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¡“Familias en la calle NUNCA MÁS”! ¡QUE “LA CRISIS” LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS! ¡APERTURA DE LOS LIBROS DE CONTABILIDAD, PARA DEMOSTRAR LAS SÚPER MILLONARIAS GANANCIAS QUE HACEN LAS TRANSNACIONALES Y LOS BANQUEROS DE WALL STREET! ¡REPARTO DE LAS HORAS DE TRABAJO, SIN REBAJA SALARIAL! ¡ESTATIZACIÓN SIN PAGO Y BAJO CONTROL OBRERO DE DONELLEY, PATY, BRUKMAN, ZANON
¡Ninguna confianza en los fallos de la justicia patronal!
¡NO HAY TIEMPO QUE PERDER! ¡HAY QUE ORGANIZARSE Y PREPARAR UNA GRAN LUCHA! En LEAR con los 28 compañeros adentro de la planta hay que volver a conquistar la unidad de la fábrica, coordinar a toda la vanguardia combativa y derrotar el divisionismo impuesto por el FIT y sus “Encuentros”, “Actos” o “Congresos” de Platense, Argentinos Juniors o el Luna Park… ¡CONGRESO NACIONAL UNITARIO DE TRABAJADORES
Luego de seis meses de lucha contra el despido de 220 compañeros, la justicia patronal dictó una “medida cautelar” que exige a la empresa LEAR la “reincorporación de 28 trabajadores”, ya que –según los jueces- esta transnacional no presentó el “Procedimiento Preventivo de Crisis” que justificase “legalmente” los despidos mencionados. La pregunta que surge es ¿por qué la justicia no falló antes si la patronal nunca presentó el “Preventivo de Crisis”? Pues son estos mismos jueces los que debían permitirle a la empresa pasar el ataque, reducir personal (y aumentar los ritmos de producción en la planta, profundizando la súper explotación obrera), militarizar la fábrica, escarmentar a los trabajadores enviando (con las ordenes de la justicia) a la Gendarmería a reprimir en la ruta y a los pistoleros de la Verde del SMATA a atacar a la Comisión Interna combativa para aterrorizar al conjunto de los compañeros. ¿Qué hacer? No bajar la guardia. Los obreros de Lear no deben depositar ni un solo gramo de confianza en esta “medida cautelar”, pues la misma es un manual implícito y una guía de acción de cómo debe actuar la patronal de Lear (y cualquier otra) para que, presentando el “Preventivo de Crisis” correspondiente, tenga la cobertura legal para que nadie más objete sus determinaciones en la planta de General Pacheco. Sin embargo, ha que aprovechar este artilugio legal circunstancial que le permite a 28 compañeros volver a sus puestos de trabajo, para organizar a toda la fábrica, conquistar nuevamente la unidad de la base para luchar contra la burocracia de la Verde y por la reincorporación de los 220 despedidos (comenzando por los compañeros que –con la pistola en la cabeza colocada por la patronal y la burocracia de Pignanelli- firmaron y aceptaron la indemnización, puesto que los obreros no nos subordinamos a las leyes de contrato laboral de los patrones esclavistas). Por eso es de suma urgencia preparar una gran lucha por la reincorporación de todos los compañeros de Lear y de los miles de trabajadores despedidos, hayan sido dejados cesantes con o sin “Preventivo de Crisis”. Es mentira que a las transnacionales, comenzando por las automotrices y autopartistas del MERCOSUR que hicieron millonarias superganancias, “les va mal”. Ahora con menos obreros en sus fábricas quieren hacer producir el doble a los compañeros que aún mantienen su fuente laboral. ¡Basta! ¡Que la “crisis” la paguen los patrones! ¡Abajo todos los “Preventivos de Crisis”! ¡Apertura de los libros de contabilidad! ¡Abajo el secreto comercial! ¡No aceptamos ni un despido, ni una suspensión más! ¡Reincorporación de todos los compañeros ya! ¡Reparto de las horas de trabajo, sin reducción salarial, y un turno más en todas las plantas! ¡Estatización sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre, suspenda o despida! ¿Un “triunfo” una “medida cautelar” de la justicia La dirección del PTS y del FIT les dice a los obreros de Lear y al conjunto de los trabajadores, que la “medida cautelar” de la justicia patronal es un “gran triunfo” y que el mismo significa “un ejemplo para enfrentar los despidos masivos”. Esto, además de ser un engaño, no hace otra cosa que desarmar a los obreros de Lear y al conjunto de nuestra clase para la lucha contra los planes de esclavitud laboral y saqueo de nuestra nación que vienen aplicando –e intensificando- las transnacionales, los grandes bancos, los pooles de siembra y los piratas imperialistas. Desgraciadamente, la dirección del FIT trabaja para envenenar la conciencia de millones de trabajadores, pues quiere hacerle creer a los trabajadores que hay jueces que pueden ser sus aliados y que presionándolos pueden “retar” a los patrones; cuando es la Corte Suprema la institución burguesa actual que, al servicio de Obama, las grandes transnacionales y el gobierno, más garantiza nuestra esclavitud y desocupación con sus encarcelamientos, persecución, procesamientos y represión cada