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FRANCIA
12 de mayo de 2016

Entre la Huelga General del 31 de marzo y una nueva movilización de la clase obrera y los estudiantes contra el ataque a sus conquistas

El presidente Hollande por decreto y con la autoridad bonapartista que le otorga la V República imperialista, impuso la ley que destruye la semana laboral de 35 horas de la clase obrera

Las masas salen a la calle mientras los políticos patronales montaban una puesta en escena en el Parlamento
para legitimar el ataque

La lucha está en las calles
¡Huelga General!

¡Para derrotar la Ley Khomri, hay que echar a Hollande!
¡Fuera la V República!
Ellos son los representantes del Maastricht imperialista que ataca a toda la clase obrera europea

Luego de que el gobierno anunció el 10 de mayo que adoptaría por decreto su reforma del código del trabajo, los trabajadores y la juventud combativa salieron masivamente a las calles hoy, 12 de mayo. Pese a que la CGT, la confederación sindical con más peso, no llamó al paro, sectores de los trabajadores lo impusieron y acudieron a la marcha llamada por la Intersindical de las centrales obreras y estudiantiles. Decenas de miles tomaron las calles pese a la lluvia y en horario de trabajo como los trabajadores de las automotrices, de la construcción, ferroviarios, del correo, de educación, de salud, de comercio, de prensa, empleadas de limpieza, domésticas y amas de casa.

Miles de estudiantes universitarios y secundarios, incluso los sectores más precarizados de la juventud, también acudieron a la marcha y fueron la vanguardia de la lucha, enfrentándose a la policía por atacar los símbolos más crudos de su explotación: los bancos, es decir, el capital financiero, como forma de protesta contra todo lo que les es negado y todo lo que les es impuesto por este sistema podrido. Cuando estos jóvenes agrupados en el MILI (Movimiento Inter-Luchas Independiente) demostraban su rabia contra las fachadas de los bancos que hacen fortunas y la policía antimotines “CRS” los atacaban, la marcha gritaba: “respeten nuestro derecho a manifestarnos”.

En la macha se podía escuchar cantos contra la ley, el gobierno, los políticos y los capitalistas. “¡No son los sin papeles, no son los inmigrantes, no son los refugiados: son los capitalistas que nos cuestan caro!” retumbaba entre las columnas de la manifestación, demostrando la solidaridad entre las filas de la clase obrera.

Mientras, en la Asamblea Nacional se desarrollaba un circo para engañar a las masas. El primer ministro, M. Valls, había anunciado el 10/5 que haría uso del artículo 49.3 de la constitución para hacer pasar la ley de reforma laboral sin el voto del parlamento. El 11/5 los diputados del PS “críticos” del gobierno y del proyecto de ley presentaron una moción de censura para impedir el uso del artículo 49.3. Pero no obtuvo los votos necesarios para que se diera lugar a ese recurso de censura. Al día siguiente, la derecha (republicanos, UDI, FN) también presentaron esa moción de censura. Pero como los diputados del PS “críticos” no votaron esa moción con la derecha, tampoco tuvieron los votos necesarios… La ley queda por lo tanto aprobada por decreto. Fue una farsa alevosa. Presentaron la misma moción en días distintos, los diputados de cada bloque no votaron la moción del otro bloque porque todos saben que la patronal francesa necesita atacar a la clase obrera. De esta manera, la ley queda aprobada rápidamente y los diputados posan de democráticos que “luchan” contra el decreto “antidemocrático”.

Frente a todo esto, las corrientes de izquierda como el NPA plantean que “el gobierno merece una censura social”. ¿De qué habla esta gente? ¿Nos puede explicar la izquierda del régimen cómo puede la “sociedad” en general hacer esta censura? ¿La “sociedad”, de la cual el sector de explotados no está representado en el parlamento, va a censurar a las transnacionales que lo dirigen? Dejen de confundir a los trabajadores. Aquí no hay nada que “censurar”: HAY QUE DERROTAR EL BRUTAL ATAQUE A LA CLASE OBRERA Y SUS CONQUISTAS. Hay que poner en pie los organismos de autodeterminación de la clase obrera y la juventud combativa donde la mayoría explotada de la población tendrá verdadero poder de decisión sobre su lucha.

