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26/6/2015

El FIT: ¿La cuarta pata de izquierda que sostiene al régimen burgués semicolonial y sus engaños al pueblo?

A propósito de las declaraciones de Altamira, el presidente del FIT, al diario Clarín del 16 de mayo de 2015…

En estas declaraciones al diario Clarín, en toda una página de dicho periódico en cuestión, Altamira como candidato del FIT se suelta y se explaya sobre sus posiciones a propósito de la situación crítica del país y la política del FIT.
Esperábamos alguna rectificación u otras posiciones, por parte de los dirigentes del FIT y todos sus partidos, que negaran semejantes brulotes contra el marxismo. Pero viendo el conjunto de las posiciones de todo el FIT, no sólo del Partido Obrero, sino también la de los dirigentes del PTS, no podemos menos que afirmar que Altamira ha tenido la “virtud” de sintetizar en la prensa burguesa las verdaderas posiciones reformistas del FIT.
En esto que decimos no hay nada de exageración. Lo dice Altamira directamente, sin ponerse colorado, cuando plantea lo siguiente: "defendemos que no haya trabajo precario. Eso todavía no es el socialismo. Estamos reclamando el 82% móvil, un salario mínimo igual a la canasta básica. Cuestiones muy elementales. No vamos a dar un salto al vacío".
Para un marxista serio y para un revolucionario honesto, luego de ver esta declaración de Altamira, ya le bastaría para cerrar aquí la polémica, puesto que ya se desnudan de que no luchan por el socialismo, al que lo consideran un salto al vacío, mientras que sí les interesa quedarse en el "terreno firme" del capitalismo... cuando éste está en crisis, en bancarrota y agonizante, y le tira toda su crisis y podredumbre a los explotados para sobrevivirse.
En momentos en donde hay elecciones, la burguesía presenta su programa de gobierno burgués de defensa de su estado, de su régimen y su sistema. Pero Altamira no llama no solo al socialismo, sino ni siquiera a una huelga general para conquistar un salario de acuerdo a la canasta familiar. Altamira plantea que el programa para las elecciones es un programa mínimo, cuando en las elecciones se discute quién gobierna y la cuestión del poder. Altamira dice: "el socialismo sería un salto al vacío", y antes afirma: "poblemos las legislaturas de izquierda"... Ni siquiera se propone utilizar la tribuna electoral para organizar y fortalecer los combates de clase que están en curso y los que vienen.
Esto está dicho el 16 de mayo. En ese momento ya estaba planteado inclusive el llamamiento de Moyano a un paro general para el 9 de junio. ¿Y Altamira? Silencio. Para éste todo se conquista "poblando de izquierda las legislaturas"... a la derecha inclusive de la burocracia sindical.

El Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI marcha a su segundo congreso. Las posiciones de la "nueva izquierda" como el FIT de Argentina, Syriza de Grecia, PODEMOS de España, el SWP inglés -que es el partido madre que dirige al PTS argentino-, serán debatidas como un punto muy importante por todos nuestros delegados y nuestra corriente internacional.
La "nueva izquierda" ha resultado ser un rejunte de renegados del trotskismo y stalinistas revividos, que repiten ya viejas fórmulas que han llevado a las más crueles derrotas a la clase obrera mundial. Ellos retoman la posta del viejo Foro Social Mundial que ya no puede ni siquiera posar de antiimperialista, puesto que con Castro entregando Cuba al imperialismo, los Ayatollahs Iraníes están sentados en la falda de Obama y los chavistas están atacando a las masas en Venezuela peor que la vieja derecha.

La entrevista a Altamira en cuestión puede ser encontrada en la edición impresa del diario Clarín del 16 de mayo de 2015 en la página 20. Esta entrevista no tiene desperdicios. De entrada plantea, como lo dicen las notas que proceden a esta introducción, que “El FIT sigue con la idea de poblar de izquierda las legislaturas”, y entusiasmándose el dirigente del FIT afirma que “esta campaña política nos puede presentar como una alternativa de poder”. Es decir, no es la clase obrera, organizada en consejos obreros, con sus milicias, con sus organismos de autodeterminación y democracia directa la que debe tomar el poder con una insurrección victoriosa; sino que la alternativa de poder vendría por una victoria electoral. No de un doble poder de los explotados, sino de poblar los parlamentos con diputados de izquierda.
Esta es una confesión de parte de la izquierda del régimen burgués, que para nada prepara a las masas para los grandes combates de clase que están en ciernes, sino para años de estabilidad burguesa, democracia y "progreso social". El que pregonan es un socialismo de ocasión... "para otra etapa posterior" como decía el viejo stalinismo y la socialdemocracia. Es decir que el FIT está armado del programa de los desechos del stalinismo y la socialdemocracia. No dicen nada nuevo. Han decidido que en estas elecciones no se plantee la cuestión del poder y mucho menos del socialismo. Solo cuestiones mínimas, elementales... esto significa que la burguesía defiende su sistema y su régimen de dominio tranquilamente en esta trampa electoral y el FIT ni se lo cuestiona.

Cuando las masas van a votar por presidente, gobernadores, diputados... van a votar qué poder y qué gobierno deben tener. De eso se trata la  trampa de las elecciones burguesas. La burguesía les dice: "voten a nuestros partidos burgueses. Vamos a mantener el capitalismo. Acá, la propiedad no se toca". Y, de forma demagógica promete hasta entregar su riñón. Y les dice a las masas: "con el sufragio universal, en las urnas, ustedes resolverán sus problemas, delegando en nosotros".
Todo revolucionario que no plantee lo opuesto a esto en su estrategia y política electoral es un vil enfermero del capitalismo. El que en la campaña electoral no le plantea a las masas que la solución a sus padecimientos es la lucha por la revolución socialista y el derrocamiento de este régimen burgués les está mintiendo. Les está diciendo a las masas que deleguen la solución de sus problemas en los votos y en los parlamentarios. El apotegma del FIT es "la liberación de los trabajadores será por la conquista de los legisladores en el parlamento", mientras que para el marxismo "la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos".
El FIT, el PTS y Altamira les dicen a las masas: "El socialismo todavía no, es un salto al vacío". No le piden a las masas que voten por los que luchan por salir de la miseria, la desocupación y parar la entrega de la nación al imperialismo, tomando el poder. El PO no llama a que las masas voten para preparar las luchas para derrotar a este régimen infame y al estado capitalista Lo que están diciendo es: "vótennos, que el sistema y el régimen burgués siguen, pero nosotros lo vamos a mejorar poblando de bancadas de izquierda las legislaturas; y pierdan cuidado que no daremos un salto al vacío". Ellos dicen que todas las demandas más acuciantes se pueden conseguir con proyectos de ley, sin dar ese salto.
Si para sacar un miserable aumento de algunos puntos más del tope salarial que impuso la Kirchner con Caló los obreros aceiteros tuvieron que parar el complejo agroindustrial de Argentina durante casi 25 días, ¿qué no tendría que hacer el movimiento obrero para conseguir un salario igual a la canasta familiar para todos, incluido los 7 millones obreros en negro y desocupados? No se puede engañar tanto a las masas tan impunemente acerca de las bondades de este sistema ya senil y putrefacto.

En esto coinciden el PO, el PTS, IS… Syriza de Grecia, todos los partidos anticapitalistas europeos… Ellos se han declarado enemigos de proclamar la lucha por la toma del poder de forma revolucionaria por la clase obrera. Por supuesto que están lejos de preparar esta lucha. Está por demás claro que han retomado en sus manos la lucha por la “vía pacífica al socialismo”, aunque ya ni hablan de "socialismo", como sí lo hacían sus predecesores socialdemócratas. Solo hablan de socialismo para denostarlo, para decir que es un salto al vacío.
Sólo llegan a plantear que "luchan por elevar el nivel de vida de las masas", como si esto fuera posible sin luchar todos los días por el socialismo. Opinan, como lo vienen diciendo, que con proyectos de ley se puede terminar con el hambre, la miseria... eso sí, con luchas sindicales de presión. Así la clase obrera puede mejorar su nivel de vida sin tocarles la propiedad a los capitalistas y sin demoler su estado y el régimen burgués de dominio.
La burguesía entrega algo y da limosnas solamente cuando está a punto de perder todo. Así lo demuestra la lucha de la clase obrera de los últimos 150 años. Y todo lo que se consigue se pierde si las masas no toman el poder.

