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Sudáfrica - 08 de abril de 2019

Reporte desde Johannesburgo - Sudáfrica

A propósito del congreso de fundación del “Partido Socialista Revolucionario de Trabajadores”

El llamamiento de los aguerridos y combativos obreros del NUMSA a poner en pie un partido revolucionario fue llevado por el castro-stalinismo a una gran frustración

 

Por James S., corresponsal en Sudáfrica del OOI
Con la colaboración de Jussa K. y Julián Juárez

 

Ni “socialista”, ni “internacionalista”… de espaldas a las bases obreras, surge un nuevo apéndice del PC sudafricano

Ha finalizado el congreso de fundación del “Partido Socialista Revolucionario de Trabajadores” (SRWP), que llamó a poner en pie la dirección del sindicato metalmecánico NUMSA en Sudáfrica. Este congreso se realizó desde el 4 al 6 de abril.
El requisito para ser parte del SRWP es ser stalinista: para entrar a su congreso había que tener la boina chavista, la remera de Castro y jurarles fidelidad a los mismos. De no ser así, no se podía ingresar. Eso se puede observar en los videos y tal como yo lo vi estando allí como corresponsal de “El Organizador Obrero Internacional” de África del Sur cubriendo ese evento.

Por supuesto que sí pudieron ingresar los delegados del PSOL, el PT y el MST de Brasil, los representantes de los stalinistas y de los boliburgueses entregadores de la lucha antiimperialista de las masas latinoamericanas, los socios del genocida fascista Al Assad, los miembros de la nueva burguesía del PC cubano, que entregaron el ex estado obrero a los yanquis, y los diputados de Podemos, sirvientes de la monarquía de los Borbones y enemigos declarados de la independencia de Catalunya. Todos ellos tuvieron pleno acceso a este congreso y allí fueron homenajeados.

Así, de esta manera, la dirección stalinista del NUMSA terminó de separar (dando un giro de 180 grados) al naciente partido castro-maoísta de la convocatoria inicial proclamada por este sindicato metalmecánico el 1° de enero de 2018. En aquel entonces, el llamado a poner en pie un nuevo partido revolucionario lo realizó el NUMSA. Allí planteaba el combate por las demandas más acuciantes de las masas como salario igual a la canasta familiar y trabajo digno y se afirmaba la necesidad de romper con el CNA, denunciándolo como un sirviente de los ricos y de proteger los privilegios de los blancos. Este era un llamamiento donde se defendía el derecho de huelga y se denunciaba a la burocracia del COSATU y de todas las centrales sindicales por traidores de la lucha obrera. Se proclamaba asimismo la nacionalización de todas las ramas de la economía y de los minerales y la necesidad de imponer el control obrero de las empresas nacionalizadas. Junto a defender a los trabajadores precarizados, esta convocatoria llamaba a defender la educación pública y gratuita y a expropiar las tierras y finalizaba proclamando que el poder debe estar en manos de la clase obreraya que es la única que “puede liberarse a sí misma de las cadenas capitalistas de la opresión económica”.

Este llamamiento del NUMSA se daba en momentos en que se abría una situación prerrevolucionaria en Sudáfrica: una huelga general en abril de 2018 amenazaba al gobierno de Ramaphosa. Esta se dio dos meses después de que el régimen tuviera que entregar la cabeza del presidente Zuma (en el mes de febrero) por temor a que sean las masas las que en las calles lo derrocaran de forma revolucionaria.
Para desviar estos enormes combates de masas, el régimen del CNA, sostenido por la burocracia stalinista traidora del COSATU, impuso el llamado a elecciones nacionales para el mes de mayo próximo. Ese fue el punto de partida para que la dirección stalinista del NUMSA comenzara a dejar atrás el llamamiento a organizar políticamente las fuerzas de la clase obrera en un curso revolucionario y avanzara a poner en pie un partido por fuera del control de las bases obreras no solo de este sindicato, sino de todos los explotados que día a día entran al combate.

El congreso del SRWP, realizado en el hotel de 5 estrellas Birchwood en Johannesburgo, no contó con la presencia de miles de delegados que tendrían que haber sido votados por las bases obreras de las fábricas, de las comunidades en lucha, etc. Fue en nombre del NUMSA que se llamó a poner en pie un “partido revolucionario” y a la hora de fundarlo, dejaron afuera a los trabajadores. En este nuevo partido no votaron su programa delegados de base de los 300.000 obreros del NUMSA y de otros tantos miles que integran el SAFTU, la federación sindical que es opositora al COSATU.
La dirección stalinista del NUMSA se encargó muy bien de que la clase obrera, que es la que realmente está dejando en crisis al régimen infame de entrega al imperialismo del CNA y la burguesía negra, no pese decisivamente en este partido, desde las calles y los combates de fábrica que los trabajadores están protagonizando.
Es que jamás los obreros que ganan salarios de miseria, trabajando como esclavos en las minas, fábricas y plantaciones de Sudáfrica, realizarían un congreso para discutir cómo hacer el socialismo y derrotar a los capitalistas en un lujosísimo hotel, como hicieron los dirigentes del SRWP.

