Es imperioso levantar las demandas democrático-revolucionarias en la Argentina maquila sometida a Wall Street

¡Abajo la archirreaccionaria y gorila Constitución de 1853 y su reforma de 1994!

¡Abajo la dictadura judicial y la casta de jueces heredada del videlismo y sostenida por los partidos políticos de las transnacionales y la patronal esclavista!

¡Asamblea Nacional libre y soberana!

¡Fuera Wall Street!
¡Hay que expropiar sin pago las tierras de la oligarquía para darle de comer barato al pueblo y terminar con el hambre!

El que crea que el agotamiento del kirchnerato y su transición de 2 años hasta el 2015 se hará con el régimen ampliando la democracia y la libertad, está engañando al pueblo. La burguesía intentará poner en pie, en 2 años, un gobierno fuerte que lo sustituya para seguir sometiendo la nación al imperialismo y atacar al pueblo y se apoyará en todas las instituciones totalitarias que le otorga la archireaccionaria Constitución de 1853.
Terminado de contar el último voto, la carestía de la vida ha dado un enorme paso hacia adelante y los trabajadores y el pueblo no aguantan más.

En paritarias, a espaldas de millones de trabajadores, un puñado de burócratas sindicales corruptos y sometidos al estado de los patrones, el gobierno y la UIA, han decidido el salario y la vida 13 millones de trabajadores y sus familias. Así se decide la suerte y la vida de la clase obrera. Ella no define nada, porque no decide sobre su salario, por lo tanto no puede “votar” la suerte de su familia.

En un país semicolonial donde la absoluta mayoría de las fuerzas productivas están en manos del capital financiero internacional no hay lugar para "sindicatos independientes" que no estén bajo el tutelaje de los capitalistas y su Estado. Sus dirigentes son verdaderos ministros sin cartera, totalmente sometidos al estado burgués y la vida de la clase obrera está reglamentada por leyes como la de Asociaciones Profesionales que impiden que ésta se organice como quiera.

Para los trabajadores existe el peor de los totalitarismos y esto demuestra con total claridad que las formas democráticas que adquieren los regímenes burgueses, mucho más en los países semicoloniales, son una pincelada de pintura que  esconden las más brutales y totalitarias instituciones de control de la clase obrera y las masas explotadas.
Paritarias al 24%, muy por debajo de la inflación (firmadas a espaldas del pueblo) y el salto en la carestía de la vida que es la inflación decidida con la emisión monetaria del Banco Central y con los números remarcados por los capitalistas para realizar sus ganancias y saquear al pueblo, demuestran que ninguna decisión soberana la toman los trabajadores y los explotados. A ellos se los llama a votar cada 2 o 4 años a sus verdugos.
Ninguna de estas cuestiones pasan por los parlamentos “democráticos”, todo se decide entre cuatro paredes, a espaldas del pueblo.

El imperialismo mundial en bancarrota no ha tenido piedad en su contraofensiva para redoblar el saqueo a los pueblos oprimidos y, como vemos hoy, somete inclusive a la clase obrera europea y de EEUU a iguales o peores condiciones de esclavitud laboral que a los trabajadores de los naciones que oprime y explota.
Afanosamente, las transnacionales buscan mano de obra esclava. De China emigraron con sus empresas textiles a Bangladesh a explotar a niños y mujeres por 10 dólares al mes.
En el MERCOSUR, las transnacionales se han vuelto más voraces y exigen más productividad a los obreros, para pagar ellos menos impuestos, para obtener más ganancias.

Las petroleras y las grandes cerealeras se llevan la materia prima y los commodities cuyos precios se definen muy lejos de la Argentina, en la Bolsa de Chicago y Wall Street. Ellos se llevan los dólares contantes y sonantes que se fugan de las reservas de la Nación. El vencimiento de los pagos y el acrecentamiento de los intereses de la fraudulenta deuda externa con el imperialismo no hacen más que aumentar semestre a semestre y año a año. Y todo esto se resuelve lejos, muy lejos de la Argentina.

Por eso el que crea que el Kirchnerato (que es representante en Argentina de una de estas pandillas imperialistas) realizará una transición pacífica, democrática y que la misma se hará en base a los debates que se hagan en el Parlamento de esta “democracia” para ricos, está muy equivocado o vive en algún otro país de alguna otra galaxia.

