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Argentina
- 20 de septiembre de 2018

ASTILLERO RIO SANTIAGO:
vaciamiento y lockout patronal

El plan de Macri-Vidal para dinamitar Astillero: desguazar y privatizar la empresa, despedir trabajadores y terminar de extranjerizar toda la industria naval y marítima argentina

Con paros, piquetes, enfrentando la represión, tomando la planta y chocando con el poder…

Los obreros de Astillero marcan el camino
de cómo enfrentar el ataque de los capitalistas y su gobierno

Un conflicto testigo para todo el movimiento obrero argentino

¡Astillero es de los obreros! ¡Astillero es del pueblo! ¡Astillero no se toca!

Los obreros de Astillero Río Santiago están luchando en defensa de sus puestos de trabajo enfrentando el lockout patronal que ha paralizado la producción, como corolario de la política de vaciamiento que aplicaran ayer Scioli y Solá y hoy continúan y profundizan Macri y Vidal. El gobierno, bajo las órdenes del FMI, viene a aplicar los planes privatistas que no pudieron imponer en los ‘90. Un plan de privatización que fue derrotado en aquel entonces por una enorme lucha como la que hoy están retomando sus trabajadores en las calles.

Tras la fachada de su “reactivación”, en los últimos años, el gobierno de los Kirchner, de Solá y Scioli, pese a que el Astillero aumentó su producción y a las enormes ganancias que los trabajadores produjeron, no invirtió ni un peso en alta tecnología ni en renovación de maquinaria. Esos fondos están en los bolsillos de los políticos ladrones que se enriquecieron a costa del trabajo y el sudor de los obreros de Astillero.
La Vidal, sus ministros y secuaces en el directorio, continuaron con esa obra de saqueo y desmantelamiento de la empresa. Esta vez el plan, pese a que el Astillero está a la finalización de dos buques para Venezuela, es terminar de quebrarlo y vaciarlo con el objetivo claro de desguazarlo, despidiendo a centenares y centenares de trabajadores, y de utilizar sus instalaciones para suculentos negocios inmobiliarios y para construcciones navieras menores. Y esto más allá de las verborragias que utilizan cacatúas del gobierno que anuncian reconversiones del Astillero para la producción para la obra pública. Esto es un insulto y una provocación a los obreros, en momentos en que el gobierno ha sellado pactos de sometimiento con el FMI donde todos los recursos son para pagar la deuda externa, sin dejar un peso para la obra pública o la inversión estatal. De eso se trata el plan de “déficit cero”: cero pesos para Astillero, para la educación, para los hospitales que se derrumban, etc.

 

¡Lo que hay en realidad hoy en Astillero es un verdadero plan de vaciamiento y un lockout patronal empresarial!

Estamos ante un nuevo ataque no solo al Astillero Río Santiago sino contra el conjunto de la industria naval. Los despidos en Tandanor, la industria pesquera y sus barcos en ruinas son un verdadero negocio para los astilleros del estado de Israel, socios de la pandilla de Macri. Están a punto de renovarse todos los contratos de los terminales del puerto de Buenos Aires, no sin antes despedir a todos los trabajadores para retomarlos luego bajo condiciones de brutal flexibilización. Allí, seguramente Macri y los bandoleros imperialistas ya tienen a sus transnacionales amigas en gatera para que comiencen a operar, por supuesto que a expensas de limitar la capacidad portuaria y abrir zonas para cruceros de lujo. La voraz “patria contratista” de los Macri sueña con los terrenos linderos del Río de La Plata para nuevos negocios millonarios como el de Puerto Madero o para los de su familia como es la producción de energía eólica.
Sabe que para eso debe dinamitar el Astillero, es decir, desguazarlo, despedir obreros, destruir sus organizaciones sindicales, reducir brutalmente el salario, cuestión que ya está haciendo en una  verdadera guerra de vaciamiento y lockout. La voz de ataque la lanzó con el sicario sinvergüenza de Lanata y el comandante “dinamitero” resultó ser el interventor Capdevila. Desde ese momento se paralizó toda la producción y se organizó un robo a gran escala del salario de los trabajadores.

