LA IZQUIERDA DEL RÉGIMEN DE LA CONSTITUCIÓN
DE 1853-1994… A LA DERIVA

 

¿Liberar a los presos tan sólo con petitorios y firmas de personalidades?

Días atrás en un debate con corrientes de izquierda sobre nuestra lucha por la disolución de los tribunales videlistas que castigan a la clase obrera argentina, éstas enviaron como voceros a una pequeña corriente a denunciar a Democracia Obrera de ultraizquierdista.
Dirigentes de Convergencia Socialista, nos preguntaban, de muy mal humor: “¿ustedes qué quieren? ¿Tribunales Obreros? ¿O qué… le van a poner una bomba al tribunal?” gritaban horrorizados. “No señores, tranquilos” les decíamos.
“Entonces respondan” volvían a gritar.
Es sencillo compañeros: los trotskistas no reconocemos los fallos de tribunales videlistas, ni a fiscales y jueces que, de forma centralizada, han decidido procesar a 6500 trabajadores por luchar en Argentina y quieren mandar a obreros a perpetua luego de torturarlos.
No reconocemos, ni vamos a legitimar, los fallos anti-obreros de la “Corpo”, ni a “Justicia legítima”, ni a la justicia de esta “democracia” para ricos.
Estamos por la disolución y la derrota de la dictadura judicial que ustedes consideran democrática y presionable.

Sáquense la máscara. Ustedes buscan liberar a los presos apoyando a la “Corpo” con Esquivel y los amigos radicales, contra los jueces kirchneristas. El problema lo tienen cuando los jueces de la “Corpo” son los que están reprimiendo, embargando sueldos y atacando a otros trabajadores.
¡Horror!
“Pero, con un año de prisión, un petitorio, presión y muchas firmas hemos liberado a compañeros”, dicen. ¡Increíble! Según ellos, a la burguesía la conmueven petitorios, cuando han decidido escarmentar al pueblo. No se han dado cuenta de que 1, 2, o 3 años de prisión junto al procesamiento de miles de trabajadores es un escarmiento para que la clase no luche.
Y si no avanzan a condenas más grandes es por la relación de fuerzas establecidas entre las clases, que hace, inclusive, que muchos izquierdistas y burgueses liberales tengan que apoyar a los trabajadores en desgracia y poner su firma en los petitorios a riesgo, si no lo hicieran, de perder toda credibilidad ante los mismos. Eso es una relación de fuerzas que ha conquistado la clase obrera.
Pero, si seguimos permitiendo obreros procesados, y sometiendo a los trabajadores a los “fallos históricos” de sus verdugos; si permitimos que miles de obreros vayan solos a centenares de tribunales que -coordinados todos por la “Corpo” o “Justicia legítima”- decidirán qué pena les cabe, lo que vendrá será más escarmiento y no más democracia y fallos a favor de los trabajadores. En todo caso,  están proponiendo una medicina que lastima y causa daño a los obreros que dicen defender.

Estamos lejos (de las campañas que hacen correr por abajo y como lo han hecho públicamente ahora) de ser “pone bombas” y “afectos al terrorismo individual”.
Toda la vanguardia y las organizaciones obreras saben y reconocen el carácter de combatientes insurreccionalistas que tienen los militantes de la IV Internacional. ¡Muy lejos estamos del terrorismo individual y no menos lejos de los charlatanes y cretinos parlamentaristas!

Lamentablemente, no habrá un tribunal obrero sesionando el 12-12 aún; aunque vamos a hacer hasta lo imposible para que este se ponga de pie, puesto que luchamos por arrancar de la cárcel a los trabajadores con la lucha, los piquetes y la huelga general. Y, mientras haya un solo detenido en las cárceles, le guste o no a esta izquierda posibilista, les recordaremos cómo liberamos a los miles de presos políticos en el 73: abriendo las puertas de Devoto y con las masas revolucionarias junto a los presos en las calles. Así la burguesía no tuvo más opción que votar una ley de amnistía. Esto es lo que se merecen los represores de los obreros y va siendo hora de que alguien se lo diga. No será precisamente la izquierda del régimen la que lo haga y luche por ello.

