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1 de abril de 2013

Pese al olvido, la traición y el silencio que se cierne sobre la revolución mancillada y calumniada de Siria, los trotskistas no olvidamos a los combatientes antimperialistas
de las revoluciones obreras por el pan de Siria y Medio Oriente:
Uno menos… diez mil, un millón más de explotados  saldarán cuentas con los explotadores, asesinos y sus secuaces que martirizan a las masas de Siria

Abu Attia, luchador internacionalista de Libia caído en la lucha junto a sus hermanos de Siria

¡Paso y honor a los militantes internacionalistas
de la clase obrera mundial!

 

Nos enteramos de la muerte de Abu Attia y el homenaje que escribieron los trotskistas en Siria a un luchador antiimperialista caído allí.
Los militantes de la IV Internacional honramos a los mártires del proletariado sirio y a los luchadores antiimperialistas que allí combaten. Llegamos a las grandes batallas de clase contra los explotadores del Norte de África y Medio Oriente y desde allí luchamos por romper el cerco, la calumnia, el silencio y la traición contra la heroica y martirizada revolución de los explotados de Siria.
Mientras esto sucede, la izquierda… de Obama, ha concentrado sus fuerzas en Túnez, como Al Assad la concentra en Siria, ambos a cuenta del imperialismo, para cortar la cadena de revoluciones que de Túnez amenazaba con terminar insurreccionando a las masas palestinas en Medio Oriente, como así también amenazaba con entrar al interior de las potencias europeas. Los combates de la clase obrera de Grecia, de España, de Francia eran su avanzada al interior de la bestia imperialista.
En estos días, más de 20.000 personas y 5.000 organizaciones reformistas y burguesas del mundo se juntaron en Túnez. Allí en el FSM, no existió la más mínima mención a la Siria ensangrentada. Unos sostuvieron el sable genocida de Al Assad y otros al Ejército Sirio Libre que disciplina a las masas y las desarma, allí donde Al Assad fue derrotado.
Para qué discutir, decían. Siria no puede estar en el temario, afirmaban. Así terminaron de imponer el cerco para que Al Assad siga masacrando en uno de los genocidios más grandes del siglo XXI provocado contra la clase obrera.
Más de 300.000 niños, jóvenes y mujeres han caído en esta guerra de clases. En Siria el imperialismo juntó a todos sus agentes para sostener el sable de Al Assad para que todos hagan su trabajo sucio de exterminio y tierra arrasada contra los explotados que sólo luchaban por el pan. 
Las potencias imperialistas pusieron al frente de la ofensiva contrarrevolucionaria a Al Assad. Su ejército asesino chocó una y mil veces con las masas que lo quebraron horizontalmente con decenas de miles de soldados, hijos del pueblo, negándose a reprimir y asesinar a sus familiares, hijos y amigos.
Así, para fortalecer esta ofensiva contrarrevolucionaria luego el imperialismo, envió a la Guardia Republicana contrarrevolucionaria iraní entrenada matando obreros en la revolución de 1979 en ese país y hoy sosteniendo al régimen del protectorado yanqui, cuando EE.UU. se retiraba de Irak por temor a sufrir allí un nuevo Vietnam. Eso es lo que hace la burguesía iraní en Bassora, al sur de Irak, integrando asimismo el gobierno del protectorado yanqui.
La izquierda mundial habla de la lucha antiimperialista de los ayatollahs, cuando éstos jamás enfrentaron en ninguna lucha decisiva al imperialismo y sólo han sido valientes para masacrar a su propio pueblo.
Así, el ejército de Al Assad, blindado con la Guardia Republicana de los ayatollahs asesinos, con los pilotos de Putín, el carnicero de las estepas rusas y el armamento del gobierno del PC Chino, gerente de las transnacionales, hicieron de las Siria sublevada e insurrecta tierra arrasada.
La revolución y las insurrecciones urbanas en Siria amenazaban con llegar a Damasco, como ayer lo habían hecho las milicias de Libia entrando a Trípoli, y no por el empuje de la OTAN sino a pesar y en contra del pacto que la OTAN y Khadafy preparaban con el CNT para estrangular la revolución Libia.
En Siria había que parar la cadena de revoluciones que empezara en Túnez, había que masacrar en Aleppo, Damasco, Deraa y Homs, puesto que el imperialismo sabía y sabe muy bien que la marea revolucionaria que llegaba a Egipto, tendía a barrer el Muro de Rafah y que un avance en la revolución en Damasco pondría en pie el más grande bastión de la región: las masas palestinas que aún hoy amenazan con insurreccionarse para barrer con el Estado sionista de Israel y hacer saltar por los aires el plan de “Dos Estados” de Obama, el sionismo y las direcciones traidoras que someten a la nación palestina a los campos de concentración de Gaza y Cisjordania.
