volver al índice del Organizador Obrero Internacional Nº 15 Parte III
1. El capitalismo, sea autoritario o democrático, se revela incapaz de aportar el menor remedio a la miseria y a la angustia de la juventud trabajadora. Los jóvenes quieren un oficio, y cuando se consiente (¡muy raramente!) en darles uno, no es más que para encadenarlos mejor a una máquina que mañana parará de producir, y los dejará reventar de hambre al lado de las riquezas que ellos habrán producido. Los jóvenes quieren trabajar, producir con sus manos, utilizar sus fuerzas, y el capitalismo les ofrece como perspectiva el desempleo o la “ejecución de trabajos en condiciones distintas a las condiciones normales de la producción”, (según la excelente e hipócrita definición de los campos de trabajo dada por la Sociedad de las Naciones), o incluso la producción de armamentos, que engendra la destrucción y no el bienestar. Los jóvenes quieren aprender, y se les niega el derecho a la cultura. Los jóvenes quieren vivir, y se les ofrece como futuro morir de hambre, o perecer en una nueva guerra imperialista. Los jóvenes quieren crear un mundo nuevo, y sólo se les permite mantener o consolidar un mundo podrido que se derrumba. Los jóvenes quieren saber qué pasará mañana, y la única respuesta que les da el capitalismo es ésta: “Hoy, hace falta apretarse un poco más el cinturón; mañana, se verá...Por otra parte, quizá para ti no haya un futuro”.
Darle un futuro a la juventud; darle un futuro al mundo. 2. Es por esto que la juventud se alineará detrás de la bandera de los que le aportan un futuro. Sólo la IVa Internacional, porque representa los intereses históricos de la única clase que puede reorganizar el mundo sobre nuevas bases; sólo los bolcheviques-leninistas pueden prometer a la juventud un futuro en el que ella podrá utilizar plenamente sus capacidades. Sólo ellos pueden decirle a la juventud: “Queremos construir contigo un mundo en el que cada uno trabaje y se sienta honrado de trabajar bien, de dominar su oficio hasta en los mínimos detalles; un mundo en el que cada uno comerá lo que necesite, porque la producción será regulada a partir de las necesidades de los trabajadores y no a partir de la ganancia; un mundo donde hará falta aprender sin cesar, a fin de someter mejor las fuerzas de la naturaleza a la voluntad del hombre; un mundo en el que, ampliando sin pausa el dominio de aplicación de las ciencias, se extenderán cada día los conocimientos teóricos de la humanidad; un mundo nuevo; un hombre nuevo que realice todo lo que hay en ti de aspiraciones y de potencia”. Es bajo el signo de un mundo nuevo y de una nueva humanidad que la IVa Internacional y sus organizaciones de jóvenes deben ir a la conquista de la juventud trabajadora; es bajo este signo que ellas ganarán a la juventud trabajadora.
Lucha por el futuro: lucha por el pan 3. La promesa de un futuro mejor no sería más que demagogia, si los bolcheviques-leninistas no lucharan para mejorar desde ahora la situación de la juventud trabajadora, si no formularan las reivindicaciones inmediatas de la juventud, si no propagaran la necesidad de luchar por medio de los métodos de clase por la satisfacción de esas reivindicaciones, y si, a través de esta lucha y sobre la base de la experiencia adquirida en la lucha, no demostraran a la juventud explotada que sus reivindicaciones no podrán en definitiva ser satisfechas sino por la instauración de la dictadura del proletariado, que la lucha por estas reivindicaciones debe transformarse en lucha por el poder a través de la lucha por el control y la dirección de la economía.
¡Queremos nuestro derecho al trabajo! 4. Para los jóvenes trabajadores integrados a la producción, los bolcheviques-leninistas levantan reivindicaciones que tienden: 1a. Medir el trabajo exigido a los jóvenes, no según la voluntad de arrancarles la ganancia máxima, sino, por el contrario, según el grado de su desarrollo físico; 2a. Asegurarles un nivel de vida igual al de los adultos, asegurándoles así la independencia económica; 3a. Elevar lo máximo posible su calificación técnica; 4a. Oponer a la igualdad de los jóvenes y los adultos frente a la explotación capitalista, la igualdad de sus derechos.
