El programa de Transición dice en la sección sobre La lucha contra el imperialismo y la guerra: “una política correcta esta compuesta por 2 elementos: una actitud inflexible ante el imperialismo y sus guerras, y la aptitud para basar el propio programa en la experiencia de las masas mismas.”
El primer punto del programa contra esta invasión imperialista de Libia es llamar a la confiscación de las ganancias de los monopolios de guerra, llamar a su expropiación y que éstos estén bajo control obrero. Aún más, nosotros debemos llamar a la expropiación de los monopolios petroleros como BP, Shell, Exxon Mobil, Texaco, Repsol, las empresas petroleras de Italia, Alemania, Francia, etc por control obrero de esas industrias y por la expropiación de los bancos que respaldan al ejercito y las compañías petroleras, por que sus ganancias sean confiscadas y que el control obrero sea establecido.
Los mismos bancos, JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Barclays, Deutsche bank, Credit Lyonnaise, etc caen a los pies uno del otro compitiendo por una redivisión de las acciones de diferentes imperialistas sobre los recursos de Libia.
Los mismos bancos son los que están dirigiendo el ataque contra los obreros de EE.UU., Gran Bretaña, Francia y Alemania. Billones de dólares se destinan a las guerras de Afganistán, Pakistán, Irak y ahora Libia y Costa de Marfil. Aún miles de millones son recortados de salarios, beneficios, educación y salud para salvar a estos mismos bancos.
Aún, Socialist Fight de Gerry Downing y todos los demás social imperialitas de izquierda no levantan ninguna de esas demandas para que sus propios imperialismos sean derrotados en su país y no establecen un vínculo entre los levantamientos contra las condiciones de la clase obrero y capas bajas de la clase media en el Norte de África y Medio Oriente y los ataques a las condiciones de los obreros en los centros imperialistas. Esto también sucede en momentos que hubo la segunda marcha más grande de la historia reciente en Londres, contra los ajustes imperialistas, cientos de miles de los trabajadores están marchando en Wisconsin y Sarkozy tiene el rating más bajo entre las amplias masas de todos los presidentes franceses desde antes del Mayo Francés del 68. El rol que juegan los social imperialistas y la izquierda reformista es, usando fraseología socialista, impedir que la clase obrera tome el camino a la revolución. Ha llegado el momento de que la clase obrera en los centros imperialistas se alcen para derribar sus propios regímenes –el enemigo está en casa. Crucialmente, esto requiere que la clase obrera rompa con y políticamente derrote los social imperialistas y los reformistas de izquierda. Se necesita un partido independiente de la clase obrera, de los luchadores de la vanguardia obrera para dirigir esta lucha en el terreno nacional e internacional.
El imperialismo no sabe cómo actuar para parar la explosión de la clase obrera, cuando Khadafy primero comenzó a usar balas de plomo para disparar a los manifestantes, el imperialismo, y en particular el imperialismo yanqui, se negó a condenar esto. Más tarde la misma balacea a manifestantes desarmados ocurrió en Yemen y Bahrein.Previamente en los levantamientos de Túnez y Egipto, el régimen en algún momento también usó balas de plomo antes que la policía fuera sacada de las calles para impedir que el ejercito directamente se una a las masas y rompa con el régimen capitalista. Por lo tanto Khadafy estaba aplicando la política del imperialismo. Desde septiembre de 1969, cuando su golpe militar contuvo y aplastó la revolución obrera, Khadafy ha sido un títere del imperialismo.
