volver al índice del Organizador Obrero Internacional Nº 13
TUNEZ
Nuevamente las masas revolucionarias combaten en las calles por el pan, el trabajo y la independencia nacional…
"¡Pueblo tunecino rebélate!", "¡Gobierno dimisión!", "¡A por una nueva revolución!"
¡Abajo el gobierno de “transición” continuador
del régimen pro imperialista de Ben Alí!
¡Fuera el “Consejo para la protección de la revolución” y la “Alta instancia” de la burguesía “opositora” y los burócratas traidores!
¡Abajo la trampa de la “Asamblea Constituyente”!
¡Que la UGTT y todas las organizaciones obreras rompan con la burguesía!
¡Abajo la burocracia colaboracionista!
¡Por un gobierno de las organizaciones obreras y las masas en lucha autoorganizadas y armadas! |
Recuadro:
Una vez más sobre esos raros “anticapitalistas”, verdaderos socialimperialistas
El NPA: en Túnez sosteniendo al gobierno
de transición |
A casi medio año del derrocamiento del régimen de Ben Alí y el RCD, mediante una magnifica insurrección; a cinco meses de echar por los aires el intento de gobierno de transición entre los “opositores” de última hora y la burocracia de la UGTT (Unión General Tunecina del Trabajo); a tres meses de tumbar al Primer Ministro Gannouchi: los obreros y los explotados tunecinos continúan luchando por el triunfo de la revolución que han comenzado.
El combate de las masas en Túnez fue el primer eslabón de una misma revolución que estalló en Egipto, Libia, Bahrein, Siria, Yemen, Mauritana; y que amenaza con entrar a la Europa imperialista de la mano de los combates de las masas griegas y la reciente irrupción de la juventud explotada de España y su “Republica de los Indignados”.
La revolución tunecina ya dio un golpe directo al imperialismo francés y al gobierno de Sarkozy, en la Francia misma. Es que al conocerse que, en medio de la insurrección que derrocó a Ben Alí –el 14 de enero pasado-, la ministra de relaciones exteriores Alliot-Marie mantenía operaciones comerciales con la dictadura asesina del RCD, con innumerables marchas a la embajada francesa al grito de “¡Fuera Bailón!” (Embajador francés), las masas impusieron que cayera la ministra y todo su gabinete.
También, ya como parte de una misma lucha revolucionaria generalizada en todo el Norte de África y Medio Oriente, irrumpió del otro lado del Mediterráneo cuando los obreros inmigrantes tunecinos, libios, etc., se sublevaron al grito de “libertá, libertá” en la isla italiana de Lampedusa contra el gobierno de Berlusconi y el imperialismo italiano, que por miles los encerraba en campos y barcos de concentración; al mismo tiempo que con sus flotas militares “contemplan” que barcazas repletas con cientos y miles de trabajadores del Magreb sean devoradas por el mar.
Hoy el combate internacionalista de la clase obrera y los explotados de Túnez intenta coordinarse con los explotados de Libia, que enfrentan al chacal Khadafy y la invasión imperialista de la OTAN.
En el paso de Wasan, al oeste de Libia, en la frontera con Túnez, las masas de ambos países han conquistado un corredor que les permite proveerse de alimentos, medicinas y armas. De esta forma enfrentan la política de los carniceros imperialistas y las burguesías nativas de cercar nación por nación la lucha revolucionaria por trabajo, vivienda, pan e independencia nacional.
Este ejemplo de lucha internacionalista debe generalizarse, al igual que el heroico combate de las milicias en Misarrata, para impedir que la revolución en el Norte de África y Medio Oriente no sea desviada y adormecida con los cantos de sirena del frente popular –como el gobierno del CNT (Consejo Nacional Transicional) en Bengasi- y aplastada a sangre y fuego con los golpes contrarrevolucionarios –como los impulsados por las bandas fascistas de Khadafy y las tropas de la OTAN-. Solo así, combatiendo como un mismo y único cuerpo en toda la región, la revolución tendrá perspectiva de triunfo. ¡Hay que aplastar a la contrarrevolución que actúa en Siria, Bharein, Yemen! ¡Hay que aplastar a las tropas asesinas de Khadafy y derrotar la invasión imperialista de la OTAN! ¡En Libia hay que desconocer todos los acuerdos firmados por el gobierno del CNT! ¡Hay que derrotar la trampa de los llamados a “Asambleas Constituyente” y reformas cosmética, con los que buscan imponerle un desvío a la revolución en Túnez y Egipto! ¡Hay que expropiar al imperialismo y la burguesía nativa y tomar el poder! ¡Por una sola y única revolución! ¡Por una Federación de Republicas Socialistas del Norte de África y Medio Oriente!
