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Argentina - 21 de septiembre de 2018

Editorial

Carestía de la vida, despidos, tarifazos y represión: El gobierno le tira la crisis a los trabajadores, y los capitalistas se fugan millones de dólares de las riquezas de la nación
Mientras los trabajadores enfrentamos el ataque de Macri, la burocracia sindical le dio tregua para que se imponga la devaluación y se hunda el salario obrero...

¡Que el paro del 24 y 25 sea un nuevo 18 y 19 de diciembre!

¡ABAJO MACRI!
Y el régimen infame de los políticos patronales y el FMI

 

¡FUERA EL G20 DE ARGENTINA!
Preparemos un "INFIERNO" contra los asesinos y saqueadores de los pueblos oprimidos del mundo
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Después del paro general, nuestra lucha no puede quedar en manos de la burocracia sindical de la tregua que entregó nuestro salario, y el trabajo

Por una salida obrera a la crisis...

COORDINADORA NACIONAL PARA UNIR LAS LUCHAS

Como en el 2001:
Hay que poner en pie una Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados

ARGENTINA HA ENTRADO DE LLENO EN EL OJO DEL HURACÁN DE LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL

Argentina está en el centro de la escena de la bancarrota de la economía capitalista mundial. Junto a Turquía, son los focos de la crisis que golpea principalmente a Rusia, Brasil, Sudáfrica, (los BRICS) e inclusive a países imperialistas menores (como Turquía), que se desarrolla motorizada por la brutal guerra comercial entre las distintas potencias imperialistas, principalmente Estados Unidos y Alemania-Francia, por los mercados y zonas de influencia del planeta.
La brutal devaluación, la continua fuga de dólares y capitales, la ofensiva del FMI y el imperialismo para quedarse con las riquezas y negocios de la nación, son las condiciones de la crisis mundial que golpean a la Argentina como un tsunami.

Con Trump, Estados Unidos ha pateado el tablero de la economía mundial para mantener su supremacía en el mercado amenazada por sus competidores imperialistas.
Por un lado, cierra sus fronteras y vuelve a explotar su mercado interno, mientras intenta imponer aperturas aduaneras en todo el mundo en defensa de sus transnacionales y su capital financiero. Con la suba de la tasa de interés de la Reserva Federal ha apreciado el dólar, provocando la devaluación en cadena de todas las monedas del mundo semicolonial. Esto le permite a EE.UU. adquirir a precio barato materias primas e inclusive empresas enteras en las colonias y semicolonias y favorecer, a la vez, las exportaciones de sus transnacionales instaladas en esos países.
Enormes masas de capitales se retiran de los BRICS y de aquellos países dónde ya han saqueado y donde el cobro de los intereses y las deudas ya no es seguro, como el caso de Argentina. Buscan un resguardo que le garantice seguridad en sus ganancias y fluyen a EE.UU., donde comienza un ciclo de reflujo de capitales y valorización del mismo, mientras el mundo semicolonial se hunde en el marasmo económico. Es un proceso inevitable en la economía imperialista mundial, que Macri no puede detener ni siquiera aumentando la tasa de interés de las Lebacs al 100%.
Naciones ya estranguladas y saqueadas por el capital financiero como Argentina son empujadas al FMI, que les impone condiciones de saqueo y sometimiento aún peores. Con esto Wall Street recrea una nueva burbuja financiera con las deudas externas de esos países, una nueva y brutal ronda de expoliación del mundo semicolonial. Ayer, los bancos de Wall Street realizaban enormes negocios prestándoles los dólares que les daba la reserva federal a tasa cero. Hoy, lo hacen vía el FMI.

Es claro que EE.UU. viene por todo. En Medio Oriente, las “siete hermanas” -Exxon, Chevron, BP, etc,- buscan quedarse con todo el petróleo , luego de llevar a cabo un genocidio contra las masas sirias y cercar a la revolución en la última trinchera. De esto se trata la reimposición del bloqueo a Irán. El que no se arrodilla y se niega a abrir sus aduanas, le espera la suerte de China, a cuyos productos Trump acaba de imponerles nuevos aranceles por 200.000 millones de dólares, mientras amenaza con aumentarlos a un 25% en 2019.
Así funciona el sistema capitalista imperialista putrefacto: desarrollando algunas zonas del planeta a costa de hundir la mayoría. Se profundiza el parasitismo y el saqueo imperialista, agudizando a cada paso las condiciones del crac de 2008.

