volver al índice del Democracia Obrera Nº 54

El sistema capitalista mundial está en bancarrota
Un destacamento avanzado de la clase obrera mundial cerca Wall Street, el verdadero enemigo de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo
√ En Europa,  el Norte de África y Medio Oriente, como en Chile, Bolivia y Colombia, se combate contra el feroz ataque de los capitalistas y el imperialismo, que le tiran toda su crisis para que la paguen las masas
√ Los parásitos imperialistas mantienen su poder y sus ganancias con guerras, bonapartismo, saqueo, engaños y un brutal ataque a la clase obrera mundial

PARA QUE LA CLASE OBRERA MUNDIAL VIVA,
EL IMPERIALISMO DEBE MORIR

En Argentina, el FIT promete que en las urnas, sin atacar la propiedad privada de los capitalistas, sin derrotar a sus gobiernos y con diputados de izquierda en el parlamento, la clase obrera llegará al paraíso...

EDULCORAR AL CAPITALISMO EN BANCARROTA:

UNA UTOPÍA REACCIONARIA DEL REFORMISMO

El FIT de Altamira y Castillo, ex trotskistas ahora devenidos en el ala izquierda del Foro Social Mundial… de Castro, Chávez, Morales y la “nueva izquierda plural” de los partidos socialimperialistas europeos

E

n el Norte de África y Medio Oriente, las masas combaten por el pan iniciando heroicas revoluciones.
En Europa, la clase obrera, a pesar y en contra de la burocracia de los sindicatos y los partidos socialimperialistas, con oleadas de lucha ofensiva e intentos revolucionarios resiste, a cada paso, el ataque de los capitalistas. En Inglaterra, la juventud obrera e inmigrante combate en las calles de Tottenham. En Italia, el movimiento estudiantil gana las calles junto al movimiento obrero. En Grecia, el stalinismo y el reformismo ya no pueden parar el choque y la guerra civil entre las clases que se ha abierto.
El reformismo y los partidos socialimperialistas intentan impedir la sincronización del combate por el pan de los explotados a una y otra orilla del Mediterráneo. Ellos sostienen a Maastricht y a la Unión Europea de las potencias imperialistas en bancarrota, que no hacen más que salvar a los bancos y al capital financiero y echarle toda la crisis a las masas.
Como ayer en el crack del 2007 en EEUU, la burguesía y sus gobiernos no tienen ningún problema en “nacionalizar las privatizadas” como aconseja el FIT. Allí, Obama y el régimen de los republicratas nacionalizaron la crisis de los bancos para tirársela a las masas, y luego devolverle a los bancos sus beneficios y salvarlos del crack. Esto no es más que “socializar” las pérdidas y “privatizar” las ganancias.
El reformismo, con sus “cantos de sirena” de “asambleas constituyentes” y “democracia”, intenta echar agua al fuego de los combates revolucionarios que protagonizan las masas de Libia, Siria, Egipto, Túnez, Bahrein, etc. contra sus padecimientos inauditos.
Mientras en el Norte de África y Medio Oriente caen los dispositivos de control del imperialismo –como Egipto y como la Libia de Khadafy-, un “frente de izquierda” se ha unido para sostener al sionismo. Quieren que el estado sionista-fascista de Israel se maquille y acepte el plan de dos estados que, bajo el mando de Obama, intenta engañar a las masas para que se “retrotraigan” las fronteras a las del ’67. Esto equivale a legitimar el estado contrarrevolucionario sionista, el robo y ocupación de las tierras palestinas y mantener al pueblo palestino en verdaderos “bantustanes” y campos de concentración y como mano de obra esclava de Medio Oriente en el Líbano y Jordania.
La izquierda reformista mundial es la defensora, a capa y espada, del “pacto democrático” de Churchill, Roosevelt y Stalin que, en 1948, fundara, bajo el manto de la ONU, ese dispositivo de control contrarrevolucionario que es el estado sionista de Israel, para disciplinar y controlar a las masas del Norte de África y Medio Oriente y defender las rutas del petróleo.
Por ello han saludado alborozados, desde el NPA francés, el SWP inglés, toda la izquierda europea y no digamos nada del FIT de Altamira y Castillo, a los indignados del estado de Israel, quienes sólo podrán conseguir sus demandas de viviendas expropiando aún más las tierras de la nación palestina.
Mientras tanto, la clase obrera norteamericana y su avanzada que cerca Wall Street ha marcado las coordenadas de los responsables de la crisis mundial, que afecta a todo el planeta y que padecen y sufren las masas y todo el proletariado mundial.
Allí está el punto de apoyo para atacar a los banqueros y a esa súper-oligarquía mundial de las finanzas, que se ha gastado y robado lo que el trabajo humano aún ni ha producido, regando al planeta de bonos y moneda sin valor, quebrando los estados y profundizando el saqueo de los pueblos oprimidos y la súper-explotación a la clase obrera.