Nuevos embates revolucionarios enfrentan al gobierno de transición de Essebsi y Mebaaza
Los explotados en Túnez respondieron con su certero instinto revolucionario a los dichos del ex ministro del interior Rajhi –viejo hombre del RCD-, quien habló de la necesidad de “la promoción del general Rachid Ammar al rango de Jefe del Estado Mayor interarmas” como un paso necesario “para prepararle a tomar el poder en caso de victoria de los islamistas en las próximas Elecciones”. Esto puso al desnudo lo que todo el mundo sabe: que entre el gobierno de transición y el RCD los lazos no se han roto. Por eso nuevamente estalló la ira de las masas contra el conjunto de la patronal que por más de 23 años sostuvo al régimen asesino y autocrático de Ben Alí.
Entre los días 5 y 9 de mayo, las masas protagonizaron nuevas jornadas de combate revolucionario contra el gobierno de transición y el régimen infame. "¡Pueblo tunecino rebélate!", "¡Gobierno dimisión!", "¡A por una nueva revolución!", eran los gritos de guerra coreados en las manifestaciones revolucionarias.
En el Tahrir, Le Kram, Mnihla y otros puntos, según los portavoces del gobierno, fueron escenario de "acciones de guerrilla urbana y devastaciones". En el área del “Gran Túnez” y en Gabes, Gafsa y Sidi Bouzid las masas ganaron las calles. En El Kef -ciudad fronteriza con la nación de Argelia-, en Kebili y en el pueblo minero de Metlaoui se lanzaron "molotov" contra las instituciones del Estado burgués.
En Ettadhamen -un barrio de la capital tunecina- “Vehículos calcinados, puestos de control montados con tachos de basura y negocios saqueados ilustran el caos”; “El escenario fue muy parecido a los combates que se llevaron adelante antes de la caída de Ben Alí”, anunciaba aterrorizada la prensa patronal. Ante la huida en desbandada de la policía, el partido político de la burguesía islámica fue el encargado de intentar restablecer el “orden” burgués ante la sublevación de la juventud revolucionaria. Lo mismo que hicieron en Egipto, cuando con los “Hermanos Musulmanes” requisaban las armas de quienes íban a enfrentar a las hordas fascistas de Mubarak.
En estas nuevas jornadas revolucionarias las masas tuvieron que enfrentar una brutal represión. La clase obrera y los explotados derramaron su sangre entregando nuevos mártires a la causa revolucionaria. La odiada y asesina policía, a la cual el gobierno de transición y todos sus sostenedores intentan fortalecer, detuvo a más de mil manifestantes. Pero el gobierno de transición tuvo que levantar el “toque de queda” debido al pánico que las masas con sus organismos de democracia directa y autodefensa avancen por las cabezas del Primer Ministro Essebsi y el Presidente Mebazza.
Las huelgas, los piquetes, las movilizaciones, los saqueos a supermercados, los incendios a comisarías y edificios gubernamentales, nuevamente sacudieron al país. Es que, lejos de conseguir el pan, el trabajo, la libertad, la dignidad y la independencia nacional, las masas ven como día a día se acrecientan sus padecimientos, flagelos y penurias inauditas. ¡Viva las masas tunecinas y sus acciones revolucionarias contra el gobierno de transición! ¡El único poder que los explotados deben reconocer es el de un gobierno obrero y de las masas en lucha, que basado en el armamento generalizado y la autoorganización expropie al imperialismo para conquistar el pan, el trabajo y la independencia nacional!
