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Ucrania - 09 de mayo de 2022

Paremos la ocupación de Putin en Ucrania
Bajo la bota de Putin o la OTAN, Ucrania seguirá siendo una colonia tutelada
¡Por una Ucrania obrera, soviética e independiente!

Solo una dirección obrera de la guerra
puede derrotar a Putin

Ninguna confianza en Zelenski y su dirección burguesa
y proimperialista de la guerra
Zelenski ya negocia la partición de Ucrania con oligarcas rusos y ucranianos

Por la solidaridad de los obreros europeos:
Milicias obreras internacionales y armas para la resistencia obrera ucraniana
que no dependan de la OTAN y la UE
¡Huelga General revolucionaria en toda Europa!

En un contexto general en el que el imperialismo utiliza el rol contrarrevolucionario de gendarme de Putin, la ocupación de Ucrania por parte de las tropas de Putin prosigue en el este y sur del país (ver recuadro). Y mientras esto ocurre, ya se están dando negociaciones para la partición de Ucrania por parte de las oligarquías rusas y ucranianas. La bandera rusa ya ondea en el este y sur de Ucrania mientras Putin y Zelenski negocian internacionalmente con el beneplácito de la OTAN.
Entre tanto, la clase obrera ucraniana lucha contra el invasor ruso con cócteles molotov y rifles de caza junto a los soldados rasos en medio de la masacre de Putin a su pueblo, como sucedió en Siria.

La resistencia ucraniana está abnegadamente entregando su sangre en las batallas contra las tropas de Putin. Pero Zelenski y sus generales no les distribuyen las armas que los gobiernos imperialistas europeos y la OTAN les están entregando, están a buen recaudo en sus almacenes custodiados para que los obreros no se hagan con ellas y puedan utilizarlas, además de contra las tropas de Putin, contra los oligarcas y la burguesía ucraniana, de la que Zelenski es fiel representante.
Es necesario que se pongan de pie comités de obreros y soldados rasos, con una milicia obrera por barrio, ciudad, región y a nivel nacional.
¡Hay que conquistar el armamento generalizado de todos los trabajadores y el pueblo pobre de Ucrania! La demanda de “armas para la resistencia de Ucrania”, debe convertirse en un llamamiento a la clase obrera mundial y sus organizaciones, es la tarea del momento.
La derrota de las tropas invasoras del Kremlin a manos de las masas explotadas ucranianas se conquistará con la clase obrera como protagonista y no con generales marionetas de la OTAN. Los obreros, el pueblo pobre y los soldados rasos deben tomar en sus manos el control del armamento de todos los cuarteles de Ucrania, destituyendo a todos los oficiales, que con Zelenzki a la cabeza, sometidos a los oficiales de la OTAN, pactan en secreto con Moscú y están preparando su rendición negociando sobre la sangre del pueblo ucraniano.
¡Por el desarme de la burguesía por parte de los trabajadores!
¡A Ucrania se la defiende por medio de la revolución proletaria y no por medio de los imperialistas y la burguesía!
La victoria solo la podrá garantizar el proletariado dirigiendo la guerra en contra de la burguesía ucraniana y sus pactos, y defendiendo desde el resto del mundo a Ucrania como nación oprimida con la unidad internacional de la clase obrera, de los europeos y de Rusia, para terminar con la UE imperialista y el con Putin.

 

Obreros del mundo, uníos… a la resistencia ucraniana, contra Putin y la OTAN
Los obreros europeos, norteamericanos y de todo el mundo deben embarcar armas y garantizar que llegan directamente a la resistencia ucraniana boicoteando la maquinaria de guerra imperialista y de Putin para que no se embarquen ni lleguen pertrechos militares a las tropas contrarrevolucionarias de la OTAN ni a las de Putin.
A la vez, la resistencia obrera y campesina de Ucrania debe buscar la confraternización y llamar a desertar a los soldados rasos de Rusia que son trabajadores y campesinos pobres bajo armas, animándoles a dar la vuelta al fusil contra el carnicero Putin y su propia burguesía. La resistencia ucraniana también debe levantar como propia la demanda de la libertad de los miles de presos políticos encerrados por Putin por enfrentarse a la guerra, negándose a matar a sus hermanos de Ucrania.