Para ir a aventuras superiores en la guerra comercial, EE.UU. necesita controlar a su propia clase obrera e imponer disciplina de hierro en su “patio trasero”. Estamos ante una verdadera ofensiva recolonizadora del imperialismo yanqu en América Latinai. Redoblando el saqueo de las riquezas y los recursos naturales, garantizándose el cobro de las deudas externas, terminando de pasar los planes de flexibilización laboral y quedándose con el control pleno de las rutas comerciales del Atlántico. Con este fin, multiplica sus bases militares en la región, fortalece el Comando Sur y blinda sus regímenes sirvientes, sacando las FF.AA. a la calle como en Brasil, o como se prepara para hacerlo en Argentina si la situación lo exige.
En estos planes no hay lugar para ninguna burguesía nativa intermediaria en los negocios de Wall Street. El imperialismo yanqui quiere todos los negocios, y disciplina a sus agentes inclusive con la cárcel como a Lula o como amenaza hacerlo con Cristina Kirchner. Los “bolivarianos” se disciplinan y aplican los planes de sus amos yanquis hambreando y matando al pueblo como lo hace Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y Evo Morales en Bolivia. Y desde La Habana, la nueva burguesía castrista legaliza la propiedad privada en la nueva Constitución de la Cuba capitalista.

La resistencia de los trabajadores en Argentina es una batalla de la guerra de la clase obrera y los campesinos pobres que en América Latina protagonizan contra la ofensiva recolonizadora del imperialismo yanqui y los planes del FMI y el G20, como en Nicaragua, Haití, Honduras, etc. La consigna debe ser la de los obreros bolivianos contra Evo Morales: “derechistas y masistas, la misma porquería”.

LA GUERRA DEL GOBIERNO DE MACRI Y EL FMI CONTRA LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO SE PROFUNDIZA Y CHOCA CON UNA LUCHA POLÍTICA DE MASAS Y UNA SUBLEVACIÓN DE LA CLASE OBRERA

No es cierto que el gobierno de Macri está “a la deriva” y sin un “plan claro” como repiten desde la “oposición” patronal e inclusive desde sectores de la izquierda. Su plan es el que le dictan el FMI y Trump, y le tira toda la crisis a los explotados. La última devaluación, junto a la inflación galopante y la nueva ronda de tarifazos a los servicios, significan un nuevo robo al salario y al bolsillo de las familias obreras. La recesión se profundiza y la desocupación se generaliza con el crac industrial que ha comenzado: 40% de la capacidad industrial instalada se ha paralizado.

La clase obrera se niega a aceptar estas condiciones impuestas por los de arriba. Ante cada ataque decisivo del gobierno han respondido con duros combates como en diciembre, frente a los despidos y vaciamiento en el estado como el Turbio y Astilleros Río Santiago, contra el ataque a la salud y educación pública como en el caso de los trabajadores del Posadas, los docentes de Moreno y de todo el país y los estudiantes. La podrida burocracia sindical fue la garante de aislar una a una las luchas, para que el gobierno concentre todas sus fuerzas para derrotarlas. Estas enormes luchas han despertado la simpatía del conjunto de los explotados que se ven reflejadas en cada una de ellas.
El movimiento obrero se encuentra en una fase de lucha política de masas, abierta desde las jornadas revolucionarias del 18 y 19 de diciembre contra la reforma previsional, donde escapó del control de la burocracia sindical imponiendo una huelga general política.
Esta lucha política de masas continúa latente y se generaliza al conjunto de los trabajadores, que día a día sacan la conclusión de que no es posible frenar el ataque a sus condiciones de vida si no se derroca al gobierno. El odio y la lucha contra Macri unifica a los explotados rompiendo toda división y barrera de oficio y profesión, por encima de los gremios y sindicatos. El canto de “Andate Macri” recorre cada movilización y lucha de las masas y retorna el grito del “que se vayan todos” de la mano de los trabajadores del Astillero Río Santiago, que se han convertido en la vanguardia de la lucha contra los planes del gobierno y el FMI.

