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22 de agosto de 2014

Ante el plan de la patronal kirchnerista y su representante Caro, de vender Brukman haciendo pagar la crisis de los patrones a los trabajadores, como ayer hicieran contra Zanón… 

¡Hay que parar el ataque de la patronal, el gobierno y el imperialismo a las conquistas que los trabajadores les arrancamos con luchas heroicas como las del 2001!

¡Para defender el pan de nuestras familias y los puestos de trabajo, contra el chantaje y los planes de esclavitud de los parásitos capitalistas…

¡Coordinadora nacional por la estatización sin pago, bajo control obrero de Brukman, Zanón, Cerámica Neuquén, Paty, Donnelley, Emfer-Tatsa y toda fábrica que cierre suspenda o despida!

El 19-08 se realizó una  asamblea general en Brukman con la mayoría de los compañeros presentes.
Caro, ese abogado kirchnerista que dirige la fábrica desde el 2003, había propuesto como “alternativa”, apoyado en terribles condiciones laborales y salarios de miseria, que la fábrica sea vendida por los trabajadores para que puedan pagar los 9 millones que el Estado puso, obteniendo la propiedad de la empresa.
Estos 9 millones fueron a parar a los bolsillos de Brukman, sus acreedores, el síndico que intervino en la transacción, y una fracción minoritaria de ese dinero, a los  trabajadores de Bruman en concepto de miserables indemnizaciones que no llegan a cubrir ni el 1% de lo que ese patrón esclavista aun debe a los trabajadores.

En la asamblea, un sector de compañeros que no apoya a Caro informaba que había que decidir si estaban de acuerdo o no en vender la fábrica, argumentando cuestiones muy ciertas como la situación desesperante a la mayoría de los compañeros, las condiciones de trabajo. Informaron que ya habían averiguado sobre la tasación, tomaban como ejemplo  Alcoyana, Grisinopolis y algunas de las más de 100 que habían sido puestas a producir por sus trabajadores en el 2001 y que habían sido vendidas.
Compañeros militantes del (PTS) y del  PSTU estuvieron de acuerdo con la venta de la fábrica, solamente planteaban que había que trabajar con otros abogados porque no confiaban en que la transacción de manos de Caro fuera “limpia”.
Con matices distintos todos votaron en favor de la venta, pero unos y otros eludían la necesidad de hacer un balance político de cómo y por qué habíamos llegado a la situación actual.

Algunos compañeros muy golpeados, reflexionaban planteando que después de una gran lucha como la del 2001 no podían creer haber llegado a esta situación. Su pelea no había sido para terminar vendiendo la fábrica. Ellos habían puesto todo de sí, muchos se podrían haber retirado años antes porque su oficio se lo permitía, pero habían apostado todo a la lucha. Se sentían entre la espada y la pared viendo que no le quedaba otra que aceptar la venta de la fábrica.

Ante esta situación debemos hacer un balance, explicar cómo llegamos hasta acá, quienes nos llevaron a estas condiciones y definir las responsabilidades que no son de ninguno de los compañeros de la fábrica, que han dejado parte de su vida en la lucha por la defensa de sus puestos de trabajo. Aquí hay responsables políticos.

Un balance necesario. De la lucha de los trabajadores de Brukman por el control obrero, la estatización sin pago en el camino de la expropiación de toda la rama de la industria textil, al cooperativismo burgués del kirchnerismo y la colaboración de clases de la izquierda reformista llevando a los trabajadores a la perdida de sus conquistas…

