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Reproducimos a continuación el relato de Cristian Aljanati, padre del joven Diego Aljanati asesinado por la policía bonaerense en la puerta de una matiné de Ituzaingo.

“Lo que yo busco es que haya justicia y no haya ningún Dieguito más…
Por mi hijo ya no puedo hacer nada, pero por los demás sí.
En nombre de él, en la memoria de Diego”

El 28 de marzo voy a buscar a mi hijo a la salida de la matiné. Cuando llego a la esquina que es donde me tenía que encontrar con él a las 23:30 hs (…)
Veo que un patrullero pasa por esa esquina rápidamente, levantando polvo. Vuelvo hasta la esquina del boliche y veo que mi hijo no está, lo vuelvo a buscar. Camino 100 mts. Hasta la calle Los Cardales, miro hacia ahí, veo un patrullero parado y en la parte de atrás un cuerpo tirado. Me acerco para verlo, miro y en ese momento no lo reconocí porque tenía un agujero en el cráneo y la masa encefálica para afuera. Entonces sigo mirando y lo reconozco por las zapatillas.
Los únicos que estaban eran los dos policías. La que manejaba el patrullero y el acompañante, mirando el cuerpo de mi hijo. Justo sale una señora de la casa y le pregunto qué pasó, y la persona que lo atropelló me dice que lo había encontrado así a Diego. (…) Todos dijeron, hasta el jefe del operativo, todos, que lo habían encontrado así al nene.
Los amigos de mi hijo que venían corriendo con él dicen que todos venían corriendo, mi hijo venía último, miraron para atrás, lo vieron y le dijeron “negro, saltá que te van a llevar puesto”. Siguieron corriendo los chicos, se dieron vuelta y vieron que el nene reposó sus manos en las rodillas porque habían corrido como 8 cuadras, siguieron corriendo y cuando se dieron vuelta ya ven la humareda. Lo embistieron, lo venían corriendo.
(…) Uno se siente con las manos atadas y sin poder hacer nada y es lo que más bronca te da. Sabés que las cosas te las están tratando de encubrir y no podes hacer nada.
Más o menos es como me siento. No avanza nada, la causa todavía no fue elevada a tribunales, todavía la tiene fiscalía. Pasaron veintipico de días. Esa es la injusticia que yo siento.
Encima los dueños del boliche, esta semana, se comunicaron con mis abogados para ofrecerme plata. 200 mil pesos para que no me presente en la marcha, y al decirle que no, me mandaron una carta documento para que cesen las medidas de protesta, que no ensucie el buen nombre del boliche.
(…) El patrullero le agarro la cabeza porque quería “ganarle la esquina” para que ellos no vuelvan para el lado del boliche. A mi hijo lo embistieron de atrás como un perro. No hay otra explicación (…)
Yo voy a salir y voy a ir hasta las últimas consecuencias. Pero la sociedad repudia lo que pasó, no soy yo solo. En la primera marcha había 900 personas que fueron de corazón, no como los políticos que llevan pagándoles. Había 900 personas y no había ninguna cámara. Hasta las cámaras callan ellos. (…) Como es un policía el que pisó, y no sólo un policía, sino que forma parte de un operativo que tiene la policía y que demuestra claramente como la policía en vez de trabajar para la sociedad, para defender a mi hijo, trabajaba para el boliche. Esto muestra todo eso.
Es algo que le ocurrió a mi hijo y me tocó verlo, pero si yo no lo veía a mi hijo, todavía estaba buscando quien lo había pisado. Ellos lo encubrieron. Lo iban a encubrir. Lo que yo busco es que haya justicia y no haya ningún Dieguito más. Y por eso voy a pelear, porque no le pase a un sobrino, a un amigo, como no tener que vivir este dolor. Por mi hijo ya no puedo hacer nada, pero por los demás sí. En nombre de él, en la memoria de Diego.

 

 


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