Los renegados del trotskismo una vez más cubren "por izquierda" a las direcciones traidoras | Sobre el inicio de la revolución y el partido revolucionario |
¡VIVA
LA LUCHA REVOLUCIONARIA DE LOS OBREROS Y CAMPESINOS BOLIVIANOS!
CONGRESO NACIONAL DE DELEGADOS DE BASE DE LA COB Y LAS CENTRALES CAMPESINAS QUE ORGANICE UNA HUELGA GENERAL POLITICA CON CORTES DE RUTA, BLOQUEOS, PIQUETES Y MILICIAS OBRERAS HASTA QUE CAIGA MESA
1. El
tercer capítulo de la heroica revolución boliviana ha comenzado.
Los obreros y campesinos la iniciaron en Febrero de 2003 y la continuaron en
Octubre del mismo año. Esta revolución quedó inconclusa
por la acción de la dirección de la COB y de las centrales campesinas
que le dieron el poder a Mesa y lo sostuvieron con su tregua.
"Si la burguesía no decide rápidamente y en un corto período
esta cuestión, el crac y el estallido de la economía boliviana
pueden ser un nuevo disparador de convulsiones entre las clases y todos los
sectores de las clases", escribíamos en diciembre de 2003 en las
tesis de "Bolivia: la revolución inconclusa".
Esto no tardó en mostrarse acertado. El ataque contra los trabajadores
y el pueblo lanzado por el gobierno cipayo de Mesa con el "gazolinazo"
anunciado el 30 de diciembre, detonó una crisis que produjo la división
entre los distintos sectores burgueses, y por esa división se coló
la respuesta de los obreros y campesinos pobres con un enorme paro general activo
de 24 horas el lunes 10 de enero. Esta fue una medida de lucha política
generalizada que las bases le impusieron a las direcciones de la tregua, a Solares
de la COB, Quispe de la CSUTCB y otros, que jamás quisieron convocarlo.
El tercer capítulo de la revolución boliviana comenzó entonces
con este paro general nacional, y con la huelga general de El Alto, que sumó
a la lucha contra el gasolinazo la pelea por la expulsión de Aguas de
Illimani, monopolio imperialista francés que se quedó con el negocio
de la distribución del agua, volviendo a llenar de barricadas, de piquetes,
de asambleas, de comités de huelga a esa ciudad obrera que viera en Octubre
sus calles regadas de la sangre de los mejores hijos de la clase obrera y del
pueblo.
Una vez más, la lucha contra el gasolinazo y por recuperar el gas, el
petróleo, el agua y los recursos naturales de Bolivia expoliados por
los monopolios imperialistas, la lucha contra la carestía de la vida
y por trabajo y salarios dignos, por tierra para los campesinos, por el derecho
a la siembra libre, son las demandas motoras en este tercer capítulo
de la revolución boliviana que se ha iniciado, que empujan a los obreros
y campesinos a la lucha política contra el gobierno cipayo de Mesa, el
imperialismo y el régimen asesino y entregador de la Rosca.
2. Huelgas,
cortes de rutas y caminos, tomas de tierras, fue la respuesta de las masas al
ataque que Mesa se vio obligado a lanzar para reducir el déficit del
tesoro e impedir el crac, el default y el colapso del estado semicolonial boliviano.
Así, fue el propio gobierno el que, por derecha, rompió la tregua
concertada con la dirección de la COB y de las centrales campesinas y
que permitía que éstas lo sostuvieran luego de entregarle el poder
en octubre de 2003.
Este ataque golpea al conjunto de la clase obrera y los campesinos, pero también
ataca los intereses de sectores de la burguesía y provocó una
enorme división en sus filas. Ningún sector burgués quiere
ser el que pague los platos rotos de la crisis económica y del déficit
del estado, aunque estén de acuerdo en que lo paguen las masas explotadas.
El gasolinazo, aumentando el precio de todos los combustibles, le tira parte
del costo de la crisis a los empresarios transportistas, agropecuarios, agroindustriales,
provocando que sectores de la burguesía llegaran a pedir la renuncia
de Mesa, como la burguesía de Santa Cruz, de Potosí, entre otras.
