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07/04/2011
Carta a la WIVL
Queridos camaradas de la WIVL:
Les envío unos apuntes sobre la situación internacional y las reflexiones sobre la teoría y el programa que plantean los procesos revolucionarios que se están desarrollando en el Norte de África y Medio Oriente. Esto último, justamente, será el contenido de la segunda parte de este trabajo.
Es que la gran cantidad de materiales que están elaborando los miembros del SCI, así como los que han aportado ustedes, exigen que los revolucionarios fijemos posición.
Insisto, estos son apuntes para el debate. De todas formas, el enterarme hoy de vuestra excelente propuesta de intervención sobre las elecciones de Sudáfrica, ha acelerado la salida de este material.
Sobre la situación mundial y la orientación de la FLTI en el nuevo período que se ha abierto
1. Acabo de ver la noticia sobre la caída de Portugal, a la cual el FMI debe prestarle 107.000 millones de dólares.
La situación mundial se acelera a grado extremo.
Por otro lado en Libia, en la ciudad de Brega la ofensiva de los “rebeldes” se ha estancado. Los tanques de Khadafy, hasta allí, no son tocados por los ataques imperialistas en lo más mínimo. Parecería ser que la OTAN, esta vez con Inglaterra y Francia a la ofensiva, intentan imponer un gobierno de unidad nacional que reconstituya el estado burgués, que se ha roto y ha entrado en grave crisis a partir de los procesos revolucionarios que se han iniciado en febrero. Allí la política del imperialismo es que se mantenga el frente de batalla sin ganadores, al mismo tiempo que sostiene al régimen de Khadafy y al gobierno provisional de Bengasi, para imponerle la rendición a las masas insurrectas del este de Libia.
A diario recibimos noticias de lo cruel y espantoso que fue el aplastamiento de la insurrección (que había llegado inclusive a quemar el palacio de gobierno) en Trípoli por parte del asesino Khadafy. Lo que quedó en el este de Libia fue el resultado de insurrecciones locales triunfantes y, en el occidente, una cadena de insurrecciones masacradas y aplastadas con los peores métodos del fascismo.
La burguesía proimperialista “pasada” a último momento al campo de los “rebeldes” intenta disciplinar a las masas… pero éstas están armadas. Le será muy difícil a la burguesía “democrática” engañar a las masas armadas, por mucho tiempo, con la demagogia de que repartirán la renta de las exportaciones de petróleo sin la intromisión de Khadafy.
El imperialismo percibió esta situación y busca un empantanamiento de todos sus agentes, para terminar de desmovilizar a las masas, desarmarlas y darles una lección a la clase obrera y los pueblos de Medio Oriente y el Norte de África, diciéndoles: “Se acabaron las luchas revolucionarias como en Túnez y en Egipto; al que vaya por ese camino le pasará lo mismo que a Libia”.
Parecería ser que la estampida de la crisis revolucionaria del Norte de África -patio trasero de las potencias imperialistas europeas y zona de disputa interimperialista con EEUU- se extiende al corazón de África. Las disputas interimperialistas abren brechas, como en Costa de Marfil, entre las burguesías nativas. Los gobiernos proimperialistas atacan cada vez más y más a las masas, como en Sudáfrica y en la mayoría de la región.
2. Estos acontecimientos se aceleran. El servilismo de las direcciones traidoras y socialimperialistas en Europa para separar a la clase obrera europea de la lucha revolucionaria de las masas de África y Medio Oriente, ha logrado, por el momento, mantener desincronizado el combate de la clase obrera de los países semicoloniales y de las potencias imperialistas. Debemos denunciar esto.
Como ya les han informado los camaradas, “Marxismo 2011” se estará reuniendo estos días en Inglaterra. Allí se respirará la consigna reaccionaria de “trabajo inglés para los ingleses”.
Por más que la LCR y el NPA francés desentierren los libros de Trotsky sobre la dictadura del proletariado -que enterraron a 10 metros de profundidad en los ’90- no podrán esconder que son pandillas de delincuentes socialimperialistas, enemigos declarados de la revolución proletaria. La prueba está ante lo sucedido en Lampedusa (Italia), la isla más cercana a Túnez. Allí se está llenando de inmigrantes desesperados del Norte de África que llegan hambreados, dejando hijos y mujeres sepultados en el mar, como sucedió con el hundimiento de una embarcación de 250 inmigrantes en el Mediterráneo.
El asesino Berlusconi y las flotas más grandes del mundo instaladas en el Mediterráneo de todas las potencias imperialistas, “no pudieron impedir” que se hunda una barcaza con 250 inmigrantes que había salido desde Libia. Es un asesinato. Inmigrantes hambreados de África son reducidos, por decenas de miles en Lampedusa, a campos de concentración.
Ante esto, las organizaciones obreras sirvientes del imperialismo guardan un silencio sepulcral sobre el destino de estas decenas de miles de obreros inmigrantes. Estas corrientes se llenan la boca hablando de “las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente”, mientras guardan un silencio ignominioso y canallesco sobre la suerte de los obreros inmigrantes en campos de concentración en Lampedusa, porque ya están acostumbrados a verlos en campos de concentración como esclavos en Madrid, Roma, Berlín, Londres, París, etc.
