La lucha de las masas en Libia contra el régimen asesino de Gadaffi expone la política pacifista y nacionalista de aquellos que han secuestrado (por ahora) las revoluciones tunecinas y egipcias. Cuando las masas están realmente queriendo terminar con el régimen capitalista, éste contraataca con todas sus fuerzas y en última instancia se resume a conflictos armados en las calles por parte de las masas contra las fuerzas armadas del régimen que representa a un puñado de parásitos capitalistas. La política pacifista de la pequeña burguesía y los dirigentes burgueses de las masas en Túnez y Egipto muestran que quieren mantener las estructuras represivas del estado que mantienen a la mayoría de las masas con hambre, mientras que una pequeña elite continua beneficiándose; quieren reemplazar a “Ben Ali” y “Mubarak” con otra versión de “Ben Ali” y “Mubarak”. La prensa capitalista habla de la “revolución” en Túnez y Egipto, como si ésta pudiera ser pacífica y terminar sin que el régimen sea arrancado de raíz; en otras palabras usan la palabra “revolución” para tratar de frenar las revoluciones que están comenzando.

Segundo, el conflicto armado entre las masas y el régimen capitalista en Libia demuestra quien está realmente al mando, es decir el imperialismo. Cuando el régimen capitalista se encuentra realmente amenazado por las masas, los imperialistas usan todos los recursos que tienen para defender su régimen. Es por eso que enviaron mercenarios franceses e italianos para combatir en el bando de las fuerzas de Gadaffi para aplastar a las masas; es por esto que están enviando barcos con armas hacia Libia para tomar los posos de petróleo para impedir una expropiación de los obreros de los bienes imperialistas; las fuerzas armadas no son enviadas para proteger a las masas ni para tirar abajo al régimen asesino de Gadaffi sino para defenderlo (incluso si tienen que deshacerse de Gadaffi, lo que más le importa al imperialismo es el régimen capitalista libio). Por supuesto que al imperialismo le gustaría mantener a Gadaffi en su lugar y ahogar la revolución en sangre ya que esto serviría como una alerta a la clase obrera mundial de que no se atreva a tirar a ningún régimen capitalista.

Así es que para que las masas revolucionarias tiren abajo al régimen libio, deben pelear contra el imperialismo mundial. Para que las masas de Túnez, Egipto y en todo el mundo, derroten a sus propios regimenes (no solo expulsar a sus principales dirigentes), tienen que combatir al imperialismo mundial. Esto es lo que muestran las acciones genocidas del régimen libio y de los imperialistas que lo apoyan.

Recordemos que el imperialismo francés no dudó en matar a 1 millón de argelinos, que los fascistas italianos mataron decenas (sino cientos) de miles de libios, que el imperialismo ha matado a 6 millones de congoleños; todo mientras la ONU (y antes la Liga de las Naciones), permanecieron de brazos cruzados mientras las masas eran masacradas y se instalaban y sostenían los regímenes capitalistas. La clase media y los dirigentes capitalistas en Libia están mostrándole al imperialismo mundial, llamando a la intervención armada de la ONU, que están listos para montarse sobre la revolución ahora que Gadaffi ha sido desenmascarado frente a las masas, ellos se ofrecen para convertirse en el nuevo “Gadaffi”.

Ya en Bahrein, el imperialismo norteamericano se dio cuenta de que la política de tirar a matar de su régimen, podría lleva a otro levantamiento tipo “libio” y que la 5ta Flota Norteamericana podría verse forzada a intervenir directamente para sofocar a las masas. Es por esto que el imperialismo norteamericano dio la orden, por ahora, de retirar al ejército y la policía de las calles. Quieren manejarlo como en Egipto, con la “oposición” capitalista.

No debemos olvidar que la camarilla de Gadaffi amasó una fortuna de U$D 100 mil millones, mientras que la camarilla de Mubarak tiene una fortuna personal de U$D 70 mil millones y la de Ben Ali tiene miles de millones de dólares de riqueza. Estas fortunas están en bancos de Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, España e Italia. Estos imperialismos fueron totalmente cómplices en las hambrunas deliberadas que sufren las masas mientras sus dictadores títeres amasan enormes fortunas, que son solo un vuelto de los miles de millones de dólares que ha robado el imperialismo a través de los años sobre los huesos de la clase obrera, la opresión de las clases medias bajas y la destrucción del campesinado pobre, la imposición de hambrunas generalizadas, la falta de viviendas y el desempleo.

Los pasos inmediatos a seguir

I. Armamento inmediato de las masas; desarme del ejército y la policía. Por comités obreros para tomar las instalaciones petroleras, los bancos y todas las empresas capitalistas. Los soldados de base deben romper con Gadaffi y su régimen, elegir sus propios delegados y enviarlos a los comités obreros. La ofensiva por el control obrero de todos los campos de petróleo se debe fortalecer para derrotar todo el régimen del asesino Gadaffi.

II.  Cuidado con las fuerzas burguesas y las de “izquierda” que mantienen las consignas anti-imperialistas fuera de las calles. Ellos esconden que el que verdaderamente gobierna Libia es el imperialismo.

III. Por un llamamiento a la clase obrera de Italia, Francia, España, Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Grecia, para evitar que cualquier fuerza armada y sus mercenarios ataquen la revolución de los obreros libios. Por brigadas obreras armadas, enviadas a pelear del lado de las masas libias contra el régimen asesino de Gadaffi. Las masas revolucionarias en Túnez y Egipto deben tomar cualquier medida posible para defender a las masas libias y ayuda a derrotar al régimen de Gadaffi. Esto significa una lucha directa contra el mismo imperialismo que mantiene a las masas en Túnez y Egipto bajo cadenas. (La primera medida de la dictadura militar egipcia fue enviar tropas a la frontera con Libia, no para defender la revolución contra el imperialismo, sino que para aislarla).

IV. Llamamos a la preparación de una huelga general política contra los regímenes francés e italiano que están enviando mercenarios a Gadaffi. Por una huelga general revolucionaria, uniendo a los obreros locales e inmigrantes en todos los centros imperialistas que son parte de las tropas de invasión que quieren tomar la riqueza petrolera de Libia. Por la marcha del millón de obreros en EE.UU. y todos los centros imperialistas para comenzar el proceso de derrota del enemigo en casa –sus propios imperialismos- que son los mismos que mantienen a las masas de Libia y el mundo bajo cadenas. 

V. Los obreros inmigrantes y locales en toda la Península Saudita, incluyendo Bahrain, Djibouti deben unirse contra los regímenes títeres locales y expulsar todas las bases del imperialismo norteamericano (y de todos los imperialistas) de toda la región.

VI. Ha llegado el momento de que la clase obrera se organice para romper los muros, incluyendo la frontera de Rafah, que mantienen a los palestinos en campos de concentración.

VII. Llamamos a protestas masivas, dirigidas por la clase obrera, en todo el mundo contra el genocidio imperialista en Libia.

VIII. Ha llegado el momento de que las masas barran con todos los regímenes capitalistas en todo el planeta, desde China a Tierra del Fuego, desde Ciudad del Cabo a Vladivostok.

IV. Por una conferencia de emergencia de las organizaciones obreras revolucionarias y los trotskistas internacionalistas para refundar la IV Internacional en las barricadas de Libia.

Workers International Vanguard League

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