Por eso, en el programa del FIT del término “revolución”, ni hablar. Está prohibido. No vaya a ser que les venga a los trabajadores la memoria del 2001, o se percaten que los grandes combates de las masas oprimidas de todo el mundo son porque en este sistema no se puede ni vivir ni comer más. Es para que no se percaten de que la burguesía no da nada si no está a punto de perder todo... Y si otorga una mínima concesión, luego la saca.
Eso sucede con los miserables aumentos de las paritarias. Los da con una mano y con la otra, con la inflación, los saca. Lo mismo con el caso de las fábricas recuperadas, como Zanon, donde por no avanzar al control obrero y a la toma del poder, se está perdiendo esa conquista y, como vemos hoy, se está vendiendo por lotes las instalaciones de esa fábrica.
Eso pasa también con las 8 horas, con las vacaciones, los aguinaldos... El 60% de la clase obrera está en negro. Y el FIT quiere "defender el nivel de vida de los obreros" manteniendo el podrido régimen capitalista. Eso es ser vendedores de humo.
Las 8 horas las conseguimos con huelgas generales mundiales, con mártires como los de Chicago, con grandes luchas revolucionarias de la clase obrera en el mundo y en Argentina. ¡Basta de pintar un capitalismo de fantasía, que sólo existe en las mentes de la izquierda del régimen!
Los pocos pesos de los miserables planes trabajar que le da el estado a los desocupados fueron conquistados con la lucha revolucionaria de Mosconi, Cutral Co, Corrientes, el Jujeñazo, con decenas de muertos como Víctor Choque, Teresa Rodríguez, Justiniano, Aníbal Verón.
Para poder comer, los obreros tuvimos que tomar el poder en Rusia, en China, en Vietnam, en el este europeo, en Cuba. Para los entregadores del socialismo, esto fue un "salto al vacío". Los socios del Citibank y Wall Street, que entregaron las conquistas de la toma del poder son los que denostan al socialismo. Altamira dice "no volvamos a tomar el poder jamás". Una vergüenza.
En pequeñas frases del presidente del FIT destruyen todo el marxismo y envenenan la consciencia del movimiento obrero más que si sacaran 500 diarios digitales. Como diría Trotsky, una gota de alquitrán echa a perder todo un barril de miel.

 

Para el FIT, el gobierno de los Kirchner es de una burguesía progresista y no un "mosquetero del ajuste", cuando en realidad es D'artagnan

En esa entrevista, Altamira se entusiasma y manifiesta lo que dicen Del Caño, Bregman y demás dirigentes del PTS, cuando afirma que “Scioli, Macri y Massa van a hacer una gran coalición que están preparando un ajuste”. El PO y el PTS inclusive llaman a estos políticos de la burguesía como los “mosqueteros del ajuste”. Se olvidan de D'artagnan, el gobierno.
No le vamos a pedir a los socialdemócratas que sean revolucionarios. Pero sí que dejen de vender humo y, como decía la juventud rebelde griega contra Tsipras –dirigente de Syriza-, que dejen de vender ilusiones con las que distraen y engañan a las masas.
Ellos denuncian al ajuste y al ataque “que viene”, al "que está por delante”… ¿y el que está ahora? ¿La Kirchner no aplica ningún ajuste?
Cuando Altamira estaba reunido con la redacción de Clarín dando su reportaje, se estaba firmando el pacto de Caló, Cavalieri y Martínez con el gobierno de la Kirchner y la patronal de paritarias de 27,8% en tres cuotas. ¡UN 30% DE ROBO AL SALARIO! ¿Eso no es un ajuste? Los hospitales y las escuelas destruidas ¿no son un ajuste? El 60% de la clase obrera ganando un salario de $5.500 ¿no es un ajuste?

Altamira y los dirigentes del FIT no denuncian a Cristina, la más grande ajustadora de la Argentina, que creó las condiciones para que el que la siga en la presidencia tenga que ajustar un millón de veces más. Cristina le dio 5000 millones de dólares a Repsol, arregló pagar miles de millones de dólares al Club de París y al FMI, entregó Vaca Muerta, hizo la Argentina maquila con el 70% de obreros en negro y esclavos… Y Altamira y el PTS la salvan. No comienzan por denunciarla como la más grande enemiga de la clase obrera. Para ellos es un gobierno de la burguesía progresista. Lo dicen con claridad cuando afirman que "le cede a la derecha".
Son la izquierda del kirchnerismo. Pretenden ocupar su lugar. Altamira declara entusiasmado: “se observa un desplazamiento del voto kirchnerista hacia el FIT”… Hablemos claro. El FIT es el que se fue con Cristina para venderla como una presidenta anti ajuste, y ahora se proponen ser ellos, por izquierda, los que “luchen contra el ajuste”.
Cristina, desde las escalinatas de la Casa Rosada, le dijo a La Cámpora: “Si vienen los de la Alianza o los que nos gobernaron antes se llevarán todo lo de los argentinos y nos dejarán sólo con lo puesto”. La Kirchner hace como "el ladrón de bicicletas". Exclama "Al ladrón, al ladrón", cuando es ella la ladrona que se robó todo.
Altamira y la dirección del PTS son voceros de izquierda de la Kirchner. Le lavan la ropa y, desde su espacio, intentan ganarle los votos de La Cámpora.
Esa es la ubicación estratégica del FIT. Por eso ocultan que Cristina es una “pagadora serial” de la deuda externa -tal cual ella misma lo dijo- y que eso se hace con ajustes seriales. El FIT lo oculta y deviene cada vez más en una colectora del kirchnerismo. Nadie lo puede negar. Ningún obrero serio podrá desmentirlo. Para el FIT el enemigo es el que viene y no el que está.

No hasta hace poco el PTS se lamentaba, en uno de sus tristes y lamentables artículos que escribió sobre el conflicto de Lear, que “la izquierda peronista no desarrolla una práctica militante en el movimiento obrero, cuestión que debilita a la vanguardia”. Menos mal que no la desarrolla… porque si además de la burocracia sindical, además de la política del FIT de dividir a toda la vanguardia obrera, los trabajadores tendrían que soportar a la izquierda de la Kirchner, ya sería el colmo… Esto último sí que es pedirle peras al olmo. La Kirchner “organiza” al movimiento obrero con los planes trabajar, con la asignación universal por hijo y los subsidios que dan los caudillos peronistas en los municipios, y con la burocracia sindical de Caló. Esa es el "ala izquierda" de militancia sindical de la Kirchner: los traidores de Caló, Martínez, Cavallieri... ¿O acaso la burocracia kirchnerista no es la burocracia sindical que le da garantías al ajuste y al ataque que sufre el movimiento obrero hoy?
Para el FIT, el gobierno de la Kirchner es un gobierno "anti ajuste". El que calla, otorga. Dicen media verdad. La están salvando y vistiendo de rojo, cuando es la más grande gorila socia de la Chevron en Argentina.

Parece mentira, pero llega hasta estos dislates esta gente totalmente antimarxista. Altamira, como vemos, es más claro que el PTS. Se edulcora menos. Es un socialdemócrata respetuoso, porque quiere que se entienda que es realmente un socialdemócrata. En esta entrevista en cuestión, Altamira admite, como dice el mismo periodista de Clarin, que "la revolución puede tener gradualismos". Dice: "defendemos que no haya trabajo precario, y eso todavía no es socialismo. Estamos reclamando el 82% móvil, un salario mínimo igual a la canasta familiar, cuestiones muy elementales. No vamos a dar un salto al vacío." asustándose a sí mismo.
Es increíble pero es así. Estamos ante el ocaso de un "socialista", que ya hace rato se ha caído al precipicio y amenaza con llevar tras de sí a enormes franjas de la clase obrera y la juventud.
Imagínense a Lenin diciendo: "El pan, la paz y la tierra se consigue con elecciones en la Duma". Los que dijeron esto durante años y años en la Rusia zarista eran los Mencheviques, los padres de todos los socialdemócratas del mundo.

Ya las cuestiones mínimas, elementales, básicas, como el salario igual a la canasta básica o la jubilación digna, no la puede dar más este podrido sistema capitalista en bancarrota, y menos en este país saqueado mil veces por el imperialismo.

