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Ucrania- 3 de noviembre de 2023

Luego de la mentada “contraofensiva” del lacayo de la OTAN, Zelensky, lo único que recibieron la clase obrera y el pueblo ucraniano fue más muerte y destrucción y más y más coloniaje de la nación

 

¡De la mano de Zelensky y la oligarquía ucraniana es imposible derrotar al invasor!

¡La clase obrera ucraniana debe unificar sus filas y tomar en sus manos la dirección de la guerra para derrotar a Putin y romper con el FMI!

 

La farsa de la “contraofensiva” que, con bombos y platillos, en el mes de junio anunció Zelensky, llega a su fin y los resultados de la misma exponen lo cínico de la burguesía y la oligarquía ucraniana. Es que, luego de largos meses de combate de trincheras en una guerra que ya puede catalogarse como “crónica”, lo arrojado es solo muerte y destrucción.

Los combates se han centrado en pequeños poblados como Avdiika, en el norte de la ciudad de Donetsk (en manos del sicario Putin), que se ha visto atacada durante semanas, obligando a la población a retirarse de sus tierras, mientras diez mil soldados ucranianos se han apostado allí para intentar recuperar Donetsk, a la par que reciben ataques diarios de las fuerzas rusas.

El balance de la “contraofensiva ucraniana” demuestra lo que afirmamos: pequeñas ganancias en el frente sur para Ucrania, cierta recuperación para Rusia en el norte. Pero las pérdidas del lado ucranio ascienden ya a los 400000 muertos, lo que ha provocado no solo la tragedia para centenares de miles de explotados, sino inclusive escasez de mano de obra, y el ya claro intento de miles y miles de ciudadanos de evitar la movilización que solo conduce a la muerte. El pueblo ucraniano está sufriendo no únicamente el ataque criminal de Putin, sino la entrega de la nación a costa de su vida, por parte del lacayo Zelensky.

Un nuevo pacto contrarrevolucionario de partición y saqueo redoblado se cierne sobre la nación ucraniana golpeada por la guerra

El objetivo de los yanquis queda cada vez más al descubierto: sometió al eje franco-alemán, usando todo el peso de la OTAN y entregó Ucrania como un peón para que Moscú la masacre, arrojándola cada vez más al sometimiento y la expoliación, al tiempo que en una guerra crónica empuja al desgaste de Putin. Así, el imperialismo yanqui quedó en inmejorables condiciones en las fronteras de Europa y de Rusia. Buscó y busca que Moscú desangre la nación y se debilite, pero sin que Ucrania gane la guerra. Por eso, pese a sus declaraciones grandilocuentes “en defensa de Ucrania”, lo único que otorga el imperialismo a la nación atacada es armamento obsoleto y defensivo, a cuenta gotas, para que Ucrania no le permita a Moscú avanzar, pero que tampoco lo derrote. Y al mismo tiempo, vemos a las mismas potencias imperialistas armar hasta los dientes, en minutos, al estado sionista fascista de Israel para que masacre en una ofensiva brutal, al martirizado pueblo palestino.

Es que el imperialismo aún necesita a Putin como su gendarme en la región, para masacrar y mantener a raya a las masas de Eurasia. Además, una victoria de las masas ucranianas sobre el carnicero Putin, las dejaría a estas con una alta moral para continuar con su combate contra el títere Zelensky que ha atacado a su propia clase obrera en medio de la invasión. Pero incluso, una victoria ucrania sobre la “Gran Rusia” sería un aliento para retomar la senda revolucionaria para todos los pueblos sometidos bajo la bota de Putin y todas las repúblicas de la ex URSS, cuestión que el imperialismo se ocupa muy bien de que no suceda.

Por si fuera poco, recientemente, frente a la criminal ofensiva del sionismo en Gaza contra las masas palestinas, el cínico de Zelensky se pronunció a favor del estado fascista y de ocupación israelí. ¡Pero el estado de ocupación de Israel ha invadido la nación Palestina, tal y como Putin invade a la oprimida Ucrania!

Así, ha quedado más al desnudo que nunca que con el lacayo Zelensky, entregador de la nación ucraniana, y sostenedor y cómplice del genocidio que ya es una guerra de exterminio del sionismo y el imperialismo contra la nación Palestina, es imposible derrotar al invasor Putin y ganar la guerra de liberación nacional contra el ocupante, y por romper con el FMI y el imperialismo, para que Ucrania sea realmente libre. Zelensky se prepara para entregar Ucrania, en un pacto con Putin y el imperialismo, partiéndola y redoblando su opresión y explotación.