Los trotskistas de la FLTI no podemos mantener ni un segundo más de silencio sobre esta cuestión. Debemos largar ya, inmediatamente, esta campaña en contra de los nuevos presos de las potencias imperialistas, que son los inmigrantes desesperados que están en campos de concentración en la isla de Lampedusa (Italia), tal como lo están los combatientes antiimperialistas de Afganistán en el campo de concentración de Guantánamo.
La cuestión de los inmigrantes del Norte de África y Medio Oriente en Europa es una cuestión de vida o muerte para la unidad de la clase obrera de los países coloniales y semicoloniales con el proletariado de las potencias imperialistas. Es una obligación de los trotskistas el combatir con este programa contra los partidos socialimperialistas.
3. La lucha antiimperialista de las masas del mundo y los pueblos oprimidos sólo puede triunfar bajo la dirección de la clase obrera. Los partidos socialimperialistas, y su política sirviente de su propia burguesía imperialista, son la causa fundamental de que sean las burguesías nativas y los partidos de la pequeñoburguesía rica proimperialista del mundo colonial y semicolonial los que manipulen los heroicos combates del proletariado de los pueblos y naciones oprimidas del mundo.
La tardanza de una intervención revolucionaria decidida de la clase obrera europea, contra sus gobiernos y el ataque de éstos a sus conquistas y a la clase obrera del Norte de África, es lo que está garantizando, por ahora, que las revoluciones que han comenzado intenten ser expropiadas con una política de frente popular de colaboración de clases, como en Bengasi, Egipto o Túnez.
Nuestro combate en el Norte de África y Medio Oriente contra la política de frente popular por un lado, y la contrarrevolución directa por el otro (como dos instrumentos distintos de la misma política imperialista), es inseparable de nuestra lucha contra los partidos socialimperialistas en Europa, Estados Unidos y Japón. También es inseparable de nuestro llamamiento a que la clase obrera europea tome en sus manos la lucha de sus hermanos de clase inmigrantes, tanto dentro de sus países, como en el Norte de África y Medio Oriente, para que una sola revolución incendie todo el Mediterráneo.
4. Centenares de miles de trabajadores en Afganistán incendiaron el local de la ONU y ganaron las calles en Mazar-i-Shariff y Kandahar. Más allá de la ideología de “defensa del Corán” - la religión es el opio de los pueblos-, en estas masas “atrasadas” se expresa, ante la provocación de una secta religiosa fascista de EEUU, su sentimiento nacional y antiimperialista que, al decir de Trotsky en las tesis sobre la cuestión nacional de la IV Internacional, es totalmente progresivo, mientras que es profundamente reaccionario y contrarrevolucionario todo accionar nacionalista o chovinista de la clase obrera de los países imperialistas. Mucho más, cuando está totalmente claro que el Talibán tiene un pacto con Alemania y el general Petraeus de EE.UU. para repartirse las rutas del opio y el negocio del níquel y el litio descubierto en Afganistán.
Estamos con las masas afganas en su combate antiimperialista, saludando el incendio del local de la ONU, al igual que cuando hicimos nuestro el fuego que incendió el local de los tories, más allá de la ideología circunstancial que puedan tener las masas que entran al combate, tanto en Afganistán como en Inglaterra.
Enfrentar hoy a las sectas fascistas en EE.UU. que queman el Corán, es preparar las condiciones para enfrentar a los mismos fascistas que mañana intentarán quemar y atacar los locales de los sindicatos y las organizaciones obreras en EEUU, como hoy ya lo hacen los sheriffs fascistas que matan a los inmigrantes mexicanos y latinoamericanos.
Todo pueblo que oprime a otro no puede ni tan siquiera soñar con liberarse a sí mismo, afirmaba Marx ya en el siglo XIX. En la correspondencia entre Marx y Engels de 1869, Marx afirmaba: “Durante mucho tiempo pensé que podría derribarse el régimen irlandés por el asenso de la clase obrera inglesa. He defendido siempre este punto de vista en el New York Daily Tribune” (periódico norteamericano en el cual Marx colaboró mucho tiempo, N. de R.). Luego Marx, al definir la existencia de una aristocracia obrera inglesa ya arrogante, afirma que ya la clase obrera inglesa no puede por su cuenta derribar al régimen irlandés. Insiste: “Un estudio más profundo de la cuestión me ha persuadido de lo contrario. La clase obrera inglesa no podrá hacer nada, mientras no se desembarace de Irlanda (…) La reacción inglesa, en Inglaterra, tiene sus raíces en la esclavización de Irlanda.”