Lo que está claro entonces es que lo que buscan es el desmantelamiento de la industria naval y marítima argentina y lo hacen mintiendo descaradamente, diciendo que comprar buques en el extranjero sería más barato que producirlos en Argentina.
Estos “Chicago Boys”, continuadores de Martínez de Hoz, quieren hacerle creer a la clase obrera que abriendo las barreras aduaneras, los precios para comprar buques en el exterior se abaratarían. Eso es una burda mentira y una patraña. Una crisis y cierres parciales o totales del Astillero Río Santiago, Domecq o Tandanor, plantearía que una Argentina carente de astilleros, se vería obligada a comprar barcos en el extranjero por el doble o triple de su valor.
Hoy el gobierno y los capitalistas, como aves de rapiña, se disputan los despojos del Astillero cuando este, inclusive por la misma devaluación de casi un 60%, está en mejores condiciones para comenzar a producir, gastando en pesos para hacerlo y cobrando su producción en dólares.
Pero Macri, los grandes empresarios y sus socios los banqueros están empecinados en dinamitar Astillero. Es que en destrozarlo está el futuro de sus superganancias y sus negocios.
A esta gente no le interesa ni siquiera terminar el barco para Venezuela. No tendrían ningún problema en retrasar lo necesario su culminación con tal de derrotar y despedir a los trabajadores para terminar de vaciar la empresa. Es más, están dispuestos a pagarle la multa que sea necesaria a Venezuela para lograr su cometido. Esos serán gastos por inversión de las nuevas empresas que se quieren instalar allí. Su objetivo hoy es derrotar a los trabajadores y desguazar al Astillero. Por encima de eso, no hay nada.

Estamos entonces ante una infamia de una pandilla burguesa que busca terminar de extranjerizar toda la industria naval argentina. Con una mano de obra altamente calificada, con una escuela de formación técnica de alta calidad, Astillero, que es propiedad del estado, no solo es un orgullo para los trabajadores y el pueblo de Berisso y Ensenada, sino que es una conquista de toda la nación, a la que se la quieren despojar para el negocio de unos pocos.

Que Astillero da déficit no es creíble para nadie que no sea un vulgar impostor o persiga un negocio para su bolsillo. Allí están 200 millones de dólares para cobrar de un buque que está en terminación y otro tanto por el que resta un 13% para su culminación.
Los buques pesqueros están semiderruidos. Un plan de construcción solamente de buques de pesca en gran escala para la producción ictícola, reactivaría rápidamente el Astillero. Ni hablar de la posibilidad de poner en pie y recuperar una industria naval de la marina mercante, que le ahorraría al país más de 5.000 millones de dólares que es el gasto en fletes por las exportaciones e importaciones.

Insistimos y lo repetiremos mil veces: ellos no vienen a estrechar la mano de los trabajadores ni a firmar actas de reconciliación. Ellos vienen a dinamitar el Astillero. ¿Qué más necesita la dirección de ATE-Ensenada para entender que esto es lo que está haciendo el gobierno? Dinamitar el Astillero es un compromiso que ya el gobierno ha firmado en Nueva York con el FMI y con sus socios capitalistas para hacer jugosos negocios. Está en la nómina de los gastos que se reducen del estado. Y el gobierno de los banqueros y los CEOs de Macri solo cumple su palabra con los saqueadores de la nación, de los cuales son socios, y no con los trabajadores.

 

Los de arriba vienen por todo
Ni hay papel ni tinta que los pare; solo se los frena con la lucha en las calles y la unidad de los trabajadores

Es decisivo para los obreros de Astillero conocer el plan de sus enemigos: el gobierno y los banqueros imperialistas.
Es importante para los trabajadores definir con claridad este plan de destrucción del Astillero, puesto que esto no lo frenará ningún papel, ningún acta, ni ningún acuerdo circunstancial que firme este gobierno de piratas y banqueros. Ellos vienen por todo. Ya no quedan dudas. No dan ningún armisticio; solo dan balas, despidos, hambre y represión.
El Astillero solo se podrá salvar del ataque que está en curso, si sus trabajadores profundizan su combate, si rompen su aislamiento y coordinan decisivamente sus luchas a nivel nacional, golpeando como un solo puño. Se vuelve imprescindible subir un nuevo escalón en la batalla que se está librando. Día a día ellos aumentan su ofensiva y los trabajadores día a día deben profundizar su lucha. Y ello hoy pasa por coordinar acciones de masas en las calles, uniendo todas las fuerzas para golpear al mismo enemigo. Un nuevo escalón para subir con la lucha pone a la orden del día la unidad de los trabajadores del estado para paralizar la maquinaria destructiva del gobierno que viene a liquidar todas las conquistas de la nación para entregárselas al imperialismo y para ello lanza un brutal ataque contra los trabajadores de despidos masivos en el estado y vaciamiento no solo del Astillero, sino también de la salud y la educación.
El gobierno firma papeles, llamados “actas”, que no cumple. Ellos no dejan correr suministros, no mandan dinero al comedor, han recortado el salario de los obreros y pronto cortarán la luz en el Astillero y llegarán los telegramas de despido y las órdenes judiciales de intervención del sindicato.

