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Argentina - 17 de marzo de 2020

Coronavirus: la pandemia no deja de crecer y pone en riesgo miles de vidas…

Los patrones, la oligarquía y los banqueros nos obligan a los obreros a trabajar para resguardar sus ganancias

El capitalismo mata

Para no morir en hospitales colapsados, sin tubos de oxígeno ni medicamentos, o por la falta de agua potable…

¡PLAN DE SALUD DE EMERGENCIA
OBRERO Y POPULAR!

El coronavirus se propaga por el planeta a un ritmo vertiginoso, en medio de un crac brutal de la economía mundial. Cientos de miles de vidas corren peligro. El sistema capitalista putrefacto agrava y multiplica la pandemia por las condiciones de miseria que les impone a millones de explotados hambrientos que no cuentan siquiera con agua corriente para higienizarse.

Ante la pandemia, en todos los países, los capitalistas toman medidas para resguardar su vida y sus ganancias, sin importarles la salud y la vida de los explotados. Los gobiernos cierran las fronteras. El gobierno burgués del PC chino secuestra y desaparece enfermos. España e Italia se encuentran militarizadas. Macron moviliza 100 mil policías y gendarmes al grito de “¡estamos en guerra!”. En Ecuador, el presidente Moreno decreta el estado de sitio, mientras el gobierno de Piñera prohíbe las movilizaciones en el Chile sublevado y decreta el “estado de excepción” para volver a sacar al ejército a las calles.
A pesar de las “cuarentenas”, en todos los países millones de esclavos son enviados a trabajar a las fábricas y sometidos al peligro de contagio y muerte. Los obreros inmigrantes y en negro son despedidos sin miramientos. ¿Los desocupados? “¡Que se mueran! Sobran trabajadores”, gritan los patrones y sus gobiernos en todo el mundo.
¡Miles de muertes se podrían evitar sino fuese por la sed de ganancias de los capitalistas y su sistema putrefacto!

Argentina no es la excepción. En medio de la propagación del coronavirus, el gobierno de Fernández y la oposición patronal tienen un gran acuerdo: que los patrones no pierdan un peso y que los obreros sigamos produciendo.
Todas sus reuniones y resoluciones tuvieron el objetivo de no parar la producción ni el comercio para seguir explotándonos sin importarles nuestras vidas. ¡A ellos solo les importan sus ganancias!
Por eso todas las medidas que anunció el gobierno de Fernández ante la pandemia y todo el “plan de prevención” que diseñó con su “comité de expertos” están basados en una máxima irrefutable: que los capitalistas no pongan un peso de su bolsillo. ¡Incluso, ya tienen alistados jugosos subsidios para los patrones!
¿Los de abajo? ¡Que se arreglen como puedan!
A los capitalistas y el gobierno no les importa que los explotados tengamos que viajar en colectivos, trenes y subtes hacinados como ganado, exponiéndonos al contagio. ¡Antes de perder un peso, prefieren que haya miles de infectados y muertos! ¡Asesinos!

La burocracia sindical y piquetera, con su pacto social con el gobierno y la patronal, les cuida el bolsillo a los capitalistas a costa de nuestra salud y nuestras vidas. Ellos son los responsables de que los obreros sigan trabajando a pesar de la pandemia. Mientras, dejan librados a su suerte a los obreros en negro y ni hablar de los trabajadores desocupados, que son obligados a sobrevivir de los miserables planes sociales y empujados a acciones desesperadas por el hambre como sucedió con Raúl Zigaran, dirigente piquetero del norte de Salta, quien se prendió fuego reclamando por pan y trabajo.

A los trabajadores nos han puesto entre la espada y la pared: ir a trabajar y exponernos al contagio o ser despedidos; ir a buscar una vianda miserable a las escuelas y enfermarnos o quedarnos en nuestras casas, con nuestros hijos sin comer. Mientras tanto, ya se aprovechan de la pandemia para comenzar a despedir a trabajadores en negro con la excusa de que luego de que se resuelva la crisis los vuelven a tomar, ¡dejando a miles de familias obreras sin pan y ni hablar de comprar alcohol en gel!

Los de arriba se protegen en lujosos countries y departamentos de Puerto Madero y se atienden en hospitales y clínicas privadas de primer nivel… ¡mientras las barriadas del Gran Buenos Aires, las grandes ciudades del interior y las provincias apenas tienen salitas de primeros auxilios sin insumos! ¡Ni siquiera tenemos agua potable ni cloacas y nos azota el dengue, el sarampión y el hambre, como sucede en el norte del país!