Magnífico. Por ello Lenin afirmaba, en su trabajo “Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación”, en contra de un internacionalismo abstracto y de una unidad abstracta entre la clase obrera mundial (que no distingue las obligaciones internacionalistas distintas que tiene la clase obrera de los países opresores y la de los países oprimidos), lo siguiente: “Al principio, Marx creía que a Irlanda la liberaría, no el movimiento nacional de la nación oprimida, sino el movimiento obrero de la nación opresora. Sabiendo que sólo la victoria de la clase obrera podrá traer la liberación de todas las nacionalidades, Marx no hace de los movimientos nacionales algo absoluto.” Insiste Lenin: “(…)Pero se ha creado una situación tal, que la clase obrera inglesa ha caído por un período bastante largo bajo la influencia de los liberales, yendo a la zaga de los mismos, decapitándose ella misma con una política obrera liberal.” Y luego afirma el mismo Lenin: “(…) Marx revisa su opinión y la corrige. ‘Qué desgracia es para un pueblo el haber sojuzgado a otro’. La clase obrera de Inglaterra no podrá liberarse mientras Irlanda no se libere del yugo inglés. La esclavización de Irlanda fortalece y nutre a la reacción en Inglaterra.” Y luego Lenin remata: “¡Igual como nutre a la reacción en Rusia la esclavización de una serie de naciones!” ¡Excelente! Este es el apotegma generalizado como programa por la III Internacional a propósito de la unidad de la clase obrera a nivel internacional, y sus obligaciones en los países imperialistas y oprimidos. Sobre ello se nutren todas las tesis de la teoría de la revolución permanente de los fundadores de la IV Internacional.
Pronunciarnos juntos, ya, sobre la cuestión afgana, como lo hemos hecho con el doble carácter de la guerra en Libia (de opresión nacional y korniloveada contrarrevolucionaria para aplastar una revolución), y levantar la lucha antiimperialista de la clase obrera que entra en combate por el pan, nos lleva a dar los primeros pasos que deben expresarse en un programa claro para unir a la clase obrera de EEUU y Europa. Ésta hoy debe entrar en ofensiva revolucionaria contra su propia burguesía imperialista, a la que deberá enfrentar decisivamente, o no se liberará jamás a sí misma. Y lo deberá hacer llegando tan lejos como lo hicieron y lo hacen, en sus primeros pasos, la clase obrera del Norte de África y Medio Oriente. Cada día que pasa la clase obrera de los países imperialistas sin hacer esto, se fortalece la reacción en su país, que la ataca brutalmente y, también, a todos los países que oprime. Es que no se puede luchar por los intereses del conjunto de la clase obrera internacional para conquistar su unidad y luchar por el socialismo, sin derrotar los privilegios de la aristocracia y la burocracia obrera que, tal cual plantean los fundadores de la IV Internacional de 1938, provienen de la superexplotación y el saqueo de los pueblos coloniales y semicoloniales.
En esto consiste el carácter antiimperialista de la ofensiva por la revolución socialista que debemos impulsar con nuestro programa a nivel internacional.
La irrupción de las masas afganas, con un claro sentimiento antiimperialista, es un verdadero shock eléctrico para la clase obrera norteamericana que, si en Wisconsin ha gritado: “¡Hay que combatir como en Egipto!”, ahora debe levantar el grito de “¡Quememos la iglesia del pastor fascista que le faltó el respeto a nuestros hermanos de clase de Afganistán!”, “¡Nosotros apoyamos la quema del local de la ONU en Afganistán incondicionalmente y uniremos nuestra lucha en EEUU a su combate antiimperialista!”.
Sólo así la clase obrera norteamericana se liberará a sí misma, y jugará un rol DECISIVO Y FUNDAMENTAL PARA QUE LAS MASAS Y LA CLASE OBRERA DE AFGANISTÁN SE SAQUEN DE ENCIMA EL CORÁN, Y LLEGUEN A LA CONCLUSIÓN DE QUE SON LA CLASE OBRERA INTERNACIONAL Y NORTEAMERICANA LAS QUE TIENEN LA LLAVE DE SU LIBERACIÓN, Y NO EL CORÁN QUE, LEJOS DE LLEVARLAS AL PARAÍSO, LAS LLEVARÁ AL INFIERNO.
Estas cuestiones de programa deben estar puestas en el centro de las preocupaciones de la FLTI y del centro internacional. Esto, sobre todo, en momentos en que las disputas interimperialistas y la crisis económica mundial plantean que el imperialismo, para salir de este atolladero, debe multiplicar, no solo la explotación de la clase obrera, sino también sojuzgar más y más, doblegar mucho más, y redoblar el saqueo a todas las naciones oprimidas que domina.
5. Camaradas, no podía no fijar mi posición ante estos graves acontecimientos. Como así tampoco podía dejar de hacerles llegar mi punto de vista personal sobre lo que considero una orientación totalmente correcta de vuestra parte. Me refiero a la que nos plantean en su carta del 7/4, llamando al boicot ante las elecciones fraudulentas del régimen y el gobierno del frente popular en Sudáfrica, contra la brutal represión y ataque a la clase obrera que están impulsando el CNA y el Partido Comunista de Sudáfrica. En Argentina se está preparando también un proceso electoral. La LOI-CI está escribiendo una resolución con su política hacia las mismas.
