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22/08/2011

Camaradas:

Sobre la cuestión libia y la caída de Khadafy. El imperialismo intenta imponer una salida de la mano de un bando “democrático” en Libia. Esto lo hace para que impedir que sean las masas insurrectas las que tomen el poder. Lo que intentan imponer en Libia es un pacto contrarrevolucionario entre la burguesía del CNT (ex khadafista), la burguesía de Khadafy, y sus amos imperialistas. Por eso incluso la prensa burguesa informa que cuando los insurgentes llegaron a Trípoli varios oficiales khadafistas se pasaron, de inmediato y sin resistencia, a las filas del CNT, mientras las masas en Trípoli, que vivieron meses de terror bajo la bota del carnicero Khadafy, salían a recibir exultantes de alegría a las milicias rebeldes, organizando una nueva y excepcional insurrección.

Hay que decirle al proletariado mundial, contra el mito que intentarán propagar el imperialismo y sus cacatúas, que no fue ni la OTAN ni los generales y políticos “democráticos” los que derrocaron a Khadafy, sino que fueron las masas con sus acciones, sus insurrecciones, sus milicias y su guerra civil de clases. Por eso es clave el llamado a impedir que nos expropien nuestra revolución, la de los explotados. Hay que denunciar que el imperialismo y sus sirvientes intentan salvar a Khadafy y sus funcionarios de la ira revolucionaria de las masas. Después, quizás, harán un juicio “ejemplificador” para lavarle la cara y legitimar a las instituciones burguesas de justicia. ¡No hay que permitirlo! Solo reconocemos la justicia de los que combatieron durante meses: ¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a Khadafy, sus mercenarios y funcionarios, de ayer y de hoy! ¡Son todos asesinos de la clase obrera y los explotados libios!

La burguesía intentará ahora expropiar la heroica revolución de las masas libias. Lo primero que intentará hacer será recomponer las bases del estado burgués, destruidas por las masas explotadas y sus milicias revolucionarias. Para ello ya comienza a reciclar a generales khadafistas hasta ayer y “democráticos” desde hoy, quienes, junto a los oficiales del CNT y bajo el comando de los sanguinarios generales de la OTAN, formarán un nuevo ejército contrarrevolucionario, por supuesto, sirviente absoluto del imperialismo; e intentarán, como en Irak, poner en pie un gobierno de protectorado directo del imperialismo. Esto, si la clase obrera y los explotados, con sus milicias y comités populares, no lo impiden tomando el poder en sus manos, expulsando al imperialismo y poniendo en pie un gobierno de los que realmente derrocaron a Khadafy y han combatido todos los días en esta fenomenal revolución. En Libia se ha abierto ya declaradamente un vacío de poder. No gobierna Khadafy ni el CNT ni las tropas de la OTAN. No se puede esperar más. Las masas deben tomar el poder, luchando contra el CNT y el imperialismo que salvan a Khadafy y sus funcionarios.

La última palabra no está dicha. La burguesía, que no espera a que los hechos se sucedan por si mismos, acelera los tiempos y toma lo iniciativa. Lo hace por que sabe que esta lucha se da en medio de las turbulencias de la crisis mundial y los choques en la guerra de clases en todo el planeta. Necesita estabilizar, aunque sea relativamente, la región y no puede permitir que continúe la revolución en Libia. Necesita estabilizar, además, la producción del petróleo que Libia suministra a las potencias imperialistas.  Por eso se apura e intenta adelantarse a imponer una nueva trampa “democrática” en Libia. Pero el problema fundamental que tiene la burguesía en Libia es que las masas están armadas. Por eso, el gobierno que, de triunfar, impondrán el imperialismo y sus sirvientes tendrá como primer objetivo el desarmar las milicias obreras y populares. Desmovilizará a las masas y reprimirá implacablemente a quien no obedezca a la nueva autoridad. Usará, como en Túnez, la excusa de que se necesita producir más para recuperar la economía del país e intentará así impedir que las masas reclamen por pan y trabajo, verdaderos motores de las revoluciones en todo el Norte de África y Medio Oriente. Ante eso es necesario expropiar a toda la burguesía y al imperialismo que saquean y desangran Libia. ¡Que las milicias revolucionarias tomen el control de todos los pozos petroleros de Libia para hacerlos producir bajo control de los obreros! ¡Ahí está la plata para el pan, el trabajo y el salario!

Hay que denunciar la farsa de los reformistas y su “primavera árabe”. Fueron los explotados, por el pan y el trabajo, los que hicieron la revolución y derrocaron a Khadafy, Ben Alí y Mubarak. La burguesía, en todo momento, padeció la revolución, la sufrió y se aterrorizó ante ella. Hoy intenta expropiarla, pero su tarea no es para nada fácil. Allí concentrará fuerzas y debemos alertar al proletariado mundial sobre aquello. La burguesía concentra fuerzas allí porque las masas de Túnez, Egipto, Siria, Palestina, etc., verán  el combate libio como el ejemplo a seguir, es decir, el desarme de la política, la conquista de milicias, la partición del ejército, etc.

Hay que hacer un llamado a que las masas tunecinas profundicen su combate contra el gobierno provisional. Que se levanten las masas palestinas contra la ocupación sionista y que en Siria se armen las milicias para derrotar las tropas de ocupación de Assad y el imperialismo. Hay que expulsar al imperialismo de la región. Para eso es necesario que La clase obrera europea, con los inmigrantes a la cabeza, se ponga de pie contra sus verdugos imperialistas.
La clase obrera mundial debe tomar como suyo el combate de las milicias revolucionarias de Libia. En Chile se combate por el cobre y en Libia se debe combatir por el petróleo. Ahí está la solución a los padecimientos de los explotados.

 

Saludos revolucionarios
POI-CI

 

 

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