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21/8/2014

Irak

Con los bombardeos, EEUU vuelve a poner orden en su protectorado

Hoy el imperialismo yanqui intenta disciplinar a su agente, el “Estado Islámico”, armado por los jeques petroleros de Arabia Saudita que marcharon a Irak y a Siria a aplastar los procesos revolucionarios desde adentro

La izquierda socialimperialista, siempre a los pies de Obama, sostienen al gobierno represor y sanguinario del protectorado yanqui en Irak

Desde el viernes 8 de agosto el imperialismo norteamericano viene bombardeando ciertos blancos pertenecientes a las fuerzas militares del Estado Islámico. Sólo ha disparado en un número muy reducido de veces desde su aviación a equipos de artillería, morteros, etc. pertenecientes a esta organización de la burguesía sunnita, que estaban instalados en las afueras de Erbil (la “capital” de la zona kurda de Irak) asediando dicha ciudad.
El imperialismo se esconde tras un manto “humanitario”, con Obama declarando que han llevado “comida y agua a los civiles que quedaron atrapados en el fuego cruzado” mientras estos bolsones son tirados con paracaídas desde aviones de la ONU. También Obama anunció que buscaba “impedir un genocidio de población civil de etnias minoritarias amenazadas por el Estado Islámico”, al mismo tiempo aclaró que la intervención militar estaría limitada sólo a bombas aéreas con ciertos blancos determinados, y que no buscará “una solución militar norteamericana a la situación iraquí”. Es que, como veremos luego, mientras se viste de “democrático” y “humanitario” para intervenir militarmente, por el momento está buscando ponerle un límite al accionar de uno de sus agentes en Irak: el Estado Islámico, que fue el encargado de ir a Fallujah y Mosul, donde una cadena de insurrecciones locales amenazaba con llegar a Bagdad. Lo mismo habían hecho Obama y la OTAN y su pacto de Ginebra 2 con el chacal Al-Assad y la burguesía chiita cuando enviaron al “Estado Islámico” a Siria a aplastar la resistencia y que no quede ni vestigio de la revolución.

El pacto de Ginebra 2 del imperialismo, las burguesías árabes y el sionismo significa que la burguesía chiita, (como en Siria, Irak y el Líbano) es la encargada de defender los intereses imperialistas en la región, sostener al sionismo y masacrar a las masas de forma directa; mientras que la burguesía de Qatar y Arabia Saudita, junto a la burguesía saddam husseinista de Irak es la encargada de aplastar desde adentro los procesos revolucionarios. Ese rol en Siria también lo jugaron Jabhat al-Nusra y el Ejército Sirio Libre.
El pago al Estado Islámico por los “servicios prestados” es que éste recupere sus negocios que tenía antes de la invasión yanqui a Irak en el 2003. Lo hace por sobre las fracciones burguesas que ayer, apoyadas en el imperialismo, se los quedaron. De allí la “violencia” del Estado Islámico. Están recuperando sus viejos negocios. Para ello deben controlar férreamente a las masas.
La ideología religiosa y la supuesta crueldad de estos mujahidines no es distinta a los asesinatos y genocidios realizados a mansalva por Al Assad, los Ayatollahs iraníes y Hezbollah en Siria, o a la masacre del sionismo a mujeres y niños indefensos en Gaza. Estamos ante distintas puntas de una misma soga que viene a estrangular los procesos revolucionarios del Magreb y Medio Oriente, que desmantelaron todos los dispositivos contrarrevolucionarios que tenía impuesto el imperialismo en toda la región y esas rutas de petróleo.

Luego de contener las insurrecciones locales de los explotados, el Estado Islámico intenta avanzar en recuperar sus negocios perdidos tras el desplazamiento de Saddam Hussein en el 2003

Como ya dijimos, este agente del imperialismo de la burguesía sunnita viene de contener una cadena de insurrecciones de masas que, desde Fallujah a Mosul, derrotaron al ejército iraquí gurka de los yanquis, amenazando con llegar a la capital Bagdad y unirse con los explotados del sur para derribar al gobierno de Maliki, títere de Obama.
El Estado Islámico fue enviado por el imperialismo norteamericano -puesto que tenía autoridad para entrar a las ciudades que las masas habían liberado y posar de “aliado” a ellas- para montarse por sobre los levantamientos de los explotados para controlarlos y derrotarlos desde adentro. Una vez que hicieron esto, declararon su “califato islámico” y se impusieron en él con su partido ejército, ejerciendo un fuerte control represivo a las masas.

