
Noviembre de 2014
LEAR: brutal ataque a trabajadores y militantes de izquierda
Cientos de retiros voluntarios, cientos de despidos, 500 trabajadores en planta produciendo bajo el terror de los pistoleros del SMATA lo que en el 2013 producían 900 compañeros, la fábrica militarizada, decenas de procesados, y a los compañeros que pelean por su reincorporación, con su carpa y cortes de Panamericana, los muelen a palos…
¡BASTA! ¡OBREROS LUCHANDO SOLOS: NUNCA MÁS!
¡Ni “buenos”, ni “democráticos”, ni “progresistas”!
¡El gobierno, los jueces y fiscales son todos “pagadores seriales”, buitres, represores y enemigos de los trabajadores!
¡PAREMOS LA REPRESIÓN QUE KRISTINA Y BERNI COMANDAN A CUENTA DE LAS TRANSNACIONALES YANQUIS Y LOS BANQUEROS DE WALL STREET!
¡DISOLUCIÓN DE LA GENDARMERIA ASESINA, LA POLICIA Y DE TODO EL APARATO REPRESIVO ESTATAL!
¡Por un COMITÉ DE AUTODEFENSA ÚNICO DE TODAS LAS ORGANIZACIONES OBRERAS!
Integrado por 30 trabajadores de cada fábrica y establecimiento elegidos y votados por nuestras asambleas de base
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El jueves 23 de octubre, frente a la planta de Lear en General Pacheco, a metros del cruce entre la Ruta 197 y La Panamericana, tuvo lugar una feroz represión de la Gendarmería de Berni, Cristina y la patronal yanqui contra un puñado de indefensos obreros y decenas de militantes de izquierda.
Esto ocurrió cuando los compañeros que luchan por ser reincorporados a sus puestos de trabajo, se aprestaban a cortar la autopista. Allí, centenares de Gendarmes, bien pertrechados, esperaban rabiosos la orden de algún juez para reprimir a ese centenar de pacíficos manifestantes. Y la orden llegó, emitida por la jueza Arroyo Salgado.
Uno, dos, diez, cientos de ráfagas de perdigones… arremetían contra la manifestación. Los autos que trasladaban al “piquete móvil” de la izquierda eran abiertos por los gendarmes y sus tripulantes sacados a la fuerza, brutalmente golpeados, pasando luego a ser detenidos y procesados. Hubo decenas de heridos y encarcelados.
Cristina desde la Quinta de Olivos felicitaba a Berni, quien a su vez aplaudía el accionar de sus hombres. Por televisión, la prensa de los capitalistas (tanto la oficialista, como la opositora) transmitía en vivo y en directo el sangriento ataque, dejando en claro que todas las pandillas patronales tienen total acuerdo a la hora de atacar a los que luchan y aplastar a la clase obrera.¿“Nacional y Popular”? ¡Las Pelotas! ¡Esta es la verdadera cara de esta “democracia” para ricos y del gobierno gorila de la Kirchner! ¡Fabulosas ganancias para las grandes transnacionales yanquis como Lear y miles de millones de dólares para los parásitos del capital financiero internacional y los banqueros de Wall Street; tarifazos, violencia, despidos, suspensiones, salarios de hambre, cárcel y represión a los trabajadores y el pueblo!
¡Basta! ¡Fuera el matón Berni y el milico asesino Milani! ¡Abajo la casta de jueces! ¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a los genocidas de la dictadura militar y a todos los políticos patronales que tienen sus manos manchadas con la sangre de los explotados! ¡Disolución de la Gendarmería y de todas las fuerzas represivas del estado patronal! ¡Comités de vigilancia de trabajadores y vecinos!
¿Se podría haber evitado este durísimo golpe contra los trabajadores despedidos de Lear y los militantes de corrientes de izquierda? Claro que sí. ¡Había que poner en pie un COMITÉ DE AUTODEFENSA ÚNICO DE TODAS LAS ORGANIZACIONES OBRERAS, integrado por 30 o 50 trabajadores de cada fábrica y establecimiento, elegidos y votados en nuestras asambleas de base! ¡Este verdadero piquete hubiese sido la expresión organizada en las calles de una verdadera coordinadora unitaria de lucha!
