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12 de agosto de 2014

UN APORTE A LA LUCHA DE LOS COMBATIVOS OBREROS DE LEAR
Una vez más, a propósito de la lucha por derrotar a la burocracia sindical

Ni con la ley de “Asociaciones Profesionales”, ni con denuncias y Códigos Penales, ni con fallos judiciales o dictámenes del Ministerio de Trabajo de esta “democracia” para ricos que engendra y legitima el accionar de los Pignanelli y los Pedraza…

A LA BUROCRACIA SINDICAL KIRCHNERISTA DEL SMATA LA VAMOS A DERROTAR CON NUESTRAS ASAMBLEAS, PIQUETES OBREROS Y COORDINADORAS DE LUCHA, CONQUISTANDO NUESTRA PROPIA DEMOCRACIA Y EXPULSANDO A LOS CARNEROS Y SUS MATONES DE NUESTRAS FILAS

Semanas atrás, se realizó una conferencia en el anexo al Congreso de la nación. Allí abogados del CEPRODH solidarios con las luchas obreras y organismos de Derechos Humanos, hicieron pública la presentación de una denuncia penal contra Pignanelli y otros hombres de la burocracia del SMATA. Se trataba de hacer pasar por el rasero de la ley a Pignanelli por su reiterada “coacción” contra los trabajadores de Lear; a quienes obligaron –a punta de pistola- a subirse forzosamente a colectivos, viajar más de 30 kilómetros (de la fábrica) y a realizar una “asamblea” donde -si o si- debían desconocer y destituir a la Comisión Interna combativa.

Este accionar cuasi fascista –reflotando los métodos de la Triple A de “Isabelita” y López Rega- de la banda de pistoleros de la Verde, que comanda el Gordo Pignanelli en el SMATA, se ha ganado el merecido repudio de la amplia mayoría de los trabajadores consientes. Centenares de organizaciones obreras declararon su apoyo a los obreros de Lear despedidos y a su Comisión Interna. Sin embargo, la dirección del PTS (que influencia a los delegados) lejos de llamar a poner en pie una coordinadora de lucha y de todas las fábricas donde se ha instaurado el “clasismo combativo” (para desarrollar el frente único de los obreros y la más amplia democracia de los trabajadores), su “estrategia” fue que su filial de abogados, el CEPRODH, “encabezara” la lucha contra la Verde del SMATA.

Esta política ha sido un verdadero desacierto. Primero porque se quiere sustituir con abogados y organismos de Derechos Humanos, la lucha que deben protagonizar los obreros en sus propias organizaciones -como son las centrales sindicales- contra la podrida burocracia sindical. Y segundo, porque esta “lucha” intenta darse apoyándose en las leyes de esta “democracia” para ricos, que son las que justamente engendran y cobijan a los burócratas asesinos y mantienen bajo una estatización extrema –es decir bajo un control absoluto por parte del estado burgués- a nuestros sindicatos y organizaciones de lucha. Los hechos hablan por sí mismos, “la gran denuncia penal” presentada por los abogados del CEPRODH no ha logrado frenar el accionar de la burocracia carnera del SMATA que no ha detenido su ofensiva contra los trabajadores de Lear y su comisión interna y días atrás, como ya lo hizo frente a la lucha de los trabajadores de Gestamp, ha sacado una solicitada en los principales diarios de país que es una verdadera declaración de guerra contra los obreros de Lear en la que públicamente llama a reclutar fuerzas para aplastar físicamente a los trabajadores en lucha. Allí dicen: “Nuestra paciencia tiene un límite, por eso reclamamos enfáticamente a las autoridades y a la justicia que se garantice el derecho constitucional de trabajar. Si ello no ocurre, facultamos a nuestro Consejo Directivo Nacional con la prontitud que las circustancias imponen la movilización del SMATA en defensa de la fuente de trabajo (...) en cada lugar que sea necesario.” (09/08/2014). Verdaderos matones rompe-huelgas.

La burocracia está recuperando “poder de fuego”. Y esto no se debe a que haya conquistado “apoyo” en un sector de trabajadores; sino que ante su crisis histórica, el FIT se negó a organizar a la clase obrera para derrotarla en las fábricas y en las calles. Cuando estaba a la orden del día llamar a un gran congreso obrero para refundar al movimiento obrero. Sobraban las condiciones para hacerlo, pues se trataba –y se trata- de una burocracia odiada por la base obrera, como lo evidencian las centenares de Comisiones Internas, Cuerpos de Delegados y Seccionales Sindicales dirigidas por la izquierda, y como se manifestó -de forma distorsionada- en los 1.200.000 votos (que en el proletariado industrial seria más de un 20%) que obtuvo el FIT en las últimas elecciones legislativas. Los resultados ya estan a la vista.

