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Agosto de 2010

En el 70° aniversario del asesinato de León Trotsky

LEÓN TROTSKY Y SU LEGADO: MIL Y UNA VEZ CALUMNIADO, Y MIL Y UNA VEZ FALSIFICADO

¿Por qué una figura como Trotsky fue tan calumniada en la historia? Para el imperialismo alemán y los 14 ejércitos imperialistas, derrotados por el proletariado soviético y europeo en los ‘20, Trotsky era un “vil carnicero” y “asesino sediento de sangre” que “masacraba a niños indefensos”. Para el stalinismo, que usurpó el poder de los soviets, se había transformado en un agente contrarrevolucionario del Mikado japonés y de la Gestapo nazi. Para la Gestapo no había “agente rojo más peligroso”.
Así terminó Trotsky, asilado en México, sin visado, calumniado de ser agente de Franco y luego de Cárdenas. Cuando el stalinismo firma el pacto de “no agresión” con Alemania en el año ’38 (Molotov-Riventropp), la burocracia soviética acusa a Trotsky de ser agente de Roosevelt. Bajo esas terribles condiciones, Trotsky había puesto en pie el centro internacional de la Cuarta Internacional, una red de revolucionarios firmes que desde Portugal a Moscú organizaban la sección soviética y ponían en pie un partido revolucionario en el corazón mismo de EEUU, el SWP del joven Cannon.
¿Por qué tanta calumnia contra esta “personalidad” revolucionaria?, nos podemos preguntar. En una conferencia durante la guerra, Churchill y Roosevelt, los representantes del imperialismo norteamericano e inglés, discutían quién ganaba la guerra si EEUU entraba a la misma. Ambos se respondían: “gana Trotsky”, cuando éste no tenía más que algunos miles de militantes en el mundo.
Es que para las clases enemigas y sus estados mayores, en este caso los jefes de las pandillas imperialistas “democráticas”, el trotskismo, al igual que la Liga de los Comunistas de 1848 de Marx y Engels, era el fantasma y el espectro de la revolución. Ellos sabían que la guerra engendraba revoluciones y que el trotskismo podría ser el partero de sus triunfos, como lo fueran los internacionalistas -que apenas cabían en un sillón- que en el ’14, cuando comenzaba la primera guerra mundial, se reunían en las conferencias de Kienthal y Zimmerwald.
Pero a Trotsky, como también a Lenin, no solamente se lo calumnió y se lo bastardeó. También se lo revisó, se lo intentó adocenar, se lo puso a los pies de los Castro, los Tito, los Mao, o de cuanto socialdemócrata “de izquierda” o “progresista” anduvo en el mundo. Se lo sometió al peor de los cretinismos sindicalistas y al no menor de los cretinismos parlamentarios.
¿Por qué tanta saña en este 70º aniversario del asesinato de Trotsky? ¿Por qué tanta falsificación e impostura de los que ya han roto abiertamente con el trotskismo y su legado? Vamos a ser claros: tanta ignominia es para que no quede ni un solo trotskista que ponga sobre sus hombros el legado teórico y programático de la IV Internacional que mantiene su total vigencia y vigor, que vuelva a ocupar la silla vacía del congreso de sus fundadores para darle continuidad al programa del marxismo revolucionario ante los nuevos acontecimientos con el método del materialismo histórico y dialéctico, bajo las banderas de la teoría de la revolución permanente y el programa para la toma del poder. Buscan que no haya trotskista alguno al que se le ocurra poner en pie un centro internacional para reagrupar al proletariado mundial bajo las banderas del internacionalismo.
Les va la vida en que no se logre constituir un punto de apoyo donde todo obrero del mundo que quiera luchar por la revolución proletaria internacional y unirse con sus hermanos de clase del mundo -como única posibilidad de triunfar en cada país pueda agruparse bajo las banderas limpias del programa que nos legaran los fundadores de la IV Internacional de 1938, de Kienthal y Zimmerwald y de la III Internacional de Lenin y Trotsky en los ‘20.
Los reformistas, sirvientes de la burguesía y quienes les pagan, el capital financiero y los capitalistas, todos saben que si la fracción internacionalista del proletariado mundial vuelve al corazón de los explotados, volverá la revolución como la de los consejos obreros en Alemania, volverán los soviets con direcciones revolucionarias para hacerse del poder, surgirán en los países imperialistas partidos revolucionarios que jugarán su destino al del proletariado del mundo colonial y semicolonial que sus propias burguesías imperialistas oprimen y masacran. Volverán a surgir en el mundo semicolonial los partidos revolucionarios que no cederán ni un ápice ni le darán el más mínimo apoyo a las cobardes burguesías nativas y sus gobiernos, y que ligarán la suerte del proletariado de las colonias y semicolonias al triunfo del proletariado en las potencias imperialistas.
Ellos saben que hay cuentas que saldar y que las saldará el internacionalismo militante de la fracción revolucionaria del proletariado mundial. Y lo hará cuando ya han comenzado a combatir los obreros chinos en maniobras de motines, revueltas y acciones revolucionarias.
En Kirguistán, desde la periferia al centro, amenaza con volver en maniobras revolucionarias el proletariado de la ex URSS. El escenario Vietnam es planteado por el combate heroico de las masas de Afganistán. El fantasma del trotskismo los aterra a todos.
¡Viva el Trotskismo! ¡Viva la IV Internacional!

 

 

 


Trotsky y el Ejército Rojo

 

 


Los militantes trotskistas de la IV Internacional en Johanesburgo Sudáfrica 1934

 

 

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