A propósito de la consigna de las masas del Donbass
de "Que vuelva la URSS"
La posición de los trotskistas
Un debate con los revolucionarios rusos al calor
de las lecciones de la revolución ucraniana
Carta desde Rusia del 28 de mayo de 2018
Hola camaradas. Trataré de leer sus materiales en el futuro cercano. Es especialmente interesante para mí ver su posición sobre Ucrania.
1) Si entiendo bien, ustedes piensan que el imperialismo usó a los chauvinistas rusos (el régimen de Putin) para presionar en Ucrania. Para subordinarla a sus intereses a cambio de protección ante Rusia. Con esto estoy de acuerdo.
2) Sobre el Donbass. Actualmente es la región más contrarrevolucionaria de Europa. Abastece de mercenarios a las tropas de Assad en Siria. Y es bastión del fascismo ruso. La así llamada “milicia” del Donbass no fue organizada por mineros. Sus raíces están en la mafia del Donetsk, de la que Yanukovich era protegido.
De ahí la intervención directa del régimen de Putin que, después de la anexión de Crimea, mandó sus pistoleros con el pretexto de la “milicia” en el Este de Ucrania.
El ejército de la burguesía ucraniana no estaba listo para semejante guerra y los mercenarios de Putin lo derrotaron.
Sin embargo, en la actualidad hay una descomposición de las pandillas de Novorrosia y una lenta pero constante embestida de Ucrania sobre sus posiciones.
Si es cierto que la conspiración en Minsk proporcionó la separación de Crimea de Ucrania a cambio de volver a Ucrania una semicolonia de la Europa imperialista. Sin embargo, no llamaría a ello el “cerco al Donbass revolucionario”. Ya que los mismos separatistas se declaran opuestos a cualquier revolución. Y su ideología es una mezcla de fascismo ruso y el conservadurismo del siglo XIX.
También debo decir que la consigna que vuelva la URSS es reaccionaria. El hecho es que el mismo término “que vuelva” es dudoso. Se necesita avanzar al genuino socialismo y comunismo (sociedad sin explotación ni opresión). En nuestras condiciones, “volver” no significa la URSS de Lenin y Trotsky de 1922-24 sino al imperio (zarismo,stalinismo).
Respuesta a los revolucionarios de Rusia – 16 de junio de 2018
Camarada:
Acabamos de recibir tu nota. Conocemos las dificultades de comunicación que padeces allí y nos alegra que hayas podido recuperar ya tu Facebook. Pero nosotros tenemos un retraso en responder tu nota del 28/5. Desde ya todas nuestras disculpas, es que el compañero que maneja el Facebook no había registrado tu mensaje y por ello no te habíamos respondido anteriormente.
Estamos estudiando atentamente tu nota para poder enviarte nuestra opinión y posición sobre los puntos de vista que planteas en ella. Como ya te lo hemos mencionado en otros intercambios, para nosotros es sumamente importante reflexionar y debatir con ustedes sobre Ucrania que es uno de los test ácidos de la situación mundial. Las lecciones de la revolución ucraniana son clave para el proletariado mundial, y la clase obrera de Rusia y Europa en particular. Consideramos que efectivamente tenemos un debate en curso acerca de la cuestión ucraniana, sobre la cual tenemos diferencias.
Para nosotros es clave desarrollar este debate y que conozcas nuestra posición. Esto es doblemente importante, por tu ubicación allí y tu cercanía con los acontecimientos. Sin dudas podremos aprender mucho de este debate, y para ello consideramos que debemos ir hasta el final con nuestras posiciones.
Adjuntamos a esta nota un breve artículo que publicamos por primera vez en mayo de 2016 a propósito de la génesis de la revolución ucraniana. Creemos que allí está concentrado lo sustancial de las diferencias que tenemos en relación ala cuestión ucraniana y que es una primera respuesta a tu última nota.
Asimismo volvemos a enviarte un intercambio de cartas con la JRCL de Japón de noviembre de 2016, con quienes también mantenemos un rico debate sobre la cuestión ucraniana. El intercambio de notas que te enviamos se centra en torno a la demanda “que vuelva la URSS”.
De todas maneras, la dirección de la FLTI está preparando una respuesta a tus posiciones. Para profundizar nuestro punto de vista queremos preguntarte lo siguiente: ¿Hay corrientes de los stalinistas rusos devenidos en oligarcas y burgueses que planteen la demanda de “que vuelva la URSS”? ¿Lo plantean Putin y sus partidos?¿O hay quizá alguna corriente de izquierda en Rusia que no conozcamos y que lo plantee?
Es muy importante poder precisarlo porque a nosotros nos parece que las masas ucranianas han gritado la consigna “que vuelva la URSS” expresando así la lucha contra los padecimientos que sufren en una Ucrania expoliada y explotada por el FMI y un puñado de oligarcas.
Esperamos poder continuar con este riquísimo debate que está en curso. Por ello la pregunta que formulamos es para conocer más la situación desde el lugar de los acontecimientos. Es indudable que la oligarquía de Putin se ve obligada a intentar manipular el pasado de la URSS, como lo hace por ejemplo en los aniversarios del triunfo de la URSS sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Y ello lo hace para lograr base social, base social que también se la dan los Partidos Comunistas, que son burgueses y restauracionistas como el de Suhánov.