El Estado Islámico es una organización de la burguesía sunnita bajo el mando de Arabia Saudita y de la casta de oficiales de la Guardia Republicana de Saddam Hussein. Como tal, rápidamente actuó para cuidar la propiedad privada de las petroleras imperialistas –refinerías, pozos de extracción del crudo, etc.- donde ésta se vio amenazada de ser expropiada por las masas. Mandó sus fuerzas militares a ocupar las instalaciones de las petroleras para impedir que las masas se las tomen. Una vez allí, como lo hizo durante tantos años con Saddam Hussein en el poder, le siguió garantizando al imperialismo su propiedad y el saqueo del petróleo de la nación iraquí, quedándose con una tajada de esos negocios.
Así, este sector burgués recuperó parte de los negocios que había perdido tras la guerra del 2003, cuando Saddam Hussein y su casta de oficiales huyeron ante la invasión yanqui. Pero, una vez que controlaron a las masas y establecieron su “califato”, fueron por más. Fueron a recuperar los negocios perdidos, que luego del 2003 habían quedado en manos de las burguesías kurda, cristiana, de los yazidis, etc. Comenzaron a tomar pozos de petróleo, refinerías y represas. Tanto avanzaron que estaban ya asediando la capital de la zona kurda. Lo que la prensa imperialista muestra como “jihadistas que derrotan a los ejércitos iraquí y kurdo y luego imponen dictaduras terribles a las masas” son, en realidad, una burguesía nacional sirviente del imperialismo que sólo busca aplastar a las masas y recuperar sus negocios, a la cual el imperialismo le otorgó un negocio y una frontera clara para establecerse: el “triángulo sunnita” de Irak y las zonas liberadas del norte de Siria, en donde debía terminar de aplastar la insurgencia de las masas. Las bombas del imperialismo son para marcarle el territorio que le corresponde y del cual no se puede pasar.

El plan del imperialismo de partición de Irak con “autonomías regionales” y un gobierno de “unidad nacional” del protectorado yanqui

Como dijimos en un artículo anterior, el ejército de Maliki y Obama se disolvió cuando intentó reprimir los levantamientos de masas de Fallujah y Mosul. Ello puso a la orden del día un nuevo proceso revolucionario, como el de Siria o Libia, que fue abortado por el Estado Islámico. Esta organización contuvo la lucha de las masas antes de que ésta llegue a Bagdad, dándole tiempo a EEUU para que organice un nuevo gobierno de “unidad nacional” con todas las fracciones burguesas adentro.
El plan del imperialismo entonces es, sobre la base de garantizar el aplastamiento y control de las insurrecciones que habían protagonizado las masas, dejar a cada burguesía controlando un sector del territorio, del mercado y de los negocios de Irak. Así, zonas del norte de Irak quedarían para la burguesía kurda, el noroeste y centro para la burguesía sunnita y el sur para la burguesía chiita.
Son tres fracciones lacayas que el imperialismo necesita controlar y disciplinar en un gobierno de “unidad nacional” de su protectorado. Ningún sector burgués debe salirse de su área de negocios. En las mismas, le deben garantizar a las petroleras imperialistas el saqueo del petróleo.
El imperialismo, en su contrarrevolución, no tiene ningún problema en reconfigurar las fronteras nacionales que dibujó a la salida de la segunda guerra mundial en los pactos de Yalta y Post-dam entre EEUU, Inglaterra y el stalinismo. Un Irak partido, con un gobierno federado, bajo el comando yanqui, incluyendo una zona del norte de Siria es un gran negocio para el imperialismo. Es que, aplastando las zonas rebeldes del norte de Siria –donde fue derrotado el perro Bashar- a través del Estado Islámico, el imperialismo se ha quedado con gran parte de ese país vía la burguesía saudita. Ese es el plan. La contrarrevolución avanza dislocando y “libanizando” los mercados regionales de la post-guerra.
Un “califato” -como el instalado por el Estado Islámico en el centro y noroeste de Irak y norte de Siria- o el “emirato” (que quiere decir “principado”) es como un reinado. Nadie puede decir que los Emiratos Árabes Unidos no es una colonia de los bandoleros imperialistas, como también lo es el Reino de Arabia Saudita… en donde existen los más brutales regímenes bonapartistas contrarrevolucionarios contra las masas.
Luego veremos cómo toda la izquierda mundial chilla porque EEUU no golpea más duro a las “bestias” del “Califato”. ¿Por qué no le reclaman al imperialismo que también golpee duro a Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos, donde hay regímenes bonapartistas contrarrevolucionarios y sanguinarios iguales o peores a los del “Califato” del “Estado Islámico”? Parece mentira que los imbéciles de la izquierda reformista no puedan distinguir y diferenciar a los “califatos”, “emiratos” y reinados de siglos pasados con las colonias y protectorados de hoy.