Si Altamira supiera que la estupidez que ha dicho lo vuelve abiertamente anti socialista sería, más cauto. Porque hay una cuestión mínima, elemental, la más democrática de todas las tareas en esa nación oprimida, que es que el imperialismo se deje de llevar 30 mil millones de dólares por año del saqueo de este país. Sin resolver esta cuestión de ruptura con el imperialismo y con el saqueo que éste impone a la Argentina no puede haber ni 82% móvil, ni salario igual a la canasta familiar, ni salud, ni trabajo... Altamira se "olvidó" de una tarea elemental y democrática para resolver los reclamos mínimos que son la expropiación sin pago y la ruptura con el imperialismo, sus transnacionales, sus bancos saqueadores, la ruptura de los pactos con la Chevron. ¿O no es una tarea mínima e inmediata expropiar sin pago a la Chevron, a la Telefónica, a las grandes transnacionales y bancos que saquearon y saquean al país?
Parece mentira. Justamente el marxismo revolucionario se ha puesto de pie en esta fase imperialista, decadente, del sistema capitalista mundial planteando que justamente las demandas ya elementales de la clase obrera y de liberación de los pueblos oprimidos no se conquistan sin la revolución socialista.
Altamira ha demostrado ser un heredero de la socialdemocracia y de la teoría-programa del stalinismo de revolución por etapas. No se pone colorado. Se lo ve feliz. Para él, ante todo las bancas.

Los dirigentes del FIT están en plena borrachera electoral. Algo les cayó entre las manos -que fueron muchos votos- y se han enceguecido. Se los ve felices, exultantes... se aflojan y disparan al corazón del marxismo y el socialismo para no dejar nada de él. Sueñan con "poblar de izquierda las legislaturas" para "ser una alternativa de poder".

 

El embellecimiento del parlamento burgués por parte de los reformistas:
Sólo le ponen más azúcar a esta envoltura edulcorada de la más feroz dictadura del capital

A los trabajadores hay que decirles las cuestiones con claridad y la verdad. Supongamos que el FIT gana las elecciones y tiene mayoría absoluta en la cámara de diputados. Y vota un salario mínimo vital y móvil para todo el movimiento obrero, desde la empleada doméstica hasta el camionero y el obrero industrial y de la construcción, y a la ama de casa obrera, con su jubilación correspondiente. El senado, si tuviera mayoría la burguesía, le votaría en contra de la ley, salvo que los patrones se vuelvan buenos y estén dispuestos a ceder sus ganancias por los papeles en una urna, o por las manos de centenares de diputados de la izquierda.
Y si esa ley fuera aprobada por el senado, el presidente la vetaría. Ahora, supongamos que el presidente es Altamira o Del Caño y "aprueba esa ley". La justicia la declararía inconstitucional, porque ataca la propiedad y es confiscatoria. Supongamos que se movilizan miles en las calles en defensa de esta demanda. Vendría un golpe de estado o un putsch fascista para aplastar a las masas.
Estamos frente a un estado con instituciones burguesas. Las de la democracia formal son las que mejor edulcoran a este estado de los opresores, que tienen el parlamento, la justicia, su constitución, sus leyes, sus fuerzas armadas, los milicos asesinos y la policía represora para defender su propiedad.
Este parlamentarismo no es más que la forma edulcorada de la más feroz dictadura del capital. Es nada más que para encubrir que, en última instancia, el estado es una banda de hombres armados.

Lejos de utilizar la tribuna parlamentaria para elevar la consciencia y la organización de lucha de la clase obrera, la intervención electoral de esta izquierda -devenida cada vez más en una pata de este régimen burgués, que intenta heredar por izquierda al cristinismo- es para someter cada vez más a las masas a las instituciones de dominio de la burguesía. Ya es un cretinismo parlamentarista sin regreso.

Cualquiera que siga atentamente las posiciones escritas y los reportajes de los dirigentes del PTS, podrá ver que plantean exactamente la misma posición que Altamira, nada más que la disfrazan un poquito. Se quiere dar lustre intelectual, pero son gente que no brilla.
Del Caño y sus seguidores –como Albamonte y compañía- le hacen “duros” debates ideológicos y teóricos al kirchnerismo. Para dar un ejemplo, anuncian pomposamente que “Kicillof enfrentaba al estado desde la Universidad en el año 2000, y ahora lo quiere cambiar desde adentro con la gestión”. Así lo plantean sus periodistas desde el Diario de Izquierda digital.
Toda esta sarta de charlatanerías berstenianas –por Bernstein, el teórico de la socialdemocracia alemana- son para querer mantener un perfil de izquierda, anti estado, discutiendo contra el kirchernismo que "quiere cambiar al estado gestionándolo", pero callándose -como lo hace Altamira- de que la única forma de terminar con este régimen infame y el podrido sistema capitalista es con una revolución socialista.
El término revolución, como el de insurrección y toma del poder está prohibido. El 2001 es una fecha que no se nombra.
De vez en cuando la dirección del PTS hacía que jugaba a ser clasista, para engañar a obreros de vanguardia. Luego se vestía de estudiosos de Clausewitz, cuando es gente que puso siempre su cuerpo en el lugar más lejano de los tiros reales. Como veremos en otra oportunidad, ahora se dedican a organizar partidos de fútbol, frente a obreros que ellos llaman "atrasados" e "incultos".
Pero discutir con el kirchnernismo, que intenta cambiar el estado de las cosas a favor de las masas gestionando desde adentro es embellecer a doña Cristina y a todos sus intelectuales, comenzando por Kicillof, el más grande lacayo de Wall Street, las transnacionales y la Chevron en Argentina.
¿Cómo se puede tratar a un empleaducho de la Chevron como si fuera un "marxista equivocado" que "intenta cambiar al estado desde adentro"? ¡Por favor!
Altamira y Del Caño tienen un sueño máximo. Quieren ser dirigentes de La Campora. Esa es la verdad. Por eso su adulación al kirchnerismo.

El fetichismo que hacen del sufragio universal -para "poblar las legislaturas con la izquierda"- es digno de un demócrata vulgar. Esta gente está diciendo que votando se resuelven los problemas. Y nosotros decimos con claridad que cuando se vota se entra al cuarto oscuro, se pone el sobre en la urna, y luego se va sin llevarse ni el pan, ni la jubilación del 82% móvil, ni el salario igual a la canasta familiar... nada. Eso sólo se consigue luchando y derrotando al régimen de los explotadores. El socialista que no diga esto en la utilización de la tribuna parlamentaria es un vulgar sostenedor del régimen burgués.
Esta ha sido una discusión entre el marxismo revolucionario y la izquierda lacaya de la burguesía. Que el FIT pinten todo como quiera, pero está claro que cada vez más dice lo que piensa y es. De eso se trata este debate contra las posiciones del presidente del FIT en la prensa burguesa.

Alguien tiene que decirle a esta izquierda cholula que la burguesía y sus políticos jamás van a cambiar el carácter de clase del estado desde adentro ni jamás se lo han propuesto hacer… Altamira lo dice con claridad: “nosotros tampoco”.
El PTS dice lo mismo, pero le agrega algo de "luchas" a su proyecto parlamentario: “mucha lucha en las calles para que salgan las leyes del parlamento”. Esto es Juan B. Justo, el viejo Partido Socialista de Palacios, los Partidos Comunistas que dirigían centrales sindicales que luchaban mientras los parlamentarios hacían proyectos de leyes. Lo mismo que Altamira.
En  una conferencia de “marxismo 2009”, Albamonte -uno de los dirigentes del PTS- decía que “no tenía ninguna diferencia de programa ni de estrategia con el PO, y que podrían ir perfectamente a un parido único”. Afirmaba que la diferencia era sólo de práctica, es decir, de cómo aplicar el programa común…
Tiene razón: son lo mismo. Y nadie entiende por qué no son un partido único, cuestión que serviría mucho. Sería un paso adelante, porque dejarían de dividir a toda la vanguardia obrera, como lo han hecho hasta ahora en un “frente de izquierda” donde se pelean por bancas y cargos, mientras los obreros están de relleno en las listas y divididos en las luchas.
A decir verdad, lo que demuestran estas PASO, es que tienen un programa único para engañar a las masas. Pero son dos aparatos disputándose "el poder" entre ellos en las distintas bancadas. Ese poder, sí que se lo disputan.

 

En el reportaje a Clarín del 16 de mayo los reformistas hablan sin pelos en la lengua y llevan tranquilidad a las clases dominantes. Para ellos el socialismo es un "salto al vacío"

Estamos ante una intervención del dirigente máximo del FIT que le da tranquilidad y seguridad absoluta a todas las fracciones burguesas en Argentina. Lo que están diciendo es que ellos no luchan por el socialismo, ni van a incendiar con el fuego de la revolución el país. Es un discurso para las clases dominantes, no para la clase obrera ni mucho menos para organizarla para la revolución.