Un fuerte abrazo,
E.Fy NB
Respuesta desde Rusia a la nota sobre Ucrania del 16 de junio, sobre la utilización oportunista que hace el stalinismo de la consigna “que vuelva la URSS”– 18 de junio de 2018
Saludos una vez más. Sí, prácticamente todos los partidos stalinistas y sectas pequeñas en Rusia en su "retórica" dicen "que vuelva a la URSS". Esta es una característica distintiva de los stalinistas. Su propaganda es puramente conservadora, de naturaleza retrógrada. Si tomamos, por ejemplo, al Partido "comunista" oficial (KPRF), juegan con la simple nostalgia de la generación anterior (constantemente les recuerdan: qué tan bien vivieron en la URSS y cuán malo es ahora). Por otro lado, el PCFR exige la observancia de la legislación burguesa, "no de cualquier extremismo", y llama abiertamente a apoyar al capital pequeño y mediano (con la condición de que sea ruso). Hay sectas estalinistas más pequeñas (OKP) que utilizan la retórica de clase en las palabras, pero en realidad no son menos reaccionarias que la KPRF. También instan a regresar a la URSS, es decir, en el stalinismo. La descomposición de la cual dio origen al moderno régimen oligárquico y criminal de Putin.
Y con respecto a Ucrania. Aquellos que en el este de Ucrania pidieron "regresar a la URSS" no se consideran a sí mismos ucranianos ... Están aspirando al llamado mundo ruso (una comunidad mitológica, entendida por ellos como un imperio, donde no distinguen entre el zarismo, la URSS y la dictadura burguesa moderna). Su conflicto con la burguesía ucraniana (el régimen en Kiev) no es de clase, ya que a menudo pedían a la burguesía rusa (es decir, los bandidos de Putin) que trajeran tropas a Ucrania. Apoyaron la anexión de Crimea y lamentaron que el régimen de Putin no se atreviera a repetirlo en el Donbass (este de Ucrania).
Respuesta a la nota del compañero de Rusia sobre la consigna“Que vuelva la URSS sin burócratas stalinistas ni entregadores del socialismo” y el carácter transicional que esta adquiere en el programa revolucionario- 19 de junio de 2018
Estimado compañero:
Ayer recibimos tu nota sobre Ucrania, a propósito de la consigna de “Que vuelva la URSS”, en respuesta a nuestra solicitud de que nos brindes información sobre cómo se ubicaban las distintas corrientes de la izquierda y el mismo gobierno sobre la cuestión de la ex URSS.
He estado leyendo tu respuesta y te quiero hacer llegar mis primeras reflexiones sobre esta cuestión. Toma esta carta como escrita a vuelapluma, para profundizar el debate.
Antes de introducirme en esto, quería saber si habías podido estudiar nuestras elaboraciones sobre Ucrania, sobre todo las que se refieren a la cuestión del Donbass y “Novorrosia”. Alrededor de esto tenemos un importante debate y sería muy interesante que criticaras los textos que te enviamos ya que opinamos que así el intercambio de opiniones será más preciso.
Pero volvamos al tema de esta nota. Lo que tú dices sobre la consigna de “Que vuelva la URSS” es que esta es tomada de forma oportunista por los distintos Partidos Comunistas que “juegan con la nostalgia de la generación anterior”, de que antes se vivía mejor que ahora. Es indudable que esto lo hacen de forma demagógica para lograr base social. Nosotros también tenemos esta visión, pero jugar con las aspiraciones e ilusiones de las masas sobre que “antes se estaba mejor” no es lo mismo a plantear la consigna de “Que vuelva la URSS” como una tarea inmediata de los explotados. La oligarquía hace demagogia sobre esta cuestión, pero para nada le propone este curso de acción a las masas, puesto que de hacerse realidad esta consigna, esa nueva burguesía proveniente de las entrañas del Partido Comunista, perdería todas sus propiedades. Todos los candidatos de los Partidos Comunistas que se presentaron en las últimas elecciones en Rusia resultaron ser grandes burgueses y oligarcas y jamás llamarán a expropiarse a sí mismos.
Tampoco vimos a la oligarquía del Donbass, y mucho menos a la de Kiev, levantar la demanda de una Ucrania soviética. Ellos son los más grandes enemigos de esta tarea. Ellos usan demagógicamente a la ex URSS para manipular las ilusiones de las masas, pero, insisto, no como programa de acción inmediato. Esta es nuestra primera apreciación.
Estamos ante una contradicción, pero no para las masas que no soportan más a este sistema capitalista perverso, que, en Ucraniaen particular, las ha condenado a las peores de las esclavitudes y ha transformando a su clase obrera en la más empobrecida de toda Europa. La contradicción es fundamentalmente para los Partidos Comunistas y para los oligarcas del Kremlin, del Donbass y de Kiev. Está claro que ninguno de ellos, ni en su campaña electoral ni en su actividad cotidiana embaucando a las masas, llama a expropiar a los capitalistas, a recuperar la propiedad estatal de la tierra, a nacionalizar los recursos naturales, a expropiar sin pago a los bancos imperialistas que están en Rusia, a romper con el FMI, etc. porque esto sería, insistimos, llamar a expropiarse a ellos mismos. Esta contradicción de los de arriba, de los oligarcas de Ucrania, de Rusia, etc., nosotros y nuestro programa debe desarrollarla hasta el final para desenmascararlos y conquistar la ruptura definitiva de las masas con esa mugre oligárquica y sirviente y socia del imperialismo.
La consigna de expropiar sin pago el Gazprom, que el 49% es propiedad de la BASF y la British Petroleum, y volver a nacionalizarla bajo control obrero, al igual que la expropiación del Citibank y la ruptura con el imperialismo, va rápidamente en contra de la charlatanería barata de la oligarquía que quiere utilizar las justas aspiraciones de las masas.