La discusión sobre la ley de hidrocarburos, que sigue abierta y trabada
en el parlamento, expresa también las divisiones interburguesas que se
han abierto. El imperialismo y los monopolios petroleros exigen una ley que
les garantice sus enormes ganancias, dejando un magro 18% al estado en concepto
de regalías; mientras un sector de la burguesía nativa apoya la
ley impulsada por Evo Morales y el MAS (y que ha sido aprobada en general en
el parlamento, pero todavía no promulgada), que define el monto de las
regalías en un 50%.
Fue por entre estas enormes brechas y divisiones abiertas en las alturas, con
cada sector de la burguesía tratando de salvarse y de lograr que sea
el otro el que pague la crisis, que pudo volver a irrumpir el movimiento de
masas, con el paro general activo y con la huelga y los piquetes en El Alto,
abriendo el tercer capítulo de la revolución boliviana.
3. No
es casual que precisamente ahora Mesa se viera obligado a largar semejante ataque.
Es que no pueden comprenderse los nuevos sucesos de Bolivia, si no es desde
los cambios y las contradicciones del momento actual de la situación
mundial.
La heroica e indomable resistencia iraquí, poniendo en cuestión
el plan imperialista de legitimar ante las masas norteamericanas la masacre
y la ocupación de Irak con el verso de la "libertad y la democracia",
está provocando crisis y divisiones en la propia burguesía norteamericana.
En Medio Oriente, la pelea por la sucesión de Arafat abrió también
un escenario de crisis. Las consecuencias del tsunami en el Índico, dejó
a los países afectados con regímenes debilitados y con masas desesperadas
y hambrientas que pueden terminar levantándose y abriendo la revolución.
Todo esto obligó al imperialismo yanqui a concentrar sus esfuerzos políticos,
militares y económicos en Irak, Medio Oriente, y en el Índico.
Mientras concentra sus esfuerzos allí, el imperialismo yanqui apostaba
a que la política de contención impuesta en su patio trasero,
América Latina, resistiera, y que el incipiente ciclo económico
de crecimiento logrado en el subcontinente sobre la base de redoblar la expoliación
de las naciones y la superexplotación de la clase obrera, ayudara a ello.
Es más, apoyado en esto, el imperialismo se dio el lujo de endurecer
las condiciones para sus cipayos de las semicolonias, exigiendo mayores pagos
al FMI y el redoblamiento del ataque contra las masas. Esto terminó por
debilitar a los regímenes de contención, en particular y sobre
todo en los dos eslabones más débiles de la cadena de dominio
imperialista en América Latina, como son Argentina y Bolivia.
4. Ya
a fines de 2004, el imperialismo y el FMI habían dejado bien claro que
no habría asistencia financiera para Bolivia hasta tanto no se redujera
el déficit, se aumentara el precio de los combustibles, se congelaran
los salarios en 2005, y se impusiera la ley de hidrocarburos que exigen los
monopolios. La amenaza del crac estaba nuevamente a las puertas, porque los
problemas del estado semicolonial boliviano se venían postergando mediante
más endeudamiento externo y no resolviendo los problemas de fondo de
la economía. Mesa se vio obligado a lanzar el "gasolinazo"
para evitar el crac económico, aún a riesgo de provocar divisiones
y brechas en la burguesía, y de que por ellas se colara la lucha de las
masas.
Es que, a diferencia de lo que sucedió en Argentina en 2001, donde primero
golpeó el crac y luego irrumpieron las masas en respuesta al mismo y
motorizadas por las penurias inauditas que éste impuso; en Bolivia fueron
la clase obrera y los explotados los que golpearon antes de que llegara el crac,
en dos magníficos embates revolucionarios, en febrero y octubre de 2003,
obligando a la burguesía a retroceder en sus ataques y a postergarlos:
en febrero, obligando a Goni a anular el impuesto del 12% a los salarios; y
en octubre, derrocándolo e impidiendo el saqueo del gas por parte de
los monopolios imperialistas.