 

Mientras Altamira daba el reportaje a Clarín el 16 de mayo, los aceiteros llevaban decenas de días luchando por un salario igual a la canasta familiar. Eso no le mereció al presidente del FIT ni una mención

Cualquier observador se dará cuenta que esa entrevista se hizo EL 16 DE MAYO. Llevaba 12 días la heroica huelga de los aceiteros, que exigía un salario igual a la canasta familiar, de 15 mil pesos. En ese combate de los aceiteros se jugaba la suerte de todo el movimiento obrero argentino. Eran combates contra el ajuste de la Kirchner, contra el pacto de Calo con este gobierno reaccionario que se firmó 3 días después de la entrevista a Altamira en Clarín.
En el mundo real combatía la clase obrera contra el ajuste y el ataque del gobierno de los Kirchner y los capitalistas, que se negaban a darle un peso más a los trabajadores. Y éstos le arrancaron una enorme parte de lo que pedían, mientras la burocracia sindical entregaba las paritarias con aumentos del 27% pagado en cuotas. Ese es el ajuste real y el FIT le dio vuelta la espalda al combate contra el mismo.
Altamira, en su reportaje a Clarín, hace gárgaras diciendo "defender el salario igual a la canasta familiar", justo en el momento en que la clase obrera argentina estaba dando la lucha más grande del último período por conquistar ese salario. Altamira, Del Caño y Albamonte se han metido tanto en el circo electoral -domando leones, haciendo payasadas y jugando en el trapecio- que no se dieron cuenta de la realidad, y ésta los pasó por encima. Este reportaje es la prueba.
El FIT hizo piquetes simbólicos en el paro también simbólico de Moyano del 9 de junio. Pero el FIT nunca llamó a hacer piquetes en la panamericana, en puente Pueyrredón en apoyo a los piquetes de los aceiteros que el 25 de mayo cortaron todos los accesos a los puertos de Rosario y San Lorenzo con su heroica lucha.
Los piquetes del FIT son piquetes de cartón. Como dicen algunos delegados aceiteros: el FIT fue a sacarse fotos y luego se borraron.
¿Cómo van a enfrentar entonces el ajuste que viene si no enfrentan al que impone la Kirchner con el terror de la burocracia sindical y con un verdadero decreto impuesto por el gobierno de tope salarial? ¿Cómo le podemos creer que van a luchar por un salario igual a la canasta familiar si cuando se dio la lucha más grande por ello, Altamira se "olvidó", como toda la dirección del FIT, y miraron para otro lado?
La entrevista de Altamira al diario Clarín del 16 de mayo es la prueba irrefutable de lo que afirmamos. Se acabaron las palabras.

Nada de esto le importaba a Altamira y el FIT en ese momento y en ese reportaje. Los trabajadores luchaban por un salario mínimo, vital y móvil de 15 mil pesos para todos, con piquetes y lucha en las calles, enfrentaban la precariedad laboral y la traición de la burocracia sindical, y todo esto no le mereció una sola palabra para Altamira. Ellos nada más luchan por "poblar de izquierda las legislaturas".
Esta gente no lucha por el socialismo como una salida inmediata para que las masas conquisten sus demandas más mínimas. Es decir, no luchan por la revolución. Porque opinan que las masas pueden superar su nivel de vida actual en este podrido sistema capitalista.
Pero cuando las masas luchan en serio por un salario igual a la canasta familiar, miran para otro lado. Cuando hay que derrotar a la burocracia de Caló y Martínez, que pactaron con el gobierno un tope salarial contra los aceiteros que estaban en huelga, el FIT mira para otro lado. Son los que le ponen el hombro a la Cristina en la transición. Porque de eso se trata este circo electoral: de ocultar que le han robado un enorme pedazo de salario a los trabajadores. Y eso lo impuso la Kirchner con lo más podrido de la burocracia sindical con un tope salarial... ¿Y el FIT? Silencio.

 

En medio de un marasmo de la economía capitalista mundial, como el abierto en el 2008, Altamira afirma que el Socialismo es "un salto al vacío". ¿El terreno firme y llano son los parásitos de Wall Street?

No les bastó el crack del 2008. No les bastaron las guerras con las que el sistema capitalista se reproduce a sí mismo. No les basta que 800.000 obreros del mundo hayan quedado en los últimos años fuera del proceso productivo. No les basta con que el 1% de los más ricos del planeta tengan el 50% de las riquezas. No les basta que hayan un millón de jóvenes que no estudien ni trabajen en Argentina, que haya un 10% de desocupación crónica -lo que equivale a 2 millones 600 mil obreros que no están produciendo riquezas- y que haya un 50% de los trabajadores ganando 5000 pesos.
¿Hay alguien que se precie de ser socialista que pueda creer que sin atacarle la propiedad a los capitalistas, las superganancias del imperialismo y los banqueros, el movimiento obrero puede elevar su nivel de vida actual? Sí, el FIT opina eso. Y por eso Altamira no lucha por el socialismo. Y todos, con el PTS, se esmeran por presentar el mejor proyecto de ley, para que alguna bancada burguesa se los apoye alguna vez.

No pueden seguir mintiendo más. No pueden tapar el sol con una mano. 800 millones de explotados salieron al combate en el Magreb y Medio Oriente por pan. Las marchas eran con pedazos de pan duro, que era lo que las masas tenían en sus casas, como en Yemen. Mohamed Bouazizi en Túnez se inmoló por no poder ni siquiera vender verduras en un puesto en una plaza.
La respuesta a los levantamientos de masas por estas demandas mínimas y elementales fue una de las peores masacres y genocidios en toda esa región. El campo de batalla está lleno de sangre de los explotados que luchaban por poder comer, y que el imperialismo los masacró a sangre y fuego.
Los países imperialistas ya no pueden dar ni una cama en un hospital ni un banco en una escuela a ningún inmigrante. Los que intentan cruzar hacia esos países son masacrados, como en México con los que intentan cruzar el Río Bravo, o como en el Mediterráneo donde mueren como perros miles y miles de obreros de color que buscan llegar a Europa.
Pero para el FIT, en la Argentina de la Kirchner, todo está bien. El ajuste está por venir. Mentira. ¡Que vaya la dirección del FIT a trabajar en un taller de cama caliente, donde se les mueren sus hijos quemados! Así estos intelectuales comprenderían el ajuste de la Kirchner.

 

El FIT es la sección nacional de un partido único internacional de desechos del stalinismo con los renegados del trotskismo

Nos encontramos con una discusión abierta con el FIT, que no es más que un eslabón de un partido único internacional de la “nueva izquierda” que surge de los desechos del stalinismo y los renegados del trotskismo, tomando la posta del FSM, que ya no puede hablar más, como dijimos al inicio de este artículo.
Fidel Castro dijo que “Una nueva Cuba no era posible”… y le entregó Cuba al imperialismo. El chavismo está atacando abiertamente a las masas en la Venezuela quebrada. Morales atacó y destruyó la COB en Bolivia. Las guardias iraníes perdieron su fachada antiimperialista. Los ayatollahs se abrazaron con Obama y sostienen al perro Bashar en Damasco masacrando a las masas sirias. Ni hablar de Lula y su partido agente directo del imperialismo en Brasil.
Insistimos, el viejo FSM no puede hablar ante las masas. Ni siquiera puede seguir vendiendo la cortina de humo del "socialismo del siglo XXI" o "socialismo de mercado". La clase obrera mundial ya ha visto que en China lo único que hay son fábricas cárceles y superexplotación en maquilas, a manos de capangas carceleros. ¡Socialismo de Mercado las pelotas! Castro está con la Coca Cola, Cargill y el Papa.
La Kirchner aplicó los peores ataques contra la clase obrera, chantajeándola con los pistoleros de la burocracia sindical, con la justicia procesando a 7000 luchadores, para poder imponer la Argentina-maquila, no sin antes disfrazarse de progresista con los impostores de la revolución bolivariana, como los Chávez y los agentes del imperialismo como los Castro.

