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29-03-2018

El PST-LIT (Colombia) le propone un frente político al burgués Gustavo Petro
LA LIT… ¿HACIA UN PODEMOS EN COLOMBIA?

En los últimos días el Comité Ejecutivo del PST publicó una Carta Abierta dirigida a Gustavo Petro, un ex-guerrillero del M19 devenido en político de la burguesía y uno de los principales candidatos a ganar las elecciones presidenciales de mayo.
Según dice el CE del PST, la candidatura de Petro “se convirtió en una expresión del descontento” de los explotados colombianos contra los candidatos de “la derecha”. Por eso, le plantea que en lugar de hacer un acuerdo electoral con el Partido Liberal y el Partido Verde -como quiere Petro- se apoye “en el respaldo que obtuvieron en la consulta interpartidista (elecciones internas de la izquierda burguesa, NdR), y encabecen un acuerdo de los trabajadores y la izquierda” para dotar a los explotados de “una política verdaderamente revolucionaria tanto para la lucha directa como para la contienda electoral”.
En estas líneas queremos plantearles a los trabajadores y explotados nuestra posición ante esta propuesta del PST.

Un frente con Petro es un frente con la burguesía

Las próximas elecciones dirimirán quién será el próximo verdugo del pueblo, el sucesor de Santos en la entrega de la nación y la masacre de campesinos y trabajadores. Y junto a las legislativas pasadas, se intenta vestir de “democrático” a un régimen donde todo se decide en la Bolsa de Wall Street y el Pentágono, que tiene 9 bases militares en el país.
No hay ni rastros de la “reconciliación” y la “democracia” que le prometían al pueblo los Acuerdos de La Habana de Timochenko, Santos y Raúl Castro. Las transnacionales y la oligarquía se están quedando con las tierras a sangre y fuego y el gobierno le entrega el petróleo y las minas a los bancos en Wall Street. Esto se impone con una masacre campesina en el campo a manos de las FF.AA. o los paramilitares fascistas. En la ciudad los obreros padecen hambre, despidos y represión.
Es claro que ninguno de los candidatos representa a las masas trabajadoras, que todos son de los explotadores, como denuncia correctamente el PST. Lo que es incomprensible es que se diga que Gustavo Petro es una excepción a esos políticos y proponerle un frente.
Petro es representante de la burguesía “liberal” colombiana. En el ‘90, como dirigente del M19 pactó con la oligarquía y el imperialismo yanqui y rápidamente se integró al régimen como defensor de un capitalismo “más democrático”. Apenas se desmovilizó fue asesor de Gobernación de Cundinamarca. En la Asamblea Constituyente de 1991, su partido Alianza Democrática M19 votó la Constitución oligárquica y proimperialista que hoy rige Colombia. En los ‘90 fue embajador en Bélgica del gobierno de Samper. Fue varias veces parlamentario. En 2010 fue Alcalde de Bogotá, desde donde avaló las bases militares yanquis, encubrió a los paramilitares y protegió cada centímetro de propiedad de los bancos y la oligarquía. Hoy disputa la presidencia de Colombia hablando contra la “corrupción” y por el “medioambiente” ocultando el brutal sojuzgamiento yanqui, que tiene 9 bases militares en el país que son un portaaviones del Pentágono.
Petro viene a adormecer a la clase obrera y los campesinos con más veneno de “paz” y “democracia” mientras las FF.AA. y los paramilitares siguen masacrando; es la zanahoria junto al garrote del bonapartismo y el fascismo.
El PSTU de Brasil y la LIT fustigan correctamente al MAIS -la fracción prostalinista que rompió con el PSTU en 2016- por abrir ilusiones en el PT de Lula y Rousseff. Pero les salta a la luz todo su oportunismo cuando se callan que el PST aplica la política del MAIS en Colombia.
Petro ha demostrado ser un sirviente de Wall Street, principal enemigo de los explotados de Colombia y el continente. Con él jamás se podrá derrotar a los yanquis. Un frente anti Uribe-Santos con Petro será un engendro frentepopulista del tipo Podemos español, que llenará el vacío político que dejaron las FARC en la “izquierda” del régimen.