¿Pero por qué la dirección del PTS, que se jacta de ser la fuerza del FIT con “más presencia en el movimiento obrero y las Comisiones Internas combativas de la Zona Norte”, no llamó a organizar esta acción a miles de obreros de Kraft, Donnelley, Pepsico, Lear, Kromberg, Unilever, trabajadores estatales y docentes, obreros de los frigoríficos, las alimenticias y las gráficas? Porque su “táctica” es generar acciones de impacto mediático para fortalecer su “estrategia” de presionar al Parlamento de las transnacionales, la justicia patronal y el Ministerio de Trabajo. Lamentablemente, como lo demuestra la heroica lucha de los obreros de Lear, la dirección del PTS se niega a impulsar todo surgimiento de organismos de autodeterminación y democracia directa de los trabajadores, para desarrollar acciones de masas y una verdadera lucha política contra el gobierno, las fuerzas represivas, las transnacionales, los patrones esclavistas y la podrida y carnera burocracia sindical.
La vanguardia obrera está pagando muy caro la política del FIT de no coordinar en una sola las luchas de Gestamp, Paty, Lear, Donnelley…
La dirección del FIT ha venido pregonando que con luchas aislada unas de otras, y subordinadas al Congreso Nacional y a los proyectos de leyes presentados en acuerdo con bloques de partidos patronales como el UNEN (UCR, Partido Socialista, etcétera), se podía salir adelante. Que trayendo a Lear, y presentando como “aliados”, a los diputados del Frente Para la Victoria, como el “Chino” Navarro, ¡que son del mismo partido del gobierno represor que nos echa de nuestros trabajos y nos reprime en la ruta!, se podía ser reincorporado. Que con los diputados del PTS yendo a reuniones con los perros guardianes de la Kirchner y de la patronal yanqui, como lo son el Secretario de Seguridad Berni (Sí, el Jefe de la Gendarmería que baleó a los manifestantes en la Panamericana) y el Secretario de Gabinete Capitanich, se abría una esperanza de negociación. Pero nada de esto sucedió.
Por el contrario, la dirección del PTS, como corresponde a quienes abrazan la política frentepopulista de colaboración de clases, al negarse a pelear por conquistar la unidad entre ocupados y despedidos mediante una asamblea de base en la propia Lear; al poner al conflicto bajo la sombra de su partido y reemplazar con sus militantes los piquetes y la lucha que debían llevar adelante los trabajadores; al negarse a pelear porque los obreros despedidos de Lear luchen coordinados junto a los obreros de Calsa, Gestamp y Paty… cuando en estas fábricas los obreros eran atacados; al negarse a que todos los “encuentros” y “plenarios” que hicieron las fuerzas del FIT durante este año se centralizasen en un Congreso Obrero que sesione en la puerta misma de la fábrica: IMPUSO EL AISLAMIENTO A LA LUCHA DE LOS COMPAÑEROS.
Y así fue como permitió que ganara la patronal y se impusiera en Lear el terror de los pistoleros de la Verde del SMATA de Pignanelli y el de la Gendarmería. Esta es la triste realidad de una lucha que lleva más de 4 meses, donde 200 compañeros quedaron en la calle, 500 compañeros producen bajo el terror de los pistoleros de la Verde del SMATA lo que antes producían 900 trabajadores y el grupo de despedidos que quiere cortar la Panamericana es sangrientamente reprimido.
Algunas direcciones (como la del PTS) festejaron la derrota de los obreros de Paty (a quienes dejaron solos en la ocupación de fábrica y en los dos meses de lucha que luego se desarrollaron afuera de la fábrica, que incluyeron marchas al sindicato de la carne, a la CTA y la CGT para conquistar el Paro Nacional); pero no se dieron cuenta que la vanguardia obrera y revolucionaria en Paty era la que planteaba un programa de lucha para que no se concrete la tragedia anunciada que hoy vive el sector combativo de la Zona Norte. Separar a los obreros de Paty de los obreros de Lear, negarse a pelear por una intervención directa de los combativos obreros de Donnelley en la coordinación de todas estas luchas, impidió que esta aguerrida vanguardia se atalone, nutra y potencie sus fuerzas, conquiste la independencia de clase y avance en el camino de la Huelga General. Sobraban condiciones para hacerlo, pero había que estar decidido a luchar en serio.