La dirección del NUMSA (que constituye una fracción del viejo Partido Comunista sudafricano, que rompió con él en el año 2014), en realidad se apoyó en este sindicato tan solo para organizar desde arriba y superestructuralmente este nuevo partido comunista stalinista.
La independencia de un aparato político stalinista que se separa del NUMSA luego de utilizarlo para llamar a poner en pie este nuevo partido, se expresa en que esta dirección se jacta de que los fondos del SRWP no provienen de las bases obreras. Los trabajadores no destinan una parte mínima de su salario al SRWP, como sí lo hacen para el sindicato, puesto que esto hubiese significado que fueran ellos los que decidieran cómo poner en pie SU propio partido y con quién.
Prueba de esto es lo que planteó Irvin Jim, el secretario general del NUMSA (y que a su vez es el candidato presidencial del SRWP para las elecciones), en el discurso inaugural del congreso, que yo tuve la oportunidad de escuchar como corresponsal socialista en el mismo. Irvin Jim dijo: “aquí no está el dinero de los trabajadores. Les puedo asegurar que el dinero de los trabajadores está intacto en el NUMSA”… ¿Y quién financia a ese partido y a este congreso y entonces decide todo lo que sucede allí? Irvin Jim continuó diciendo: esto se financia con fondos recaudados “localmente y en el exterior… Vistas las remeras de los Castro y las boinas de los Chávez y mirando el hotel de súper-lujo donde se realizó el congreso (donde se aloja gran parte de los gerentes de las transnacionales que visitan Sudáfrica), no hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de quién realmente está financiando a ese partido y decidiendo todo lo que ocurre en el mismo. Esto incluyó la resolución de que yo, como socialista revolucionario y trotskista de Zimbabwe, no podía ingresar a ese congreso ni presenciar sus deliberaciones, aunque sea para poder cubrirlas como corresponsal, salvo en el discurso inaugural de Irvin Jim. Y esto pese a que hicimos un aporte político y programático sobre la puesta en pie del SRWP.

Lamentablemente, entonces, no han sido las organizaciones obreras de base y de lucha (como el NUMSA, el SAFTU, etc.) las que impusieron su impronta y decidieron los destinos de este partido.

Hoy desde Johannesburgo, debemos decirle la verdad a los trabajadores: no vamos a anunciar que ha surgido en Sudáfrica un nuevo partido revolucionario que sea un instrumento para la toma del poder. Todo lo contrario: se ha puesto en pie un nuevo obstáculo para los trabajadores y sus luchas.
Lo que ha surgido es un nuevo partido comunista, encabezado por Irvin Jim.
En este nuevo partido solo pudieron votar y decidir algunos centenares de delegados, encabezados por una fracción del stalinismo sudafricano. Lo que se resolvió en las deliberaciones que se realizaron entre cuatro paredes es un secreto también para mí. Pero lo que está claro es que cada día más la dirección del SRWP se quitará de encima el peso de las masas que combaten en las calles contra el régimen y el gobierno, y más y más despejarán de su programa toda fraseología “revolucionaria”.

 

La fundación del SRWP se realizó en momentos en que la clase obrera de Sudáfrica ha entrado en una nueva ofensiva de combates revolucionarios… Se pone de pie un nuevo escollo contra la lucha obrera

Desde Zimbabwe, hemos viajado todos los años a los actos por justicia por los 34 mineros de Marikana que fueron asesinados por las hordas policiales del gobierno y los traidores rompehuelgas de la burocracia de los sindicatos oficiales del régimen sudafricano.
Esto nos recuerda siempre que fue a partir de esa heroica huelga de Marikana de 2012, que comenzó este levantamiento obrero en toda Sudáfrica. Luego entraron al combate, con paros y piquetes de huelga, los obreros industriales. Junto a ellos se han sublevado las comunidades y los trabajadores rurales. Así surgió una poderosa Huelga General que en 2018 enfrentó al gobierno de Ramaphosa, sucesor de Zuma, el heredero de Mandela. El motor de la lucha es el salario, el trabajo digno, la vivienda, el agua, la educación… Estamos ante un ascenso obrero que amenaza con derrocar al odiado régimen del CNA, encabezado por una burguesía negra millonaria, gerente de la AngloAmerican.
Este régimen pro-imperialista es sostenido desde hace casi ya tres décadas por el Partido Comunista, que está entrenado en estrangular revoluciones y en desorganizar las filas obreras.

