En 2020 cuando George Floyd era asesinado en las calles, la clase obrera norteamericana con el movimiento negro como vanguardia respondía con enormes combates, tomaban comisarias, echaban al gobernador demócrata de sus filas, ponían en pie “zonas autónomas” como en Seattle y la “Casa Negra” en Washington. Surgían comités y asambleas populares y hasta le prendieron fuego al local de la burocracia sindical traidora de la AFL.CIO. Hicieron temblar la ciudadela del poder, mandando incluso a Trump a esconderse en el bunker de la Casa Blanca ante la valiente embestida de las masas. Este gran embate fue desviado con la trampa electoral y con la complicidad de la izquierda reformista y el castrismo fue llevado a apoyar a uno de sus verdugos, el Partido Demócrata.En 2020 Bernie Sanders, candidato de la izquierda reformista, terminó apoyando a Biden para que gobierne
Los renegados del trotskismo junto al Partido Comunista en esas elecciones llamaron a votar a Sanders, al “mal menor”, el “ala izquierda” de los demócratas, a quien vistieron de socialista y amigo de los trabajadores. Millones votaron al partido de Sanders (DSA), quien termino entregando esos votos a Biden, convirtiéndolo en presidente de Estados Unidos. Incluso un sector de esta izquierda reformista llegó a disolverse dentro del DSA.
Con el apoyo de millones de explotados, Biden, viejo personero de Wall Street, asumía con “cantos de sirena” y frases dulzonas. Y junto a su vicepresidente K. Harris, aplicaron un brutal ataque al nivel de vida de los trabajadores, mantuvieron en verdaderas cárceles, encerrados juntos con sus hijos a los inmigrantes que llegaban a sus puertas buscando de una mejor vida. En época de pandemia ataco a los sectores más explotados, dejándolos sin asistencia médica, millones de trabajadores despedidos y una inflación nunca antes vista. Mientras la policía asesina seguía reprimiendo y asesinando a la juventud obrera negra.
Desgarraron a la clase obrera, la desorganizaron, dividieron sus filas y los combates de las masas, la separaron del resto de los explotados, haciéndola retroceder de la unidad que había conquistado en las calles. Lograron sacar a las masas sublevadas de las calles y redoblaron el saqueo a los pueblos oprimidos, causando una verdadera tragedia para la clase obrera. Este es el nefasto rol del frente de colaboración de clase.
¡Hay que saldar cuentas con estos mercachifles de la izquierda! ¡Tienen que dar la cara! La izquierda reformista, al someter a la clase obrera a un frente con “los burgueses progresistas”, la llevo a que depositen confianza en los demócratas cuando ésta ya habían roto con ese partido. Cuanto más la subordino a ese partido antiobrero, más fue tomando fuerzas la pandilla imperialista de Trump y ganando a amplios sectores de las masas.
Fue este frente de colaboración de clases con el Partido Demócrata y la izquierda reformista el que le abrió la puerta a la “derecha” de Trump. Ahora este magnate viene a culminar el trabajo de Biden, terminar de destrozar a la clase obrera de EEUU, profundizar el exterminio de las masas palestinas, quedarse con el gas de una Ucrania partida y desgarrada y concluir su plan de saqueo de las colonias y semicolonias en el mundo.
Lamentablemente este supermillonario llega a la presidencia al ganar como base social a la clase obrera blanca, sectores de inmigrantes e incluso de sectores que históricamente votaban por los demócratas.
Los trabajadores no tienen por delante hacer realidad el “sueño americano” prometido. Todo lo contrario, hoy Trump, cuenta con condiciones favorables, apoyándose en la clase obrera blanca conquistada, para atacar conjunto de los trabajadores, quiere convertirlos en esclavos con condiciones de trabajo y salarios chinos, y que sean explotados en verdaderas maquilas. Es decir que esta base social acompañara a Trump en ofensivas contrarrevolucionarias contra todo el movimiento obrero. Además, permitirá que la supremacía blanca levante cabeza para disciplinar a las masas. Una verdadera catástrofe.