Los obreros de Lear no pueden seguir luchando aislados
¡Basta de pelear divididos! ¡Basta de “encuentros” y “plenarios” divisionistas! ¡Congreso Nacional y Unitario de trabajadores ocupados y desocupados! ¡Hay que barrer a la burocracia de la CGT y la CTA, que nos pone de rodillas ante el gobierno o las pandillas opositoras, y preparar un verdadero Plan de Lucha para que sean los capitalistas y sus políticos quienes paguen su crisis!
Una polémica con el PTS:
En la lucha por frenar la represión estatal, nuevamente…
REFORMA Y REVOLUCIÓN se ven la cara
Dos alternativas para la vanguardia combativa: o programa trotskista de independencia de clase y lucha política de masas; o programa estalinista de colaboración de clases y de “vía pacífica al socialismo”
La dirección del PTS, como dijimos antes, se ha negó a que sean los trabajadores los que pongan en pie sus organismos de autodeterminación y democracia directa para desarrollar una verdadera lucha política de masas. NO se trata de discutir las veleidades de la dirección de un aparato, sino de la suerte de una aguerrida vanguardia que en los últimos meses no ha parado de perder batallas en la guerra declarada por los capitalistas.
Lamentablemente la dirección del PTS, enceguecida en su puja por lograr supremacía al interior del “Frente de Izquierda (FIT)” ha perdido hasta “el sentido común”. Porque ¿Pueden 100 personas, sin más que banderas y pancartas, perforar la muralla de los cientos de Gendarmes armados hasta los dientes? Imposible.
Digamos la verdad, aunque no les guste, la dirección del PTS no quería dispersar a la Gendarmería, sino mostrar a ésta como “una fuerza mala que golpea a los obreros”. Pero los obreros no necesitan que la dirección del PTS les “enseñe” tal desempeño de los uniformados, puesto que lo padecen todos los días en sus barrios, por ejemplo del Conurbano Bonaerense, militarizados por el Operativo Centinela. No se puede menospreciar tanto la inteligencia de nuestra clase.
Por el contrario a lo que pretenden “enseñarle” a los trabajadores los dirigentes del PTS, los obreros deben ser educados en que confiando en sus propias fuerzas y unificando sus filas son capaces de dispersar a la Gendarmería y de mantener con éxito un corte de ruta. Nuestra clase ha dado sobradas muestras de su gran capacidad para frenar una represión. “El Cordobazo”, “El Clasismo de los ´70”, “Las Coordinadoras fabriles”, los piqueteros del Norte de Salta, entre otros ejemplos, fueron grandes muestras de la sagacidad política y organizativa que han tenido franjas de nuestras clase a la hora de defenderse de las fuerzas represivas.
Desgraciadamente, el comportamiento de la dirección del PTS la única conciencia que recrea es que no se puede cortar más una ruta. “¿Por qué hacerlo, si cada vez que lo intentamos nos reprimen?” se pregunta, con muy justa razón, todo obrero sensato. Y el PTS le responde “presionemos a un juez bueno que le impida a Berni reprimir en la Panamericana” y así fue. Aquí entonces comienza la verdadera discusión con la dirección del PTS. No se puede llevar a valerosos militantes de izquierda y a un puñado de obreros a este tipo de acciones de “impacto propagandístico”, de “patrullas dispersas” y aisladas, totalmente expuestas a feroces represiones. ¡Basta! ¡Hay que terminar con este pacifismo marketinero y pequeño burgués!
El pacifismo y sustituismo de la dirección del PTS
Enemigos de la autoorganización obrera y la lucha de masas
El movimiento obrero debe ser sujeto de su propio destino. Porque si la lucha la hacen los partidos políticos, si las negociaciones la llevan adelante los diputados de izquierda o son ellos los que mediante proyectos de leyes resolverán los problemas de nuestra clase, entonces ¿Qué tienen que hacer los trabajadores? ¿Votar y aplaudir a los parlamentarios del FIT? Así parece… ¡Lamentable!