Ahora bien. Si de presentar denuncias contra acciones semifascistas de la burocracia, los obreros no rechazamos ninguna demostración de solidaridad para con nuestra lucha. Ni apoyo, venga este de dios o del diablo. Pero todo aquel que apoye la lucha debe humildemente subordinarse a las resoluciónes de la asamblea de los obreros en lucha. Pero a diferencia del FIT y su política de colaboración de clases (de generar falsas ilusiones en que con denuncias penales en los tribunales de la burguesía los trabajadores podemos sacarnos de encima a la burocracia), los trotskistas denunciamos que son los patrones y sus representantes políticos, mediante sus leyes, dictámenes e instituciones, quienes mantienen a la burocracia como guardias pretorianas en las fábricas.

Denunciamos que no se trata solo de Pignanelli, o de tal o cual burócrata, sino de toda la burocracia avalada y sostenida por la ley patronal de “Asociaciones Profesionales”, que reglamentan nuestros sindicatos y formas de organización. Y afirmamos que llamar a derrotar a la burocracia con denuncias penales en la justicia burguesa o con listas opositoras en las elecciones sindicales reglamentadas por el Ministerio de Trabajo, como nos propone el FIT, es una forma de plantear la “vía pacífica” a “recuperar los sindicatos” y a “romper la dependencia de los sindicatos del estado burgués en los países semicoloniales”. 
Pero a diferencia de lo que promete el PTS y el FIT, para nada recuperar los sindicatos puede ser de manera pacífica. Pues a la burguesía le va la vida en impedir la independencia de las organizaciones obreras, porque cuando esto sucede, los sindicatos pueden dejar de cumplir su rol cotidiano, en época de paz, como planteaba la III Internacional, de luchar por el aumento de los salarios en el mercado de trabajo y por el mejoramiento de las condiciones del trabajador asalariado, para pasar a transformarse en organismos de la lucha política de masas y de la revolución proletaria. Cuando esto sucedió en la Argentina de los ‘70, como por ejemplo en el “Rodrigazo” en 1975, donde los trabajadores pusieron en pie las coordinadoras fabriles y conquistaron la Huelga General, la burguesía no dudó en acudir a las bandas fascistas de la Triple A y luego al golpe genocida de Videla.

La IV Internacional planteaba en cuanto al carácter de los sindicatos en las semicolonias: “El gobierno de los países atrasados, o sea coloniales o semicoloniales, asume en general un carácter bonapartista o semibonapartista (…) los sindicatos: o están bajo el patrocinio especial del estado o sujetos a una cruel persecución. Este tutelaje del estado está determinado por dos grandes tareas que éste debe encarar: en primer lugar atraer a la clase obrera, para así ganar un punto de apoyo para la resistencia a las pretensiones excesivas por parte del imperialismo y al mismo tiempo disciplinar a los mismos obreros poniéndolos bajo control de una burocracia”. Y continuaba afirmando a renglón seguido que “El capitalismo monopolista cada vez tiene menos interés en transigir con la independencia de los sindicatos. Exige que la burocracia reformista y la aristocracia obrera, que picotean las migajas que caen de su mesa, se transformen en su policía política a los ojos de la clase obrera. Cuando no se puede lograr esto, se reemplaza la burocracia por el fascismo”. (“Los sindicatos en la época imperialista”, León Trotsky 1940).

No esta demas decir que son los jueces, que reciben las denuncias penales de nuestros abogados, quienes legalizan con sus órdenes cada represión del matón Berni contra los trabajadores (ese milico represor que como vimos hace días atrás actuó en forma centralizada con los matones de la Verde que Pignanelli mandara a la fábrica para golpear a los compañeros de Lear y a sus delegados). Y que por la tanto ni el parlamento, ni el Ministerio de Trabajo, ni la Corte Suprema, ni mucho menos la Iglesia con su Obispo Emérito Aldo Etchegoyen (Presidente de la Asamblea Permanente por los DD.HH) y el cura Bergoglio, podrán darnos algo a nuestro favor. ¿Por qué? Porque todas estas instituciones, políticas y religiosas son las representantes y defensoras de los grandes negocios de las transnacionales, que le pagan a la burocracia sindical –tal cual a un rabioso perro guardián- para que le cuide sus bolsillos.

Por ello denunciamos que todo el movimiento obrero está siendo “coaccionado” al ser amenazado con quedar en la calle, si reclama por sus derechos elementales. Denunciamos que todos los obreros de las automotrices son “coaccionados” al ser chantajeados con masivos despidos, suspensiones, eliminación de turnos para que acepten la nueva flexibilización laboral que promulga la patronal. Denunciamos que los mayores “coaccionados” son los obreros en negro que ni siquiera cuentan con derecho a tener delegados o Comisión Interna; ellos entran y salen de las fábricas –tal cual obreros golondrinas- según lo requiera el patrón y sus capataces.
Denunciamos que la condena a los obreros petroleros de Las Heras a cárcel y cadena perpetua, más el procesamiento a 7.000 trabajadores y luchadores perseguidos por la justicia patronal, SON UNA VERDADERA COACCIÓN contra todos los que salimos a pelear o cortamos una ruta por salario, por trabajo digno, contra los despidos, las suspensiones y los cierres de fábricas.