EEUU necesita imponer, en un Irak y Siria partidos, un gobierno de las tres fracciones burguesas que le administran sus negocios en la región. Por eso, luego de casi un mes de negociaciones, y tras haber nombrado a un representante de la burguesía kurda como vocero del parlamento, finalmente todos los sectores de la burguesía chiita han acordado en que el nuevo primer ministro sea Abadi. Este personaje, apoyado por todos los sectores chiitas (desde el ex primer ministro Maliki hasta el principal Ayatollah iraquí Sistani) y también EEUU, es pintado como “moderado” para que forme un nuevo gabinete donde se incluya a todos los sectores de la burguesía de Irak (incluyendo a la sunnita), que será el siguiente paso a dar en el “gobierno de unidad nacional”.

El plan del Pentágono para dominar a “los pueblos bárbaros”: dividir a las tribus para que se maten entre ellos y el petróleo quede para las potencias imperialistas

Como dice la teoría militar del Pentágono, luego de sus derrotas en Vietnam e Irak: el error de Custer en su guerra contra los indios en la conquista del oeste de EEUU fue pelearse con su ejército contra todas las tribus de aborígenes, que terminaron uniéndose y derrotando al ejército de Custer, terminando inclusive con su vida. Para el Pentágono, Custer tendría que haber hecho que todas las tribus se peleen entre sí, para después colonizar. Ese es el plan de Obama. Inclusive, llamando “tribus” a la poderosa clase obrera iraquí y de Medio Oriente, y a los partidos políticos religiosos que conforma la burguesía musulmana, que manipula permanentemente a las clases explotadas. Toda esta terminología es para darle un carácter de “lucha de civilización contra pueblos bárbaros” al brutal saqueo de las petroleras imperialistas de toda la región.
No es de extrañarse que los loros parlanchines de Obama, la izquierda socialimperialista, vociferen y se lamenten acerca de “las luchas sectarias de las tribus del Magreb y Medio Oriente”. Esa política vulgar y reformista no resiste el rigor científico del marxismo, que define a los procesos históricos por la lucha de clases y de sectores de ellas.
Comparar a las tribus recolectoras del oeste norteamericano con la clase obrera los países de asentamiento de las más grandes petroleras del mundo, donde se extraen los recursos del petróleo que hacen funcionar el 70% de la economía mundial, es de una estupidez que solamente un cínico agente de Wall Street puede repetir.

La aparición en un video de un periodista degollado por un supuesto jihadista inglés del Estado Islámico con la cara bien cubierta recuerda al siniestro plan de Bush y Cheney de dejar pasar la voladura de las Torres Gemelas para atacar Afganistán e Irak, mientras demonizaban a Bin Laden, cuando Bush padre había sido socio del padre de Bin Laden en los negocios de Arabia Saudita. Es hora de terminar con los mitos y las novelas del imperialismo y la izquierda que limpia los pisos de Wall Street. Esos “jihadistas” ingleses o belgas del Estado Islámico son “Al-QaCIA”. ¡Basta de mentiras!

Ha aparecido recientemente la noticia de que hay 50 hombres de los “boinas verdes” norteamericanos y las SAS inglesas en el norte de Irak. Nadie puede creerse de que están, como dicen en leyendas o películas de Hollywood, para realizar “operaciones militares especializadas detrás de las líneas enemigas”. Esa película ya la vimos. A esta gente la prensa imperialista los llama “asesores militares”.
Hablemos claro. Esa “asesoría” consiste en discutir con el Estado Islámico los negocios pertenecientes a esta fracción, hasta dónde llegan los límites de su control territorial y cómo ésta ingresa al gobierno de unidad nacional que se prepara en Bagdad. Inclusive, con esta burguesía discuten cómo, una vez reestablecido el control de las masas, aplastan a la propia base del Estado Islámico.