Con la trampa de la “Asamblea Constituyente” intentan desviar la grandiosa revolución que ha comenzado
El imperialismo y la burguesía en Túnez debaten como salir del atolladero. Sus reformas cosméticas al régimen no han dado el resultado que buscaban. Al “Consejo de Protección de la Revolución” -donde se encuentra la UGTT (Central obrera tunecina), 28 partidos políticos burgueses y el frente “14 de enero” (una vil unión de partidos de izquierda, como el NPA de Francia y su Liga de la Izquierda Obrera en Túnez, con sectores de la burguesía nacionalista)-, ahora se le suma un nuevo organismo de colaboración de clases al que llaman “Alta instancia por la realización de los objetivos de la revolución, de la reforma política y la transición democrática”. Todo esto conforma un verdadero frente popular cuyo objetivo es, al decir de Trotsky, engañar, adormecer y desorganizar a la clase obrera y las masas explotadas con ilusiones “parlamentarias” o “constituyentes”, paralizando la voluntad política del proletariado, que a través de las direcciones colaboracionistas es sometido a la burguesía.
Sin embargo la energía de las masas no ha podido ser contenida. Por ello con la convocatoria a elecciones para la “Asamblea Constituyente” –a realizarse en octubre-, el imperialismo, el gobierno de transición, la burguesía “opositora”, la burocracia sindical y las corrientes reformistas (como los NPA, el SWP inglés, los renegados del trotskismo) intentan imponer un desvío electoral a la heroica revolución. De esta forma, generando falsas ilusiones a las justas aspiraciones de las masas, buscan frenar los combates de la clase obrera y liquidar los organismos de semi doble poder, para que la burguesía garantice su propiedad privada, preserve a la asesina casta de oficiales y vaya preparando las condiciones que le permitan lanzar una feroz ofensiva contrarrevolucionaria.
Estamos viendo actuar en Túnez al plan de la burguesía imperialista y su agente “democrático”, el mismo que llevan adelante en Egipto con la convocatoria a la reforma de la “Constitución” y en Bengasi (Libia) con el gobierno del CNT. Mientras que en Trípoli (Libia), Siria y Bahrein, se observa al imperialismo y a su agente “fascista” perpetrar masacres y golpes contrarrevolucionarios contra las masas insurrectas. Estas son las puntas de una misma soga que utiliza el imperialismo, mediante sus agentes “democráticos” y “fascistas”, para estrangular y derrotar la cadena de revoluciones que han comenzado.
Los trotskistas alertamos a las masas tunecinas y de todo el Magreb que nada bueno vendrá de esa “Asamblea Constituyente”. Quieren engañar a los explotados con una supuesta “Republica parlamentaria”, que bajo las formas “dulzonas” de la democracia burguesa mantendrá la férrea dictadura del capital.
Esta es la experiencia de la revolución boliviana, donde la “Constituyente” no sólo no le dio ninguna de sus demandas a las masas, sino que fue el ámbito donde se dio el pacto entre el gobierno de Evo Morales con la oligarquía de la Media Luna fascista y las transnacionales. De esta forma se garantizó la continuidad del saqueo a la nación boliviana y las superganancias de los monopolios imperialistas. No obstante, la clase obrera boliviana hoy enfrenta al gobierno de Evo Morales, luchando por derrotar a la burocracia colaboracionista de la COB (Central Obrera Boliviana), siendo la vanguardia en la lucha contra los gobiernos de “frente popular” y un vivo ejemplo a seguir para evitar que las masas sean engañadas y manipuladas por gobiernos como el del CNT en Bengasi (Libia).
Contra toda esa estafa que comandan los piratas imperialistas y sus agentes “democráticos”, lo único verdaderamente “democrático” es que la clase obrera y las masas explotadas tengan pan, trabajo y puedan liberar al Túnez semicolonial de las férreas cadenas que la atan al imperialismo. Esto se consigue luchando por la expropiación de los bancos, fábricas, tierras y de todas las propiedades de las grandes transnacionales y de sus socios menores de la burguesía nativa. La solución vendrá con la clase obrera y las masas explotadas tomando el Poder en sus manos. De esta manera, destruyendo al Estado burgués, las masas revolucionarias conquistaran la República Obrera y Socialista, que será un millón de veces más democrática que la más democrática de las republicas burguesas. Por todo esto no hay que detener la ofensiva ni entregar las armas conquistadas. Hay que desarrollar y extender los organismos de doble poder y generalizar el armamento. ¡Abajo el gobierno de “transición” que comandan Mebazza y su secuaz Essebsi! ¡Abajo la trampa de la “Asamblea Constituyente”! ¡Abajo el “Consejo para la protección de la revolución” y la “Alta instancia”! ¡Hay que dividir al ejército y aplastar a la casta de oficiales asesina! ¡Hay que imponer la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía y el imperialismo! ¡Hay que preparar una insurrección triunfante que imponga un gobierno provisional revolucionario de la clase obrera y de todas las masas en lucha, basado en sus organismos de autodeterminación, democracia directa y armamento!