El FIT ignora, en su campaña electoral “argentina”, el grito de guerra de los indignados de Madrid: “nuestros sueños no caben en vuestras urnas”. Para el FIT, en la Argentina de los Kirchner, todos los sueños de los explotados se cumplirán en las urnas del régimen archirreaccionario de la constitución del ‘53.
En contra de los indignados de Madrid, que han proclamado “nos habéis quitado demasiado y ahora lo queremos todo”, el FIT plantea que se puede conseguir todo poco a poco, con reformas al sistema capitalista y desde el parlamento. Allí se lograrían, según ellos, las conquistas que ansían la clase obrera y las masas de Argentina.
Las masas que entran al combate abren, cada vez más, un ángulo de 180° a nivel mundial con esa internacional de enfermeros del capitalismo, que se ha organizado bajo las banderas del Foro Social Mundial y todas sus colaterales en el planeta.
Para nada el FIT le plantea a las masas, como no lo hacen sus jefes del Foro Social Mundial de la “nueva izquierda”, los bolivarianos y los restos del stalinismo, que PARA QUE LA CLASE OBRERA Y LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL MUNDO VIVAN, EL IMPERIALISMO DEBE MORIR, como planteaba la III Internacional revolucionaria de Trotsky y Lenin. Su grito de guerra era: para conquistar el pan y la independencia nacional, la clase obrera debe tomar el poder y esto sólo se logra con la revolución socialista.

Para el FIT y toda la “nueva izquierda” del Foro Social Mundial, ha comenzado la “primavera de los pueblos” en el Norte de África y Medio Oriente. Para ellos, florece sin flores
Le anuncian a la clase obrera argentina que con ellos en el parlamento y la Kirchner en el poder vendrá ahora la “primavera porteña”