Desde mi punto de vista, hay una cuestión que fortalece cualitativamente esta demagogia de Putin y de la nueva oligarquía y burguesía rusófila del Donbass. Estoy convencido de que esta demagogia puede ser sostenida por el chacal de Moscú y sus socios en Ucrania, porque los Partidos Comunistas y la amplia mayoría de la izquierda, incluidos los renegados del trotskismo, plantean que Putin juega un rol progresivo sosteniendo a Al Assad “y su lucha contra el imperialismo” en Siria. Estas corrientes lo han transformado en un “paladín de la lucha antiimperialista” ante los ojos de las masas del mundo. Esta es la gran traición de la izquierda mundial. Lo que le da credibilidad a esta siniestra política de engaño a las masas es el accionar del stalinismo, los renegados del trotskismo y todas las corrientes social-imperialistas del mundo que sostienen la masacre de Putin y Al Assad en Siria con la excusa de la “lucha contra el terrorismo y los yihadistas”. Sin ese apoyo y ese brutal engaño a las masas, ese régimen de la oligarquía de Putin estaría terriblemente debilitado por sus acciones contrarrevolucionarias contra las masas de Eurasia y su masacre en Siria en particular. Los que han vestido de “antiimperialista” a Putin son los traidores del socialismo a nivel mundial, las aristocracias obreras y las burocracias sindicales que sostienen a Al Assad. Ese es el elemento decisivo que hoy en gran medida permite la manipulación de las ilusiones de las masas por parte de la oligarquía “gran rusa”, del Donbass y de toda Ucrania.
Nuestra lucha es presentar batalla contra este terrible engaño con el cual se presenta como un aliado de las masas a uno de los agentes más contrarrevolucionarios del imperialismo en el mundo. Y esto hay que desenmascararlo a nivel internacional ante la clase obrera. La consigna de “Que vuelva la URSS sin burócratas stalinistas ni entregadores del socialismo (que es como la levantamos nosotros) y bajo el régimen de los soviets revolucionarios, enfrenta a todos los traidores de la izquierda reformista que apoyan a Putin, uno de los más grandes sostenedores del capitalismo en Rusia, en Ucrania y en todo el mundo.
El grito de las masas del Donbass, que aun de forma atrasada en Ucrania o en la ex URSS mantienen la justa aspiración de que vuelvan sus viejas conquistas de los estados obreros, es muy importante para enfrentar al stalinismo que con los hermanos Castro ya han planteado el grito de guerra de que “el socialismo ya no va más ni siquiera en Cuba”, mientras entregaban la isla a la restauración capitalista. Este grito contrarrevolucionario es seguido por toda la Nueva Izquierda europea, desde Syriza a Podemos, desde el stalinismo a todos los renegados del trotskismo, que han borrado ya la palabra “socialismo” de su diccionario político y la lucha que plantean es por conquistar una “democracia real”, “generosa”… En el medio de una de las catástrofes más grandes del sistema capitalista, como lo es la abierta por la crisis de 2008, esta gente no quiere que se hable más de socialismo, ni mucho menos de dictadura del proletariado. Ellos también chocan con la conciencia de la juventud rebelde francesa y la consigna “¡Que vuelva la Comuna de París!” que fue esbozada en los levantamientos de 2016 en la Plaza de la República de París. Estas direcciones fueron allí, como Varoufakis de Grecia, a luchar por “más democracia” y por una “república de ciudadanos”. Son enemigos del socialismo.
Nuestra consigna permite enfrentar a todos los entregadores de la URSS que no fue solamente la ex burocracia soviética sino todos los renegados del trotskismo que, colgados a sus faldones, siguieron al stalinismo hasta la restauración del capitalismo y lo siguen haciendo hasta el día de hoy.
Sobre nuestra consigna “Que vuelva la URSS sin burócratas stalinistas ni entregadores del socialismo”, a nuestro entender, es una forma de propagandizar nuestra lucha por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en todos los países del mundo donde la clase obrera había logrado expropiar a los capitalistas. Es que las próximas revoluciones en China, Rusia, Ucrania, Vietnam o Cuba, no partirán de cero, sino que deberán partir de esa experiencia histórica que hicieron las masas con sus revoluciones triunfantes y combinarla con las tareas de la revolución socialista internacional.
Los trotskistas planteamos que los estados obreros fueron una conquista, que el stalinismo los entregó y que hay que recuperarlos. Esa es la forma que adquiere para nosotros la dinámica de la revolución en los ex estados obreros. Peleando por ella, el trotskismo podrá poner en pie los grandes partidos revolucionarios leninistas de combate, derrotando al stalinismo y a los renegados del trotskismo, enemigos acérrimos de la lucha por la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias. Es que ellos, peleando por una “democracia real”, solo le dan a la burguesía el derecho a ejercer su dictadura contra la clase obrera y no a esta contra sus opresores.
Nuestra consigna de “Que vuelva la URSS sin burócratas stalinistas ni entregadores del socialismo” adquiere así un carácter transicional. Es parte del programa estratégico de la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias.
Parte de la conciencia que tienen las masas, de su “nostalgia” por la ex URSS” debido a la catástrofe actual que padecen, y esto es un punto de partida justamente para disputarle la dirección de la clase obrera y los explotados a toda la lacra stalinista -devenida en una nueva burguesía-, tanto en la ex URSS como en el este europeo y de forma decisiva a nivel mundial.
Nuestra consigna parte justamente de la necesidad y de la conciencia inmediata de las masas de recuperar el estado obrero para poder comer y vivir dignamente, pero como verá, no la planteamos de forma aislada, sino que tomamos el grito de “Que vuelva la URSS” ligado a “sin burócratas stalinistas ni entregadores del socialismo: por la dictadura del proletariado”.