vez que luchamos o intentamos hacerlo. Así la dirección del FIT, que sustituye con sus abogados y diputados la lucha que deben protagonizar los trabajadores, no solo adormece a nuestra clase y le quita confianza en sus propias fuerzas, sino que prepara nuevas y superiores derrotas contra los explotados. Dos estrategias dividen al movimiento obrero a la hora de enfrentar la guerra impulsada por el gobierno de Kristina y los banqueros de Wall Street contra los explotados: O tras los pasos de la dirección del PTS y su política de colaboración de clases de someter las luchas obreras a los jueces de “Justicia Legitima” y a los políticos patronales “progresistas” del Frente Para la Victoria y a los bloques parlamentarios con el UNEN y los gorilas de la UCR O tras los pasos del “clasismo”, del “Cordobazo”, de las coordinadoras de los que luchan y de independencia política de los trabajadores “En Lear si, en Paty no” se escucha repetir en boca de dirigentes del PTS. Esto, además de ser lamentable, es una verdadera confesión de que festejan, en total sintonía con la patronal de BRF y el gobierno K, la derrota de la lucha de los 250 obreros de Paty que al cerrar su fábrica quedaron en la calle. Los hechos, los testarudos hechos, están a la vista. La patronal despidió a 400.000 en el 2014. Sus bancos se llevaron decenas de miles de millones de dólares. Kristina, fiel a su rol de “pagadora serial”, les puso toneladas de monedas al FMI, a los “Fondos Buitres” y al Club de Paris. Las burocracias sindicales entregaron nuestros salarios en sus paritarias truchas y profundizaron la esclavitud en el conjunto del movimiento obrero, principalmente en las filas de los millones de trabajadores en negro que no cuentan con ningún derecho. $210.000 millones se robó el gobierno con el impuesto al salario (sin contar la cifra similar arrebatada con el impuesto al consumo que es el IVA). Aislados fábrica a fábrica, sin enfrentar al gobierno y sin atacar las ganancias y las propiedades de los capitalistas, no se podía resistir. Por eso los obreros de Paty, siguiendo la tradición del “clasismo” revolucionario de los ´70, lucharon y pelearon en cuanta lucha hubo (incluida la suya) por lograr coordinar a todas las fábricas, conquistar un Congreso Obrero de Ocupados y Desocupados, marchar sobre la CGT y la CTA e imponer la Huelga General para desarrollar una verdadera lucha política de masas contra la burguesía como único y verdadero medio para detener la ofensiva de la clase enemiga. Pero el FIT se opuso a transitar este camino, pues su estrategia fue la de reemplazar la lucha obrera por sus abogados y diputados, buscando aliados en los jueces y políticos patronales. De seguro que de haber tomado en sus manos el programa de lucha propuesto por los obreros de Paty, no hubiéramos perdido en Gestamp, en Lear, en Paty, en decenas de frigoríficos, en Calsa, en Docentes (donde la burocracia de CTERA impuso sus paritarias), en Valeo, en Ivecco, en la Peugeot (que en su planta de Palomar dejó a 4.000 trabajadores en la calle), en Volkswagen, en Liliana y en centenares de talleres y fábricas a lo largo y ancho del país. De seguro que estaríamos en mejores condiciones para evitar que nos derroten en Donnelley y ayudar a los combativos obreros que tienen la planta bajo su control, pero que mediante la tutela del juez de quiebra (que les retiene todo lo que producen; ni hablar de la media sanción dictada por la legislatura bonaerense de expropiación a “título oneroso” que obligara a los obreros a pagar todas las deudas y la utilización del predio)… se ven obligados a auto explotarse, sin convenio, sin antigüedad y sin percibir el salario. Esta es la dura realidad que vive la vanguardia del movimiento obrero. El FIT que ha sujeto su destino a las elecciones del 2015 y no al desarrollo de la lucha de los trabajadores, quiere cambiar las cosas y hacernos pasar derrotas como si fueran triunfos para desarrollar y fortalecer su campaña electoral. Aunque la dirección del FIT lo oculte, los obreros perspicaces necesitan saber que el “fracaso” del reformismo se debe a su “estrategia” de querer resolver los problemas de los trabajadores de la mano de los jueces en los tribunales y de los políticos patronales en el parlamento burgués. Bajo esta política de colaboración de clases, de jugar a la democratización de las instituciones del régimen burgués (o que “las mismas pueden cambiar su contenido, según la fuerza que la presione”), el FIT impidió la unidad de las filas obreras frente al ataque centralizado del gobierno y las transnacionales; sepultando todo intento de la vanguardia de dar una respuesta coordinada al ataque del gobierno y las trasnacionales. La dirección del FIT intenta hacer pasar “gato por liebre”, queriendo oponer a los trabajadores de Lear contra los obreros de Paty. Así busca ocultar su propia