Por ello, luego de la huelga de 6 meses de los mineros de Marikana, el régimen intentó reacomodarse rápidamente. Así, fue impulsada desde arriba la primer escisión del stalinismo, para contener el ascenso de los mineros: Malema, el ex dirigente de la Juventud Comunista, formó el partido “Luchadores por la Libertad Económica” que llama a poner en pie un movimiento nacionalista burgués negro, con lo que manipula la conciencia revolucionaria antiimperialista de la clase obrera negra de Sudáfrica para llevarla a una política de colaboración de clases. Este partido ya ha organizado a sectores de la burguesía negra, preparando, en última instancia, un nuevo CNA más de izquierda y con un lenguaje demagógico antiimperialista y en “defensa de la nación negra”, pero controlando férreamente al movimiento minero para que no vuelva a ingresar al combate, poniendo en pie sus asambleas, sus cuerpos de delegados y sus comités de huelga, como lo hizo en 2012.
Malema se encargó de llevar todo reclamo de juicio y castigo por los mineros de Marikana a los pies de la justicia burguesa, donde se salvó a todos los asesinos del pueblo, a los CEOs de las empresas mineras transnacionales y a los políticos patronales que dieron la orden de masacrar salvajemente a los trabajadores.

Pero esto no fue ni es suficiente para frenar el ascenso obrero que ha comenzado. Mientras el PC oficial se ha quedado sosteniendo al CNA, al régimen, al gobierno y a la trampa electoral que se prepara en mayo para sacar a las masas de las calles, la burguesía debía controlar a una aguerrida clase obrera que se puso de pie, rompió toda colaboración con sus verdugos, fue la vanguardia del combate que provocó la caída de Zuma y enfrentó y lo sigue haciendo, a su continuador, el gobierno antiobrero de Ramaphosa.
Hoy, por ejemplo, están en huelga todas las fábricas de la siderúrgica Arcelor Mittal. Sus demandas son: “¡Basta de contratos basura! ¡A igual trabajo, igual salario para todos los trabajadores de la industria siderúrgica!” Este es programa y esta lucha le marcan el camino a toda la clase obrera de Sudáfrica y a nivel internacional.
La burguesía debe lidiar con un movimiento obrero que empezó a girar a la izquierda y de eso se trata el nacimiento de este nuevo partido stalinista y su fraseología “socialista”… para la campaña electoral.

 

La dirección de la LIT-CI y de la CSP-Conlutas de Brasil encubre a cuanta dirección burocrática del planeta se quiere pintar como “revolucionaria” ante los ojos de la clase obrera

La dirección stalinista del NUMSA se preparó para esta ocasión durante años. En 2013, empujados por los obreros que entraban al combate contra el gobierno, los dirigentes del NUMSA anunciaron que romperían con el CNA y que su objetivo era poner en pie un partido de los trabajadores. La ruptura de la clase obrera con la burguesía había comenzado en Sudáfrica y la base obrera imponía su impronta hacia la izquierda.
La dirección del sindicato, en abril de 2014, viajó a EEUU a participar de la conferencia de Labor Notes, es decir, se reunió con las asesorías sindicales de los abogados del Partido Demócrata imperialista yanqui. Allí, indudablemente, recibió instrucciones de cómo lidiar con esta aguerrida ofensiva de la clase obrera sudafricana contra el régimen infame de la “reconciliación” con el Apartheid.

Meses más tarde, en agosto de 2014, la dirección del NUMSA recibió en Sudáfrica a la delegación oficial que enviaron el PSTU de Brasil y la LIT-CI al simposio llamado por los dirigentes de este sindicato para debatir el camino a seguir y su propuesta de “marchar a construir una alternativa socialista”. Así, esta dirección stalinista supo encubrirse como “socialista” y “revolucionaria” manteniendo relaciones fraternales con los “trotskistas” de la LIT-CI, que gustosamente se prestaron para ello, tal cual lo han hecho también por ejemplo en Bolivia y en Chile (ver recuadro).
Luego de romper abiertamente con el COSATU y ser expulsados del mismo por 33 votos contra 24, en el año 2015 los dirigentes del NUMSA estuvieron con la dirección de la central sindical CSP-Conlutas de Brasil, que es dirigida por la LIT-CI, en un congreso de la IG Metall en Alemania, auspiciado por la socialdemocracia de ese país.

Como vemos, la LIT-CI, el PSTU de Brasil y la dirección de la CSP-Conlutas, desde el mismo momento en que comenzó este proceso de giro a la izquierda de las masas de Sudáfrica, vienen encubriendo como “revolucionaria” a la dirección del NUMSA para otorgarle un barniz “socialista” ante los trabajadores en lucha que rompían con el CNA.
La LIT-CI no puede aducir que estaban llevando adelante una táctica de unidad-enfrentamiento o de frente único para trabajar sobre un fenómeno centrista. Esto había que hacerlo. Pero la LIT-CI tan solo tuvo una política de hacer “acuerdos por arriba” con la dirección del NUMSA, dedicándose a darle vituallas políticas y a limpiarle su camisa de las manchas stalinistas. Por esta vía, la LIT-CI encubrió todo el accionar de la dirección del NUMSA en la oleada de luchas que conmovió a Sudáfrica en 2017-2018. Nadie puede negar que luego de la huelga general de abril de 2018 contra Ramaphosa, se había abierto el camino al derrocamiento del conjunto del régimen del CNA a manos de las masas. Este “frente único por arriba” de la LIT-CI y la CSP-Conlutas, encubrió a la dirección del NUMSA que lejos de impulsar esta política revolucionaria, marchó a organizar el SRWP, tal cual lo vemos hoy, para someter a la vanguardia obrera a la trampa electoral. De esto también se trató este congreso que acaba de finalizar.

