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SIRIA 23 de noviembre de 2016

Con la pistola en la sien de los bombardeos a mansalva de los genocidas Bashar y Putin y de 6 ejércitos invasores, y con la complicidad de la burguesía sunnita entregando a las masas

Bajo el manto de la ONU de EEUU y Rusia se busca imponer la rendición a las masas del Aleppo rebelde cercado

Una nueva puñalada por la espalda a las masas sirias se firmó hace solo dos días atrás. El Ejército de la Conquista (Jesh al Fatah) dirigido principalmente por Jabhat al Nusra (hoy llamado Jabhat al Fatah al Sham) acordó el plan de rendición de las masas de Aleppo que le quiere imponer la ONU.
Este plan consiste en cuatro puntos: alto al fuego (de ambos lados), retiro de todo rebelde y desarme total de las masas que están en Aleppo, la ONU entra con ayuda humanitaria y hace de garante de la puesta en pie de un consejo local interino que tomaría la administración de esos barrios hasta nuevas elecciones. Con la pistola en la sien de la masacre de Putin y Assad y con la firma de Jabhat al Nusra y sus aliados, los que posaban de más combativos de que iban a romper el cerco luego de que el Ejército Sirio Libre (ESL) retirara sus fuerzas de Aleppo y del frente contra Bashar, bajo el manto de la ONU, vienen a imponer la rendición de Aleppo, lo que sería el punto clave para terminar de derrotar la revolución siria. En Aleppo hoy quieren hacer lo mismo que en Daraya o Homs ayer. Y la siniestra burguesía sunnita -en su variante laica del ESL o islamista como Al Nusra- lo está entregando.

La firma de este acuerdo se hacen en momentos en que los barrios rebeldes de Aleppo siguen cercados por el régimen de Bashar al Assad. Este genocida, reforzado por la aviación de Putin, las tropas mercenarias de Hezbollah, las guardias contrarrevolucionarias iraníes bajo el mando de los ayatollahs y milicias de mercenarios iraquíes de la burguesía chiita continúa masacrando despiadadamente a mujeres, niños, trabajadores que se encuentran allí.
Hace unos pocos días atrás han destruido el último hospital que quedaba en esa zona cercada, asesinando brutalmente a niños. Se ha cortado todo ingreso de suministros. Escasean los alimentos. Las masas en esa zona cercada viven en los pisos más bajos de las casas y los subsuelos y temen salir, puesto que los bombardeos aéreos son incesantes y devastadores. Viven con el miedo de no saber si sobrevivirán otro día, sabiendo que es muy probable que mueran en cualquier momento. Y mientras tanto, el régimen exige que se retiren, que se rindan, mientras sus fuerzas contrarrevolucionarias bombardean también a mansalva el resto de las zonas rebeldes que quedan en Siria, como zonas de la provincia de Aleppo y de Idlib.
En esta situación, Al Assad ha dicho que no aceptaba el plan de la ONU, porque no acepta el punto del “consejo local”. Busca quedarse con todo Aleppo para sí… y que sea su ejército el que se imponga. Afirma que ya sin hospitales, sin alimentos, sin suministros básicos “es una cuestión de tiempo” antes que sus fuerzas retomen la zona rebelde.

Semejante masacre y ofensiva contrarrevolucionaria contra Aleppo es porque buscan terminar de derrotar allí una gran revolución que comenzó en el 2011 por el pan y la libertad como un eslabón de una única cadena de revoluciones del Magreb y Medio Oriente. En Siria, esta revolución todavía sigue viva y resiste en Aleppo. La resistencia ha recuperado el barrio de Sheikh Said. Las masas se niegan a irse. El plan de la ONU de rendición todavía no se les ha podido imponer, y usan la amenaza de Al Assad de que "no acuerda" para forzar a las masas a aceptarlo.
En todas las zonas rebeldes los explotados se refugian de semejante ofensiva contrarrevolucionaria. Pero han quedado presos de las direcciones burguesas sunnitas montadas por encima de su combate, que hoy los está entregando.