Esta demanda la combinamos programáticamente, como lo hacemos en nuestras declaraciones de Ucrania, con el combate por renacionalizar todas las ramas de producción bajo control de los trabajadores, expropiando sin pago a los capitalistas y a los banqueros, rompiendo con el imperialismo y recuperando los soviets, es decir, los consejos de obreros y soldados rojos. Creemos que así damos vuelta en su contra la demagogia de esta nueva oligarquía millonaria en la que devino la vieja burocracia stalinista. Y que de esta forma también combatimos a toda la izquierda mundial que apoya a Putin y a su banda de millonarios que tienen los rublos robados al pueblo ruso en sus cuentas en las Bahamas, Chipre, Mónaco, Londres, etc.
Efectivamente, tanto tú como nosotros queremos que regrese la URSS, pero no la de Stalin, Brézhnev o Gorbachov, sino la de Lenin y Trotsky. Y esto será como parte de un eslabón de una cadena de revoluciones en toda la Europa imperialista. Hasta allí llega nuestro programa frente a la necesidad de la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en la ex URSS, como una tarea central de toda la clase obrera europea en su combate por aplastar al Maastricht imperialista. Justamente, aislar la revolución ucraniana del combate de los obreros rusos, de las masas del este europeo y de la clase obrera de las potencias imperialistas, fue la gran traición del stalinismo y la izquierda reformista que cercó la revolución en Ucrania y así permitió la partición de esa nación, con el proletariado sometido a las distintas oligarquías, tanto a la ligada a la Unión Europea como a la de Moscú.
El debate que hemos iniciado sobre esta cuestión para nosotros es muy importante. Queremos que quede claro que esta consigna no es una consigna aislada, sino que es parte de un bloque de consignas articuladas alrededor de la lucha por la dictadura del proletariado. Al decir de Trotsky, las masas en su combate y en su giro a la izquierda plantean “jalones de socialismo”. En manos de los explotados del Donbass la demanda de “Que vuelva la URSS” es contra el hambre y la miseria, no a favor de los curas, los clérigos y la iglesia ortodoxa. Hay un ángulo entre las masas y la burguesía del Donbass, tal como hay un ángulo entre los explotados que combaten contra Al Assad en Siria y los reaccionarios clérigos sunitas, que organizan los rezos para poner de rodillas a las masas musulmanas a los pies de las burguesías millonarias en las zonas liberadas.
El Programa de Transición es un puente. Tiene una punta en una orilla que son las necesidades y la conciencia de las masas, que es manipulada por todas las direcciones traidoras. Justamente, el programa consiste en llevar las justas aspiraciones de las masas, mediante un bloque de consignas, hacia la otra orilla, que no es otra que la victoria revolucionaria de las masas y la necesidad para ello de derrotar a todas las direcciones que traicionan sus combates, sin lo cual es imposible el triunfo contra los explotadores.
Creemos que debemos tener un diálogo con las aspiraciones soviéticas de las masas, entregadas ayer por la lacra stalinista y sometidas hoy a la más feroz explotación por sus descendientes: la nueva oligarquía rusa y del este europeo, atada por miles de lazos y negocios al imperialismo mundial y comprometida con él en las peores masacres de los pueblos oprimidos de Eurasia y el mundo entero.
Opino que juntos vamos a plantear que luchamos por el triunfo de la revolución socialista en Rusia, en el este europeo y en todo el Maastricht imperialista y que, por lo tanto, somos combatientes por que vuelva la URSS de Lenin, Trotsky y la III Internacional revolucionaria. Coincidiremos en que no se le pueden dejar las banderas de la URSS a los stalinistas y oligarcas contrarrevolucionarios. Nosotros creemos que hay que disputarle a la lacra stalinista, devenida en nueva burguesía y que hoy es parte de la misma corte del fascista Putin, esa justa aspiración de las masas de salir de este sistema capitalista que las martiriza.
Este programa de restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias también lo planteamos para China, para Vietnam o para la misma Cuba, que en los últimos años fue entregada al imperialismo. Como ya dijimos, los hermanos Castro -que ya han terminado de entregar la revolución cubana al imperialismo-, han levantado contra la clase obrera mundial el grito de guerra de “el socialismo no va más ni siquiera en Cuba”. Que sectores de las masas ucranianas del Donbass en sus aspiraciones mantengan la conciencia de que debe volver la URSS, es un choque con la política del stalinismo que abiertamente dice y hace lo contrario a nivel internacional y en los mismos ex estados obreros. Y esto, te insisto, inclusive va contra los propios oligarcas de los PC rusos y del mismo Putin, a quienes jamás se les va ocurrir plantear la tarea de “Que vuelva la URSS”, expropiando a los capitalistas, porque como ya dijimos, eso significaría llamar a expropiarse a ellos mismos. Y mucho menos lo plantearán como una consigna para la acción, para la lucha y para la revolución socialista. Insistimos, nuestra tarea es desenmascararlos para que las masas salden cuentas con esa oligarquía que llenó sus cuentas en los bancos, expropiando los bienes creados por la clase obrera soviética.
Para nosotros la consigna de restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias, de los consejos obreros y de soldados, también enfrenta a los nuevos mandarines de la oligarquía china, esclavistas de su propia clase obrera, y abre un diálogo con amplias capas de los trabajadores que han sido estafados con el programa de “socialismo de mercado” de la burguesía china, socia del imperialismo.
