirse el parlamento griego, que va a consagrar el pacto de Merkel y Tsipras contra los trabajadores y el pueblo.
El ataque a la clase obrera griega, por parte de Merkel y Tsipras, ES UN ATAQUE A TODA LA CLASE OBRERA EUROPEA. Los tarifazos, el aumento del IVA, el ataque a las jubilaciones, la disponibilidad de los empleados públicos y la flexibilización laboral que quieren imponer en Grecia, si pasan allí, se va a profundizar contra toda la clase obrera europea. Sólo así se va a reconstituir Europa de su bancarrota actual.
Esta ofensiva contra los trabajadores del viejo continente empezó hace rato. Toda la crisis del Maastricht en bancarrota ha sido descargada sobre los obreros de la Europa imperialista y de la Europa maquila del este. Son las mismas garras de Alemania, del imperialismo yanqui, de la gran Inglaterra y Francia, entre otros, las que aplastan a la clase obrera ucraniana y masacran a los mineros del Donbass. Éstos resisten heroicamente, junto a la clase obrera de Kiev, un ataque de la misma magnitud del que sufren los obreros griegos y que se profundizará en todos los países europeos.
No es solo Grecia la que está en bancarrota, sino toda la Europa imperialista. El crack mundial empezó en la casa de los jefes de las pandillas imperialistas, EEUU, que le está tirando toda su crisis y miles de toneladas de bonos basura al mundo, y a Europa en particular.
La "nueva izquierda" y sus voceros en todo el mundo han dicho que el verdadero choque y enfrentamiento que está planteado es "entre la Grecia oprimida" y la "Alemania imperialista". Así han obligado a la clase obrera de toda Europa a ubicarse en un terreno de "bloques", en el "bloque progresivo" de Grecia contra el "bloque regresivo" de Alemania. De esta forma han sometido a cada clase obrera a su propia burguesía imperialista, y a la alemana y griega en particular.
Esto es una estafa. Han presentado la lucha actual no como un combate de la clase obrera de Grecia y toda Europa contra el Maastricht imperialista, la Merkel y el gobierno griego. En realidad estamos ante una verdadera guerra de clases de los explotados de toda Europa contra los gobiernos y regímenes imperialistas. La "nueva izquierda" ha planteado todo lo contrario, y así ha aislado a la clase obrera griega de sus hermanos de clase de Alemania, cuando es justamente allí donde se para el ataque a la clase obrera griega y europea.
Esta es la tragedia actual de la clase obrera europea. La chispa de Atenas ayer incendiaba Europa. La política de la izquierda reformista socialimperialista fue y es mojar la pólvora para que esa chispa ya ni siquiera se prenda en Grecia.
En contra de esta política de "bloques", de "Grecia contra Alemania", que impulsa Syriza y la "nueva izquierda", en Grecia toda política revolucionaria pasa por levantar con claridad que: ¡el enemigo está en casa! Así también lo está para la clase obrera alemana, francesa e inglesa. Esta es la única posibilidad de conquistar la unidad de la clase obrera europea.
Para la Merkel, succionando a la burguesía imperialista griega, en la derrota al proletariado griego están las condiciones para derrotar al proletariado alemán. Éste, atenazado por la socialdemocracia, por el stalinismo, y por la amenaza del crack, no ha intervenido aún de forma decisiva. El imperialismo alemán ha ido regulándole la crisis. Pero si pasa el ataque en Grecia, la Merkel volverá con todas sus fuerzas a chocar contra la clase obrera alemana, como lo harán también Francia, Inglaterra y todas las potencias imperialistas.
En Grecia, la tarea inmediata es la revolución socialista. Y en Alemania y el resto de la Europa imperialista, la primera tarea para liberarse del yugo de los capitalistas, es parar y derrotar el ataque de la Merkel y el Maastricht imperialista contra la clase obrera griega. Nuevamente, el grito de guerra es ¡el enemigo está en casa!.
De impedir esto se trata el nacionalismo de las potencias imperialistas destilado por las aristocracias y burocracias obreras del viejo continente. Se trata de quebrar la unidad de la clase obrera y desarrollar el peor de los chovinismos en su movimiento obrero. Insistimos, ese es el rol de una poderosa aristocracia y burocracia obrera, como son los partidos socialimperialistas y las burocracias sindicales, que son los encargados de someter a la clase obrera a sus verdugos.
La verdadera política de la burguesía alemana es hacerle creer a su clase obrera que la causante de sus desgracias son los "vagos" de la clase obrera griega... y viceversa, que los culpables de las miserias de la clase obrera griega son los obreros alemanes.