De todas maneras les adelantamos a estos “enviados” del FIT, asesorados por sus abogados, que nos declaramos “culpables”: no aceptamos, ni aceptaremos, fallos de tribunales que condenaron de antemano, como ya lo hicieron durante 3 años, a los trabajadores de Las Heras. Y si no lo han hecho hasta ahora, es por la enorme lucha y solidaridad de los trabajadores de Argentina y el mundo, que los ha rodeado, y en primer lugar porque ellos y el pueblo ganaron las calles en Las Heras.
Son nuestros detractores los que tendrían que aclarar si aceptan un fallo condenatorio de los tribunales, a los que reconocen para que absuelvan. Bastaría que aclaren por escrito que desconocerán todo fallo condenatorio de ese tribunal infame y todo quedaría aclarado.
En ese debate realizado días atrás, brotaba de este dirigente de CS, un odio inusitado, contra la posición de los trotskistas. Habría que aclararle que ese odio lo hubiera demostrado en el tribunal que sesionó durante 90 días, en los que se siguió atormentando y torturando al pueblo.
Hablemos claro. El tribunal tenía preparado un juicio express. Y ¿si hubiera fallado en octubre sin que se hubiera realizado esta enorme campaña de masas que comienza a surgir, qué dirían? ¿Con quién se enojarían? Porque si el fallo fue postergado fue porque en primer lugar el pueblo se sublevó valientemente con decenas y decenas de mujeres trabajadoras y obreros, que solos se plantaron ante el tribunal videlista, con una energía y un coraje que no veíamos hace años en el movimiento obrero y aún aislados como estaban.
Si no pudieron condenar a los compañeros es también porque un puñado de abogados, luchadores como los del Garrahan, Paty, la Línea 60, “ultraizquierdistas” como Democracia Obrera y su corriente internacional, núcleos militantes del PO y valientes Madres de Plaza de Mayo aportamos algo de luz que entró a ese tribunal para que esos jueces sepan que nunca iban a tener impunidad si condenaban a los compañeros.
Afirmar que tan sólo con Pérez Esquivel y un par de personalidades sentados en una silla en un tribunal, se libera a los compañeros, es una falta de respeto a los trabajadores de Las Heras. Más allá de la importancia que tiene que éstos estén acompañando la lucha. Porque fue el pueblo el que CAMBIÓ LA HISTORIA.
30 testigos -cuyos testimonios habían sido arrancados por el terror y la tortura, en un pueblo que tuvo durante años estado de sitio, centros clandestinos de detención, presos- se pararon frente a sus mismos jueces torturadores, negaron toda culpabilidad de los compañeros y condenaron a los jueces que los torturaron en la cara. Lo hicieron en un tribunal vacío, con un puñado de Madres de Plaza de Mayo y organizaciones solidarias, y con la amenaza de ir presos por falso testimonio, como efectivamente estuvieron. Ellos comenzaron a cambiar la historia.
No esperábamos encontrar de estos dirigentes socialistas semejante aberración, agresividad e ignorancia de los hechos.

Lamentablemente, estos compañeros no se han percatado que estamos frente a un hecho histórico donde un tribunal quiere sentenciar a cadena perpetua a trabajadores por luchar. ¿Se han dado cuenta que estamos frente a un patíbulo que tiene por adelantado el fallo? Si no, ¿para qué arrancó testimonios con tortura?
Pero mucho peor es que se haya vuelto “normal” tener obreros presos durante un año, que haya fallos condenatorios a luchadores por hacer una marcha, como a un obrero de la Línea 60, que los combativos trabajadores del Garrahan hayan sido amenazados por extorción y secuestro cuando sólo reclamaban salarios y se pudran en la cárcel los compañeros de Corral de Bustos, como lo hicieron los compañeros de Bariloche. En fin allá ellos.

El Fiscal Candia acaba de responderle a estos socialistas pacifistas que el Tribunal no acepta ninguna presión por más firmas que le lleguen y que no va a aceptar que lo condenen públicamente por torturador y ante el pueblo. Y en esto lo han apoyado todos los fiscales de Santa Cruz.
Y cuando le brindan este apoyo, los señores fiscales actuando, como una verdadera corporación y sindicato de represores y torturadores, no presionan con sus firmas y un petitorio, están blandiendo la espada utilizando el poder que tienen como fiscales para procesar a cualquier obrero que los enfrente. Por eso el camino que han elegido ya las organizaciones obreras y de solidaridad con los compañeros de Las Heras es ganar las calles, plan de lucha y como plantearon la Comisión de Familiares y el Congreso que realizaron en Las Heras, preparar las condiciones para el paro general. Que con “un par de personalidades” y “buenos abogados” se libera a los compañeros, ya nadie se lo cree.

Estos nuevos secretarios de prensa del FIT, que tienen que hacer mérito para que todos sus pares los reconozcan atacando a los trotskistas, seguramente hubieran hecho tan solo petitorios para sacar del patíbulo a los mártires de Chicago…
La presión de una firma es útil. Un pronunciamiento, muy importante. Una acción en las calles abre el camino a la victoria. Una coordinadora nacional de lucha plantea al rojo vivo que se debe acabar, de una vez por todas, la dictadura judicial, que tiene impunidad para detener, enjuiciar y castigar a todo obrero que salga a luchar, y esto se hará con un plan de lucha y la huelga general.
Hoy hay centenares y centenares de adhesiones en apoyo a los compañeros de Las Heras, pidiendo por su libertad y denunciando al tribunal de la tortura. Lo que demuestra que SOBRAN CONDICIONES PARA UNA GRAN LUCHA.

Con personalidades y petitorios la lucha ha dado un enorme salto hacia delante. Con marchas en las calles se suben nuevos peldaños. Ha llegado el momento de pasar de las palabras y las firmas a los hechos, a los patrones hay que atacarlos donde más les duele, que es el bolsillo. A los compañeros los vamos a liberar con la huelga general.