Este nuevo partido centralizado a nivel internacional, del cual el FIT es su sección nacional, viene a tomar la posta del viejo FSM y de su jefe Fidel Castro. Altamira le da la razón al PC cubano cuando en boca de Fidel Castro manifestó que: "no podía haber una nueva Cuba" en ningún lugar de América Latina, ni siquiera en Cuba. Es justamente lo que repite Altamira cuando plantea que conseguir un salario igual a la canasta familiar y una jubilación justa no admite luchar por el socialismo, porque eso sería "un salto al vacío".
Cuando Fidel Castro vino a Argentina en el 2003 y 2005 dijo a los trabajadores que había que ir a trabajar sin pedir nada y apoyar a los Kirchner porque iban a repartir. El PO dice que esta burguesía va a repartir, y le dice a las masas que presionen para que lo hagan.
Pero la plata ya se la gastaron, la fugaron, se la llevaron en pala. No reparten nada. ¡Se merecen una revolución que expropie a los expropiadores!
La tesis marxista es que no hay solución al saqueo imperialista de América Latina, a la explotación de la clase obrera sin el triunfo de la revolución socialista. Y justamente el nuevo partido de la "nueva izquierda" se trata de impedir el camino a la revolución.

Nada nuevo bajo el sol. Es el programa "gradualista" de Syriza en Grecia y de PODEMOS en España.  Este último les ha dicho a los trabajadores del Estado Español que "se puede hacer una revolución democrática con la monarquía que se ha reformado". Es decir, una "revolución democrática" con los jefes de las pandillas imperialistas del estado español. Pablo Iglesias -dirigente del PODEMOS- diría "llegar al socialismo es un salto al vacío; y luchar contra la monarquía también". ¡Ese es el partido de los expropiadores de la República de los indignados!

Altamira y todos los grupos del FIT tienen el mismo pensamiento y el mismo relato. Ellos dicen "vamos a conseguir el salario igual a la canasta familiar y el 82% móvil" en el sistema capitalista. Pero si no expropiamos ni expulsamos al imperialismo que saquea nuestra nación... ¿cómo lo conseguimos? Es que es justamente el imperialismo el que se roba las riquezas para conseguir estas demandas.
Entonces ni Pablo Iglesias, ni Altamira son democráticos hasta el final. Uno se sienta en la falda de la banca española imperialista de la monarquía -que es un régimen totalmente bonapartista, revestido con firuletes "democráticos"-, y el otro, como Altamira, se niega a levantar la más mínima de las demandas democráticas estructurales de Argentina, que es enfrentar al imperialismo y expropiarle sus bienes para conseguir salario y jubilación dignas.
Es que no se puede ser ni siquiera un demócrata consecuente, terminar con la monarquía en España y romper con el imperialismo en Argentina, si no se lucha por la revolución socialista. Eso es lo que plantea revolucionario en nuestra época de bancarrota del capitalismo mundial. No hay solución íntegra y efectiva de las tareas democráticas y ni las masas podrán sacarse de encima sus penurias si no se conquista una alianza de obreros y sectores populares empobrecidos que hagan una revolución. Todo lo demás es una mentira de impostores del socialismo.

Parecería que los discursos del FIT los escribe Fidel Castro. No hablan de la revolución, pero tampoco de la entrega de las revoluciones que triunfaron contra la burguesía. Para el FIT está prohibido decir que las masas cubanas comieron, tuvieron educación y salud cuando tomaron el poder. Y cuando la burocracia castrista empezó a estrangular y entregar las revoluciones latinoamericanas, y apoyarse en la burocracia restauracionista de la URSS y China -que devinieron en nuevas burguesías- se perdieron todas las conquistas. ¿O tiene alguna duda Altamira y el PTS que en la ex URSS y en la ex China socialista y en la ex Cuba obrera y campesina se comía y se tenía trabajo seguro? No queda más nada de eso. No porque "se había caído al vacío" con la revolución socialista, sino porque la entregaron al capitalismo. Ahí se perdió la jubilación, el salario mínimo, la vivienda... todas las conquistas.
Así, los que "no quieren caer al vacío" del socialismo salvan a los que lo liquidaron y entregaron al imperialismo a nivel mundial.

Aquí lo que está claro es que el FIT es un engaño. El FIT no provocó ninguna ruptura de la clase obrera con el gobierno ni con el régimen burgués. Tan sólo capitalizó, a través de ley proscriptiva de las PASO -las internas abiertas-, con un rejunte de partidos de izquierda, los votos de una enorme franja de la clase obrera y las masas explotadas que en el 2001 rompieron con los partidos burgueses. El grito de ese jalón de independencia de clases conquistada por los explotados fue "que se vayan todos, que no quede ni uno solo". Esto dejó herido gravemente al régimen de la constitución de 1853 y sus partidos, el PJ y la UCR, que hoy están en grave crisis. El kirchernismo, el macrismo y de vez en cuando Massa expresan la reconstitución de ese régimen de partidos burgueses.
El FIT se ha cuidado muy bien de que no se reavive el fuego del 2001 y que las masas no vuelvan al grito de "que se vayan todos". El FIT no expresa esas grandes luchas y combates. Es el encargado de desviarlos a las trampas parlamentarias. De eso se trata esta nueva pata de izquierda del régimen burgués argentino, que sólo sueña con "poblar de bancadas de izquierda los parlamentos testaferros de Wall Street y las transnacionales".
El millón y medio de votos que tanto ha embriagado a la dirección del FIT no es un producto de ninguna lucha que dio para conquistarlo. Es una consecuencia de una enorme revolución que empezó en el 2001, que fue entregada y mancillada, pero que dejó en pie un ala izquierda de la clase obrera que rompió con los partidos burgueses y con la burocracia sindical. El trabajo del FIT ha sido canalizarla en el régimen. Por eso la burguesía los ha premiado, ubicándolos como la cuarta pata del mismo.

La burguesía, con las PASO, ante la crisis histórica de partidos, los reagrupó por "familias política". Las PASO es una ley proscriptiva y antidemocrática del régimen de partidos en Argentina, donde el que no saca un piso elevadísimo de votos no puede pasar a las elecciones generales, y sólo puede otorgarle los votos a los que sí lo hacen.
El FIT se beneficia de esto, por ejemplo, con más de 100.000 votos del MAS. Y por ello calla el carácter proscriptivo y antidemocrático de las PASO. Y dice "luchar por las demandas más elementales de las masas" y no lucha contra el carácter antidemocrático y proscriptivo de las PASO y de este régimen infame.

Cuando Kirchner decía que "sacó a la Argentina del infierno" se refería al fuego de la revolución. El FIT también viene colaborando mucho en eso, con su política anti socialista y la cobertura por izquierda que siempre le dio al kirchnerismo, a sus "jueces progresistas", a su ministerio de trabajo bonachón...
Tan es así que la dirección del PTS llegó a plantear una brutalidad que ni siquiera el stalinismo se animaba a decirlo públicamente -aunque lo practicaba--. Estos "genios de la táctica" han planteado que la clave para vencer en las luchas es "aprovechar las contradicciones en las filas del enemigo". Por eso se la pasaron buscando jueces "democráticos" contra los jueces videlistas, a legisladores progresistas contra la "derecha". Esto equivale a decirle a una cebra que confíe en el león que está lleno porque acaba de comer, para que la defienda contra el león que tiene hambre. Esto llevó a amargas derrotas a la clase obrera, como lo vimos en Zanon, Lear, Kronberg, Dana, Emfer -donde hay 8 obreros procesados por coacción agravada- y un larguísimo etc.
Es así que las disquisiciones anti socialistas de esta gente terminan con duras derrotas a la clase obrera. Y a veces las festejan, como hicieron cuando la patronal de Paty, después de 15 años de no poder derrotar a los trabajadores, cerró su fábrica y se fue muy lejos del alcance de uno de los sectores más combativos de la clase obrera argentina.

El FIT es hijo de una paradoja: una franja de las masas, a las que se le expropió su revolución, han roto con los partidos burgueses y han votado al FIT; y éste lo único que hace es someterla al régimen de la constitución de 1853 remodelado con nuevos partidos: Macri, un frente kirchnerista "bicéfalo" con Massa y Scioli. Esas son las grandes familias políticas remodeladas que hacen de pilar de este régimen infame de sometimiento de la nación al imperialismo y hambre a los trabajadores y el pueblo. El FIT pone su hombro para constituir la cuarta pata de este engaño.