"¡El enemigo está en casa!" es la única política posible para abrir el camino a la victoria de la clase obrera europea.
"¡El enemigo está en casa!" significa que la clase obrera griega y alemana no tienen nada que ganar con los gobiernos de Syriza y de la Merkel, sino todo por perder. Hace rato que la clase obrera alemana ya perdió sus 36 horas de trabajo semanales y el 25% de su salario. Hace rato que están las condiciones para que se una con la castigada clase obrera griega y europea. Las direcciones chovinistas y socialimperialistas son las que lo impiden.
La izquierda griega y sus corifeos en el mundo nos plantean -y su subordinación al plebiscito lo refleja- que su programa es "junto con Syriza, derrotemos a la Troika, y después saldaremos cuentas con el gobierno burgués griego". Esto es poner a la clase obrera griega en la soga de su verdugo y separarla de sus hermanos de clase de Alemania, Francia, Inglaterra y toda Europa. Es que es imposible comenzar a derrotar a Maastricht y la Troika sin el triunfo de la revolución socialista en Grecia. Todo lo demás es una vil mentira.
La "nueva izquierda" está armada con las viejas recetas, la pseudo teorías y programas traidores del viejo stalinismo: "Vamos con el imperialismo progresivo o atacado contra el imperialismo agresor". Hicieron esto ayer en la segunda guerra mundial con Inglaterra y Francia contra Hitler; y hoy lo hacen con la "Grecia agredida" contra la "Alemania opresora". Someten a la clase obrera a los "imperialismos democráticos" o en desgracia diciendo que, en una segunda etapa, harían "la revolución"... pero siempre están colgados a los faldones de alguna pandilla imperialista. Así preparan las peores derrotas para la clase obrera.
Es imprescindible decirle la verdad a los trabajadores. La lucha por el desconocimiento de la deuda externa de Grecia es la lucha por la expropiación de los banqueros y las transnacionales griegas, que como socias del capital financiero europeo y norteamericano son la que la crearon y estafaron al pueblo. Este es el único programa que, al romper con el chovinismo, abre las condiciones para conquistar la unidad de la clase obrera griega con sus hermanos de Europa. Eso abre el camino a la derrota del Maastricht imperialista y a la revolución socialista europea.
Los plebiscitos, el sometimiento a los cantos de sirena de Syriza y todos sus engaños no son más que un rodeo para sostener el garrotazo de Alemania y los banqueros imperialistas griegos contra los trabajadores.
Los partidos de izquierda deben poner la cara luego de semejante capitulación a Syriza y la burguesía imperialista griega. El primer paso es que todo aquel que habla en nombre de las organizaciones obreras debe romper abiertamente con el gobierno de colaboración de clases de Syriza, Griegos Independientes… y el presidente de Nueva Democracia.
Aquí se ha derrumbado la teoría-programa de “vamos todos con Syriza en la primera etapa, festejamos el plebiscito -como lo hacían, a cuenta de lo que no habían conquistado- y después en la segunda etapa se podrá saldar cuentas con los banqueros imperialistas griegos en desgracia”, como afirmaban.
La izquierda votó festejar en todo el mundo al otro día del plebiscito y no decirle la verdad a las masas.
Todos aplauden… la Casa Blanca saluda… la Merkel se hace un poco la dura, pero acuerda todo… y la izquierda festeja.
Esta es la “nueva izquierda”… un rejunte de viejas recetas del stalinismo y la socialdemocracia.
Todos ellos deberán explicar. ¿O acaso tienen alguna otra “táctica genial” para ofrecerle a la clase obrera griega?
¡BASTA! ¡ABAJO EL ATAQUE A LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO GRIEGO DE TSIPRAS, LA MERKEL, OBAMA Y EL FMI!
LA SALIDA A LA CRISIS ESTÁ EN LAS CALLES
¡QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS BANQUEROS Y LAS TRANSNACIONALES GRIEGAS JUNTO A LA UE Y EL FMI!
¡DISOLUCIÓN DEL PARLAMENTO DE LA TROIKA Y DEL GOBIERNO DE LOS BANQUEROS PARÁSITOS DE GRECIA!
¡QUE SE VAYAN TODOS!
¡HUELGA GENERAL!
A LAS CALLES, A LUCHAR; ¡NO HAY NADA QUE FESTEJAR!
¡FUERA MAASTRICHT, EL FMI Y LA “NUEVA IZQUIERDA”!
SON UN FRAUDE
¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA EUROPEA!
El ataque de la Merkel y Tsipras hay que pararlo en Berlín, en Madrid, en París, y sublevando a los pueblos oprimidos del este, puesto que en "el espejo" de esa clase obrera y en sus condiciones paupérrimas de vida debe mirarse la clase obrera de la Europa imperialista.