Hay que conquistar una dirección obrera y campesina de la guerra. Es necesaria la puesta en pie de un Comité Militar Revolucionario de obreros, del pueblo pobre y de los soldados rasos para garantizar el control del armamento y de todos los arsenales de Ucrania, desconociendo a todos los oficiales burgueses, siempre dispuestos a negociar y a pactar con Moscú y el imperialismo.
Solamente la lucha revolucionaria de obreros y campesinos pobres de Ucrania podrá inclusive garantizar el derecho a la autodeterminación y a la autonomía a los pueblos del Donetsk y Lugansk y las más amplias libertades democráticas a todos los oprimidos de la nación ucraniana.
Hay que acabar con Putin y con las pretensiones de la OTAN. La única solución es la irrupción decisiva en las calles del proletariado europeo, de Rusia y a nivel internacional, que paralice la maquinaria de guerra de Putin y llame a combatir abiertamente contra la OTAN y Maastricht.
¡Huelga general revolucionaria Europea! Ya han comenzado a desarrollarse boicots a los cargamentos que llevaban pertrechos para Putin y para las tropas de la OTAN en Inglaterra, Italia, Holanda, y varios otros países. Y en Italia el 20 de mayo se prepara una Huelga general contra las políticas de guerra y los gobiernos de la guerra que es todo un ejemplo a seguir y un buen punto de partida.
Desde las centrales sindicales y organizaciones obreras de todos los países europeos se debe llamar a coordinar la lucha y su acción con los obreros del Glacis. Hay que poner en pie Comités de Coordinación y Acción Internacionales para luchar junto a la resistencia obrera y campesina de Ucrania y a los millones de refugiados ucranianos.
Como ya hizo la clase obrera mundial frente a la Guerra Civil Española en los años 30 del siglo pasado, hay que impulsar una campaña para que las organizaciones obreras envíen milicianos internacionalistas a combatir junto a los explotados ucranianos.
Que se organicen colectas financieras llamando a todos los obreros a aportar un jornal para la resistencia. Organicemos piquetes en todos los puertos de Europa parando la máquina de guerra de la OTAN, que se abastezca a la resistencia y que no llegue ni una sola munición para el carnicero Putin, etc.
¡Por el triunfo de la nación ucraniana a manos de las masas armadas! ¡Este debe ser el primer paso de la revolución en todas las naciones oprimidas del continente y de las metrópolis en toda Europa!
¡Es hora de una gran acción internacionalista de la clase obrera europea y de EEUU! ¡Por una Ucrania obrera, soviética e independiente!

Los estalinistas, socialimperialistas y los ex-trotskistas contra la Independencia de clase
No solamente el carnicero Putin, por un lado, y Zelenski y su dirección burguesa de la guerra, por otro, quieren desarticular la resistencia obrera ucraniana, el primero para masacrar y ocupar un país al que no le dan entidad y que consideran suyo, y el segundo para que no tenga cabida una dirección obrera de la guerra que ponga en peligro su dirección burguesa que acabará rindiéndose y repartiendo los negocios entre su oligarquía y la rusa en un plan de partición entre el imperialismo y Rusia. También las direcciones traidoras de la clase obrera ponen su granito de arena para desarticular la resistencia obrera ucraniana y a la clase obrera europea y mundial en general.
Los estalinistas de los Partidos “comunistas”, sosteniendo al contrarrevolucionario Putin, y algunos ex-trotskistas, como los morenistas de la LIT y la UIT, abriendo ilusiones en las “bondades democráticas” de la Unión Europea y de Biden, a los que le exigen que armen a los obreros y campesinos ucranianos. Estas son las dos puntas de una misma soga que estrangula a la clase obrera de Ucrania. ¡Basta de someter a los trabajadores a sus esclavistas! Los ex-trotskistas morenistas se ponen de parte de Ucrania, pero sin cuestionar la dirección burguesa de la guerra, lógica que proviene de su reformista teoría de la “revolución democrática”. Y los estalinistas, que entregaron uno a uno nuestros combates a lo largo de la historia, se ponen de parte del carnicero Putin y hoy llaman nazis a los explotados ucranianos mientras Putin es el "desnazificador" y “liberador de los oblast pro rusos”.