Para conquistar el pan, el trabajo y la independencia nacional
¡Hay que aplastar a la casta de oficiales, tomar el poder y expropiar al imperialismo y la burguesía cipaya!
La vanguardia combativa, la juventud revolucionaria, los millones de desocupados, los cientos de miles que no cuentan ni siquiera con un plato de alimento diario, tienen que avanzar en el camino de resolver las tareas inconclusas de la revolución: centralizar los comités y los piquetes obreros y populares, poner en pie la milicia, conquistar los comités de soldados rasos, dividir al ejército, aplastar a la casta de oficiales asesina, derrotar a la burocracia de la UGTT y demoler al régimen y su estado y sobre sus ruinas erigir el poder del proletariado y las masas explotadas.
Es necesario conquistar un Parlamento Obrero Nacional con delegados de base de todas las masas en lucha y los soldados rasos, que tendrá un millón de veces más legitimidad y autoridad que este gobierno sostenido por el imperialismo y las direcciones colaboracionistas de las masas. ¡Basta de “Consejos”, “Altas instancias” y pactos con la burguesía que sostuvo a Ben Alí! ¡Hay que quitarle todo el apoyo de las organizaciones obreras al gobierno de “transición” antiobrero! ¡Abajo la burocracia colaboracionista de la UGTT! ¡Que la UGTT rompa con la burguesía y se someta al mandato de los comités de fábrica, a los comités de obreros y populares, a los comités de desocupados y a la milicia de los explotados! ¡Todo el poder a las organizaciones obreras y de las masas en lucha!
Con todas esas fuerzas revolucionarias centralizadas, actuando como un sólido puño se conquistará un verdadero plan obrero de emergencia que dé salida a la crisis, luchando por: ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero todas las fábricas, bienes, propiedades y bancos del imperialismo y la burguesía cipaya! ¡Abajo todos los tratados políticos, económicos y militares que atan la nación oprimida al imperialismo! ¡Por la nacionalización del comercio exterior!
¡Aumento de salarios ya para todos los trabajadores! ¡Escala móvil de salario y horas de trabajo! ¡Trabajo para todos! ¡Libertad a todos los presos políticos! ¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a todos los patrones asesinos de obreros y explotados!
En el Norte de África, Medio Oriente y Europa…
¡Por una lucha revolucionaria unificada de la clase obrera y las masas explotadas! ¡Por una Huelga General Revolucionaria en toda Europa! ¡Por brigadas obreras internacionalistas para combatir a la contrarrevolución en Libia, Siria, Yemen y Bahrein!
La revolución en Túnez solamente triunfará como una sola y única revolución en todo el Norte de África y Medio Oriente. Por ello es urgente que las masas tunecinas a través de sus organizaciones obreras y de las masas en lucha envíen brigadas obreras internacionales a Trípoli, Misarrata y a toda Libia para combatir junto a las milicias obreras y populares. Es necesario impedir que el chacal Khadafy y los bombazos de la OTAN, avancen contra las masas; y que el gobierno del CNT, títere del imperialismo, las desarme. La clase obrera tiene que generalizar la lucha unificada que se ha conquistado en el paso de Wasan a toda la frontera con Libia. Para ello hay que dividir al ejército tunecino, aplastar a la casta de oficiales y centralizar la milicia obrera y popular. Esta es la misma tarea que tienen que llevar adelante las heroicas masas de Egipto para unirse con sus hermanos de clase de Libia. ¡Una sola clase, una sola lucha, una sola revolución! ¡Por el envío de brigadas obreras internacionalistas para derrotar a la contrarrevolución en Siria y combatir junto a nuestros hermanos libios! Las masas palestinas ingresan nuevamente al combate contra el estado sionista fascista de Israel. La revolución del Norte de África y Medio Oriente tiene en ese enclave militar del imperialismo a uno de sus principales enemigos. Para triunfar hay que derrotarlo. Son ellos o nosotros. ¡Abajo el plan de dos estados de Obama, el sionismo, Hamas y Al Fatah! ¡Por la destrucción del estado sionista fascista de Israel! ¡Asamblea Nacional Palestina de obreros y campesinos armados! ¡Por una Palestina única, libre, laica y democrática, basada en un gobierno obrero y campesino de las masas armadas y autoorganizadas!
