volver al índice del Organizador Obrero Internacional Nº 12 Parte II
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Libia: Las corrientes pequeñoburguesas no pasan la prueba de la guerra civil de clases
El cretinismo sindicalista del PTS da un salto…
del ridículo al cinismo reformista
El reformismo le tiene miedo a la revolución proletaria. Cuando se trata de insurrecciones, armamento de las masas y guerra civil de clases, como hoy sucede en el Norte de África, los reformistas ven moverse el suelo bajo sus pies y levantan “teorías” y programas para mantener el equilibrio, mientras ansían que todo “vuelva a la normalidad” de los marcos de la legalidad burguesa.
En este caso, el PTS se mueve al compás reformista de los pregoneros de las “revoluciones democráticas”. No lo dicen con esas palabras para intentar ocultar que ya hace mucho tiempo regresaron al morenismo. Pero como demostraremos, el PTS es el que más lleva hasta el final la política de “revolución democrática”, que no es más que una reedición de la pseudoteoría stalinista de “revolución por etapas”.
El PTS en su prensa La “Verdad Obrera” N° 417, en su articulo titulado “La primavera de los pueblos”, define en relación a Libia “Una guerra civil no es igual a otra. No es lo mismo cuando una guerra civil se da producto de una lucha del proletariado contra la burguesía (y se transforma en una lucha contra los explotadores internos) que en este caso donde el bando que se levanta contra Khadafy es un sector policlasista, donde la clase obrera no interviene como tal (Libia es un país atrasado desde el punto de vista de la tradición de tener un movimiento obrero organizado)”.
Entonces, lo que habría en Libia, según ellos sería, no una insurrección revolucionaria de masas contra los explotadores, sino una “oposición burguesa” armando a las masas para derrocar al régimen del “dictador Khadafy”. ¿La burguesía armando a las masas? Hace ya mucho tiempo que la burguesía sacó la conclusión -desde la revolución de 1848- que no debe jamás armar a la clase obrera y a las masas oprimidas porque será su propia cabeza la que será cortada.
Lo que el PTS está diciendo es que los burgueses de las “Tribus”, los generales “arrepentidos”, los jueces y viejos funcionarios, todos salidos de las entrañas del régimen de Khadafy al cual sostuvieron durante 40 años, se sublevaron en armas contra “el dictador”… ¡Esto es una verdadera infamia contra los explotados de Libia y el mundo! Fueron la clase obrera y las masas las que encabezaron grandiosas insurrecciones locales por el pan, se armaron derrotando a la policía y partieron al ejército asesino ganando a la base de los soldados. La burguesía regional “opositora” vino a montarse sobre esta insurrección para controlarla y abortarla.
Afirmar que “el bando que se levanta contra Khadafy es policlasista” es querer hacerle creer a las masas que esos cobardes burgueses empuñaron las armas y encabezaron la insurrección dejando su sangre en las trincheras y barricadas ¡Mentira! ¡La “burguesía opositora” no dejó un solo muerto, no combatió en ningún frente de batalla!
Lo del PTS no es más que una nueva estafa para sostener al “frente democrático” burgués en la guerra civil de clases abierta en Libia.
El PTS sólo reconoce a la clase obrera cuando está organizada en los sindicatos estatizados y oprimida por la aristocracia obrera
La dirección sindicalista del PTS afirma que en Libia estamos ante una “lucha contra el régimen” es decir, de la “democracia” contra el “fascismo” (negando, como neostalinistas, la verdadera lucha de clases), donde la clase obrera “no intervino como tal”… por no tener sindicatos.
¡Una nueva estafa! La burguesía para garantizar su propiedad, dominio y explotación de la clase obrera utiliza distintos regímenes y gobiernos. Impone dictaduras bonapartistas, pseudos democracias parlamentarias, monarquías, frentes populares, protectorados, etc. El PTS quiere convencer a la clase obrera de que existe solamente organizada en sindicatos, que solo puede presionar a la burguesía para aumentar el valor de su fuerza de trabajo. ¡Vulgares sindicalistas! La historia del proletariado mundial ha demostrado que la clase obrera organiza sindicatos, comités de fábrica, partidos, soviet y milicias. ¡La clase obrera no hace sólo lucha económica señores reformistas! Ha demostrado saber combatir en lucha política de masas, contra los gobiernos, regímenes y estados burgueses para conquistar sus sentidas demandas.
Citamos nuevamente al PTS que define mejor que nadie su propia bancarrota sindicalista “Una gran parte de la clase obrera en Libia es extranjera y no existen sindicatos autónomos del Estado. Esto da cuenta de que no se trata de un proceso donde la clase obrera se insurrecciona directamente contra la burguesía, sino que es un proceso de lucha contra el régimen, donde en el campo de la lucha contra el régimen hay sectores que quieren mayor autonomía nacional y desconfían del imperialismo, sectores que eran del régimen de Khadafy y se pasaron a la oposición, los que se llaman Notables de las ciudades, los jueces, pequeños empresarios que son los que le quieren dar la impronta a la situación”.