El silencio de Bashar al-Assad, Putin, Hezbollah y los Ayatollahs iraníes

Ante las bombas del imperialismo yanqui que hoy caen en Irak se demuestra que el genocidio que hizo Assad en Siria fue a cuenta de todas las potencias imperialistas. Es que si hoy EEUU interviene en Irak para “evitar un genocidio”, ¿por qué no lo hizo en Siria donde se llevó a cabo uno? Justamente no lo hizo porque, lejos de evitar un genocidio, sostuvo, permitió y comandó a Bashar al-Assad a que lo lleve adelante, para ahogar la revolución siria en un baño de sangre. En este caso, usó a otro de sus agentes, sostenido por la sanguinaria Guardia Republicana iraní.
El imperialismo usó a este agente para masacrar una revolución, de la misma manera que en Irak usó a Maliki y su ejército para bombardear Fallujah, Tikrit y todas las ciudades donde las masas se insurreccionaron. Inclusive, como ya dijimos, mandó a Hezbollah y tropas bajo el mando de los Ayatollahs iraníes a reforzar los ejércitos sirio e iraquí para estas masacres contra las masas insurrectas.
Esta es la burguesía chiita que también le hace el “trabajo sucio” a Obama, como agente del imperialismo que es. El bombardeo del imperialismo demuestra también de que Assad, Putin, Hezbollah y los Ayatollahs iraníes no son para nada antiimperialistas, sino más bien otros sirvientes de Obama que juegan un rol distinto para aplastar las revoluciones. Por ello hoy, ante este hecho, están bien callados y en silencio.

El imperialismo busca recuperar poder de fuego

Los bombardeos de EEUU de hoy además le sirven para vestirse de “democrático” y “humanitario”, avanzando en conquistar las condiciones para recuperar poder de fuego pleno e ir a nuevas aventuras de invasión e intervención militar directa allí donde lo necesite. Es que si hoy el imperialismo bombardea al Estado Islámico, porque “son terroristas”, para “salvar a civiles inocentes”, es un aviso a las masas de la región (especialmente de Libia) de que se está preparando para hacerles a ellas lo mismo mañana, luego de la calumnia de toda la prensa imperialista y el Foro Social Mundial de “pueblos bárbaros atrasados y tribus religiosas terroristas”.
Luego del desvío a la revolución tunecina, el asentamiento de la dictadura militar en Egipto y el genocidio en Siria, el imperialismo no pudo asentar la contrarrevolución en toda la región. Los 500.000 muertos en Siria y dejar a más de 10 millones de explotados sirios en los campos de refugiados en las fronteras en el desierto no fue suficiente para parar las ondas expansivas de una revolución que comenzara en Túnez en el 2011 y que hoy amenaza con llegar a Jerusalén. Las masas hambreadas iraquíes irrumpían con una cadena de insurrecciones liberando ciudades. Las masas libias no entregaban sus armas, derrotaban el golpe de Heftar y, con la huelga petrolera, ponían en cuestión quién era el dueño del petróleo. Las masas palestinas no reconocían ni reconocen al estado de Israel y aun siguen luchando por expulsar al invasor.

El imperialismo sabe que necesita imponer aplastamientos contrarrevolucionarios que logren cambiar la relación de fuerzas a su favor. Esta claro que el imperialismo ahora necesita recuperar poder de fuego directo. Ello fue lo que intentó hacer con el sionismo. Pero al hacerlo, se levantaron las masas del mundo, principalmente el proletariado de los países imperialistas. Al grito de “Obama financia la masacre terrorista del sionismo”, la clase obrera norteamericana comienza a enfrentar a la bestia imperialista desde adentro.
Este era y es el límite que tiene el imperialismo norteamericano para intervenir militarmente en el mundo. Por ello debe hacerlo por interpósita persona. Y cuando el agente fue rápidamente identificado con el amo imperialista, como sucediera con el estado de Israel, con centenares de miles ganando las calles en todo EEUU, quedó en evidencia que aun la clase obrera norteamericana le impide al imperialismo yanqui recuperar poder de fuego. Fueron las acciones de los explotados de los países centrales, junto a la heroica resistencia de las masas palestinas, lo que está frenando una ofensiva de exterminio total del sionismo (como éste tenía preparada para Gaza).