Los generales burgueses del Ejército Sirio Libre hace rato abandonaron la lucha por romper el cerco a Aleppo y hoy sólo defienden los negocios de Turquía en Siria

La burguesía sunnita del ESL hace rato que ya es vista por las masas rebeldes del Aleppo cercado como su entregador. Es que sus generales ya hace unos meses atrás replegaron sus fuerzas de Aleppo y dejaron solas a las masas enfrentando la masacre de Bashar allí. Ellas venían de romper el cerco a la ciudad de Aleppo a principios de agosto, abriendo un corredor de unos escasos kilómetros, mientras Assad, los Ayatollahs iraníes, Putin y Hezbollah concentraban sus fuerzas allí para volver a cercar Aleppo nuevamente. Estos genocidas lanzaron su contraofensiva inmediatamente sobre el recientemente abierto corredor, y el ESL replegó sus fuerzas.
Es que en ese momento ingresaba Turquía a invadir Siria en el norte, lejos de la ciudad de Aleppo y de la batalla por romper el cerco y por terminar de derrotar al perro Bashar en toda esa ciudad. Los generales del ESL que se fueron de esta batalla llevaron sus fuerzas allí, al norte sirio, bajo el mando directo de Erdogan, como parte de la operación “escudo del Éufrates” (la invasión turca en Siria) para "desplazar al ISIS". Se retiraron así del frente contra Bashar para pasar a defender los negocios turcos en Siria. Así entregaban Aleppo y la lucha revolucionaria de las masas rebeldes, mientras llamaban en el resto de Siria a ir a combatir con Turquía “contra el ISIS” y no contra Bashar por romper el cerco a Aleppo.
Sólo unas pocas brigadas que estaban bajo el paraguas del ESL (como el "Frente del Levante") no se fueron del frente por romper el cerco. Éstas hicieron un frente que se llamó “por la conquista de Aleppo” junto con Al Nusra y sus aliados como Ahrar al Sham. Pero todos estos últimos acaban de firmar el plan de la ONU para imponerle la rendición a las masas de Aleppo.

La burguesía sunnita islámica de Al Nusra y Ahrar al Sham firma el plan de rendición de la ONU cuando hacía días atrás anunciaba que iba a romper el cerco a Aleppo

Así, con la firma de este plan de rendición de la ONU, entrega a las masas rebeldes este otro sector de la burguesía sunnita. Es una verdadera puñalada por la espalda de los generales de Al Nusra y sus aliados, ya que habían anunciado una “batalla por romper el cerco a Aleppo” hace menos de un mes atrás. Estuvieron una semana haciendo que asediaban y solo avanzaron un barrio. Pero después de ahí retrocedieron, volviendo a perder no solo ese barrio, sino inclusive varias zonas que las masas habían conquistado tras la enorme ofensiva de julio y principios de agosto pasado en donde habían logrado romper momentáneamente el cerco a Aleppo.
Los generales burgueses de Al Nusra llevaron a esta "batalla" solo a sus partidos-ejércitos, a los que tienen bajo su mando, a librar batallas en inferioridad de condiciones militares por controlar posiciones contra una coalición de ejércitos contrarrevolucionarios. Prohibieron a las masas ser parte de estos combates, diciendo que “ellos se harían cargo”, acaparando las armas. A la vanguardia que no controlaban la dejaron sola en frentes desprotegidos a merced de la masacre de las tropas del perro Bashar y el carnicero Putin. No llamaron a los millones de refugiados a ser parte del combate por liberar toda Aleppo, llamando a que derrotando a Al Assad recuperarían sus casas. No llamaron a todos los explotados a sublevarse, inclusive en la retaguardia del perro Bashar, en los barrios y zonas de Aleppo que éste controla y oprime, para tener pan.
Es que ellos son burgueses y defienden, antes que todo, sus negocios y su propiedad. No les interesaba ganar la guerra, y no querían hacerlo, puesto que la única forma era volver a los métodos insurreccionales de las masas (los únicos que verdaderamente derrotaron a las tropas de Bashar como en el 2011, en Khantoman en mayo pasado o a las fuerzas basharistas en julio/agosto en Aleppo), lo que significaba la expropiación de las fábricas, bancos y los bienes de los capitalistas para tener pan y poner todos los recursos disponibles para ganar la guerra.

El bloque islámico de Al Nusra y Ahrar al Sham llevaron adelante una guerra civil de acuerdo a la búsqueda de su tajada en la repartija de los negocios en la Siria ensangrentada

La coalición dirigida por Al Nusra no peleó una batalla para romper el cerco y liberar toda la ciudad de Aleppo, porque la única forma de hacerlo era atacando los negocios de la burguesía. En la forma en la que estos generales burgueses llevaron adelante su “ofensiva por romper el cerco a Aleppo” solo trajo como resultado que ese cerco se amplió y se endureció.
Ahora dicen que no se pudo avanzar y que el cerco no se puede romper. Mentira, sí se podía, como se demostró hace unos pocos meses, pero sólo a condición de avanzar sobre los intereses de los hombres de negocios, algo que estos generales nunca van a hacer, porque son burgueses. Ellos se acordaron muy bien que en la insurrección de Aleppo del pasado 11 de julio las masas se tomaron los 4 bancos más importantes de allí. Sobre la base de  este engaño es que ahora dicen que firman el acuerdo con la ONU. Entregan a las masas a cambio de sus negocios.
Ellos son de la burguesía sunnita “islámica”. Son hombres de negocios y es lo único que les importa. Cuidan antes que todo su propiedad. La batalla “por romper el cerco a Aleppo” no fue tal, sino que fue una “batalla” por sus negocios.

