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13/6/2014

Libia

Hafter, comandado por Obama y la OTAN viene a aplastar la revolución libia.
Las masas obreras y las milicias rebeldes han defendido Benghazi, la capital de la revolución.

¡Ni Hafter ni el CNG!
¡Congreso nacional de delegados de las organizaciones obreras, los comités de los petroleros en huelga
y de las milicias rebeldes!

¡Fuera el imperialismo y sus lacayos de Libia!
¡BASTA YA! ¡Todo el poder a los de abajo!

Pasaron ya dos semanas desde que los explotados de Benghazi resistieran al intento de Heftar y sus fuerzas (bajo el mando de la CIA) de aplastar a los rebeldes, obreros y jóvenes revolucionarios armados de esa ciudad que ayer derrotaran a Khadafy. Desde entonces, no pudo volver a intentar un ataque igual. Sólo puede, de vez en cuando, cobardemente disparar con su aviación y helicópteros desde lo alto. Esto es por el enorme combate de las masas, que obligaron a Heftar y sus fuerzas a retroceder, y es al día de hoy que no puede pasar a la ofensiva sobre las masas de Benghazi nuevamente.

Hoy en día se lo puede ver a Heftar hablando mucho por la televisión, en videos grabados entre cuatro paredes. Sigue amagando con su operación desarme de las masas y entrega de la nación Libia al imperialismo, que él llama “dignidad”. Habla mucho sobre que el gobierno del CNG no va más y hay que poner otro. Las felicitaciones que le dio al general asesino Abd el-Fatah al-Sisi por asumir la presidencia de Egipto demuestra que él pretende ocupar el mismo lugar en Libia. Quiere un general supremo del ejército como presidente, que se transformará en un nuevo dictador, como Khadafy, para asegurar el saqueo de petróleo y las riquezas libias al imperialismo.
Por su parte, el CNG y varios ministros salen a responderle sobre quién tiene que ser el gobierno y a criticar a su “operación dignidad”. Otras figuras del ejército también empiezan a expresar su apoyo ya sea a Heftar o bien al CNG. Todo siempre con videos que pasan en la tele. Nadie está dando la cara en ningún lugar desde donde ejercen sus funciones. El edificio del CNG no tiene un solo parlamentario dentro. El Congreso Nacional ya no es más “General”, pues no está en funcionamiento gobernando el conjunto del país.

Cada vez más personas se preguntan “¿quién gobierna?” y nadie sabe cómo responder. Es que la burguesía en Libia, luego de que el intento de Heftar de aplastar a las masas de Benghazi fuera derrotado, se dividió alrededor de cuál es la mejor forma de derrotar a las masas. Todos saben que tienen que aplastar a los organismos de las masas armadas y desarmarlas. Es que éstos son un doble poder y, por más dirección colaboracionista con el gobierno que tengan, no puede haber dos poderes dentro de un mismo estado. La burguesía tiene que estabilizar su dominio y por eso busca definir esta situación a su favor. Pero hoy, en Libia, está dividida alrededor de cómo hacerlo.
Un sector opina que hay que mantener el CNG como fachada “democrática” mientras se va haciendo campaña contra las milicias, marchas reaccionarias pidiendo el desarme, hasta disciplinar y disolver el conjunto de las milicias rebeldes. Otro sector, el de Heftar, busca todavía reagrupar fuerzas para seguir su “operación dignidad” de aplastamiento de las masas. Pero ninguna se impone. Es que ni el CNG tiene legitimidad ni Heftar puede pasar los límites que las masas le impusieron en Benghazi. Hay una crisis revolucionaria abierta en las alturas, que aun no se ha cerrado.
Fue entre medio de esa brecha que irrumpieron los obreros petroleros, volviendo a hacer una enorme huelga, como la de mediados del año pasado.

Por ahora, Heftar se ha asentado en Marj, y también están con él desde Beda y Tobruq. Ha tomado esta zona al este de Benghazi. Ahí se ha quedado, agrupando fuerzas, dejando que todo siga, pues por el momento no puede dar otro golpe, ya que las masas lo derrotaron y sabe que éstas lo derrotarán si hoy lo intentara nuevamente. Además, sabe que día a día, su campaña de “no hay gobierno, hay que poner orden”, conllevando al desarme de las masas, avanza un paso más.
Heftar es como el Franco de la guerra civil en España en los ’30. Era el general golpista que venía a aplastar a las masas insurreccionadas armadas y derrotar la revolución. Empezó primero tomando una zona y estableciéndose allí, para, cuando tuvo la relación de fuerzas, avanzar por sobre las masas insurrectas. Esto es lo que está haciendo Hafter instalándose en el este de Libia, tratando de reagrupar fuerzas para poder lanzar un nuevo ataque contra los explotados armados de Benghazi, buscando derrotar la revolución y ahogarla en un baño de sangre, como hiciera Franco ayer en España.

