Editorial

¡NINGUN PACTO NI TREGUA AL RÉGIMEN INFAME DE LOS MONOPOLIOS Y EL IMPERIALISMO,
NI AL GOBIERNO DE KIRCHNER, EL NUEVO VERDUGO DE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO!

Las obreras de Brukman en lucha por recuperar su fábrica, los piqueteros del Norte de Salta por liberar
a sus dirigentes presos, y el movimiento piquetero combativo por terminar con la miseria y por trabajo genuino

MARCAN EL CAMINO PARA CONQUISTAR LA UNIDAD DE LOS QUE LUCHAN Y EL CONGRESO OBRERO, HACIA EL PARO GENERAL


Fortalecido por su triunfo tras la invasión y ocupación de Irak, el imperialismo yanqui ha redoblado su ofensiva contrarrevolucionaria. En primer lugar en Medio Oriente, donde ha impuesto un protectorado bajo tropas de ocupación en Irak, mientras continúa la masacre del pueblo palestino a manos del ejército genocida de Sharon y Bush. Pero también los trabajadores norteamericanos están sufriendo en carne propia la ofensiva imperialista tras la derrota de la nación oprimida: Bush lanzaba su campaña electoral y, al mismo tiempo, 500 mil trabajadores norteamericanos eran despedidos y quedaban en la calle. Así, el proletariado norteamericano está pagando el precio de la derrota de la nación iraquí oprimida y la victoria de su propia burguesía imperialista. Hoy la clase obrera norteamericana tiene los índices de desocupación más altos desde los años '80, con una baja enorme del salario -amplios sectores de trabajadores que antes ganaban salarios de 6.000 dólares, hoy apenas alcanzan los 1.200- y la más brutal flexibilización laboral.
Mientras tanto en Europa, las burguesías imperialistas francesa y alemana -las mismas que posaban de "democráticas" mientras junto con la cueva de bandidos de la ONU exigían la rendición de las masas iraquíes antes y durante la guerra de Irak-, han lanzado un feroz ataque contra su propio proletariado atacando las jubilaciones, la seguridad social, preparando la privatización de las empresas estatales y una nueva ola de despidos, lo que ha motivado la respuesta de los trabajadores alemanes, franceses y austríacos, protagonizando estos últimos la primera huelga general en los últimos 50 años, abriendo una situación de tensión y polarización entre la burguesía y el proletariado en Europa (ver nota correspondiente).
Estos ataques al proletariado de las potencias europeas son una respuesta de la burguesía, a la crisis económica mundial que comienza a impactar a su interior. Si la crisis económica mundial abierta en 1997 golpeó a Japón y el sudeste asiático en su primera ronda, a Rusia y a Brasil en la segunda, a la Argentina, Turquía y a los EE.UU. en su tercer ronda, hoy debemos estudiar la hipótesis de si no se está abriendo una cuarta ronda de la crisis económica mundial, que esta vez golpea directamente sobre Europa -y en particular sobre Alemania-, haciendo entrar en recesión a las economías de las potencias imperialistas de ese continente.
Las tres rondas de la crisis económica mundial tuvieron su correlato en grandes enfrentamientos entre revolución y contrarrevolución como ocurrió en los Balcanes, en Indonesia y Ecuador; o luego en Palestina y Argentina. La irrupción antiimperialista durante la guerra contra Irak, de amplias capas de trabajadores de los países centrales, y la actual lucha del proletariado en Francia, Alemania y Austria como respuesta al ataque de las burguesías imperialistas contra las conquistas obreras, es posible que anuncien nuevos combates de clase superiores, abriendo la perspectiva de que, por primera vez en décadas, los grandes batallones del proletariado europeo entren al combate de forma decisiva abriendo situaciones revolucionarias o pre-revolucionarias.

Latinoamérica: el imperialismo hace actuar
con todo a las direcciones reformistas
del Foro Social Mundial, implementando
una política de contención de las luchas
revolucionarias de las masas, al mismo tiempo que busca iniciar un proceso de recomposición de las economías latinoamericanas que haga posible un nuevo ciclo de negocios