El FIT, con el PTS a la cabeza (en este caso), quiere sustituir con una política pacifista de pequeños grupos las grandes acciones de masas que hay que organizar para barrer al adversario. Este sustituismo pequeño burgués, demuestra un profundo desprecio a nuestra clase, a quienes los grandes políticos de la izquierda reformista creen incapaz de transformar su realidad. Es un sustituismo ultra subjetivista para lo cual “las masas no son nada y los aparatos políticos son todo”. Esto liquida, como muy bien dijimos más arriba, en primer lugar toda pelea efectiva por conquistar el “frente único obrero” y que el mismo adquiera su expresión en organismos de autoorganización y armamento de masas, para que sean ellas mismas –las masas en lucha- quienes desarrollen toda su potencialidad revolucionaria en la lucha política contra el gobierno, el imperialismo, su régimen y estado asesino. En fin, estamos ante una dirección política que aún no ha comprendido que “la historia de la humanidad, es la historia de la lucha de clases” y que “la liberación de los trabajadores, será obra de los trabajadores mismos”, tal cual los apotegmas del marxismo revolucionario.
Hubo varias corrientes sustituistas de la lucha de clases. En siglo XIX en Rusia los Narodnikis realizaban acciones de terrorismo individual. Ya en el siglo XX, principalmente en los ´70, corrientes ultraizquierdistas planteaban la estrategia del foquismo y la guerrilla. Ambas corrientes del “reformismo armado”, suplantaban las acciones de masas, por la de individuos o pequeños grupos.
La dirección del PTS nos presenta otra cara de la misma moneda. Pero en este caso, estamos ante una facción pacifista, que lleva a sus militantes a un choque no violento con la Gendarmería que está preparada para aplastar violentamente a los trabajadores. Tal cual lo demostró la represión de la que venimos haciendo referencia. A la dirección del PTS bien podría caberle lo que Trotsky le criticaba al estalinismo hace más de 70 años: “Si L’Humanité desea desde ahora desarrollar la doctrina de la “no resistencia al mal por la violencia”, deberá tomar como símbolo, no La hoz y el martillo, emblema de la revolución de Octubre, sino la bondadosa cabra que nutre a Gandhi con su leche”. (¿A dónde va Francia?).
La dirección del PTS, siempre de rodillas ante el estado de los patrones y sus instituciones
Hemos visto durante la represión, a los diputados de izquierda denunciar que la “Gendarmería se niega a dialogar”. ¿Estado “neutro”? Eso parece ser para la dirección del PTS. Pero la Gendarmería no está para dialogar; está para atacarnos, para balearnos a nosotros y a nuestros diputados. Es que, al decir de Lenin (en “El Estado y la Revolución”, 1917), estamos ante la “banda de hombres armados” que es el estado burgués, diseñada y organizada para oprimir y reprimir a la clase obrera y al conjunto de las masas explotadas para cuidar y garantizar la propiedad privada del conjunto de la patronal.
Días después de la represión, la dirección del PTS profundizó su desbarranque. Tomó la “iniciativa” de “luchar” contra la Gendarmería dentro del despacho de la misma jueza que ordenó la represión; exhortando a ésta a que “actúe de oficio” e inicie causa legales contra quienes cometieron “semejante delito”. ¿Llamar a un gran piquete obrero y a poner en pie un comité de autodefensa para dispersar a la Gendarmería y garantizar nuestros cortes de ruta? Jamás. Eso está vedado para las corrientes pacifistas.
“(…) El fascismo encuentra auxiliares inconscientes en todos aquellos que dicen que la “lucha física” es inadmisible y sin esperanzas y que reclaman de Doumergue el desarme de sus guardias fascistas. Nada es tan peligroso para el proletariado, especialmente en las condiciones actuales, como el veneno de azucarado de las falsas esperanzas. Nada aumenta tanto la insolencia de los fascistas como el blando “pacifismo” de las organizaciones obreras. Nada destruye tanto la confianza de las clases medias en el proletariado como la pasividad expectante, como la ausencia de voluntad de lucha”. (¿A dónde va Francia, octubre de 1934?). En este fragmento, Trotsky hace referencia a la lucha contra el fascismo, pero bien podría –si estuviera en estos tiempos- hablar del comportamiento de las corrientes reformistas ante los reiterados ataques de la Gendarmería en La Panamericana.