La clase obrera no acepta pagar la fiesta de los de arriba que en medio de la crisis y sobre la miseria de los trabajadores, continúan amasando fortunas. Los capitalistas no pierden. La crisis es para los trabajadores y las masas. La fuga de dólares y capitales es récord. Con intereses de más del 60% en las Lebacs, los banqueros, la patronal y las transnacionales realizan superganancias sin invertir un peso. Los mueve su sed de ganancia, al punto que han paralizado las máquinas para irse a la timba financiera. Son ellos, los patrones, quienes están provocando la crisis que está dejando a millones de trabajadores fuera del proceso productivo. Es que los capitalistas nunca pierden y toda crisis es una oportunidad.

Si los números no les cierran, declaran la quiebra, se guardan la plata dejando a los trabajadores en la calle, se reconvierten volviéndose importadores y se van a los negocios financieros.
Mientras las distintas fracciones de la burguesía se disputan el botín, todas tienen total acuerdo en que sea la clase obrera quien cargue en sus espaldas las consecuencias de la crisis. Todos están bajo la disciplina del FMI y Wall Street. Son justamente los gobernadores del PJ y los partidos patronales, que desde el parlamento le dan gobernabilidad y se aprestan a votar el presupuesto del 2019 dictado directamente por el FMI. La propia Alicia Kirchner en Santa Cruz aplicó un ajuste contra los trabajadores que envidia hasta Macri, otorgándole un 2% de aumento de salarios a los docentes e inclusive no pagándole a los estatales.

La flexibilización laboral que exige el G20 y el FMI ya está aquí. Es la devaluación que redujo en un acto el valor de la mano de obra para las transnacionales y la patronal. Es la desocupación y la paralización de la producción con decenas de fábricas aplicando suspensiones para imponer las condiciones en las que la clase obrera ceda sus conquistas y trabaje en condiciones de esclavitud.

Como parte de este ataque, Macri y los gobernadores han largado una verdadera cruzada contra los trabajadores de la administración pública. La bandera del “déficit cero” del FMI es para pagar la deuda externa. La aplicación del presupuesto del año que viene ya está curso. Lo están imponiendo con miles de despidos (como en Agroindustria y Fabricaciones Militares en Villa María y un sin fin de establecimientos), el cierre de ministerios y una política de vaciamiento en las empresas que aún quedan bajo la órbita del estado como en el Astillero, Fabricaciones Militares y Río Turbio, para que las transnacionales imperialistas se las queden por monedas.

El ataque del gobierno y el imperialismo es en toda la regla. Para terminar de imponer los planes del imperialismo, Macri necesita derrotar al movimiento obrero. La “falta de confianza” sobre la Argentina de la que habla la prensa burguesa, significa que las transnacionales y la patronal no están seguros en que pueda lograrlo. Se ha roto la paz social entre las clases. O se impone la clase obrera dándole una salida a la crisis capitalista abriendo paso a la revolución o se imponen los planes del imperialismo de sometimiento de la nación.

LAS MULTISECTORIALES DE LA BUROCRACIA SINDICAL CON LOS POLÍTICOS PATRONALES DEL PJ Y
EL KIRCHNERISMO: UNA POLÍTICA DE COLABORACIÓN DE CLASES PARA IMPEDIR EL SURGIMIENTO DE LOS ORGANISMOS DE AUTOORGANIZACIÓN DE LA CLASE OBRERA

Si se viene imponiendo el ataque del gobierno y el FMI no es por falta de combatividad y predisposición a la lucha de la clase obrera. Fue la burocracia sindical y las direcciones colaboracionistas del movimiento obrero, que tras los combates de diciembre, impidieron un segundo embate que hiciera volar por los aires los planes del imperialismo y al gobierno de Macri. Y son quienes hoy le dan tregua y frente a la sublevación del movimiento obrero han llamado en agosto al paro general para el 25 de septiembre buscando desarticular las luchas protagonizadas por los trabajadores, darle tiempo al gobierno para que se fortalezca y para que la devaluación pueda llegar a las góndolas con el aumento de precios que ya están imponiendo.