 

El gobierno de Hollande atacó a las masas explotadas de Francia como lo hace sin piedad y a punta de pistola a los pueblos coloniales y semicoloniales a los que saquea y oprime

El poder presidencial que emana de la Constitución imperialista francesa, le da al presidente –tal cual un emperador- poderes plenos de veto, como así también de promulgar leyes centrales vía decretos. La misma autoridad tiene inclusive para comandar las FF.AA., para invadir y saquear países, para administrar y nombrar a sus cónsules en los “territorios de ultramar” (es decir en sus colonias), para representar a nivel internacional a las corporaciones de transnacionales y banqueros imperialistas franceses e inclusive para modificar leyes y auto-rogarse la facultad del poder legislativo. Una verdadera Constitución bonapartista, es decir, una democracia para ricos y esclavistas, al mando de las transnacionales y los banqueros imperialistas.
El imperialismo francés, en el marasmo del crac mundial, en el medio del estancamiento europeo y estando en disputas comerciales con el resto de las potencias imperialistas por el saqueo del planeta, necesita imponerle un feroz ataque a las conquistas de su clase obrera, ponerla de rodillas, esclavizarla aún más en las fábricas. Lo que están haciendo es maquilizar Francia. Estamos ante un ataque en toda la regla al trabajo y al salario y una verdadera toyotización de la economía francesa.
El obrero francés que veía muy lejos la esclavitud de los obreros chinos, ahora la tiene en casa… El trabajador de Francia antes veía también a distancia a los obreros inmigrantes que bajo condiciones paupérrimas realizan los peores trabajos en la Francia imperialista y son dejados por fuera de los sindicatos por la burocracia y la aristocracia obrera. Ahora la clase obrera francesa trabajará bajo esas “condiciones de inmigrante”.

El Pacto del Atlántico entre EEUU y Maastricht, que levanta las barreras aduaneras de Europa con el imperialismo yanqui, le impone a todas las burguesías imperialistas europeas y a Francia en particular, que deban aumentar la productividad del trabajo y la esclavitud de su propia clase obrera. Por delante sólo habrá una dura competencia de las transnacionales por su ubicación en las distintas ramas de producción en un mercado de 800 millones de habitantes que es el que se pondrá en pie con ese acuerdo entre EEUU y Maastricht llamado “Tratado del Atlántico”.
El ataque a las masas griegas y del resto de los países imperialistas menores en bancarrota como Italia, España o Portugal, no es la excepción. Ahora le toca a Francia encabezar el ataque a la clase obrera. Mientras Syriza continúa atacando brutalmente a los explotados de Grecia, Hollande no se queda atrás con su propio proletariado, como tampoco lo hacen los Borbones en el Estado Español o la Merkel con la clase obrera alemana, a la que le ha reducido un 25% del salario.

Una nueva ronda del crac mundial ya está en marcha, mientras la Europa imperialista se mantiene en un brutal estancamiento, con sus banqueros y transnacionales que ya hace rato recuperaron las pérdidas de 2008, tirándole toda su crisis a las masas y yendo a nuevas aventuras de saqueo y expoliación del mundo semicolonial.
Un nuevo ataque está en curso. La clase obrera francesa presenta batalla. Son sus direcciones el obstáculo absoluto que impide que los trabajadores estén a la altura del ataque de los capitalistas.