De todas maneras quiero hacerles, a nivel personal, los siguientes aportes sobre la excelente posición de llamar a boicotear las elecciones en Sudáfrica, alrededor de las luchas de Egipto, Túnez, Yemen, Siria, Bahrein, etc.
Para plantear el llamamiento a un boicot, hay que plantear el camino para garantizarlo, es decir, un camino para impedir las elecciones. Así lo hicieron los bolcheviques en 1905, cuando boicotearon las elecciones a la Duma del Zar. Las masas deben saber que llamamos a boicotear las elecciones y que marcamos un camino de cómo hacerlo.
La demanda de: “Huelga general con piquetes, Comando Nacional de Lucha centralizado de todas las organizaciones obreras y comités de autodefensa”, es clave para llamar al boicot, que será un paso decisivo para derrotar la política de entrega al imperialismo y de brutal ataque a la clase obrera del CNA y del régimen de conciliación nacional de la AngloAmerican.
Por otro lado, el llamamiento de emergencia a una reunión nacional de todos los sectores y franjas de la clase obrera y las masas explotadas y atacadas -ya sea físicamente o por el aumento de los precios de la comida, la electricidad y los combustibles- nos puede encontrar a los trotskistas como los impulsores fundamentales de un bloque obrero por el boicot. En ese proceso, nuestra organización en Sudáfrica puede fortalecerse enormemente, mucho más que si interviniera en las elecciones y, sobre todo, si logra empalmar con un proceso de miles de obreros que están rompiendo con el Partido Comunista y el CNA.
Poner en pie ese bloque o polo obrero por el boicot es inseparable de la lucha por derrotar a la burocracia colaboracionista del COSATU que sostiene al gobierno proimperialista de Sudáfrica, para que la clase obrera de Sudáfrica pueda ponerse a la altura del combate de los explotados de toda África, y de África del Norte en particular.
La denuncia de que es por responsabilidad de estas direcciones traidoras que aún no podemos transformar a Sudáfrica en un Túnez, Libia o Egipto, iniciando la revolución para derrocar al gobierno de Sudáfrica -tan sirviente del imperialismo como Khadafy, Ben Ali o Mubarak- debe articular nuestro programa de acción.
El cerco que le imponen el Foro Social Mundial y las ONG a la revolución en Madagascar, al combate contra el hambre y la carestía de la vida en Zimbabwe y en Mozambique contra los regímenes burgueses proimperialistas, es lo que tenemos que llamar a romper, para unificar la lucha de la clase obrera de toda África contra el imperialismo, el saqueo, las masacres y las matanzas como en Costa de Marfil o Libia.
No pretendo plantear aquí el conjunto de la orientación y del programa electoral, sino hacerles llegar, de forma urgente, estos aportes y primeras impresiones para colaborar con vuestro trabajo.
6. Me parece correcta vuestra política ofensiva. Es que los procesos revolucionarios del Norte de África y Medio Oriente han colocado a las masas nuevamente en posición de contraofensiva. Y, si esta contraofensiva no se desarrolla aún más, es por responsabilidad de las direcciones traidoras, que han levantando un muro con la clase obrera europea y norteamericana, para que éstas no se subleven para derrocar a Sarkozy, la Reina de Inglaterra, Berlusconi, y al mismo Obama y el régimen de los republicratas, tal cual lo hacen las masas del Norte de África y Medio Oriente. Estas direcciones logran desincronizar los combates, pero la tendencia aguda a la ofensiva de masas ya está aquí, configurando lo que, creo yo, es la tendencia a la apertura de una situación pre-revolucionaria mundial.
Para impedir que se desarrolle esta tendencia de la lucha de las masas, se larga la contraofensiva imperialista en Libia y en Costa de Marfil. En este mismo sentido actúan las direcciones traidoras, buscan volver a cercar los procesos revolucionarios, luego de que las ofensivas revolucionarias de las masas rompieran todos los cercos y dispositivos de control contrarrevolucionarios del imperialismo y las direcciones traidoras en Medio Oriente y el Norte de África.
Está por demás claro que las condiciones son pre-revolucionarias latentes. Esto significa que la crisis mundial ya se ha vuelto crónica. Sus picos de cracks se vuelven recurrentes, en la medida en que el imperialismo no ha recompuesto aún su tasa de ganancia, al mismo tiempo que enormes masas de capitales van a la especulación en los commodities, aumentando cada vez más los flagelos y penurias de las masas.
Esto sucede, mientras las grandes cerealeras y los banqueros propietarios de insumos, como el cacao y demás fuentes de materias primas, arman una burbuja ficticia de precios, donde parasitan para acumular superganancias y volver a gastarse lo que aún el trabajo humano no ha producido.
Así crean nuevos valores ficticios, cuando aun no se han recuperado el parasitismo y la especulación de las burbujas inmobiliarias en EEUU y en todo el planeta.
Más allá de que en tal o cual sector del planeta haya momentos de un ciclo de crecimiento -como en China y los países que exportan allí-, esto no ha alcanzado para sacar de la recesión y el crac a las potencias imperialistas. Los ataques con que Francia está disputando zonas de influencia (que busca actuar como gendarme de Medio Oriente y África) son una expresión de la enorme lucha interimperialista por los mercados mundiales que se está desarrollando.
