Por el accionar de las direcciones reformistas al interior del movimiento obrero, el imperialismo y la burguesía han logrado por el momento contener el primer episodio de ruptura y enfrentamiento de la clase obrera con el gobierno de colaboración de clases de Morales
El gobierno, la burguesía y el imperialismo redoblan su ataque contra la clase obrera
y las masas bolivianas
Luego de más de 11 días de huelga general indefinida, de combates y barricadas, de bloqueos de las rutas fundamentales en Potosí; una vez más los mineros, campesinos pobres, la juventud obrera y los estudiantes fueron sacados de las calles y llevados a la espera de los informes de las mesas de las comisiones negociadoras de Montes y el gobierno de Morales. En Huanuni los mineros, engañados por la dirección de la Federación minera, aún esperan que les cumplan con la “jubilación privilegiada”, mientras preparan futuros despidos encubiertos bajo la forma de “jubilaciones obligatorias”, para sacarse de encima a los mineros de mayor edad.
La lucha de los fabriles de La Paz, de los maestros, de los mineros de Huanuni, de los trabajadores y campesinos de Caranavi, y de la clase obrera y el pueblo de Potosí, plantearon, desde el mes de mayo, la posibilidad y la necesidad de unir a los sectores en lucha en un Cabildo Abierto con delegados de base para, derrotando a la burocracia colaboracionista de la COB, enfrentar al gobierno burgués de Evo Morales y su pacto con la Media Luna fascista.
Esa perspectiva no se pudo concretar debido al accionar de la burocracia sindical y de los reformistas de todo color y pelaje, que aplicaron la política votada por mayoría en el CONCLAT de la LIT y los mandelistas, contra la propuesta de los Fabriles de La Paz. Ellos pusieron todo su peso para impedir la unidad de las filas obreras en lucha y para que fueran llevados tras luchas de presión al gobierno de Morales, permitiendo que el gobierno, el imperialismo y la burguesía lograran contener el proceso de ruptura con el gobierno de frente popular de Morales y que Montes y toda la burocracia cobista se mantuviera una vez más en la COB, pateando nuevamente el Congreso para las calendas griegas y así volver a subordinar a los obreros al gobierno y sus instituciones.
Hoy, la clase obrera y las masas bolivianas están pagando por la traición de sus dirigentes. Los monopolios imperialistas y la burguesía esclavista bolivariana multiplican sus ganancias redoblando el saqueo de los recursos naturales y aumentando los ritmos de explotación de la clase obrera. Este año las empresas mineras han obtenido un record de utilidades un 77% superior al del año pasado, mientras que en la industria, el aumento de la producción llegó a un 20% en el mismo período. Record de ganancias que esperan multiplicar aún más, como lo demuestra el viaje de Zapatero –representante de la corona y los monopolios españoles- en diciembre, para negociar la explotación del litio por parte de los parásitos imperialistas españoles. Mientras que los hidrocarburos siguen garantizando a la Total francesa, la Repsol española y la Exxon norteamericana suculentas ganancias.
Todo esto a costa de mantener y aumentar el grado de superexplotación de la clase obrera y las masas bolivianas. Cuando después de cinco años de gobierno del frente popular de Evo Morales, más del 60 por ciento de la población de Bolivia sigue viviendo bajo la línea de pobreza, hoy, cuando los sectores en lucha han sido reprimidos y llevados a la mesas de negociación entre la COB y el gobierno, la patronal y el gobierno redoblan su ataque contra los trabajadores con despidos, aumentos de los ritmos de trabajo, constante aumento de la inflación que eleva los precios de la canasta familiar, precarización de las condiciones de trabajo. Así es que la patronal, desconociendo descaradamente los fueros sindicales, despidió a los dirigentes de fábrica de La Paz que estuvieron encabezando las luchas de ese sector, mientras que en los últimos días tres obreros murieron debido las condiciones de explotación y la miserable atención médica que reciben los obreros en la Caja Nacional de Salud. Al mismo tiempo, el gobierno ya amenaza con despidos en la mina de Huanuni, la única mina estatal de Bolivia. Mientras que azuzados por los patrones de las cooperativas de Oruro y Cochabamba que se disputan la mina de Zinc de Japo en el límite entre las dos provincias, hubo enfrentamientos entre los trabajadores mineros de cooperativas en defensa de sus fuentes de trabajo. Estas son las condiciones impuestas a la clase obrera que ha dejado la explotación de la mayor parte de los recursos naturales en manos de las empresas privadas.
Los crecientes padecimientos de los trabajadores y las masas bolivianas es el precio que éstos deben pagar, por la traición de las direcciones que éstas tienen a su frente, que impidieron que este primer episodio de enfrentamiento con la burocracia colaboracionista de Montes y de ruptura con el gobierno de frente popular de Morales, se desarrollara unificando a los sectores en luchas para reabrir el camino de la revolución Boliviana de 2003-2005.
Por el momento, la contraofensiva del proletariado y las masas contra el ataque del gobierno, la burguesía y el imperialismo, ha sido contenida. Sin embargo, aquéllas no han sido derrotadas. Los nuevos enfrentamientos entre las clases en Bolivia, ponen a la orden del día la necesidad de poner en pie una dirección revolucionaria de la clase obrera, que derrotando a la burocracia sindical y a las direcciones reformistas, se ponga a la cabeza de la lucha del proletariado volviendo a levantar como bandera por la más mínima de las demandas las Tesis de Pulacayo, para enfrentar al imperialismo y a sus socios menores de la burguesía nativa. Esta dirección solo puede surgir en lucha por la refundación de la Cuarta Internacional con su programa de 1938.
27 Septiembre de 2010 |