Las pandillas capitalistas han entrado en una abierta disputa por el botín y por la sucesión y la administración de negocios multimillonarios. Y esta pelea se resuelve a espaldas del pueblo. A las elecciones las utilizan tan sólo para dirimir los tantos en las disputas de sus negocios.
Pero para todo esto deben mantener a raya y reprimir a los trabajadores y al pueblo, mucho más ahora que la burocracia sindical se ha incinerado ante las masas, y el movimiento obrero no los soporta más. Por eso han elegido al “partido judicial” como árbitro de sus disputas y como jefes de los servicios de inteligencia y la policía asesina para reprimir al pueblo, bajo las órdenes de jueces y fiscales.
La Constitución gorila de 1853 y su reforma de 1994, hecha a medida de la oligarquía antes del dominio imperialista y después, tiene a la Suprema Corte de Justicia, ese poder del estado más aristocrático y separado “del pueblo”, que por encima de todos garantiza que la propiedad privada de los capitalistas no se toca.
 
En el partido judicial la oposición gorila tiene su fracción -“la Corpo”- repleta de jueces y funcionarios de carrera política en la dictadura militar, en el menemato y en el gobierno de la Alianza. Estos tienen un frondoso prontuario: salvaron a De la Rúa, el asesino de 40 obreros en el 2001, y a Duhalde el asesino de kosteky y santillán… Le dieron vía libre a que en la década menemista se entreguen al saqueo y al despojo, todos los bienes de la nación.
El kirchnerismo tiene también allí su facción. Su agrupamiento se llama “Justicia Legítima”, con otros jueces y fiscales de igual carrera videlista y menemista. Ambas facciones están bajo el mando de las transnacionales y los banqueros de Wall Street y la embajada yanqui.
 
Esta casta de jueces –que nadie votó y manejan una caja del estado nacional equivalente a todo el presupuesto de defensa de la nación-  bajo las órdenes y con sus bolsillos bien llenos por los banqueros y el imperialismo, es la que decide, en última instancia, cómo la burguesía se reparte los negocios y cómo esta se blinda y se protege del odio de las masas.
Todos los jueces y miembros de la corte se instruyeron e hicieron su carrera judicial, en la época de la dictadura militar. Ganaron sus honores y títulos de “nobles” en la Argentina masacrada por el genocidio de la dictadura. Esta casta de jueces repleta de peronistas y radicales, son los que permitieron y legalizaron el más grande robo y latrocinio de la nación como es la deuda externa. Ahora, esta casta infame, de gorilas oligarcas y antiobreros se cree con derecho y legitimidad de impartir justicia a los trabajadores que luchan. Es que las fracciones burguesas que hoy se disputan el botín de la sucesión del kirtchnerato, los necesitan, como ya dijimos, para que hagan de árbitros de sus negocios y repriman al pueblo. Por ello, 6500 obreros procesados no es una casualidad es una orden de las transnacionales a políticos y jueces, para escarmentar a los trabajadores.

En los primeros años, luego del 2001, el kirchnerato expropiaba la revolución argentina. Con la farsa de la “revolución bolivariana”, imponía el régimen del “Pacto Social” donde, entre gallos y medianoche, y con los pistoleros de la burocracia sindical atacando todas las luchas obreras, regulaban un salario por detrás de la inflación y la disponibilidad de más de la mitad del movimiento obrero, que por fuera de todo convenio, trabajaba (como aún lo hace) en fábricas de cama caliente, en iguales o peores condiciones que en cualquier maquila del mundo.
Cuando los esclavos de la maquila se sublevaron fueron brutalmente reprimidos como en Las Heras o asesinados por bandas de lúmpenes de punteros y de la burocracia sindical junto a la policía, como en el Indoamericano, en las rutas como sucedió con Fuentealba, o masacrados con la policía y los Blaquier en Ledesma Jujuy, o como los QOM en el Formosa, para sacarles sus tierras.

En la Argentina de la “Banelco”, de los banqueros que se robaron 50 mil millones de dólares en el 2001, las empresas del estado en los 90 e incrementaron la deuda externa que contrajeron los milicos y la gran patronal (y que al día de hoy sigue pagando el pueblo con impuestos)… en la Argentina de la trata de blancas, del contrabando, del latrocinio de los fondos del Estado; en la Argentina de los convenios secretos como el de la Chevron (que es un ejemplo entre miles de los que se firman con las transnacionales): el Parlamento está pintado, sólo está para engañar a las masas.

