En este sistema capitalista podrido, los desocupados se prenden fuego para que sean escuchados sus reclamos de trabajo e insumos para el hospital vaciado de Pocitos, provincia de Salta.
Los Fernández, sus reuniones con sus socios representantes de la oligarquía y las pandillas capitalistas, están muy lejos de los reclamos de los hambrientos y trabajadores de la Argentina.
Millones están encerrados en sus casas sin agua, sin cloacas… ¡familias enteras de 8 ó 10 personas están hacinadas, sin alcohol en gel, sin lavandina y sin comida! Los de arriba condenan a la muerte y a la pandemia al pueblo pobre.
Millones de obreros en negro fueron despedidos de sus trabajos y no serán retomados hasta que a la patronal le convenga. Sobrevivir días y días sin un peso para comer ni comprar productos de higiene básicos: ¡esa es la cuarentena que nos imponen el gobierno y los patrones!
Los obreros de las industrias y servicios declarados “esenciales”, los que realmente están garantizando que todo funcione en la cuarentena, siguen trabajando sin ningún tipo de protección, expuestos al contagio y la muerte. Entre los trabajadores de Siderar, Ingenios Ledesma, Coto, Fel Fort, Frigorífico Penta, hospitales, líneas de colectivo, etc. se multiplican las denuncias sobre las condiciones criminales en que los hace trabajar la patronal.
Mientras tanto, a los capitalistas el gobierno les da millones de dólares en subsidios.
Las fábricas de respiradores estaban paralizadas porque los todos gobiernos vienen destruyendo los hospitales y no los equipan. Ahora los empresarios -como Keegan, dueño de Tecmey dirigente del PJ de Córdoba- los vuelven a producir… ¡a US$ 10 mil cada respirador!
¿Patrones y obreros “enfrentamos juntos” la crisis? ¡Farsantes!¡Nos gobierna un puñado de explotadores que se garantiza sus ganancias en medio del infierno de la inmensa mayoría del pueblo! Ellos multiplicaron por mil los padecimientos que ya veníamos sufriendo los trabajadores con la crisis económica.
Pero saben que la miseria y la pandemia pueden terminar provocando un estallido de los explotados. El hambre y la miseria ya no se aguantan en las barriadas. Por eso los Fernández, en acuerdo con todas las pandillas capitalistas, blindan al régimen militarizando las calles.
El PJ y la UCR, los mismos que llamaron al golpe de 1976, crearon un clima social como el de Malvinas o el Mundial ‘78, de “unidad nacional” reaccionaria, para sacar a las FF.AA. a las calles con “cara bonachona”, detrás de cruces rojas y hospitales de campaña, con el objetivo de aplastar al pueblo hambriento si éste sale a las calles. Es tal el terror que le tienen a los explotados que los de arriba discuten si declarar el estado de sitio o no.
¡Hoy vamos a un nuevo 24 de marzo con las FF.AA. en las calles!
Los que imponen todo esto en el movimiento obrero son la burocracia sindical y piquetera, que son cómplices de estos despidos en masa y del hambre de millones de desposeídos. Ellos saben dónde están los establecimientos, fábricas y campos dónde 5 millones de obreros argentinos trabajan en negro o con contratos basura. ¡Pero la burocracia se escondió para entregarlos! En la pandemia, el pacto social son los obreros trabajando o en cuarentena de hambre, mientras los de arriba están resguardados y haciendo millones. ¡Traidores!
El FIT-U se sometió a la “unidad nacional” y corrió a las reuniones que llamó el gobierno con los jefes de todas las bancadas parlamentarias como consejero de los Fernández.
Le entregaron la dirección de la crisis y la salud pública a la burguesía, a la que les llevaron 20 medidas para mitigar la crisis que no tocan la propiedad de los capitalistas, que no plantean expropiar toda la salud privada y los laboratorios y ponerlos a funcionar bajo control de los sindicatos, universidades y médicos. No llaman a garantizar con la expropiación las horas caídas de obreros en negro y desocupados a valor de un salario mínimo de $ 62 mil para todos.
Cuando hay que ocupar todas las viviendas de lujo de los terratenientes urbanos para alojar a los sin techo, cuando es más necesario que nunca expropiar oligarquía y supermercados para darle de comer al pueblo, los “anticapitalistas” mendigan subsidios y limosnas para los de abajo, con consejos a Fernández, el jefe de los explotadores, como si la burguesía fuese a resolver esta crisis en favor del pueblo.
Eso no es así. Esas reuniones de los jefes de bancadas, junto a las cámaras empresariales por detrás, son el estado mayor de los capitalistas, que se junta a conspirar en secreto contra el pueblo. Es innegable que el FIT-U entró de hecho al gobierno de la unidad nacional.
¡Del Caño y Del Plá tienen que salir inmediatamente de ahí y denunciarlos abiertamente como enemigos de los trabajadores, diciendo públicamente qué se discute allí para que el pueblo sepa cómo se conspira contra él! ¿Cómo puede ser que Del Caño haga teleconferencias con Massa y los diputados de los patrones? ¡Que haga teleconferencias con los obreros y sus organizaciones, del Hospital Posadas, del Garrahan, el SUTEBA-Matanza, Siderar, al sindicalismo combativo, las comisiones internas arrancadas a la burocracia, las fábricas recuperadas, para llamarlos a tomar la crisis en sus manos!
