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- IV - A 70 años del asesinato de León Trotsky:
¡Fuera las manos del oportunismo y del revisionismo de las limpias banderas de la IV Internacional!

El Programa de Transición de la IV Internacional de 1938 plantea que ésta “le declara una guerra implacable a las burocracias de las II y III Internacionales, de la internacional de Ámsterdam y la internacional anarco-sindicalista. Lo mismo que a sus satélites centristas; al reformismo sin reformas, al democratismo aliado a la GPU, al pacifismo sin paz, al anarquismo al servicio de la burguesía, a los revolucionarios que temen mortalmente a la revolución. Todas estas organizaciones no son promesas del porvenir sino supervivencias podridas del pasado. La época de las guerras y las revoluciones no dejará ni rastros de ellas.” (negritas nuestras)
Hoy cuando vemos a los renegados del trotskismo de todo color y pelaje, juntarse o separarse para realizar sus actos “homenaje” a León Trotsky, adocenándolo o transformándolo en un ícono, es decir en un tigre desdentado, no podemos menos que recordar que estamos frente a “revolucionarios que temen mortalmente a la revolución”.
Hay un hecho distintivo que une a todas las variantes de los renegados del trotskismo: hoy todos lo ubican a Trotsky y le rinden “homenaje” como una “personalidad socialista y revolucionaria más del movimiento obrero mundial”, como Gramsci (Mao Tse Tung), Fidel Castro, el Che Guevara. Lo mismo hicieron con Trotsky las alas camufladas de izquierda de la burocracia castrista, los Petras, Celia Hart y demás alas stalinistas, para posar de combativas o de izquierdistas y así poder seguir hablando ante el proletariado internacional después de que el stalinismo entregara los estados obreros en el ’89.
Muchas de estas corrientes usurpadoras del trotskismo, como la IMT (International Marxist Tendency) de Alan Woods, vienen de entregarle el Programa de Transición a Chávez, quien en su programa “Aló presidente” se dedicaba a decirle a las masas que lo lean, pero que recuerden que hoy en día se llega al socialismo “por vía pacífica”. Y afirmaba esto mientras con su mano derecha le enviaba petróleo a la maquinaria de guerra yanqui que masacra en Irak y Afganistán, y con su mano izquierda estrangulaba a la resistencia colombiana.
Otros que hoy “homenajean” a Trotsky, son los del Nuevo Partido Anticapitalista francés, cuyo dirigente Olivier Bensancenot se dedicó a recorrer en 2008 las colonias francesas insurrectas como Guadalupe para decirle a las masas que los ciudadanos de París no debían pagar el aumento de salario por el que peleaban los explotados con su huelga general, tal cual lo había anunciado el carnicero imperialista Sarkozy.
Ya hace rato que la LCR francesa y los partidos pablistas europeos se habían declarado enemigos de la Comuna de París y de los comuneros que dieron su vida en la misma. Ellos tan sólo son eurodiputados en la Europa imperialista de Maastricht y vulgares socialimperialistas. Los que no pueden serlo, se dedican a votar a socialistas o laboristas para que sean sus representantes en esas cuevas de bandidos. Así demuestran ser los continuadores de Thorez, Carrillo, los Berlinguer y demás camarillas stalinistas que en la Europa imperialista jugaban la suerte del proletariado europeo al destino de sus propias burguesías imperialistas.

Los que le rinden “homenajes” -que a esta altura ya es una verdadera impostura- a Trotsky son esos falsificadores del marxismo como el SWP inglés y la ISO de EE.UU. que organizaron las conferencias de “Socialismo 2010” cuyos principales dirigentes y disertantes en sus encuentros y conferencias son y fueron integrantes del Partido Demócrata del carnicero Obama y sus juntas electorales, en municipios y comités locales, como alcaldes y funcionarios varios de este partido burgués imperialista.
Le rinden “homenaje” a Trotsky como una “personalidad asesinada por el stalinismo” los que se agruparon en la “Cumbre de los Pueblos” de Madrid en mayo, donde votaron “unir a la clase obrera europea para pelear por una Europa social y unida” (lo que equivale al grito de ¡Viva Maastricht y la unidad imperialista europea!) y llamar a la huelga general europea recién ¡el 29 de septiembre! Así impusieron el aislamiento de la clase obrera europea país por país, permitiendo que el capitalismo en bancarrota concentre todas sus fuerzas para aplastar los combates de las masas griegas y hacerle pagar los costos de la crisis al proletariado alemán, francés, italiano, español, etc. Sus huelgas generales son para no llamarlas nunca y darle tiempo al capitalismo a aplastar al proletariado y salir de su crisis.
La Merkel, el Bundesbank y Wall Street ya aplauden a estos mariscales de derrotas de los partidos socialimperialistas europeos y sus podridas burocracias sindicales. Con la devaluación del euro, con el subsidio a sus propias transnacionales, con una altísima productividad del trabajo y sobre la base de la ruina y el endeudamiento del resto de las potencias imperialistas europeas, Alemania ha comenzado a crecer al 2,2% trimestral y sale a disputar el mundo. Las direcciones reformistas contuvieron al proletariado en la Europa imperialista arruinada, cercaron a la clase obrera revolucionaria griega y francesa para que sean los carniceros alemanes los que salgan victoriosos en el medio de la crisis. ¡¿Y ahora se atreven a rendir “homenaje” al camarada León Trotsky?!

