Siria - 8 de diciembre de 2024
Se liberan a miles de presos
del matadero humano de Saydnaya
¡Se termina el infierno de la prisión de Saydnaya en Damasco! Ese verdadero matadero humano es mundialmente conocido por ser uno de los más crueles centros de tortura del fascista Al Assad. Más de 300 mil presos políticos estuvieron encerrados allí. No existen registros del número exacto de prisioneros del régimen del fascista Al Assad puesto que existían sótanos y centros clandestinos de detención y tortura donde los mantenían encerrados hasta asesinarlos, para luego dejarlos tirados peor que a animales hasta que no quedara nada de ellos, más que sus huesos.
El denominado “edificio rojo”, un ala de esta prisión, la más infame de todas, era una verdadera carnicería humana, cuyas cámaras de tortura harían empalidecer a la Gestapo nazi.
Hoy las masas han entrado a Damasco y abrieron las celdas de esta cárcel infame.
Al Assad huyó como rata y miles y miles de presos recobraron su libertad, llenos de cicatrices, traumas y heridas que quizás no sanarán por las brutales torturas y vejaciones a las que fueron sometidos. Sin embargo, la alegría de recuperar la libertad que manifestaban y los festejos de los miles que los liberaron nadie se los puede arrebatar. Por fin pueden volver a sus casas, ver a sus familias, respirar el aire a plena luz del día y salir de la oscuridad y el infierno de Saydnaya.
Entre los miles de presos liberados se encuentran algunos que llevaban más de 40 años encarcelados por Hafez Al Assad, padre de Bashar. Tal es el caso de Ragheed Ahmed Al Tatri, piloto de avión de guerra que se negó a cumplir las órdenes del régimen criminal de bombardear Hama en 1982 para aplastar un levantamiento de masas contra el régimen. Ragheed tenía 27 años cuando fue encarcelado y hoy pudo ser liberado con 70 años.
La izquierda reformista a nivel mundial ha guardado un estruendoso silencio sobre el infierno vivido en Saydnaya por las masas que combatieron a Al Assad antes y después de la revolución de 2011.
Un silencio inaudito ante cientos de miles de detenciones, arrestos, torturas, desapariciones y asesinatos del clan Al Assad y de Putin contra el pueblo sirio. Su silencio, cubrió las espaldas de estos fascistas que perpetraron un genocidio para ahogar la revolución en sangre.
Tienen una mancha sucia en su frente… su silencio es una traición no solo a los explotados sirios sino también a la clase obrera mundial, en particular al pueblo palestino, al que le hicieron pasar como aliados a estos genocidas que jamás movieron un solo dedo por liberar Palestina y que se dedicaron a asesinar, encarcelar y torturar a las masas que sí lo hacen, como se puede ver en las marchas de Idlib, Alepo y Damasco donde se levantan las banderas palestinas.
¡No habrá olvido ni perdón! |