Para volver a someter a la clase obrera a la burguesía han puesto en pie un verdadero frente “opositor” de colaboración de clases con sectores del PJ, el kirchnerismo y parte de la burocracia sindical con Moyano y las CTAs y la burocracia piquetera del Vaticano denominado 21F (llamado así por el acto realizado el 21 de febrero por quienes hoy conforman dicho frente).
Un “frente Anti-Macri” que busca limitar la lucha de la clase obrera al gobierno, y no al conjunto de la patronal y el sistema capitalista. Su único fin es impedir una acción acción independiente de masas y que surjan los organismos de autorganización de la clase obrera, como las coordinadoras en los 70. Por eso, ante cada conflicto duro de la clase, montan las denominadas “Multisectoriales” en donde el “triunvirato” de Moyano, Yasky y Michelli, ata la suerte de los trabajadores a la “patronal nacional”, en donde los obreros deben resignar sus demandas. Quieren hacer pasar como aliados de los trabajadores a la patronal “en crisis” cuándo, como ya dijimos, en medio de la crisis se están enriqueciendo reconvirtiéndose y en la timba financiera.

Al igual que el triunvirato de la CGT, que viene de reunirse con el FMI, son parte de la tregua y pacto social con el gobierno y la patronal. La burocracia sindical kirchnerista no tiene nada que envidiarle al triunvirato de la CGT; fueron quienes carnerearon la enorme lucha de los docentes universitarios firmando un miserable aumento del 25% que con la devaluación quedó inclusive por debajo del 15% inicial que ofrecía el gobierno. La burocracia sindical en todas sus variantes, es la garante del ataque del gobierno a los trabajadores, como lo es también el “triunvirato” de la burocracia piquetera (CTEP, Libres del Sur, CCC) del Vaticano, que impide la unidad entre los trabajadores ocupados y desocupados, y ha transformado al movimiento de desocupados en “mendigo” del Ministerio de Acción Social.
El PJ y el kirchnerismo, junto a Moyano, pregonan “regular” el ataque. Pero no hay margen de regular nada en la actual ofensiva del imperialismo en el país y en la región motorizada por la feroz guerra comercial. La burguesía no puede conceder nada. Por eso, el gobierno profundiza la represión y persecución a los trabajadores, continuando encarcelando dirigentes obreros como Daniel Ruiz (militante del PSTU y delegado petrolero despedido) y de organizaciones sociales como Grabois, haciendo efectiva la extradición a Chile de Facundo Jones Huala, e inclusive azuzando bandas fascistas, como la que ha secuestrado y torturado a la compañera docente de Moreno, Corina de Bonis.

Es que el gobierno y el imperialismo saben muy bien que con engaños a las masas no alcanza para imponer las condiciones de esclavitud y miseria que necesitan aplicar para el saqueo de la nación. Por eso Macri también recurre a la casta de oficiales genocida de las FF.AA. Se blinda, porque busca evitar un nuevo embate de masas en el que Macri termine como De la Rúa en el 2001. Aquel fantasma ya sobrevoló las calles del país en diciembre pasado en donde el combate de la clase obrera hizo retroceder a la policía en las calles. La política del 21F de esperar a las elecciones del 2019, desarma y desorganiza las fuerzas de la clase obrera ante esta ofensiva, que incluye la instalación de bases militares yanquis como en Vaca Muerta.