Durante los últimos años, y antes de lanzar su guerra de coloniaje sobre Irak, el imperialismo yanqui venía llevando adelante en Latinoamérica una política contrarrevolucionaria agresiva: a través del gobierno cipayo de Sánchez de Lozada, lanzaba un feroz ataque a los campesinos cocaleros y las masas en Bolivia; amenazaba con inundar de marines a Colombia; en Argentina, con el gobierno gorila y antiobrero de De la Rúa -que había comenzado su mandato enviando a la gendarmería a aplastar a los trabajadores correntinos y a asesinar a cinco luchadores en el puente de Corrientes-, lanzando un feroz ataque contra los trabajadores y el pueblo. En Venezuela, organizaba dos intentonas golpistas para forzar la caída del gobierno de Chávez y apoderarse del petróleo venezolano.
Pero esa ofensiva imperialista fue frenada, en primer lugar, por el inicio de la revolución en Argentina en diciembre de 2001 -transformando a este país en el eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista en el continente. Fue frenado también por las ondas expansivas de la revolución argentina, que se expresaron en la irrupción de las masas venezolanas que, bajando de los cerros, derrotaron la intentona golpista de Carmona, y más tarde, el lock-out patronal. Fue frenada por los obreros y campesinos bolivianos que en febrero de 2002 se levantaron y ocuparon la Paz al grito de "¡Fusil, metralla, Bolivia no se calla!".
Hoy, después de haber impuesto la derrota nacional y la ocupación a Irak, en América Latina, ante el hecho de que las masas le pusieron un límite a su ofensiva, y a que la clave de su ofensiva está en Asia y Medio Oriente -que son actualmente las zonas de disputa con los imperialismos europeos por el control del petróleo y sus rutas, por la mano de obra esclava de China y su nuevo mercado de consumidores-, el imperialismo hace actuar con todo a las direcciones reformistas del Foro Social Mundial, implementando, por ahora, una política de contención.
Así, el eje de la política del imperialismo yanqui en Latinoamérica lo constituyen los pactos y acuerdos reaccionarios impuestos a través de las direcciones reformistas del Foro Social Mundial -combinados con golpes contrarrevolucionarios selectivos, como en Argentina o en Perú-, para contener los procesos revolucionarios en curso. De esta manera, por el momento sin grandes enfrentamientos, busca imponerle la rendición a la lucha revolucionaria que, ya sea en la resistencia, ya sea con ascensos, vienen protagonizando las masas latinoamericanas.
Al mismo tiempo, el imperialismo busca fomentar un proceso de recomposición de las economías latinoamericanas que haga posible un nuevo ciclo de negocios. Es que hoy Latinoamérica está hundida, desangrada durante años por el imperialismo y su política de saqueo a través de la deuda externa. El mismo crac y la crisis económica argentina y su entrada en cesación de pagos anticipaban que ya el imperialismo había exprimido a los trabajadores -no solo en Argentina sino en toda Latinoamérica- hasta quitarles las últimas gotas de sangre, sudor y lágrimas. El imperialismo es consciente de que con un crac generalizado a toda Latinoamérica no puede seguir cobrándose nada.
Por eso, el objetivo del imperialismo fue cercar a la revolución argentina y sus ondas expansivas, y contener la lucha revolucionaria de las masas latinoamericanas, estableciendo acuerdos con los gobiernos cipayos latinoamericanos para amortiguar la crisis económica, es decir, para que no se expandiera el crac argentino al resto de la región y así permitir, dándole un respiro, que se recomponga un nuevo ciclo de negocios que le permita en el futuro, sobre la base del hundimiento del salario y la superexplotación, volver a extraer una masa enorme de plusvalía al proletariado latinoamericano.

El rol central de las direcciones traidoras
para parar las ondas expansivas
de la revolución argentina
y la ofensiva de las masas latinoamericanas