Ahí está, como un ejemplo más en este 70º aniversario del asesinato de Trotsky, el pequeño acto del PTS en Argentina. Esta corriente viene de años y años de denostar y revisar al trotskismo. En 1999/2000 veían un capitalismo floreciente y un imperialismo “que se expandía a principios del siglo XXI con democracias por todo el mundo”. Anunciaban gobiernos “democráticos de izquierda, estables y de la tercera vía -como en Inglaterra- en toda América Latina. Esta gente, mientras veía un capitalismo floreciente a principios del siglo XXI, bajaba rápidamente su programa para llevar al proletariado a pelear por demandas mínimas para conseguir conquistas dentro del capitalismo.
No bien decían esto, don Bush se volaba las torres gemelas, invadían Afganistán e Irak y masacraban en Palestina. Lejos de gobiernos “de la tercera vía” lo que surgían eran gobiernos de frente popular, nacionalistas burgueses, que expropiaban la revolución en el mundo semicolonial.
Cuando parecía que se venía una época de 50 años de paz, el PTS se proclabama “continuadores de Gramsci”. Sí, aunque parezca mentira. Tanta impostura hay en este 70º aniversario del asesinato de Trotsky, que gente que apoyó abiertamente a Gramsci, el dirigente stalinista en Italia que en los ’20 llamaba desde la cárcel a masacrar a todos los trotskistas en el planeta, hoy se intenta revestir de “trotskista”. Cuando el revisionismo se viste de Trotsky, lo hace para destruirlo, y lo que es más importante, para abortar el giro a la izquierda y al marxismo revolucionario de capas enteras de la clase obrera.
En su acto de algunos centenares de obreros y jóvenes, de golpe se volvieron “trotskistas”, luego de someter a pequeños sectores de vanguardia a sus programas mínimos impotentes de presionar al parlamento burgués y a los capitalistas para que den concesiones. Todos los días son programa mínimo y sometimiento de la clase obrera a la burguesía, y tal cual la vieja socialdemocracia, “los días de fiesta”, los primeros de mayo, los aniversarios de Trotsky, hablan de “socialismo” o de “trotskismo”.

Es vergonzoso ver hoy también cómo homenajean a Trotsky sin pudor los morenistas y mandelistas que hace pocas semanas se reunieron en la cumbre de Santos, Brasil en el CONCLAT (Congreso de la Clase Trabajadora), sucesor del ELAC organizado en 2008 por el PSTU/LIT-CI, donde vistieron de ropaje “trotskista” al burócrata Montes de la COB boliviana, el mismo que sostenía al gobierno de Morales, mientras éste pactaba con la Media Luna fascista. Homenajean a Trotsky los que son incapaces de unir en una sola lucha y un solo combate al heroico proletariado latinoamericano. Lo intentan homenajear los que sometieron al proletariado en EE.UU. a Obama.
Bajo las órdenes del Foro Social Mundial, con total firmeza el CONCLAT de la LIT y el mandelismo el 5 de Junio aclaró: “no vamos a denunciar ni a enfrentar a las burguesías nativas, tan solo les vamos a exigir que cumplan con lo que prometen”. Así aplicaban nuevamente la política de la burocracia de la COB que hoy somete a la clase obrera boliviana a comisiones de “negociación” con el gobierno de frente popular de Evo Morales, quien acaba de darle 30 años de prisión a los heroicos comuneros que se sublevaron en 2004 en Ayo Ayo contra Mesa y la rosca, y que tiene las manos manchadas de sangre de mineros y campesinos pobres. Esta gente quiere hacerle creer al proletariado que presionando a la burguesía, ésta cede su propiedad y sus riquezas, sin revolución, sin expropiarla y sin destruir la maquinaria contrarrevolucionaria del estado que le garantiza su propiedad.

Nuestro homenaje a León Trotsky y los fundadores de la IV Internacional nada tiene que ver con la impostura de los renegados del trotskismo. Hay que separar las banderas. Los obreros avanzados tienen que distinguir con claridad quién lucha por el programa de la revolución socialista y quién está por someter su combate a la burguesía y los explotadores. Tras las banderas de la IV Internacional o tras las huellas de la socialdemocracia, el menchevismo y el stalinismo. Esas son las dos opciones que se le presentan al proletariado mundial. Revolución o reforma. Entre ellas, un río de sangre.

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