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24/01/2011
Camaradas de la WIVL:
Nos ha llegado en el día de hoy el borrador que elaboraran ustedes sobre Túnez. Mientras los camaradas lo traducen, queríamos hacerles llegar algunas inquietudes, muchas de las cuales les adelantáramos telefónicamente el sábado.
Anoche, como parte de las revueltas contra el toque de queda que se realizaron en varias ciudades durante todo el fin de semana, llegó desde el interior de Túnez hacia el centro del poder la llamada “Caravana de la liberación” que junto a los manifestantes que ya estaban presentes mantuvieron rodeado el palacio del gobierno al grito de “No nos iremos de aquí hasta que caiga el gobierno”. En varias regiones ha habido huelgas generales e incluso, tal como ustedes nos lo plantearon telefónicamente, en ciudades como Kaserin las masas han asaltado las comisarías y se han armado. En muchas ciudades y barrios las masas han puesto en pie sus organismos de doble poder. Hoy las masas en Túnez rodean la ciudadela del poder luchando por derrocar al gobierno interino. ¡Que viva la revolución obrera que ha comenzado! ¡Esas masas en lucha son las que tienen que tomar el poder en sus manos!
Plantear hoy Asamblea Constituyente es querer darle una salida parlamentaria burguesa a la revolución obrera que ha comenzado.
La crisis revolucionaria se mantiene abierta. El proletariado y las masas explotadas, no sólo no reconocen al gobierno provisional, sino que enfrentan en las calles al conjunto de las instituciones del régimen burgués descalabrado por las acciones revolucionarias de masas. La burguesía tunecina se sostiene solamente en el imperialismo y en la casta de oficiales asesinas de las FFAA. Por eso la tarea inmediata es demoler al gobierno burgués y todas las instituciones del régimen burgués con las acciones revolucionarias.
Ningún estado mayor de la clase obrera mundial, ni el NPA, ni las centrales sindicales europeas, ni ninguna organización de los renegados del trotskismo llamó a las masas a la revolución. La única corriente que ha dicho que estamos mal porque aún no tomamos el poder y que para tener trabajo, pan y tierra la clase obrera debe hacerse del poder somos los trotskistas que luchamos por refundar la IV internacional.
Ahora todos hablan de “revolución” para clavarle puñaladas por la espalda a la revolución que ha comenzado. Esto es así porque se negaron a levantar la demanda de la revolución en toda Europa y se cuidaron muy bien de que no surjan los organismos de autodeterminación de las masas en lucha, los consejos obreros, que demuelan los parlamentos para que comience la revolución europea. Comenzando en primer lugar por demoler el parlamento de Maastricht.
Los que hablan de la Europa social imperialista, enemigos de la clase obrera europea, ahora hablan de una “democracia social” utilizando las consignas democráticas como “Asamblea Constituyente” para estrangular la revolución obrera que es la única verdaderamente democrática de todas las instituciones. Los explotados no pueden conquistar los mínimos derechos democráticos sin desarmar a una minoría de parásitos y a sus bandas de hombres armados, es decir sin demoler al Estado burgués. Todos los que reniegan de esa tarea inmediata y de que las masas tomen el poder, en última instancia pretenden que la burguesía en crisis le entregue el poder a una asamblea constituyente burguesa para que cada hombre tenga un voto y pierdan peso las masas armadas y las masas en lucha.
Hoy la clave es desarrollar, extender y centralizar los organismos de las masas en lucha, imponer un verdadero parlamento obrero donde esté representado el proletariado y el conjunto de los explotados de la nación oprimida.
Ese parlamento que reagrupa y centraliza el combate de las masas en lucha debe proponerse como primer medida derrocar al gobierno interino y tomar el poder en sus manos. No dejar piedra sobre piedra del estado y del régimen, disolviendo a la policía asesina y a la casta de oficiales que sostuvieron al gobierno de Ben Alí cipayo del imperialismo.
Lo que está planteado hoy en Túnez es extender y centralizar lo que las masas ya han hecho en Kasserin, derrotando a la policía en las calles, desarmándola y destruyendo las comisarías. Poniendo en pie sus organismos de autodeterminación armados.
No puede haber libertad ni democracia para las masas tunecinas sin desarmar a los asesinos y armarse para la toma del poder. No puede haber pan sin expropiar a los monopolios imperialistas acopiadores y a sus socios menores de las burguesías cipayas.