Los trabajadores tienen por delante subir nuevos escalones y peldaños en su lucha. Es necesario tener un plan y una estrategia para vencer, dando nuevos pasos hacia adelante, comenzando por que su lucha se unifique también ya sin demora en una pelea común con todos los sindicatos y organizaciones obreras de la industria naval y marítima del país.
Es que los trabajadores portuarios solos no podrán enfrentar el cierre de sus empresas para el año 2019. Los obreros del Astillero Río Santiago, de Domecq o Tandanor no podrán presentar una solución al desguace y vaciamiento que les espera y tampoco los trabajadores marítimos y de la pesca podrán resolver la crisis que significa tener una flota pesquera obsoleta y destruida, si no hay una lucha mancomunada y común de todos los trabajadores para intervenir decisivamente en la imposición de un plan obrero de salida a la crisis del conjunto de la industria naval y marítima.
Ello significa imponer el control obrero de toda la rama de producción. Hay que conquistar la apertura de los libros de contabilidad del estado, de las empresas que este concesiona para la actividad naviera y de las empresas privadas que realizan superganancias con la misma. Así, con los números en la mano, los trabajadores podrán demostrar las enormes superganancias que salen de los puertos y de la industria naviera expropiada a la nación. Podrán demostrar también los miles de millones de dólares que se ahorraría el país en gasto de fletes de importaciones y exportaciones si volviera a construir la empresa marítima argentina y cesaran todos los contratos con astilleros del Estado de Israel, de EEUU, de Dinamarca, que solo son un verdadero negocio para los capitalistas y el gobierno. La renacionalización sin pago de todos los puertos de Argentina, junto a la nacionalización del comercio exterior, significaría un ingreso millonario que hoy se llevan las transnacionales que operan en los puertos.
¿Astillero en crisis? Una vil mentira. ¡Que abran los libros de contabilidad! ¡Fuera el secreto comercial! ¡Control Obrero! ¡Nacionalización sin pago de todos los puertos!

Los dirigentes de los sindicatos, desde Schmid del triunvirato de la CGT, que agrupa a los 7 sindicatos portuarios, hasta la dirección del SOMU y los dirigentes de ATE-Ensenada, han sido incapaces hasta ahora de organizar y coordinar mínimamente una lucha común de los trabajadores de la industria naval y marítima que están siendo atacados en todos los sectores por la patronal y el gobierno con despidos, reducción salarial y privatizaciones.
Semanas y semanas se luchó en los puertos de Buenos Aires, en Tandanor y en Astillero.

Se ha planteado una alternativa de hierro entre la guerra que le declaró el gobierno a los trabajadores y la lucha decisiva de la clase obrera. Es que o se reagrupan las fuerzas de la poderosa clase obrera marítima y naval para dar esta batalla, sobrepasando los límites que imponen los dirigentes de los sindicatos que dividen nuestras luchas, o el gobierno y los capitalistas impondrán como en los ‘90 nuevas y duras derrotas a la clase obrera, si esta continúa peleando dividida.

Un ejemplo de esto es que en las calles de La Plata, los obreros de Astillero defendían su salario y su fuente de trabajo chocando con la policía asesina enviada por la hiena Vidal. Mientras tanto, en la “carpa de la dignidad” de los obreros portuarios de Buenos Aires, que estuvo instalada por más de 40 días exigiendo la reincorporación de 150 compañeros despedidos, los trabajadores chocaron con la prefectura, provocándole a esta una dura derrota. Esta lucha abrió el camino a la reincorporación de todos los despedidos, imponiéndoles inclusive a los dirigentes de los 7 sindicatos, jornadas de paro general en todo el puerto. Por su parte, los obreros de Tandanor no entregaron a uno solo de sus 23 compañeros despedidos en todos sus días de lucha.
Los trabajadores portuarios y de los astilleros, en un ángulo de 180° con sus dirigentes, buscaron abrirse un camino para enfrentar decisivamente el ataque del gobierno y los capitalistas. Pero, por responsabilidad de sus dirigentes, no pudieron aún unir y coordinar sus luchas y golpear como un solo puño en las calles, levantando un solo grito en defensa de la industria naval para frenar el ataque privatizador y los despidos del gobierno.
Tanto desde la burocracia de la CTA, como de Schmid, miembro del Triunvirato de la CGT, o el mismo Moyano, surgieron palabras de solidaridad en encuentros, en las carpas… Solidaridad de palabra. Organizar y coordinar la lucha y levantar un pliego común de demandas, jamás. Y cuando esto se dio es porque los trabajadores conquistaron con sus combates una enorme solidaridad y simpatía en las grandes masas y demás sectores en lucha. Eso es lo que rodeó y le dio fuerza a la lucha de los trabajadores de Astillero. Ellos nunca estuvieron solos cada vez que salieron al combate. Sintieron el aliento, el calor, la solidaridad del pueblo de Ensenada, de los estudiantes, de los docentes que exigían justicia por Sandra y Rubén e impedían que funcionen las escuelas Cromañón, etc.
Así se fue poniendo de pie una gran lucha reconocida y seguida con atención por la mayoría de los trabajadores de Argentina que ven que esa lucha no puede ser derrotada porque en su destino también se juega el destino de amplios sectores de la clase obrera.