Los explotados de Benghazi supieron identificar bien quién era Heftar, y que éste venía a derrotar la revolución y a aplastar los organismos de las masas armadas. Heftar, escudándose en el argumento de “lucha contra el terrorismo”, marcó como uno de sus primeros objetivos a la milicia “mártires 17 de febrero”. Ésta, no es cualquier milicia. Fue la primera que se constituyó como tal en la revolución que empezó en el 2011. Es la más grande e importante de Benghazi, y la que más autoridad tiene. Todos los obreros y jóvenes de Benghazi que protagonizaron la revolución plantean “si derrotan a la brigada mártires 17 de febrero, derrotan a la revolución Libia”. A partir de ello, han tomado la lucha por su defensa en sus manos, y le dieron el primer golpe a Heftar que lo mandó a recluirse en el este y no poder volver a entrar en Benghazi, más que algún misil tirado de lejos, sin pisar ni cerca.

Viendo a Heftar refugiado en Marj, y que éste no atacaba sino que juntaba fuerzas, las masas fueron a buscarlo. Se coordinaron desde los barrios para poder, el lunes 2 de junio, salir en una gran marcha, con sus armas, a Marj, a la base aérea que es soporte de su ataque y donde se decía que él estaba en ese momento. Las brigadas fueron también. Sus dirigentes se vieron obligados a ponerse a la cabeza, y desde ahí intentar dirigir un ataque a dicha base militar.
Hubieron enfrentamientos, con muertos y heridos de ambos bandos, que se sucedieron durante todo el día, con las fuerzas de Heftar defendiéndose. Empezó a disparar misiles desde aviones y helicópteros para defenderse de las masas. Algunos de ellos cayeron en Benghazi, sobre barrios obreros y las casas de los explotados. La prensa disfrazó todo esto como “enfrentamientos entre Heftar y una brigada terrorista”. Esto es lo mismo que pequeñas sectas de izquierda de Argentina dicen que está y que viene sucediendo. Es un engaño para ocultar la lucha de las masas revolucionarias libias.

Las milicias de rebeldes de Benghazi no están solas. Las milicias de rebeldes de Msrata hoy han vuelto a Trípoli. Entendían que movilizarse ellas y todo su arsenal para asegurar la capital era la mejor forma de luchar contra Heftar y su ataque contra las masas revolucionarias.
Asimismo han salido a la lucha los obreros petroleros. Nuevamente ha comenzado una enorme huelga como la de mediados del año pasado. Ya se está haciendo sentir fuertemente, pues esta lucha plantea quién es el verdadero dueño de las riquezas de Libia: si el imperialismo que las saquea o los explotados que hicieron su revolución para poder comer.

¡Hay que unificar estas filas de los explotados! Hoy están pesando en el centro de la escena las milicias de rebeldes. Solamente es su dirección colaboracionista la que les impiden seguir este camino de llamar a este verdadero congreso nacional de los explotados libios y tomar el poder.
Esto lo podemos ver en el edificio del CNG hoy. El mismo no tiene congresales, sino únicamente milicianos de Msrata. Pero a ellos, su dirección les plantea que ellos sólo tienen que hacer seguridad y no meterse en el gobierno. Les quieren hacer creer que los que pelearon contra Khadafy se tienen que quedar de brazos cruzados, mientras todos los políticos y generales khadafistas discuten y se ponen en movimiento por ver como desarman a las masas, las aplastan, y vuelven a armar un gobierno como el de Khadafy, que le siga entregando el petróleo a las potencias extranjeras y a nosotros no nos queda nada.

Por ello, contra todas las direcciones colaboracionistas, hay que centralizar estas fuerzas de los explotados ya en un verdadero congreso nacional de las milicias rebeldes, los obreros petroleros, de comités de fábricas, de inmigrantes y estudiantes revolucionarios, para unificar las filas de la revolución del 17 de febrero contra Heftar, la burguesía Libia y el imperialismo, y resolver la crisis revolucionaria en las alturas a favor de los explotados, tomando el poder. ¡Por un gobierno provisional revolucionario de las brigadas rebeldes y las organizaciones obreras!
Este gobierno es el único que podrá expropiar sin pago y bajo control obrero toda la industria petrolera, para conseguir las demandas de los obreros petroleros, que son las demandas de todos los explotados y de la revolución Libia. De esta manera, terminaremos con el saqueo y le propinaremos el golpe más duro a las petroleras imperialistas, las jefas de Heftar.
¡El petróleo para los libios! para garantizar salarios, trabajo y vivienda con condiciones dignas para toda la clase obrera Libia y sus hermanos los obreros inmigrantes, salud y educación gratuitas y de calidad, y todas la demandas de la revolución.

David Leandro Hofstadter
Corresponsal

 

 

 

 

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