Porque la verdad es que se matan pibes como a Bulacio en las comisarías por la maldita policía y en esta Argentina, solo van presos y son castigados los que luchan.
El comandante Berni, el Secretario de Seguridad, tiene a su disposición una orden de desalojo y de detención firmada en blanco por los jueces y fiscales para desalojar rutas, calles y reprimir cuanta lucha ataque o cuestione el dominio de los explotadores.

Es este partido judicial, el que luego de 30 años ha condenado al 0,5 % de los represores y genocidas de los años ´70 y ´80 (condenados que ya en su mayoría están muertos) para intentar legitimarse, y ha dejado a toda la casta de oficiales de la dictadura en libertad, como ha sucedido con Milani, nombrado Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. Un absurdo. Y encima intentan condenar a 30 años de cadena perpetua a los obreros petroleros de Las Heras, por el solo hecho de luchar por su salario y en Río Gallegos ya incluso han mandado al Ejército para poner orden donde hay luchas obreras.

El Gobierno  y el régimen de una nación saqueada por el imperialismo es el más totalitario que sus monopolios puedan tener a mano. De allí que toda corriente socialista que no llame a derrotar a esta archirreaccionaria Constitución de 1853 con su casta de jueces asesina, con su senado aristocrático, con el poder ejecutivo con “poderes de rey”, no merece ser considerada ni siquiera democrático-revolucionaria. Plantear que a estas instituciones totalmente bonapartistas se las puede presionar, cambiarle el contenido, es convertirse en un simple enfermero del capitalismo y su estado asesino.
Callarse de que no habrá ninguna posibilidad de conseguir jubilaciones, salarios justos, sin expropiar a las transnacionales y a los banqueros, sin pago y sin ROMPER CON TODOS LOS TRATADOS Y ACUERDOS ECONÓMICOS, POLÍTICOS Y MILITARES QUE NOS SOMETEN A LAS POTENCIAS DOMINANTES, es un engaño. Y mucho más engaño es plantear que esto se puede hacer sin hacer una lucha revolucionaria de la clase obrera.

La destitución de la casta de jueces, la liquidación de la institución monárquico presidencial, la constitución de una cámara única con poderes ejecutivo-legislativo y judicial, con diputados 1 cada 100 mil habitantes, removible en cada momento por sus electores y que gane el salario de un obrero… constituyen  las demandas mínimas democráticas y elementales que toda corriente que se precie mínimamente de socialista debe levantar. Plantear que un diputado debe ganar el salario de un docente, y callarse de que los jueces ganan 20 veces más, no pagan impuesto al salario y reciben viáticos de las aseguradoras y los banqueros para los que trabajan, es una media verdad, o sea, un engaño. ¿Y la presidenta? ¿Y el manejo discrecional de fondos reservados con poderes de monarca…?

La lucha por el derrocamiento de este régimen infame sería el primer paso del inicio de una nueva ofensiva revolucionaria en Argentina, que golpearía al plexo de todas las instituciones con las que el estado burgués ejerce su dictadura contra los explotados. Por eso, los socialistas revolucionarios hacemos nuestra la lucha por las demandas democráticas extremas. 

 

Por delante se ha abierto un período de crisis política en Argentina; de la profundización de los padecimientos inauditos de las masas, de salto en los ataques represivos contra los luchadores. Se ha abierto un momento en que millones comienzan a no aguantar más las mentiras y los engaños de los de arriba y buscan un camino de ruptura con la burguesía y sus instituciones.
En determinados momentos, del período que se ha abierto, para facilitar saltos hacia adelante en la lucha revolucionaria de los explotados, para intervenir y desarrollar la crisis de los de arriba, para facilitar el surgimiento de organismos de poder obrero y para que estos se trasformen en caudillos de la nación oprimida no dudaremos en levantar audaz y abiertamente la demanda de Asamblea Nacional libre y soberana.
Se trata de desenmascarar el carácter bonapartista del dominio burgués en una Argentina colonizada. Se trata, de poner en el centro de nuestro programa revolucionario la lucha por la ruptura política, económica y militar con el imperialismo, que es la tarea más democrática que ha quedado irresuelta en la Argentina y que sólo la clase obrera tomando el poder con una insurrección victoriosa podrá conquistar.
Las tareas centrales, democrático revolucionarias-estructurales que tiene por delante nuestra nación oprimida no son otras que la revolución agraria lo que equivale a la expropiación de todas propiedades agrarias de la burguesía y la oligarquía para recuperar una renta de la tierra que esta comparte con las grandes cerealeras del mundo, por un lado; y por otro, la independencia nacional, es decir, la ruptura de todos los acuerdos y tratados que someten a nuestra nación al yugo imperialista.