 

El plan menemista de los ‘90 se impuso privatizando y desguazando las empresas del estado, derrotándolas todas por separado
El plan de Macri de hoy es el de Menem de ayer… ¿Una izquierda “olvidadiza”?

Digamos la verdad: las nuevas generaciones que entran al combate deben saberlo. En los ‘90 el plan de saqueo de la nación y las privatizaciones se impusieron porque los traidores de la burocracia sindical, inclusive volviéndose ellos mismos burocracia-empresaria, dividieron a los trabajadores de Entel, Aerolíneas Argentinas, YPF, Obras Sanitarias, Somisa, etc., para que el gobierno derrote sector por sector e imponga las más brutales privatizaciones que costaron más de 300.000 puestos de trabajo.

Esta es una película de terror que ya la padeció la clase obrera. Parece mentira que habiendo dirigentes que estuvieron en esas luchas, inclusive como es el caso de los compañeros de la Lista Marrón de Astillero, se hayan olvidado de estas lecciones, que ellos mismos vivieron y protagonizaron. Llama la atención que pegados a la Lista Blanca hoy hayan aplaudido y firmado actas que, tal cual moneda falsa, no tienen ningún valor. Preocupa que no encabecen la lucha por coordinar ante el ataque privatizador del gobierno en todas las empresas estatales, como así también que dejen de lado como demanda y reclamo inmediato la lucha por renacionalizar sin pago toda la industria naval privatizada en los ’90.

Pero lo que es más grave aún de estos “olvidos”, es que la Lista Blanca, con la “vista gorda” de la Marrón del PTS, abrió la tranquera y está metiendo a la iglesia, la más grande aliada de los capitalistas, a los kirchneristas y a los políticos del PJ que votan los presupuestos de Macri y el FMI. Introducen intendentes y políticos de los partidos burgueses en Multisectoriales donde estos intentan aparecer como aliados de los trabajadores. Pero estos políticos patronales solo prometen que resolverán sus problemas si se los vota en 2019. Lo que están diciendo, en última instancia, es que Macri necesita tiempo para dinamitar el Astillero y ellos están dispuestos a dárselo durante un año más.
¿Estas son las lecciones de los combates de los ’90 que saca la Lista Marrón del PTS? Si justamente el combate del PTS en los ’90 fue en contra de las Multisectoriales y por la unidad de los trabajadores de todas las empresas atacadas por el gobierno de Menem para coordinar una lucha común contra las privatizaciones. “¡Coordinadora Nacional de las luchas para pararle la mano a Menem y el imperialismo!”. Esa era la consigna y el programa alrededor del cual el PTS de los ’90 organizaba a los trabajadores para enfrentar las privatizaciones.
El mismo José Montes el 28 de julio de 1994 hacía un llamamiento desde el PTS al resto de los partidos que se reclaman trotskistas como el MAS, el MST y el PO, a “conformar un Comité de Enlace que permita aparecer al trotskismo como un claro polo para la vanguardia, activistas y luchadores con una política claramente alternativa a la burocracia del CTA y el MTA y sus aliados patronales y políticos opositores.” (“Nuestra contra el revisionismo en el movimiento trotskista”, publicación del PTS del año 1994). ¿Y hoy Montes, colgado a los faldones como apéndice de la Lista Blanca, de Secco y los políticos patronales, se atreve hablar del combate de su partido en los ’90? Algo cambió. Lo más probable es que Montes haya cambiado de opinión con su partido.