El FIT del PO, el PTS e Izquierda Socialista no es un producto autóctono como el dulce de leche de Argentina. Son parte de la izquierda reformista, agrupada bajo el Foro Social Mundial, para sostener por izquierda al capitalismo y al sistema imperialista en bancarrota. Ellos se centralizan en reuniones a nivel mundial, donde coordinan aplicar la misma política, en el mismo momento, en todo el planeta.
Todos ellos, al unísono, han dicho que las heroicas revoluciones que comenzaran en el Norte de África y Medio Oriente por el pan eran “primavera de los pueblos”.
¿Primavera de los pueblos, impulsadas por la burguesía que hacen “revoluciones democráticas” y arman a las masas como en 1848 lo hicieran contra las monarquías europeas? ¡MENTIRA! A las autocracias contrarrevolucionarias sostenidas por el imperialismo y apoyadas por todas las fracciones de las burguesías nativas del Norte de África y Medio Oriente, las enfrentaron las masas armándose, dejando sus mártires en las calles, resistiendo heroicamente ciudad a ciudad contra los asesinatos de las burguesías árabes en Siria, en Bahrein, Yemen.
En Libia las masas llegaron mucho más lejos. Dejaron descalabrado al régimen contrarrevolucionario lacayo del imperialismo de Khadafy, su ejército y su estado. La “nueva izquierda”, la de la “primavera de los pueblos”, sostuvo el “invierno” del lacayo de Khadafy, asesino de decenas de miles de trabajadores libios, el gendarme que controlaba y cobraba peaje para el ingreso de obreros esclavos de África a la Europa imperialista. Lo sostuvo hasta último momento en que éste fuera rescatado por la CIA y la OTAN desde la Trípoli tomada y recuperada por las masas.
La “nueva izquierda” anunciaba su “oposición a la OTAN”, pero se negaron a tomar una sola medida en Europa, Inglaterra, Francia, EEUU para paralizar la máquina de guerra de la OTAN, y volcar todas sus fuerzas para sostener la rebeldía de los insurrectos que, aislados de la clase obrera europea, quedaron a merced de los nuevos gobiernos “democráticos”, como el CNT, sostenidos por todos los generales de Khadafy, con la bendición de las bombas de la OTAN.
¿Primavera de los pueblos, con las masas de Egipto masacradas nuevamente por el “gobierno de transición” de los generales “democráticos”, sostenedores hasta ayer de Mubarak y del estado sionista de Israel?
¿Primavera de los pueblos, cuando se combate en Túnez contra los fraudes y las trampas “democráticas”? ¿Primavera de los pueblos cuando las masas cuentan los cadáveres de sus mártires, país a país?
Guerras, revolución, contrarrevolución y mil y una trampas y conspiraciones contra las masas revolucionarias es lo que se desarrolla en la escena mundial y en el Norte de África y Medio Oriente en particular.
Se quiere ocultar a la clase obrera argentina que allí, para conquistar el pan, para terminar con el ataque del capitalismo y el saqueo del imperialismo, las masas se levantaron de forma revolucionaria como en el 2001 en Argentina, por el pan, contra la desocupación, contra los gobiernos lacayos del imperialismo.
El FIT quiere que la clase obrera argentina se olvide para siempre que para conquistar la más mínima de las demandas vamos a tener que pelear un millón de veces más que en el 2001 contra el ataque, que ya empezó y que se profundiza y se profundizará, tanto en Argentina como en el Cono Sur.
Quieren hacerle creer a la clase trabajadora que con un parlamento con muchos diputados de izquierda y con un gobierno de las transnacionales imperialistas, asentado en una casta de jueces represora y una casta de oficiales y milicos asesinos, se podrá conquistar “la primavera de los pueblos” en Argentina.
Altamira y Castillo nos hablan de una revolución de terciopelo que ellos realizarán desde sus bancas, donde la clase obrera conseguiría el elixir del paraíso. Esto es un engaño más.

Se combate en Chile. Vuelve el proletariado boliviano en acciones revolucionarias. Se sublevan las masas en Colombia contra el régimen asesino y fascista de Santos-Uribe y contra las bases yanquis.
No bien comienzan amagues de desaceleramiento de la economía china y la recesión europea preanuncia la caída de las exportaciones del Mercosur hacia esa región, la burguesía ya está amenazando con miles de despidos, suspensiones, blandiendo el látigo del asesinato de obreros como en el Indoamericano, en Jujuy y atacando a los luchadores obreros.
Se le quiere decir a la clase obrera argentina que cuando la burguesía está feliz y festeja haber sacado a la nación del “infierno” del 2001, es decir, de la revolución, para los explotados vienen “primaveras” y no el invierno y el infierno al que los va a llevar la burguesía, cuyo objetivo no es otro que terminar de consolidar una Argentina maquiladora, esquilmada por los sojeros, las petroleras, las transnacionales, el imperialismo y sus socios de la burguesía nativa.
Hablemos claro, los trotskistas que combatimos bajo las banderas de la IV Internacional afirmamos que este devenir bonachón de “primavera de los pueblos por delante”, con el que la izquierda le quiere pintar un camino de rosas a los explotados, tiene un origen, una piedra basal. Es que en EEUU “ha sido derrotado Bush y ha llegado la democracia, que se expande en todo el mundo”, con… el asesino Obama, que no es más que un Bush tiznado.
La Obamamanía de un imperialismo “democrático” se choca a cada paso con las miles de cárceles secretas de la CIA, con la “primavera” de las tropas yanquis matando a sus oponentes en cualquier lugar del mundo, con los presos que se siguen pudriendo en Guantánamo, y con la más feroz ofensiva del imperialismo yanqui para hacerle pagar la crisis a su propio proletariado, a los pueblos oprimidos del mundo y la clase obrera mundial.