EL FIT HA ABANDONADO TODA POLÍTICA DE INDEPENDENCIA DE CLASES. DOS CAMINOS Y DOS ESTRATEGIAS EN EL MOVIMIENTO
OBRERO

Dos caminos y dos estrategias se abren en el movimiento obrero. Por un lado, el que plantea que para terminar con los planes del FMI y el imperialismo, hay que poner en pie los organismos de autoorganización de las masas en lucha soldando la alianza obrera y popular para derrocar al gobierno de Macri y al conjunto del régimen infame de los partidos patronales. Por el otro, que sin derrotar al gobierno y destruir el estado y el sistema capitalista, la clase obrera puede mejorar sus condiciones de existencia. Este es el camino que le propone el FIT y la izquierda reformista a la clase obrera, subordinándose al “Frente Anti-Macri” en el parlamento y en las Multisectoriales con los sectores de la patronal como el 21F.
Las corrientes que componen el FIT, tienen una clara política campista, es decir, de que existen “campos burgueses progresivos” con quien la clase obrera debe aliarse contra los “campos reaccionarios”. El FIT se encuentra en un frente político parlamentario con sectores del PJ y el kirchnerismo para presentar proyectos de ley en el parlamento, subordinando toda acción de la clase obrera a presionar al mismo para su aprobación. En la cuestión del aborto se vio con claridad toda su política. Subordinaron la lucha de las mujeres a un frente con la burguesía, dejando en manos del parlamento de los explotadores  y del senado aristocrático la tarea de aprobar una demanda sentida del conjunto del movimiento de mujeres.

Son parte e impulsores de las Multisectoriales. Un claro ejemplo es en la lucha del ARS, allí se encuentran en un frente con la burocracia sindical kirchnerista de la Lista Blanca de ATE, que lleva a los trabajadores a los pies del intendente de Ensenada, Secco, con quien conviven alegremente. Su “protocolo” de acciones de propaganda para “visibilizar” los conflictos, la instalación de carpas, de realizar festivales, de “derrotar” a la burocracia sindical por elecciones, de reuniones de dirigentes sindicales “por arriba” sin mandatos de base, y de alianzas con “patrones progresistas” han mostrado total impotencia para superar la división, desgaste y aislamiento que impone la burocracia sindical a cada lucha.

Fue esta política aplicada durante años, la que le impide hoy, a la vanguardia del movimiento obrero, llegar a esta crisis con organizaciones obreras de lucha a la altura de enfrentar el ataque de los capitalistas. La negación por parte del FIT de luchar por poner en pie una Coordinadora Nacional de Lucha que reagrupe ya mismo a los sectores que se encuentran resistiendo el ataque patronal, teniendo la posibilidad de hacerlo desde los sindicatos y comisiones internas combativas que dirige e influencia como el SUTNA, los Sutebas opositores, la UF de Haedo, etc, significa justamente subordinar a la vanguardia y clase obrera a las Multisectoriales y por esa vía ser el último eslabón de la política ¿de colaboración de clases que impide el surgimiento de los organismos de autoorganización de la clase obrera.

Esta política se demuestra también en el programa¿ de Asamblea Constituyente del PO y el PTS. Llaman a una Asamblea Constituyente para conquistar una “democracia generosa” pero sin llamar a desarmar a la burguesía y sin destruir el régimen infame de la reaccionaria Constitución de 1853-1994. No hay democracia para los explotados sin disolver las fuerzas de represión de la burguesía, a la casta de oficiales genocidas de las FFAA y todas sus instituciones con la cual impone su poder, sin romper con el imperialismo que coloniza la nación y sin expropiar la oligarquía. Utilizan Asamblea Constituyente como una consigna de poder dentro de los márgenes del régimen de la Constitución de 1853-1994, y no como una consigna democrática subordinada al surgimiento de los organismos de autoorganización y legitimar el armamento de las masas.

El FIT ha abandonado la lucha por la revolución socialista como tarea inmediata para la clase obrera en momentos en que el capitalismo muestra toda su decadencia y bancarrota empujando a la clase obrera y los explotados a padecimientos inauditos. Ha abrazado el programa de la lucha por una “democracia superior” o más “generosa” cuando el imperialismo no tiene ningún margen para conceder concesiones a las masas sin que se vea amenazado a perderlo todo con una lucha revolucionaria de las masas.