La guerra es la continuidad de la política por otros medios. Por eso “la batalla por romper el cerco a Aleppo” y toda la guerra civil que llevó adelante Al Nusra y sus aliados en Siria fue la que obedecía a su política: no ganar, sino pactar sus negocios. Ellos no pelearon para derrotar a Al Assad en Damasco, sino que buscaron asediarlo para luego negociar el tráfico de mercancías en la Siria partida, en este caso, su porción que le corresponde controlando Idlib. Los puestos de control que pusieron allí y en zonas de la provincia de Aleppo no son para terminar de derrotar a Bashar, sino para controlar esas zonas liberadas y luego negociar su tajada en la mesa de negociaciones de las “conferencias de paz” como las de Ginebra.
Por eso cada vez que ellos dirigieron los frentes, no se avanzó. Por eso se perdió la batalla por romper el cerco a Aleppo. Por eso impidieron a toda costa que se expropiara todos los bienes de la burguesía y los bancos para poner todo lo disponible para ganar la guerra. Ellos cuidaron su propiedad y su bolsillo a costa de la sangre de las masas sirias.
Los generales de la burguesía sunnita siria solo quieren negocios, no la revolución. No les importa el pan y la libertad de los trabajadores, campesinos pobres y oprimidos sirios. Cuando vinieron los levantamientos del 2011 se vistieron de democráticos y se hicieron pasar por amigos de las masas para meterse en las zonas rebeldes y controlarlas. Nunca quisieron el triunfo de la revolución, sino una negociación con Bashar para una transición, como lo vimos que hicieron cuando fueron a la conferencia de Ginebra, bajo el mando del imperialismo.
La guerra que “pelearon” fue subordinada a ese objetivo. Por eso, en función de sus beneficios y su tajada de los negocios que quedan en la Siria ensangrentada, es que han llevado adelante las batallas y la guerra en las formas en las que lo han hecho. Ellos pelearon solo una guerra para buscar su mejor lugar en la negociación de Ginebra.
Siempre buscaron imponer los acuerdos de Ginebra, sobre la base de la rendición a las masas, como hoy lo buscan hacer firmando el plan de la ONU. Porque su verdadero enemigo no es Bashar, sino la clase obrera y la revolución siria que comenzó en el 2011.

Sólo una dirección de la clase obrera y los sectores medios pobres del campo y la ciudad podía y puede llevar al triunfo la guerra civil contra Al Assad

Es así que la dirección de los generales burgueses de la guerra civil es un límite absoluto para el triunfo. Porque la revolución que comenzó era obrera y socialista, y sólo así podría triunfar, con una dirección de la clase obrera y los explotados.
Como ya hemos dicho, las condiciones de la victoria superan los límites que imponen la propiedad y los negocios de los generales burgueses. Había que expropiar sin pago todas las fábricas, talleres, bancos y bienes de la burguesía para poner todos los recursos disponibles para ganar la guerra. En lugar de seguir las directivas de generales y hombres de negocios que nadie votó y que sólo le interesan sus bolsillos, había que organizarse en los comités de coordinación que se habían puesto en pie y que las decisiones sean tomadas allí con democracia directa. Las armas debían pasar a todos los explotados y no estar acaparadas por los partidos ejércitos. Las milicias debían votar a sus dirigentes y poder removerlos en cualquier momento.
Una dirección proletaria revolucionaria de la guerra hubiera llamado a todos los explotados a sublevarse por el pan y la libertad, a tomar la resolución de estas demandas en sus manos expropiando a los grandes propietarios y las transnacionales imperialistas. Hubiera llamado a expropiar todos los pozos de petróleo y refinerías y a deshacerse de sus guardianes del ISIS, para tener los fondos para garantizar el pan. Hubiera llamado a los trabajadores hambreados que viven bajo la bota del fascista Al Assad a sublevarse en la retaguardia a medida que los rebeldes avanzaban sobre esas zonas, para combatir con los métodos insurreccionales con los cuales se derrotó a las tropas de Bashar en más del 60% del territorio sirio en 2011/2012. Hubiera llamado a todos los refugiados a volver al frente, planteando que derrotando a Al Assad conquistarían nuevamente sus casas y se reconstruirían sin costo alguno.
Sólo desde la clase obrera, que no tiene ataduras con ningún gobierno extranjero como el turco, podía restablecer el frente de los explotados de la revolución del 2011 al plantearle al pueblo oprimido kurdo que se le reconocería el derecho a su autodeterminación nacional uniéndose a la lucha revolucionaria contra Al Assad.
Una dirección revolucionaria de la clase obrera llamaría a la clase obrera iraní y rusa a sublevarse contra los opresores hambreadores de los ayatollahs y Putin, en momentos en donde mineros rusos ya comienzan a hacer huelgas porque hace más de un año y medio que no cobran sus salarios. Llamaría a la clase obrera de los países imperialistas a ganar las calles para paralizar la máquina de guerra y luchar contra sus propios gobiernos que pasan los peores ataques contra sus conquistas mientras comandan la masacre en Siria, como lo hace Obama, que usa a todos sus agentes y sicarios para ello.
Para triunfar es necesaria la unidad internacional con la clase obrera, en particular con la del Magreb y Medio Oriente; porque la revolución siria es un eslabón de una misma cadena de revoluciones en toda la región. Llamaría en primer lugar a unificar una misma lucha con el pueblo palestino contra el ocupante sionista y los guardianes de sus fronteras como Al Assad y Hezbollah.
Era y es necesaria una dirección revolucionaria para triunfar, puesto que ninguna de estas tareas se puede hacer con las actuales direcciones de los generales de la burguesía sunnita.