El FIT no prepara a la clase obrera argentina -y se ha desperdiciado una gran oportunidad en la campaña electoral para ello- como un destacamento de la clase obrera latinoamericana y mundial para el combate real que tiene por delante, que no es otro que enfrentar al más cruel de los enemigos, el que la engaña y le genera ilusiones, como el gobierno de los Kirchner, para aplicarle peores planes de represión y hambre que los de Menem y De la Rua juntos.
El FIT sigue opinando que presionando al gobierno de los Kirchner se le podrá arrancar conquistas. Quieren crear la ilusión que con algunos diputados de la izquierda en el parlamento, esa fantasía reaccionaria se podrá hacer realidad.
Hay que decir la verdad. El que decía que había que trabajar, aceptar salarios de miseria, comerse la devaluación, soportar la carestía de la vida y el trabajo en cama caliente fue Fidel Castro, que vino a la Argentina en el 2001/2003 y a la “Contra Cumbre” en el 2005 junto a Chávez.
Toda la izquierda reformista y el FIT le dieron el micrófono, ante millones de trabajadores argentinos que lo escuchaban y miles de jóvenes que participaron en sus actos en la facultad de derecho y en Córdoba. Fidel Castro, sostenido por la izquierda, vino a decir que “había un amigo en la Rosada, que ahora había que producir, porque luego el gobierno iba a repartir”, sosteniendo así al gobierno de los Kirchner. Los trabajadores argentinos saben cómo está “repartiendo” el gobierno cipayo de la Kirchner: presos, latigazos, muertos, procesados y un 70% de la clase obrera en negro en una verdadera Argentina maquila.

El Foro Social Mundial, con su pseudo-teoría stalinista de someter a la clase obrera a los “campos burgueses progresivos”, quiere hacer pasar a los enemigos de la clase obrera como sus aliados
Una “nueva izquierda” mundial impregnada por la Obamamanía y sus académicos pseudoizquierdistas