Llegan al extremo de plantear que el ataque del FMI y el gobierno se frena por intermedio de consultas populares y su plan de lucha para la separación de la Iglesia y del estado es un petitorio. Es decir, que al FMI, que representa a los mayores capitales imperialistas, que para aplicar sus planes en el mundo ha impulsado golpes de estado e invasiones imperialistas, la clase obrera lo puede derrotar en las urnas. O que a la Iglesia genocida, oligárquica y parásita asociada a la gran burguesía y al imperialismo se la derrota con firmas. Una utopía reaccionaria que lo único que provoca es desarmar y desorganizar a la clase obrera frente a la ofensiva del capital que viene por todo.

El FIT quiere democratizar la democracia para ricos de la Argentina, cuando el imperialismo intenta imponer a cada paso en toda semicolonia el gobierno más totalitario que le permita la relación de fuerzas y lo hace utilizando todas sus instituciones de dominio reaccionarias, como hoy con las FF.AA. en las calles y mandando a la policía, gendarmería y sus fuerzas de represión a cada lucha obrera. Su programa es el de la Nueva Izquierda mundial, que por ejemplo en Europa impulsa la democratización del Maastricht imperialista como el Podemos y los anticapitalistas, del cuál son parte.

QUE EL PARO DEL 24 Y 25 DE SEPTIEMBRE SEA UN NUEVO 18 Y
19 DE DICIEMBRE: ¡ABAJO MACRI Y EL RÉGIMEN DE LOS PARTIDOS PATRONALES Y EL IMPERIALISMO! ¡COORDINADORA NACIONAL PARA UNIR LAS LUCHAS!

No hay posibilidad de terminar con el ataque del FMI sin derrotar al gobierno de Macri. La salida no está en el parlamento, que es una verdadera escribanía de Wall Street. Allí nada se resuelve. Todo se define en la embajada yanqui y en la Casa Blanca. En su lucha contra el vaciamiento y lock out patronal de Vidal y Macri, los trabajadores del Astillero Río Santiago se han atalonado. Allí se concentra la lucha de toda la clase obrera argentina contra los planes de flexibilización laboral, despidos y saqueo de la nación del imperialismo.
La burocracia sindical quiere que el paro del 25 de septiembre sea para descomprimir la lucha de los trabajadores y se prepara para continuar dándole tregua al gobierno de Macri. Hay que transformar al paro del 24 y 25 en un nuevo 18 y 19 de diciembre con piquetes, cacerolas y combates en las calles para imponer la Huelga General revolucionaria y un plan de lucha hasta tirar a Macri y derrotar al imperialismo. Tras el paro general, nuestra lucha no puede quedar en manos de la burocracia de la tregua ¡Abajo la burocracia sindical!
Contra las Multisectoriales que subordinan a la clase obrera a la patronal, hay que poner en pie los organismos de autoorganizacion de masas aptos para la lucha política. Hay que terminar con la división y el aislamiento de las luchas que impone la burocracia sindical. Desde los duros conflictos que resisten el ataque patronal como en el Astillero Río Santiago, los docentes de Moreno y todo el país, desde los trabajadores del Posadas, Telam, Agroindustria y todos los estatales que enfrentan los despidos, los compañeros de las fábricas que están cerrando y suspendiendo, el movimiento piquetero que pelea por trabajo digno, los estudiantes que toman las facultades y ganan las calles y las organizaciones obreras combativas, hay que votar, en asamblea, la puesta en pie de una gran Coordinadora Nacional de Lucha.

Una coordinadora que unifique a estos sectores tendría, sin lugar a dudas, un millón de veces más representatividad y autoridad que toda la burocracia sindical junta en todas sus variantes, y sería un punto de referencia para todo el movimiento obrero que pugna por organizarse y salir al combate contra el gobierno. Un organismo que sea la base para conquistar, como en el 2001, una Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados con delegados con mandato de base para que acuda con sus demandas cada sector del movimiento obrero para poner en pie el poder de explotados.
Frente a la crisis de los capitalistas, la tarea inmediata es discutir e imponer un pliego único de reclamos y un Plan Obrero de Emergencia de salida a la crisis con medidas mínimas y elementales para detener la debacle a la que nos está llevando la patronal, la oligarquía y el imperialismo. La fuga de dólares y riquezas de la nación se detienen, en primer lugar declarando que no se paga un peso más de la deuda externa y nacionalizando el comercio exterior y toda la banca bajo control de los trabajadores sin ningún tipo de indemnización y terminar de una vez por todas con la fiesta de la timba financiera.