En nuestra opinión, esta consigna de restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias hay que incorporarla al Programa de Transición puesto que la clase obrera en el siglo XX tomó el poder en un tercio del planeta y la lacra stalinista lo entregó. En esos países las próximas revoluciones socialistas van a estar íntimamente ligadas a derrotar a los regímenes y gobiernos burgueses oligárquicos actuales, lacayos, sirvientes y socios del imperialismo, provenientes de la vieja lacra stalinista que restauró el capitalismo, no sin antes colaborar con la derrota de centenares de procesos revolucionarios en todo el mundo. Creo que el ingreso al combate de las masas rusas, chinas, cubanas o vietnamitas, como sucedió con Ucrania, tenderá a rescatar en su conciencia lo que fueran sus viejas conquistas históricas. Recuperar esas conquistas perdidas sólo será posible con la victoria de la revolución socialista internacional.
En la revolución ucraniana pudimos ver a obreros desesperados ganando 200 euros, en peores condiciones que las de los trabajadores chinos. Por ello nos da la impresión de que efectivamente, los Partidos Comunistas y la oligarquía tienen que hacer demagogia con la consigna de la vuelta a la ex URSS, pero a esta la gritan las masas y no los curas reaccionarios de la iglesia ortodoxa. Es que así ellos deben manipular a masas que ven que, a diferencia de lo que algunos creían en el ‘89 cuando se derrumbaban los estados obreros, el occidente imperialista no les dio góndolas llenas para salir de la hambruna, sino que multiplicó su miseria y esclavitud. Nuevos cracs y crisis en Rusia, como los que ya vimos en Rumania, en Georgia o en la Ucrania misma, empujarán a las masas a ese torrente de lucha por recuperar las conquistas perdidas y eso será inseparable de la lucha y de los levantamientos revolucionarios contra las nuevas oligarquías surgidas de las entrañas de la lacra stalinista.
Si hasta el ’89 el programa de lucha por la revolución política en los estados obreros degenerados y deformados, jugaba un rol central como parte de la revolución socialista mundial para derrotar a la burocracia y poner esos estados obreros como un bastión de la revolución mundial, la actual lucha por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias es no dar por terminada esa batalla histórica. Es como perder un sindicato de la mano de una burocracia sindical que se volvió empresaria y se lo entregó desde adentro a los capitalistas. El llamado a recuperar ese sindicato es la lucha por recuperar una vieja conquista que se perdió. En última instancia, nuestra pelea por recuperar y restaurar la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias, significa eso mismo, recuperar una conquista perdida y sin burocracia que la entregó. Y ese es un punto de partida, insistimos, para desarrollar un programa revolucionario para los ex estados obreros del este, que estará indisolublemente ligado a la lucha por la victoria de la revolución socialista en la Europa imperialista y a nivel internacional. Este es el camino que nos dejó la historia para luchar por los Estados Unidos Socialistas de Europa, partiendo de la experiencia viva de la clase obrera de ese continente y a nivel mundial.
En el caso de Cuba, el grito de las masas del Donbass de “Que vuelva la URSS” fue un golpe directo al stalinismo en su nariz. Es una consigna que en manos de los revolucionarios nos permite desenmascarar la actual entrega del estado obrero cubano. La lacra stalinista de Cuba, hoy devenida en nueva burguesía, fue y sigue siendo la traba más importante en el continente americano para que se avance en la revolución socialista. De verdad no creo que hayan sido el clero reaccionario de la iglesia ortodoxa y la oligarquía pro-rusa, con el incienso del “cura Gapón”, los que hicieron movilizaciones en el Donbass diciendo “Que vuelva la URSS”. Ellos manipularon y manipulan a diario esa conciencia de las masas para someter a la clase obrera a la burguesía rusófila.
Obreros ucranianos gritando “Que vuelva la URSS” como demanda ligada a la derrota de las tropas fascistas de Kiev, le guste o no a la oligarquía del Donbass, es un duro golpe a todos los enterradores del socialismo. Y lo planteamos como un programa mocionado en las calles, que no es lo mismo a lo que hace la oligarquía rusa que dice “antes vivíamos mejor”. Es que a los oligarcas de los PC rusos que hablan de esto, jamás se les ocurrirá plantear la anulación del derecho de herencia, la restitución de todas las acciones de las empresas robadas por los oligarcas, el control obrero de todas las ramas de producción ni mucho menos que los soldados rojos expulsen a todos los oficiales de los ejércitos blancos y se imponga el régimen de los soviets, de los consejos de obreros y soldados. Esa demagogia de los oligarcas duraría muy poco si existiese un Partido Bolchevique de vanguardia en la ex URSS y a nivel internacional.
En la medida en que se vaya desarrollando la crisis económica que ya ha comenzado en Rusia, como en todos los BRICS, esta lucha por volver a la vieja conquista se verá multiplicada por mil y las pandillas de la oligarquía de Putin se verán en figurillas para manipular esa conciencia histórica socialista de las masas que, de volver en gran escala, sería un peligro mortal para todas las clases poseedoras.
Creemos que en esto no vamos a tener diferencias. Insistimos, esta consigna de “Que vuelva la URSS”, puesta por las masas en Ucrania como moción en las calles, tomada por los trotskistas y articulada como parte del combate por una Ucrania soviética, socialista e independiente, permite desenmascarar a la oligarquía de Putin, a la de los herederos de Yanukovich, etc. en Ucrania. Es justamente una consigna que nos permite disputarle la dirección de las masas a los oligarcas, ya sea cuando éstos son “oficialistas” o cuando son “opositores”, como en el caso del Donbass contra Kiev.
En 2014, en el Donbass, la clase obrera estaba aterrorizada con perder el trabajo. El plan del FMI y la privatización de las minas planteaban decenas de miles de despidos, la desarticulación de la producción con el aparato industrial-militar ruso del otro lado de la frontera, etc. Es decir, la ruina para las masas… En esas masas del Donbass, la consigna “Que vuelva la URSS” significaba enfrentar el plan del FMI, no “viva la oligarquía y sus negocios millonarios”.