 

El FIT ya ha devenido abiertamente en la cuarta pata del régimen de partidos de la reaccionaria constitución de 1853

Las peleas que vemos entre Del Caño y Altamira no son ni por programa, ni por estrategia, ni por cuál es la mejor política para que triunfe la lucha del movimiento obrero. Sus disputas son para ver, dentro de su familia de izquierda reformista, quién acapara más bancas y poder en el régimen burgués. Todo lo demás es engaño.
Han dividido a toda la vanguardia de la clase obrera en actos distintos, en listas distintas... y han llenado sus listas con obreros digitados por los dirigentes de los partidos de izquierda. Su frente de izquierda no es un frente de los trabajadores.
En el año '72, en las elecciones que hubieron donde Perón volvía, luego del Cordobazo, el PST dio un ejemplo de cómo se conquista una intervención revolucionaria en las elecciones para luchar por la independencia de clase. Aclaremos que el FIT dice tener centenares de comisiones internas y cuerpos de delegados, y los tiene. ¿Qué hizo el PST? Le entregó su personería electoral a un congreso de trabajadores clasistas y combativos de Argentina. Participó la absoluta mayoría de las comisiones internas del SITRAC-SITRAM. En ese congreso intervenían delegados y luchadores obreros con mandatos de sus asambleas, que los facultaban para decidir su participación en un frente de los trabajadores que enfrentara a los partidos burgueses, a la burocracia sindical y al pacto infame de Perón, Balbín y los militares. Ese congreso sesionó, votó y resolvió las listas del frente de los trabajadores, a los que el PST le dio la personería electoral.
Fue un ejemplo de cómo elevar a la clase obrera y sus capas más avanzadas al combate contra los explotadores y unir sus filas. Lo del FIT nada tiene que ver con esto. Dividió a la clase en las luchas, y se encuentra en una disputa por arriba, que sólo desmoraliza a los mejores elementos de los trabajadores.
Ahora está claro: el socialismo es la tarea más inmediata que tienen planteada los explotados del mundo para que la clase obrera no se hunda en la miseria, en la catástrofe y en la masacres -como lo vemos en Medio Oriente- y para que la humanidad no caiga en la barbarie.

Para la cuarta pata "de izquierda" del régimen burgués plantearse el socialismo como una necesidad inmediata de las masas es un "salto al vacío". Para quienes el socialismo es un "salto al vacío" es para la burguesía, para los explotadores, para los banqueros, para los expropiadores del pueblo, para Wall Street.
Los revolucionarios afirmamos que no hay necesidad más inmediata de las masas que el triunfo de la revolución socialista. Esta tarea está puesta a la orden del día en el mundo colonial y semicolonial, sino también y en primer lugar en los países imperialistas.
Aunque le pese a Altamira, a Del Caño, a los hermanos Castro, a Syriza y a sus socios del PODEMOS, esa tarea de la revolución socialista está puesta a la orden del día en EEUU y en la Europa imperialista en bancarrota.
Ahí están la "valiente" izquierda de Syriza acordando los peores planes de ataque a la clase obrera griega como una pandilla imperialista menor junto con el Bundesbank de Alemania y la Europa imperialista de Maastricht.

¡No tiene razón la dirección del FIT! Centenares de miles de jóvenes y trabajadores se pusieron de pie en EEUU combatiendo por un salario mínimo de 15 dólares la hora, lo cual es lo verdaderamente mínimo necesario para vivir en EEUU. Se sublevaron los trabajadores de los Fast Food y luego, en 400 ciudades, se levantaron millones de trabajadores que ganaban 5 dólares la hora sumándose a esta gran demanda que unifica a toda la clase obrera norteamericana.
Pero, a diferencia de Altamira, la dirección del FIT y de Syriza, estos jóvenes y esta clase obrera norteamericana ha comprendido que no tenía solución al drama de sus salarios de miseria -ni la tendrá- si no se expropia y se derrota al 1% de parásitos de Wall Street. Por eso surgió el movimiento: Ocupemos Wall Street para poder comer, y su grito fue "¡Abajo el 1% de parásitos! Eso es atacar la propiedad y abrir el camino a la revolución norteamericana para expropiar a los expropiadores. Esos jalones de socialismo los conquistaron las masas y no esta izquierda timorata y reformista.
En cambio, ¿qué dice el FIT? No hagamos el socialismo porque es "un salto al vacío", no toquemos a Wall Street y poblemos las legislaturas de bancadas de izquierda. Poco serio.
La clase obrera norteamericana lucha por un salario mínimo de 15 dólares. Los aceiteros de Argentina luchan por un salario igual a la canasta familiar. En Europa se combate contra los despidos y por cobrar el salario. Millones de inmigrantes huyen de la miseria del África martirizada hacia Europa, y desde América Latina a EEUU.... Y el FIT, de forma desvergonzada, afirma que "poblando las legislaturas con la izquierda" podrán conseguir la jubilación del 82% móvil y un salario igual a la canasta familiar.
Parafraseando a personajes políticos, podríamos decir: "sólo con la revolución se come, imbécil". Solo con la revolución se consiguen las demandas más inmediatas por las que luchan los explotados, y cuando ésta es derrotada, viene la contrarrevolución y el baño de sangre de los sables de los generales y el fascismo, como sucede hoy en el Magreb y Medio Oriente, en Ucrania, y en todos los focos de la revolución mundial.

La mediocridad, la falsificación del socialismo, las cortinas de humo que le tira a la clase obrera mundial esta "nueva izquierda" para reformar y sostener al capitalismo -porque el que no lucha por derrotarlo lo sostiene- es inversamente proporcional a la valentía, el coraje, y a los jalones de socialismo que ponen las masas en su ofensiva revolucionaria. Allí están las fuerzas para volver a poner en pie el partido mundial de la revolución socialista que se merece la clase obrera, que es la IV Internacional.

Le guste o no le guste a las direcciones del PTS o del PO -que de vez en cuando hablan del trotskismo- y a pesar de que algunos nieguen que la IV Internacional ya ha sido fundada -como lo hace de forma descarada la dirección del PTS, que ya hace rato huyó del trotskismo-, afirmamos: "La IV Internacional goza ya, desde ahora, del justo odio de los stalinistas, socialdemócratas (N. del T: entendemos por qué nos odian tanto), los liberales burgueses y los fascistas. No tiene ni puede tener lugar alguno en ningún frente popular. Combate irreductiblemente a todos los grupos políticos ligados a la burguesía. Su misión (N. del T.: no se trata de un "salto al vacío", sino de la misión de la IV Internacional) consiste en aniquilar la dominación del capital. Su objetivo es el socialismo. Su método: la revolución proletaria..." (El Programa de Transición de la IV Internacional)
Ya hace rato que Altamira, Del Caño y sus seguidores han dejado atrás la lucha por la misión de la IV Internacional y sus combatientes. Ya hace rato han renegado de la lucha por la revolución socialista. Entonces no hablen más en nombre del trotskismo.
Su programa está compuesto por los desechos del stalinismo y la socialdemocracia. De eso se trata la "nueva izquierda" a nivel internacional: un nuevo engaño y una trampa mortal contra el ala izquierda de la clase obrera mundial.

Publicamos distintas cartas de jóvenes y obreros revolucionarios, puesto que ya son parte de los debates del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI hacia su congreso. Estas cartas las haremos públicas, como así también todo el debate de los trotskistas que luchamos bajo la bandera de la IV Internacional contra este nuevo engaño a los trabajadores y sus franjas más avanzadas.

Julián Juárez

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“Altamira, hablando de “gradualismo” les está diciendo a los trabajadores que es el Estado burgués el que puede, con “sus legislaturas pobladas de izquierda”, solucionarles los problemas a los trabajadores”.

Defendemos que no haya trabajo precario, eso todavía no es el socialismo, estamos reclamando el 82 por ciento móvil, un salario mínimo igual a la canasta básica, cuestiones muy elementales. No vamos a dar un salto al vacío”. Repite Altamira. Y “poblando de izquierda las legislaturas” llama a los trabajadores a depositar su confianza en que sus demandas serán otorgadas mediante leyes en el Parlamento.

Altamira no le dice la verdad a sus votantes y a la clase obrera. Oculta que para conquistar la jubilación del 82% móvil, el salario igual a la canasta familiar y terminar con la precariedad laboral, hay que organizar una gran lucha que ataque la propiedad privada de los capitalistas. Es más, una lucha por estas demandas mínimas y elementales, tan necesarias para la supervivencia de la clase explotada, plantea enfrentar de lleno los planes esclavistas de la Argentina maquila que impone el gobierno, el conjunto de la burguesía nativa, las transnacionales y los banqueros de Wall Street. Plantea la ruptura con el imperialismo, el FMI y el no pago a la deuda externa.

A decir verdad, es “utópico” lo que propone Altamira. Puesto que la lucha por pan y la libertad, demandas mínimas y elementales, en los países del Norte de África, el Magreb y Medio Oriente, significó la apertura de la revolución obrera y socialista; puesto que la burguesía es incapaz de darle de comer a sus esclavos y solo cede algo cuando ve que puede perderlo todo. Es más, sino se la derrota, lo que la burguesía te da con la mano izquierda te lo quita –el doble- con la mano derecha con genocidios y aplastamientos contrarrevolucionarios.