 

Con la colaboración de los renegados del trotskismo, surge un tercer partido comunista en Sudáfrica para contener a las masas por izquierda

Luego de ser cubierto por corrientes ex-trotskistas como la LIT-CI, “anticapitalistas” como el PSOL de Brasil y grupos centristas de Sudáfrica, se ha puesto en pie el tercer partido comunista en este país. Los tres que existen (el PC oficial, el partido de Malema y ahora el SRWP) son imprescindibles para intentar controlar, manipular y abortar la irrupción del movimiento obrero revolucionario sudafricano.
En los ‘90, el imperialismo y la burguesía recurrieron a Mandela para darle una “salida pacífica”, sin “derramamiento de sangre”, al régimen fascista del Apartheid. Ellos impusieron un régimen de la reconciliación y la “Carta de la Libertad” para sacar a las masas del camino de la revolución proletaria. El resultado de esta política no fue más libertad, sino la continuación de la esclavitud a manos del imperialismo y de una nueva burguesía negra millonaria, ahora asociada a ellos.

Ese régimen es el que hoy está estallando, con la clase obrera rompiendo con él. Los de abajo han entrado al combate con acciones revolucionarias. Las burocracias de los sindicatos, las direcciones reformistas y la burguesía, en medio de la catástrofe económica, de la crisis del régimen y de la irrupción de las masas de la ciudad y el campo, necesitan cerrar el camino para que no se pongan en pie y se armen los organismos de doble poder que ya comienzan a surgir, como los piquetes de huelga y los comités de fábrica y los comités de las comunidades que luchan por la salud y la vivienda. La burguesía y los reformistas deben impedir la coordinación, la centralización y el armamento de todas las masas en lucha. Es que de surgir estos organismos de los de abajo, cambiaría rápidamente la historia.
El rol de los Partidos Comunistas es mantener a los explotados en nuevos “bantustanes” políticos que, esta vez, aíslan a todos los sectores de las masas en lucha, que impiden su coordinación y centralización a nivel provincial y nacional. Ellos están preparados para montar todas las trampas necesarias para que no surja el doble poder de los explotados, única forma de poner en pie las organizaciones de democracia directa y armamento de las masas para avanzar a la revolución y a la toma del poder. Este es el único camino a la revolución socialista: poner en pie los comités de obreros, de soldados y de campesinos pobres para la insurrección.
Todas las palabras de “socialismo” que he escuchado en este congreso del SRWP fueron simplemente eso, palabras. Es que este congreso no orientó a las masas para poner en pie el poder de los de abajo, ni mucho menos para enfrentar la trampa electoral del mes de mayo ni para unir a la clase obrera en luchas concretas en toda África del Sur y a nivel internacional.

 

El stalinismo manipula la revolución cubana del ’59 para mejor engañar y controlar al movimiento obrero en Sudáfrica

Mientras estaba aquí en Sudáfrica, se realizó un simposio público sobre Cuba y América Latina en el campus central de la Universidad de Sudáfrica en Tshwane (Pretoria) el 29 de marzo. Junto al CNA y al PC oficial, estuvieron presentes la vicepresidenta de Cuba, Inés María Chapman, y el embajador de Venezuela en Sudáfrica, Mairin Moreno Morida. No hay dudas de que estos también se entrevistaron con los dirigentes del SRWP y quizás, por qué no, como ellos dicen, le hicieron llegar algunas donaciones para adquirir boinas, remeras y demás símbolos stalinistas para su congreso.

Lo que llama la atención es la contradicción flagrante de este congreso donde se proclamó el “socialismo” y el “internacionalismo”. Pero se lo hizo levantando las banderas de Mao Tse Tung y el PC chino, de los hermanos Castro y del represor, antiobrero y cobarde ante los yanquis de Maduro, todos socios del carnicero Putin y del fascista Al Assad, que son los encargados de masacrar a las masas revolucionarias de Siria. El “internacionalismo proletario” del SRWP significa en realidad la unidad con los más grandes traidores y entregadores de la revolución mundial.
Su relación con los estafadores de la “Revolución Bolivariana” y con los “demócratas” de los Borbones del Estado Español, habla por sí misma.

De eso se trata el surgimiento de esta tercer vertiente stalinista que es el SRWP. Sin este nuevo escollo, la burguesía y el imperialismo no podrían terminar de contener a todos los sectores de las masas en lucha y meterlas en la trampa electoral que solo busca legitimar al régimen infame del CNA y la AngloAmerican.