Uno menos... pero diez millones más se levantarán también, como ya lo hicieran antes para sobrepasar, desbordar y enfrentar a esa cueva de bandidos del FSM, compuesta por deshechos del stalinismo, renegados del trotskismo, ONG's, burocracias y aristocracias obreras de todo el mundo, que mientras le rendían homenaje a Chávez, agruparon sus fuerzas para clavar el último clavo del cajón para intentar enterrar las revoluciones por el pan de Túnez, Egipto, Siria, Libia y la palestina martirizada. Allí, en ese FSM no estaban las fuerzas antiimperialistas desplegadas en el planeta por el proletariado mundial en los últimos años. Allí estaban los que apoyan o guardaron silencio contra la invasión militar francesa en Mali. Es que quieren silenciar que las bases militares de los carniceros imperialistas franceses e ingleses en el África subshariana están allí armadas hasta los dientes para intervenir rápidamente si se vuelven a escapar las masas del control de las trampas seudoparlamentarias, o bien, si derrotan a los sables de los generales de las burguesías nativas asesinas y cómplices del imperialismo.
Para los partidos socialimperialistas la V República de los carniceros imperialistas franceses no se toca, es que para estos sinvergüenzas la Francia de Hollande trae la democracia y la libertad y no la masacre y la devastación, como realmente lo hace.
Meses atrás, contra el insulto a sus creencias, luego de robarles el pan y la dignidad a las masas musulmanas, éstas se levantaron y sublevaron quemando las embajadas yanquis e inclusive enviando a mejor vida al embajador yanqui en Libia. 
Ese FSM reunido en Túnez no es la expresión ni la continuidad de esa lucha antiimperialista de las masas, ni mucho menos de las revoluciones que éstas iniciaron conmoviendo al mundo, por el pan, en el año 2011. Son su negación, son los que la vienen a traicionar, a cercar.
Ninguna medida antiimperialista seria propuso esta izquierda de Obama revestida de democrática y de “socialismo de siglo XXI” que calla el genocidio y la masacre en Siria y silencia la lucha antiimperialista de los explotados.
El imperialismo ha reagrupado a todos sus agentes contra la revolución mundial. Fueron todos a Túnez. Concentró sus fuerzas contrarrevolucionarias en Siria. Impuso con el FSM el engaño del “Socialismo del Siglo XXI” y con los traidores del stalinismo y de Syriza en Grecia estrangulaban los primeros pasos de la revolución europea. En el continente americano, con los hermanos Castro, los “socialismos del siglo XXI” sólo entregan Cuba a las manos rapaces de las transnacionales. ¡Cuánto cinismo! En el FSM de Túnez se silenciaba la masacre y el genocidio de Siria y la entrega de Cuba al capitalismo mundial. Es que allí estaban los que disparaban por la espalda a las masas griegas, españolas y norteamericanas para separar y dividir sus luchas.
Hay que “repartir las riquezas” clamaban, pidiéndole limosnas a los superbanqueros de Wall Street, aclarándoles que si no reparten algo perderán todo. Intentan hacerle creer al proletariado mundial que los parásitos explotadores y las transnacionales pueden repartir las superganancias sin que los trabajadores tomen el poder y expropien su propiedad, la propiedad de los medios de producción que parasitan.
Un cinismo y una traición histórica de los que se juntaron para defender la democracia en Túnez, cuando callan y sostienen el más grande genocidio contra las masas de Medio Oriente en Siria. ¡Vaya demócratas! Por ello, surgirán no tan sólo diez sino centenares de miles de jóvenes y obreros revolucionarios que saldarán cuentas con ellos en la historia, ubicándolos como lo que son: direcciones traidoras pagas por el imperialismo al que lo salvaron en su bancarrota a costilla de las masacres y los genocidios contra los explotados.
Estos ayer le hicieron creer a las masas que Khadafy y Al Assad eran y son sus aliados, cuando ambos habían devenido en los más grandes agentes de las transnacionales petroleras, de las telecomunicaciones y de las transnacionales imperialistas. Como proclamaban los trabajadores de Egipto en la Plaza Tahrir: Al Assad le defiende las fronteras al sionismo en el Golán, mientras Khadafy era el dictador que cobraba comisiones por cada obrero de color que llegaba a Europa a trabajar como esclavos de las transnacionales, quienes eran llamados por las direcciones de los partidos socialimperialistas, como… “sin papeles”.
Cada uno de los diez que entran a la lucha en todo el mundo por los que caen en el campo de batalla de la lucha de clases internacional, como lo plantean los revolucionarios de Siria, debe conocer esta verdad. 
