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24/1/2018

Acordado desde la conferencia de Ginebra de Erdogan, Putin, Al Assad, los ayatollahs iraníes y Trump
Turquía invade Afrin

Luego de que el pueblo kurdo fue usado como carne de cañón contra las masas de Siria por el imperialismo norteamericano, Rusia y Al Assad, ahora éstos le sueltan la mano, abriéndole camino al ejército turco

 

Para derrotar la invasión:


¡Hay que romper el pacto del PKK y la burguesía kurda con Bashar y EEUU!
¡El pueblo kurdo debe dar vuelta el fusil y
tirar contra Al Assad y los yanquis!

¡Fuera los cuarteles basharistas y las bases yanquis del norte de Siria!

¡Hay que restablecer el frente de la revolución siria de 2011 entre los explotados kurdos y sirios que luchaban por la caída del régimen!
¡Fuera Al Assad!
¡Fuera Turquía, Rusia y todas las tropas invasoras de Siria!

El ejército turco invade Afrin, una ciudad kurda dentro de Siria, a escasos kilómetros de la frontera con Turquía. El nombre de la operación es “rama de olivo”. Sus tanques e infantería se encuentran 5km dentro de territorio sirio, con el objetivo de ir a tomar no solo esa ciudad sino también otras que se encuentran al oeste del río Éufrates donde hoy están las YPG. Es que la misma es una zona de paso de oleoductos y comercio que Turquía quiere controlar.
Este avance turco cuenta con la luz verde de Al Assad, de Rusia, de Irán y de EEUU. Todos le abrieron camino. Rusia retiró sus veedores, y Al Assad y EEUU le liberan la zona, mientras miran para otro lado. Es un ataque al pueblo kurdo coordinado desde la conferencia de Ginebra.

Este es el resultado del pacto que hizo el PKK stalinista y la burguesía kurda con Al Assad y EEUU, a partir del cual la suerte del pueblo kurdo quedó atada a la de sus verdugos. Las YPG quedaron bajo la disciplina del Pentágono e integrando un mismo frente militar con Bashar que masacró a las masas revolucionarias sirias en las ciudades rebeldes, como sucedió en Alepo, donde Afrin fue parte del cerco y desde donde ingresaron luego las tropas contrarrevolucionarias basharistas y rusas a tomar esa ciudad. Por ello las YPG fueron clave para la caída de Alepo, la capital de la resistencia. Fueron tropas gurkas de la contrarrevolución. Y ahora, que no son mas necesarias, se las sacan de encima.
Hoy el pueblo kurdo está pagando esta política del PKK. Porque ningún pueblo oprimido que ayuda al imperialismo y sus agentes a someter a otro puede liberarse. Estos opresores no lo permiten. Por eso hoy EEUU, Rusia y Al Assad se encuentran despejándole el camino a Turquía para que los aplaste en Afrin, mientras que en Rojava EEUU los somete directamente con su ejército y bases militares.
Lo mismo sucedió en Irak, donde luego de haber utilizado a las fuerzas kurdas como carne de cañón para invadir Fallujah y Mosul, los yanquis mandaron al ejército iraquí a ocupar la zona kurda en 48hs. Jamás el imperialismo le iba a dejar a la burguesía kurda la administración de los negocios petroleros de esa zona de Irak (como ésta pretendía), ni tampoco el control de la frontera de Afrin y el paso de los oleoductos.

En 2011, los explotados kurdos se levantaron junto a todos los oprimidos sirios en la fenomenal revolución que estalló el 15 de marzo de ese año como un eslabón de una única cadena de revoluciones de todo Magreb y Medio Oriente. Ellos correctamente vieron en el triunfo de esa revolución la posibilidad de conquistar su derecho a la autodeterminación. Pero su burguesía los llevó a ese pacto infame con Bashar, planteando que allí se conquistaría la “autodeterminación”. Utilizó esa demanda para someter a su propio pueblo a sus verdugos, para negociar una mayor tajada para sus bolsillos.
Toda la izquierda reformista mundial, en nombre de “apoyar al pueblo kurdo”, terminó apoyando este pacto. Le hicieron creer a los trabajadores kurdos que de la mano de sus verdugos, como Al Assad, Rusia y EEUU, se conquistaba el Kurdistán. Eso mismo le dijeron a la clase obrera mundial, mientras afirmaban que eso era “lo único progresivo en Siria” y que “el enemigo era el ISIS”, ocultando y de esa manera sosteniendo la masacre de Bashar a las masas sirias, tendiéndole un cerco a su revolución.
El resultado está a la vista, y está muy lejos de la autodeterminación del pueblo kurdo. Afrin, invadida por Erdogan, que a su vez mantiene a 20 millones de kurdos bajo la bota del régimen blindado turco de la OTAN; el ejército de Irak ocupa la zona kurda de ese país; los Ayatollahs oprimiendo 8 millones de kurdos y los yanquis con dos mil marines y bases militares disciplinando Rojava, usando a las YPG como carne de cañón.
Ellos deben hacerse responsables de esta tragedia del pueblo kurdo, porque lo sometieron a sus opresores -que son los que hoy sostienen la invasión turca a Afrin-, y lo separaron de sus aliados de las masas sirias, con quienes deben unirse para enfrentar a Turquía, Bashar y todas las fuerzas contrarrevolucionarias de Ginebra.