El equilibrio europeo se ha restablecido solo provisoriamente. Maastricht está “atado con alambre”. Alemania, que sigue siendo el fundamental vendedor en Europa (y que compite con Estados Unidos en sus exportaciones a China), está al borde del precipicio. Es que se avecinan crisis de cesación de pagos de las potencias imperialistas menores europeas, de las cuales Alemania es su fundamental acreedor comercial. Un nuevo crack, como el que se vislumbra En España, Portugal o el mismo Grecia, volverá a dislocar a la Europa de Maastricht.
El “boom chino”, con las exportaciones de Estados Unidos, tan sólo alienta las exportaciones de commodities, petróleo y minerales, sobre las que el capital financiero no hace más que especular y parasitar, preparando nuevas crisis y catástrofes.
Las condiciones objetivamente revolucionarias se nutren de la crisis capitalista mundial que, insistimos, se ha vuelto crónica. Esto no es más que un indicador de que no se recompone la tasa de ganancia y, como diría Trotsky en el Manifiesto contra la Guerra, los piratas imperialistas comenzarán a picotearse entre ellos para quedarse con un mercado que se achica.
La especulación y el parasitismo empujan –y seguirán empujando- a mayores aventuras contrarrevolucionarias del imperialismo y a mayores ataques del imperialismo contra las masas. La caída de la tasa de ganancia debe ser recompuesta. Esto solo se conseguirá con guerras como las que ya están en curso, y con golpes fascistas, si es que la revolución proletaria no lo impide.
7. Creo que la elaboración sobre los elementos claves de la situación internacional debe ser adelantada en esta nota a todos los grupos de la FLTI, y a ustedes en particular que lamentablemente no pueden estar en la reunión del fin de semana del SCI y, sin embargo, deben dar respuestas a dificilísimos acontecimientos internacionales, de forma particular a las elecciones en Sudáfrica y a los que suceden en todo ese continente que ha comenzado a incendiarse por el norte, amenazando con llevar su onda expansiva a Europa.
Les hago llegar así las primeras conclusiones sobre el momento y la evolución de la situación mundial, donde la crisis de dirección juega un rol central para desincronizar la puesta en pie de una ofensiva de masas, como la que mociona la lucha revolucionaria de las masas en el Norte de África y Medio Oriente.
Esto ha provocado un intento de reacomodamiento de toda el ala izquierda del FSM. Los renegados del trotskismo ya no saben cómo dibujar su política reformista ante las revoluciones socialistas que han comenzado en el Norte de África y Medio Oriente. Es que está claro ante la vanguardia obrera mundial que esas revoluciones son por el pan.
Esto no se puede obviar. Los reformistas se deben disfrazar de alquimistas para explicar por qué la revolución, que ellos veían enterrada o para siglos venideros, hoy adquiere características muy similares a las revoluciones de febrero de 1917 y 1905 en Rusia, o las revoluciones clásicas que hemos visto en el siglo XX, como el ascenso revolucionario mundial del 68-74 y a principios del siglo XXI, como en Palestina, Argentina y Bolivia.
Alan Woods, que viene de entregarle el Programa de Transición a Chávez, pasó por Buenos Aires, Brasil, Chile, Bolivia y antes en EEUU, Colombia, etc. Estuvo dando conferencias sobre la existencia de “revoluciones de octubre” en Oriente Medio y el Norte de África, siempre muy lejos de Venezuela, donde es un lacayo de Chávez.
Lo mismo hace el SWP inglés o el NPA francés, que hacen gárgaras de revolución lo más lejos ´posible entre ellos y los países imperialistas de cuyos gobiernos son sirvientes.
La izquierda reformista mundial debe volver a hablar de la revolución obrera y socialista. Esto es porque hay franjas de centenares de miles de obreros que giran de derecha a izquierda, y no los dejarán vivir en paz.
El nuevo factor de la situación internacional, camaradas, es que surgen elementos de radicalización, de giro a la izquierda de franjas de la clase obrera y la juventud a nivel internacional y que, frente a ello, desertores del socialismo, entregadores del combate revolucionario de las masas, intentan ahora aparecer como sus adalides, luego de intentar enterrar mil y una vez al marxismo, con su brutal revisionismo, en cada combate serio del proletariado.
8. Allí está la oportunidad de la FLTI. Cualquiera que lea hoy las posiciones del EEK y de toda la Internacional del PO de Altamira, o de Causa Operaria de Brasil, verá que “casi nos han tomado”, a la FLTI, el “conjunto de nuestras posiciones”. Pero si observamos atentamente su accionar en sus países veremos que, como diría Lenin, son “internacionalistas de tierras lejanas”, pero sirvientes de sus propias burguesías en particular.