Aquí la pandemia enferma gravemente, pero es el capitalismo el que mata. ¡Basta!
¡La clase obrera tiene que dirigir la lucha contra la pandemia del coronavirus!
Los únicos que están arriesgando sus vidas para que todo funcione en medio de la pandemia son los trabajadores de alimentación, de insumos, de laboratorios, de la salud, del transporte etc. ¡Ellos son los únicos que cuidan la salud y la vida del pueblo! ¡Hay que tomar la crisis en nuestras manos!
Los trabajadores de la alimentación, la salud, Siderar, etc., tienen coordinarse para conformar inmediatamente un Comité Nacional de Salud Pública con enfermeros, médicos, universidades, sindicatos, el lNTI, etc. para tomar el control en sus manos; un comité con plenos poderes, por encima de todas las instituciones del régimen.
Que sean parte del mismo la Facultad de Medicina de la UBA con todos los mejores científicos del Malbrán y el INTI y los Consejos de Médicos de Argentina y el mundo para centralizar un plan para enfrentar la pandemia.
Pero esto no se podrá hacer sin rebelar a los trabajadores contra los traidores de la burocracia de la CGT y la CTA. ¡Fuera Daer, Caló, Moyano, Yasky, Godoy, sirvientes del gobierno y los capitalistas!
¡Asambleas en todos los hospitales, fábricas de la alimentación, laboratorios, líneas de colectivos, etc. para llamar a poner en pie el Comité Nacional de Salud Pública!
Hay que imponer ya mismo en las calles un Plan Obrero de Emergencia Sanitaria, bajo la dirección de este comité, que garantice que el pueblo no pague esta crisis ni se detenga ante ningún privilegio ni derecho de propiedad, para poner los recursos necesarios a disposición de un plan de salud para la población.
En esta cuarentena, se deben garantizar condiciones de máxima salubridad e higiene para los explotados. Que se vacíen todos los hoteles y se desinfecten, en grupos controlados con las enfermeras, los médicos y estudiantes de medicina para garantizar la desinfección y la limpieza para toda la población.
Ninguna familia obrera puede pasar hambre ni privaciones. Salario mínimo, vital y móvil de $69 mil a todos los trabajadores. Suspensión del pago de alquileres. ¡Plata hay! Que la pongan los banqueros imperialistas, la UIA, la oligarquía, que fugaron miles de millones de dólares en los últimos años. ¡Ni un peso al FMI y los parásitos de Wall Street! ¡Expropiación de los sanatorios y los bienes de la Iglesia!
Que nadie vaya a trabajar si no es controlado por médicos de todas las obras sociales en defensa de los trabajadores. Hay 3200 detenidos por “violar la cuarentena”, en su mayoría obreros en negro que son obligados a ir a trabajar. Pero a Paolo Rocca, CEO de Techint amigo del gobierno, que tiene a miles de trabajadores produciendo en una industria no “esencial”, violando abiertamente la cuarentena, no se lo toca. ¡Cárcel a Rocca y todos los patrones que violan la cuarentena!
Para garantizar la atención del pueblo hay que nacionalizar los hospitales y sanatorios privados sin pago y bajo control de comités de trabajadores y profesionales. Los colegios y hoteles de lujo deben ser expropiados para transformarlos en hospitales con las mejores salas de terapia intensiva.
Para proveer de insumos, ¡expropiación de los laboratorios y equipos de alta tecnología!
¡Queremos las fábricas automotrices para reconvertirlas y ponerlas a todas a producir respiradores en grandes cantidades!
Para que haya alimento para los trabajadores, hay que expropiar las grandes cadenas de supermercados y las tierras y acopio de la oligarquía, y formar comités de abastecimiento de trabajadores y consumidores por barrio, para garantizar la distribución en medio de la pandemia.
El Ejército y la policía asesina están para matar al pueblo si éste se subleva por hambre y miseria. ¡Fuera el Ejército y la policía de las calles!
El patrullaje en las calles y el cuidado del pueblo lo hace el pueblo mismo. ¡Por Comités de Vigilancia por barrio de las organizaciones obreras y los sindicatos, junto a los vecinos! ¡Libertad a los 3200 compañeros detenidos!
Estas medidas son elementales e imprescindibles. Que la clase obrera dirija la lucha contra el coronavirus se vuelve decisivo o los de arriba nos la harán pagar al pueblo pobre con hambre, despidos y muerte.
Nos sacaron todo. Que no nos mientan…
A los de arriba solo les interesan sus ganancias
¡Solo a los de abajo nos interesa la vida!
Juan Córdoba, del Comité Redactor de Democracia Obrera
Alejandro Villarruel, de Avanzada Obrera “Lista Negra” del Astillero Río Santiago
Ben y PM por Democracia Obrera del Estado Español
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