El programa del PST impide soldar la alianza obrera y campesina

El programa que propone el PST como base para el “frente de los trabajadores y la izquierda” es que Petro encabece una Asamblea Constituyente para romper con el imperialismo, desarmar a las bandas paramilitares y darle el pan y la tierra al pueblo.
El PST les dice a los trabajadores que esas tareas democráticas estructurales se pueden conquistar de la mano de un burgués, pacíficamente. Esto no va a ocurrir jamás. Petro es un hombre de los capitalistas, que jamás va a hacer la reforma agraria, ni nacionalizar los bancos y las industrias estratégicas, ni desarmar a los paramilitares. Es enemigo de la expropiación y el armamento generalizado del pueblo. Él defiende la Constitución del ’91 con su Estado, su casta de oficiales cipaya y las bases militares yanquis.
Inclusive en el caso hipotético de que una Asamblea Constituyente como la que propone el PST tomara esas medidas, los tanques de las FF.AA. y los marines yanquis la disolverían inmediatamente a tiros.
Colombia está en guerra civil. Solo en 2017 fueron asesinados más de 200 dirigentes sindicales y campesinos por las FF.AA. y el fascismo. Wall Street viene a recolonizar su patio trasero, quiere América Latina para sus bancos. Por eso necesita generalizar el régimen colombiano de las bases militares yanquis. Eso es la militarización de Rio de Janeiro y el asesinato de la militante socialista Marielle Santos; o la bonapartización del régimen en Argentina, monitoreada por la DEA y la Embajada yanqui.
Como plantean las tesis de la revolución permanente de Trotsky, solo la clase obrera acaudillando a las masas explotadas de la ciudad y el campo, con sus consejos y sus milicias armadas, pueden resolver íntegra y efectivamente el problema de la tierra y el yugo imperialista.
Las tareas democráticas están ligadas a la revolución obrera y campesina. En Colombia, para hacer la reforma agraria hay que expropiar a la Chiquita y la oligarquía; para romper con el imperialismo hay que armar al pueblo, expulsar a las bases yanquis y destruir el poder armado de los explotadores. Someterse a Petro es renunciar de antemano a darle la tierra al campesino y soldar la alianza obrera y campesina.
Inclusive una Asamblea Constituyente verdaderamente libre del imperialismo yanqui solo puede ser garantizada por un gobierno revolucionario de las masas explotadas armadas, sobre la ruina del régimen de las bases yanquis. Jamás por Petro y su partido.
Esta política de buscar un burgués “progresivo” ya la probó el stalinismo con sus militares “patriotas” y “demócratas” burgueses. Es una ruptura abierta con la “revolución permanente”.

¿Seguir a Petro para acompañar la experiencia de las masas?

Como dijimos antes, el PST considera que la candidatura de Petro es expresión del descontento de los explotados. Lo único que puede decir en defensa de su política de colaboración de clases es que se trata de una táctica para agotar la experiencia de los explotados con Petro.
Hace 15 años, por dar un ejemplo reciente, corrientes como la UIT, Alan Woods o el mandelismo decían lo mismo con Chávez. Que lo apoyaban para acompañar la experiencia de los explotados. ¿Cómo terminó esa política? Con la clase obrera venezolana confundida y desmoralizada por la traición de sus direcciones, sin poder responder a la hambruna generalizada y dar una salida revolucionaria al ocaso de los bolivarianos.
Trotsky atacaba duramente a los que defendían ese argumento:“Seguramente, hay un montón de pequeñoburgueses que votan por Flandin. ¿Por eso es necesario hacer una experiencia común con él? Efectivamente, no se trata de la experiencia que las masas hacen sin nosotros, contra nosotros y con nuestra crítica, sino que se trata de la experiencia en común, es decir, de la colaboración política con el enemigo de clase. En esto consistía la filosofía menchevique en 1905, y sobre todo en 1917, en Rusia; esa fue la política stalinista hacia el Kuomintang en China, etc. Estos traidores intentarán siempre enmascarar su propia política traidora de ayuda a la burguesía con la 'necesidad de la experiencia con las masas'” (“Ninguna equivocación respecto del Frente Popular”, 1935, negritas nuestras).
La actitud ante un burgués embaucador del pueblo como Petro jamás puede ser la de acompañar su engaño sino aprovechar la tribuna electoral para desenmascararlo con una crítica sistemática e irreconciliable. Los bolcheviques jamás se aliaron a los kadetes en la revolución rusa ni la IV Internacional lo hizo en los ’30 ante los Radicales en Francia y la burguesía republicana en España.

El PST y la LIT llevan la política de la Nueva Izquierda a Colombia

La ofensiva de Wall Street impone regímenes bonapartistas feroces, que necesitan una cobertura “democrática”, de colaboración de clases para adormecer a la clase obrera. En Colombia, la guerra civil y el fascismo vuelven mucho más grave este problema. Petro viene a disfrazar de “democrático” al régimen proimperialista de las bases militares yanquis luego del hundimiento de las FARC en el fango de la historia. El partido de las FARC haya sacado el 0.32% de los votos en las legislativas. Los explotados ya hicieron la experiencia con los stalinistas.
Pero el PST se pone al servicio de esa política siniestra de Petro, proponiendo un frente de colaboración de clases “democrático”. Eso ya existe. Es el Podemos español, el Syriza griego. Petro es Pablo Iglesias, es Tsipras. El PST y la LIT están llevando a Colombia la política de la Nueva Izquierda mundial.
A nivel internacional, el NPA francés busca hacer un frente con el socialimperialista Mélenchon. El SWP inglés se alía a al socialimperialista Corbyn. Cuando la revolución socialista está a la orden del día para terminar con la barbarie imperialista, los renegados del trotskismo se integran al stalinismo en la Nueva Izquierda internacional bajo la consigna de “democracia real” para sostener los regímenes burgueses cuando éstos atacan brutalmente a las masas explotadas, tal como vemos en Francia ante la ofensiva de Macron. El PST con su “Carta Abierta a Gustavo Petro” busca ponerse en la órbita de la Nueva Izquierda y la LIT lo aprueba con su silencio.
Los trotskistas de la FLTI defenderemos el programa y la estrategia de la IV Internacional contra los que utilizan sus banderas para arrodillarse ante el enemigo de clase. La clase obrera colombiana debe ponerse de pie contra todos sus enemigos de clase. Solo así podrá convertirse en caudillo de la nación oprimida contra Wall Street y en vanguardia antiimperialista de la clase obrera latinoamericana. ¡Paso al programa de la IV Internacional de 1938! ¡Esa es la bandera de la victoria sobre el imperialismo yanqui!

Federico Espinoza y Juan Carballo

 

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