Como plantea el Programa de Transición de la IV Internacional sobre la cuestión de la Asamblea Nacional: "Es necesario ante todo armar a los obreros con este programa democrático..." "sobre la base del programa revolucionario es necesario oponer a los obreros a la burguesía nacional..."  "...En una cierta etapa de movilización de las masas, bajo las consignas de la democracia revolucionaria, los soviets pueden y deben surgir".
Lo que no se puede hacer, sin devenir en una izquierda de este régimen infame, es silenciar y callar desde las tribunas parlamentarias, el carácter totalitario y dictatorial de la constitución de 1853 y de todas sus instituciones archirreaccionarias.
¡Fuera la Constitución de 1853 y todas sus instituciones de dominio, coerción y represión contra las masas! ¡Fuera los jueces represores y la policía asesina de obreros! ¡Basta de políticos bajo las órdenes de las transnacionales y Wall Street! ¡Basta de senadores vitalicios y presidentes con poderes monárquicos! ¡Basta de saqueo a la nación, de transnacionales y banqueros que expropian nuestras riquezas y saquean el bolsillo obrero! ¡Asamblea Nacional libre y soberana!
Estas son las demandas que están a la orden del día y de forma entendible para las masas explotadas, en las condiciones actuales. Se trata de que, cada vez más, las masas odiando y rompiendo con todas las instituciones que los oprime y explotan, vuelvan a retomar la ruptura abierta con la burguesía que conquistaron en el 2001, cuando millones en las calles gritaban: “¡QUE SE VAYAN TODOS QUE NO QUEDE NI UNO SOLO!”. La dirección del FIT ya hace rato abandonó esta lucha.
 
El PO y el FIT pidieron el voto insistiendo en que ellos querían participar del “debate” del “fin de ciclo del kirchnerismo” desde el parlamento burgués. Nosotros, los socialistas revolucionarios, creemos que este gobierno se merece correr la misma suerte, por represor, entregador al imperialismo y hambreador del pueblo, que el de De la Rúa. Salvo que los “socialistas” quieran debatir su sucesión y seguir sosteniéndolo.
Los trotskistas audazmente llamaremos  a la clase obrera, que no soporta más esta ofensiva de saqueo a su salario y a la nación, a tomar el derecho que le corresponde, a sublevarse contra sus verdugos, a retomar el camino de la huelga general y la lucha en las calles para abrir el camino a la revolución que no deje ni rastros de las instituciones de de los hambreadores y represores del pueblo.

En este momento de grave ataque, coerción y represión a la clase obrera para que no entre a la lucha, por parte del gobierno de los Kirchner y sus jueces represores, con las consignas de democracia extrema, las masas podrán enfrentar y desconocer a estos tribunales de jueces y fiscales vitalicios agentes de las transnacionales; desconocer a los presidentes con poderes monárquicos y ponerse de pie contra toda la ignominia totalitaria con la que las transnacionales y el imperialismo sojuzgan la nación.

Todo programa que se precie de socialista que enfrente tan solo al gobierno y no al régimen y a todas las instituciones de dominio con las que se sostiene la burguesía, ni es socialista ni lucha por la independencia de clase, ni prepara las condiciones para que la clase obrera acaudillando a todas las masas explotadas avance a la revolución socialista.

Para los trotskistas una república obrera será la más democrática de todas las repúblicas, puesto que en ella, regirán el destino y el dominio del país la absoluta mayoría que son los que producen y no un puñado de parásitos que nos explotan y saquean la nación.
No nos cansaremos de explicarle a las masas pacientemente que todos los días luchamos por el triunfo de la revolución socialista, que no hay otra solución a nuestros padecimientos inauditos.

 

Preparamos a la nueva generación del proletariado que entra al combate, explicándole pacientemente lo que la izquierda reformista calla  "que estamos mal porque en el 2001 la izquierda del FSM sostenedora de las burguesías nativas latinoamericanas como los Chávez y sus sostenedores, los hermanos Castro, le hicieron creer a los trabajadores y el pueblo que el gobierno de los Kirchner  -cuando estaba en su momento más débil- era bondadoso y progresista y que había que ir a trabajar, que ellos luego iban a repartir las riquezas".
Eso vinieron a decir los Chávez y los Castro en el 2003-2005 y vinieron a sostener un gobierno de un régimen expropiador de la revolución.