Para nosotros fueron los PC a nivel internacional y de Europa en particular, los que sometieron esa justa aspiración de las masas a la oligarquía contrarrevolucionaria de la ficticia “República de Novorrosia” y Moscú. Ese es el punto que creemos que ustedes no ven: el pérfido rol contrarrevolucionario del stalinismo a nivel ruso, ucraniano y mundial, que fue el que terminó expropiando la revolución ucraniana y sometiendo a las masas del Donbass y de Kiev al miserable pacto de Minsk, que tal como el de Ginebra para Siria y Medio Oriente, monitorea la rendición de las masas y en este caso la partición de Ucrania.
El stalinismo con su política internacional, y europea en particular, de frente popular en Ucrania, terminó sometiendo a los trabajadores del Donbass a la oligarquía pro-rusa, comenzando por separar y dividir a la clase obrera ucraniana entre el este y el oeste.
Ustedes deben estar enterados, como nosotros, que esta política de colaboración de clases con la oligarquía pro-rusa de “Novorrosia”, fue una política votada y organizada por el stalinismo europeo, entre ellos el KKE, que dirige los sindicatos en Grecia, en una reunión realizada en Lugansk en mayo de 2015, donde participaron decenas de Partidos Comunistas y burocracias de las centrales sindicales europeas. Esta conferencia también fue apoyada por corrientes de los renegados del trotskismo como Antarsya de Grecia (es decir, el NPA francés y el SWP inglés) que envió una delegación y el EEK griego que envió una carta de apoyo a los stalinistas que marcharon al Donbass para terminar de consolidar la entrega desde adentro de ese sector revolucionario de las masas de Ucrania y someterlas al pacto contrarrevolucionario de Minsk.
Los Partidos Comunistas europeos organizaron las “brigadas internacionales” para ir como quinta-columna al Donbass, según opinamos nosotros, a masacrar a todo aquel que se oponía a la política de partición de Ucrania y pregonaba la unidad de la revolución de las masas del Donbass con los obreros de Kiev. Esta política, como vamos a coincidir también, significó en primer lugar desgarrar a la clase obrera ucraniana, cuando los trabajadores del Donbass y de Kiev tienen las mismas demandas y el mismo enemigo que es el imperialismo que sostiene a la burguesía fascista de la capital y a la oligarquía contrarrevolucionaria de “Novorrosia” y que le cedió la península de Crimea al asesino Putin como base de operaciones para la contrarrevolución en Eurasia.
Nosotros somos, y nuestro programa así lo expresa, enemigos declarados de esa oligarquía de “Novorrosia” y de la canalla stalinista que sometió a la clase obrera a esa oligarquía, partiendo del odio de las masas contra la burguesía fascista y reaccionaria de Kiev. Así, insistimos, dividieron a la clase obrera ucraniana y partieron la nación, que hoy quedó mil veces más sometida y saqueada por el FMI. El Pacto de Minsk de la Unión Europea, los yanquis y Putin es una garantía de ello. Como la Siria ensangrentada bajo el pacto de Ginebra, devenida cada vez más en un protectorado, la Ucrania partida no es más que un nuevo protectorado bajo el mando de la conferencia de Minsk, es decir, de los yanquis y el FMI.
Para nosotros, y este es un anticipo del debate que creemos que debemos profundizar, ustedes confunden el carácter revolucionario del levantamiento de las masas de Ucrania contra Yanukovich, el oligarca pro-Putin y el más grande agente del FMI en esa nación, con la expropiación de este ascenso revolucionario por parte de la oligarquía pro-rusa en el Donbass y de la burguesía pro-occidente de Kiev.
Ver las banderas del PC ucraniano con las de Al Assad, no nos sorprende para nada. Es que ese proceso revolucionario ya fue ahogado y estrangulado por el stalinismo que lo sometió a las masas a la oligarquía de “Novorrosia” y, por esa vía, al pacto de Minsk bajo el mando yanqui, Pero ese es el contenido de la contrarrevolución, de la derrota de la revolución, de su expropiación.
Ver a la Kiev sublevada con los soldados rasos negándose a ingresar al ejército de Ucrania porque estaban en contra de ir a aplastar a las masas del Donbass, es el contenido de la revolución, el cual abría las condiciones para derrotar al imperialismo y a la oligarquía en toda Ucrania, uniendo a todos los explotados de la nación con los consejos de obreros y soldados. En cambio, la constitución de “Novorrosia”, una república ficticia que partió al movimiento obrero ucraniano, es el contenido de la contrarrevolución.
Estamos frente a una revolución ensangrentada, traicionada y cercada por las fuerzas del stalinismo y la izquierda reformista mundial. Y estamos ante una nación que fue pisada por la OTAN y el FMI. En 2014, cuando EEUU no aceptó la propuesta de Putin de que continuara Yanukovich en el poder, con Rusia poniendo los 15.000 millones de dólares para el pago de los vencimientos de deuda al FMI, rápidamente el cobarde de Moscú sacó los 120.000 hombres que tenía en la frontera con Ucrania y está fue ocupada por algunos miles de soldados de la OTAN.Las masas del Donbass esa vez no sostuvieron a Yanukovich que era odiado por todos los obreros de Urania. Si no, éste hubiera ido al Donbass para organizar una contraofensiva para mantenerse en el poder. A decir verdad, no vemos que haya sido la mafia del Donetsk, ni los “curas Gapón”, ni los pistoleros de Moscú, los que ingresaron al Donbass con la consigna de “Que vuelva la URSS”. Ellos eran la guardia pretoriana de Yanukovich que era el agente directo del FMI en Ucrania, quien aplicaba sus planes de hambre, saqueo y despojo.