 

La patronal francesa no da tregua ni está dispuesta a negociar nada

La clase obrera francesa ante un combate decisivo

Por eso en este ataque no hay marcha atrás. Las burocracias sindicales y los partidos social-imperialistas le hicieron creer a las masas que en el Parlamento fantoche de la V República de las transnacionales imperialistas francesas, se podía frenar semejante ataque. Entonces la burocracia de los sindicatos ha llevado las enormes fuerzas desplegadas por la clase obrera y la juventud francesa a presionar para que el Parlamento no vote la ley Khomri. Esto equivale a pedirle al zorro que no se coma las gallinas.
La patronal francesa ya había declarado que no estaba dispuesta a negociar ni una coma de esa ley. Y todos los partidos políticos de esa escribanía de las transnacionales que es el Parlamento están por que pase la ley. Como ya dijimos, había una mayoría que decía estar en contra de ella como una fracción de diputados de Partido Socialista, el Frente Nacional y grupos menores, pero nunca se juntaron para votar la moción de censura para impedir la ley-decreto sacada por Hollande. Una verdadera estafa para engañar a los trabajadores y adormecer su lucha.

Desde que comenzó este nuevo ataque, los trabajadores y la juventud desplegaron enormes fuerzas y potencialidad en las calles. Así lo vimos en las jornadas de lucha y en la huelga general del 31/3, en la sublevación de la juventud y en la última marcha del día de hoy. Se sentía el odio y la bronca en las calles contra Hollande y su ley.
Los trabajadores han comprendido, a partir de su propia experiencia, que la burguesía viene a por todo y que están ante una batalla decisiva, que para nada prepararon las direcciones de la clase obrera.
Es que fue la burguesía la que rompió la “paz social” y le declaró la guerra a los trabajadores. No habrá salida si la clase obrera francesa no se declara en guerra y se prepara para choques decisivos para ser ella la que le ponga el pie en el pecho y arrodille a la burguesía.

La izquierda social-imperialista europea, esa “nueva izquierda” de Syriza, de los “disidentes” de Syriza, de los estalinistas rebozados del Frente de Izquierda de Francia, del PODEMOS del Estado Español, avalados por el NPA y demás renegados del trotskismo, corrieron rápido a París para liquidarle el contenido revolucionario a los obreros y jóvenes que acampaban en la Plaza de la República. Fueron allí a decirles que la lucha era por la “democracia real”. ¡Ya está demostrado que ésta es la democracia burguesa imperialista real!
Ellos fueron a decirles que se podía frenar la ley sin derrotar a Hollande y al régimen infame de las transnacionales imperialistas, que necesitan esa Ley Khomri como un pez necesita el agua para respirar.
Ellos quisieron hacerles creer a los trabajadores y a la juventud francesa que como “ciudadanos” se paraba el ataque. Esto fue criminal. Un obrero como “ciudadano”, como un individuo, es un esclavo de rodillas ante el capataz y el capitalista. Un obrero solamente puede ser libre organizado en un sindicato, en un comité de fábrica, en una marcha en las calles.
Estas direcciones, con su verso de “democracia real”, sólo intentaron separar a la juventud rebelde francesa -que será la nueva generación de esclavos en las fábricas de los capitalistas-, de la clase obrera que entraba al combate.

Ellos pregonaron en la Plaza de la República en París la lucha por una supuesta “democracia real” y dijeron que ello se conquista con “plebiscitos vinculantes”. Esto sería un chiste de mal gusto, si no significará una tragedia para las masas. ¿“Domesticar” y “controlar” a los carniceros imperialistas de las transnacionales francesas con un plebiscito? ¡No mientan más! ¡Hollande sacó la ley por decreto! Y en el Parlamento, los supuestos “opositores” que tenían mayoría no se juntaron para “censurarlo”.
Pregúntenle a Syriza de qué sirven los plebiscitos. El gobierno de Syriza hizo uno el año pasado en Grecia. El mismo era vinculante porque fue llamado por ellos mismos. Syriza lo ganó y después la misma Syriza lo entregó. ¡Basta de engañar a las masas! A los capitalistas, a su gobierno y a su estado hay que derrotarlos en las calles, en las barricadas, con la Huelga General Revolucionaria, con los consejos obreros, con el método de la revolución proletaria en el camino del Mayo francés.

