17 de marzo de 2023
El revisionismo: un cáncer en el marxismo
Nueva quiebra de bancos en EEUU y Europa. Se agudiza la época de crisis, guerras y revoluciones.
El capital y los parásitos imperialistas se reparten ganancias ficticias que el trabajo humano aún no ha producido.
Los créditos a tasa 0% otorgados por los bancos centrales de los países imperialistas, o bien se los pusieron los banqueros y transnacionales en el bolsillo, o bien fueron utilizados para subir ficticiamente el valor de sus acciones.
Sin bienes creados por el trabajo humano, no hay Dios ni demonio que pueda crear riquezas y valores a títulos y monedas circulantes.
Nuevamente un golpe más del crack mundial. Los capitalistas vaciaron los Estados, se cobraron sus quiebras del 2008 y 2019-20, le tiraron la crisis a las masas y, como si fuera poco, un puñado de accionistas del capital financiero se pusieron los créditos de salvataje a sus empresas y bancos como ganancias en sus bolsillos. Las acciones de sus empresas subían ficticiamente por las superganancias que repartían. Esto funcionó hasta que aparecieron los balances reales que demostraban que estaba todo dibujado.
Ahora buscan sanear esta crisis con inflación. Esta es la forma por la cual los estados y los capitalistas le sacan una cuota de ganancias extra a los trabajadores en el mercado de consumo para cubrir sus déficits y su latrocinio a los estados. Y hacen esto aún a costa de desvalorizar al mismo capital.
EEUU, en bancarrota, le tira toda su crisis al mundo. Necesita dólares para cubrir su enorme déficit estatal y para ello también aumenta la tasa de interés. El mundo, los estados y las mismas empresas se estrangulan con sus deudas.
La Europa imperialista, agobiada por el aumento de la energía, se encuentra en recesión y en un estado inflacionario ya abierto. Nuevamente sus bonos y fondos quedarán desvalorizados y atrapados en Wall Street con el estallido en estos días de una cadena de grandes bancos de los EEUU.
El capitalismo es un perro rabioso e irracional mordiendo su cola que se sostiene con más y más barbarie.
Ni hablar de China, que viene de presenciar el estallido de una enorme burbuja inmobiliaria a su interior. Para cubrir sus nuevas pérdidas, se ha desprendido de los bonos del tesoro de EEUU, pero para comprar minerales e insumos para las transnacionales y las grandes empresas chinas en cash.
Como diría Lenin de parasitismo es de lo que se trata el imperialismo.
El camino que tiene éste para salir de su crisis terminal es la guerra. Allí, creando fuerzas destructivas, el capital busca recuperarse en un mercado que es ilimitado para destruir y luego para construir. El imperialismo muestra todo el parasitismo de un sistema en descomposición pestilente.
En la guerra de Ucrania se demostró que inclusive se quedaron sin misiles y municiones, y pusieron 5.000 fábricas a producirlos. Vendieron todos sus inventarios de tanques y piezas de artillería ya obsoletos almacenados de los ‘70.
Allí no hay crisis como en la banca Yanqui. Sólo hay ganancias. Es que la guerra es el factor económico más importante de la época imperialista, como decía la Tercera Internacional. Cuánta razón demostró tener.
La época de crisis, guerras y revoluciones no deja de profundizarse.
Por allí hay un par de bobos que predican, tal cual mesías en bancarrota, que se abrió una nueva época del modo de producción: LA DE LA RESTAURACIÓN CAPITALISTA (sic). Como si el capitalismo, como modo de producción mundial, hubiera perdido el control de la política y la economía mundial.
El capitalismo se salvó. El estalinismo lo salvó. Lo hizo en la posguerra con el Pacto de Yalta, que lo salvó de la revolución europea y mundial. Lo volvió a salvar traicionando el ascenso revolucionario del ‘68-’74.
Demás está decir que mucho menos desapareció el capitalismo en el ’89, cuando esa dirección contrarrevolucionaria terminó entregando los estados obreros.
Así se inventaron una época llamada de restauración capitalista, lavando la ropa al estalinismo que salvó al capitalismo e inventando todo un nuevo periodo reformista del sistema capitalista mundial. Todo esto para decirle a las masas, desde las bancas parlamentarias, que la revolución socialista ya no está planteada como tarea inmediata y que el proletariado puede mejorar su nivel de vida sin tomar el poder.