“Con los jueces democráticos enfrento a la Gendarmería”
La dirección del PTS y su incansable búsqueda de “aliados” en las clases enemigas
Tanta desconfianza le tiene a la astucia y combatividad de nuestra clase, que la dirección del PTS prefiere siempre buscar ayuda en algún juez, ministro, gobierno o presidente “bueno”, “progresista” o “presionable”. ¡Pero son todos estos funcionarios y representantes de la patronal los que llevan adelante la persecución, el encarcelamiento y una fulminante guerra contra la vanguardia obrera (que ya cuenta en su haber con 7.000 luchadores procesados, obreros condenados a cadena perpetua y varios presos políticos)!
La clase obrera no enfrenta los delirios de uno o dos jueces represores, sino a un plan de estado de esta “democracia” para ricos discutido en la embajada yanqui por las grandes transnacionales, los banqueros de Wall Street, la UIA, la Sociedad Rural y demás cámaras empresariales, junto al gobierno de Kristina y la oposición gorila, que busca asentar la Argentina maquila, mil veces saqueada por las transnacionales y esclavizada, de millones de obreros (la mayoría en negro) viviendo con un miserable promedio salarial de $5.000; mientras los bancos y las empresas imperialistas se llevan cientos de miles de millones de dólares.
Ahora bien, pensemos que la jueza –por la insistencia de la dirección del PTS- “reta” a la Gendarmería, la saca de la ruta… pero esa misma jueza va a mandar contra los trabajadores a otra fuerza igual o peor de represiva, como la Policía Bonaerense de Camps y Duhalde (esos asesinos de Kostequi y Santillán, de miles de jóvenes en nuestros barrios con su gatillo fácil, los que desaparecieron a Julio López y asesinaron a Luciano Arruga). ¿Policía “bueno” y policía “malo”? ¿A que está jugando la dirección del PTS?
El FIT se ha creído sus propios dichos de “parlamentarismo caliente” y de una supuesta “transición democrática” de salida del kirchnerato. Pero, hagámosle una nueva concesión a la dirección del FIT y dejémosle suponer que su fantasía democratizante por un segundo se hace realidad, Trotsky le respondería que “(…) La democracia modelada por la burguesía no es, como pensaban Berstein y Kautsky, un saco vacío que puede llenarse tranquilamente con cualquier especie de contenido de clase. La democracia burguesa sólo puede estar al servicio de la burguesía”. (Programa de Transición, 1938). Y mucho menos, decimos nosotros, pueden utilizarse las instituciones bonapartistas de una semicolonia como Argentina dominada por el gran capital. Hace años que estas corrientes han roto todo anclaje con este principio elemental del marxismo revolucionario. ¡Cómo se nota que la dirección del PTS en el 2006 estuvo muy lejos de Las Heras, cuando esta Ciudad era ocupada por la Gendarmería para aterrorizar a los heroicos obreros petroleros que con sus asambleas, piquetes y democracia directa luchaban contra el impuesto al salario y por la igualdad de categoría y convenio para todos los petroleros!
¿Cuándo se busca apoyo en los jueces patronales para poner “en su lugar” a la Gendarmería, ante qué estamos? Ante una típica política de colaboración de clases. La misma que viene proponiendo el FIT al subordinar cada lucha obrera a la presentación de proyectos de leyes con los bloques parlamentarios de la burguesía opositora. Decía Trotsky al respecto de esta política frentepopulista: “(…) El partido obrero que concluye una alianza con la burguesía, renuncia, desde ese mismo momento, a luchar contra el militarismo capitalista. La dominación de la burguesía, es decir, el mantenimiento de la propiedad privada de los medios de producción, es inconcebible sin la ayuda de las fuerzas armadas. El cuerpo de oficiales constituye la guardia del gran capital. Sin él, la burguesía no podría mantenerse ni un solo día. La selección de los individuos, su formación, su educación, hacen de los oficiales en su conjunto, irreductibles enemigos de la clase obrera. Las excepciones aisladas no cambian nada. Esto ocurre en todos los países que están bajo el dominio de la burguesía”. (Lecciones de España, 30 de julio de 1936).
¡Hay que volver a luchar como el movimiento revolucionario de los piqueteros de Mosconi y Cutral Có, con el doble poder y el control territorial de los trabajadores en la lucha por su emancipación! ¡Hay que volver por el camino de la revolución del 2001!