Nosotros, como parte de los procesos que estallaron en el 2001, fuimos empujados por las condiciones materiales a la toma de la planta. El 2001 era continuidad de Mosconi, Cutral Co y de acontecimientos internacionales como la revolución palestina.
Los trabajadores ponían a producir las fábricas, hartos de ser echados a la calle por los patrones que luego de arrancar enormes ganancias sobre los huesos y los músculos de millones de explotados las cerraban fugando miles de millones al exterior, dejando miles de familias sin su fuente de ingreso. La  toma de Brukman fue parte de una oleada de tomas de fábricas que superaban las cien en el año 2002.
En este período, corrientes políticas se acercaron a "ayudar". Algunas, como el PTS, se adjudicaban la toma de la fábrica, cuando adentro no había ni uno solo de ellos. Corrientes de la izquierda como las que hoy integran el FIT, junto al PSTU, MST entre otras nos hablaban de "control obrero", de la lucha de los trabajadores, y a nosotros nos sonaba bien, ya que era un momento de lucha y de mucha avidez política.
Sufrimos tres desalojos, en el segundo lo vimos a Caro rodeado de trabajadores de otras recuperadas. En ese momento, la izquierda lo señalaba como un tipo del “duhaldismo”, de “la derecha”. El tercer desalojo, el más duro, dejó decenas de compañeros detenidos, procesados y hospitalizados por la brutalidad de la represión.
Luego estuvimos 9 meses sólos haciendo gestiones por la expropiación de la fábrica en el acampe. Quedamos aislados, en el medio de las elecciones fraudulentas del 2003 en las que ganó Néstor Kirchner con menos del 23% de los votos. En ese momento es cuando el PTS y el PSTU nos presentan a Caro como “el salvador” de la fábrica.
Así ingresamos a la fábrica de la mano de Caro, con la cooperativa conformada mientras se imponía la división de todas las fábricas recuperadas en tres frentes políticos; uno con Caro (Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas), otro con Murúa (Movimiento de Empresas Recuperadas) y otro con la izquierda.
El gran acuerdo que unía esos tres frentes es que ninguno peleaba por la estatización de las fábricas recuperadas sin pago y bajo control obrero.
Ahí entendí que el plan de las “cooperativas” era el plan del estado para liquidar nuestra conquista, para que no quede el ejemplo de los trabajadores que atacábamos la propiedad privada en defensa de los puestos de trabajo y por el control obrero de la producción, dejándonos la alternativa de convertirnos en nuevos patrones cooperativistas, o llevarnos a la rendición ante la imposibilidad de poder sobrevivir en la economía capitalista.

Las condiciones actuales de la clase obrera frente al ataque de la patronal y el gobierno bajo el mando de Wall Street.
La lucha por la defensa de nuestras conquistas y las lecciones que nos quedaron de las luchas anteriores…

La patronal y los jefes del gobierno, los parásitos de Wall Street se han robado todo, de la mano de los K, que nos decían a los trabajadores que iban a repartir la riqueza. Sostenidos por los Castro-Chávez que hoy entregan Cuba a la rapiña imperialista, sostenidos por la izquierda reformista, solo han dejado miseria para los obreros de la América Latina saqueada por Obama, Wall Street y las transnacionales. Ahora vienen por todo. Necesitan que no quede en pie una sola de nuestras conquistas. La venta de Brukman es parte de este ataque es el plan que se viene aplicando contra la vanguardia y al conjunto de la clase obrera argentina.
No es casualidad que este ataque se de en este momento. Nuevamente se ha puesto a la orden del día la pelea por la estatización sin pago ante el chantaje de la patronal nativa y de las transnacionales imperialistas que han cerrado o amenazan con hacerlo en fábricas de diferentes ramas de la industria, dejando en la calle a miles de familias obreras como lo demuestran Paty, Donnelley, Lear, EMFER, Cerámica Neuquén.