La revolución cubana es admirada como tal por millones de obreros negros, desde Harlem y Missouri hasta África del Sur. Es que la instauración del estado obrero en la isla se dio en el mismo momento en que se desarrollaron las luchas de liberación nacional en África. En la revolución cubana de los ‘60, los obreros negros de África veían que triunfaba su revolución.
En ese entonces, el castrismo volcó sus fuerzas aquí, obviamente no para que triunfe la revolución anticolonial como revolución socialista, sino para impedirlo. Inclusive el Che Guevara dejado aislado en el Congo y desarmado durante semanas por parte de la vieja burocracia stalinista de la URSS, es la prueba fehaciente de esta enorme traición.
Pero los obreros negros de todo el mundo hicieron suya esa revolución y la tomaron como parte de su propio combate. Ello quedó como parte de su conciencia. Esto creó una justa aspiración de las masas negras en defensa la revolución socialista cubana, pero a la vez, le dio al stalinismo un instrumento en sus manos para manipular su conciencia.
No vamos a olvidarnos de que las milicias castristas venían a África a defenderle los pozos de petróleo a Rockefeller, como sucedió en Angola y Guinea Bissau luego de la derrota del imperialismo portugués. Después de entregar las luchas anticoloniales de liberación, el stalinismo manipuló esta conciencia de los obreros de África durante años. Y vuelve a hacerlo ahora, cuando ya no pueden ponerse la remera ni de Mandela, ni de Obama, ni de la burguesía millonaria negra y todos sus agentes. Ahora utilizan la remera de los Castro y la boina de Chávez para vestirse de “rojo”.
Esto es una paradoja. Es que esta manipulación sucede en momentos en que el chavismo no le toca una sola de las propiedades al imperialismo cuando Trump cerca y asedia Venezuela para quedarse con todo su petróleo. Esto es contradictorio porque ya ha sido Castro quien ha dicho, antes de morir, que “el socialismo no va más ni siquiera en Cuba”. Allí ya se restableció el derecho de herencia y la propiedad privada y se está imponiendo una “nueva China”, con la instalación de miles de fábricas-maquilas que funcionarán en puerto Mariel, como zona franca de obreros esclavos a 18 dólares de salario.
El castrismo entrega todas las conquistas de la revolución cubana y sus últimos esfuerzos son para sostener al sistema capitalista putrefacto en toda África del Sur.

Pero esta trampa mortal para los trabajadores no funcionaría si los renegados del trotskismo de Brasil y toda América Latina, del Estado Español, de EEUU y de Sudáfrica, no hubieran encubierto a la dirección stalinista del SRWP.

Está por verse si se puede asentar tanta traición y entrega. Mientras se realizaba el congreso del SRWP, en otro municipio de la ciudad de Johannesburgo, la comunidad de Alexandra, con sus palos y machetes, salía a pelear por vivienda, por salud, por electricidad y contra la represión. Al mismo tiempo, en centenares de luchas, los obreros mantienen sus huelgas y ocupaciones de fábricas, sin haber pasado por el hotel Birchwood a saludar a “sus” delegados y representantes. La mayoría de esos explotados en lucha ni sabían que en este lujoso lugar, se realizaba el “congreso del NUMSA”.
Aquí pude ver que los esclavos en lucha de la Sudáfrica profunda no pudieron participar de ese congreso, donde una burocracia y una pequeño burguesía, ahora ya abiertamente stalinistas, sin ningún pudor y bajo un fastuoso lujo, fundaban este tercer partido comunista.
Los que financiaron este congreso “desde el exterior” están felices y contentos. Pero los obreros que no tienen trabajo ni vivienda, aquí no encontraron ninguna solución. Los trabajadores de Sudáfrica, lamentablemente, no tienen nada que festejar.

Ya previamente a este congreso, la dirección del SRWP impidió todo debate con las corrientes revolucionarias del continente. Los socialistas revolucionarios de Zimbabwe hicimos llegar una crítica y aportes sobre la puesta en pie del SRWP. No obtuvimos ninguna respuesta. Silencio. El mismo silencio que sufrieron las masas en lucha que no pudieron participar de este congreso. Los revolucionarios tampoco.

La verdadera lucha por la revolución socialista está en los organismos embrionarios de doble poder de las masas que están surgiendo en Sudáfrica. La lucha por el internacionalismo proletario de los obreros sudafricanos está con las masas revolucionarias que hoy salen a combatir en Argelia, Túnez y Sudán, que resisten en Siria y en Palestina, que combaten en los países imperialistas como los Chalecos Amarillos de Francia.

En ese congreso del SRWP no se votó un programa para la revolución socialista, que le abra un camino a las masas para poner en pie sus organismos de doble poder. Se votó un programa “socialista” para aplicarlo por “vía pacífica” desde el Parlamento, no para romper el ejército ni para ganar a los soldados rasos negros y poner en pie la milicia obrera. Allí no se llamó a disolver a la policía asesina de los mineros de Marikana.
En este congreso, mientras se ovacionaba a los hermanos Castro, no se llamaba a los obreros negros de EEUU a coordinar un combate común organizado y centralizado para golpear como un solo puño a los piratas imperialistas de Wall Street, de la banca de Frankfurt y la city de Londres.
En ese congreso estuvieron los socios del contrarrevolucionario PC chino, devenidos hoy todos en una nueva burguesía millonaria, esclavista de la clase obrera más numerosa del planeta. Es más, le dedicaron un salón de su congreso al dirigentes de ellos, Mao Tse Tung y a sus seguidores. Y estuvieron los más grandes entregadores de la revolución socialista mundial.