Los explotadores solo se preocupan por ellos. ¡Los obreros, que producimos todas las riquezas de la nación, no tenemos ni derecho a cuarentena para proteger nuestras vidas y las de nuestros hijos! ¡Tampoco tenemos siquiera acceso a un sistema de salud digno!
Los de arriba ya nos sacaron el trabajo y el pan a millones de trabajadores. Ya nos robaron el salario con el “impuesto a las ganancias”, el IVA, la inflación y la devaluación. Y ahora está en juego nuestra vida, porque nos condenan al contagio y al riesgo de muerte en hospitales Cromañón.

¡Basta! ¡Los explotadores nos sacaron demasiado! ¡Ahora que paguen ellos!
¡Tomemos la solución de esta crisis en nuestras manos y parémosles el país a los capitalistas!

En Italia enormes sectores de la clase obrera se rebelan contra la patronal y su estado por obligarlos a ir a trabajar, tal como sucede con las duras huelgas que hay en Milán. Los trabajadores de Mercedes Benz de Vitoria, en el Estado Español, bloquearon la producción porque la patronal asesina les niega la cuarentena. Acá, los metalúrgicos de Tierra del Fuego hicieron asambleas y decidieron parar hasta el 31/03 exigiendo que se les pague el 100% del salario, mientras trabajadores de shoppings se movilizaron por el cierre de los centros comerciales. ¡Este es el camino que tenemos que seguir para imponer que dejamos de ir a trabajar y que los capitalistas paguen los salarios completos durante todos los días que dure la cuarentena!

Para pelear por esto, hay que sacarse de encima a la burocracia sindical y piquetera, que ya ha entregado el salario, el trabajo y las conquistas de la clase obrera y ahora entrega la salud y la vida de los trabajadores.

¡No deleguemos más! ¡Nuestra salud y la de nuestros hijos la cuidamos los obreros! Frente a la amenaza del coronavirus y contra la voracidad de los patrones chupasangre, desde los sindicatos, las organizaciones obreras, los movimientos de desocupados, el movimiento de mujeres, los centros de estudiantes, etc., tenemos que imponer un PLAN OBRERO DE EMERGENCIA para proteger la salud del pueblo.

Un plan de emergencia obrero y popular cuya primera medida sea: ¡Cuarentena general para todos los trabajadores, con el pago del 100% del salario!
¡Ningún despido ni suspensión! ¡A los obreros en negro, que son el 40% de la clase obrera, no se les toca su fuente de trabajo, se les garantiza un salario de $62.000, pagado por la patronal, y se los pasa a planta permanente!
¡Por un salario mínimo, vital y móvil para todos los obreros desocupados y jubilados, pagado por los capitalistas y el estado, para que ningún explotado pase hambre ni privaciones mientras dure esta pandemia!

La cuarentena debe ser costeada por los capitalistas y el estado. ¡Ni un peso a la deuda externa! ¡Fuera el FMI! ¡Impuestos progresivos a los grandes grupos económicos!
¡Ahí están los fondos para garantizar un plan de obras públicas, bajo control de los sindicatos y las organizaciones obreras, para construir viviendas, instalar cloacas y garantizar agua potable y condiciones de higiene para los explotados!

Para que a ninguna familia obrera le siga faltando el pan y pueda resguardar su salud en condiciones dignas, hay que incautar la carne, la leche y el trigo que está en manos de la oligarquía. ¡Hay que expropiar sin pago todas las tierras de la oligarquía para producir todos los alimentos que se necesiten para que el pueblo coma dignamente!

Contra la conducta criminal de los dueños de las grandes cadenas de supermercados, que aumentaron los precios aprovechándose de la desesperación del pueblo, hay que incautar de forma inmediata los alimentos, el alcohol en gel y todos los insumos básicos. Hay que expropiar sin pago todos sus depósitos y establecimientos bajo control de comités de trabajadores y consumidores y eliminar la cadena de comercialización y de todos los intermediarios, para formar un Sistema Único de Abastecimiento.

Para enfrentar la pandemia debemos conformar ya mismo un Comité Nacional de Salud Pública bajo el control de los sindicatos y las organizaciones obreras, que deben convocar a los mejores profesionales, médicos, enfermeros, científicos, trabajadores del Instituto Malbrán y el INTI, docentes y estudiantes de las Facultades públicas de Medicina y de Farmacia y Bioquímica, para diseñar un plan al servicio de proteger la salud de la mayoría de la población y que tenga plenos poderes para ejecutarlo, por encima del gobierno, el parlamento y los jueces.
Para actuar de forma coordinada hay que unificar el sistema sanitario en un Plan Único de Salud que incluya a toda la medicina prepaga y las obras sociales y la triplicación del presupuesto de la salud pública, al servicio de proteger la vida del pueblo. ¡Las clínicas y sanatorios privados deben ser expropiados sin pago y puestos a funcionar bajo control de sus médicos y enfermeros!
Lo mismo debe hacerse con los laboratorios, a fin de asegurarle a hospitales y clínicas el aprovisionamiento de tubos de oxígeno, insumos y medicamentos gratuitos para la prevención y atención de los enfermos.