Es claro que la FLTI debe largar una ofensiva sobre esta contradicción, es decir, sobre la “vuelta al trotskismo” de palabra de sus renegados, quienes buscan contener el proceso de radicalización de masas. Es que nuestra fracción es la que ha conquistado un polo como la única consecuente y combatiente por el programa del trotskismo y la refundación de la IV Internacional.
Debemos estudiar, entre todos, qué ofensivas revolucionarias lanzaremos sobre los nuevos fenómenos centristas que surgirán de los actuales acontecimientos. Debemos estudiar cómo podemos ayudar a que las masas y franjas enteras de obreros, en su giro a la izquierda, puedan hacer rápidamente su experiencia con los renegados del trotskismo, que hoy se intentan ubicar a la izquierda.
¿Les proponemos a todas las organizaciones que hablan en nombre de la clase obrera en EEUU hacer un llamado para romper ya con Obama, con Marxismo 2011 y demás sirvientes de la burguesía, para iniciar un combate de la clase obrera norteamericana, junto a sus hermanos de clase en el planeta, y en América Latina en particular?
Debemos llamar a todos los que dicen “defender las conquistas de la revolución cubana” a iniciar una ofensiva internacional contra los hermanos Castro, quienes, como sirvientes de Obama y el imperialismo, atacan con hambre, represión y miseria a los obreros cubanos -igual que Ben Ali o Khadafy- entregando Cuba al capitalismo. La cuestión está planteada. No podemos permitir que, gratuitamente, los oportunistas -que van circunstancialmente al “socialismo”- se laven la cara ante las masas.
El momento requiere de una ofensiva internacionalista de la FLTI, muy similar a la que, a mi entender, impulsaron Trotsky y los bolcheviques leninistas con su táctica de bloque de los cuatro, inclusive con el giro francés.
Me da la impresión que toda política autoprocloamatoria y sectaria que nos impida entrar al combate para desenmascarar a los falsificadores del trotskismo, cuando estos se van circunstancialmente “a la izquierda”, sería una brutal forma de capitulación, esta vez bajo formas autoproclamatorias, sectarias y arrogantes, donde a los revolucionarios no les interesaría, en lo más mínimo, la suerte de centenares de miles de obreros de vanguardia que van y están girando lentamente de derecha a izquierda hacia la revolución, impactados por los padecimientos inauditos, por la brutal crisis del sistema capitalista y los auges revolucionarios que están en curso.
Ha llegado la hora de declararle una feroz lucha política al FSM y a los renegados del trotskismo, esta vez de cara a las masas y arraigados en los procesos de radicalización que están surgiendo.
9. Vi vuestra carta planteando que esperaban mis aportes sobre situación internacional. Interrumpí el trabajo sobre el debate de las cuestiones teóricas y programáticas que están sobre el tapete en la FLTI, y sobre las cuales sigo y seguiré trabajando. Lo hice para hacerles llegar estas inquietudes y aportes a ustedes y a todos los grupos de la FLTI, cuyos dirigentes reunidos en Buenos Aires están haciendo propuestas de orientación y construcción en sus países, de la misma forma en que ustedes lo hacen con vuestra propuesta de intervención en las elecciones. De la misma manera, la LOI-CI está largando una audaz intervención electoral, en momentos en que toda la izquierda padece una política proscriptiva. El gobierno ha impuesto leyes totalmente antidemocráticas. Lo central es el ataque a la clase obrera y el encarcelamiento y persecución de su vanguardia.
La izquierda reformista, para romper los límites e impedimentos electorales, debe unirse toda en un solo frente en Argentina. En reuniones de aparatos por arriba negocian sus listas y cargos, a espaldas de toda la vanguardia obrera luchadora en la Argentina. Inclusive sus propios dirigentes obreros son perseguidos y encarcelados, al igual que sucediera con los presos de Las Heras. Ahora son decenas y decenas de obreros y simpatizantes del MAS, del PO, PTS, etc., perseguidos y procesados por la justicia burguesa.
A los reformistas sólo les preocupa la “proscripción” de la izquierda. Mientras la persecución a la vanguardia luchadora que fue dirigida por ellos y llevada a un callejón sin salida, para ellos es secundaria, sólo reservada para sus estudios de abogados.
En Argentina, Martino -un dirigente del movimiento piquetero- está preso por encabezar el combate contra el estado sionista de Israel y en defensa de Palestina. Aún ninguna “corriente internacional” (de los renegados del trotskismo) de Argentina ha impulsado una campaña internacional por el compañero que está preso.
Yo creo que la consigna de “¡Martino Presidente, apoyado en un Congreso Obrero de los luchadores y de las organizaciones combativas de la clase obrera y la juventud, a los que la izquierda le ponga su personería electoral a disposición para enfrentar a la burguesía, al imperialismo y a los matones y asesinos de la burocracia sindical!” puede ser una magnífica táctica para desenmascarar el cretinismo electoralista de la izquierda argentina, toda sirviente del régimen. Esta campaña le permitiría a la FLTI colocar la cuestión de la libertad de los presos por Palestina en el corazón del combate de las masas de Medio Oriente, del Norte de África, del proletariado europeo y a nivel internacional. Esto sería, sin dudas, una gran táctica internacionalista en Argentina para ligar a lo mejor de la clase obrera argentina al combate internacional.