La respuesta de la clase obrera y los explotados en América Latina, con su punto más alto en la revolución argentina, en Venezuela y en Bolivia, le puso un límite a la ofensiva del imperialismo y, por el momento -como hemos dicho- éste impulsa una política de contención, a través de pactos y acuerdos, apoyándose en las direcciones traidoras del continente.
Así, en Argentina -y como desarrollaremos más adelante-, el accionar de la burocracia sindical y las direcciones reformistas que sacaron a las masas de la lucha política, se dedicaron a administrar la miseria y sostuvieron al gobierno de Duhalde y al régimen de la transición, combinados con golpes contrarrevolucionarios selectivos como en Puente Pueyrredón, llevaron al congelamiento de la revolución.
Así en Venezuela, el "antiimperialista" Chávez, después de haberle vendido a los EE.UU. el petróleo que necesitaban para alimentar su descomunal maquinaria de guerra en Irak, terminó cediendo ante la oposición patronal golpista y acordando el llamado a un referéndum para decidir la continuidad de su propio gobierno, es decir, una salida negociada para recomponer un régimen y un gobierno -más servil aún- que le garantice al imperialismo someter a la clase obrera y al pueblo, y avanzar aún más en el saqueo de la nación. Apenas horas después de la derrota de Irak, en una mesa de concertación con EE.UU., gobiernos como el de Lula y "mensajeros de la democracia" como el gorila de Alfonsín y el ex presidente yanqui Jimmy Carter, Chávez firmó un acuerdo en el que le entrega al imperialismo y a las facciones golpistas de la burguesía venezolana lo que éstas no pudieron conquistar en las calles con sus dos intentonas contrarrevolucionarias.
En Brasil, el gobierno del frente popular de Lula y el patrón Alencar, después de negarse a enviar ni siquiera una bala al pueblo iraquí que enfrentaba la invasión imperialista - siendo Brasil uno de los principales productores de armas del mundo- ha militarizado las calles de Río de Janeiro y las principales ciudades brasileñas con la excusa de combatir al narcotráfico y dar seguridad. Lula aplica en Brasil las políticas del FMI, lo que le ha valido la felicitación del mismísimo presidente del FMI.
Mientras Fidel Castro le enviaba sus condolencias a los familiares de los soldados yanquis caídos durante la invasión a Irak, en Colombia, la dirección de las FARC le proponía un nuevo acuerdo de paz al presidente Uribe, uno de los pocos mandatarios latinoamericanos que apoyó abiertamente la invasión imperialista a Irak. Con este acuerdo buscan seguir manteniendo el actual statu quo, donde las FARC no han expropiado una sola empresa ni un centímetro de tierra en los territorios que controlan, mientras mantienen dividida la guerra civil campesina de la lucha de los trabajadores en las ciudades, que son brutalmente reprimidos cada vez que salen a pelear. Así, contra todos los que pronosticaban de manera mecánica que luego del triunfo imperialista en Irak se venía en lo inmediato una invasión yanqui a Colombia, la realidad demostró que al imperialismo todavía no le hace falta jugar esa carta, ya que cuenta y le basta por ahora con el accionar contrarrevolucionario de la dirección de las FARC para contener a las masas.
En Bolivia, los pactos y las treguas entre Evo Morales -otro de los niños mimados del Foro Social Mundial- Felipe Quispe, la COB y el gobierno pro imperialista de Sánchez de Lozada, impidieron que los heroicos obreros y campesinos bolivianos que se enfrentaron a la represión de las tropas del ejército y tomaron las calles de La Paz al grito de "¡Fusil, metralla, Bolivia no se calla!", dividieran al ejército y destruyeran su casta de oficiales, y abrieran así el camino al inicio de la cuarta revolución boliviana. Son estos pactos con el gobierno los que han abortado la insurrección de las masas bolivianas antes de que éstas dieran todo de sí, permitiendo una brutal respuesta represiva del gobierno a los docentes y a los jubilados en el centro de La Paz.
En Chile, el Partido Comunista que dirige la CUT y las organizaciones del movimiento estudiantil es el principal sostén del gobierno de Lagos -y del régimen pinochetista-concertacionista basado en la archirreaccionaria Constitución del '80- que se ha visto fortalecido tras la victoria imperialista en Irak, avanzando con los planes del FMI y las privatizaciones de las pocas empresas estatales que aún quedan, acelerando las negociaciones por el ALCA y los distintos tratados de libre comercio con los países de la Unión Europea.