Por ello, la salida para el pueblo kurdo, si quiere parar la invasión turca, está en volver a forjar su unidad con los explotados sirios, restableciendo el frente de la revolución cuando estalló en 2011 que luchaba por la caída del régimen. Para ello, ¡hay que romper ya con la burguesía kurda y el PKK y sus pactos con los que subordinaron al pueblo kurdo a los yanquis y Al Assad! ¡Tienen que dar vuelta el fusil y dirigir las armas de las YPG contra ellos! ¡El pueblo kurdo debe expulsar las fuerzas assadistas de Rojava como así también al ejército yanqui y sus bases militares! Este es el camino para el pueblo kurdo pueda liberarse, poniendo Afrin y Rojava del lado de la revolución, enfrentando a Bashar. De esta manera, se ganaría el apoyo de la resistencia siria, la cual debe oponerse a la invasión turca.

Turquía hoy invade Afrin y se prepara para mañana avanzar sobre Idlib. Es que Erdogan no es ningún aliado de la revolución, sino todo lo contrario. Está en un pacto con Putin, los Ayatollahs, Bashar y los yanquis desde la conferencia de Ginebra. Desde allí acordó su operación “Escudo del Éufrates” a fines de 2016, donde retiró fuerzas de Alepo para llevarlas a combatir bien lejos “contra el ISIS”, dejándole el camino libre a Al Assad para que tomara la ciudad. Turquía nunca atacó a las fuerzas de Bashar ni de Rusia cuando invadían Alepo. Nunca mandó ni un fusil ni una sola bala. Por el contrario, comandó a generales del ESL a replegar a las masas cuando estas avanzaban y a que le entregaran su armamento a Bashar cuando este entró en Alepo. ¡Turquía entregó Alepo!
Hoy Turquía ataca Afrin y para nada está interesada en atacar a Bashar o a Rusia que están bombardeando y asediando la provincia de Idlib y la Ghouta cercada. Por el contrario, los está sosteniendo, como lo viene haciendo desde hace seis años en las conferencias de Ginebra.
En la última reunión de diciembre de 2017 se ha concluido la permanencia de Al Assad en Damasco para que siga masacrando al pueblo sirio, como también se ha avalado la invasión yanqui a Raqa y Deir ez Zor. Ginebra es un verdadero pacto contrarrevolucionario en donde se ha discutido cómo se termina de aplastar la revolución siria y la partición de esa nación ensangrentada, con los yanquis como vencedores en primer lugar quedándose con las riquezas de petróleo, con Turquía controlando las fronteras y paso de comercio y oleoductos, con Rusia como sicario y con un gobierno del protectorado sirio comandado de Ginebra (comandada por EEUU) de un pacto entre Bashar y la burguesía sunnita. 
¡Abajo la conferencia de Ginebra! Ese es el enemigo de los explotados sirios, turcos y kurdos y de todo Medio Oriente.
¡Hay que derrotar la invasión de Turquía a Afrin, cipaya de la OTAN, o de lo contrario mañana irá a por Idlib!
¡Fuera el perro Bashar Al Assad!
¡Fuera Rusia, Hezbollah y la guardia iraní! ¡Fuera los marines yanquis y sus bases de Rojava! ¡Fuera todas las tropas invasoras de Siria!
¡Derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo!

¡Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero todas las empresas petroleras y oleoductos de Siria! ¡Fuera las petroleras imperialistas!

Si la resistencia siria apoya la invasión turca a Afrin estará sellando su propio trágico destino, como ayer con el Escudo del Éufrates. Los aliados de los oprimidos nunca son los opresores.
En los campos de refugiados hay millones de explotados sirios muriendo de frío. ¡Hay que recuperar la vivienda, expulsando a Al Assad y a todos sus mercenarios que las están usurpando! Organizando a los campos de refugiados en esa lucha, la resistencia tendrá nuevas fuerzas para defender Idlib y combatir en Damasco por romper el cerco a Ghouta.
La clase obrera turca, compuesta también por 20 millones de kurdos y refugiados sirios superexplotados, es un gran aliado en esta pelea, golpeando desde Turquía misma.
Los aliados para este combate son también los explotados que hoy se sublevan en Irán. Allí debe tronar el grito de “Fuera la guardia iraní invasora de Siria”. ¡El pueblo kurdo en Siria debe romper ya el frente militar con los Ayatollahs iraníes, Rusia y Bashar, para unirse a los 8 millones de kurdos que hay en Irán!
En Túnez, los explotados se sublevaron por el pan nuevamente. En Palestina, el pueblo resiste el ataque de Trump y Netanyahu de declarar a Jerusalén como capital del sionismo. ¡Las intifadas en Túnez, Palestina e Irán ya han comenzado y son las mejores aliadas de las masas sirias!
El pueblo kurdo debe hacer lo mismo, enfrentando a Al Assad, al protectorado yanqui en Irak, a la teocracia iraní y a Erdogan! Solamente uniendo sus filas con los explotados sirios, iraníes y turcos, luchando contra los gobiernos y regímenes de los opresores, es que podrá el pueblo kurdo conquistar inclusive su derecho a la autodeterminación en todo el Kurdistán, es decir, en Turquía, Siria, Irak e Irán.

¡En todo el Magreb y Medio Oriente: una misma intifada, un mismo combate contra un mismo enemigo!

 

Abu Muad
Por el comité redactor del periódico “La Verdad de los Oprimidos”

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