Por ello, allí donde EEUU interviene -como en Irak- sólo lo puede hacer bajo la bandera de la “democracia” contra el “terrorista y despiadado” Estado Islámico, y aún así debe cuidarse y limitarse muy bien en sus acciones. Es que sino, podría comenzar la revolución en EEUU. El proletariado de los países centrales, con sus marchas, demuestran cuál es la forma de parar el genocidio y la ofensiva imperialista en el mundo, ganando las calles al grito de “¡Obama financia al sionismo que masacra en Gaza!” y “¡el enemigo está en casa!”. ¡Esta es la mejor forma de pelear junto a los explotados del mundo semicolonial!
Por el contrario, sus direcciones se han dedicado a hacer campañas sobre que las masas explotadas del mundo semicolonial serían “tribus atrasadas”, “bárbaras”, “ultrarreligiosas” y “terroristas”, que le pavimenta el camino al imperialismo para recuperar poder de fuego y legitima cualquier acción contra los explotados que se insurreccionaron en el Magreb y Medio Oriente.

El NPA francés, integrado por la vieja LCR mandelista, grupos menores del ex lambertismo y sostenidos por el PTS desde adentro, se lamenta que Obama no haya intervenido más violentamente en Irak para “defender la democracia”

Hoy vemos al NPA francés multiplicar alevosamente esta campaña para respaldar los bombardeos del imperialismo. El martes 12 de agosto han sacado un comunicado titulado “solidaridad con el pueblo iraquí” donde se “solidarizan” ante “la masacre hecha por el Estado Islámico”. En dicho comunicado el NPA recalca que el problema que hoy atraviesa Irak es el “terrorismo” y declaran abiertamente que se “solidarizan con todas las fuerzas democráticas” que están resistiendo a ese terrorismo, haciendo un llamado a suministrar armas para esas organizaciones y a Francia y la UE a que “socorran a los dos millones de desplazados y abran sus fronteras para que ingresen los que huyen de las masacres”.
El NPA llama abiertamente a “enfrentar el terrorismo” en Irak (como dicen todas las potencias imperialistas que hay que hacer ahora y como hacía Bush en el 2003) diciendo que éste proviene del Estado Islámico. Vistiendo al imperialismo de “democrático”, llama a apoyarlo, a proveerlo de armas y le pide que dé más ayuda humanitaria. Lo hace en el momento en que el imperialismo norteamericano está bombardeando y, junto a Francia e Inglaterra, se escudan de que estarían llevando “ayuda humanitaria” para justificar su ingreso y garantizar el saqueo del petróleo Irak.
Es decir, estamos ante un bombardeo norteamericano en el cual el NPA se coloca abiertamente del lado del imperialismo, justificando, sosteniendo, y apoyando activamente su accionar contrarrevolucionario, generándole las condiciones para que pueda recuperar poder de fuego pleno contra los oprimidos de la región, como si no fuera el imperialismo el garante del accionar contrarrevolucionario de todas las fracciones burguesas en Irak. No se podrá ponerle fin a los genocidios, guerras y masacres si no se expulsa al imperialismo y sus petroleras de todo el Magreb y Medio Oriente.

El NPA quiere hacer pasar al imperialismo como democrático y al Estado Islámico como una organización independiente terrorista, cuando es el propio imperialismo el único terrorista, que ha invadido Irak en el ’91 y en el 2003, dejando millones de muertos, llevándose con sus petroleras las riquezas de ese país, dejando a las masas en la hambruna y la miseria.
Es EEUU el que ha armado hasta los dientes, formado, entrenado y comandado al ejército iraquí para que bombardee y reprima a las masas explotadas. Es EEUU con la CIA el que ha armado y enviado al Estado Islámico a controlar los procesos insurreccionales de las masas para luego imponerse por sobre ellos con una brutal dictadura. Es EEUU el que financia y arma al sionismo para que masacre a las masas palestinas. Son las potencias imperialistas las que sostuvieron a Assad para que éste les haga el “trabajo sucio” de ahogar la revolución siria en un baño de sangre, imponiendo un genocidio de más de 500.000 hombres, mujeres y niños. ¡El imperialismo es el terrorismo!