Al igual que casi toda la izquierda mundial, el PTS-Left Voice esperaban una “marea azul de votos demócratas” contra la ultraderecha de Trump. Hoy a la luz del resultado de las elecciones en Estados Unidos, lloran por los rincones analizando que hizo mal el P. Demócrata y su candidata K. Harris para que el electorado se fuera tan a la “derecha” y qué le falto ofrecer para ganar las elecciones.
Hablan ligeramente de la crisis económica como causa de este giro a la derecha, quitándole toda responsabilidad a los demócratas que fueron los que aplicaron durante estos años de gobierno un brutal ataque a los trabajadores.
Sin embargo, el PTS está enojado porque el P. Demócrata tendría que haberle ofrecido más a la clase obrera y así ganarle a Trump. ¡Digan la verdad, la candidata de esta izquierda era Harris, por eso quería que ganara! Les hizo creer a la clase obrera que ese partido representaba sus intereses, que es “progresivo” y que perdió porque no ofreció lo suficiente. ¡Que grandes asesores de campaña tiene Kamala Harris con el PTS!
Pero hablamos del Partido Demócrata y de Biden que es el jefe de las fuerzas armadas y con sus comandos militares en el mundo controla sus colonias y semicolonias, a las que saquea, en una ofensiva brutal para reconquistar el mercado mundial que había perdido.
El Partido Demócrata, es representante de la burguesía imperialista, es quien salvaguarda a las transnacionales, los bancos, Wall Street y los fondos buitres. Y estos reformistas lo ubican en el campo burgués “progresivo” para someter una vez más a la clase obrera a sus verdugos. Un partido salido de la cloaca del imperialismo yanqui, que además de atacar brutalmente a su propia clase obrera tiene en su haber cuánta guerra y genocidio padecieron históricamente los oprimidos del mundo. Como hoy lo demuestra con el genocidio que lleva adelante con Netanyahu ¡Miles de palestinos son masacrados por el sionismo y el “bonachón” de Biden!
El partido demócrata ¿“el hogar natural de la clase obrera”?
Es tan brutal la sumisión al Partido Demócrata de parte de Left Voice - PTS, que lamentan que estos asesinos antiobreros de la burguesía imperialista no lograron establecer relaciones con la clase obrera, así lo expresan: “Los demócratas no han sido capaces de restablecer sus relaciones con la clase trabajadora y los movimientos sociales -aunque Biden lo intentó mucho a través de sus llamamientos a los trabajadores- que, desgastados por décadas de políticas neoliberales contra la clase trabajadora y políticas de representación vacías para los oprimidos, ya no ven al Partido Demócrata como su hogar natural”.
Esta izquierda decepcionada por el resultado de las elecciones, se asombra y llora de que haya ganado el magnate Trump. Y lamentan que la clase obrera no encuentre en el seno ¡de los demócratas! “su hogar natural”. ¿en serio? esta izquierda cipaya le dice a los explotados yanquis que su hogar natural es el Partido Demócrata??? ¿El partido genocida de las masas del mundo?
El hogar natural de la clase explotada está en la alianza de la clase obrera norteamericana con la clase obrera de las colonias y semicolonias que el imperialismo yanqui saquea. Y combatiendo contra su propia burguesía podrá derrotar a ese régimen de los opresores, pues en esa lucha los trabajadores encontrarán la salida para resolver todas sus demandas. Hay que reafirmar el grito de guerra ¡el enemigo está en casa! ¡Hay que romper con los partidos de la burguesía! ¡Ni Biden ni Trump! ¡Todos son genocidas! Tal como lo expresan en las calles los jóvenes rebeldes de WOL. (Whithin Our Lifetime)
Esta izquierda reformista, no le brindo a la clase obrera una alternativa independiente de los partidos de la burguesía entonces… ¿a quién esperaban que vote? Las direcciones social imperialistas, que se ubican siempre a los pies de la burguesía “progresista”, del “mal menor, le hacen creer a la clase obrera que, presionando a los capitalistas, sin duros combates, sin expropiar a las transnacionales, sin hacer tambalear el poder de la burguesía imperialista, conquistaran una mejor calidad vida. ¡Mienten! Lo único que los capitalistas le dan a la es mayor explotación, hambre, miseria y represión.