La lucha de los trabajadores de los astilleros, los docentes, los estudiantes, los portuarios, los obreros de Fabricaciones Militares, etc. unidos suman fuerzas. Donde entra un patrón, un político de los de arriba, esa suma se vuelve cero, porque los trabajadores deben retroceder en todas sus demandas, sino el supuesto aliado, el político de los patrones o el chupa sirio, se retira, amenazando con dejar debilitada la lucha. En un frente político con ellos, los obreros no pueden hablar de luchar por el 42% de aumento de salario. Y por supuesto que la lucha por el control obrero rápidamente ahuyentaría a Secco y los políticos patronales de la legislatura burguesa de la Vidal, pero sí levantaría el entusiasmo y la solidaridad de todos los trabajadores que son despedidos y suspendidos en centenares de fábricas y establecimientos.
Los políticos patronales y la iglesia serán los que vendrán a intentar imponernos la rendición a los trabajadores con el revólver de Vidal y Macri en la cabeza.
Esta es la experiencia de las Multisectoriales con la iglesia que vimos en los ’90 y en grandes luchas como en Las Heras de 2006, donde por miles quedaron trabajadores despedidos e inclusive encarcelados. ¿O alguien puede ignorar u olvidar que en 2006 las empresas petroleras firmaron un acta donde le daban todos sus reclamos a los trabajadores de reducción del impuesto a las ganancias y de aumento de salario, y al otro día, cuando la gendarmería tomó Las Heras, el acta pasó a mejor vida y los trabajadores quedaron despedidos y en prisión?
Esto es lo que está haciendo Capdevila, el dinamitador profesional de Macri: está ganando tiempo hasta que salga la orden de captura de la fiscalía y la justicia burguesa de La Plata para intervenir el sindicato y encarcelar a sus dirigentes para dividir a los trabajadores e imponer los despidos.
¿Cómo va a ser un triunfo, como dijo el PTS cuando firmaba junto a la dirección del sindicato el acta de la mentira, que los dinamitadores ganen tiempo para aplastar a las organizaciones obreras?
Es necesario sacar lecciones de los ’90, pero no chamuyando sobre sus epopeyas, que no existieron, sino recordando las lecciones que dejaron una gran tradición en el movimiento obrero de conquistar una estrategia obrera independiente para la victoria. Pero sobre todo se trata de aprender de las derrotas de los ’90 para que hoy no nos pase lo mismo. Las nuevas generaciones no pueden creer en héroes. Héroes son los que están peleando si son capaces de sacar lecciones de ayer para llevar el conflicto a la victoria hoy.

Las nuevas generaciones también deben aprender de la experiencia de los ’70, de las coordinadoras que unificaron a las distintas fábricas de los distintos gremios cuando Isabel Perón y Rodrigo impusieron una brutal devaluación, como hoy hace Macri, de cerca de un 140%. Fueron las coordinadoras, como la de Astillero, Propulsora, Petroquímica, etc. en La Plata que, al igual que las del resto del Gran Buenos Aires, ganaron las calles y marchando contra la burocracia hacia la CGT, abrieron el camino a la Huelga General que derrotó a Rodrigo y su plan.
Hablando de movilizaciones a la CGT, ya está siendo hora de que los 3.000 obreros de Astillero y todas las fábricas en lucha prepararemos una para imponer que se marcha con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Es que está claro que para conseguir la vitoria del movimiento obrero, hay que volver a sacarle el atril y el micrófono a los burócratas que traicionan nuestras luchas como hiciéramos el 7 de marzo de 2017.
Hay que pelear como en los ’70, poniendo en pie la coordinadora y uniendo a la clase obrera. Hay que aprender de los ’90 para no pelear separados, para no creer en actas fantasmas, para unirse y coordinar con los que luchan y para no dejar que los patrones den una salida a la crisis como sucedió con los Kirchner que hicieron grandes negocios para su bolsillo, no repartieron sus superganancias y ellos, al igual que la Vidal, vaciaron el Astillero. Esa es la lección de los ’90: echar a Capdevila e imponer la administración obrera del Astillero. Sí, como hicieron los obreros Zanón.

 

El gobierno de la hiena Vidal y Macri vienen por el Astillero
Los trabajadores les presentaron batalla y conquistaron una enorme solidaridad con su lucha

No hubo golpe del gobierno que no haya sido respondido por los trabajadores. Hoy la lucha de Astillero es vista con enorme simpatía y solidaridad por la amplia mayoría del movimiento obrero del país.
Astillero no puede ser derrotado. Ya es una lucha testigo. Si el gobierno impone su plan de desguace, será una dura derrota para el conjunto de la clase obrera. Al igual que en Río Turbio, Fabricaciones Militares, el Hospital Posadas, los docentes o las duras luchas contra los despidos, en Astillero se juega el destino de la clase obrera en el período inmediato.

Los trabajadores entienden que el gobierno vino por todo y están dispuestos a defenderse hasta el final. “Astillero hasta la muerte” es el grito de guerra con el cual se lucha en las calles, se enfrenta a la policía represora, se toma la planta y se choca con las instituciones del poder de los explotadores.
Cada una de las escaladas del gobierno en su ataque, fue respondida por los trabajadores. Cuando escribimos este artículo se protagonizaron dos grandes batallas.

El 13 de septiembre, cuando el interventor Capdevila reapareció en la planta, los obreros lo obligaron a sentarse a negociar durante todo un día. Esta fue una enorme acción de los trabajadores. Lamentablemente, los dirigentes de la Lista Blanca y la Lista Marrón firmaron un acta, como dijimos más arriba, donde la intervención hacía la promesa de otorgar insumos y rediscutir los descuentos salariales a las 48 horas. Una enorme lucha que se desactivó con la firma de un papel sin valor, mientras dirigentes de izquierda proclamaban que se estaba ante un triunfo.
El gobierno no viene a negociar, viene a ponerle el pie en el pecho a los trabajadores para que se rindan. El acta fue al basurero. Los sinvergüenzas de Capdevila y sus secuaces no tienen palabra, solo tienen dinamita y negocios para sus bolsillos.