La “democracia real” que pregonan demostró ser un fiasco antidemocrático en la Plaza de la República de París. Su “democracia real” demostró ser más antidemocrática inclusive que la que existe en los sindicatos verticalistas dirigidos por el estalinismo. Horas haciendo discutir a comisiones que no resuelven nada. Hacer propuestas de resoluciones y llevarlas a plenario sólo si salen sorteadas. Un parloteo de “libertad y democracia” que fue a destruir las tendencias al combate por una nueva Comuna de París que había planteado la jornada de lucha de la clase obrera francesa el 31/3.

Estas direcciones, como también lo hizo la burocracia de los sindicatos, fueron a impedir que en París surja la Plaza Tahrir, donde se unificaron todos los reclamos de las masas de Egipto al grito de: “¡Queremos pan! ¡Queremos la caída del régimen!
Eso mismo es lo que está planteado en Francia desde que la burguesía largó este brutal ataque: ¡Defendamos las conquistas obreras y de la juventud! ¡Queremos la caída del régimen de la V República imperialista francesa!

Las direcciones reformistas hablan de conquistar una “democracia real” en Francia y no son siquiera demócratas consecuentes, porque ni siquiera llaman a derrotar a la V República bonapartista de las transnacionales imperialistas de Francia.

Les hicieron perder ya casi dos meses a las masas. No se preparó una lucha decisiva y el gobierno golpeó duramente. La patronal sabe que va por todo. La clase obrera y la juventud revolucionaria francesa necesitan poner en pie una dirección que esté a la altura de los combates que ellos ya están dando y que son necesarios dar para derrotar el ataque de los capitalistas y su gobierno.

Al gobierno, al régimen infame de la V República y al ataque de los capitalistas no se los “censura”, como dice el NPA que habla de forma pacifista y romántica de hacer una “censura social” contra Hollande. ¡Pero por favor! ¿De quién se ríe esta gente? ¡Al gobierno y al régimen de esta República de carniceros imperialistas hay que derrotarlos! ¡Hay que dar pasos a acciones revolucionarias de las masas en las calles!

Las masas deben derrotar el ataque de los capitalistas, a su gobierno y a su régimen, que es lo que no están dispuestas a hacer las direcciones de la clase obrera francesa. Hay que organizar y preparar una lucha decisiva.

 

La clase obrera francesa tiene poderosísimos aliados:
los trabajadores de Europa, de EEUU y del mundo semicolonial

¡Hay que unir todas las fuerzas para derrotar el ataque de los capitalistas!

Sobran fuerzas para librar este combate: la clase obrera francesa en defensa del trabajo y contra el ataque de sus conquistas, tiene un enorme aliado que es la clase obrera de la Europa de Maastricht y de todo el este europeo.
Enfrentar el decreto de Hollande es parte de la lucha por la derrota del cuarto memorándum de Grecia, por la demanda de trabajo para todos contra la desocupación y el hambre en el Estado Español, contra la disminución salarial de la Merkel, contra el hundimiento del trabajo y la precarización laboral en Inglaterra, contra los despidos, el ataque al salario y a las jubilaciones en todo el continente, contra la brutal caída del salario y el saqueo del este europeo, cuyos países como Ucrania, Polonia, Rumania, etc., han devenido en verdaderas republiquetas comandadas por el FMI. La bancarrota que comienza en Rusia amenaza con llevar a la hambruna crónica a los explotados de ese país que son brutalmente perseguidos por Putin, el sicario del imperialismo…