¡LA LIBERACION DE LOS TRABAJADORES, SERÁ OBRA DE LOS TRABAJADORES MISMOS!
¡Paso a la Grecia revolucionaria de los consejos de obreros y soldados!
Contra la Unión Europea de las potencias imperialistas... ¡Por los ESTADOS UNIDOS SOCIALISTAS DE EUROPA!
La crisis de dirección de la clase obrera griega y europea se resume a que ésta ha tenido una sobreabundancia de direcciones traidoras. Los choques decisivos entre las clases ya están aquí. La situación prerrevolucionaria griega fue abierta en el 2008. Hoy estamos viendo sus capítulos decisivos.
Solamente combatiendo por unir a los obreros griegos con la clase obrera europea y colaborando para que éstos pongan en pie las organizaciones aptas para el combate, se podrá avanzar a poner en pie una dirección revolucionaria. De eso se trata la lucha por los consejos de obreros y soldados y las milicias obreras, con representantes de todas las clases oprimidas de la sociedad.
Allí, en los organismos de doble poder de las masas, estará a la orden del día la puesta en pie de una dirección revolucionaria, que sólo surgirá como expresión de un combate internacional de las fuerzas revolucionarias de la IV Internacional contra los liquidadores de la revolución socialista.
Ante la grave crisis política y el crack, amenaza con romperse nuevamente el eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista de Europa, que es Grecia
Las direcciones traidoras desorganizaron mil y una ofensivas de masas en Grecia y toda Europa estos años, como lo vimos en los ascensos prerrevolucionarios en el Estado Español, las tomas de fábrica y la rebelión de los inmigrantes en Francia en 2009/2010, en las huelgas generales de Bélgica y de Portugal, en la sublevación de Tottenham en Inglaterra, en la lucha de la clase obrera y la juventud alemana contra los movimientos protofascistas en la dura resistencia de la clase obrera italiana contra los planes de austeridad, y en centenares de levantamientos de la Europa del Este, de Georgia a Ucrania, y de Ucrania al Kirguistán de Eurasia.
Las direcciones traidoras le han creado y le crean las peores condiciones a la clase obrera europea para su pelea. Primero contuvieron la primera oleada del 2009/2011, año en que comenzaban los enormes procesos revolucionarios en el Magreb y Medio Oriente, en las zonas de influencia de sus potencias imperialistas. Y una vez que éstos han sido aplastados, el imperialismo va a por Grecia, y mañana terminará de ir definitivamente a por toda la clase obrera europea.
En Grecia, como en Ucrania, se están jugando dos grandes batallas de la clase obrera mundial. El imperialismo, de conjunto, concentra sus fuerzas para aplastar estos dos focos revolucionarios. De no hacerlo, éstos corren el riesgo de propagarse e incendiar toda Europa, a uno y otro lado del río Rin, tanto en el occidente imperialista como el oriente europeo oprimido.
No está dicha la última palabra. Ésta no se dirá contando los votos en los barrios obreros, sino organizando las luchas en las fábricas, con los inmigrantes, con la juventud rebelde y con los soldados rasos. Ahí está el futuro de Grecia y el futuro de la revolución europea.
Digámoslo de una vez. El proletariado griego sólo tiene intereses comunes con la clase obrera europea y mundial. Sin esta precondición no podrá dar ninguna lucha decisiva. La ruptura con el gobierno de Syriza se hace imprescindible.
Las primeras batallas de la lucha contra el pacto Merkel-Tsipras han comenzado. Cuando sacamos esta declaración a la calle se están produciendo los primeros choques contra el parlamento de la Troika y los piratas de la burguesía griega. Los trabajadores del transporte y estatales ya se encuentran en paro y llaman a rodear el parlamento el día de hoy. El Partido Comunista, que dirige la central sindical PAME, que llamaba al voto nulo en el plebiscito, poniéndose como alternativa de izquierda" a Syriza, tiene la oportunidad de demostrarlo ahora, si realmente lucha por un gobierno de los trabajadores o está poniendo de pie una nueva impostura para la clase obrera.
El KKE y sus sindicatos tuvieron toda la oportunidad de llamar a derrotar el plebiscito, oponiéndole no la fantochada de un voto nulo, sino una lucha decidida de los sindicatos y la clase obrera contra Syriza, que hace rato viene aplicando un plan de hambre de la Troika. La burocracia stalinista de los sindicatos también impidió poder darle una respuesta en las calles a la trampa del plebiscito. Pues bien, ahora sobran las condiciones para hacerlo.