Ante la negativa del gobierno a cumplir el acta que ellos mismos firmaron y percibiendo este fraude con una gran perspicacia, los trabajadores el 18 de septiembre resolvieron dar un paso adelante y votaron en asamblea movilizar a la ciudad de La Plata y ocuparon pacíficamente el Ministerio de Economía. Permanecieron allí hasta la 1 de la madrugada, cuando se firmó una nueva acta entre el gobierno y con la mediación de la iglesia, que prometía insumos, devolución de aportes y salarios adeudados. Pero en pocas horas ya el gobierno volvía a desconocerla. Esta vez, el papel encubría la mentira y un nuevo engaño con agua bendita.

Para Capdevila, que encabeza una comisión empresaria de desguace y privatización del Astillero, el mes de septiembre es el mes en el cual se le corta los suministros a la empresa y los trabajadores. No hace falta conocer documentos ultra-secretos del Ministerio de Economía para saber lo que ya entienden los obreros, que este es el plan de guerra de la intervención, que incluye el agua bendita del Vaticano para adormecer el ánimo de lucha de los trabajadores.

Ya está claro: el gobierno y la patronal vienen por todo. Ellos ya vaciaron al Astillero y dejaron a trabajadores con un sueldo reducido, haciéndoles descuentos por paro, vacaciones, del premio a la eficiencia y ni hablar de discutir aumento salarial y paritarias… Con los descuentos salariales están dejando a los trabajadores de Astillero como obreros que perciben un plan Trabajar o un miserable subsidio del estado. Mientras le cortaron los suministros al comedor e iniciaron acciones judiciales y penales contra el sindicato. Esta fue el acta que realmente firmó la empresa.

 

El acta que deben firmar los obreros de Astillero es el recibo de sueldo con el reintegro de lo que le robaron

Ya está claro que los obreros tienen que firmar pero no el acta de la rendición y la mentira… Deben firmar el recibo de sueldo cuando le devuelvan el premio a la eficiencia, los días caídos, los descuentos por las vacaciones y en el sobre también pongan el 42% de aumento de salario de acuerdo al costo de vida. Ese es el “acta” que deben firmar los obreros de Astillero. Como dicen los trabajadores de la Lista Negra: “que Almacenes firme el ingreso del oxígeno y los insumos y que todos los trabajadores firmen el despido de Capdevila y de todos los interventores de la Vidal que vienen a destruir y a desguazar el Astillero y no hacerlo producir”. Es hora que los 3.000 obreros firmen el telegrama de despido de los liquidadores del Astillero.

Lo que tienen que firmar los trabajadores de Astillero es un llamamiento a un Congreso de delegados de base de todo ATE para votar un plan de lucha que dinamite al gobierno de Macri y la Vidal y sus planes de hambre, entrega y saqueo de la nación. Un plan de lucha que unifique la demanda por un salario digno y de frenar los cierres y despidos. Un plan de lucha que haga justicia por el asesinato de Sandra y Rubén. Un plan de lucha que deje a Macri sin que le pueden entregar café en la Casa Rosada, que pare los ministerios y el estado para que este gobierno de CEOs prepotentes y los políticos patrones entiendan quién trabaja en el estado y quién son los vagos y los ladrones que roban de él.

 

Un gran triunfo de la lucha de Astillero: su combate es visto por simpatía y como propio por centenares y centenares de miles de trabajadores del país
Allí están las condiciones para la victoria

Los trabajadores hoy se preguntan qué hacer, cómo continuar esta pelea. Ellos saben que están protagonizando una enorme lucha. Ellos lo saben, pero los curas, los políticos patronales y los dirigentes sindicales miopes o colgados a los faldones de los patrones, tirándoles tierra a los ojos, no quieren que los obreros saquen las conclusiones hasta el final.