En EEUU, todas las corrientes reformistas del Foro Social Mundial han desplegado en toda su envergadura la pérfida política de sostener por izquierda los cantos de sirena de la “democracia” contra el “fascismo”. Todas las corrientes de la izquierda, que están organizadas desde Alaska a Tierra del Fuego por el ELAC (Encuentro Latinoamericano y Caribeño de trabajadores, es decir, el frente sindical del Foro Social Mundial en el continente americano), como el FIT de Argentina, que en EEUU se llaman ‘socialismo 2010’ ó 2011’, SWP norteamericano, ONGs de todo tipo, castristas, etc., hoy se han encolumnado, como ayer lo hicieran “todos contra Bush”, todos juntos “contra el Tea Party” para terminar sosteniendo a Obama… “todos contra el fascismo, en defensa de la democracia”.
El grito de guerra de la izquierda reformista fue: “todos contra los fascistas del Tea Party, que quieren bajar los impuestos de los ricos y reducir la inversión del estado en salud, educación, subsidios, etc.” Pero, pese a esta izquierda “democrática”, fue Obama el que aplicó, multiplicado por dos, el programa de estos “fascistas” del Tea Party, liquidando subsidios, bajando impuestos y mostrándose como lo que es: el verdadero jefe contrarrevolucionario de los intereses de Wall Street a nivel mundial.
Las “alas fascistas” del imperialismo blanden el látigo del gran capital. La izquierda somete a la clase obrera al imperialista “democrático”, que supuestamente la defenderá… por eso lo sostienen. ¿Y quién aplica la política contra las masas del látigo del fascista? El amigo “democrático” de la izquierda mundial: Obama. Es que todos están bajo las órdenes de Wall Street, un puñado de parásitos que han llevado el planeta a la peor de las catástrofes.
Los viejos Partidos Comunistas stalinistas de la vieja burocracia soviética o china, ya no pueden sostener más esta pérfida política de colaboración de clases. Fueron ellos quienes entregaron los estados obreros al capitalismo, deviniendo ellos en una nueva burguesía. En China, con la restauración capitalista, le entregaron al imperialismo y a la burguesía mundial centenares de millones de obreros esclavos para superexplotarlos y hundir el salario del conjunto de los trabajadores a nivel mundial. Son ellos los que le entregaron el petróleo, el gas y la mano de obra barata del este europeo a los carniceros imperialistas alemanes, franceses y europeos para su beneficio. Son ellos los que en Cuba, en nombre del “socialismo”, dejan en la calle a un millón de trabajadores, mientras restablecen el derecho de herencia, para que Cuba vuelva a ser el prostíbulo norteamericano.
Es por semejante descredito que ahora les toca a los ex trotskistas de la izquierda de Obama jugar ese rol por izquierda como estrategas de los “frentes democráticos”. Son los que quieren hacer pasar a las versiones “democráticas” y pseudo-nacionalistas de la burguesía como aliados de la clase obrera, cuando son sus más grandes y feroces enemigos.
Desde Alaska a Tierra del Fuego, el rol de las direcciones reformistas fue someter a la clase obrera y su ala izquierda y combativa a las versiones “democráticas y progresistas” de la burguesía, contra las fuerzas “fascistas”, “de la reacción”, “de la derecha”, etc. Para ellos la contradicción fundamental es entre democracia y dictadura; entre nación e imperialismo. Es la vieja política del reformismo de “suspender la lucha de clases de los explotados” para sostener a un ala burguesa que, según ellos, sería aliada de la lucha y los intereses de la clase obrera.
En fin, es la continuación de la vieja política del stalinismo. Como si fuera posible romper con el imperialismo, aplastar las fuerzas contrarrevolucionarias que de él surgen, sin que la clase obrera rompa con la burguesía y avance a la toma del poder.
Pretender que el “demócrata” Obama frene al “fascista” Tea Party equivale a creer que las pandillas de los carniceros imperialistas yanquis dejarán de sostener a los cinco comandos militares con los cuales controlan el planeta a los bombazos limpios.
Hay que hablar claro. Al sistema capitalista en bancarrota no lo sostiene solamente sus fuerzas contrarrevolucionarias, sus ejércitos y sus estados. Éste ha reagrupado las fuerzas del reformismo para levantar una muralla entre la clase obrera y la revolución socialista, que es la única forma en que se para la decadencia capitalista y se conquistan las demandas de los explotados del mundo.

El ELAC y toda la izquierda del Foro Social Mundial, como el FIT de Argentina, fieles sostenedores de los gobiernos bolivarianos

El último congreso del ELAC en Brasil -a donde fueron el partido llamado “anticapitalista” de Francia, el SWP inglés, sus aliados los burócratas rompehuelgas de Chukaku-ha de Japón, todo el FIT y la izquierda argentina y de toda América Latina, junto al PSTU y el PSOL de Brasil- no votó ningún programa de ofensiva y centralización del combate de las masas del continente americano contra el brutal ataque que ya estaba en ciernes. Tampoco votó centralizar el combate de las masas que hoy se sublevan en luchas revolucionarias en Chile, en Bolivia, en Colombia, etc.
En ese congreso, el grito fue: “a las burguesías nativas no se las llama a derrotar, sino que se las critica y se les hace exigencias”. Así se les respondía a los obreros fabriles de La Paz, que fueron a ese congreso a buscar solidaridad para enfrentar a las burguesías nativas, su política de entrega de la nación al imperialismo y a las burocracias colaboracionistas. Estas direcciones le dieron la espalda a los obreros fabriles de La Paz y a la clase obrera boliviana, dejándolos solos ante el brutal ataque que largó el “democrático y progresista” Evo Morales con el gasolinazo y cuando le expropió la tierra a los campesinos pobres del Tipnis, mientras dejaba las tierras más ricas y productivas en manos de la oligarquía cruceña.
Ante todo esto, la izquierda reformista mundial sigue sosteniendo que no hay que enfrentar a los gobiernos asesinos de los trabajadores y cipayos del imperialismo. A ellos sólo hay que presionarlos para que den conquistas para los trabajadores.
Esta política del Foro Social Mundial de presionar a los parlamentos o a los gobiernos para que no pasen el ajuste contra las masas ya se probó en Europa. Allí, las burocracias sindicales, los partidos socialimperialistas y el Foro Social Mundial organizaron marchas a Bruselas para pedirle a esa cueva de bandidos del parlamento europeo que morigere el ajuste. Llamaron inclusive a hacer huelgas generales de presión. Una vergüenza. Esto es como pedirle al león que no se coma al ciervo.
Pedirle a la Cristina Kirchner que no judicialice la protesta social; pedirles a los trabajadores kirchneristas que corten boleta para meter a la izquierda en el parlamento pero que sigan apoyando a la Cristina, no es más que la refracción nacional de esa política internacional del Foro Social Mundial, que en Argentina significa desarmar políticamente a la clase obrera y su vanguardia para enfrentar a este gobierno gorila, represor y anti-obrero que busca legitimar su poder para profundizar la guerra que ya le ha declarado a la clase obrera argentina.