Es por todo esto que se vuelve urgente y apremiante que sea la clase obrera, la única que no está atada a ningún acuerdo, negocio o pacto con el imperialismo, la que encabece y dirija la guerra. ¡No sé puede dejar un minuto más la dirección de la guerra en las manos de Zeleny, el lacayo del imperialismo! ¡Bajo su dirección es imposible detener está masacre y la entrega de la nación al coloniaje y la expoliación!

Ya mismo, la clase obrera debe unir sus filas y tomar en sus manos la dirección de la guerra. ¡En ello le va la vida! Solo así podrá impedirse esta catástrofe, uniéndose a la clase obrera europea y rusa en un solo combate


El imperialismo y Putin han partido la nación para mejor saquearla y oprimirla.

Hoy, se preparan las condiciones para un pacto que legitime la partición de la nación y la repartija del territorio: Zelensky, bajo las órdenes de los yanquis, controlando Kiev y toda la región Occidental, mientras a Putin le dejarán el control de Donetsk, Lugansk y Crimea. Con esta partición, sobre las bases de la sangre del pueblo ucraniano, dejará a la nación doblemente expoliada y sometida.

Por ello, la clase obrera ucraniana debe unificar sus filas de Kiev al Donbass, en defensa de la nación y de las mismas demandas de trabajo, salario y vida digna, enfrentando a los mismos enemigos.

Es necesario conquistar el armamento generalizado del pueblo ucraniano para propinarle la derrota al invasor de Moscú, y que sean los sindicatos y las organizaciones de masas quienes tomen el control del armamento de reservistas y su instrucción militar.

Son los soldados rasos, junto a los trabajadores quienes deben poner en pie sus propios comités en cada fábrica y en cada ciudad, y desconocer y desacatar y expulsar a los explotadores y sus agentes, a la oficialidad ucraniana, lacaya de la OTAN y siempre presta a entregar la nación, y elegir a sus propios jefes y comandantes.

La única forma de derrotar al invasor y conquistar la liberación para Ucrania es con la clase obrera tomando la dirección de la guerra, y llevando a cabo el programa de la revolución social:

¡Hay que expropiar a los expropiadores! ¡Hay que romper con el FMI y expropiar los bancos y las fábricas para poner todas las riquezas de la nación al servicio de defender la nación y derrotar al ocupante! ¡Hay que confiscar las tierras negras y expropiar a la Cargill y la Monsanto para que la clase obrera y el pueblo pobre coman y vivan dignamente!

¡Todas las riquezas, los recursos y los bienes de la nación al servicio de la guerra de liberación nacional y sus combatientes! ¡Hay que poner bajo control de las organizaciones obreras toda la industria y cadena de comercialización de alimentos y abastecimiento del pueblo!

¡Los trabajadores rusos y europeos deben aliarse ya mismo a sus hermanos ucranianos! ¡Una misma lucha y un mismo enemigo desde Portugal hasta las estepas rusas!

Los trabajadores rusos que se niegan por miles a ir a la guerra y enfrentan la cárcel, la represión y las consecuencias de una guerra que hambrea y mata al pueblo, son el gran aliado de la clase obrera ucraniana que sufre la masacre perpetrada por Putin. ¡Los soldados rusos deben confraternizar en el frente con los obreros ucranianos y pasarse a combatir a su lado para derrotar al invasor!

Ucrania es una nación bisagra, hacia Europa Occidental y Oriental. En la suerte de la nación ucraniana se juega también la suerte del proletariado europeo. Una derrota de Ucrania sería un golpe mortal para la clase obrera europea y un bastión de la contrarrevolución en Europa. Lo mismo sería para las naciones y repúblicas de la ex URSS. Es que allí, como en Siria y Palestina, el imperialismo busca escarmentar a la clase obrera mundial.

Pero una victoria de la clase obrera ucraniana dejaría debilitado al extremo al carnicero Putin y desataría las manos de la clase obrera de Kazajstán, Bielorrusia, la Rusia misma y todas las repúblicas ex soviéticas, para volver al combate y a la senda de la revolución de los consejos de obreros y soldados que culminó con la toma del poder. También sería un hálito combativo para la clase obrera de los países centrales, como las de Francia o Grecia que se pusieron de pie mil veces y mil veces fueron traicionadas.

¡Huelga general europea! ¡Hay que paralizar la maquinaria de guerra de Putin! ¡Armas para Ucrania!

Una Ucrania obrera, soviética e independiente es la única salida para conquistar el pan, la tierra y la liberación nacional, para que Ucrania no sea una colonia tutelada, expoliada y oprimida por el imperialismo y partida por los yanquis y Putin. Solo un gobierno provisional revolucionario de trabajadores y campesinos, aliado a la clase obrera europea y rusa, podrá garantizar la unidad de la nación ucraniana y su completa y verdadera independencia y liberación.

 

Eliza Funes y Nadia Briante

 


Avdiika

 


Trincheras Bajmut

 

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