Atacadas por fuera y entregadas por dentro, aisladas de la clase obrera mundial por la izquierda reformista, las masas rebeldes de Aleppo hoy resisten solas a los bombardeos, la masacre y el exterminio

La ONU se ha metido como jefa del plan de rendición de las masas, y todas las fracciones burguesas ya lo han aceptado. Pero todavía no se lo han impuesto a las masas de Aleppo. Ellas resisten la masacre de Al Assad, Putin, Hezbollah, los ayatollahs iraníes, las tropas mercenarias de la burguesía chiita iraquí... Los aviones y drones yanquis sobrevuelan sus cabezas también bombardeando zonas rebeldes bajo el pretexto de “ataque a los terroristas de Al Nusra”.
Con todo esto, y mientras son entregadas por adentro por la burguesía sunnita en todas sus variantes (“laica”, “democrática”, “islámica”, etc.) como ya dijimos, las masas de Siria no se rinden. Aun no está dicho que éstas hayan aceptado el plan de rendición de la ONU.    
Pero estamos ante un momento grave de la revolución siria. Las masas en Aleppo, la capital de la resistencia, están cercadas no solo por las fuerzas genocidas de Al Assad y Putin, sino que también están aisladas de sus aliados de la clase obrera mundial. Así son las peores condiciones para enfrentar semejante contrarrevolución que hoy busca imponerse, y Aleppo corre el peligro de caer.
Los responsables de esto son muchas corrientes de la izquierda reformista mundial. Ellas le han planteado a la clase obrera mundial que en Siria se lleva a cabo una “guerra interimperialista” entre Rusia y EEUU… cuando estas “potencias” son las que dirigen la ONU… son miembros permanentes y con derecho a veto de su institución superior, que es el denominado Consejo de Seguridad. Es esta misma ONU de Rusia y EEUU la que ha llevado a cabo este plan de rendición de Aleppo. Por ello vemos que hoy EEUU y Rusia no están en una guerra entre sí, sino juntos buscando imponerle a las masas que se rindan, algo que todavía no han logado.
Para estas corrientes de izquierda, la clase obrera y los explotados sirios no existen. Y con su posición de que en Siria hay una “guerra interimperialista” lo único que han hecho ha sido aislarlas de la clase obrera mundial. La dejaron así librada a su suerte, a merced del genocidio de Al Assad-Putin y al manipuleo de la burguesía sunnita que solo buscaba sus negocios. Si hay alguien responsable de la situación siria actual es esta izquierda reformista, sirviente de Obama y su plan para derrotar a las masas del Magreb y Medio Oriente, que hoy intenta llevarlo hasta el final para así entregar la posta a su sucesor Trump asentando sus triunfos contrarrevolucionarios. ¡No habrá ni olvido ni perdón para quienes traicionaron la revolución siria y le dejaron las manos libres a Al Assad para que la ahogue en sangre, a cuenta de todas las potencias imperialistas!
¡Es necesario romper el cerco a las masas sirias ya! ¡Por una conferencia internacional en apoyo a la revolución siria, para hacer acciones de lucha de solidaridad efectiva en todo el mundo! ¡Hay que romper el cerco a Aleppo!

Abu Muad y Leandro Hofstadter

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