El SWP inglés al mando de ONGs “filantrópicas” de conmiseración con los pobres

Este grupo, que ya hace tiempo no tiene nada que ver con el trotskismo ni le interesa tenerlo, se caracteriza por su “conmiseración con los pobres pueblos castigados del tercer mundo”. Parecen más filántropos de las clases medias inglesas que socialistas como dicen ser.
Mientras la Angloamerican masacraba a los obreros de Marikana, tan sólo atinó a mandar un par de frazadas para el fondo de una huelga que duró 5 meses, de las más grandes y heroicas del proletariado mundial. Jamás llamó al proletariado inglés a sublevarse contra el enemigo que estaba en su casa. Porque sólo con una victoria de la huelga de Marikana mejorarían las condiciones para una lucha del proletariado ingles contra el gobierno de los tories, los laboristas y la reina.
En el caso de Irak, el SWP inglés llama a que la ayuda humanitaria se haga mediante “organizaciones humanitarias genuinas”, en lugar de bombardeos, ya que estos “no harán más que contribuir más a la desestabilización de Irak”, porque generarían “tendencias sectarias”. Por si faltaban más aclaraciones, demuestran una vez más estar del lado de su burguesía imperialista, esta vez aconsejándole cómo imponer un “Irak estable” en donde las petroleras puedan saquear sin insurrecciones de las masas que cuestionen su propiedad.
Hay que hablar claro. La Royal Navy avanza y el SWP pregona la paz, construye ONGs que “llevan ayuda a los pueblos bárbaros”… para mejor controlarlos. Esa es la verdad y la crueldad de esta corriente socialimperialista inglesa, que la vemos no sólo en Irak, sino también en África y en la Palestina martirizada. Ha llegado la hora de poner las cosas en su lugar en la izquierda mundial.

Pero todas estas corrientes, integrantes del FSM, acuerdan en un punto: que hay una situación inestable en Irak que debe ser resuelta y el imperialismo no lo ha podido hacer. Algunos le piden que lo haga directamente. Otros le aconsejan como hacerlo.
Otros, como el PTS de Argentina, dicen que EEUU no lo puede garantizar porque “está en decadencia”. Entonces, “que siga el caos”… Su programa es el de Neron… toca la lira cuando están masacrando a las masas. Increíble, pero cierto. Para el PTS no se puede hacer nada. Para ellos la lucha de clases no existe más. Es que, como ya plantearan en Libia y en Siria “todo se ha militarizado”.

Pero todos, absolutamente todos, legitiman que pueda llevar adelante sus acciones, ya que para ellos “Irak es inestable, bárbaro y lleno de grupos terroristas” y por lo tanto EEUU, “el imperialismo democrático”, debe actuar. Y si EEUU es “tan débil” y “tan decadente”, alguien debe ayudarlo. ¿Quién está siempre dispuesto? Uno de los más grandes fabricantes de alta tecnología militar: el imperialismo francés, que viene de probar sus armas invadiendo y masacrando en Malí, y que inclusive ya está anunciando que enviará armas a las tropas kurdas (Peshmerga) de Irak, gurkas del imperialismo.

Todo el FSM quiere ocultar el accionar del imperialismo a través de sus agentes

Todas las corrientes del FSM buscan esconderle a la clase obrera mundial la realidad de lo que sucede en Irak. En primer lugar escondieron la lucha de las masas iraquíes, llamándolas “tribus atrasadas bárbaras”, y poniendo un signo igual entre las insurrecciones contra el protectorado yanqui y el Estado Islámico, agente del imperialismo.

En segundo lugar, esconden el verdadero régimen que hay en Irak. Es que EEUU, luego de la invasión en el 2003, impuso un régimen de protectorado dejando más de un millón de muertos. Como “gobierno interino”, elegido solamente por decisión de Bush, el imperialismo yanqui puso de Primer Ministro a un títere suyo: el chiita Alawy, un conocido agente de la CIA.
Luego, en el 2005, pasaron a la imposición de una “asamblea constituyente” donde la mayoría de la población no votó y llamó a boicotearla, ya que la misma se realizaba gracias a que la garantizaban las fuerzas de ocupación norteamericanas todavía presentes allí que venían de masacrar hacer tierra arrasada en Fallujah. Fue una constitución redactada por EEUU e impuesta por sus fuerzas invasoras, que dio como resultado unas elecciones truchas en el 2006 donde asumió el gobierno chiita de Maliki, en acuerdo con compartir negocios con la burguesía kurda (que asumió el puesto de “vocero del parlamento”). Este gobierno fue reelegido en el 2010 y se continuó hasta el día de hoy.
Toda la izquierda mundial sostiene a una “asamblea constituyente iraquí”, garantizada con 150.000 marines yanquis en donde no votó ni el 5% de la población para legitimar un gobierno de protectorado y un ejército de mercenarios financiado directamente por Wall Street y la City de Londres, con un saldo de las fabulosas rentas petroleras saqueadas de Irak y todo Medio Oriente y el Magreb.
EEUU así imponía un gobierno iraquí a su medida, vestido de “democrático”, al mismo tiempo que formaba, entrenaba y comandaba un nuevo ejército oficial gurka. Este es el ejército que hoy vemos actuar en Irak, junto con las bandas paramilitares de la burguesía chiita, quienes son las encargadas de reprimir a las masas ante la retirada de las tropas invasoras yanquis, obligadas a irse por la lucha de las masas, especialmente de EEUU.
El imperialismo yanqui en Irak, entonces, luego del 2003 impuso un régimen colonial para el saqueo directo del petróleo y formó las instituciones a medida para ello, con la burguesía chiita siendo su agente directo. Las corrientes del FSM visten de “democráticas” estas instituciones, y a la burguesía chiita como enfrentada a EEUU, cuando desde el principio fueron sus agentes directos, y demuestran serlo más que nunca.