Ayer los obreros del mundo fueron engañados bajo la farsa de la “lucha contra el terrorismo” en Siria, liberándole las manos a Putin y Al Assad y a todas las fuerzas contrarrevolucionarias que, bajo el mando yanqui, masacraron la revolución. Estas mismas direcciones que llamaron “yihadistas” a la resistencia siria hoy, bajo la estafa de la “lucha contra los nazis”, llaman nazis a la resistencia ucraniana y separan a los obreros y campesinos ucranianos de la clase obrera mundial, así Putin y la OTAN aplican el mismo plan de Siria en Ucrania.

En esta guerra no se puede tener una política abstencionista, neutral, como sostienen otros ex-trotskistas como los del PTS argentino y sus sucursales en Europa (CRT en el Estado español o Révolution Permanente en Francia). Decir que es una guerra de dos campos reaccionarios como dicen estos ex-trotskistas, igualando a los invasores rusos y al pueblo invadido ucraniano, es hacer el juego a Putin y al imperialismo.
Los revolucionarios Trotskistas principistas nos ubicamos en la trinchera militar de la nación ucraniana y luchamos por su victoria sobre las tropas fascistas de Putin, porque es una guerra totalmente justa contra la invasión reaccionaria del Putin, el gendarme del imperialismo en Eurasia. Nosotros nos colocamos en el campo militar de los invadidos ucranianos, aunque Zelenski esté en él, pero no en su campo político burgués, sino continuamente denunciando la traición de los Zelenskis burgueses y disputándoles la dirección para que la tengan los obreros. Es la misma posición que tuvimos en Siria respecto al ESL, o en la Guerra civil española, en la cual los trotskistas estaban en el campo militar republicano, contra el fascista Franco, pero no teniendo ni la más mínima confianza en los gobiernos burgueses de Casares Quiroga, Largo Caballero y Negrín que querían someter a los obreros contra la revolución, y teniendo una línea revolucionaria de independencia de clase.
Hay que oponerse también a los socialimperialistas como Podemos, que forma parte del gobierno burgués español, que sostiene una posición “pacifista” apostando por las vías diplomáticas de las instituciones burguesas nacionales y supranacionales y también a otros ex-trotskistas, como los Anticapitalistas español y el NPA francés o como las diferentes fracciones provenientes del tronco Militant (de Woods, Ramos o Taffee), que mantienen una posición supuestamente “Ni con Putin ni con la OTAN” enarbolando un “¡No a la Guerra!” y “¡Por la paz!” pero sin posicionarse en el campo militar ucraniano ni con su resistencia obrera.
Estas posiciones son una trampa reaccionaria porque la demanda de paz se conquista con el grito de la clase obrera de las metrópolis al grito de “el enemigo está en casa y que hay que derrotarlo”, luchando por derrotar la maquinaria de guerra de la OTAN y terminar con la invasión rusa a Ucrania, y siempre poniéndose del lado de la resistencia obrera ucraniana.
Las guerras contra la opresión y el coloniaje no se ganan sometiéndose a la burguesía ni mucho menos a alguna pandilla del imperialismo. No hay otra salida más que las organizaciones obreras, los sindicatos, los campesinos pobres y los soldados rasos tomen la dirección de la guerra en sus manos y el control de todo el armamento, que bien guardado lo deben tener los generales ucranianos que están negociando su rendición con los oficiales rusos.
Los revolucionarios trotskistas nos hemos colocado en la trinchera de la nación ucraniana, pero no nos sometemos a la OTAN, luchamos por romper el sometimiento de los obreros y campesinos pobres de Ucrania a la burguesía, para golpear juntos internacionalmente por sublevar a la clase obrera mundial, y, principalmente, para fortalecer nuestra lucha por derrotar a las direcciones socialimperialistas y a sus partidos de estalinistas y reformistas. Y combatimos por el armamento de los trabajadores, a pesar de que la burguesía ucraniana y el imperialismo se cuidan muy bien de que esto no suceda.
¡Hay que derrotar a las direcciones socialimperialistas que someten a la clase obrera de las metrópolis a sus verdugos de la OTAN, paralizando sus fuerzas, separándolas de sus hermanos de Ucrania, mientras Putin avanza a sangre y fuego sobre los explotados!
¡Hay que terminar ya con la OTAN y el Maastricht imperialista que le ponen la pistola en la sien a todos los trabajadores y pueblos oprimidos de Europa y el mundo entero! ¡Paso a la revolución socialista europea!
¡El enemigo está en casa! ¡El enemigo es Wall Street! ¡El enemigo es Biden, el comandante de las tropas asesinas de la OTAN!