Las masas se han levantado espontáneamente, como lo han hecho en Túnez y Egipto, y comenzaron a saquear las comisarías. Secciones enteras del ejército fueron del lado de las masas. Lo que dio al levantamiento inicial un paso mayor que en Egipto o Túnez fue debido a un mayor grado de urbanización (88% en Libia) y la debilidad de los sindicatos del estado, cuyas direcciones no pudieron jugar el rol de mantener la clase obrera fuera de las calles. Cuando las masas estuvieron a punto de derribar a Khadafy, el imperialismo vino por su rescate. A toda costa, el imperialismo tuvo que parar que las masas armadas derroten a uno de sus regímenes títeres. Las implicaciones fueron que inmediatamente en Bahrein y Yemen las masas seguirían por esa vía y de allí a Arabia Saudita, inclusive amenazando la existencia de Israel y muchos regímenes imperialistas. El reciente disparo a un senador demócrata en EE.UU. por un obrero desocupado es un reflejo del profundo odio de la clase obrera para con el régimen. (En los EE.UU. virtualmente toda la población tiene armas)
El imperialismo rescató al régimen de Khadafy llevando mercenarios de Chad y Níger, que están controlados por el imperialismo francés. Al mismo tiempo, el imperialismo yanqui movilizó sus recursos para traicionar el levantamiento desde adentro: el ministro de Justicia de Khadafy y el jefe de inteligencia “desertaron”; el imperialismo envío dirigentes militares, como Hafter a quien habían usado hace unos años y fracasó en derribar a Khadafy mediante el Frente Nacional de Salvación Libio. Por 20 días el imperialismo trabajó para ganar control de la dirección del levantamiento, dirigiéndolo hacia poner en pie un régimen burgués. Así el CNIT incluye fragmentos del régimen de Khadafy, los dirigentes de las tribus, los Hermanos Musulmanes y Al Qaeda. Con la excusa de “entrenar”, las armas de las masas armadas fueron traídas bajo el control del CNIT, en esencia un régimen capitalista fue puesto en pie. Este régimen capitalista es reconocido por Italia, Qatar (y de esta forma indirectamente por el imperialismo yanqui) y Francia. Al mismo tiempo, los 20 días le dieron a Khadafy tiempo suficiente para avanzar y derrotar, especialmente a las masas en Trípoli, y así, por el momento aplastaron el momento de una caída revolucionaria del régimen de Khadafy por parte de la clase obrera.
El imperialismo yanqui ha gastado billones de dólares supuestamente en una guerra contra Al Qaeda, pero acá en Libia la CIA trabaja junto con ellos para intentar neutralizar y extinguir el levantamiento de las masas contra el régimen lacayo del imperialismo de Khadafy. El hecho de que CNIT tuvo que limitar su llamado a una zona de exclusión aérea de la ONU que no debe contar con tropas de ocupación, demuestra que su control está aún siendo disputado por las masas libias no solo en el este, sino en todo el país. Al mismo tiempo el sentimiento de la clase obrera norteamericana y toda la clase obrera de la región del Norte de África y Medio Oriente, si no es todo el mundo, es contra cualquier ocupación de Libia por parte de cualquier ejército imperialista.
Lo que ha emergido es que Grecia está abasteciendo al régimen de Khadafy con combustible para sus vehículos militares y tanques. Como Grecia tiene virtualmente un subsidio de Goldman Sachs, esto significa que el imperialismo yanqui está aún sosteniendo el régimen de Khadafy, dándole más tiempo para derrotar las masas. Aún más, un barco llevando armas de Bengazi a Misurata a apoyar las fuerzas de CNIT, fue volcado por un barco de Turquía. Turquía está controlada por el imperialismo yanqui, es decir, todavía más evidencia que la batalla es contra las masas libias, y las masas del mundo, no contra el régimen de Khadafy. Las bombas de la OTAN atacaron y destruyeron la infraestructura militar bajo el control de Khadafy y el CNTI. Recientemente, los aviones de la OTAN atacaron dos veces en días matando fuerzas de CNIT en la misma área. La resolución de la ONU por la invasión impide que barcos lleven armamento a Libia, es decir, en la superficie impidiendo que las armas les lleguen tanto al CNIT como a Khadafy. Pero mientras la resolución de la ONU condena a mercenarios, no esboza ningún paso contra ellos. Así, de hecho, la resolución permite un mayor armamento del régimen de Khadafy y las armas para las masas son cortadas. Los términos de las resoluciones de la ONU 1703 son para negociar un asentamiento, así preparando el terreno para mantener el brutal régimen de Khadafy, aunque el imperialismo puede estar forzado a sacarlo, como lo hicieron con sus títeres Ben Ali y Mubarak.