La izquierda reformista hoy denuncia de “terrorista” únicamente al Estado Islámico, como si éste no hubiera sido mandado y armado por EEUU. Su máximo líder, el “Califa” Abu Baker al-Baghdadi, fue miembro del grupo de Bin Laden armado por la CIA en los ’80. Estuvo cuatro años preso en EEUU y liberado sin ningún impedimento, mientras decenas y centenares de explotados combatientes antiimperialistas aún siguen presos y torturados en las cárceles de Guantánamo, por no nombrar a todos los que están en las cárceles secretas de la CIA (la más grande organización terrorista del mundo, por supuesto silenciada por el FSM).
Para las corrientes del FSM, el imperialismo norteamericano se enfrenta al Estado Islámico, que responde al mando del rey de Arabia Saudita… un absurdo. ¿Acaso dirán a continuación que el rey de Arabia Saudita se volvió antiimperialista, cuando históricamente siempre fue garante del saqueo del petróleo de todo Medio Oriente, en primer lugar de su país, y no le tembló el pulso cuando el imperialismo lo envió a invadir Bahrein para aplastar a las masas que se insurreccionaron en marzo de 2011?

Una vez más queda demostrado que en el Magreb y Medio Oriente hay dos trincheras claras

En el Magreb y Medio Oriente vemos que en una trinchera está el imperialismo utilizando y disciplinando a todos sus agentes centralizados desde Ginebra 2 para terminar de derrotar los procesos revolucionarios. A ellos los sostiene, a cada paso, el FSM.
En la otra trinchera, están las masas revolucionarias, que hoy en Irak han quedado bajo la bota de las burguesías sunnita en el norte y chiita en el sur. Aquí estamos los trotskistas que peleamos por refundar la IV Internacional, luchando por retomar el curso de la revolución del 2011, recuperando las armas y expulsando a todos los agentes del imperialismo que controlan a las masas donde éstas se levantaron. Por ello proclamamos:

¡Por la derrota del imperialismo yanqui, europeo y japonés en todo el Magreb y Medio Oriente!
¡Por la expropiación sin pago y bajo control de los trabajadores de todas las petroleras imperialistas que saquean el norte y el sur de Irak y toda la región, para así poder conquistar las demandas de los oprimidos de pan, trabajo para todos con un salario digno, viviendas de calidad, salud y educación gratuitas, etc.!

¡Abajo el régimen del protectorado yanqui en Irak y su parlamento fantoche! ¡Por la derrota militar del ejército iraquí, bajo el mando de la OTAN, sostenido en las bayonetas de la guardia republicana Iraní!
¡Abajo todo acuerdo de gobierno de unidad nacional y de repartija de los negocios en Irak entre las burguesías sunnita, chiita y kurda!
¡Fuera el Estado Islámico y la burguesía sunnita de las zonas que las masas liberaron!

¡Paso a las masas insurreccionadas de Fallujah y Mosul! ¡Una sola clase obrera (ya sean del norte sunnita o del sur chiita) para enfrentar a las petroleras imperialistas!

Deben volver a ponerse de pie los shoras (como los de la revolución iraní de los ‘80), comités de obreros y soldados armados con democracia directa, que unifiquen al conjunto de las masas en lucha y centralicen la resolución de todos los problemas de las masas trabajadoras. ¡Milicias obreras para defender a las masas insurrectas de los constantes acechos del ejército iraquí! ¡Que todas las fuerzas que dicen hablar en nombre de la lucha antiimperialista de las masas pongan sus armas a disposición de las masas en lucha y sus organizaciones de combate!
Por un congreso nacional de delegados de las milicias de explotados insurrectos, de trabajadores de establecimientos en las ciudades y campos de todo Irak (del norte y del sur), para centralizar la lucha por la caída del régimen y para expropiar sin pago y bajo control obrero a las empresas imperialistas y los banqueros.