Debemos garantizar la ejecución de este plan desde todas las organizaciones obreras combativas, las comisiones internas, seccionales y sindicatos arrancados a la burocracia y los comités unitarios de fábrica y empresa, de efectivos, contratados, en negro, desocupados, que se coordinen por ciudad, provincia y a nivel nacional.

Estas son medidas elementales frente a la desidia asesina de los capitalistas y su gobierno. Pero solo un gobierno provisional revolucionario obrero y popular, basado en los organismos de autodeterminación de las masas, será el único que podrá garantizar este Plan de Salud de Emergencia, porque solo rompiendo con el imperialismo y expropiando a los expropiadores del pueblo podremos proteger y resguardar la salud y la vida de las masas explotadas.
La vida misma hoy demuestra que para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir. ¡Son ellos o nosotros!

 

Comité Redactor de
Democracia Obrera

 

 

 


Italia militarizada con la excusa del coronavirus

17 de marzo de 2020

Ante la desidia de la empresa y de la burocracia sindical
En el astillero río santiago: ¡La salud de los
trabajadores la cuidamos los trabajadores!

Ante el avance en nuestro país de la pandemia del Coronavirus, hoy espontáneamente se juntó un grupo de trabajadores del Astillero Río Santiago en las escalinatas de la dirección para exigir condiciones de higiene y que se aplique el protocolo del coronavirus. Las condiciones de abandono  y desinversión del estado, convirtiendo nuestros lugares de trabajo en lugares de peligro y exposición de nuestras vidas, en esta crisis sanitaria, se hacen sentir aún más fuertemente.
Los compañeros, con mucha preocupación y un poco de otras broncas, cuestionando que muchos trabajadores, a pesar de las pésimas condiciones en las que estamos, debemos seguir yendo a trabajar, votaron en una asamblea improvisada la moción de que se respete la cuarentena hasta el 31 de marzo (tal como se hizo en las escuelas), es decir que nos licencien a todos. Había un sector de la junta interna de la burocracia oficialista, que no querían votar pero la base se lo impuso. Ya el ambiente estaba caldeado y subieron a la dirección con esa moción votada.
Entonces bajó el gerente de recursos humanos diciendo que se estaban tomando las  medidas que decía el  gobierno y se lo increpó. Algunos compañeros le decían que eran unos irresponsables, que tenían que cerrar, que no podían garantizar la higiene de la fábrica.

Al poco tiempo volvió el mismo gerente a informar que hoy y mañana (17 y 18/3) se trabajaba con jornada reducida hasta las 12hs y jueves y viernes (19 y 20/3) se cerraba por desinfección.

Los trabajadores votaron en contra de las medidas que  informó el gerente por insuficientes, y siguieron insistiendo con que se respete el protocolo.
Los compañeros votaron que sea vocera del reclamo frente a la dirección una trabajadora de una de las oficinas del Astillero, que estaba, con justa razón, muy alarmada por el tema de coronavirus y que lleva trabajando 42 años en la fábrica. Los trabajadores les dijeron a los representantes del gremio que no entraran: “Vos no vas, va la señora a hablar con el presidente”, para que la compañera vuelva a insistir con que lo que queremos es que se respete el protocolo. Todo el mundo se preguntaba  por qué no apareció Banegas (el dirigente del ARS y del sindicato ATE de Ensenada) y algunos compañeros respondían “el gremio somos nosotros”, mientras los dirigentes sindicales se borran y no les importa nada.

La burocracia se fue, y quedaron solo algunos compañeros esperando que bajara a hablar Basteiro (presidente del Astillero), cuestión que nunca sucedió. Entonces los compañeros decidieron irse, viendo que aún siendo unos pocos habían conquistado estas medidas de jornada reducida y no asistencia jueves y viernes: “Un puñado conquistamos eso, imaginate si hubiéramos venido todos los compañeros”, repetían.

Los patrones y gerentes no quieren que haya cuarentena para los esclavos… ¡Patrones asesinos! ¡La salud de los obreros la defienden los obreros! ¡Asueto hasta el fin de la pandemia, sin descuentos de salario!

Corresponsal

 

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