Al irrumpir la revolución antes de que la burguesía descargara
sobre los explotados los costos de la crisis, para permitir que los monopolios
imperialistas saqueen el gas y el petróleo, y así darle a Bolivia
una inserción definida en la división mundial del trabajo, el
Estado tuvo que endeudarse creando un enorme déficit fiscal, esto dejó
latentes y abiertas todas las contradicciones estructurales del capitalismo
semicolonial boliviano, que lo puso nuevamente al borde del crac.
5. En
esas condiciones, la respuesta de las masas irrumpiendo entre las brechas abiertas
en las filas de la burguesía, abrió la posibilidad de que éstas
impusieran una verdadera huelga general política con la que retomando
el camino de febrero y octubre, terminaran irrumpiendo nuevamente en una acción
histórica independiente, derrocando a Mesa y abriendo una crisis revolucionaria
en las alturas.
Esto es, estuvo planteada la posibilidad de que se desarrollaran las "jornadas
de abril" de la revolución boliviana -por analogía con el
calendario de la revolución rusa de 1917-. Es decir, un nuevo embate
y acción histórica independiente de las masas, realizando una
verdadera revolución suplementaria para completar las tareas inconclusas
de octubre, barriendo con el gobierno de Mesa y no dejando piedra sobre piedra
del régimen infame y asesino de la Rosca, e instaurando con sus organismos
de democracia directa armados un régimen de doble poder, preparatorio
de la insurrección y de la toma del poder.
Se puso entonces a la orden del día en ese momento, la lucha por transformar
el paro de 24 horas, con barricadas, piquetes, bloqueos de caminos y comités
de huelga, en huelga general política triunfante que tirara abajo a Mesa
y al plan del imperialismo e impusiera un gobierno de la COB y las centrales
campesinas basado en las milicias obreras y campesinas, para que la crisis la
paguen los gringos y los explotadores. Se puso a la orden del día la
convocatoria de un Congreso de delegados de base de la COB y las centrales campesinas,
que para garantizar la huelga general y su triunfo pusiera en pie las milicias
obreras y que marchando sobre los cuarteles, llamara a la formación de
comités de soldados, dividiendo al ejército asesino.
6. Sin
embargo, por el momento, esta perspectiva fue impedida y la situación
contenida por el accionar de las direcciones de la COB y de las centrales campesinas.
Los Solares, Quispe y Morales que sostuvieron a Mesa desde octubre de 2003 mediante
la tregua; ahora que el gobierno rompió la tregua y desató la
irrupción espontánea de las masas que amenazaban con derrocarlo,
se dieron la tarea y el objetivo central de impedir la caída de Mesa
a manos de la lucha revolucionaria de los obreros y los campesinos pobres, y
de evitar que éstos pongan en pie y centralicen sus organismos de democracia
directa, y conquisten su armamento.
Por ello -a diferencia de octubre donde se vieron totalmente desbordados por
las masas-, esta vez Morales, Solares y Quispe presurosos se ubicaron en la
cresta de la ola de la lucha de la clase obrera y los campesinos, para contenerla
y para garantizar que la respuesta no superara a un gran paro general nacional
de 24 horas "de presión" sobre el gobierno para que éste
retroceda del gasolinazo.
Querían que el paro actuara como válvula de escape y descomprimiera
el odio y la disposición de las masas a una lucha decisiva, impidiendo
su transformación en una verdadera huelga general política que
terminara derrocando a Mesa y abriendo una crisis revolucionaria en las alturas.
7. Por
ahora, entonces, estas direcciones lograron su cometido: pudieron contener la
situación y han impedido la caída de Mesa a manos de las masas
revolucionarias. Este fue y es aún el cometido central de los Solares,
Quispe y Morales.
Pero el tercer capítulo de la revolución boliviana no hizo más
que comenzar; para nada se ha cerrado. Por el contrario, la situación
se ha vuelto nuevamente revolucionaria: los de arriba ya no pueden seguir gobernando
como hasta ahora; y los de abajo ya no están dispuestos a permitirlo.
La burguesía está dividida, con sectores cada vez más amplios
de la misma que exigieron la renuncia de Mesa y elecciones anticipadas. El gobierno
de Mesa está cada vez más débil, inclusive el intento de
formar el bloque oficialista de los "tránsfugas"1 abortó
y acaba de tener que votar en ese parlamento fantoche, en unanimidad con las
demás bancadas, la exigencia a Mesa de que retroceda del gasolinazo.