Argentina: con golpes contrarrevolucionarios selectivos a la vanguardia obrera,
el accionar de las direcciones reformistas
y la consumación de las elecciones ilegítimas, la revolución entra en una fase de resistencia

En Argentina, la revolución abierta por los trabajadores en diciembre del 2001 ha sido llevada al congelamiento por el accionar de la burocracia sindical y las direcciones reformistas, que sacaron a las masas de la lucha política, liquidaron a cada paso los organismos de doble poder que las masas en lucha tendieron a poner en pie y, administrando la miseria de los bolsones de comida y los planes trabajar, pusieron en pie una red de contención social para sostener al gobierno ilegítimo de Duhalde y el régimen infame, y dividieron las filas obreras.
Gracias a esto, y fortalecida por el triunfo de su amo imperialista en Irak, hoy la burguesía y el régimen han retomado la ofensiva, lanzando un feroz ataque represivo contra los trabajadores, con el objetivo de liquidar las conquistas de la revolución -como las fábricas recuperadas y todas las conquistas que se vieron obligados a otorgar como mal menor cuando el aliento de las luchas revolucionarias de las masas no los dejaba vivir en paz. Con este ataque antiobrero, junto a la consumación de las elecciones ilegítimas, buscan recomponer las instituciones y fortalecer al régimen en crisis, en especial la institución presidencial que fuera barrida por la lucha revolucionaria de las masas que derrocó a De la Rúa. Después de la primera vuelta de las elecciones, con el balotaje, apostaban a un triunfo aplastante de Kirchner contra Menem y a la asunción así de un presidente con un 70 u 80% de votos a su favor, un nuevo "monarca" mucho más fuerte para comandar la ofensiva y cobrarse la venganza contra los trabajadores y el pueblo por el 19 y 20 de diciembre. Y aunque el ballotage antidemocrático entre Menem y Kirchner se vio frustrado por la huida del primero -producto de las disputas y divisiones entre las camarillas burguesas de un régimen que quedó en crisis tras la irrupción revolucionaria de las masas en diciembre de 2001- esta política se continúa con todas las elecciones a realizarse a lo largo de este año. Es que necesitan conquistar un régimen fortalecido, que logre superar al actual régimen de la transición encabezado por Duhalde y continuado ahora por Kirchner.
Así, combinando el ataque selectivo a la vanguardia obrera, con el accionar de las direcciones reformistas deshaciendo a cada paso lo que las masas construyeron con su lucha, y las elecciones ilegítimas, pusieron a la revolución a la defensiva, con lo que ésta ha entrado en una fase de resistencia. Es que al no poder avanzar el proletariado en resolver las tareas pendientes de la revolución, al no imponerse un régimen de doble poder que abriera el camino a la toma del poder por la clase obrera, inevitablemente la revolución retrocede e incluso se pierden las conquistas arrancadas a la patronal y el gobierno con la lucha revolucionaria de las masas.
Esta ofensiva antiobrera se expresó ya en el desalojo de Sasetru y luego en el de Brukman y en la salvaje represión del 21 de abril, en el encarcelamiento de los dirigentes piqueteros de la UTD de General Mosconi, en el procesamiento de 170 piqueteros y luchadores estudiantiles en Bahía Blanca, en la brutal represión en Zapala a los trabajadores desocupados que realizaban tareas en Vialidad y salieron a la lucha reclamando cobrar $350 en vez de los miserables 150 lecops.
Como lo hicieran en junio de 2002 con la masacre del Puente Pueyrredón, todas las instituciones de este régimen infame -empezando por el presidente, la jefatura de gobierno de la Capital, los gobernadores, sus jueces y milicos asesinos- han conformado una "Santa Alianza" contra los trabajadores y el pueblo, dirigida por el FMI y los grandes empresarios con el objetivo de escarmentar, con golpes represivos selectivos, a la vanguardia obrera combativa.
Pero aunque el accionar de las direcciones reformistas y los golpes represivos selectivos sobre la vanguardia pusieron a la revolución argentina a la defensiva, la lucha de los obreros de Brukman, de los piqueteros de Mosconi, etc., demuestran que las energías revolucionarias no están agotadas, que la revolución no ha sido derrotada, sino que ha entrado en una fase de resistencia.