Esta revolución que ya ha comenzado en Túnez es un eslabón de una única revolución en todo el Magreb y Europa. La demanda de “¡A igual trabajo igual salario!” como planteaban los obreros de Rumania “queremos ganar como los obreros de la Renault francesa”, y abajo la Europa imperialista de Maastricht es lo que unifica al proletariado de los países centrales con los obreros de Europa del este y el Magreb, que son un verdadero reservorio de mano de obra esclava. Los obreros de Francia, Italia, España, Inglaterra deben luchar como en Magreb y Bolivia para derrotar el ataque de los capitalistas.
Estos aportes sobre el momento de la situación y las tareas inmediatas, son algunas reflexiones que queríamos hacerles llegar para seguir con este trabajo internacionalista colectivo.
Por otro lado queríamos hacerles llegar también algunas inquietudes en relación a la consigna que ustedes plantean de “gobierno obrero”:
1. Nos parece que la consigna de “gobierno obrero” no es precisa. Creemos que una formulación correcta podría ser “por un Túnez obrero y socialista” o “por una república soviética obrera y socialista”, ya que esto sí expresa el carácter de clase del estado que se debe imponer sobre la base de terminar de demoler el antiguo régimen.
En primer lugar hay que definir el carácter social de la clase que debe dominar, es decir, el proletariado acaudillando al conjunto de las masas explotadas de la nación oprimida. Esto es la dictadura del proletariado.
2. Esta dictadura del proletariado no se puede llevar adelante sin la alianza entre el proletariado y las capas explotadas de la ciudad y el campo. Esto no puede imponerse por medio de la coacción, sino en un acuerdo voluntario que debe consolidarse en un gobierno obrero y campesino (o un gobierno obrero y popular en los países donde hay una mayoría de clase media urbana arruinada y no campesina) como lo plantea el Programa de Transición como forma de popularizar la “dictadura del proletariado”.
3. El peligro de plantear sólo “gobierno obrero”, sin definir previamente qué clase es la que domina el Estado, es plantear un régimen en el que el partido obrero gobierna pero no domina, realizando sus reivindicaciones reformistas únicamente como complemento del programa de la burguesía, tal cual plantea Trotsky en la polémica contra Parvus.
Es que, como planteaba la III Internacional alrededor de la consigna de “gobierno obrero” muchas veces éstos son tolerados por la burguesía en sus períodos críticos para engañar al proletariado en relación al verdadero carácter de clase del estado. Inclusive muchas veces lo utiliza la burguesía para desviar el ataque revolucionario del proletariado con la ayuda de los líderes obreros corrompidos. Tal es la experiencia del proletariado con los gobiernos “obreros” de los partidos laboristas o los llamados partidos de los trabajadores.
4. Hoy en Túnez plantear “gobierno obrero” anula la consigna de “todo el poder a los soviets”, es decir, como lo venimos planteando más arriba son los organismos de las masas en lucha los que deben hacerse del poder demoliendo el estado burgués. Ya que la consigna de “gobierno obrero” deja por fuera a las masas oprimidas, no proletarias (como no lo era el joven Mohamed Bouazzi, graduado universitario desocupado), que entregando su sangre ha sido la expresión de que la burguesía y su régimen han perdido toda base social en las clases medias pauperizadas, y que ésta pequeño burguesía arruinada se ha unido, bajo la dirección del proletariado en las calles, para con su lucha revolucionaria derrocar al gobierno de Ben Alí y hoy hacen temblar al gobierno interino.
5. Las tareas que tiene planteada hoy la revolución en Túnez, como en toda semi-colonia, es la combinación de tareas democrático burguesas y socialistas. Trotsky planteaba al respecto que sin la alianza de la clase obrera con los campesinos y los sectores de la pequeño burguesía urbana arruinada los fines de la revolución democrática no pueden realizarse, sino que ni siquiera cabe plantearlos seriamente. La revolución democrática sólo puede triunfar por medio de la dictadura del proletariado apoyado en esta alianza de clases, bajo la dirección política del proletariado.
Camaradas, tomen estas notas como una primera reflexión alrededor de la discusión de “gobierno obrero” que comenzamos el sábado telefónicamente para precisar juntos día a día nuestro programa frente a la revolución tunecina.
La declaración que nos enviaran hoy ya se la estamos haciendo llegar a los camaradas de la LTI de Bolivia, al CC de la LOI y a los compañeros de Brasil y Perú para que todos los camaradas puedan dar su opinión.
¡Adelante con la ofensiva de la FLTI!
¡Viva la revolución en Túnez!
Saludos revolucionarios.
Pe. por la CC del POI(CI), Julián J. y Paula M por la dirección de la LOI(CI)