La burguesía del Maastricht imperialista centraliza su ataque. La clase obrera debe centralizar su respuesta en una sola lucha y comando de combate desde Portugal a las estepas rusas. Si no lo hace es porque la burocracia de los sindicatos actúa como verdadera policía interna al interior del movimiento obrero para impedir que estos unifiquen sus filas dentro de cada país, a nivel europeo e internacional.
Bastaría con que los sindicatos del Estado Español, de la clase obrera francesa en lucha, de los obreros griegos, hicieran un llamado a todos sus hermanos de clase del continente a iniciar y coordinar una gran lucha para conquistar el salario de los obreros alemanes, para tener una semana laboral de 35 horas para todos, para recuperar las jubilaciones y por una edad jubilatoria a los 55 años.
Un llamado así a la unificación de la lucha por estas demandas, significaría un combate decisivo de la poderosa clase obrera europea contra el gran capital, las transnacionales y la Europa de Maastricht. Esto es lo que impide la aristocracia obrera que se mantiene con privilegios con las monedas que se caen y les tiran las transnacionales imperialistas de las superganancias que obtienen del saqueo del mundo colonial y semicolonial.
No habrá vida para la clase obrera del viejo continente mientras viva el Maastricht imperialista que junto al FMI saquea a los pueblos del este europeo y esclaviza a sus trabajadores. Y no podrá vencer hasta que no ponga a su frente una dirección revolucionaria internacionalista que rompa el cerco que las direcciones traidoras les han impuesto a los procesos revolucionarios como a Grecia, Ucrania y a la propia Francia. Y también a la Siria ensangrentada, donde el asesino Al-Assad hace el “trabajo sucio” de Obama, la Merkel, Hollande y todos los carniceros imperialistas.

Desde el movimiento NuitDebout de la Plaza de la República se hizo un llamado a todos los trabajadores del mundo a una jornada de lucha internacional el 15 de mayo. Estuvo planteado hacer –y no se hizo- un llamamiento a todos los sindicatos y organizaciones obreras de Europa para coordinar un plan de lucha y una Huelga General en todo el continente contra la Europa de Maastricht y a favor de los pueblos esclavizados por las potencias imperialistas en todo el mundo.
Si la jornada laboral de 8 horas la clase obrera la conquistó con huelgas generales en todo el mundo, ¿cómo defender las 35 horas semanales sin una lucha generalizada de toda la clase obrera europea?
La izquierda social-imperialista y las burocracias sindicales fueron presurosas a apagar el fuego para que desde París no se prenda una chispa que incendie Europa, como años atrás lo hizo Atenas. Esas direcciones lo único que hacen es someter a la clase obrera a sus verdugos “democráticos” en cada país.
La única clase que puede unir la lucha contra el imperialismo y el 1% de parásitos en todo el mundo es la clase obrera, que es la que sufre la explotación de ese 1% y la que puede golpearlos certeramente. La clase obrera mundial es la que tiene una demanda común para luchar en todo el mundo contra los salarios de miseria, los despidos, la desocupación crónica y la carestía de la vida. Al 1% de parásitos sólo lo puede derrotar la clase obrera y sus aliados, los sectores populares arruinados y empobrecidos del campo y la ciudad.

La tarea más inmediata no es otra que avanzar por el camino de la revolución socialista, del Mayo francés y de la Comuna de París. Todo lo demás es un vil engaño y una mentira.
Allí está la Grecia ayer revolucionaria, y hoy cercada y mil veces traicionada por la burocracia estalinista de los sindicatos y por esa izquierda infame de Syriza, carcelera de la juventud rebelde, que aplica los peores planes de hambre y esclavitud, como garante de los negocios de los banqueros griegos y sus socios del Bundesbank y la Banca Morgan.

¡Fuera Maastricht! ¡Una sola clase, un mismo enemigo, una sola lucha desde Portugal hasta las estepas rusas!
¡Comando continental de lucha de todos los sindicatos y organizaciones obreras!
¡Hay que preparar un solo combate, una sola Huelga General de todo el continente!
¡Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero a los capitalistas y los banqueros!... ¡Hay que expropiar a los expropiadores del pueblo!
¡Hay que retomar el grito de los mineros en armas del Donbass de “Que vuelva la URSS”!