Un nuevo gobierno, más legitimado
que el del gorila de Duhalde,
para sostener el régimen de la transición

En 2001, al calor de la tercera ronda de la crisis económica mundial, Argentina quedaba dislocada de la división mundial del trabajo, lo que marcó el agotamiento de un modo de acumulación del capitalismo semicolonial basado en el endeudamiento y en el saqueo de la nación, y del régimen de partidos basado en la reaccionaria Constitución de 1853 y su reforma de 1994. Se abrieron enormes brechas en las alturas, por las que irrumpieron los trabajadores y el pueblo, derrocando a De la Rúa, abriendo la revolución y dejando dislocado al régimen infame, transformando a la Argentina en el eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista en América Latina.
Hoy, un año y medio después, el gobierno de Duhalde y el régimen infame vienen de lograr imponer sus elecciones ilegítimas y Kirchner se dispone a asumir el gobierno. Si pudieron llegar hasta aquí, fue gracias al sostén de la burocracia sindical y las direcciones reformistas.
Porque el régimen de la transición y el gobierno ilegítimo de Duhalde -un gobierno debilisímo, puesto a dedo entre gallos y medianoche por un puñado de monopolios, banqueros y patrones devaluacionistas, y refrendado en la Asamblea legislativa por 300 filibusteros que sesionaban cercados por el odio de los trabajadores y el pueblo- sólo se sostuvieron gracias al apoyo de la burocracia sindical en todas sus alas, con la CGT Daer prestándole ministros como Atanassof; con Moyano apoyando a variantes burguesas populistas como Rodríguez Saá, con el CTA dándole tregua y, junto con las direcciones reformistas, conteniendo a las masas, dividiendo las filas obreras y destruyendo desde adentro los organismos de democracia directa para la lucha que los trabajadores y el pueblo habían comenzado a poner en pie.
Duhalde y el régimen infame se sostuvieron porque las direcciones reformistas dividieron a las asambleas populares y las redujeron a su mínima expresión; liquidaron la lucha del movimiento piquetero por trabajo para todos, para dedicarse a repartir y administrar la miseria de los bolsones de comida y los planes trabajar, permitiendo que el gobierno y la patronal utilizara esas conquistas parciales logradas a costa de la sangre de Aníbal Verón y demás mártires obreros para hundir el salario obrero y liquidar los convenios. Se negaron hasta hoy a convocar a la tercera asamblea nacional piquetera, es decir, un verdadero congreso nacional de trabajadores ocupados y desocupados, de las fábricas tomadas y las asambleas populares, para preparar y organizar un nuevo 20 de diciembre que no dejara piedra sobre piedra del gobierno de Duhalde y las instituciones del régimen infame. Impidiendo que la clase obrera levantara un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, permitieron que la clase media que había sido expropiada de sus ahorros terminara detrás de Nito Artaza y los amparos judiciales, rompiendo así la alianza obrera y popular que se había forjado en las calles al inicio de la revolución.
Fueron entonces las que sostuvieron al gobierno de Duhalde y al régimen de la transición, un régimen basado en golpes contrarrevolucionarios selectivos como el de Puente Pueyrredón, y en la contención que impusieron las direcciones reformistas.
La clase obrera no pudo dar una salida, y entonces es la burguesía la que comienza a darla, conquistando, con la consumación de las elecciones ilegítimas y la asunción de Kirchner, un triunfo parcial. Con Kirchner, imponen un gobierno más fuerte y más legitimado que el de Duhalde, porque, aunque aquél haya sacado sólo el 22% de los votos, lograron meter a las masas en el proceso electoral de unas elecciones completamente ilegitimas, logrando que un 80% fuera a votar por algunas de las distintas variantes patronales, con lo que el régimen -tal cual lo dice la misma burguesía en el diario Clarín- empezó a restablecer "canales" hacia las masas, que estaban completamente rotos desde el comienzo de la revolución.
Y aunque el PO y el MST no quieran reconocerlo, la desastrosa elección de la izquierda -1,7% de los votos para IU; y 0,79% para el PO- se debe a que esas corrientes quedaron debilitadas y desprestigiadas frente a los trabajadores y al pueblo, porque el régimen las utilizó para lo que las necesitaba: no para aportarle votos, sino para contener, estrangular y dividir desde dentro de las organizaciones de masas la lucha revolucionaria de la clase obrera. El régimen las utilizó como un limón exprimido: una vez que se le sacó todo el jugo, no sirve más, y se tira.
Con Kirchner surge, entonces, un nuevo gobierno, más fuerte que el de Duhalde, pero no al grado de poder resolver definitivamente la debilidad de un régimen que quedó profundamente golpeado y en crisis tras la irrupción revolucionaria de las masas del 19 y 20 de diciembre de 2001, con todas sus instituciones -el parlamento, la justicia, la policía, las fuerzas armadas- desprestigiadas y debilitadas. Surge un gobierno que todavía no tiene la necesaria fortaleza para recomponer todas las instituciones del estado, porque no ha aplastado a las masas ni ha ganado aún la autoridad como para elevarse por sobre las distintas camarillas patronales. Es más su discurso crítico de las "corporaciones", apareciendo demagógicamente como "defensor del pueblo", no es más que la política de los sectores más perspicaces de la burguesía de tratar de imponer un gobierno que ponga en un segundo plano, que oculte, a los verdaderos detentores del poder, el stablishment, los banqueros y el FMI, contra los que golpeó al plexo el inicio de la revolución en 2001. Les está diciendo que no insistan ahora, como lo hicieron en los '90, con exponer a fondo a las grandes instituciones capitalistas puesto que eso hace peligrar al conjunto del sistema. Les recuerda que hace un año y medio empezó una revolución y los ahorristas desesperados atacaban los bancos, los obreros se tomaban las fábricas directamente.
Está planteando que son ellos ahora, los políticos "renovados", los que lidiarán directamente con las masas. Es un plan de volver a poner en pie una envoltura dulzona de la dictadura del capital, en momentos en que la burguesía no ha logrado aplastar a las masas ni tampoco agotar las fuerzas de la revolución. Y para hacer creíble esto, vienen los Castro, los Lula, los Chávez a su asunción, como veremos más adelante.
Estamos, entonces, ante un nuevo gobierno de la transición, porque no bastan las elecciones -ni las presidenciales, ni las 22 elecciones que se han previsto para todo el año-, para resolver la crisis de un régimen descalabrado por el inicio de la revolución: sólo pueden hacerlo con nuevos y superiores golpes contrarrevolucionarios propinados, en las calles, a las masas. Es que la debilidad o la fortaleza del régimen está dada por la relación de fuerzas entre las clases en pugna -la burguesía y el proletariado-, y la burguesía todavía no ha logrado todavía aplastar a las masas, o agotar sus energías revolucionarias, e imponer un vuelco a su favor a la relación de fuerzas establecida por los trabajadores con su lucha revolucionaria del 19 y 20 de diciembre.
Así, si desde principios de los '80 hasta el 2001, lo que se impuso en Argentina fue el régimen reaccionario de partidos basado en la constitución de 1853 -bajo formas más democrático-burguesas en los '80, y más bonapartistas en los '90-, hoy estamos ante un régimen de transición que todavía no logra definir sus contornos y que, como dijimos, no logrará hacerlo sin nuevas y superiores derrotas impuestas a los trabajadores y el pueblo en las calles.
Para esto se prepara Kirchner: para organizar y asestar más y más duros golpes contrarrevolucionarios selectivos como ya viéramos en Sasetru, en Brukman, en el Norte de Salta, para recuperar lo que la burguesía se vio obligada a ceder ante la revolución, y disciplinar más aún a las direcciones reformistas para que contengan y estrangulen desde adentro la lucha de la clase obrera y el pueblo, y tratar de fortalecer al régimen. Por ello, la pelea de la vanguardia obrera y popular combativa por centralizar la resistencia, unir a los que luchan, y preparar la contraofensiva, ha entrado en una carrera contra el reloj.

¡Ninguna tregua al régimen infame
de los monopolios y el imperialismo,
ni al gobierno de Kirchner, el nuevo verdugo
de los trabajadores y el pueblo!