La clase obrera europea tiene una enorme responsabilidad frente a los combates revolucionarios del Norte de África y Medio Oriente. Es que allí esta la llave para que triunfen las revoluciones en curso. El proletariado de las grandes metrópolis debe asumir la obligación internacionalista de llevar el fuego de la revolución al corazón de la Europa imperialista. Los primeros pasos en ese sentido aparecen en escena: los obreros y la juventud explotada de España se ponen de pie imponiendo en Madrid y en decenas de plazas la “Republica de los Indignados”; mientras que en Grecia, las heroicas masas han salido al combate con una nueva Huelga General y con multitudinarias movilizaciones en los principales centros políticos del país. Este combate debe generalizarse a toda Europa bajo el grito de guerra “¡El enemigo está en casa!” ¡Hay que expropiar a todas las transnacionales! ¡Hay que barrer a las monarquías españolas e inglesas! ¡Hay que derrotar a los gobiernos antiobreros de Sarkozy, Berlusconi, Merkel, Cameron, Papandreau, Zapatero!
Los obreros inmigrantes ya combaten en Europa. Son la avanzada de la lucha contra los gobiernos imperialistas. Ya mismo hay que pasar a la ofensiva en la lucha por: ¡Libertad inmediata a todo obrero inmigrante preso en las mazmorras del imperialismo! ¡Abajo todas las leyes contra los inmigrantes y plenos derechos! ¡Trabajo digno para todos, imponiendo un turno más en cada fábrica y el pase a planta permanente con los obreros inmigrantes bajo convenio! ¡A igual trabajo, igual salario, a uno y otro lado del Mediterráneo! ¡Expropiación, sin pago y bajo control obrero, de todas las transnacionales y sus bancos!
Hoy ante la revolución los gobiernos imperialistas se encuentran aterrorizados. Es el momento de golpearlos. No se puede perder más tiempo. De lo contrario, si logran derrotar a las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente, los parásitos capitalistas en Europa estarán más fuertes para profundizar el ataque contra su propia clase obrera. Ni un minuto más podemos permitir que las tropas militares de los países europeos, bajo el comando de Obama y la OTAN, invadan a la Libia insurrecta. ¡Hay que boicotear la maquinaria de guerra! ¡Hay que paralizar los puertos! ¡Hay que enviar alimentos, medicamentos, pertrechos y armamentos a los milicianos libios! ¡Los sindicatos y las organizaciones del proletariado tienen que enviar las brigadas obreras internacionales para combatir en Libia contra Khadafy y las tropas imperialistas de la OTAN! ¡Ningún apoyo al gobierno del CNT en Bengasi, títere del imperialismo yanqui y europeo!
Debemos frenar las masacres contra los explotados en Siria, Yemen y Bahrein. La clase obrera europea debe sublevarse ya mismo. El proletariado internacional en los años ´30 supo enviar a España a sus mejores combatientes para enfrentar a las hordas fascistas comandadas por Franco; hoy es el proletariado europeo y mundial el que tiene que enviar a sus destacamentos armados para aplastar a la contrarrevolución que busca ahogar en sangre la revolución en el Magreb y Medio Oriente.
Hay que derrotar a los burócratas traidores y a las direcciones reformistas que llaman a los gobiernos imperialistas a “rectificar” su ataque contra la clase obrera. Destronemos a esos burócratas que están al frente de los sindicatos europeos que se reunieron en Grecia -también concurrió la UGTT de Túnez-, que impiden que el proletariado una sus fuerzas internacionalmente para luchar contra los gobiernos imperialistas, las burguesías cipayas y por el triunfo de la revolución obrera y socialista que ha comenzado. ¡Abajo todas las burocracias sindicales y las corrientes social-imperialistas! El proletariado de Europa debe conquistar de inmediato un Congreso Obrero Continental y la Huelga General Revolucionaria en toda Europa. ¡La moción de las masas del norte de África de que para que haya pan y trabajo hay que tirar a los gobiernos, regímenes y estados debe triunfar en el corazón de la Europa Imperialista! ¡Así se lucha para derrotar el ataque de los capitalistas!
Julián Juarez y Florencia Barcas