La clase obrera francesa y europea sólo podrá avanzar en derrotar el ataque de los capitalistas, si ata su suerte a la lucha de la clase obrera y los pueblos oprimidos que sus propias burguesías imperialistas saquean.
La clase obrera norteamericana viene pagando las ofensivas contrarrevolucionarias del imperialismo yanqui en el mundo con una de las crisis más graves de su historia. Los obreros de EEUU vienen pagando con hambre, desocupación y destrucción de empleo como no se veía desde los años ’30, la invasión yanqui a Irak y Afganistán y su control entre bambalinas de las masacres en Siria, Libia, Yemen y de las masas ucranianas rebeladas en el Donbass… Hoy millones de trabajadores norteamericanos se sublevan en luchas por 15 dólares la hora. Esa lucha contra los parásitos de Wall Street es el mismo combate contra los carniceros de la V República francesa y de Maastricht. Es la misma lucha y demanda de toda la clase obrera europea y mundial. La lucha por 35 horas de trabajo semanales para terminar con la desocupación y el trabajo esclavo, es una demanda de todos los oprimidos del mundo. El combate de la clase obrera francesa es un combate de toda la clase obrera internacional.

Los pactos de Hollande con el sionismo para saquear Medio Oriente y con Putin, a quien le vende alta tecnología para su aparato militar, empuja a la Francia imperialista a la guerra y al saqueo de los pueblos oprimidos. La arrastra a invasiones militares como en Mali y a una feroz guerra comercial por los mercados, que la empuja más y más a tener que sacarle una nueva masa de plusvalía y a explotar con mil veces mayor intensidad a la clase obrera de su país.
La clase obrera francesa, para liberarse a sí misma, necesita derrotar a la V República imperialista. Es que la suerte que ésta le depara a los obreros franceses es la misma que le garantiza a sus esclavos de la semicolonias y colonias. “¡El enemigo está en casa!”, debe ser el grito de los trabajadores de las potencias imperialistas. Así conquistarán enormes fuerzas en el mundo semicolonial que apoyarán su combate contra su gobierno.

 

La clase obrera francesa no tiene a su frente la dirección que se merece

El ataque de los capitalistas está aquí. El reformismo sin reformas ha quedado atrapado entre el látigo del capital, que viene por todo, y la enorme predisposición a la lucha de las masas

La clase obrera francesa tiene enormes fuerzas. Lo que no tiene es una dirección que esté a la altura de la lucha decisiva que está planteada.
Bastaría con un llamado firme de los trabajadores exigiendo que Francia se retire de Mali, del Chad y de todos los pueblos de África que esclaviza y saquea la V República con sus bases militares y sangrientas masacres; bastaría con llamar a derrotar al estado sionista de Israel y al pacto contrarrevolucionario que Hollande mantiene con él, que aplasta a las masas palestinas; bastaría con la firme resolución de la clase obrera francesa de terminar con el asesino Al-Assad y con la OTAN, el gendarme de los intereses del imperialismo en el mundo; bastaría con un llamado a desconocer las deudas externas con las que el Club de París y el FMI saquean a todos los pueblos oprimidos… como para que millones de explotados en todo el mundo se pusieran de pie junto a los obreros de Francia que hoy están combatiendo en las entrañas mismas del imperialismo.

La aristocracia obrera y las burocracias sindicales han sometido al proletariado francés al Maastricht imperialista y a la V República. No han organizado aún las enormes fuerzas de la clase obrera de Francia ni les interesa hacerlo. La juventud que es duramente atacada con esta ley y que será esclavizada en su primer empleo, ya ha ganado las calles y con la unidad obrero-estudiantil, ha comenzado a recrear las condiciones del Mayo francés del ’68. Pero aún no han entrado a la lucha, porque no han sido organizados, la mayoría de los obreros no sindicalizados, comenzando en primer lugar por los inmigrantes y los sin papeles, que son dejados librados a su suerte por la burocracia de los sindicatos y que hoy son un factor fundamental y clave del combate que ha empezado porque la política del imperialismo francés es que toda la clase obrera sea inmigrante en Francia.
Para ello hay que terminar de poner de pie y de organizar a los inmigrantes, a los tercerizados y a los sin papeles. Ellos son el corazón de la clase obrera francesa y las fuerzas fundamentales con las que cuentan los trabajadores para superar y derrotar en las calles a las burocracias sindicales y las aristocracias obreras que les atan las manos para dar una lucha decisiva contra sus verdugos.
¡Paso a los sin papeles! ¡Paso a los obreros inmigrantes! ¡Paso a los refugiados! ¡Paso a la juventud de las cités!