¡Todos juntos para la lucha! 5. Para tomar en sus manos la defensa de sus reivindicaciones, los jóvenes trabajadores deben poseer el derecho a designar sus propios delegados, cuya tarea es, ante todo, la de llamar la atención de los delegados adultos y del conjunto de los obreros sobre las reivindicaciones especificas de los jóvenes, de ligar la lucha por estas reivindicaciones particulares a la lucha por las reivindicaciones generales de la clase obrera. Igualmente, hay que crear en todos los niveles de las organizaciones sindicales e imponer a la burocracia sindical, comisiones sindicales de jóvenes que tendrán como tarea estudiar las reivindicaciones de los jóvenes, reclutar y educar a jóvenes obreros. La tarea de los bolcheviques-leninistas es de ponerse a la cabeza de la organización de tales comisiones. A fin de abrir completamente las puertas de los sindicatos a los jóvenes explotados los BL exigen la fijación de cotizaciones sindicales reducidas para los jóvenes obreros.
¡Queremos un oficio! 6. En la lucha contra la desocupación, las consignas “Prolongación de la escolaridad”, “Organización del aprendizaje”, no pueden tener sentido sino en la medida en que se haga soportar el peso de las mismas, no a la clase obrera, sino a los grandes capitalistas. Los bolcheviques-leninistas deben entonces formular así las reivindicaciones de la juventud obrera en este terreno:
¡Queremos nuestro derecho a la vida! 7. La tarea de salvar a los jóvenes desempleados de la miseria, de la desesperación y de la demagogia fascista, de reintegrarlos dentro de la producción, y por ello, de ligarlos estrechamente a la clase obrera, es una tarea vital para el futuro del proletariado. Los revolucionarios deben luchar para imponerle al capitalismo:
¡Por nuestros hermanos del campo! 8. La desesperación de la juventud campesina no es menor que la de la juventud obrera. Para los jóvenes campesinos, los bolcheviques-leninistas formulan las siguientes reivindicaciones generales:
¡Por nuestros compañeros! 9. Los jóvenes obreros y campesinos son la parte más explotada de la juventud trabajadora.
¡Pan, libros, derechos para los coolies! 10. En las colonias y semicolonias, la juventud trabajadora es víctima de una doble explotación, capitalista y patriarcal. En esos países y en los países imperialistas la defensa de las reivindicaciones de los jóvenes obreros y campesinos coloniales, es el primer deber de la lucha antiimperialista. Esta lucha se realiza alrededor de una consigna general: los mismos derechos para los jóvenes coloniales que para los jóvenes de la metrópolis.
11. La burguesía reconoce el derecho de la juventud obrera a ser explotada: le niega el derecho a pronunciarse sobre esa explotación, la priva de todo derecho político; en algunos países prohíbe incluso toda actividad política a los menores de 18 años. La clase obrera responde a esas medidas diciendo: “Quien tiene el derecho a ser explotado, tiene el derecho a luchar contra el régimen que lo explota. Todos los derechos políticos a los jóvenes obreros y campesinos”.
¡Queremos nuestro derecho a la alegría! 12. La burguesía utiliza la necesidad de diversión de la juventud, o para embrutecerla o para someterla a una disciplina reforzada. El deber de la clase obrera es el de contribuir a hacer una juventud fuerte, capaz de volcar todas sus fuerzas físicas e intelectuales a la lucha contra el capitalismo; es el de ayudarla a utilizar el esparcimiento que le da el capitalismo para aprender a conocer mejor el mundo, a fin de mejor poder transformarlo. Los bolcheviques-leninistas reclaman entonces:
Programa de revolución 13. La lucha por estas reivindicaciones no puede ser separada de la lucha por el conjunto de las reivindicaciones de los trabajadores, ocupados y desocupados. La desaparición definitiva del desempleo entre los jóvenes está ligada a la desaparición de la desocupación en general. La lucha por la prolongación de la escolaridad, por la reeducación profesional obligatoria, está ligada a la lucha por la escala móvil de salarios y por la escala móvil de horas de trabajo. La lucha por arrancarle al capitalismo reformas que tiendan a desarrollar la conciencia de clase de la juventud trabajadora está ligada a la lucha por el control obrero y por los comités de empresa. La lucha por las grandes obras públicas está ligada a la lucha por la expropiación de los monopolios, de hecho por la nacionalización del crédito, de la banca y de las industrias claves. La lucha contra las tentativas de militarización de la juventud, está ligada a la lucha contra el desarrollo de las tendencias estatales autoritarias y contra el fascismo, a la organización de milicias obreras. Es dentro del marco del Programa de Transición de la IVa Internacional que conviene desarrollar y aplicar el presente programa. Es bajo el signo de la lucha del proletariado por el poder que la IVa Internacional hará triunfar las reivindicaciones de los jóvenes explotados. (01 -09-38)
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