“Ningún voto para el genocidio”, gritan los jóvenes rebeldes de la causa palestina en las calles. Mientras que el PTS llora porque K. Harris no capitalizó este movimiento
“El dinámico movimiento por Palestina mostró aspectos de esto. Debido a que el Partido Demócrata abrazó completamente el sionismo, se negó a dar incluso las concesiones más pequeñas al movimiento por Palestina, negándoles un orador de apoyo en el Comité Nacional Demócrata y echando a los árabe-americanos de los mítines”... “Los demócratas no fueron capaces de llevar este movimiento a las urnas como hicieron en 2020 con el movimiento Black Lives Matter.”
¿Abrazaron fuertemente al sionismo? ¡Pero si Biden y Harris, presidente y vice de EE UU son los que están llevando adelante junto con Netanyahu la masacre y exterminio del pueblo palestino! Cuestión que Left Voice se cuida muy bien de no nombrar. Para ellos, el Partido Demócrata, para ganar votos tenía que contener y capitalizar al movimiento juvenil pro Palestina, tal como hizo en 2020 con el movimiento negro y la clase obrera que ganaba las calles. Este movimiento pro Palestina es un sector que está rompiendo con los partidos de la burguesía imperialista yanqui y al grito de “NINGUN VOTO PARA EL GENOCIDIO”, inunda las calles identificando certeramente a los enemigos de la clase, denunciando que “Tanto Harris como Trump son sionistas genocidas. Por el contrario, esta izquierda socialimperialista saca la conclusión que los demócratas se derechizaron y junto a Harris se pasearon con los republicanos y le dieron la espalda a la juventud propalestina y así perdieron votos. Brutal.
Así, lo reafirma también Myriam Bregman en X: (…) A pesar de los llamados que iban desde Berni Sanders, Alexandria Ocasio Cortez a artistas como Beyoncé, presentar a Kamala Harris como mal menor, en este punto, no generó ningún entusiasmo en la juventud que viene protagonizando estas luchas.” A confesión de partes…
Si Biden, Harris y Sanders, no pudieron cooptar a ese movimiento fue porque justamente tuvieron una política para los palestinos y para los pueblos árabes: los bombazos y la masacre en Gaza, Líbano tal como ya lo habían hecho antes en Siria.
Para el PTS, a Kamala Harris le faltó llamar y encabezar una “marea verde”
a favor del aborto en EE UU
El PTS, se agarra la cabeza analizando porque perdió Harris y esgrime sesudamente otra de las razones: “no fueron capaces de aprovechar el apoyo al aborto para que eso les permitiera una victoria. (…) y que “no consiguieron crear un movimiento nacional fuerte para defender el derecho al aborto, no lograron ser vistos como un elemento esencial para garantizar estos derechos. … A esto no ayuda el hecho de que los demócratas hicieron muy poco a nivel nacional para proteger realmente ese derecho. Sin una importante lucha de clases que los demócratas no estuvieron dispuestos a organizar”.
Increíblemente, le dejan las banderas de la lucha a favor del aborto nada más y nada menos que a este partido carnicero de las masas del mundo, cuando la lucha por el aborto es una tarea democrática histórica del movimiento feminista desde hace décadas. Le aconsejan al Partido demócrata y así engañan a los trabajadores, de que si lo tomara en sus manos consecuentemente hubiera ganado más votos. ¿Pero porque defenderían el derecho al aborto si es el partido que le saca todo a los hijos de la clase obrera, mata a la juventud explotada con su policía asesina y se la pasa matando niños con los sionistas en Palestina?
Este “nuevo equipo de asesores” de campaña de Harris tiene la misma lógica en relación a la cuestión de los inmigrantes. Harris giró a la derecha en cuestión de inmigración dicen, pero no pudo superar a Trump, a diferencia de Biden que sí tuvo una política progresiva con los inmigrantes en su campaña de 2020 junto a las ONG pero no fue hasta el final, y terminó teniendo cierta dureza con este sector. Como dijimos, Biden no solo mantuvo encerrados a los inmigrantes, sino que 25 estados marchaban armados y se preparaban para matarlos a tiros en la frontera, hace apenas unos meses. Estos reformistas no se cansan de edulcorar a Biden y al P.D.