Y denunciamos ante los trabajadores –a los cuales llamamos a reagrupar sus filas para hacerle frente a la guerra que nos declararon los capitalistas- que mientras la burocracia sindical se sostenga en sus sillones, más y más el gobierno de la Kirchner y Wall Street profundizará el saqueo para la Chevron, más le pagará a los buitres del capital financiero, más recrudecerá la inflación y la carestía de la vida, así como también la represión contra la clase obrera que está perdiendo todas sus conquistas.

Los parlamentarios del FIT nos prometían que con las elecciones sindicales recuperaríamos los sindicatos y derrotaríamos a la burocracia. Pero hoy es la patronal la que ha despedido un tendal de luchadores para sostener a sus pistoleros y guardia cárceles del movimiento obrero: los traidores de la burocracia sindical, que se vuelven millonarios y vitalicios con la ley de asociaciones profesionales.

El FIT no quiso unir a los que luchan porque prefirió unirse con la “oposición” burguesa en el parlamento presentándoles proyectos de leyes. Ahora, deben rendirle cuentas a lo más combativo de la clase obrera: ¿Dónde está la ley que frenó los despidos, que desprocesó a los luchadores y absolvió a los trabajadores de Las Heras? Creó ilusiones de que en el parlamento, esa cueva de bandidos de los capitalistas, los trabajadores podíamos resolver nuestros problemas.
Se creó ilusiones de que con los jueces de los capitalistas se podía hacer justicia y, por supuesto,  ningún fallo hubo a favor de los trabajadores. Siempre un juez y un fiscal a mano para detener, procesar y encarcelar a los trabajadores. Con una mano dicen que entran los delegados de Lear y con la otra mano de los mismos jueces sostienen el lock out patronal y procesan y encarcelan a los luchadores y trabajadores. ¡No hay patrones ni justicia “progresista” ni “democráticos”! ¡Son todos enemigos del pueblo! Acá no hay “fondos buitres” y “fondos decentes” ¡Son todos capitalistas saqueadores de la nación: ladrones y usureros!

Los trabajadores conseguimos nuestras conquistas luchando, confiando en nuestras propias fuerzas.
Por eso, antes de que sea demasiado tarde, los obreros debemos tomar la resolución de nuestros problemas en nuestras propias manos. Somos los únicos que podemos limpiar nuestra casa.

Si la burocracia arma sus bandas para atacarnos y llama a juntar fuerzas para aplastar físicamente a los trabajadores de LEAR en solicitadas públicas. Entonces los obreros debemos hacer nuestros comités de autodefensa y piquetes para cuidar nuestra integridad física y la de nuestras familias, como ayer hacíamos en Mosconi, Cutral Co y en el 2001. Porque no habrá ni dios ni diablo que derrote a la burocracia, salvo los trabajadores desarrollando las asambleas, los piquetes, los comités de fabricas de contratados y efectivos y las coordinadoras poniendo en pie a los obreros de las decenas de fábricas que luchan contra el ataque patronal esclavista. Vamos a derrotar a los Pignanelli y los Pedraza conquistando un poderoso movimiento de lucha unitario de toda la clase obrera argentina contra la burocracia, los despidos y los cierres de fábrica.

 

¡BASTA DE BUROCRACIA SINDICAL!
¡Fuera los Pignanelli, la Verde
del SMATA y sus matones!

¡Fuera las manos del estado y sus instituciones de nuestros sindicatos y organizaciones obreras!
¡Abajo la “ley de Asociaciones Profesiones! ¡Los obreros nos organizamos como queremos!

Para derrotar el ataque del gobierno y las trasnacionales, la clase obrera debe volver a luchar como en el “Cordobazo”, el SITRAC- SITRAM y como en la revolución de 2001. El paro del 10/4 y las decenas de conflictos actuales demuestran fuerzas vivas para dar este combate. Hay que unirlas antes que estas se agoten en nuevas frustraciones impuestas por las direcciones que cada una de esas luchas tienen a su frente.
Para ello, para derrotar a la burocracia, hay que conquistar y desarrollar la más amplia unidad de los que luchan y conquistar nuestra propia democracia, donde los que encabezan el combate y la base obrera deciden, y los sindicatos y esos burócratas que están en sus cómodos sillones… acatan. Solo luchando así, podremos recuperar los sindicatos para la lucha de las masas explotadas. ¡Abajo la burocracia sindical! ¡Que vuelvan todos a laburar! ¡Abajo la Ley de Asociaciones Profesionales y toda regimentación del Ministerio de Trabajo en nuestros sindicatos! ¡Fuera las manos del estado de nuestras organizaciones de lucha! ¡Comités de autodefensa defendernos de las patotas de la burocracia sindical! ¡No al descuento compulsivo de las cuotas sindicales, con las que la patronal corrompe a nuestros dirigentes! ¡Que los delegados si quieren cobrar sus cuotas, luchen y pasen a cobrarla al pie de cada máquina o boca de obra! ¡Hay que poner una dirección revolucionaria al frente de todas las centrales sindicales y organizaciones de lucha de la clase obrera!

 

Comité Redactor

 

 

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