Nuevamente hablemos claro. Está a la orden del día conquistar una Coordinadora Nacional de lucha organizada por los miles de trabajadores de Astillero, del Posadas, de Fabricaciones Militares, de Río Turbio, de los obreros de Canale y de Tandanor despedidos, de los 1.600 suspendidos de la General Motors, de los miles de obreros desocupados que claman por un plato de comida y trabajo digno, de los periodistas de Télam, de los trabajadores del INTI y Luz y Fuerza de Córdoba, de las organizaciones obreras combativas que se reivindican del clasismo y de la lucha de la clase obrera.
La constitución de una Coordinadora así tendría un millón de veces más peso, legitimidad y autoridad ante la clase obrera argentina que ansía enfrentar a este gobierno hambreador y saqueador, que toda la burocracia de las centrales sindicales, de los triunviratos, de los frentes que solo “luchan” los 21F y demás charlatanes que están entregando el salario y las conquistas de la clase obrera.
Este es el triunfo de Astillero y la más grande conquista lograda hasta ahora. Es que apoyados en esa enorme autoridad ganada en el combate, sus trabajadores tienen la posibilidad de abrir el camino a la victoria, de romper el cerco y conquistar la unidad y un reclamo común de los que están peleando.
El llamado a un frente de lucha a los trabajadores navales realizado por los obreros de Astillero se puede hacer realidad. Una asamblea de Astillero sesionando en la puerta de la CGT para imponerle a Schmid que desde los 7 sindicatos portuarios se impulse un plan de lucha con una demanda común de toda la industria naval y marítima argentina, conmovería a todo el movimiento obrero.
Un llamado a coordinar de los trabajadores en ATE en lucha en un congreso de delegados de base con mandato, que inclusive podría sesionar en un estadio de fútbol y con barra, pondría a la clase obrera de pie.
Es que se trata de poner en movimiento a centenares de miles y por qué no a millones de trabajadores para una pelea organizada y decisiva que permita que si los de arriba vienen con dinamita, nosotros vayamos con obuses y con tanques.

Si esto no es una realidad hoy no es porque no haya condiciones, sino porque las burocracias sindicales quieren “morigerar”, “atenuar” el ataque. Quieren que la dinamita no estalle y que si lo hace, que no haga tanto daño. Pero el gobierno ya declaró la guerra y ya dinamitó Astillero, lo vació y le impuso el lockout. Se trata ahora de echarlo del Astillero y de imponerle las condiciones de los trabajadores.
La base de Astillero con sus asambleas, reagrupando las fuerzas del activismo, tiene en sus manos abrir un nuevo camino que prepare las condiciones para una lucha decisiva para que seamos los trabajadores los que le pongamos el pie en el pecho al gobierno y mantengamos la unidad de los obreros de la fábrica. Los trabajadores de Astillero saben que hay viejos dirigentes sindicales expulsados de la asamblea que hoy intentan volver conspirando contra los obreros como quintacolumna de Capdevila, los buchones y los jueces que comandan a la yuta asesina y los servicios de inteligencia.

Para abrir el camino al triunfo, los obreros del Astillero deben dar un enorme y gran paso: tomar conciencia de la fuerza que han conquistado en durísimos combates. Ellos no faltaron a ninguna cita y la verdad no creemos exagerar un milímetro sobre el enorme peso que esta lucha adquirió ante la vanguardia de la clase obrera y la enorme responsabilidad que ello significa. Está claro que el gobierno ahora también concentrará todas sus fuerzas del conjunto del estado para derrotarla.

Las fuerzas para impedirlo están en centenares de miles de trabajadores y por qué no millones que miran con simpatía la lucha del Astillero. Sus trabajadores lo saben. Ellos fueron la avanzada de los combates del 18 y 19 de diciembre contra el gobierno saqueador del bolsillo de los jubilados. En Buenos Aires, en la Plaza Congreso contra la reforma previsional y movilizándose por cartas de crédito (instrumentos de pago del Astillero que les sirve para comprar materias primas con el aval del Banco Provincia) y por la apertura de paritarias, una columna de obreros de ARS ganó las calles y fue parte de esos combates contra la policía represora y asesina comandada por Macri y Cía. En esas jornadas quedó claro que para ganar esta batalla había que derrotar al gobierno que viene por todo.
La del 18 y 19D fue una batalla que dieron los obreros de Astillero junto a decenas de miles de trabajadores y centenares de organizaciones obreras que se rebelaron y chocaron contra el gobierno entreguista de Macri frente al Parlamento, defendiendo las jubilaciones y contra la reforma laboral.

En Ensenada y La Plata, desde el 7 de mayo que la Vidal nombró al “tira bombas” Capdevila para dinamitar el Astillero, no hubo día en que los trabajadores no protagonizaran asambleas, cortes, luchas en las calles.

El mismo 21 de agosto cuando Capdevila les descontó el salario a los trabajadores, ellos resistieron este ataque en una batalla campal que duró horas en toda la ciudad, defendiéndose de la represión de la policía.

