Túnez - 24 de noviembre de 2018
Huelga general en Túnez
¡Abajo el plan hambreador del gobierno de Essebsi-Chahed bajo las órdenes del FMI!
¡Aumento de salarios igual a la canasta familiar!
¡Basta de desocupación, hambre y miseria!
El 22 de noviembre una huelga general sacudió Túnez. Fue convocada por la UGTT, la principal central sindical. Según datos oficiales, 650.000 empleados públicos afiliados a la UGTT se adhirieron a la huelga, de los casi 800.000 que tiene. Pero también participaron de esta jornada de lucha trabajadores de otros sectores. Así es que hubieron marchas masivas tanto en Túnez capital, como también en las principales ciudades del interior: Kasserine, Gafsa, Sfax, Gabes y Sidi Bouazid, entre otras.
Las masas fueron a la huelga y ganaron las calles porque no aguantan más las condiciones de hambre. El salario está en 900 dinares (alrededor de 300 dólares), que es tan bajo que maestras declararon “no puedo comprar mis alimentos, pagar mis deudas ni la educación de mi hijo” mientras marchaban el pasado jueves. Pero esta situación se vive solo si se tiene la suerte de tener trabajo, porque la desocupación es galopante. En los jóvenes es donde más se siente, con más del 40%. A esto se suma que la carestía de la vida no hace más que aumentar mes a mes.
Es decir, el motor de esta nueva jornada de lucha en Túnez fue el hambre, como lo fue también en el inicio de la revolución en 2010-2011. Por aquellos años las masas en Túnez se levantaron en todas las ciudades cuando ya no podían ni comprar pan. El símbolo fue el técnico en computación Mohamed Bouazizi inmolándose cuando la policía le confiscó su carro de venta de verduras que era su único medio de subsistencia. Esta fue la chispa de un fuego que corrió como reguero de pólvora por Egipto, Bahrein, Yemen, Libia, Siria y toda la región. Estas fenomenales acciones de masas tuvieron como protagonistas a los trabajadores, a una enorme masa de desocupados y los campesinos pobres. Millones de explotados chocaron con los respectivos gobiernos y regímenes dictatoriales sirvientes del imperialismo, abriéndose enormes revoluciones. En ese momento se tiraban a todos los dispositivos de control del imperialismo en la región como Ben Ali en Túnez, el “faraón” Mubarak en Egipto y Khadafy en Libia, mientras los explotados amenazaban con derrocar a Al Assad en Siria y llegar a las fronteras mismas del estado de Israel. Ya antes, en 2008-2009, las masas iraquíes impusieron la expulsión de los yanquis en Irak.
Estos procesos fueron desviados por la siniestra política de las direcciones de la clase obrera a nivel mundial de plantear que se trataba de “primaveras árabes”, de una “lucha por que los pueblos bárbaros (como ellos los llamaban) obtengan democracia”. Así llevaron a las masas en los engaños “democráticos” de elecciones y asambleas constituyentes fraudulentas del imperialismo y sus agentes, que terminó con golpes fascistas contrarrevolucionarios y hoy vemos de nuevo una dictadura militar en Egipto, el regreso de la burguesía khadafista en el estado libio en descomposición y, en el caso de Túnez, un gobierno del partido “Niida Túnez”, compuesto de ex funcionarios del partido del dictador Ben Ali (RCD), con la misma casta de jueces con poderes supremos y la misma casta de oficiales de las fuerzas armadas.
Luego del desvío y traición a la revolución tunecina, el FMI estrangula a la nación con dobles y triples cadenas
En 2011, el Magreb y Medio Oriente fue conmovido por una gran revolución por el pan. Los explotados y oprimidos que pisan el “oro negro” con el cual se abastece de energía el 80% del planeta, ya no podían ni pueden soportar más el hambre, la carestía de la vida y la desocupación. Ese fue el motor que empujó a las masas a la lucha revolucionaria. Muchos de esos combates, como en Siria y Yemen, fueron aplastados antes de que se desarrollaran por el pánico del imperialismo que esos gobiernos caigan y pongan ya en cuestión la estabilidad de los Al Assad, de la archirreaccionaria monarquía saudí y al régimen infame yemení.
La revolución del 2010-2011 no triunfó, se profundizaron las condiciones de hambre y miseria y llegamos a una situación desesperante… tanto que hace menos de un año hubo una revuelta que incendió todo Túnez, y no fue la primera. Hubieron distintas jornadas de lucha desde que comenzara la revolución. El gobierno vino dando algún que otro subsidio o aumento insignificante, obligado, ante las masas que amenazaban con reabrir la revolución de 2010-2011.