Y ante tanto abandono, Mesa se vio obligado a retroceder reduciendo, a modo
de negociación, mediante un nuevo decreto el precio del diesel. Inclusive
votaron leyes en el parlamento favoreciendo a distintos sectores burgueses,
como a los de Potosí. Estos por su parte respondieron, más allá
del lenguaje más o menos duro, diciendo en general que esto era "positivo",
que había que aflojar las "medidas de presión" y abriendo
canales de negociación. Ya se están repartiendo los costos y la
principal preocupación pasa a ser desactivar a las masas que han quedado
en posición de ofensiva, con sus enormes fuerzas y energías revolucionarias
intactas y dispuestas al combate, como lo mostró el paro general y movilización
en Cochabamba del viernes 14; la enorme movilización del lunes 17 de
los trabajadores de El Alto hacia La Paz; el paro en la mina de Huanuni en Oruro
el mismo día; los bloqueos de ruta de los cocaleros de las Yungas; las
tomas de tierra por el Movimiento Sin Tierra, por poner tan sólo algunos
ejemplos. Y como lo demuestra la toma de edificios de las prefecturas y los
cortes de caminos, etc., sigue aún después de la rebaja del diesel.
El ataque generalizado del gobierno y la respuesta obrera y campesina al mismo,
ha vuelto a imponer, en las calles y en la lucha, la alianza obrera y campesina
que había sido debilitada al extremo por la tregua y la subordinación
a la burguesía de Morales, Solares y Quispe. Ahora, la acción
del gobierno y los sectores burgueses buscan dividirla nuevamente, para impedir
que ésta se solidifique en el resurgimiento de los organismos de semi-doble
poder de las masas en lucha -la COB y las centrales campesinas- que éstas
han vuelto a poner como posibilidad en el centro de la escena nacional.
Es el momento en que las direcciones traidoras, Evo Morales, los castristas
Solares y Quispe, están incómodos y les va mal: la respuesta obrera
y campesina al ataque del gobierno las ha obligado a ponerse a la cabeza, a
montarse en la cresta de la ola para contener, pero así quedan expuestas
ante los ojos vigilantes de las masas.
Bajo estas condiciones, las masas, si en su espontaneidad logran romper el control
y la contención de estas direcciones, pueden provocar un nuevo embate
que con huelgas generales locales, barricadas, bloqueos de caminos, movilizaciones
en las calles, enfrentamientos físicos con las fuerzas de represión,
se transforme de hecho, nuevamente, en una seminsurrección espontánea
como viéramos en febrero de 2003, que termine derrocando a Mesa, e imponiendo,
con el resurgir, el fortalecimiento y la centralización de los organismos
armados de democracia directa de las masas, un régimen de doble poder
que abra el camino a la división del ejército y a preparar la
insurrección y la toma del poder.
8. El
objetivo central del imperialismo y de las distintas fracciones burguesas, y
de sus sirvientes de las direcciones traidoras, es impedir que esto suceda.
Es decir, impedir que Mesa caiga a manos de una huelga general o de una seminsurrección
espontánea de masas.
Lo que están discutiendo hoy la embajada yanqui y las distintas fracciones
de la burguesía, es cómo encauzar la crisis "institucionalmente"
para impedir que irrumpan las masas en una nueva acción histórica
independiente.
Para ello, están barajando distintas alternativas, y posicionando a sus
agentes de las direcciones traidoras para ellas. Así, Evo Morales, después
de haberle entregado el poder a Mesa en octubre, de haberlo sostenido y apoyado
abiertamente, de haber apoyado su referéndum tramposo, e inclusive de
haber salido hace pocos días atrás, cuando los obreros y campesinos
paraban contra el gasolinazo, a denunciar complots y planes desestabilizadores
contra Mesa; ahora se ha reacomodado, pide la renuncia de Mesa y el llamado
a elecciones anticipadas, y sobre todo, que se realice la Asamblea Constituyente.