Es más, cuando viajó Kerry, secretario de estado de Obama, y pisó Ucrania, no quedó ninguno de los generales de Putin que huyeron. Quedaron las masas solas resistiendo en Kiev y en el Donbass… Los clérigos y los pistoleros de Putin volvieron cuando tuvieron que controlar a las masas sublevadas, cuando los bombazos y los ataques del ejército fascista de Kiev –que destruían y prendían fuego la casa de los sindicatos en Odessa- no bastaban para derrotar a las masas… Y, al igual que en Siria, donde el ISIS, los generales sunitas y las YPG se volcaron a contener y estrangular el levantamiento revolucionario de los trabajadores, en Ucrania fueron estas bandas contrarrevolucionarias a controlar a las masas y someterlas al pacto de Minsk.
Por elloSiria es un buen ejemplo para distinguir el contenido de la revolución del de la contrarrevolución. Los generales del ESL, bajo el mando turco, tomando Al Bab y Afrin, entregando Alepo y levantando nuevamente la bandera de Al Assad como hicieron en Ghouta y Douma, no es el contenido de la revolución siria, de sus comités de coordinación de 2011-2012… es el contenido de la contrarrevolución, no de la revolución. Es el contenido de su expropiación e inclusive de sus enormes derrotas.
Hubo un gran debate alrededor de la lección de la revolución china entre Trotsky y Preobrazhensky sobre este punto.
Es que una cosa son las masas y sus revoluciones, que amenazan y a veces barren con gran parte de la ciudadela del poder, y otra cosa muy distinta es que por crisis de dirección la reacción expropia los combates de las masas para crear las condiciones de sus derrotas. Esa es la paradoja. Tal como fue la “Paradoja de Febrero” que ustedes conocen y que magníficamente desarrolló Trotsky: las masas realizan una enorme revolución que barre con el zar pero le entregan el poder a la burguesía y así se transforman en colaboracionistas los soviets de febrero. Como toda analogía no es perfecta, pero esta también es la analogía con la revolución siria porque las masas derrotaron al ejercito de Al Assad y abrieron el camino a poner en pie los soviets, los consejos de obreros y soldados, pero,por crisis de dirección revolucionaria, le entregaron la conducción de su revolución a los sinvergüenzas de la burguesía sunita y sus generales “pseudo-democráticos”, cuyos partidos-ejércitos fueron a destruir la autoorganización de las masas y a impedir que se toque una sola moneda de la propiedad de los capitalistas en las zonas liberadas. Estos son generales tan o más reaccionarios, contrarrevolucionarios y religiosos que los que llevó Putin al Donbass para derrotar la revolución ucraniana e impedir que las masas se armen. Nosotros afirmamos que generales de ESL y de Al Nusra y sus partidos-ejército son el equivalente en la revolución siria al pacto forjado entre los stalinistas de toda Europa con las fuerzas rusófilas contrarrevolucionarias de la oligarquía del Donbass en Ucrania.
Siria y Ucrania fueron dos focos de la revolución donde el imperialismo concentró sus fuerzas para derrotarlos. No repetiré aquí nuestra visión sobre la revolución ucraniana, que está expresada en los distintos materiales que les hemos enviado sobre su aborto en la Plaza Maidán, su extensión al Donbass y su sometimiento vía el stalinismo a la oligarquía pro-rusa, con la pistola en la cabeza del ejército fascista de Kiev. Pero la partición de Ucrania y los padecimientos inauditos de las masas hablan de la derrota de una revolución, no de su victoria ni en “Novorrosia”, ni en Kiev.
Me parece muy importante abrir esta reflexión con ustedes, pero debemos tratar de ir hasta el final para que se entiendan las reales diferencias que hay. Yo no creo que ustedes estén en contra de que vuelva la URSS de Trotsky y Lenin, de la III Internacional revolucionaria y de los soviets. Podemos tener diferencias sobre el desarrollo de la revolución ucraniana e inclusive sobre si ésta comenzó. En ese caso ustedes deberán definir una caracterización sobre los acontecimientos que convulsionaron esa nación desde 2013 a 2015. Pero con esta consigna y esta justa demanda de “Que vuelva la URSS” estaremos todos de acuerdo. El debate está abierto. Profundicémoslo.
Les insistimos que nuestro programa, como verán en esta nota y en todos nuestros materiales, fue articulado alrededor de la pelea por una Ucrania soviética, socialista e independiente. En este caso no estarían discutiendo contra una posición que se niega a combatir al stalinismo, sino todo lo contrario. Nuestro programa apunta a unir las filas de la clase obrera ucraniana derrotando al fascismo de Kiev y la pérfida política contrarrevolucionaria de frente popular en el Donbass. Ambas, como las dos puntas de una misma soga, sometieron a las masas ucranianas al pacto de Minsk y a la nación saqueada al FMI.