Durante años, la juventud explotada de las cités, de los barrios aledaños a París, fue llevada a una brutal desocupación como subproducto de los despidos y la reestructuración de las transnacionales francesas. Los jóvenes obreros de las cités peleaban como los jóvenes griegos al grito de “¡Todas las noches haremos de París una nueva Bagdad!”
En esta última movilización, miles y miles de jóvenes de liceos y facultades marchaban con una bandera que decía: “Todos somos vándalos, todos rompemos todo”. Efectivamente, ¡hay que romper y destruir a la V República francesa!

Se trata de preparar una lucha decisiva. La clase obrera, la juventud y sus elementos más avanzados y perspicaces deberán poner en pie un estado mayor que realmente quiera encabezar un combate para derrotar al gobierno, al régimen y al estado de los capitalistas y que impulse a cada paso los organismos de autodeterminación y autoorganización de las masas para que sean ellas las que decidan en la lucha su curso de acción. Los explotados aún en su espontaneidad son un millón de veces superiores al conservadurismo y la postración de las viejas direcciones oportunistas de la clase obrera.

Hay que unir las filas obreras y ello se hará bajo un programa revolucionario que esté a la altura del ataque y la voracidad de ganancias de los capitalistas y su gobierno.

¡Fuera la burocracia y la aristocracia obrera de los sindicatos y las organizaciones de lucha de las masas!

El reformismo ha quedado arrinconado entre el látigo del capital que no da sosiego y porque los reformistas ya no pueden hacer pasar las limosnas como “reformas”. Es que ha quedado claro que para derrotar la ley hay que derrotar a Hollande y avanzar en una enorme lucha política revolucionaria de masas en las calles. Que el que habla de “democracia real” no es más que un vil charlatán que quiere impedir que las masas revolucionarias aplasten a la V República imperialista francesa.

No hay alternativa para los explotados con el reformismo. O viene el látigo del capital o viene un nuevo Mayo francés. El reformismo prepara las condiciones para la primera opción. Los socialistas revolucionarios, los trotskistas de la IV Internacional, llamamos a combatir para preparar y organizar un Mayo francés victorioso.

 

Hay que unir a la clase obrera y a la juventud revolucionaria francesa tras los pasos del Mayo francés

¡Abajo Hollande y la V República! ¡Abajo la ley Khomri!
¡Huelga General Revolucionaria!

Hay que organizar una gran lucha. Hay que unir y organizar a la amplia mayoría de los obreros y el pueblo de Francia que están siendo atacados por el 1% de parásitos de banqueros y transnacionales, que son los verdaderos dueños de la V República francesa y hoy buscan estrangular a los trabajadores.

¡Para derrotar la ley Khomri, hay que derrotar a Hollande! ¡Hay que romper con todos los partidos de la burguesía y su Parlamento fantoche!
La patronal francesa dijo que no iba a negociar nada… Ahora es la clase obrera la que debe plantear y decir: ¡no negociamos nada! ¡Desconocemos la ley! ¡Fuera Hollande! ¡Ahora queremos la caída del régimen y del gobierno para derrotar la ley Khomri!

Las transnacionales y bandidos imperialistas sólo dan algo cuando ven que están a punto de perderlo todo. Y “todo” es su propiedad de los medios de producción, con la que explotan a los trabajadores y saquean al mundo.

¡Basta de parloteo sobre “democratizar” y “mejorar” al régimen de los carniceros imperialistas franceses y al Maastricht del 1% de parásitos que saquean el planeta!

¡Los de arriba se merecen un Mayo francés revolucionario!
¡Los de abajo se merecen conquistar una nueva Comuna de París!

¡Por Comités de fábrica, de inmigrantes, de sin papeles, de colegios, de facultades! ¡Una sola clase, una misma lucha!
¡Pongamos en pie un Parlamento Obrero con democracia directa, con delegados revocables con mandato de los sindicatos, de los comités de fábrica, de los inmigrantes y sin papeles, de los precarizados y desocupados, de los liceos y las facultades, para centralizar todas las fuerzas del 99% de la sociedad contra el 1% de parásitos y conquistar así la verdadera democracia de los explotados!