Kirchner asumirá el domingo 25 de mayo. Los burócratas traidores de la CGT ya salieron a darle su apoyo a este nuevo verdugo de los trabajadores y el pueblo.
Pero no solamente ellos. Porque a la ceremonia de asunción de Kirchner, vienen también, a felicitarlo y a darle su apoyo... Lula, Fidel Castro y Chávez, los jefes del Foro Social Mundial. Y no es casual que vengan Lula, que militarizó varias ciudades y aplica en Brasil los planes del FMI; Chávez que, como dijimos, acaba de entregar en la mesa de negociación la lucha antiimperialista de las masas venezolanas; y Fidel Castro, que le mandó condolencias a los marines yanquis caídos en Irak, y que es un experto en entregar revoluciones firmando pactos contrarrevolucionarios, como hizo en Nicaragua y en El Salvador en el década del '80. Es la expresión de la política de contención y de pactos que impulsa el imperialismo yanqui en América Latina, y también en Argentina, para, con la ayuda de las direcciones reformistas estrangular la lucha de la clase obrera y el pueblo e imponerles la rendición. Y sobre esa base, permitir que se inicie un nuevo ciclo de negocios que en futuro, a costa del hundimiento del salario obrero, de la miseria de las masas y de la superexplotación de los trabajadores, le permita a los yanquis volver a sacarle una nueva tajada de plusvalía a la clase obrera, y cobrarse la deuda externa.
Es por esta razón, porque se lo mandan sus jefes del Foro Social Mundial, que el CTA -por boca de D'Elía- ya ha salido a pedir una tregua para "darle tiempo" al gobierno de Kirchner.
De la misma manera, organizaciones piqueteras, ya han anunciado que irán a presentarle su "pliego de reclamos" a Kirchner, o hablan de que hay que darle tiempo. El PO-Polo Obrero ya se apresta a conceder ese "tiempo", y ha llamado a una nueva reunión de su "Asamblea Nacional de Trabajadores" del Bloque Piquetero... recién para fines de julio. Y lo que es peor, ha ido a decirle a las obreras de Brukman que se subordinen a la "Asamblea" del BPN de julio, o bien que no cuenten con ellos para el congreso nacional de trabajadores ocupados, desocupados, asambleas populares y todos los sectores en lucha que ellas están impulsando para el 15 de junio.
Así, los agentes del Foro Social Mundial en Argentina -la burocracia sindical y las direcciones reformistas- se están preparando para darle tregua al gobierno de Kirchner. Una nueva tregua como la que le dieron a Duhalde después de terminar de expropiar, en el acto de "conmemoración" el 20 de diciembre de 2002, la lucha de los trabajadores y el pueblo, y que le permitió al gobierno fortalecerse para lanzar su contraofensiva desalojando Sasetru, Brukman y encarcelando a los piqueteros salteños.
Se están preparando para darle una tregua, como se la dieron en diciembre de 2001 al efímero gobierno de Rodríguez Sáa, cuando D'Elía, Alderete y Pitrola corrieron a besarle la mano, mientras éste se reunía en un "congreso de descamisados" con toda la burocracia sindical de Daer y Moyano.
Cuando asumió De la Rúa, en 1999, la CGT de Moyano y el CTA de De Gennaro también le dieron una tregua... que le permitió al gobierno gorila de la Alianza, apenas a la semana de haber asumido, mandar la gendarmería a aplastar la lucha de los trabajadores y el pueblo de Corrientes, y asesinar a cinco luchadores obreros en el puente.
Hoy, frente a la asunción del nuevo verdugo Kirchner, se preparan para hacer lo mismo. Todas las direcciones reformistas dicen que se trata de "un gobierno débil"... y justamente por eso, se preparan para sostener a este segundo gobierno de la transición, dándole tregua, dándole "tiempo", al igual que lo hicieron con Duhalde.
Hablan de que no hay que hacer "acciones petardistas" para "no enfrentarse con las clases medias", cuando fue por el sostén y la tregua que le dieron al gobierno de Duhalde y al régimen de la transición, dedicándose a repartir limosnas y administrar la miseria, negándose a atacar la propiedad de los capitalistas y los banqueros que le habían expropiado sus ahorros a las clases medias, lo que empujó a estas a los brazos de los Nito Artaza, y luego de las Carrió y de los López Murphy, permitiendo que éstas fueran a votar masivamente a las elecciones ilegítimas.
Hoy, toda tregua concedida al gobierno de Kirchner, continuador del gobierno asesino y gorila de Duhalde, los monopolios, los banqueros, la patronal esclavista y el FMI, es darle "tiempo" para que prepare nuevos ataques contra los trabajadores y el pueblo, nuevos golpes contrarrevolucionarios selectivos para recuperar para la burguesía las conquistas que la revolución le arrancó. Toda "tregua" concedida a Kirchner se hará sobre los huesos de los dirigentes piqueteros encarcelados y los miles de luchadores procesados y perseguidos mantenidos como rehenes por el estado patronal, se hará sobre los huesos de las obreras de Brukman dejadas en la calle, y sobre los huesos de la amplia mayoría de la clase obrera argentina hundida en la miseria y en la superexplotación.
Toda tregua concedida a Kirchner hoy, abre el peligro de que el gobierno y el régimen infame, que ni aún con la policía entrando a Sasetru y a Brukman, con el encarcelamiento de los dirigentes de la UTD, con la represión del 21 de abril, lograron imponer lo que querían, que era derrotar en un solo acto y obligar a rendirse a las obreras de Brukman y a los piqueteros salteños, puedan terminar de hacerlo mediante la tregua que le concedan las direcciones reformistas, que dejen aisladas esas luchas y a la vanguardia obrera y popular combativa que lucha por reagruparse y centralizar la resistencia.