Ahí están los gobiernos bolivarianos matando y reprimiendo salvajemente al pueblo. ¡Si ya tienen 6500 obreros procesados en la Argentina e intentan meter en prisión a los obreros de Las Heras, a los mineros de Huanuni, hambrean salvajemente al pueblo venezolano y ya han entregado Cuba al imperialismo! Son los regímenes expropiadores de la revolución que en Argentina se sostienen engañando, reprimiendo, hambreando al pueblo y en la infame Constitución del ´53.

Por eso hoy no dudamos, en ese combate, en luchar por que la clase obrera acaudille y encabece toda lucha por las más elementales demandas democráticas de las masas que sólo las conquistará y defenderá con el método de la revolución proletaria, enfrentando toda la demagogia y la charlatanería de la burguesía nativa y su gobierno que en nombre de los derechos humanos, asesina y encarcela obreros; enfrentando a la oposición gorila que lucha por esta república, la de la oligarquía, la de sus instituciones antiobreras y antidemocráticas.

Por ello, la clase obrera debe demostrar que solo ella podrá llevar hasta el final la lucha por las demandas democráticas extremas, terminando con todo vestigio de bonapartismo y totalitarismo, puesto que ya hace rato, los monopolios y el imperialismo que saquean la nación (como lo han demostrado no solo la dictadura militar sino también los 30 años de esta democracia para ricos) necesitan resolver sus negocios y saqueo de la nación siempre a escondidas y a espaldas del pueblo al que solo le dan, como hemos dicho, derecho a votar cada 2 o 4 años a sus verdugos.

 

¡Abajo la dictadura judicial! 
¡Por la ruptura de toda relación del Estado con la Iglesia, a la que mantiene como parásitos con los impuestos sacados al pueblo, y la recuperación de todos sus bienes, tierras y escuelas que les han sido arrebatados a la nación! ¡Por el derecho irrestricto al aborto libre y gratuito! ¡Contra toda opresión de etnia, sexual o racial contra los trabajadores y el pueblo!
¡Basta de democracia para ricos! ¡Basta de Senado aristocrático! ¡Basta de Congreso para engañar al pueblo! ¡Basta de presidentes monárquicos con super poderes de vetos y decretos! ¡Basta de “menematos”, basta de “kirchneratos”, basta de “unicatos”!
¡Cámara única que concentre todo el poder ejecutivo, legislativo y judicial con diputados revocables, tomando todo el país como distrito único, con un legislador cada 100 mil habitantes que ganen el salario medio de un obrero!

¡Disolución de la casta de jueces y la policía asesina! ¡Desprocesamiento ya de los 6500 perseguidos por luchar! ¡Disolución de los tribunales videlistas! ¡Tribunales obreros y populares votados por el pueblo! ¡Juicio y castigo a todos los represores y asesinos del pueblo! Ni olvido ni reconciliación ¡Juicio y castigo a todos los genocidas!

“¡Que se vayan todos y no quede ni uno solo!”

¡Por comités de autodefensa y guardias de seguridad de los sindicatos y las organizaciones obreras!

 

¡ABAJO LA CONSTITUCIÓN GORILA  Y ARCHIRRREACCIONARIA DE 1853-1994!

¡Basta de saqueo y robo imperialista de la nación!
¡Fuera Wall Street! ¡Fuera el imperialismo! ¡Desconocimiento de todos los fallos de las cortes de Nueva York y de los acuerdos espurios del MERCOSUR, el UNASUR, para saquear las naciones oprimidas del cono sur de América Latina!
¡Hay que nacionalizar la tierra y expropiarla sin pago!
¡Hay desconocer toda la deuda externa fraudulenta!
¡Basta de Mercosur de las transnacionales! 

Sólo la clase obrera retomando el camino de sus gestas revolucionarias como el Cordobazo y el 2001 e imponiendo un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre, apoyado en organismo de autodeterminación y democracia directa, podrá llevar hasta el final no sólo la lucha por las demandas democráticas formales sino también garantizar la ruptura con el imperialismo porque este es el único camino para que los explotados coman y vivan dignamente.

Al saqueo de las potencias imperialistas sobre nuestra nación, como lo demostró la cadena de revoluciones en América Latina, de principios del siglo XXI, hay que oponerle la lucha por los Estados Unidos Socialistas de América Latina.•

 
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