La Plaza de la República tiene que transformarse en la Plaza Tahrir, en la Siria revolucionaria de 2011, en el Túnez y en la Libia sublevados. El grito no puede ser otro que: “¡El pueblo quiere la caída del régimen!”.

¡Fuera Hollande y la V República imperialista! ¡Huelga General revolucionaria! ¡Abajo el parlamento de las transnacionales imperialistas!

El gobierno de Hollande y la patronal prepararon estas condiciones para atacar a la clase obrera y la juventud francesa: hicieron auto-atentados y le quisieron hacer creer a los trabajadores que el verdadero enemigo era el ISIS… ¡Mentira! Al ISIS lo organizó Obama, el perro Bashar… y Hollande, quien ahora también suma a sus crímenes cometidos el ataque a las conquistas de la clase obrera francesa.
Con la excusa del ISIS, el gobierno de Hollande militarizó Francia, asesinó a civiles inocentes, montó la provocación de Charly Hebdo y ahora provoca y ataca a la clase obrera francesa, mientras sostiene la masacre de Al-Assad en Siria y de su aliado Putin, el más grande sicario de Europa a cuenta de las transnacionales.
La clase obrera francesa debe entender que en el ataque de los capitalistas vendrán por ella. ¡Es hora de poner en pie ya los comités de auto-defensa para enfrentar la represión y los choques cada vez más duros con la policía asesina!

El plan de Hollande contra el proletariado de Francia es el mismo que el de Merkel y el de Syriza. Es el plan del Maastricht imperialista contra los trabajadores de toda Europa, los refugiados y la clase obrera de sus colonias y semicolonias! ¡Tenemos los mismos enemigos, luchemos juntos por una Huelga General europea!

¡35 horas de trabajo semanal y el salario del obrero alemán para todos los trabajadores del continente! ¡Trabajo y papeles para todos los refugiados!

¡Una sola clase en toda Europa, una sola lucha!

No podemos permitir que los refugiados sirios y de todo Medio Oriente estén en campos de concentración, tras los alambres de púa. Allí terminaremos los trabajadores franceses y europeos sino derrotamos el ataque de Hollande y de todo el Maastricht imperialista.
¡De pie junto a los inmigrantes que son el corazón de la clase obrera europea! ¡De pie junto a los refugiados para romper los alambres de púas y abrir las fronteras!

¡Fuera la OTAN! ¡Abajo el Club de París! ¡Fuera el FMI! ¡Fuera la Troika! ¡Fueras las bases militares imperialistas de África, Asia, Medio Oriente y América Latina!

¡Por la derrota militar de las tropas francesas en Yemen, en Siria y en Mali
para que triunfe la clase obrera en París!

¡Libertad a Alfón, a los presos griegos, a los presos vascos y a Georges Abdallah, detenidos en las mazmorras de los asesinos y carniceros de la V República! ¡Absolución a los trabajadores de Goodyear! ¡Desprocesamiento de todos los jóvenes que tienen causas por luchar por su futuro!

La oligarquía financiera mundial del Bundesbank, la City de Londres, de Tokio y Wall Street vinieron por nuestras conquistas, nuestro trabajo y nuestro salario… Ellos se robaron nuestras jubilaciones y vaciaron los tesoros de los estados para cubrir sus pérdidas. En el crac de la putrefacta economía capitalista mundial, sólo ganan los que lo provocaron.
¡Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero a las transnacionales y a los banqueros!
¡Hay que terminar con el 1% de parásitos!

¡Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir!

¡Abajo el Maastricht imperialista! ¡Que comience la revolución en toda Europa!
Para poder comer, tener pan y trabajo digno: ¡Ha llegado la hora de la revolución de los consejos obreros y de soldados en Francia y en toda Europa!

 

Corresponsales en París

 

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