Brukman se transforma en el más importante foco de resistencia frente al ataque patronal

Frente a la ofensiva lanzada por el gobierno y la patronal, la lucha de la heroicas trabajadoras de Brukman por recuperar su fábrica tras el desalojo policial, ha mostrado que, aunque en la resistencia y a la defensiva, las energías revolucionarias de las masas no están en absoluto agotadas. La ejemplar lucha de las obreras de Brukman ha recibido el apoyo y solidaridad de prácticamente toda la vanguardia obrera. Organizaciones piqueteras, asambleas populares, organismos de derechos humanos y partidos de izquierda hemos rodeado a las obreras en su lucha por recuperar la fábrica.
Alrededor de la lucha de Brukman y de los piqueteros de la UTD Mosconi -que conquistaron la unidad en esta lucha- se reúne y se atalona la vanguardia obrera. En primer lugar porque Brukman es un símbolo de la revolución y sus conquistas, con las obreras atacando la propiedad de los capitalistas y levantando la estatización sin pago bajo control obrero, marcando así un camino revolucionario para toda la clase obrera.Al igual que lo son los piqueteros salteños que se levantaron luchando por trabajo para todos y atacando la propiedad de las petroleras.
Pero también porque esa vanguardia obrera y combativa es consciente de que si hoy pasa el ataque patronal a las obreras de Brukman, mañana la burguesía irá por Zanón y el resto de las fábricas recuperadas, por el movimiento piquetero y todos los sectores en lucha.
En esta lucha fueron las obreras de Brukman y la vanguardia obrera las que pudieron imponer su impronta en su lucha por recuperar la fábrica, pese a la política de la izquierda reformista que intentó e intenta por todos los medios poner a las trabajadoras de rodillas y obligarlas a aceptar la rendición frente a los jueces, la legislatura porteña o el ministerio de trabajo. Y lo pudieron hacer porque, contradictoriamente, la burguesía con su ataque debilitó a las direcciones y la izquierda reformistas, que quedaron expuestas ante los ojos de las masas.
Hoy la lucha de las heroicas obreras de Brukman ha puesto a la orden del día conquistar la unidad de los que luchan en un gran frente único obrero, un verdadero comando nacional de lucha para permitir que la vanguardia se atalone y deje de retroceder, reagrupe fuerzas y prepare la contraofensiva obrera y popular.
Pero contra esta perspectiva conspiran las direcciones reformistas que por todos los medios han echado toneladas de agua para apagar el fuego de las obreras de Brukman y su lucha revolucionaria. Si hasta ahora no lo han conseguido es mérito de las heroicas trabajadoras de Brukman, de los piqueteros del Norte de Salta y de la vanguardia obrera y popular combativa que han comprendido, con certero instinto que si el gobierno y la patronal pasan en Brukman, después pasan en todos lados, y que por ello, a cada paso pusieron su impronta en el combate, peleando por unir a los que luchan, centralizar la resistencia y preparar la contraofensiva.
Porque contra la izquierda que decía que la única salida era negociar, las obreras de Brukman junto a la vanguardia obrera tiraron las vallas policiales negándose a firmar la rendición. Contra los que decían que arrancar un paro general es prácticamente imposible, las obreras de Brukman -junto al valiente aporte de los trabajadores del FTC- marcharon al CTA para exigirle a De Gennaro y la CTA que, al igual que lo hicieron en LAPA se pusieran a la cabeza del combate, y llamaran a un paro general; que si ya está por salir el decreto que establece la estatización de LAPA manteniendo todos los puestos de trabajo, por qué la CTA no lucha por lo mismo para Brukman. Como resultado de su movilización al CTA, Fabio Basteiro, secretario general del CTA capital y Michelli, secretario general de ATE Capital, tuvieron que concurrir a la reunión de coordinación del sábado 17 y comprometerse a llamar al paro general.

