Argentina - 10 de junio de 2022
Belliboni en la CGT: el PO le mendiga el paro general a los carneros de la burocracia sindical
El paro general se conquista rodeando de solidaridad las luchas, uniendo el combate de ocupados y desocupados y derrotando a la burocracia y su pacto social con el gobierno y la gran patronal
Una delegación de la “Unidad Piquetera” encabezada por Belliboni (Polo Obrero) fue recibida por Plaini (Canillitas) y la burocracia de la CGT, a la cual le plantearon la necesidad de paro nacional.
Belliboni mismo le dijo a la prensa que le habían pedido a Plaini que la CGT convoque a asambleas y plenarios en las fábricas y establecimientos y que apoye las luchas de los trabajadores como las del SUTNA o de los docentes de San Juan. Inclusive dijo que le propusieron a la burocracia ¡organizar en común un plenario de ocupados y desocupados para luchar juntos “contra el ajuste” y por imponer “una salida de los trabajadores”!
El PO quiere hacer pasar a la burocracia de la CGT y la CTA, los mayores carneros y traidores de la clase obrera, como posibles aliados circunstanciales de los trabajadores frente al ataque del gobierno, cuando esa burocracia está en el gobierno peronista aplicando los planes del FMI y los capitalistas, en un pacto social con el gobierno y la patronal. Apoyó al FMI y se reúne públicamente con la embajada norteamericana. Con esos carneros rompehuelgas el PO impulsa un “frente único”.
La burocracia sindical es la principal responsable de la desocupación, la precarización, la esclavitud y los salarios de miseria en la clase obrera. No está para organizar asambleas, plenarios ni dar democracia obrera, como pide Belliboni. Al contrario, se apoya en el terror y métodos de control policíacos para garantizarle al gobierno y al “Grupo de los 6” el más férreo control de las organizaciones obreras e impedir todo intento de resistencia. Su rol es el de policía interna del movimiento obrero.
Y si ese control se resquebraja o se rompe, la burocracia pistolera no dudará en volver a poner en pie, inclusive, bandas fascistas como la Triple A de los ’70, que Lorenzo Miguel organizó con Perón y López Rega, si así lo llegaran a ordenar la gran patronal y la embajada yanqui.
Por supuesto que Plaini aplaudió la visita de Belliboni. Luego de ningunear el pedido del paro general, saludó efusivamente que “por primera vez en 92 años la ultraizquierda va a la CGT”. ¿Cómo Plaini no va a saludar la mano que le tiende el PO, si la burocracia es odiada por toda la clase obrera, cuestión que inclusive ha llevado a la burguesía a hacer recambios de cúpula en sindicatos como la UOM?
La burocracia se lava la ropa sucia gratis. Belliboni y el PO ni siquiera le exigen que rompan con el gobierno del FMI y su sociedad con la UIA. No denuncian que jamás, ni en las paritarias ni en las calles, la CGT y la CTA apoyaron el reclamo de los desocupados. Y, como si fuera poco, después de la reunión Belliboni dijo que la burocracia… ¡“está empezando a escuchar la voz de los trabajadores” por evaluar hacer una movilización! ¿Se puede ser más servil?
El PO ha despertado ilusiones en que se puede marchar al paro general con los jefes de RR.HH. de la UIA, en reuniones de buenos modales con los Moyano y los Plaini, y no con asambleas y piquetes contra la burocracia. Así se hizo el 7 de marzo de 2017, cuando se los echó a piedrazos del palco y tuvieron que llamar al paro general, y en la Asamblea Piquetera del 2001 en La Matanza, cuando Moyano tuvo que huir del odio de la base del movimiento piquetero.
El PO va a buscar la “unidad” con la burocracia de la CGT mientras deja aisladas luchas duras como la de Terminal 5 del puerto de Buenos Aires o los docentes de San Juan y La Rioja. Entregaron sin combate los sindicatos opositores a la burocracia de Baradel, rindiéndose ante el fraude escandaloso de la Lista Celeste de SUTEBA.
Belliboni, que le ruega a la burocracia que llame a un plenario de ocupados y desocupados, se ha negado persistentemente a llamar a un comité de lucha de los desocupados con los portuarios de T5, el SUTNA, los docentes, para reagrupar a la vanguardia obrera y reabrir el camino a la huelga general, marchando a la CGT y la CTA con miles de obreros, no de rodillas sino al grito de “ponele fecha la p… que te parió”, como estaba planteado hacer en la Marcha Federal.
Sin derrotar a la burocracia sindical no hay huelga general, ni lucha por salario ni trabajo. El PO lleva hasta el final la política de exigencia y sometimiento del FIT a la burocracia sindical, a la que se niegan a llamar a derrocar con piquetes y asambleas.
Belliboni es el vocero de una burocracia “piquetera” de partidos integrantes del FIT-U y stalinistas, que administra los planes que les da el Estado y que, gracias a ese control, somete a los obreros desocupados con el chantaje de que entrega o retira los planes, tomando lista en las marchas y asfixiando toda democracia obrera.
Son la negación del movimiento piquetero de 2001, que surgió autoorganizado y apoyado en la democracia directa para luchar por trabajo digno y que protagonizara enormes combates junto a los obreros ocupados, derrotando al gobierno de De la Rúa. Hoy el PO y sus aliados stalinistas le impiden pelear con el método del piquete y el ataque a la propiedad de los capitalistas, sometiendo a los desocupados a la mendicidad del Estado y ahora también a la burocracia sindical carnera.
La dirección del Polo Obrero, liquidando todo vestigio de democracia obrera, profundiza el camino de la colaboración de clases con el PJ confraternizando con la burocracia que fracturó al movimiento obrero entre ocupados y desocupados. Con esta política no se puede luchar. ¡Que rompan su sometimiento a la burocracia sindical y al pacto social!
¡Basta de tomar asistencia para dar altas y bajas de los “planes sociales”! ¡Basta de utilizar esto como un látigo para controlar y disciplinar a los trabajadores desocupados!
¡Que vuelva el movimiento piquetero de 2001 y sus cortes de ruta en las principales ciudades del país!
¡Que vuelvan los bloqueos a las empresas para unir a los ocupados con los desocupados luchando por trabajo genuino, el reparto de las horas de trabajo y un salario igual a la canasta familiar para todos, indexados por la inflación mes a mes!
¡Hay que volver a rodear los supermercados como en el 2001 para poder comer!
El PO ha ensuciado al trotskismo, tal como lo hacen sus socios en todo el mundo. Belliboni, Solano y Pitrola saben perfectamente que están conteniendo un nuevo 2001. Desde La Habana, Frank García Hernández -el ala “crítica” del PC cubano y aliado del FIT-U- aplaude esta política de regimentación de los desocupados, que él mismo llama a implementar en Cuba para controlar a los obreros hambrientos que se levantaron el 11 de julio 2021.
Se ha puesto al orden del día un nuevo reagrupamiento de las filas obreras, que retome las enseñanzas del clasismo de los ’70 y el movimiento piquetero de 2001, el mismo que escribió el programa de los 21 puntos de los Piqueteros del Norte de Salta. Ese reagrupamiento surgirá bajo las banderas de la IV Internacional de 1938. Hay que volver a fundar el partido de Trotsky y Mateo Fossa. En esa lucha hemos comprometido nuestras fuerzas los trotskistas de la LOI-CI/Democracia Obrera. |