Un llamamiento a un congreso nacional de los sindicatos y organizaciones obreras, a poner en pie comités de empresa, de desocupados, de abastecimiento, abriría una nueva perspectiva para los explotados de Grecia y pondría a la orden del día un llamamiento a todos los trabajadores europeos a coordinar un combate en común contra la Europa imperialista de Maastricht.
Los viejos Partidos Comunistas europeos son también parte de los desechos que componen esta "nueva izquierda", y juegan un rol fundamental en la división de tareas dentro de la misma. Hoy son el gran obstáculo para abrir una perspectiva revolucionaria. Atrincherados como una burocracia en los sindicatos, han llevado a la clase obrera europea -y griega en particular- a mendigarle a los capitalistas que "morigeren su ajuste" y a que "terminen con sus planes de austeridad", lo que equivale a decirle al zorro que no se coma las gallinas.
Estas burocracias sindicales le han impuesto a los sindicatos las peores de las postraciones y han separado a los obreros sindicalizados de los millones de desocupados e inmigrantes.
El látigo del capital une cada vez más a todos los sectores de la clase obrera, inclusive con las capas arruinadas de las clases medias. Esto sucede ya agudamente en Grecia. Las masas ya pugnan por romper los diques de contención de sus direcciones. Esta es una de las últimas oportunidades que tienen las masas de Grecia, y una dura advertencia a todos los obreros de las potencias imperialistas.
¡Hay que poner en pie los organismos de doble poder de las masas en lucha!
Se trata de unir a todas las masas en lucha. Ya no hay demandas por sector o profesión de la clase obrera que se puedan conseguir sin derrotar al gobierno y al pacto de Tsipras-Merkel. Todos los sectores que entran al combate contra el gobierno deben poner en pie los organismos de autoorganización y democracia directa de las masas: los estatales, los sindicatos, los trabajadores de las empresas en crisis, los desocupados, la juventud rebelde, la clase media arruinada.
En Grecia se ha abierto una enorme crisis política. Las direcciones traidoras quieren impedir que las masas vean al monstruo que está entre las sombras para que no lo golpeen duramente: la casta de oficiales del ejército griego, parte del generalato de la OTAN y su casta de coroneles asesinos. La demanda de comités de soldados, que impidan toda represión al pueblo, el derecho a la sindicalización y organización de los mismos, y su participación en las acciones de los trabajadores y el pueblo y sus luchas, se vuelve una cuestión decisiva ante la crisis política en la que está entrando Grecia.
¡Fuera las bases militares griegas del Kosovo!
Amanecer Dorado y el movimiento fascista, ante el desarrollo de la crisis, apoyado en las clases medias desesperadas, volverá reclutar fuerzas -alentado en la trastienda por el gran capital- para atacar al movimiento obrero y a las masas en lucha. La puesta en pie de una milicia obrera en Grecia es una cuestión de vida o muerte para los explotados. La juventud ha sido la vanguardia de esta lucha. Hay que poner en pie los comités de autodefensa de los trabajadores en lucha junto los obreros inmigrantes, ante todo intento del a burocracia de los sindicatos de romper desde adentro la lucha de los explotados de Grecia, como ya sucediera en el 2012 en los combates contra Papandreau.
Enormes combates de clases se avecinan. El gran capital dio la orden de "guerra civil contra las masas". Nadie más puede seguir creando ilusiones de que se vienen "épocas de paz social y de armonía entre las clases". Por delante, la alternativa está más que clara. La burguesía, con sus gobiernos de colaboración de clase, como Syriza, viene a adormecer y anestesiar a las masas, y a reprimir violentamente a su ala izquierda. Mientras esto sucede, el gran capital prepara el fascismo. En Grecia, ya hace rato, éste viene agarrando palos y revólveres para atacar a los trabajadores.
¿Adónde va Grecia? A una alternativa de hierro: A la revolución socialista, o al fascismo y la guerra.
FLTI - Colectivo por la IV Internacional,
integrado por:
Liga Obrera Internacionalista (LOI-CI) – Democracia Obrera, de Argentina
Partido Obrero Internacionalista (POI-CI), de Chile
Workers International League (WIL), de Zimbabwe
Movimiento revolucionario de las milicias rebeldes, de Libia
Brigada León Sedov, de Siria
Comité Revolucionario Obrero y Juvenil por la Autoorganización (CROJA), de Brasil
Liga Socialista de los Trabajadores Internacionalistas (LSTI), de Perú
Liga Trotskista Internacionalista (LTI), de Bolivia
Liga Comunista de los Trabajadores (LCT), de Venezuela
Grupo Comuneros, de Colombia