Que el CNIT esté dependiendo cada vez más en tropas regulares que están bajo su comando centralizado más que en los comités de base, ya es un signo de una ruptura en sus filas. Cada vez más las masas en Bengasi se están dando cuenta que el CNIT es otro régimen burgués que meramente quiere reemplazar a Khadafy por ellos mismos. Por otro lado, una parte de las masas están temporalmente en este momento apoyando a Khadafy nuevamente, ayudado por el bombardeo de la ONU pensando que Khadafy es realmente “anti-imperialista”.
El imperialismo es reticente a dar armas pesadas al CNIT ya que éstas también pueden ser usadas contra ellos cuando intenten aterrizar sus fuerzas de invasión. Algunos de los soldados están resistiendo, siendo puesto bajo estructuras de comando similares con las que ellos han roto bajo el régimen de Khadafy. Las masas en el oeste y el este de Libia ahora se están preguntando si el imperialismo quiere permitirles la democracia, o si simplemente están interesados en el petróleo y en establecer y mantener un régimen que tendría a las masas sometidas para la explotación continua por parte del imperialismo.
Las acciones del imperialismo demuestran que la CIA y el MI 5 están operando y aconsejando a ambos “lados”, el CNIT y el régimen de Khadafy. El objetivo central es extinguir el movimiento revolucionario que pelea por derribar el régimen imperialista lacayo. En otras palabras, Khadafy y el NCTI están del mismo lado con el imperialismo contra las masas.
Tan cercana es la relación entre el régimen de Khadafy y el imperialismo que Libia estaba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y se quedó ahí por varias semanas después que las manifestaciones de las masas empezaron contra el régimen.
Que el imperialismo ahora amenace a Khadafy con la Corte Criminal Internacional es sólo una cobertura para que el imperialismo se esconda detrás- los EE.UU. y Libia no son firmantes de la corte y por lo tanto sus regímenes no pueden ser juzgados en términos de sus reglas. En Sudán, el imperialismo yanqui usó la referencia de la Corte Criminal Internacional como una mesa de negociación contra Omar Bashir para tomar el petróleo en el Sur de Sudán (el imperialismo yanqui hace ya tiempo que financia los “rebeldes” en el Sur de Sudán).
El imperialismo yanqui ahora le da mayores finanzas al ejército de Egipto, más que en los tiempos de Mubarak. Esto es para asegurar que el régimen militar siga leal al imperialismo yanqui y pueda actuar, si es necesario, contra las masas en la región para proteger los intereses capitalistas.
Lo que se necesita es que se unan los inmigrantes y los obreros libios, poniendo en pie comités de fábrica junto con las milicias obreras e incluyendo delegados de las bases de soldados. La demanda central debe ser por la inmediata expropiación de los bienes imperialistas, sin compensación a los capitalistas y control obrero sobre todas las industrias. Esto sólo puede ser alcanzado si las masas se unen para derribar al CNIT y el régimen de Khadafy, poniendo en pie un gobierno obrero revolucionario basado en comités de fábricas. Basado en este programa, allí se necesita poner en pie un partido obrero revolucionario en Libia, Egipto, Túnez y toda la región y en los centros imperialistas y de hecho en todo el mundo. Esos comités de fábricas deben de ser distinguidos de los comités populares de Khadafy, los cuales fueron puestos en pie como un medio de control de la burocracia por parte de la clase media y la elite. El llamado debe ser hecho a extender la pelea por la expropiación del imperialismo dentro de los centros imperialistas y que la clase obrera allí pare la maquinaria de guerra, como hemos dicho en varios párrafos antes.
7.4.2011
Fracción Leninista Trotskista Internacional Integrada por:
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