La clase obrera y la juventud de EEUU, a pesar y en contra de las direcciones reformistas, le marcan con claridad a la clase obrera mundial que los jefes de todos los explotadores, hambreadores y represores del planeta son los parásitos de Wall Street

Afirmamos que los FIT, los ELAC, la “nueva izquierda” europea, los agrupados en conferencias “socialistas” con liberales pequeñoburgueses en EEUU año tras año, no son los que convocaron a las masas a sublevarse en revoluciones por el pan en el Norte de África y Medio Oriente.
Ellos colaboraron con las aristocracias y burocracias obreras de los sindicatos para que sean tratados como perros y obreros de segunda los trabajadores inmigrantes en Europa. Ellos llamaron a hacer en Grecia lo que decía el Partido Comunista de ese país, que amenazaba con unir a los trabajadores europeos y sólo unió a la burocracia de los sindicatos para someter a cada clase obrera a su burguesía imperialista.
Ellos en Chile, salvo enviar delegaciones, se negaron a plantear que para conseguir algo había que atacar a los capitalistas como sí lo hicieron los 150.000 mineros que entraron en un durísimo combate contra el gobierno de Piñera al grito de “nacionalización bajo control obrero del cobre para garantizar el salario para los trabajadores y la educación para el hijo del obrero”.
En sus pomposas reuniones internacionales no organizaron las barricadas ni las tomas de los colegios en Chile; y mucho menos organizaron la huelga general que largó la clase obrera boliviana contra el gobierno asesino, represor y entreguista de Morales, que masacró a campesinos pobres, mientras venía de pactar con la Media Luna fascista una constitución común.
Y hay algo que jamás hicieron: organizar un combate centralizado internacional de la clase obrera. Se juntaron por región y por continente –como lo hicieron en los Foros Sociales de África, Europa y América- para desincronizar, cercar y aislar los procesos revolucionarios.
Por eso la unidad de la clase obrera argentina con la clase obrera mundial no existe en los spots televisivos del FIT. No se muestra cómo luchar cercando Wall Street, como hace una pequeña avanzada de la clase obrera y la juventud norteamericana.
Es tan grande el sometimiento a las burguesías nacionales de cada país de estas “nuevas izquierdas” que movimientos espontáneos, aún bonachones, descoordinados, como el movimiento de los indignados, comienza a centralizarse a nivel internacional en acciones comunes. Tendiendo así a romper el cerco que montaran las direcciones reformistas para someter a la clase obrera a sus propias burguesías, país por país.
Es que la burocracia de los sindicatos y los partidos llamados de izquierda son enemigos de esta coordinación y de cualquier lucha común de la clase obrera mundial.
Estos movimientos se dan a pesar y en contra de ellos. Con todas sus limitaciones, ilusiones, al romper el control de los aparatos reformistas, tienden a unir a los explotados del mundo contra el mismo enemigo. El FSM y los renegados del trotskismo no llamaron a coordinar ninguna acción de lucha efectiva en las calles a nivel internacional contra los explotadores y los banqueros. Eso sí que es “crisis de subjetividad”, miseria del nacionalismo pequeñoburgués.