El SRWP amenazaba con expresar directamente este enorme proceso de radicalización de la clase obrera sudafricana, en particular de los obreros metalmecánicos. Cientos de miles de obreros ansiaban esto. De diferentes países de África, se miraba con enorme simpatía este proceso. El stalinismo destruyó la iniciativa de las bases obreras del NUMSA de imponer una salida política y revolucionaria a sus combates e impidió por ahora el reagrupamiento revolucionario de las filas obreras que los de abajo necesitan para alcanzar la victoria.

Cuando estaba terminando este congreso, nos enteramos que hubo una cierta resistencia a esta política que se impuso. Distintos delegados no entendían por qué tantas palabras de “revolución socialista” cuando todas las tareas de este partido se organizaron hacia las elecciones de mayo. En distintas intervenciones, un sector ultra-minoritario de delegados intentó desenmascarar que este programa no es para conquistarlo con la revolución sino con la estafa de la “vía pacífica al socialismo”.
Pero también, en el transcurso de este congreso, vi someterse totalmente a la disciplina de este nuevo partido comunista stalinista que ha surgido, a quienes hasta ayer mismo proclamaban ser revolucionarios. Fui testigo de cómo se ponían la boina roja de Chávez, la remera de Fidel Castro y les juraban fidelidad. Ello habla de la crisis de nuestro partido, la IV Internacional, indomable enemiga de las direcciones traidoras y del stalinismo que tantas derrotas y padecimientos le provocó a la clase obrera mundial.
Parece mentira que militantes de años en el trotskismo, de forma confundida o no, hoy proclamen que trotskistas y stalinistas pueden estar en un mismo partido. Luego de la entrega de la URSS y de las traiciones históricas al proletariado mundial por parte del stalinismo, pretender que puedan desfilar juntas la bandera de la IV Internacional y la de los traidores contrarrevolucionarios de los Partidos Comunistas, es una ofensa al legado del movimiento revolucionario internacional.
Defender a la Siria obrera y campesina masacrada, y guardar silencio sobre ello en este partido de los socios de Al Assad y Putin, constituye una ruptura abierta con el trotskismo.
Los trotskistas hemos intervenido en todo fenómeno progresivo hacia la izquierda de franjas del movimiento obrero. Lo hicimos en los años ’30 y luego en la postguerra. Y actuamos igual desde la FLTI y los socialistas revolucionarios de África con este proceso en Sudáfrica desde sus inicios. Proclamamos el programa del NUMSA y esta iniciativa de los sindicatos combativos de poner en pie un partido revolucionario, como un camino a seguir por todos los explotados del África martirizada. Contagiamos de su proclama internacionalista a la vanguardia obrera de Zimbabwe, Mozambique y a nivel internacional. Asimismo, levantamos nuestra posición y crítica sobre los límites que tenía el programa centrista que este levantaba. Y desenmascaramos a cada paso la política de una dirección oportunista que amenazaba con llevar esta iniciativa obrera a un callejón sin salida, como finalmente sucedió.
Esta lucha quedará entonces como patrimonio y jalón a conquistar por los trabajadores dirigidos por una dirección revolucionaria. Como está probado, el stalinismo que hoy plantea promesas de victoria, lo único que traerá es un camino plagado de derrotas. Eso es lo que hay que tratar de evitar.

 

Al hotel Birchwood no llegó la revolución, ni los combates de los obreros de África, ni mucho menos los de la clase obrera mundial

Muy lejos de ese congreso, las masas de Alexandra seguían sin agua y sin vivienda; los inmigrantes y sus mujeres, viniendo de toda África, permanecían trabajando como esclavos; los obreros continuaban en los piquetes y las huelgas; las mujeres de Marikana seguían clamando por justicia por sus compañeros.
Yo pensaba en mis hermanos de Zimbabwe y de Mozambique golpeados por las catástrofes naturales y la voracidad de los capitalistas y en las masas martirizadas de Angola y Guinea Bissau, que no tuvieron lugar en el congreso del SRWP. Pensaba en los mineros de Hwange y sus valerosas mujeres que continuarán separados de sus hermanos de Marikana. Pensaba en los pequeños vendedores ambulantes que seguirán desocupados en Zimbabwe o esclavizados en Sudáfrica sin apoyo de las organizaciones obreras. Pensaba que quedábamos divididos nuevamente.
Mientras caminaba por las calles de Johannesburgo, también pensaba: “¡Cuánta agua necesita el régimen de la AngloAmerican y sus burguesías lacayas para apagar tanto fuego revolucionario que amenaza con incendiar toda Sudáfrica!”. La pradera está seca. Las masas quieren soluciones concretas: quieren pan, trabajo digno, tierra y dejar de vivir en chozas en el país del oro. Y siguiendo el camino de las masas de Sudán, Argelia y Haití, los explotados de Sudáfrica salen ya a las calles a conquistar sus demandas con su propia lucha.
Aquí la revolución comienza a ponerse de pie. Intenta hacerlo pero tantas direcciones traidoras no lo permiten. El principal obstáculo que tienen la clase obrera y las masas es la crisis de su dirección, la cual hoy prepara una nueva traición al mismo nivel y de la misma envergadura con la cual expropiaron en los ’90 una gran revolución de los esclavos de Sudáfrica. Esta vez, las masas ya no chocan contra el Apartheid de los blancos como en aquellos años, sino contra el “Apartheid capitalista” de la AngloAmerican y de una burguesía negra millonaria que, sostenida por tres partidos traidores, le permiten vivir en un mar de obreros negros esclavos.