La infamia de hacer pasar a las heroicas masas revolucionarias de Libia como agentes del imperialismo ante la clase obrera mundial es lo que permitió hoy que los explotados de Siria queden aislados y acusados de ser dirigidos por el imperialismo cuando se levantaban en armas por el pan y contra el hambre, contra el asesino Al Assad. Todos somos Abu Attia.
En el siglo XXI se han unido las fuerzas de los “cruzados”, esta vez agentes de las transnacionales y de las potencias imperialistas, con sus socios de las burguesías nativas, para aplastar y llenar de sangre a las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente. Ellos hoy hablan de democracia en el Magreb, pero no dudarán en volver a apoyar a los asesinos como Al Assad que vendrán cuando las masas osen levantarse nuevamente, como ayer, por el pan y retomen la revolución que les ha sido expropiada.
Ellos temen que desde la Marikana sublevada por mineros combatiendo contra dirigentes traidores y gerentes multimillonarios, a la Libia aún insurrecta, sean expulsadas sus transnacionales que saquean el uranio, el coltán, el oro, el petróleo y todas las riquezas de los pueblos oprimidos de África y Medio Oriente. Fueron allí a Túnez para que no se escuche nunca más el grito de guerra de los obreros de Marikana de que “si no nos dan el salario matamos a los gerentes” o de los mineros de Asturias que proclamaban junto a sus mujeres reprimidas por las fuerzas asesinas de los Borbones que “si nuestros hijos padecen hambre los vuestros verterán sangre”. En la Siria insurrecta se levanta esa bandera de Asturias, de que si no nos devuelven nuestro trabajo habrá “guerra, guerra, guerra” por eso hay que silenciar Siria, puesto que hay que silenciar la lucha de los explotados para salvarle las riquezas a los parásitos del capital financiero internacional.
Los partidos socialimperialistas fueron a Túnez para que la llama de la revolución siria no termine de encender la leña seca en Palestina y reavive la chispa de Atenas que vuelva a incendiar Europa.
Luego de entregar Cuba al imperialismo, dejando 500.000 obreros sin trabajo y de abrazarse con el Papa… luego de entregar a la resistencia colombiana como lo hicieron los hermanos Castro a Obama… luego de estar pagándole en tiempo y forma 105.000 millones de dólares al imperialismo como lo hiciera el chavismo… luego de entregar el gas y los hidrocarburos a las transnacionales en Bolivia, las burguesías “bolivarianas” de América Latina junto a los traidores del FSM rendían homenaje a su “prócer” Chávez, quien ayer aplaudió a Obama, como en última instancia entre bambalinas, éste aplaude hoy a Al Assad, Putín y a los mercenarios de los ayatollahs que masacran en Siria.
Ese Bush tiznado que es Obama fue a Israel a decirles “ustedes, hermanos sionistas, son nuestros aliados de siempre para toda la vida, pero ahora hay que guardar silencio, hay que esperar que los ayatollahs hagan el trabajo sucio en Siria y después nos encargaremos de ellos”. Mientras tanto, en Túnez se aplaude a Obama y su plan de masacre de la revolución Siria. El FSM de Túnez ha dicho, con una voz que estremece… “silencio”… “del genocidio en Siria no se dice nada”… así lo ordena Obama.
Mohamed Bouazizi, que se inmolara en Túnez, es hermano de sangre de Abu Attia, no de los lacayos del capital que estaban reunidos en Túnez. Bouazizi es de la carne y de la sangre de los que dejaron su vida en la Plaza Tahrir. De la misma sangre y carne que los 4.500 presos palestinos que están en huelga de hambre en las cárceles del sionismo y que se niegan a salir en libertad y volver a Gaza porque afirman “mi nación es Palestina y mi capital es Jerusalén y allí me quedo”. Así pelean los presos palestinos contra los sinvergüenzas del FSM que, enviados por Obama, marcharon a la embajada palestina para decirles que los palestinos presos cuando salgan vayan a Gaza a los campos de concentración.
Por eso hay que ocultar y denigrar a la revolución siria, porque allí estaban y están las manos firmes para sublevar a las masas palestinas de Jordania a Gaza y del Líbano a Cisjordania, para que su bandera flamee en Jerusalén, sobre las ruinas del Estado sionista-fascista de Israel, que todos los lacayos de Obama hoy sostienen.
En ese FSM no estaba Abu Attia, él era un combatiente antimperialista luchando junto a sus hermanos de Siria. Él fue a donde estaba la revolución y no a la reunión en Túnez hoy donde están los traidores de la causa por el pan y contra el imperialismo, por la cual el murió.