La clase obrera norteamericana, a pesar y en contra de toda la izquierda reformista, junto a un puñado de jóvenes le marcaron las coordenadas del enemigo a la clase obrera mundial, cercando Wall Street. Allí está el verdadero poder que maneja a la Kirchner y la burguesía Argentina y las transnacionales que saquean el Mercosur y el continente americano. Allí están los 10.000 millones de dólares cash que pagó a los banqueros la Cristina de una deuda externa fraudulenta.
La clase obrera y la juventud norteamericana han vuelto a desnudar al rey, que tanto se esforzó la izquierda del Foro Social Mundial en vestir de “democrático”. Ellos, al grito de: “somos el 99% de los indignados EEUU que tiene el 1% de las riquezas, porque el 1% de los parásitos imperialistas de Wall Street tienen el 99%”, son los mejores aliados de los obreros y campesinos masacrados en Bolivia, del heroico proletariado minero y la juventud combativa chilena, de los obreros petroleros y estudiantes que hoy se sublevan en Colombia, y fundamentalmente son los más grandes enemigos de las transnacionales del Mercosur.
Un punto más de recesión en Europa, EEUU o en China significará despidos, suspensiones para los trabajadores de la región. No llamar a una coordinación de la clase obrera argentina y brasilera contra los nuevos ataques que preparan las transnacionales, para centralizar sus combates con el Chile y la Bolivia sublevados es no plantearle el camino de lucha que tienen por delante los obreros argentinos.

La alternativa de comunismo o fascismo, de socialismo o barbarie, ya está acá

Una nueva ronda de la crisis mundial, de salto en la crisis europea, de desaceleramiento chino y los primeros índices de caída de la producción en el cono sur, ya han llevado al gobierno argentino a chantajear a la clase obrera con la misma y largar un brutal ataque, que ya hace rato empezó con amenazas de suspensión y despidos, con procesamientos, muertos y presos.
La alternativa histórica de socialismo o barbarie ya está acá. Un 50% del planeta, es decir, 3000 millones de habitantes viven con 2 dólares diarios o menos. La mitad de ellos viven en las peores condiciones de hambruna con un dólar por día. Para esta izquierda pequeñoburguesa, asentada en la aristocracia y la burocracia obrera, nada de esto es una realidad. Nos quieren vender un capitalismo que, aunque está en crisis, puede mejorar y dar conquistas a los trabajadores sin combates decisivos y luchas revolucionarias.
En los países coloniales y semicoloniales, entre las capas más pauperizadas de las masas, el promedio de vida es de 45 a 50 años, mientras en los países imperialistas en sus capas altas y medias el promedio de vida de las mujeres es de casi 80 años.
La liquidación de la salud pública en China, en todo el este europeo, las expropiaciones de los procesos revolucionarios en América Latina, el doble saqueo de la India y toda Asia y África (donde vive la absoluta mayoría de la población mundial), el drama de la desocupación, el hambre y la miseria, no pueden esperar a que la izquierda del foro social mundial gane muchos diputados en los parlamentos y recuperen en décadas los sindicatos.
Esa época reformista ya pasó. La lucha por el pan, el combate contra la desocupación, contra la carestía de la vida, la lucha por vivir empuja a la revolución y a la contrarrevolución.

Para el reformismo, en esta época de bancarrota del capital, la clase obrera debe prepararse para décadas y décadas de paz social, parlamentarismo y formación sindical. Vienen a cantar la marcha nupcial en los velorios y la marcha fúnebre en los casamientos.
El capitalismo en bancarrota sólo prepara nuevas guerras, contrarrevoluciones, fascismo, pillaje, chantaje a las masas, ataques, porque sólo así se puede garantizar, con parasitismo y saqueo, su ganancia.
La época del contrarreformismo se ha abierto. Ellos lo saben bien.
Las fuerzas de los que combatimos por refundar la IV Internacional están por fuera aún de nuestras filas. Pero se desarrollan vigorosamente. Despliegan sus fuerzas en la vida misma, en las condiciones de catástrofe del sistema capitalista y en el combate de los explotados. Nadie podrá seguir ocultando que hay que aplastar y expropiar a los parásitos de Wall Street y a toda la banca imperialista y el capital financiero para que toda la sociedad humana viva. Y ello se hace con el método de la revolución socialista.
Se le querrá poner un telón a los explotados argentinos con las elecciones y los cantos de sirena del reformismo. Pero la aguerrida juventud norteamericana que comienza a cercar Wall Street no lo permitirá ni lo permite.
El látigo del capital empuja a padecimientos inauditos a las masas. El fascismo y el bonapartismo están y estarán a la orden del día. El reformismo ve segarse el piso bajo sus pies. Nada será prominente para el reformismo, más allá de que su política sea sostenida por los estados y regímenes burgueses.
Como dice el programa de transición de la IV Internacional: “los requisitos previos objetivos para la revolución proletaria no sólo han ‘madurado’; empiezan a pudrirse un poco. Sin una revolución socialista, y además en el período histórico inmediato, toda la civilización humana está amenazada por una catástrofe. Todo depende ahora del proletariado, es decir, principalmente de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección revolucionaria.