impotencia y cobardía política a la hora de luchar contra el gobierno y las transnacionales que han hecho estrago en el movimiento obrero. La dirección del FIT festeja la derrota de los obreros de Paty, quienes desde la revolución del 2001 llevan 13 años de combate por “la unidad y coordinación de todas las luchas de la clase obrera” peleando en cada una de las batallas de nuestra clase (como inclusive lo hicieran en el mismo conflicto de Lear) por conquistar la independencia política imponiendo la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía y sus instituciones, y pujando por organizar una lucha de masas que enfrente al gobierno, a la burocracia sindical y ataque la propiedad privada, las ganancias y expropie a los capitalistas. “La liberación de los trabajadores, será obra de los trabajadores mismos”, bajo esta premisa pelean los obreros revolucionarios que luchan por la unidad de su clase y por el triunfo de la revolución como medio para resolver las penurias de las masas y el pueblo pobre; mientras la dirección del FIT con su política de colaboración de clases le facilita a la burguesía la aplicación de todos sus planes que favorecen a sus ganancias y dominio. En fin, en 13 años de lucha de los obreros de Paty, que aún perdiendo su fábrica continúan organizándose para enfrentar a los capitalistas en todas partes, estos no pudieron ser puestos de rodillas; mientras la dirección del FIT no pudo aguantarle un solo año de guerra a las transnacionales imperialistas. Los 400.000 despidos de nuestra clase en este 2014 hablan por sí solos. Pero los obreros revolucionarios no festejamos esta tragedia que vive el movimiento obrero. No festejamos que ni un solo obrero sea despedido, este bajo la dirección política de la corriente que sea. Solo pueden festejar que el obrero pierda su trabajo y sea derrotado, los patrones y los burócratas sindicales… y también, lamentablemente, las corrientes estudiantiles y pequeño burguesas que en post de una política autoproclamatoria y sectaria son capaces de romper el frente único que los obreros pelean por conquistar cuando salen a luchar y distinguen que se enfrentan a los mismos enemigos. ¡NO HAY TIEMPO QUE PERDER! ¡HAY QUE ORGANIZARSE Y PREPARAR UNA GRAN LUCHA! En LEAR:¡CONGRESO NACIONAL UNITARIO Hay que frenar la ofensiva pro imperialista del gobierno cipayo de la Kirchner; donde los despidos y las suspensiones son una norma en todos los sectores de las industrias. Donde la inflación continúa haciendo estragos en el salario del conjunto de los trabajadores; donde el robo al salario con el impuesto a las ganancias y el impuesto al consumo que es el IVA, no se soportan más. La gran mayoría de la clase obrera argentina produce en negro o con contratos basura sin ninguna conquista y con ritmos de explotación infernales en verdaderas maquilas de las grandes trasnacionales que se roban millones de lo que producimos y saquean a más no poder todos los recursos de la nación. El desempleo comienza a volver a ser un flagelo en un número cada vez más amplio entre los trabajadores. ¡Hay que imponerle a la burocracia sindical de la CGT y la CTA Es de vida o muerte unir a nuestra clase y preparar una gran lucha, puesto que la burocracia sindical (oficialista u opositora) en cada “reclamo” que hace nos divide por gremio, a la vez que deja por fuera de toda concesión parcial a los obreros en negro o contratados (el 80% de nuestra clase) y a los millones que ya se encuentran desocupados. Ningún sector de la clase obrera se salvará por sí solo. Por eso desde todas las asambleas de base hay que mocionar y votar ya mismo: ¡Todos a Lear a preparar el Plan de Lucha y la Huelga General contra los despidos y las suspensiones! Necesitamos conquistar un pliego único de reclamos que, por ejemplo, como parte de un Plan Obrero de Emergencia que de salida a la crisis, levante las siguientes demandas: ¡Reparto de las horas de trabajo y un turno más en todas las fábricas! ¡Basta de precarización laboral! ¡Abajo el impuesto al salario! ¡Abajo las paritarias truchas firmadas por la burocracia sindical! ¡Fuera la burocracia sindical de las organizaciones obreras! ¡Salario mínimo de $15.000, indexado según la inflación! ¡Trabajo en blanco y bajo convenio para todos! ¡La clase obrera argentina necesita de una dirección revolucionaria a su frente! ¡Hay que refundar la IV Internacional! En cada lucha de la clase obrera, como ya dijimos antes, dos programas y estrategias se enfrentan. Por un lado el FIT y las direcciones reformistas que nos subordinan a los jueces y al parlamento burgués. Y por el otro está el programa trotskista que pelea por unir a los millones de trabajadores que no aguantan más el saqueo imperialista y la explotación, los salarios de hambre, las pésimas condiciones de trabajo y los infernales ritmos de producción. Comité Redactor |