10. Creo que ha llegado el momento de romper los métodos artesanales y rutinarios de construcción de la FLTI. Llegó la hora de colocarnos, como las masas, en posición de ofensiva para desenmascarar a los renegados del trotskismo, con mil y una tácticas de unidad-enfrentamiento, de exigencias, con lucha abierta por nuestro programa. Esa es la ruta para llegar al campo de batalla, sobre la ruina del oportunismo, del centrismo y el reformismo.
Las elecciones en Sudáfrica, desde mi punto de vista, no pueden ser parte de una intervención tan sólo de los camaradas de la WIVL. Los camaradas de la LOI-CI, entusiasmados, inclusive con su ofensiva en esta campaña electoral en Argentina, han propuesto ser voceros en América Latina del boicot a las elecciones en Sudáfrica, contra el frente popular del stalinismo y el imperialismo.
Los camaradas de Bolivia y Brasil me han comentado que vuestra campaña electoral debe ser una gran campaña internacional contra la política de frente popular y de colaboración de clases que sostienen todos los renegados del trotskismo y los partidos socialimperialistas a nivel mundial. Estos son los que en Túnez, Bengasi y Egipto intentan abortar los procesos revolucionarios y las brillantes victorias de las masas en su lucha por el pan.
11. Camaradas, ha llegado la hora de una nueva ofensiva de la FLTI. Parte de esa ofensiva también es profundizar los debates y discusiones que han surgido a nuestro interior, de forma leal, fraternal y entre revolucionarios.
Nuevos acontecimientos históricos merecen un debate de los revolucionarios, puesto que nuevas revoluciones ponen sobre el tapete las cuestiones centrales del marxismo y el socialismo científico.
Hemos conquistado un enorme bagaje teórico y programático común, que nos servirá de base para afrontar un apasionante debate que nos enriquecerá a todos.
Aquí adelanto las cuestiones claves que, creo, hacen a la situación mundial y acerca del cambio de orientación que necesitamos en la FLTI. Tomen ustedes, y todos los dirigentes del SCI, esta carta como la primera parte del documento que estoy escribiendo.
Adelanto esta parte, puesto que, ante las decenas de propuestas de resoluciones de los distintos dirigentes de los grupos de la FLTI, y de la WIVL en particular, según mi humilde punto de vista, estas cuestiones pueden ser un aporte que quizás colabore con las mismas.
Pongo aquí estas cuestiones, que no estaban en el primer lugar en el documento que estaba escribiendo, como primera parte del mismo. En la segunda parte estoy desarrollando todo el debate sobre la relación entre sindicatos, soviets, alianza obrera-campesina u obrera-popular, a propósito del fetichismo soviético, la situación de las clases medias en la época imperialista de decadencia de las fuerzas productivas y las relaciones entre las revoluciones de febrero, de octubre y el frente popular.
La tercera parte versará sobre la discusión de la dinámica, mecánica y carácter de clase de la revolución socialista, y las distintas tareas que ésta combina para los distintos países. Ello hace a la discusión de “obreros y populares”, sobre los debates de la cuestión nacional, la lucha antiimperialista y el internacionalismo militante en los distintos sectores de la clase obrera mundial. En lo que respecta a esto último es que adelanto algunas cuestiones en esta carta.
Tanto a mí como al equipo de colaboradores que están trabajando este documento conmigo nos anima la propuesta de salir de las discusiones tácticas, de tal o cual formulación hecha en tal o cual declaración, a sabiendas de que tantas enmiendas a algunas partes de las distintas declaraciones emitidas por la FLTI, ya comienzan a expresar alguna diferencia teórica-programáticas que debemos comenzar a discutir, justamente, desde el punto de vista teórico-programático y estratégico. Una vez definidas estas cuestiones, a no dudarlo, las cuestiones tácticas o de formulaciones se resolverán mucho más rápidamente.
Insistimos, toda nueva revolución pone en cuestión la teoría del marxismo, la ajusta, la precisa, la revalida e inclusive la supera. Necesitamos de paciencia entre todos los grupos y dirigentes de la FLTI, que nos consideramos revolucionarios e internacionalistas.
De mi parte, me parece que debemos saludar el método de los camaradas de la dirección de la WIVL para abordar todas las discusiones y debates, sin diplomacia, buscando la verdad. Donde ellos ven adaptaciones, dicen adaptaciones. Donde ven capitulaciones, dicen capitulaciones. Excelente. Así se debate en momentos tan agudos como estos. Nosotros sabemos distinguir las caracterizaciones hechas sobre determinadas posiciones vertidas en el debate, de las relaciones fraternales y comunistas que tenemos. Llamamos a los camaradas de la WIVL a ser, inclusive, aún más duros con todo esbozo de adaptación que vean en este SCI. Los sabremos valorar, porque significa que quieren ayudar a corregirnos.