Ustedes compañeros y nosotros, nos reivindicamos del trotskismo. Reivindicamos al bolchevismo en la resistencia que en los ’30 combatió por poner en pie una fracción de la III Internacional. Somos del movimiento trotskista, es decir, los bolcheviques de la ex URSS y hacemos nuestro el legado del Partido Comunista ruso de Lenin y Trotsky que al frente del Ejército Rojo, bajo la dirección del Partido Bolchevique y con el apoyo de la clase obrera mundial, derrotó a 14 ejércitos imperialistas. Somos la IV Internacional, el partido mundial que defendía la URSS y que para hacerlo planteaba que el programa era la victoria de la revolución europea y mundial. Cuando surgió la excrecencia de la lacra stalinista, nuestro partido mundial organizó el combate por la revolución política para aplastar a la burocracia soviética. Somos del partido que dejó sus huesos en Vorkuta y demás campos de concentración del stalinismo. Por ello no le vamos a dejar las banderas de la URSS a los que la bastardearon, la usurparon, la entregaron y la masacraron, a esa excrecencia stalinista de la URSS que la destruyó traicionando la revolución mundial. Seguro que en esto sí nos pondremos rápidamente de acuerdo.
Esperamos sus aportes y sus críticas ansiosamente. Sepan que sus posiciones están siendo conocidas y publicadas por todos los compañeros de la FLTI.
Esperamos que estén bien. Sabemos de las duras condiciones en las que están allí y la valiente pelea que están dando contra el fascista Putin y su régimen oligárquico contrarrevolucionario. Los consideramos un baluarte por reagrupar las fuerzas del socialismo revolucionario internacional. Nos han unido grandes batallas y revoluciones de la clase obrera mundial, no sólo las del Magreb y Medio Oriente.
Sigamos el debate. Para ello, les insisto, es muy importante que conozcan a fondo nuestras posiciones.
Venimos de tradiciones políticas distintas y quizás no logremos entender algunos de sus cuestionamientos. Bien. Esperemos que este sea un aporte para que entre más luz sobre las cuestiones en debate.
Estamos siempre a su disposición. Queremos que sepan que la familia de Abu Al Baraa no está sola, sino que cuenta con todo nuestro apoyo y nuestra lucha. Nuestro trabajo con el periódico en árabe “La Verdad de los Oprimidos” está avanzando en Siria. Y, al igual que ustedes, estamos siguiendo al minuto el ataque a las últimas trincheras de la revolución siria. El campo de batalla se ha ampliado a las fronteras de Siria como demuestran Jordania y Palestina.
Nos interesaría que sigamos juntos la vida en los campamentos de refugiados sirios, donde se encuentran los explotados que fueron sometidos a parias sin tierra por parte del imperialismo, Al Assad y Putin. Como el pueblo palestino en Jordania o Líbano en décadas anteriores, los trabajadores sirios en los campamentos de refugiados darán duras batallas puesto que ya son parte de clase obrera libanesa, jordana, turca y de la misma Europa imperialista. Estamos siguiendo con suma atención estos procesos en los campamentos de refugiados y allí también debemos volcar nuestras fuerzas.
Carlos Munzer
PD: Voy a citarles un extracto de las Tesis del ’89, nuestro trabajo sobre la restauración capitalista en los ex estados obreros, que está terminando de ser traducido al inglés, donde definimos con precisión los planteos que les adelanto en esta carta. Esto fue escrito en el año 2000 pero aún mantiene total actualidad. Allí planteamos que la consigna de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias es una tarea de la clase obrera de los ex estados obreros y también del proletariado de las potencias imperialistas de Europa. Es un eslabón en la lucha estratégica por conquistar la demanda histórica de los Estados Unidos Socialistas de Europa. En ese trabajo afirmamos:
“… porque no está definido el enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución a nivel mundial, afirmamos que el programa y la estrategia de los trotskistas principistas para los ex estados obreros en liquidación, contra las dictaduras restauracionistas del capital, debe ser por todo un período histórico, la lucha por la restauración de la dictadura revolucionaria del proletariado. Esta tarea debe ser incorporada al Programa de Transición para la revolución proletaria mundial, así como Trotsky en los ’30 actualizó el programa revolucionario incorporando la tarea de la revolución política, y sólo puede ser llevada adelante dirigida por un partido revolucionario de la IV Internacional regenerada y expurgada de centristas mencheviques.
Entonces, como el enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución no está definido a nivel mundial, es tarea del proletariado revolucionario internacional no dar ésta, como ninguna conquista, por perdida de manera definitiva, por todo un período histórico, e inscribir en su programa la lucha por la restauración de la dictadura del proletariado, revolucionaria, en esos países.
Esta lucha es una tarea no sólo de las clases obreras de los ex estados obreros en liquidación, sino de todo el proletariado de occidente y mundial, que debe tomarla como propia. ¿Cómo podría el proletariado de occidente luchar por recuperar conquistas perdidas, enfrentar a las direcciones contrarrevolucionarias, defender las conquistas que aún mantiene y lograr nuevas, si no toma en sus manos, como tarea propia, la lucha por la restauración de la dictadura del proletariado en los ex estados obreros en liquidación, en una carrera de velocidad con la burguesía imperialista mundial, que quiere imponer la contrarrevolución y reincorporar a esos estados a la división mundial del trabajo como colonias y semicolonias, previo asestarle durísimas derrotas al proletariado de occidente?
De no levantar esta tarea, el proletariado europeo será llevado al terreno de su propia burguesía imperialista, porque permitirá que a los pueblos de Europa del Este y de Rusia se los oprima y explote, transformados en semicolonias y colonias, como la burguesía imperialista trata hoy a los vascos y a los irlandeses, como trata a los inmigrantes en Alemania, Francia y España, como trata a los pueblos de los Balcanes inundándolos de bombas para aplastar el levantamiento kosovar, y ese proletariado lo pagará, como ha sucedido a lo largo del siglo que termina, sufriendo una nueva carnicería. Esta lucha también es parte de la que deben llevar adelante los proletariados de los países semicoloniales, para quienes más restauración significa más cadena de dominio y de superexplotación por parte del imperialismo.” (Negritas en el original)
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