La permanencia en la planta del 13 de septiembre y la toma pacífica del Ministerio de Economía fueron dos nuevos escalones de una lucha que han puesto a los trabajadores de Astillero como parte de lo más avanzado de la clase obrera argentina en su combate. Y esta lucha no puede ser derrotada, pero tampoco puede seguir aislada. Enfrenta y enfrentará toda la fuerza concentrada del gobierno, la justicia de los patrones, de la represión y del estado. Abrirse un camino a masificar su combate, a coordinarlo y centralizarlo con millones de trabajadores, es la tarea del momento. Dejar de mendigar actas y falsas promesas a los dinamiteros del gobierno, se impone como una cuestión urgente.

Estamos a días del siempre retrasado paro de la CGT y la CTA para el 24 y el 25 de septiembre. Sabemos y estamos convencidos de que nuevamente los trabajadores de Astillero trazarán un ángulo de 180° con los convocantes de este paro. Ellos ya se preparan y ya saben cómo se pelea en las calles, cómo se combatió el 18 y 19D y cómo se enfrenta a la policía de la Vidal. De eso los trabajadores ya saben. De lo que se trata ahora es de tomar conciencia de la fuerza que conquistaron porque esta fuerza es patrimonio ya de la clase obrera argentina.
Para ello la base ya ha demostrado que es la verdadera protagonista de esta lucha. El método de la asamblea y la democracia directa de un cuerpo de delegados de base con mandato para dirigir esta lucha, es la condición para que lo más aguerrido de la base y la vanguardia imponga su impronta en este combate. Y esta es la única garantía de impedir todo atropello sobre su sindicato, como el que ya preparan la Vidal y Capdevila con sus jueces millonarios y corruptos que encubrieron todos los negociados, el saqueo y el vaciamiento del Astillero, tanto de Scioli-Kirchner como de Vidal-Macri.

Desde Democracia Obrera aportamos estas reflexiones y estas conclusiones para que sean debatidas como un punto de vista por las distintas organizaciones de lucha de los trabajadores.
Sin ningún tipo de sectarismo, llamamos a los militantes de la vieja Lista Marrón, algunos de ellos verdaderos protagonistas de la lucha de los ‘90, a romper ya todo sometimiento a la Lista Blanca y a volver a luchar contra la burocracia para jugar un rol decisivo como en los años ’90.
Los compañeros del Plenario Clasista impulsado por el Partido Obrero tienen mucho que decir y que proponer desde las distintas organizaciones combativas, sobre la pelea por un reagrupamiento clasista de la lucha de Astillero.
No puede ser que el FIT se una solamente para obtener bancas y en las elecciones y no para unificar a la mayoría de la base y de la vanguardia luchadora de Astillero para plantear un camino a la victoria.
La Lista Negra y su agrupación “Avanzada Obrera” es la que verdaderamente está construyendo su programa y una estrategia para el combate surgidos de las lecciones reales de los socialistas revolucionarios de los ’90 y de las coordinadoras de los ’70. En el periódico Democracia Obrera se publica, en una página especial, su Boletín de Informaciones Obreras.
Desde la base profunda de Astillero ya ha surgido una nueva generación de luchadores y de delegados que ha aprendido en meses rápidamente, a partir de su propia experiencia, quién es quién en este combate y comienza a madurar  al calor de la misma. Estamos ante una nueva generación que retoma las mejores tradiciones del clasismo, con sus delegados apoyándose en las asambleas y los mandatos de la base y peleando porque así funcione el conjunto del cuerpo de delegados y sea la base obrera la que defina a cada paso el futuro de la lucha.
Las fuerzas para un reagrupamiento de obreros combativos y clasistas en el Astillero y en toda la industria naval ya están.
De nuestra parte, estamos dispuestos a colaborar con ese objetivo y con todo lo que la lucha de los trabajadores de Astillero demande. Hay que poner en pie un estado mayor que le sirva al combate de la clase obrera de todo el país, que esté a la altura del ataque de los capitalistas y su gobierno. La hora de un reagrupamiento clasista en el Astillero ha llegado, que ponga a la dirección del combate a la altura de las energías y disposición a la lucha que ha despegado la base en los últimos meses.

¡Paso a las asambleas! ¡Paso al cuerpo de delegados!

¡Ni vaciamiento ni lockout! ¡Fuera Capdevila con su dinamita de Astillero! ¡Directorio obrero!

¡Por un plan nacional de reactivación de la industria naval! ¡Abajo el secreto comercial! ¡Expropiación sin pago y nacionalización bajo control obrero!

¡El salario y el trabajo no se tocan! ¡42% de aumento salarial!

¡Congreso con delegados con mandato de base de ATE! ¡Coordinadora Nacional de Lucha!

Los trabajadores de Astillero hace meses que ya luchan tras el camino del 18 y 19D. Que el 24 y el 25/9 sean nuevas jornadas revolucionarias donde el gobierno represor, asesino y hambreador de Macri reciba lo que se merece. ¡Que se vaya él y que se vayan todos!

Comité Redactor del periódico
“Democracia Obrera”

 

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