Es más, nos han mandado a estudiar casi un mes. Estamos intentando escribir. Nos es muy difícil aún, pero lo estamos logrando, intentando dar una respuesta teórica-programática a las cuestiones que nos han planteado. En muchas de ellas creemos que están equivocados. En otras, nos hicieron avanzar muchísimo y aprendimos.
Pero, insisto, no queremos ganar el debate haciendo una crítica parcial a una declaración de la WIVL. Como miembros del SCI, no podemos tener ese método. Los camaradas de la WIVL, o cualquier grupo que nos haga críticas, sí pueden hacerlo. Nosotros tenemos que ver cuáles son los fundamentos de conjunto, las presiones, las imprecisiones teóricas que tenemos que nos pueden llevar a una degeneración. Aquí adelantamos las claves de la situación mundial que hoy vemos y la orientación que proponemos a los grupos de la FLTI, para el nuevo período que se ha abierto. Este es un aporte que se suma a todas las propuestas de resoluciones que han presentado los dirigentes de los distintos grupos de la FLTI.
12. Desde esta ubicación iremos elaborando y escribiendo todas nuestras propuestas, que se están enriqueciendo con los aportes, propuestas de resoluciones, debates, etc., como, por ejemplo, han hecho los camaradas del POI-CI.
Sobre todo, estamos muy impactados por lo que ha conquistado la FLTI de conjunto en Bolivia. No es sólo por nosotros, sino porque efectivamente ha comenzado allí un proceso de radicalización de miles de jóvenes y obreros de vanguardia. Hablemos claro. Salir segundos en una elección a delegados de los mineros de Huanuni -que son 4000 obreros- enfrentando solos a toda la burocracia minera y al POR y sus listas, sacando aproximadamente 1600 votos, es un dato significativo del peso histórico que estamos recuperando para el trotskismo en Bolivia. Se lo dedicamos a los fundadores de la IV Internacional de 1938, desde el corazón del proletariado boliviano.
Es que Bolivia es parte de las revoluciones por el pan. Tenemos la posibilidad cierta de apoyarnos en fuertes fenómenos de radicalización de masas para golpear, desde allí, a los renegados del trotskismo y llegar a los acontecimientos de la revolución, en nombre de las organizaciones de masas en Bolivia.
Es que, si fue el FSM a Dakar y a Túnez a estrangular la revolución tunecina… ¿Por qué no pueden ir ahí delegados mineros de Bolivia a intercambiar experiencias con los obreros revolucionarios de Túnez, de la Plaza de El Cairo, y con los combatientes de Bengasi? Nadie lo impide ni lo impedirá. Los trotskistas cruzamos continentes. Llegamos a África, América Latina, Japón e inclusive a EEUU. Ya antes habíamos tenido relaciones con Europa en países como España o Rumania, etc., haciéndole fracciones a la Internacional del PO.
Eso lo hicimos en períodos “contra la corriente”, después del 89 y la entrega al imperialismo y la economía mundial de los estados obreros y sus conquistas por parte del stalinismo.
Estamos aproximándonos a un período de ofensiva revolucionaria de las masas. Éste se desarrolla de forma desincronizada y desigual. Muchos procesos revolucionarios quedaron cercados a partir del 2007. Pero, como lo demuestra Bolivia hoy, no fueron estrangulados definitivamente. Así pasará en Madagascar, Palestina, Grecia, Guadalupe, lugares en los que la clase obrera y los explotados pueden volver al combate, como puede hacerlo una nueva ofensiva de la clase obrera europea, al calor de los golpes de la revolución.
El imperialismo prepara nuevas ofensivas contrarrevolucionarias y guerras. La situación tiende a polarizarse a nivel internacional. La “paz social” entre las clases a nivel mundial ya hace rato que está resquebrajada por el crack mundial.
El período de contrarreformismo se agudiza. Son los reformistas los que tienen que explicar por qué se llenaron la boca durante décadas hablando del “fin de la historia”, de “revoluciones democráticas”, de que “todo se consigue haciendo fuertes sindicatos y negociando con los regímenes burgueses y con sus Asambleas Constituyentes”. Ellos deben explicar… lo inexplicable. Comienzan a abrirse condiciones en donde podemos volver a respirar los revolucionarios, pero a condición de saber que nuestro regreso a las masas no será pacífico, por vía evolutiva o por el “engorde” de nuestros grupos y partidos.
Las masas, al embestir contra la ciudadela del poder y romper el dispositivo contrarrevolucionario del imperialismo y las direcciones traidoras en focos del planeta, debilita a todas las direcciones reformistas, facilitando así nuestra ofensiva sobre ellas. Por ello considero que toda pasividad sectaria o autoproclamatoria es criminal, porque, en última instancia, es el embate de masas el que nos coloca en excelentes condiciones para intervenir nosotros en esos procesos de radicalización y el que descoloca a los reformistas.
Me parece excelente esta reunión del SCI, y que sus dirigentes nos hayamos tomado 15-20 días de reflexión estratégica después de semejante elaboración política, estratégica y ofensiva que hemos impulsado en los últimos meses.
Un fuerte abrazo
Carlos Munzer.