Luego de la última revuelta, el gobierno de Túnez prometió subsidios y planes… promesas de “mejoras” que vino haciendo a lo largo del año. La última de sus promesas fue un aumento de salarios, que nunca vino. El FMI le negó al gobierno los fondos para hacer este aumento y exigió un plan de ajuste y recortes… plan que el gobierno -como buen lacayo del FMI- viene intentando aplicar ya desde hace tiempo, pero que no puede por la lucha de las masas.
La burocracia sindical y la izquierda pro-imperialista tunecina continúan salvando al régimen del hambre y la entrega
Para contener a las masas, no solo bastó con este accionar del gobierno. Todos los partidos políticos de Túnez, “de izquierda”, “de derecha”, “islámicos”, “democráticos”, etc. las vienen llevando a las urnas, como por ejemplo hicieron hace unos meses en las últimas elecciones, sosteniendo al gobierno actual y a su presidente, que están bajo las órdenes del FMI.
La “oposición” al gobierno, el movimiento Ennahda, es la primera minoría en el parlamento, desde donde sostiene a este ataque a las masas. Por su parte, la izquierda llamada “anticapitalista”, en una coalición de izquierda llamada “Frente Popular” -dirigido por Hama Hamami- denuncia los planes de ajuste del FMI, reclama aumentos, etc. y llama a las movilizaciones, pero para termina nuevamente en las elecciones… sin mencionar que integró el “Frente de Salvación Nacional” junto con el Niida Túnez, que lo llevó al poder e instauró el mandato del actual presidente Essebsi.
Pero quizás el principal pilar de sostenimiento del gobierno es la burocracia de la UGTT. Ante cada embestida de las masas, esta burocracia mantuvo maniatada las fuerzas obreras, y por el contrario, sostiene mesas de diálogo y trabajo común con el gobierno, en un verdadero régimen de pacto social. Este dispositivo viene funcionando para frenar las ofensivas de masas, y así lo reconoció el imperialismo y le otorgó el premio nobel de la paz.
Pero mientras la prensa imperialista muestra a Túnez, con sus elecciones y régimen de pacto social con la burocracia de la UGTT, como el ejemplo de democracia… las masas sufren hambre y miseria. Esta democracia es solo para los ricos… a los trabajadores y el pueblo pobre no les dio ni el pan, ni el trabajo, ni una vida digna.
Así lo viven las amplias masas tunecinas, que por eso vienen protagonizando distintas jornadas de lucha… y ahora llegando a una fase superior con la huelga general, con los trabajadores en el centro de la escena paralizando la producción y el funcionamiento de Túnez, demostrando que la clase obrera es la que hace andar la economía. Las masas, en su lucha contra el ataque del FMI y sus lacayos del gobierno tunecino, pusieron a la burocracia de la UGTT en una encerrona y la obligaron a tener que convocarla, en un intento de colocarse por encima de un volcán que son las masas para que no haga erupción… o bien controlar dicha erupción y que no se reabra la revolución de 2010-2011. Tan es así, que su máximo dirigente, Nuridin Taboubi, declaró que si esta situación que se vive en Túnez continúa “pronto tendremos una revolución del hambre”.
¡El camino está con la lucha en las calles! El FMI y la burguesía tunecina solo han cedido ante un levantamiento generalizado, como los que viene habiendo de forma recurrente en Túnez. ¡Abajo los planes hambreadores del gobierno de Essebsi-Chahed, bajo las órdenes del FMI! ¡Trabajo para todos con salario igual a la canasta familiar!
¡Abajo la burocracia sindical! ¡Que vuelvan los “Consejos obreros y populares revolucionarios”! ¡Por comités de soldados!
¡Que caiga este régimen y gobierno continuidad de Ben Ali, con su policía asesina y casta de jueces! ¡Libertad a los más de 3000 presos políticos! ¡Por milicias obreras!
Para conquistar el pan, el trabajo, un salario al nivel de la canasta familiar y una vida digna, hay que retomar la revolución de 2010-2011, esta vez llevándola al triunfo. Esto solo puede ser como parte de una misma intifada en todo Magreb y Medio Oriente, luchando junto al pueblo palestino que combate al ocupante sionista por recuperar su tierra, a las masas sirias que resisten en las últimas trincheras de la revolución, a los explotados iraníes que combaten contra el régimen contrarrevolucionario de los ayatollahs…
El triunfo vendrá en una lucha conjunta con los trabajadores de Francia, hoy en proceso de lucha contra los planes de ataque de la V República y el gobierno de Macron. Ellos, como los trabajadores de todas las potencias imperialistas, tienen la oportunidad de levantar las demandas de Túnez y de todas las colonias francesas y unificar a los trabajadores contra el mismo enemigo que impone las mismas condiciones de hambre y miseria en el mundo semicolonial como en Francia misma: los parásitos imperialistas y sus gobiernos lacayos.
Abu Muad y Abu Muhajer
Para el periódico “La Verdad de los Oprimidos”
de los socialistas de Siria y Medio Oriente