Solares de la COB y Quispe de la CSUTCB, también vienen levantando la
renuncia de Mesa y el llamamiento a elecciones anticipadas.
De esta manera, están preparando la posibilidad de que Mesa efectivamente
renuncie, pero en forma acordada y pactada previamente con los distintos sectores
burgueses, teniendo preparada de antemano una salida "institucional"
de elecciones generales y a una Asamblea Constituyente, apostando por esa vía
a desviar la lucha de las masas con una oleada "pacifista", y a abortar
así la posibilidad de un nuevo embate de masas que barra con el gobierno
y no deje ni rastros del régimen de la Rosca.
Pero para implementar una salida "institucional" a esta crisis, es
claro que las distintas fracciones de la burguesía deben ponerse de acuerdo,
establecer un pacto previo -a espaldas de las masas-, para sostener esa salida
y darle algún tipo de legitimidad, ya que todas las instituciones -la
institución presidencial, el parlamento, los partidos políticos,
la justicia, etc.- han quedado en crisis y profundamente deslegitimadas ante
las masas que arremetieron contra todas ellas en sus dos embates revolucionarios
de febrero y octubre de 2003, y que no se recuperaron como lo demostraron tanto
el referéndum tramposo, donde la abstención y el rechazo ganaron
por abrumadora mayoría, más allá de lo que dijeron la prensa
y el gobierno; como las elecciones municipales, donde hubo una alta abstención,
pero además donde los viejos políticos para ser votados tuvieron
que travestirse inventando partidos "nuevos" porque vieron venir el
desastre electoral que luego sufrieron los partidos políticos tradicionales
como el MNR y el MIR.
9. Mientras
discuten cuál es la salida institucional a esta crisis, ante la eventualidad
de que finalmente las masas logren romper el control y la contención
que les imponen sus direcciones, y terminen derrocando a Mesa ya se alista,
tanto con Evo Morales por un lado, como con la conformación del "Pacto
Revolucionario de Unidad" entre la COB (Solares) y la CSUTCB de Quispe
por otro, la emergencia de un frente popular o algún engendro de colaboración
de clases que pueda adormecer y engañar a las masas, con salidas "democráticas"
y "capitalismos humanizados", etc.. Mientras al mismo tiempo, el gran
capital y la Rosca alistan a su casta de oficiales asesinos, preparándose
para futuras salidas represivas (korniloviadas) para aplastar a las masas a
sangre y fuego en el caso de que fracasen en abortar la revolución mediante
los "cantos de sirena del frente popular", como lo muestra el reciente
decreto de Mesa autorizando a las Fuerzas Armadas a masacrar al pueblo con armas
de fuego y el retraso del licenciamiento de los soldados que finalizaron la
conscripción a fines de 2004.
Es necesario sacar lecciones revolucionarias de tragedias como, por ejemplo,
la de 1971, cuando la dirección de la COB y el stalinismo, con la colaboración
del POR, llevaron a la clase obrera y a la Asamblea Popular a subordinarse al
general Torres y a sus cantos de sirena de "antiimperialismo" y hasta
de "socialismo", mientras el imperialismo y la burguesía prepararon
el golpe sangriento de Banzer.
10. La
tarea inmediata entonces, es la convocatoria a un Congreso Nacional de delegados
de base con mandato de la COB, las Centrales Campesinas y las organizaciones
en lucha. Los Solares, Quispe, etc. tienen que romper su alianza con la
burguesía y el gobierno y convocar ese congreso que prepare y organice
con la huelga general política, con barricadas, bloqueos de caminos
y piquetes, el derrocamiento de Mesa. Basta de tregua. ¡Abajo Mesa!
Gobierno provisional revolucionario de la COB y las organizaciones Campesinas
que imponga un programa obrero y campesino de salida a la crisis.
Es seguro que ante esta perspectiva el gobierno, el imperialismo y la burguesía
boliviana apelarán a la represión fascista para impedirlo. Hay
que garantizar la huelga y defender el Congreso Obrero y Campesino: ¡piquetes
de autodefensa armados (milicias obreras y campesinas) que garanticen y
defiendan los cortes de rutas, los paros, los bloqueos, las tomas de tierras,
etc. Al mismo tiempo, es necesario marchar a rodear los cuarteles y llamar
a los soldados -conscriptos- a desconocer a sus oficiales, formar comités
de soldados e incorporarse al congreso obrero y campesino.