La última palabra no está dicha y seguramente no lo estará. Los revolucionarios debemos encargarnos de eso. Nuestra primera obligación es decirle la verdad a los trabajadores: quiénes son sus aliados y quienes sus enemigos. Y en el congreso del SRWP no surgió un aliado para la revolución socialista. En realidad, nuestros aliados están en la aguerrida vanguardia obrera revolucionaria que no deja vivir en paz a los explotadores ni en Sudáfrica ni a nivel mundial, ni a las direcciones que a cada paso los traicionan.

James S., corresponsal en Sudáfrica del OOI


Con la colaboración de Jussa K. y Julián Juárez

 

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En África del Sur, el stalinismo y las direcciones burocráticas actúan con un cinismo que no deja de asombrar. En Zimbabwe, los obreros venimos de sublevarnos en una enorme huelga general en el mes de enero, pero nuestra lucha contra la feroz dictadura militar aún está inconclusa. Esto se debe a las traiciones de las burocracias sindicales y de los que se dicen “socialistas” como la ISO (Organización Socialista Internacional) que en las elecciones presidenciales del año pasado llegaron a apoyar a los políticos del MDC, el partido burgués de los sirvientes “democráticos” de las transnacionales y del FMI que saquean las naciones de África del Sur.
Mientras cubría este evento, me enteré de la disolución de la ISO en EEUU. Esto no me extraña. Ellos irán tras Sanders, al Partido Demócrata de los piratas imperialistas yanquis. En Zimbabwe hablaban de que votando al MDC contra el ZANU PF, conquistaríamos “más democracia” y lo único que lograron es encubrir a una brutal farsa electoral que terminó dándole un poder absoluto a la dictadura militar. En EEUU están haciendo lo mismo, de la mano del Partido Demócrata “contra Trump”.


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IV Internacional en partidos únicos con el stalinismo

Lo que sucedió en Sudáfrica no es casual ni nada nuevo: la dirección de la CSP-Conlutas y de la LIT-CI, como lo hizo con la dirección del NUMSA, se dedica a sostener por izquierda a toda burocracia que quiera pintarse de “rrrrrrrojo” para ubicarse mejor ante la vanguardia obrera que gira a la izquierda a nivel mundial. De forma particular, lo hace con todas las fracciones stalinistas que buscan legitimarse para continuar controlando férreamente al movimiento obrero y sus luchas.
Desde Brasil, esta dirección se dedica a lavarle la cara a todo burócrata sindical que se ofrezca para ser “alternativa” a las viejas burocracias desprestigiadas. La LIT-CI les pone un barniz “trotskizante” y así surgen burócratas “de izquierda” aptos para montar nuevos obstáculos, engañando a los trabajadores que avanzan en combates duros contra el sistema y sus regímenes y buscan poner en pie sus organizaciones de lucha para enfrentar a sus enemigos.
Lo mismo sucedió recientemente en Bolivia. Allí la LIT-CI apoyó al frente ORO (Organización Revolucionaria Obrera) en las elecciones del sindicato de la mina de Huanuni. Este posaba de “combativo”, hablando de ser “independiente” del gobierno bolivariano de Morales y proclamando la necesidad del “internacionalismo proletario”. Pero apenas asumió la directiva del sindicato, la dirección del frente ORO terminó siendo un apéndice del gobierno y de la burocracia colaboracionista de la COB e incluso llamó a las FFAA y a la policía a militarizar la mina para “defenderla” de los obreros desocupados acusándolos de ser “ladrones de minerales”, como si los ladrones no fueran las transnacionales imperialistas que son las que saquean todos los minerales de Bolivia. Ya hay 4 obreros desocupados asesinados por las FFAA en la mina de Huanuni. Aún esperamos un pronunciamiento de la LIT-CI al respecto…
Otro ejemplo que demuestra esto es la experiencia de Chile, donde surgió una nueva central sindical stalinista con sus dirigentes vistiéndose de “clasistas” en el congreso de la CSP-Conlutas en 2017 (a donde asistieron invitados por la LIT-CI), para luego terminar fundando una organización no muy distinta a la CUT que controla el PC.