¿“Sindicatos autónomos del Estado”? Esta exigencia del PTS a la clase obrera Libia roza el cinismo. En la época imperialista la burguesía impone la más absoluta estatización de los sindicatos para controlar y oprimir a la clase obrera, por lo que éstos sólo pueden ser autónomos bajo una dirección revolucionaria. Más aún, el PTS le exige sindicatos a una clase obrera que durante 40 años estuvo bajo la bota del régimen asesino de Khadafy, donde toda organización obrera, no solo estuvo prohibida y organizarlas es castigado con cadena perpetua.
Trotsky planteaba en los ’30 que el proletariado alemán bajo la bota de Hitler, antes de poder conquistar sus sindicatos, iba a tener que poner en pie soviet para la lucha política por aplastar al régimen fascista. El PTS hubiera enfrentado esta tesis, afirmando que el problema del proletariado alemán en los campos de concentración, era que “no contaba con sindicatos”. Lo que dicen sobre el “atraso del proletariado libio” no afirma que estamos ante un enfrentamiento entre regimenes “dictatoriales” y “democráticos”, sino que demuestra la bancarrota del PTS.
Ya vimos a la dirección del PTS afirmar en Argentina que la clase obrera no había intervenido en las jornadas revolucionarias que derrocaron a De La Rua en 2001, cuando el proletariado venia de protagonizar poderosas huelgas generales políticas que parieron los combates del 19 y 20 de diciembre. Para encubrir esa teoría, llegaron a decir que el movimiento piquetero no era parte del proletariado –su ejercito industrial de reserva organizado políticamente- sino que era un movimiento “de desclasados”, una afirmación típica de la arrogante aristocracia obrera de los sindicatos.
Para el PTS la clase obrera armada, no es clase obrera. ¿“Poco ingenuos” o reformistas confesos?
La dirección de esta corriente pseudointelectual envenena la conciencia del proletariado mundial queriendo florearse con “categorías marxistas” a las que vacía de todo contenido revolucionario.
Veamos como niegan abiertamente a la propia Revolución Rusa tanto de 1905, como de 1917 “… no hay un doble poder en el sentido obrero del término. Hay nuevos organismos como los comités populares y tendencia a la autoorganización porque hay una desaparición del estado como en Benghazi. Pero éstos no tienen un contenido de clase sino que están dirigidos por los “notables” del pueblo. Pueden transformarse en otra cosa si hay impaciencia por la caída de Khadafy y si se incrementan las penurias de las masas”.
Dicen que no hay doble poder porque los organismos que las masas pusieron en pie para combatir están dirigidos por la burguesía. El PTS no puede ignorar que la revolución rusa de 1905 se inició bajo la dirección de un cura reaccionario en una gran movilización donde la clase obrera –de poca “tradición sindical”- peticionaba ante el Zar pan, salario, libertades públicas y tierra para los campesinos. En los soviet de 1917 también estaba la burguesía liberal y las corrientes pequeñoburguesas, los que hoy serían los “Notables del pueblo” en Libia, y no por ello los bolcheviques los desecharon decretando que “no tenían un contenido de clase”.
Por supuesto que la burguesía entra a los soviet para controlarlos y estrangularlos, pero eso no niega al soviet como hace el PTS, sino que pone en el centro del programa de los revolucionarios la tarea de expulsarlos de estas organizaciones. Si el lector busca en las declaraciones del PTS, no encontrará un solo curso de acción revolucionario para ganar la guerra civil de clases.
El PTS en realidad quiere convencer a la clase obrera en Libia y del Norte África que es débil, que por no tener “sindicatos” no puede luchar e imponer su impronta… y no olvidemos… por no incrementarse “las penurias de las masas”, cuando éstas han dejado más de 6000 mártires. Una vergüenza.
Los trotskistas afirmamos que en Libia se encuentra lo más avanzado, heroico y combativo del proletariado mundial. Su fuerza radica en sus insurrecciones y en su armamento. Ello es más poderoso, que el más poderoso de los sindicatos “autónomos del estado”. Ante esto el PTS afirma en su declaración “… es muy importante el hecho de que gran parte del pueblo esté armado…” ¿y quién es el pueblo? ¿La clase obrera no está armada? ¿Quién combate en la vanguardia para el PTS? ¿La burguesía opositora?
Nuevamente el PTS arremete contra las organizaciones de la clase obrera y las masas insurrectas desafiando “… pero no somos ingenuos en cuanto al tipo de organización que existe hoy…” No son ingenuos, son reformistas enemigos del programa trotskista para la insurrección y el triunfo de la guerra civil de clases.
Aníbal Vera