Nuevos magos que venden viejas pócimas de veneno.
“Restauración capitalista”… Ellos, chamuyando palabrerías vacías a auditorios reformistas y pseudo-académicos de bajo nivel, se sienten idolatrados. Solo buscan sacar a las masas del camino de la revolución.
La teoría y el programa trotskista continúa pasando la prueba. Es el desarrollo geométrico de la crisis de dirección la que les cierra a las masas aquí y allá el camino a la toma del poder.
Decenas y decenas de revoluciones brillantes se desarrollaron en estas décadas y fueron protagonizadas por las masas. Estas resultaron ser mil veces más perspicaces que sus estados mayores llenos de revisionistas traidores y renegados del Marxismo.
¿Esperaban victorias? Pero si traicionaron y entregaron todo intento de las masas de hacerse del poder. Hay un catálogo de esto...
O las masas resuelven esta contradicción de la crisis de dirección en el periodo inmediato o el camino a la guerra y la barbarie se abrirá cada vez más. Las condiciones objetivas para la revolución ya se descomponen rápidamente.
La tardanza de la revolución socialista y las traiciones que esta ha sufrido son las causas que permiten la sobrevida del capitalismo en su fase imperialista.
El Siglo XXI, desde el punto de vista de las direcciones del proletariado, se torna por momentos oscuro. De la Cuarta Internacional y su legado, el reformismo no ha dejado nada en pie. Pero los destellos revolucionarios de masas no se detienen.
La caída de los bancos imperialistas nuevamente será arrojada sobre las masas y también sobre el reformismo. Estos últimos serán los encargados de desviar y traicionar los combates de masas que luchan o mueren.
En sus poltronas de sus cátedras universitarias, los parlamentos burgueses y las capas altas de las aristocracia y burocracias obreras donde están, ellos no pueden estar tan tranquilos. El sistema que los sostiene los obliga, y los obligará aún más, a llevarse cada vez peor y a patadas con las masas sublevadas.
Reagrupar cuadros en las lecciones de la guerra civil de clases es la tarea del momento para refundar la Cuarta Internacional. Allí el reformismo muestra su invalidez política.
El 15 de marzo se cumplen 12 años del aniversario de la revolución siria. La más avanzada de los levantamientos revolucionarios de 2011 en Medio Oriente.
En Damasco, en Homs, Aleppo, Afrín, en Idlib… el reformismo probó su teoría revisionista en la vida misma. Allí en Siria el reformismo y el revisionismo chapotea en un fango de lodo y sangre. Unos apoyaron abiertamente el genocidio del fascista Al Assad mientras otros le pedían a EEUU que arme a las masas... miserables. Les quieren hacer creer a las masas que al fascismo se lo enfrenta con el imperialismo, cuando es éste es el que lo arma y envía contra las masas.
Otros cínicos se escaparon del campo de batalla. Dijeron que se maten todos y se fueron a Rojava con el estalinismo kurdo. Terminaron con este último apoyando a Al Assad y al Sionismo, bajo las órdenes de los centuriones de las bases yanquis.
El fascismo, la revolución y la traición se probaron en ya 12 años en Siria y en todo Medio Oriente. Hoy es América Latina donde se trasladan las grandes convulsiones de la época: Chile, Colombia, Bolivia, Brasil, Ecuador... Con la crisis yanqui ya nada será igual en su patio trasero. ¿El reformismo? Como siempre, poniendo el hombro para salvar al capitalismo.
Hoy en Ucrania las direcciones que defienden el capitalismo, están avanzando en los tanques de Putín, liquidándole a esa nación oprimida todo derecho a su liberación nacional y auto determinación.
Dicen enfrentar a la OTAN, pero esta entregó Ucrania para que Putín la desangre, al precio del hundimiento de la Rusia misma.
Y mañana será en China, donde los yanquis ya enfilan sus cañoneras, como lo hizo Japón el siglo pasado. Los yanquis van por Rusia y China. Lo hacen partiendo a Europa y arrodillando a Alemania.
La caída picada del sistema capitalista en bancarrota empuja más y más a la guerra, si la revolución socialista no detiene a la bestia imperialista.
La época es de crisis guerras y revoluciones, ¡STUPID! |