El gobierno y las transnacionales saben muy bien lo que representan los cortes de ruta. Pues reconocen que el corte de ruta –a su manera- establece un doble poder con -un determinado- control territorial; de la misma forma que lo establece en la producción la ocupación de planta y la puesta en pie del comité de fábrica. Decía la IV Internacional: “(…) A partir del momento en que el comité aparece, en la fábrica se establece de hecho un doble poder. Por su esencia misma, representa la situación de transición, porque lleva en su seno dos regímenes irreconciliables, el capitalismo y el proletario”. (Programa de Transición, 1938). Claro está que la dirección del PTS ni por asomo tiene esta intención. Sin embargo, ni un corte simbólico y publicitario acepta a esta altura esta “democracia” para ricos que no es más que la envoltura dulzona de la más terrible dictadura del capital.
Muy distinta a esta orientación eran los cortes de rutas y los “Piquetes Norte y Sur” de los piqueteros de Salta que, con su organización de lucha y programa de “Los 21 Puntos” que contenía la lucha por la toma del poder, expresaban a todo UN PUEBLO SUBLEVADO, a todas las masas explotadas de la región, enfrentando a las petroleras imperialistas y su Gendarmería, prendiendo fuego las comisarías y la municipalidad. En esos piquetes y cortes de ruta peleaban como un solo puño los trabajadores ocupados, los petroleros, los ex Ypefianos, los desocupados, los estudiantes, las amas de casas y los cientos de jóvenes que luchaban por el pan de sus familias. ¡Este es el camino que debemos volver a transitar para lograr la reincorporación de los compañeros de Lear, de las autopartistas, automotrices, metalúrgicas y frigoríficos que echaron trabajadores o cerraron! ¡Este es el camino para luchar por la estatización, sin pago y bajo control obrero, de Donnelley, Brukman, Zanón, Paty y de toda fábrica, establecimiento o frigorífico que cierre, suspenda o despida!
Para terminar, queremos citar una frase que concentra el programa revolucionario diario que necesita nuestra clase. “(…) Es perentorio propagar, con ocasión de cada huelga y cada manifestación, la necesidad de crear grupos obreros de autodefensa. Es preciso inscribir esta consigna en el programa del ala revolucionaria de los sindicatos. Es perentorio, en todas partes donde sea posible, empezando por los grupos de jóvenes, organizar grupos de autodefensa, e instruirlos y ejercitarlos en el manejo de las armas.
La nueva ola del movimiento de masas no sólo debe servir para aumentar el número de esas milicias, sino también para unificarlas por barrios, ciudades y regiones. Es preciso dar una expresión organizada al legítimo odio de los obreros en contra de los elementos rompehuelgas, las bandas de pistoleros y de fascistas. Es preciso lanzar la consigna de la milicia obrera como única garantía seria de la inviolabilidad de las organizaciones, las reuniones y la prensa obrera.
Sólo gracias a un trabajo sistemático, constante, incansable, valiente en la agitación y en la propaganda, siempre en relación con la experiencia de las masas mismas, pueden extirparse de su conciencia las tradiciones de docilidad y pasividad: educar destacamentos de heroicos combatientes, capaces de dar el ejemplo a todos los trabajadores, infligir una serie de derrotas tácticas a las bandas de la contrarrevolución, aumentar la confianza en sí mismos de los explotados, desacreditar el fascismo a los ojos de la pequeña burguesía y despejar el camino para la conquista del poder para el proletariado.
Engels definía el Estado “destacamentos de elementos armados”. El armamento del proletariado es un factor integrante indispensable de su lucha emancipadora. Cuando el proletariado lo quiera, hallará los caminos y los medios para armarse. También en este dominio la dirección incumbe naturalmente a las secciones de la Cuarta Internacional”. (Programa de Transición, 1938).
Solo peleando así, todos los días, la clase obrera podrá defender sus conquistas, avanzar en conseguir otras demandas, y retomar el camino de la revolución del 2001 del “QUE SE VAYAN TODOS, QUE NO QUEDE NI UNO SOLO”; pero esta vez llevándolo al triunfo con una insurrección triunfante.
Comité Redactor