Los obreros petroleros de Las Heras (Santa Cruz, Argentina) en el 2006 encabezaron la lucha contra la precariedad laboral y el impuesto al salario; al grito de somos todos petroleros, enfrentando a las petroleras que saquean la nación, el estado y el régimen burgués (que embellece el señor Altamira). La respuesta de la burguesía y sus instituciones -como la justicia, las fuerzas represivas, los servicios de inteligencia- a esta lucha por demandas ultra “elementales”: fue reprimir, encarcelar, torturar y condenar a cadena perpetua a los trabajadores petroleros de las Heras (cuestión que Altamira olvida).

Altamira, hablando de “gradualismo” les está diciendo a los trabajadores que es el Estado burgués el que puede, con “sus legislaturas pobladas de izquierda”, solucionarles los problemas a los trabajadores.  
Así, el candidato, demuestra retomar el programa mínimo y máximo de la vieja socialdemocracia que entro en bancarrota hace más de un siglo. “Sin dar un salto al vacío” (sin hacer la revolución) dice Altamira, se pueden conquistar las demandas de los trabajadores. Está planteando la vía pacífica a conseguir las demandas obreras en el régimen burgués.

Contra esta teoría que hoy reflota Altamira, los fundadores de la IV Internacional afirmaban que: “La social-democracia clásica que desplegó su acción en la época del capitalismo progresivo, dividía su programa en dos partes independientes una de otra; el programa mínimo, que se limitaba a algunas reformas en el cuadro de la sociedad burguesa y el programa máximo, que prometía para un porvenir indeterminado el reemplazo del capitalismo por el socialismo. Entre el programa máximo y el programa mínimo no existía puente alguno. La social-democracia no tenía necesidad de ese puente, porque sólo hablaba de socialismo los días de fiesta.
La Internacional Comunista ha entrado en el camino de la social democracia en la época del capitalismo en descomposición, cuando a éste no le es posible tratar de reformas sociales sistemáticas, ni de la elevación del nivel de vida de las masas; cuando la burguesía retoma cada vez con la mano derecha el doble de los que diera con la izquierda (impuestos, derechos aduaneros, inflación "deflación", vida cara, desocupa­ción, reglamentación policíaca de las huelgas, etc.); cuando cualquier reivindicación seria del proletariado y hasta cualquier reivindicación progresiva de la pequeña burguesía, conducen inevitablemente más allá de los límites de la propiedad capitalista y del Estado burgués.
El objetivo estratégico de la IV Internacional no consiste en reformar el capitalismo, sino en derribarlo. Su finalidad política es la conquista del poder por el proletariado para realizar la expropiación de la burguesía. Sin embargo, la obtención de este objetivo estratégico es inconcebible sin la más cuidadosa de las actitudes respecto de todas las cuestiones de táctica, inclusive las pequeñas y parciales”.

(…) “La IV Internacional no rechaza las del viejo programa “mínimo” en la medida en que ellas han conservado alguna fuerza vital. Defiende incansablemente los derechos democráticos de los obreros y sus conquistas sociales, pero realiza este trabajo en el cuadro de una perspectiva correcta, real, vale decir, revolucionaria. En la medida en que las reivindicaciones parciales –“mínimum”- de las masas entren en conflicto con las tendencias destructivas y degradantes del capitalismo decadente -y eso ocurre a cada paso, la IV Internacional auspicia un sistema de reivindicaciones transitorias, cuyo sentido es el de dirigirse cada vez más abierta y resueltamente contra las bases del régimen burgués. El viejo “programa mínimo” es constantemente superado por el programa de transición cuyo objetivo consiste en una movilización sistemática de las masas para la revolución proletaria”. (1938, Programa de Transición de la IV Internacional, “el programa mínimo y el programa máximo”).

En la revolución “gradual” de Altamira, mientras se legisla en el parlamento burgués por mejorar las condiciones de “precariedad laboral” de los obreros, son las PASO el terreno donde los trabajadores “elevarían su conciencia” votando por diputados de izquierda. Esto, además de darle un valor, que no tiene, al sufragio universal (donde el obrero se disuelve en la “ciudadanía” y su voto vale lo mismo que el de un patrón, cura o medico), es la forma de negar que la clase obrera eleva su conciencia peleando y poniendo en pie los organismos de autodeterminación y democracia directa.
Y mientras dice esto sin ruborizarse, esconde que en el 2001 hubo una revolución en Argentina que hizo volar por los aires el podrido régimen de partidos. Las PASO, son una nueva institución completamente antidemocrática para fortalecer a los partidos patronales y son una verdadera proscripción para las organizaciones de la clase obrera que deben conseguir un piso de 1,5 por ciento para poder presentarse a las elecciones generales.
La “ley de reforma política” con sus PASO, es parte de la proscripción para que no se expresen los explotados de ninguna forma. Esta ley es profundamente antidemocrática y proscriptica puesto que las organizaciones obreras no disponen del aparato electoral de los partidos patronales para cumplimentar con todos los requisitos de afiliación que esta ley impone. Tampoco para obtener un piso del 1,5 % del padrón electoral en las elecciones internas abiertas obligatorias como condición para presentarse en las elecciones generales.

Desgraciadamente, Altamira no llama a enfrentar esta trampa de fortalecimiento del régimen burgués. Cuando la clase obrera este proscripta, sin democracia, con sus organizaciones estatizadas, con un régimen policiaco en las fábricas, con presos, 7.000 procesados y obreros condenados a cárcel y cadena perpetua. Lo que la clase obrera necesita es un verdadero congreso obrero, de ocupados y desocupados, con delegados votados en asambleas de base y para conquistarlo, y no para el exclusivo uso de sacar diputados y ubicar al FIT como la pata izquierda del régimen burgués, debe ser puesta la tribuna electoral.

Juan Rep

 

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“Altamira embellece a las PASO que son un mecanismo restrictivo y anti democrático del sistema electoral de la reaccionaria constitución argentina”

El día 16/05, Altamira del Partido Obrero, pre candidato por el FIT a Presidente, dio una entrevista al diario Clarín. En el siguiente párrafo que citamos de dicho diario, está concentrada una de las posiciones políticas centrales del candidato Altamira:Lo preocupa más la precariedad laboral que la inflación y alerta sobre la solvencia de los bancos. Cauto, admite que la revolución puede tener gradualismo. “Defendemos que no haya trabajo precario, eso todavía no es el socialismo, estamos reclamando el 82 por ciento móvil, un salario mínimo igual a la canasta básica, cuestiones muy elementales. No vamos a dar un salto al vacío”, promete”. (Clarín Edición Impresa, 16 de mayo de 2015).

Dice que la “conflictividad social” va a ayudarlo en su plan de “proyectarse como una alternativa de poder” ante el gran “conflicto social” que se avecina por el derrumbe del capitalismo. 
¿Cómo se lograría esta proyección de “alternativa de poder”? Hay que “poblar de izquierda las legislaturas”, conseguir demandas mínimas e impedir que las “alternativas” de derecha de reemplazo al Kirchnerismo hagan su “gobierno de coalición” que preparan un “ajuste”. Altamira se mira y proyecta en el espejo de Syriza (la “Nueva” izquierda que llegó al gobierno de Grecia): quiere “morigerar el ajuste”. 

A decir verdad, con su política, el FIT, ante el panorama de “gran conflicto social” que augura Altamira, no se proponen atacar al sistema capitalista ni derrocarlo con la revolución socialista. Pues las consecuencias de su “estrategia” de “poblar de izquierda las legislaturas” es subordinar la “conflictividad social”, es decir la lucha de clases, al Parlamento de los explotadores, y comportarse como verdaderos enfermeros del capital y no como sus sepultureros. Cuestión que han venido sosteniendo desde su conformación como “Frente de Izquierda”.
Cuando lo que se trata es de utilizar la tribuna electoral para desarrollar la lucha extra parlamentaria de masas, exacerbar la “conflictividad social”, ayudando a que la clase obrera conquiste su independencia política poniendo en pie los organismos de auto organización y democracia directa para unir las filas del conjunto de los explotados, barrer a la burocracia sindical y conquistar la huelga general.
El que vea los spots de televisión del FIT, con sus dibujitos animados incluidos, la brutal división y  desgarramiento de la vanguardia obrera argentina que ha provocado en sus disputas por las bancas, se dará cuenta que para nada el FIT está preparando y organizando a la clase obrera argentina para duros choques de clases contra el ajuste que está en curso ni el que está por venir.