Estamos frente a una política internacional de la así llamada “Nueva Izquierda”, donde su “ala izquierda” como los “anticapitalistas” y ex trotskistas, en este caso la LIT-CI y su “Red Sindical Internacional”, se han dedicado a darle legitimidad a los desechos moribundos y putrefactos del viejo stalinismo o, directamente, han ingresado a partidos únicos con ellos.

Esto tampoco es una novedad. Es lo que sucedió con el Partido Obrero de Argentina, el EEK de Grecia y el DIP de Turquía que han puesto en pie una Internacional junto a dos secciones stalinistas de Rusia, sostenedoras de Putin y el fascista Al Assad. Y lo hacen reivindicando a la III Internacional que en manos de Stalin terminó, al igual que la II, como un cadáver pestilente, traicionando al proletariado mundial y entregando todos los estados obreros.
Este es el caso también de los “anticapitalistas” que está dentro de Syriza y de Podemos. Mientras tanto, otras corrientes devienen ellas mismas en neo-stalinistas, como sucede con el PTS de Argentina que está en abierta ruptura con la IV Internacional y el trotskismo abrazando las pseudo-teorías stalinistas de Gramsci.
Otros grupos hablan de volver a fundar el viejo Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, donde convivían los mencheviques y los bolcheviques… Una tragedia: los ex trotskistas ingresando a partidos únicos con el stalinismo encontrando cualquier excusa para destruir y no dejar piedra sobre piedra de la IV Internacional y sus partidos.
¿Cómo unir al bolchevismo con la socialdemocracia que desde el año 1914 ha sido el gran sostén junto al stalinismo de la contrarrevolución mundial? ¿Cómo querer volver hacia atrás la rueda de la historia, cuando aún echa mal olor el cadáver pestilente de la socialdemocracia y también del stalinismo, que todavía está vivo por responsabilidad absoluta de los renegados del trotskismo?
Para esta gente, la IV Internacional sería un equívoco histórico. Trotsky debería haberse quedado en la III Internacional junto a Stalin, mientras este imponía la pseudo-teoría de “el socialismo en un solo país”, estrangulaba la revolución china de 1927 y el camino a la huelga general en Inglaterra, facilitaba el triunfo de Hitler en Alemania, impulsaba la política de Frente Popular en Francia y España y enviaba la Quinta Columna a la guerra civil española.

Hasta la Primera Guerra Mundial, los marxistas rusos estaban todos, desde sus distintas fracciones, dentro de la II Internacional. La votación de la socialdemocracia de los créditos de guerra, la transformó en un cadáver pestilente. El marxismo revolucionario a partir de allí proclamó que el imperialismo se reproducía y se sostenía escindiendo al socialismo, es decir, comprando a una capa de aristocracias y burocracias obreras. Por ello, luego de 1914, Lenin planteó la necesidad de fundar la III Internacional, después de las Conferencias de Kienthal y Zimmerwald. Es que la II Internacional había muerto.
Pretender reunificar hoy en partidos comunes a fuerzas contrarrevolucionarias agentes directas de la burguesía, como es el stalinismo, junto a los trotskistas, equivale a someter a estos a las direcciones traidoras del proletariado y, lo que es peor, a ser sus sostenedores. Y también significa liquidar abiertamente la IV Internacional, que se fundó en 1938 llamando a la clase obrera a realizar la revolución política, a hacer la guerra civil para derrocar a la burocracia stalinista y así recuperar los estados obreros.
Ya el pablismo había disuelto la IV Internacional en la segunda postguerra con la excusa de que la “URSS iría a una guerra civil mundial con el imperialismo yanqui”. Esto resultó ser una falacia: el pasaje de la burocracia como agente directo del imperialismo en el ’89 agota toda discusión al respecto.
Ahora el argumento para liquidar la IV Internacional resulta ser “no quedarse aislados de las masas”… Inconsistente. Justamente, los que están aislados de las masas son los stalinistas y con la cobertura de los renegados del trotskismo, están logrando lavarse su ropa sucia y represtigiarse ante la clase obrera mundial.

Sin la cobertura de los renegados del trotskismo, indudablemente la dirección stalinista del NUMSA no hubiera podido tener un ropaje “socialista” ante las masas.
Esta historia de entrega y capitulaciones termina con esta variante stalinista de Sudáfrica sacándose la vestimenta “pseudo-socialista” y mostrándose cómo realmente es: con la boina del chavismo, los entregadores de Venezuela, y con la foto del castrismo, los enterradores de la heroica revolución cubana, en sus remeras.
En su congreso ni siquiera le hicieron un homenaje público a los esclavos de Haití que hartos de comer barro, ganan las calles en acciones revolucionarias recurrentes y son masacrados a diario por las tropas de la ONU. Obviamente, tampoco en ese partido de stalinistas y renegados del trotskismo había ningún lugar ni sala de reuniones en ese hotel lujoso, dedicada a la heroica revolución siria ni a los más de 600.000 trabajadores y explotados masacrados por Al Assad y Putin, sostenidos por el stalinismo mundial.

Alguien ha resucitado al “Lázaro” stalinista y han sido los renegados de la IV Internacional.

Julián Juárez

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