Las obreras de Brukman, los piqueteros
salteños, los sectores combativos
del movimiento piquetero que luchan
por trabajo genuino, marcan el camino
para unir a los que luchan, y conquistar un congreso obrero para preparar
la contraofensiva obrera y popular
con un plan de lucha hacia el paro general

Hoy, los explotadores, con el nuevo gobierno de la transición encabezado por Kirchner, empiezan a alistar sus fuerzas para lanzar nuevos ataques. Las direcciones reformistas se preparan para darle tregua, para presentarle sus "pliegos de reclamos", mientras dicen que "no hay condiciones" para un congreso obrero, ni menos que menos para el paro general.
Quieren que las obreras de Brukman, los piqueteros presos, los docentes entrerrianos que hace cuatro meses que no cobran, los trabajadores desocupados que no tienen ni un pedazo de pan para darle a sus hijos, los trabajadores ocupados superexplotados por salarios de hambre, le demos "tregua" a Kirchner y al régimen infame de los monopolios el FMI.
Las direcciones reformistas quieren que le demos "tiempo" a Kirchner. Pues bien, que Kirchner saque a la policía de la fábrica, les de la estatización a las obreras de Brukman -como vienen de hacer con LAPA-, les pague los salarios; que libere a Pepino Fernández y a todos los presos políticos, que levante las causas y procesos contra los luchadores obreros y populares; que decrete un subsidio inmediato de $ 600 sin contraprestación laboral para todos los desocupados a partir de los 16 años, y entonces, tendrá su "tiempo".
Pero no: la tregua que quieren darle las direcciones reformistas, significa en Brukman las obreras viviendo en una carpa, pasando hambre y frío con sus familias, y el patrón y la policía adentro de la fábrica. Significa "Pepino" Fernández encarcelado en "Las Rosas", como rehén del estado, y miles de piqueteros y luchadores obreros y populares perseguidos. Significa para los trabajadores desocupados la miseria de los 150 lecops, y ser utilizados por los patrones para hundir el salario de toda la clase obrera e imponerle la esclavitud a los trabajadores ocupados.
¡Quieren que les demos "tregua", cuando el imperialismo, los monopolios, los banqueros y la patronal y sus gobiernos, con los milicos, con Alfonsín, con Menem, con De la Rúa, con Duhalde, con Kirchner, no le dan tregua en su ataque a la clase obrera argentina desde hace décadas!
Contra la tregua que preparan las direcciones reformistas, las obreras de Brukman en lucha por recuperar su fábrica, los piqueteros salteños por liberar a sus dirigentes presos, los sectores combativos del movimiento piquetero que luchan por trabajo genuino, marcan el camino para unir a los que luchan, y conquistar un congreso nacional de trabajadores ocupados y desocupados con delegados de todos los sectores en lucha, en el camino del paro general. En este sentido va la resolución votada en la reunión de coordinación el 17 de Mayo en Brukman de participar de la "marcha unitaria del día 26 de mayo desde el Puente Pueyrredón hacia la Plaza de Mayo, para decirle al nuevo gobierno que los trabajadores ocupados y desocupados vamos a seguir peleando".
La tarea del momento es llevar la moción en esa misma reunión -y que reproducimos en la tapa de este periódico- a todos los movimientos piqueteros, las fábricas tomadas, las comisiones internas y seccionales sindicales combativas, las asambleas populares, las universidades y los colegios y a todos los sectores en lucha, para que todas las organizaciones que tengan acuerdo con el pliego de reclamos de cuatro puntos, tomen en sus manos la realización de un Congreso nacional obrero y popular para el 15 de junio, como han propuesto las obreras de Brukman, votando sus delegados con mandato al mismo.
Ese Congreso tendría autoridad para poner en pie un comando nacional de lucha, y levantar un pliego único de reclamos para unificar la lucha de Brukman, de LAPA, de Renacer y de las más de 100 fábricas tomadas alrededor de la lucha por la estatización sin pago y bajo control obrero de las mismas y de toda empresa que cierre o despida; por un subsidio inmediato de 600 $ sin contraprestación laboral para todo trabajador desocupado, por aumento de salarios al nivel de la canasta familiar y por el aumento de los planes y su extensión a todo trabajador desocupado, subocupado o en negro; por la libertad de todos los presos políticos y por el desprocesamiento de todos los luchadores obreros y populares perseguidos y transformados en rehenes del estado patronal. Tendría la autoridad para llamar a poner en pie comités de autodefensa de las organizaciones obreras en lucha para enfrentar la represión de los perros de presa de la patronal y su Estado.
Un comando nacional así, votado en este Congreso, tendría una enorme autoridad para votar un plan de lucha y no darle ni un minuto de tregua al verdugo Kirchner hacia el paro general para hacer rendir y ponerle el pie en el pecho al gobierno y a la patronal, e imponer las demandas de las obreras de Brukman, de LAPA, de los movimientos piqueteros y de toda la clase obrera, retomando el camino de la lucha revolucionaria que iniciamos el 13, 19 y 20 de diciembre.

Comité Redactor de Democracia Obrera

Volver a Principal Ver siguiente Ver primer recuadro Ver segundo recuadro