La “toma de conciencia de los trabajadores” fue el “Que se vayan todos y que no quede ni uno solo”, que concentraba el odio de las masas contra el régimen del Pacto de Olivos, el bipartidismo de alternancia entre el PJ y la UCR. Con la lucha revolucionaria en las calles, siendo sujeto de su propio destino, al igual que con el “Rodrigazo” de 1975, la clase obrera rompió con el peronismo y conquistó su independencia. El FIT con su adoración a las PASO se ubica en la trinchera opuesta de ese combate, que la clase obrera debe volver a transitar para tomar la solución a los problemas en sus propias manos. Puesto que, en contradicción a lo que pregona el FIT y Altamira, y como lo afirma el “Manifiesto Comunista”: “LA LIBERACIÓN DE LOS TRABAJADORES SERÁ OBRA DE LOS TRABAJADORES MISMOS”.

Walter Montoya

 

 

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“Altamira y el FIT no hablan de la revolución socialista
ni siquiera de forma propagandista”

 

1- La raíz de las posiciones de Altamira expresada en una entrevista a Clarín, es su revisionismo teórico. Ellos pretenden hacerles creer a los trabajadores de que en este sistema putrefacto en que la burguesía les está quitando todo a los obreros, atacando sus conquistas, se le puede arrancar reformas, mejorar todos los días un poquito la situación de los obreros, lograr conquistas en el parlamento votando al FIT y sus proyectos de leyes “favorables a los obreros”.

El FIT con su política, y las declaraciones de sus representantes, termina ubicado como sostenedor del régimen burgués de la constitución de 1853-1994. “La socialdemocracia inauguró el periodo del reformismo planteando que se podía dar un carácter socialista al parlamento y al gobierno en Alemania por la vía parlamentaria. Berstein y Kautsky decían que le pueden cambiar el contenido a socialista, al parlamento y al régimen burgués”. (OOI Nº 15 Parte II). Hoy el FIT, como lo demuestran las declaraciones de Altamira, ha demostrado ser continuador de esta vieja política.

 

2- En la entrevista que le hace El Clarín, Altamira plantea: “que las PASO le servirán a la izquierda para dar un paso hacia la “toma de conciencia” de los trabajadores”. Los trotskistas afirmamos que lasPASO, son parte de la proscripción a la clase obrera de este régimen infame, que cada vez que los trabajadores intentan expresarse con la lucha, son brutalmente reprimidos y perseguidos. Con las PASO, el único que se fortalece, es el régimen burgués de la constitución de 1853-1994. Y con el programa que tiene el FIT en las mismas, el régimen burgués se fortalece el doble.

 

3- Y sigue la entrevista: “Seguimos con la idea de poblar de izquierda las legislaturas. Mi juicio y el de otras organizaciones del FIT es que esta campaña política nos puede proyectar como una alternativa al poder. (Daniel) Scioli, (Mauricio) Macri y (Sergio) Massa anuncian que van a ser un gobierno de coalición y que están preparando un ajuste”, afirma.”
Altamira y el FIT, al denunciar a los políticos del “ajuste” hacen a un lado al gobierno de Kirchner que es el que ha venido pasando los más grandes ajustes y ataques contra la clase obrera, profundizando la explotación y la entrega de la nación Argentina al imperialismo. El FIT de la mano de Altamira defiende las PASO y le plantea a los obreros que si votan por ellos, no habrá ajustes, como si esto pudiera frenarse impulsando leyes en el parlamento.

Los obreros votaron por el FIT en el 2013, dándole más un millón y medio de votos, diputados nacionales, provinciales y legisladores municipales. Pero el FIT justamente bajo la premisa de Altamira y Del Caño de “poblar de izquierda la legislatura” no quiso organizar a la clase obrera para luchar y derrotar a la burocracia de los sindicatos. No hacerlo permitió que las viejas cúpulas gremiales, odiadas por la base proletaria, recupere el poder de fuego.

 

4- Altamira constata una realidad: que los trabajadores estarían rompiendo con el kirchnerismo, y sueña con que el FIT canalice esta ruptura mediante los votos. ¿Organizarlos para profundizar la lucha contra el gobierno y sus ataques a cuenta del imperialismo? No. ¿Usar la tribuna parlamentaria para llamar a los obreros a no ir a votar a los patrones, destruir al régimen burgués, a organizarse en sus organismos de autodeterminación? Jamás ¿Llamar a preparar la lucha y la huelga general, expulsando a los burócratas y sus matones asesinos de obreros? ¡Ni palabra! Altamira y el FIT no hablan de la revolución socialista ni siquiera de forma propagandista.

 

5- Altamira en su entrevista no denuncia al gobierno de Kirchner, cuando esta es la mayor “pagadora serial” al imperialismo. No hacerlo, es ocultar el carácter lacayo y pro yanqui de la actual presidenta. Y también su carácter represivo y anti obrero, pues no solo que Argentina está plagado de precariedad laboral; si no de obreros procesados, condenados y encarcelados; y muchos de ellos hasta asesinados por las fuerzas represivas y los gánster de la burocracia.

Y encima pretenden que los trabajadores crean que en este sistema, en esta nación sometida al imperialismo y las transnacionales saqueadoras, es posible conquistar demandas con leyes en el parlamento. Decir que la clase obrera puede triunfar sin una lucha revolucionaria, sin preparar y organizar una huelga general derrotando a la burocracia sindical, es llamar a los trabajadores a entregarse atados de pies y manos a los capitalistas que utilizan esta democracia para ricos para envolver la más feroz dictadura del capital, encubriendo el brutal saqueo de Wall Street.

Es que el programa del FIT no está hecho para unir las filas obreras, por eso no tuvieron ningún reparo a la hora de dividir a la vanguardia combativa y permitir así que esta fuera derrotada.
El FIT termina siendo un frente electoral de partidos que se une por arriba para captar votos, pero se divide a la hora de luchar y de la necesaria conquista de unidad por parte de los trabajadores. Por esa vía somete a la clase obrera a la burguesía y le allana el camino a las transnacionales para que avancen en sus planes coloniales.

 

6- El FIT se viste con el ropaje de la vieja socialdemocracia alemana. De su teoría de que el Estado y sus instituciones tienen un carácter neutro. El rol de los reformistas de ayer y de hoy, es el de maquillar con un rostro “humano” y “democrático” a la dictadura del capital. Por eso son enemigos de la dictadura del proletariado; de demoler y destruir la maquinaria del estado burgués.

Y con su “gradualismo” terminan adoptando las premisa estalinista que en Francia en los años treinta decía: “Combatiendo cada día para aliviar a las masas laboriosas de las miserias que les impone el régimen capitalista, los comunistas subrayan que la liberación definitiva no puede ser lograda más que por la abolición del régimen capitalista y la instauración de la dictadura del proletariado”. (...) ¡Y estas gentes invocan a Marx y a Lenin!”.

Contra esta “estrategia” del estalinismo, emulada por el FIT en la actualidad; León Trotsky planteaba que: “los estalinistas se adornan con los despojos del reformismo. La fórmula política marxista, en realidad, debe ser la siguiente: explicando todos los días a las masas que el capitalismo burgués en putrefacción no deja lugar, no sólo para el mejoramiento de su situación, sino incluso para el mantenimiento del nivel de miseria habitual; planteando abiertamente ante las masas la tarea de la revolución socialista, como la tarea inmediata de nuestros días; movilizando a los obreros para la toma del poder; defendiendo a las organizaciones obreras por medio de las milicias; los comunistas (o socialistas) no pierden, al mismo tiempo, ni una sola ocasión de arrancar al enemigo, en el camino, tal o cual concesión parcial o, por lo menos, impedirle rebajar aun más el nivel de vida de los obreros. Compárese atentamente esta fórmula con las líneas de la resolución del Comité Central citadas más arriba. Esperamos que la diferencia sea clara. De un lado, el estalinismo; del otro, el leninismo. Entre ellos, un abismo”. (“¿Adónde va Francia?”, León Trotsky).

Cuanta vigencia, contra las posiciones y declaraciones de Altamira, mantienen en la actualidad estas palabras que son una verdadera guía para la acción revolucionaria de la clase obrera y las masas explotadas.

 

Laura Sánchez de LTI de Bolivia

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