Brukman tiene a favor que la empresa es propiedad del estado; nosotros haciendo los uniformes para Aerolíneas, estamos trabajando para ellos. Reconocidos o no, somos empleados estatales.
A pesar de la grave situación que atravesamos, fuimos y podemos seguir siendo un ejemplo de lucha para todos los trabajadores y sobre todo, estamos en condiciones de pelear con otras fábricas que se encuentran en la situación por la que pasamos nosotros en el 2001. Debemos pelear por hacer efectiva la demanda por la que salimos a pelear desde la ocupación de la fábrica, por conquistar el control de toda la rama de la industria. Para mantener y mejorar nuestras condiciones laborales arrancando con la lucha todo lo que la patronal nos arrebató en los últimos años de engaño, sumisión, división de las filas obreras y ataque a los trabajadores.

En el encuentro de Donnelley, Raúl Godoy, dirigente del PTS y Zanón, no se ha cansado de mostrar a Zanón como el ejemplo del “control obrero”. La izquierda reformista no les puede seguir vendiendo versos a los trabajadores en pos de construir colaterales sindicales o juntar votos para los frentes electorales. La triste realidad de Zanón, es que los compañeros están enormemente endeudados, en condiciones peores aun que las de Brukman, con salarios bajísimos, auto-explotándose para pagar la deuda de los patrones y con los trabajadores de las distintas ceramistas divididas entre sí, endeudados por los 23 millones que el gobierno pagó para la "expropiación" de la fábrica, obligando a los trabajadores a pagar las deudas de los patrones, sin pagarles los salarios adeudados, indemnizaciones y jubilaciones.
Hay que decirles la verdad a los trabajadores de Donnelley, Gestamp, Lear.
El “control obrero” que dicen defender Godoy y ponen de ejemplo es “FasinPat”, una fábrica recuperada que al igual que Brukman ha sido convertida en cooperativa llevando a los compañeros a tener que pagarles la crisis a los patrones con la sangre y los músculos de los trabajadores.

La patronal, el gobierno y el imperialismo necesitan que no quede ni el más mínimo vestigio de la lucha del 2001. En estas condiciones, lamentablemente la política de la izquierda reformista de esperar “fallos históricos”, “leyes a favor de los trabajadores” y conciliaciones obligatorias de los ministerios de los patrones, le está costando muy caro a la clase obrera y, contra el ataque de los capitalistas, sólo le permitieron a ellos fortalecerse y centralizar sus fuerzas para arrancarnos una a una todas nuestras conquistas.
¿Qué les plantearían las organizaciones que apoyan la venta de Brukman como el PTS, el PSTU, como ya hizo el PO en Grisinopolis, a los compañeros que hoy toman sus fábricas y las ponen a producir? ¿Les propondrán qué las tomen? ¿Qué hagan cooperativas y qué después las vendan? Que nos expliquen, porque a pesar de que pasaron 14 años, Brukman sigue siendo un ejemplo de lucha para la vanguardia; de concretarse la venta sería un duro golpe político. ¡Qué el PTS se ponga de acuerdo con el PTS, pero que deje de confundir a los luchadores obreros!

Los trabajadores necesitamos centralizar la lucha. Divididos por fábrica o por sector sólo hemos recibido durísimos golpes y pérdidas de nuestras conquistas.
Parar salvar la conquista de las fábricas recuperadas y parar ataque a los trabajadores es necesario poner en pie ya mismo una Coordinadora de los Trabajadores de Paty, de Donnelley, Brukman, Zanón, Cerámica Neuquén y todas las fábricas recuperadas.

Por todos estos fundamentos, yo sostengo y seguiré sosteniendo incansablemente que no debemos entrar en el negocio de la venta de las fábricas recuperadas por los trabajadores, en primer lugar porque esto es un golpe político a toda la clase obrera, en especial a su vanguardia y es una estafa contra los trabajadores.

Mi voto en la asamblea del 19 de agosto, a pesar de haber sido la minoría no es por la venta o no de la fábrica sino por continuar con la lucha por la Estatización sin pago y bajo control obrero y por una Coordinadora de Donnelley, Paty, BKM, Zanón, Cerámica Neuquén.

Miguel Rodas,
obrero de Brukman y dirigente nacional de Democracia obrera

 

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