¡Huelga General revolucionaria en toda Europa!

Benito Toribio Morales

 

 

 


Rusia 2022: detenidos durante las manifestaciones contra la guerra en Ucrania


Mariupol. Fosas comunes de civiles asesinados por las tropas rusas


2014: represión en la Plaza Maidán

 

 

Ocupación del sur y este de Ucrania: ¿Desde el Donbass hasta Transnistria pasando por “Taurida”?

Tras una primera etapa de la guerra, hace unas semanas Putin decía haberse retirado de Kiev para concentrarse en el Donbass. Pero contemplamos que la ocupación rusa va algo más allá que en los oblasts de Lugansk y Donetsk en el Donbass. Una verdadera ocupación con una extensión en forma de herradura se despliega desde Járkov, en el noroeste del país, hasta casi Odessa, en el sur, pasando por el este y territorios intermedios. Mientras, nos enteramos de incidentes y amenazas en el territorio prorruso de Transnistria en la vecina Moldavia, al cual Putin podría empalmar su herradura ucraniana, dándose una internacionalización del conflicto.
En los territorios intermedios que van desde el Donbass a Odessa se encuentran los Oblasts de Jérson y Zaporiyia, de cuyas grandes ciudades no solamente no se han retirado las tropas de Putin sino que, además, en ellas ya ondea la bandera rusa. Para justificar este hecho se da la circunstancia de que el Gobernador de la Crimea, ocupada desde 2014 por Putin, ha propuesto en la Duma de Rusia restaurar la antigua provincia del imperio ruso de Taurida, que es el actual territorio de la Península de Crimea más un terreno tan grande en extensión como Crimea que se prolonga hasta el sur de los oblasts de Jerson y Zaporiyia. Estos son los oblasts que empalman al este con Donetsk, justo con Mariupol. Así, ocupando esta imaginaria “Taurida”, Putin tendría bajo su poner, dándose una verdadera anexión, las tres grandes ciudades industriales del sur ucraniano: Jersón, Melitópol y Zaporiyia que se unirían a las tres de la Península de Crimea: Sevastopol, Simferopol y Yalta.
Esta excusa de la Taurida imperial de Putin sirve para acercase a Odessa, desde la cual tendría acceso a Transnistria, en Moldavia, donde se encuentra el mayor arsenal de la guerra fría y donde Rusia ya controla dicho territorio separatista de Moldavia. Es por ello que la intención del Kremlin va más allá de limitarse a Lugansk y Donetsk en el Donbass.

Esa es la razón por la que quiere tener el control de todo el sur de Ucrania. Sus ojos están puestos en liberar los territorios prorrusos de Moldavia, en la que quizás en un futuro pudiera haber una escalada militar.

 


 


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