Abu Attia combatió en Siria. Él estaba, y su bandera seguirá, con los obreros de Marikana haciendo justicia con los empresarios saqueadores de la Anglo American. Diez y miles como él no han tirado aún los garrotes de sus piquetes de huelga. Él estaba luchando y combatiendo como sus hermanos de Afganistán contra las tropas imperialistas invasoras. Miles de esos luchadores antiimperialistas han sido masacrados ayer por las tropas yanquis en Mazar I Shariff y han pasado por las cárceles de Guantánamo. Esa es la democracia que defienden estos sinvergüenzas del FSM… la democracia de Obama que tortura y encarcela en Guantánamo y en más de 500 cárceles secretas de la CIA en todo el mundo, igual o peor que lo hacían los generales nazis de Hitler. A Obama es que llamaron a votar los Morales, los Castro y los Chávez, cuando millones de obreros comenzaban a romper con ese jefe de los bandoleros imperialistas yanqui.
Abu Attia estaba y combatía con sus hermanos obreros de la Suzuki quemando vivos a los capitalistas y que hoy están en huelga de hambre en las cárceles de la India, al igual que sus hermanos palestinos. Él sigue luchando y diez y millones más siguen luchando como él en esa gran maquila de explotación de las transnacionales que es China. Allí los obreros harán justicia con el gobierno de los asesinos mandarines chinos que armó hasta los dientes a Al Assad para que mate a combatientes como Abu Attia.
Los socialistas revolucionarios combatimos y reafirmamos nuestra lucha con las masas palestinas, con sus presos que no reconocen al estado sionista invasor, que afirman que su nación, Palestina, tiene una capital que es Jerusalén, que allí debe estar su bandera, sobre las ruinas y la destrucción del Estado sionista-fascista de Israel. Allí quería llegar, con el triunfo de su revolución, Abu Attia y tantos combatientes antiimperialistas que mueren en las calles de Siria.
Los aliados de los presos palestinos no estaban en las pomposas reuniones de Túnez, sino muriendo en Aleppo, Deraa, Homs…
Marcar a la clase obrera mundial quiénes son sus aliados y quienes sus enemigos es de vida o muerte para los combates que están en curso y los que vendrán. Es que éste es el rol de los agentes pagos al interior del movimiento obrero: hacerle pasar a las masas a sus enemigos como Al Assad, Khadafy, los gobiernos expropiadores de la revolución como los de Túnez y Egipto y al jefe de los bandoleros y asesinos del planeta Obama como sus aliados; y a los masacrados de las masas sirias como sus enemigos. Frente a esta denuncia de los socialistas revolucionarios deberán cerrar su boca, ellos han dicho desde La Habana y de Caracas que su candidato en EE.UU. era Obama. Esa es la verdad. Obama fue el presidente honorario entre bambalinas de esa cueva de bandidos del FSM. Los socialistas revolucionarios hablamos claro, aplaudimos la quema de las embajadas de esos bandoleros imperialistas yanquis, como se hizo en Yemen, en Egipto, en Libia y también en Túnez.
La tarea de los trotskistas que luchamos por refundar la IV Internacional es cambiar el curso de esta historia, de tanta traición e ignominia contra el proletariado. De ello se trata nuestro combate: de marcar a fuego (para que las masas no se confundan) quiénes son sus enemigos porque esa es la primera condición para empezar a pelear, ese es el primer paso para romper el cerco a las revoluciones e impedir la división del proletariado mundial.
Ese es el primer paso, y los explotadores de esto entienden muy bien, porque sin estas direcciones que le arrebataron a las masas sus triunfos revolucionarios, el sistema capitalista en bancarrota estaría pasando ya al basurero de la historia, puesto que hace ya rato que el imperialismo merece morir.
Los trotskistas que luchamos por refundar la IV Internacional, cobijaremos en nuestras filas a Abu Attia y nuestras banderas serán llevadas por diez, mil, millones más que entran al combate como Abu Attia.

Uno menos... ¡Diez más!
Uno menos en nuestras filas, pero... Uno más que luchó hasta al final... Uno más que entregó todo lo que tenía... Uno más que se sacrificó por sus hermanos... Uno más que dio su vida por un ideal... Uno más que no se rindió... Uno más que no se calló ante la injusticia... Uno más que se rebeló contra este sistema hambreador... Uno más que empuñó con valentía el fusil... Uno más que nos dio el ejemplo a seguir... Y uno más que hizo que diez más se levanten y combatan contra esta basura de sistema... Abu Atti... ¡hasta la última gota!
¡Por la refundación de la IV Internacional!

Movimiento de Obreros Revolucionarios Internacionalistas
en el Magreb y Medio Oriente
Comité Ejecutivo Internacional de la FLTI

 

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