 

Cuando las Madres de Plaza de Mayo comenzaban a dar la vuelta en la plaza, ¿las llamaban locas ultraizquierdistas?
La demanda de “aparición con vida de los desaparecidos” ¿era una terrible locura ultraizquierdista?  “Con vida los llevaron, con vida los queremos”… ¿era utópico? Esas demandas y esos gritos sublevaron luego al pueblo y ese núcleo de madres se transformó en un factor decisivo de la vida política argentina, de las últimas décadas.

Han creado una discusión ficticia sobre la absolución de los compañeros o disolución del tribunal, puesto que lo que plantean las víctimas es que ellos no van a reconocer ningún fallo condenatorio del mismo tribunal que los torturó y los golpeó brutalmente ante sus hijos y su familia. Ese es su grito de guerra: ¡Disolución del tribunal de torturadores!
Disolución del tribunal es el grito de dolor de una víctima, como el “que aparezcan nuestros hijos” en la época de la dictadura. Les guste o no les guste a los señores que dan órdenes sobre las consignas con las que deben gritar las víctimas su dolor y su desesperación.

Lamentamos decirles que no reconocer ningún fallo de ese tribunal, como estaremos de acuerdo, que condene a los compañeros, es exigirle que se disuelva, que declare todo el proceso nulo y los deje en libertad.

El problema es que estos izquierdistas en particular, siguen sin definir si desconocerán todo fallo condenatorio de un tribunal que castigue a un obrero. Denuncian correctamente al juzgado “que sigue adelante con el pedido de condena con testimonios arrancados bajo tortura”; denuncian un juicio armado, lleno de nulidades… afirman que la inocencia está ya demostrada, que las pruebas están sacadas con torturas, que hubo un accionar propio de la dictadura militar. Llegan al extremo de plantear correctamente que este juicio es el ataque más grande contra los trabajadores desde el 83. ¡Bien! Exigen la absolución. ¡Bien! ¿y por qué no afirmar que se desconocerá todo fallo condenatorio?

Ahí está la cuestión. Los compañeros en su crítica a los trotskistas, pueden llegar lo más lejos que los dejan, pero jamás le van a proponer a los trabajadores que desconozcan a las instituciones que los oprimen y los condenan. Esa es la línea divisoria que separa reformistas de revolucionarios.
Y siguen insistiendo: “¡Pero de suceder eso vendría otro tribunal!”, les susurran al oído sus abogados asesores. Pero, si el tribunal acepta que tiene que absolver a los compañeros es porque acepta que los testimonios fueron arrancados bajo torturas y no hay nada que pueda condenarlos. Entonces tiene que disolverse y dejar libres a los trabajadores… ¿de qué habla esta gente? ¿O el derecho de nulidad solo rige para los tribunales que salvan a los De la Rúa o los Menem?
No le pedimos a esta izquierda del régimen que luche por tribunales obreros, pero les exigimos que por lo menos presionen a los tribunales, con todas sus firmas y personalidades, para que les den a los obreros los mismos derechos que les dan a los políticos patronales.

Tranquilos señores… no los estamos asustando con los tribunales obreros y populares, que son los que harían verdadera justicia: cárcel a los torturadores, a los represores y a los co-autores -partícipes necesarios- que son los CEOs de todas las empresas imperialistas que saquean la Argentina.
Estamos diciéndoles que por lo menos sean demócratas consecuentes, que luchen por la nulidad de los juicios y las pruebas arrancadas bajo torturas a los trabajadores y desconozcan todo fallo condenatorio de este tribunal que ha perdido toda la legitimidad para condenar a los compañeros… ¿no les gusta el término disolución?
Insistimos, por lo menos desconozcan la legitimidad que tiene este tribunal para condenar. No les pedimos que hagan la revolución, ni que luchen por tribunales obreros y populares, a los que recién piensan llamar en el siglo XXVII.
Les estamos pidiendo que sean demócratas consecuentes. Que no acepten tribunales que son patíbulos, salas de torturas de trabajadores, que no le permiten ni un 0,01% de derecho de defensa a los procesados, cuyos testimonios fueron arrancados bajo tortura.
Les estamos pidiendo que luchen, junto a los familiares, para que declaren nulo todo el procedimiento y, por lo tanto, que caiga el juicio y toda posibilidad de condena a los compañeros.
Les estamos pidiendo que, aunque más no sea, luchen por la teoría del árbol podrido del mismo código penal burgués, con la cual si una prueba conseguida en la acusación no está sujeta a derecho, todo el juicio se cae por nulidad en los procedimientos.
En su alegato, el abogado valiente de uno de los procesados planteó: “aquí en Las Heras lo que hubo fue una revuelta de todo un pueblo. Este tribunal no busca juzgarlos sino escarmentar al pueblo, como ayer lo reprimió la policía cuando luchaba”.
Es hora de que los izquierdistas, que están encabezando el combate actual por la libertad de los compañeros, llamen a no reconocer ningún fallo condenatorio de este tribunal y que no se olviden de escribir esta petición en sus petitorios… aunque eso signifique en los hechos exigir la disolución del tribunal.

 
Miguel, obrero de Brukman.

 
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