Y ahora se preguntan ¿cómo enfrentar a Trump y a su política reaccionaria?
Así terminan planteando que, para resistir a Trump (…) la clase trabajadora y los movimientos sociales (…) pueden organizarse juntos, independientemente de los demócratas, para plantear la lucha de clases que pare a Trump, ¿para que vuelva la clase obrera y el movimiento negro de 2020, que ponía en pie sus comunas y echaba a la policía? Nada de eso, afirman que “debemos estar preparados para enfrentar estos momentos y ayudar a fortalecer y masificar la lucha contra la derecha para que sea una lucha contra todo el régimen capitalista que dio origen a estos monstruos.” “Un frente unido contra la derecha” que es un rodeo para atar a los trabajadores a las distintas pandillas capitalistas.
Es que para el PTS-Left Voice, la “burguesía nacional”, o” progresiva” puede otorgar alguna mejora a los trabajadores, y así lo expresa en su Manifiesto de la Asamblea de Intelectuales de marzo de este año: “Se puede apoyar toda clase de medidas (que la burguesía otorgue), que mejoren algo la situación de la clase trabajadora o de cualquier grupo oprimido.
El que le da, aunque sea el dedo meñique de apoyo a las medidas “progresivas” de la burguesía, envenena la conciencia de la clase obrera diciéndole que de la clase enemiga algo bueno puede venir. Así no prepara las condiciones para derrotarla. La corriente que no combate al frente popular no combate al imperialismo, ni al fascismo y eso lo pagan caro la clase obrera y los sectores explotados.
Pero esta política no es nueva, ya la aplicó el estalinismo durante un siglo. La izquierda reformista hoy se convirtió en vocera del Partido Demócrata, porque están en contra de que los trabajadores rompan con sus verdugos. Buscan incansablemente a “la burguesía progresiva”, un frente único para combatir a la derecha, aplican la teoría de campos, pues el comunismo... es para el futuro.
El capitalismo tiene una solución a su crisis: guerra y fascismo
La salida para el proletariado es la revolución socialista
No es la alternativa que el PTS- Left Voice le plantea a la clase obrera norteamericana y al proletariado mundial. Es por eso que en el Manifiesto mencionado romantizan que “hay que atreverse a inventar un “futuro comunista” y no lo plantean a éste como una necesidad inmediata para salvar a la humanidad del “infierno en la tierra” que es hoy, sino ¿qué es Gaza destruida con decenas de miles de muertos, el Líbano bombardeado? ¿La Ucrania partida, el África desangrada con millones de explotados que no tienen para comer y esclavizados en las minas, la barbarie en Haití, etc.?
La alternativa que ofrece el PTS a la clase obrera es un frente unido contra la derecha, y un partido que una las luchas para un mundo mejor. Para los trotskistas la clase obrera necesita poner en pie un partido leninista insurreccionalista para la victoria de la revolución socialista.
En los años ’30, la IV Internacional, con Trotsky y Cannon, pusieron en pie un enorme partido revolucionario de vanguardia en EEUU, el SWP. Este fue el baluarte internacionalista de la IV Internacional. Durante décadas, nuevas direcciones de ese partido durante toda la época de Yalta lo entregaron al castrismo y al PC. Esa ha sido una de las grandes traiciones a la vanguardia del proletariado de EEUU. Hoy se le suman, en su capitulación al stalinismo, todos los renegados del trotskismo de los 5 continentes, que se han convertido en un verdadero apéndice de la fracción de izquierda del Partido Demócrata de los carniceros imperialistas yanquis.
¡Hay que recuperar las banderas de la IV Internacional para volver a poner en pie el partido de Trotsky y Cannon, el de la insurrección y los soviets, el de la revolución norteamericana y mundial! ¡Por los Estados Unidos socialistas de Norteamérica!