Reforma o revolución: dos políticas se enfrentan ante el proletariado mundial
De un lado, los que peleamos por la revolución obrera y socialista; y del otro los enfermeros del capitalismo

Los trotskistas afirmamos que sin tomar el poder, sin comenzar revoluciones, sin centralizar y coordinar la lucha de la clase obrera mundial contra Wall Street, sus regímenes y gobiernos, la clase obrera no podrá ni soñar con conquistar el pan, ni siquiera con mantener sus conquistas.
El gran impedimento que tiene el proletariado no es su “crisis de subjetividad”. Los explotados del mundo han demostrado que son capaces de llegar, en su combate, un millón de veces más lejos que los viejos estados mayores decrépitos del reformismo, que sólo los han llamado a confiar en los políticos burgueses y sus parlamentos enemigos de los trabajadores. Jamás los llamaron a confiar en sus propias fuerzas y en la lucha por la revolución para conquistar el pan y terminar con el saqueo del imperialismo a los pueblos oprimidos del mundo.
Los que combatimos por refundar la IV Internacional afirmamos que estamos frente a direcciones reformistas que actúan centralizadamente a nivel internacional.
Ellos expresan el pasado, las fuerzas de la reacción en el movimiento obrero que emergieron como continuidad de la bancarrota del stalinismo, que entregó los estados obreros en el ’89 al capitalismo mundial. Ellos vienen a continuar su política.
Pero desde el 2007, ya no pueden controlar en paz al movimiento obrero y a las masas del mundo. Engañan a los explotados y desarman su lucha prometiéndoles años de estabilidad democrático-burguesa, cuando lo que se profundiza es esta época de guerras y revoluciones.
El FIT quiere hacerle creer a las masas que con democracia y presionando a los parlamentos y a los jueces se come, se cura, se educa, se pueden conseguir las 8 horas de trabajo y que, nacionalizando aquí y allá las privatizadas, se puede conseguir la independencia nacional del imperialismo.
Para los combatientes de la IV Internacional, sin revolución no hay ni pan, ni independencia nacional. En este proceso electoral esto era lo que había que explicarle pacientemente a las masas. Porque se trata de clarificarles a los explotados, cuáles son las condiciones del campo de batalla y cómo se prepara el enemigo para nuevos zarpazos contrarrevolucionarios.
Nada de ello ha hecho el reformismo ni lo hará. Ellos preparan nuevas desmoralizaciones, frustraciones y derrotas de lo mejor de la clase obrera y la juventud.

Las condiciones para el combate internacional de las fuerzas revolucionarias de la clase obrera y su centralización y coordinación han llegado. La alternativa de comunismo o fascismo, socialismo o barbarie, ya están acá. Las condiciones de la victoria están en manos de los explotados y su lucha revolucionaria; y del trotskismo y el programa de la revolución socialista mundial.
Lo que la clase obrera necesita es una nueva dirección revolucionaria internacionalista de la clase obrera Argentina bajo las banderas de la IV Internacional. Llamamos a los obreros y jóvenes de vanguardia a dar juntos este combate. Como ya lo estamos haciendo, reagrupando las fuerzas de los trotskistas internacionalistas que combatimos por la revolución socialista mundial.

Secretariado de Coordinación Internacional de la Fracción Leninista Trotskista Internacional

 
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