Si los capitalistas paralizan las fábricas, los obreros debemos ponerlas a producir. Expropiación sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre, suspenda o despida. Por una paritaria nacional única para todo el movimiento obrero con un 42% de aumento de emergencia con cláusula gatillo según la inflación y trabajo bajo convenio.

Para terminar con la desocupación y la farsa de la “economía popular” de las cooperativas administradas por la burocracia piquetera que le otorga mano de obra barata a las municipalidades… Que vuelva el movimiento piquetero revolucionario del 2001 y su pelea por trabajo digno. Reducción de la jornada laboral y un turno más en todas las fábricas para terminar con la desocupación. Basta de trabajadores de primera y de segunda.

Pleno derechos para todos los trabajadores inmigrantes ¡A igual trabajo, igual salario! ¡Papeles para todos ya! Defensa de los trabajadores senegaleses ¡No a la cárcel de inmigrantes! ¡Abajo la ley de deportaciones! ¡Triplicación del presupuesto para la salud y educación pública! ¡Aborto legal, seguro, gratuito y de calidad pagado por el estado y la patronal! ¡Abajo los tarifazos! ¡Por una empresa de energía única bajo control de los trabajadores en base a la expropiación de todas las petroleras imperialistas! Para terminar con la inflación, que es un negocio de los capitalistas, ¡Eliminación del IVA y toda la cadena de intermediarios de la comercialización de los alimentos! Por comités de abastecimiento y de precios centralizados por los sindicatos.
Plan de obras públicas bajo el control de los sindicatos sobre la base del no pago de la deuda y la expropiación de todos los empresarios de la “patria contratista”, para reconstriur toda la red de escuelas y hospitales públicos y llevar adelante un plan de viviendas al servicio de los trabajadores y el pueblo.

Hay que impedir que la reacción levante cabeza. Ayer asesinaron a Santiago y a Rafael. Hoy la lucha contra el hambre se cobró la vida de Ismael Ramirez en Chaco y bandas fascistas atacan y aterrorizan a los docentes y trabajadores en lucha. Por un comité de autodefensa unificado de las organizaciones obreras para defender a las compañeras y compañeros docentes y enfrentar la represión del estado.
¡Libertad inmediata e incondicional a Facundo Jones Huala! ¡Libertad a Daniel Ruiz! Basta de persecución a Sebastián Romero y a todos los luchadores de los combates de diciembre. Absolución de los petroleros de Las Heras y los trabajadores de Tierra del Fuego.

Desprocesamiento a Diego Parodi y de los más de 7500 luchadores obreros y populares. Juicio y castigo a los asesinos de Santiago, Rafa y todos los mártires de la clase obrera.

¡Ni un milico en las calles! ¡Ni un genocida en los cuarteles! Abajo el decreto 638 de Macri. Disolución de la casta de oficiales genocida y todas las fuerzas represivas, y los servicios de inteligencia. Disolución de la casta de jueces de los partidos patronales, intacta desde la última dictadura militar.

Llegó la hora de demostrar en las calles y con la lucha, cual es la única fuerza capaz de enfrentar al imperialismo: la clase obrera, acaudillando la lucha y las demandas del conjunto de los explotados de la nación. Pese a las direcciones que le limitan a la clase obrera luchar por democratizar este sistema decadente y putrefacto que sólo tiene para ofrecer miseria y nuevas guerras y catástrofes para las masas, la lucha por la revolución socialista se vuelve una necesidad inmediata, retomando las mejores tradiciones de combate de nuestra clase. Como en el 2001, hay que volver a soldar la alianza obrera y popular y esta vez sí terminar con este régimen infame y todas sus instituciones poniendo en pie un gobierno provisional revolucionario obrero y popular, basado en los organismos de autoorgaización de las masas armadas.
Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir junto a sus gobiernos y regímenes. Argentina será socialista o colonia de Wall Street.

Comité Redactor

 

 

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