¡Asamblea nacional iraquí de un delegado cada 10.000 habitantes, democrática y soberana, cuya primera resolución deberá ser romper todos los pactos económicos, políticos y militares que atan a Irak como una colonia del imperialismo! Una asamblea nacional que debe dar derechos a la autodeterminación a las minorías nacionales, respetando su cultura y su lengua.
¡Por un gobierno obrero y campesino basado en las organizaciones de las masas explotadas insurrectas!
Es que estas demandas democráticas extremas solamente la podrá garantizar y llevar hasta el final el proletariado iraquí, acaudillando a los explotados de la nación oprimida.

Toda lucha revolucionaria de la clase obrera y los oprimidos de Irak plantea la unidad férrea con los obreros y campesinos iraníes. La lucha contra el gobierno del protectorado yanqui en Irak es inseparable de la lucha contra el régimen y gobierno hambreador de los Ayatollahs iraníes, el guardián chiita contrarrevolucionario de las propiedades del imperialismo en toda la región.
Ayer, cuando se desarrollaba en los ’80 la gloriosa revolución iraní que derrocaba al Sha Reza Pahlevi, el imperialismo la llenó de sangre obrera. Primero, con los Ayatollahs expropiándola y masacrando a los comités de obreros y soldados (los shoras); y luego imponiendo una feroz guerra fratricida entre Irak e Irán que duró 8 años y causó millones de muertos.
La unidad de la clase obrera de Irak e Irán, explotados por las mismas petroleras que saquean a toda la región, será la avanzada para parar la catástrofe que ya está padeciendo los pueblos oprimidos del Magreb y Medio Oriente.

Conquistar la independencia nacional y terminar con el saqueo del imperialismo de los pueblos de oriente no podrá quedar en manos de cualquiera de las variantes de la burguesía nativa (sean éstas chiitas, sunnitas, alawitas, cristinas, kurdas, etc.). Éstas ya han demostrado de ser socias menores del imperialismo y verdugos de su propio pueblo.

¡Una sola revolución en todo el Norte de África y Medio Oriente!

¡Por la destrucción del estado sionista-fascista de Israel! ¡Abajo el plan de los “dos estados” en Palestina!
¡Hay que retomar las armas para la resistencia siria y marchar a Damasco para aplastar a Al-Assad, sostenido por Putin, el sicario del imperialismo! ¡Hay que romper el control de las masas revolucionarias de Siria que le imponen la burguesía saudí, qatarí y de Turquía! ¡Fuera el ESL, Jabhat al-Nusra y el “Estado Islámico” de las zonas liberadas!
¡Fuera la dictadura de Al-Sisi en Egipto, sostenedora del sionismo, garante del pacto de Camp David! ¡Que vuelvan las masas revolucionarias de la plaza Tahrir!
¡Abajo el gobierno de “salvación nacional” en Túnez y los desvíos parlamentarios del FSM!
¡Fuera Heftar y el nuevo parlamento libio! ¡Por un gobierno provisional revolucionario de las brigadas rebeldes y las organizaciones obreras!
¡Por los Estados Unidos Socialistas del Norte de África y Medio Oriente!

El mejor aliado que tienen las masas iraquíes es el proletariado de los países centrales. Es lo que hemos visto cuando ganaron las calles de EEUU contra Obama en apoyo a las masas palestinas, quitándole poder de fuego al sionismo. ¡Hay que profundizar ese camino! ¡El enemigo está en casa!
¡Que la chispa de Atenas vuelva a incendiar la revolución contra la Europa imperialista!
¡Fuera Obama y el régimen de los republicratas, los jefes del sionismo, la burguesía chiita, kurda y el propio Estado Islámico!
¡Que se vuelva a poner de pie la marcha del millón de obreros contra la guerra!
¡Vivan las marchas contra Obama y el sionismo y los llamados a bloquear los buques con cargamentos al estado sionista de Israel! ¡Que los portuarios de Oakland vuelvan a paralizar todos los puertos de la costa oeste! ¡Hay que parar y expropiar los cargamentos de petróleo de la Halliburton, Exxon y todas las petroleras imperialistas que saquean Irak! ¡Hay que marchar contra Obama que comanda la contrarrevolución, a través de sus agentes, en Irak y todo el Magreb y Medio Oriente!
¡Tienen que volver los “indignados” a cercar Wall Street, ese 1% de parásitos que han convertido este planeta en una sucia prisión!

Abu Muhajer

 

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