La política de Solares y la dirección de la COB, que convocan
"a la tropa policial" y a "los militares patriotas a unirse al
movimiento popular" (Resolución del ampliado de la COB del 4/01/05),
y que ante el decreto de Mesa que autoriza a las fuerzas armadas a masacrar
al pueblo, se limitó a decir "... queremos indicarle (al presidente,
NdR) que no le tenemos miedo al ejército ni a la policía y vamos
a salir con todas nuestras fuerzas a defender nuestros derechos" (Bolpress,
18/01/05) es poco menos que criminal si no llama al armamento de los trabajadores
y los campesinos para defenderse. ¡Juegan con la vida de los explotados!
De lo que se trata es de defender la vida de la única clase productora
de riqueza; de no tener que dejar más mártires obreros en las
calles, de saldar cuentas con la policía y con la casta de oficiales
asesina de las Fuerzas Armadas. ¡Milicias obreras, comité de soldados
y dividir al ejército, son tareas de vida o muerte para los obreros y
los campesinos, para impedir que las fuerzas armadas asesinas, ahora autorizadas
por el decreto de Mesa, vuelvan a masacrar al pueblo!
¡Hay que volver a las barricadas, a los piquetes, a los comités
de huelga, como en Octubre! ¡Hay que hacer realidad el grito de febrero
"Fusil, metralla, Bolivia no se calla", poniendo en pie ya las milicias
obreras y campesinas!
Ese Congreso con sus milicias y sus comités de soldados es el que puede
preparar y organizar la huelga general política que, con barricadas,
piquetes, milicias obreras y comités de soldados, derroque a Mesa, barra
con el régimen de la Rosca, e imponga un gobierno provisional revolucionario
obrero y campesino de la COB y las centrales campesinas, el único
que puede imponer un plan económico obrero y campesino para salir de
la crisis. Plan económico obrero y campesino que comienza por romper
con el FMI, recuperar el gas, el petróleo, el agua, la electricidad,
nacionalizándolos sin pago y bajo control obrero; resolver el problema
de la tierra para los campesinos , terminar con la desocupación y la
carestía de la vida con la escala móvil de salarios y de horas
de trabajo -como plantean las Tesis de Pulacayo-, garantizar créditos
baratos para los campesinos nacionalizando la banca y creando una banca estatal
única, como primeras medidas de emergencia para que la crisis la pague
la burguesía, los gringos y el FMI.
¡Abajo la trampa de una "salida institucional" pactada con
Mesa y elecciones anticipadas, con la que preparan con nueva envoSura la
misma dictadura del capital y del mismo régimen asesino, pro imperialista
y entregador de la Rosca! ¡Abajo Mesa, y abajo el parlamento fantoche!
Que los diputados del MAS y del MIP renuncien ya a esa cueva de enemigos del
pueblo, y convoquen al Congreso Obrero y campesino.
Toda Asamblea Constituyente convocada y organizada por este régimen
infame y asesino de la Rosca, como la que preparan, será totalmente antidemocrática
y amañada. Por el contrario, no habría nada más democrático
que un Congreso nacional de delegados obreros y campesinos de la COB y las centrales
campesinas, que sería representativo de las más amplias masas
explotadas. Ese Congreso tendría mil veces más autoridad que el
parlamento fantoche, y que la Constituyente amañada que preparan.
Un gobierno provisional revolucionario de la COB y las centrales campesinas,
sobre la base de los organismos democráticos de las masas, de las milicias
y los comités de soldados, es lo que puede resolver las demandas acuciantes
de las masas, e inclusive, es el que podría convocar una Asamblea Constituyente
verdaderamente democrática, sobre las ruinas del régimen asesino
de la Rosca.
En síntesis, no serán las salidas amañadas de conciliación
de clases y tregua con los burgueses que ahora, ante el retroceso parcial de
Mesa en el gasolinazo, ya están diciendo que hay que negociar y frenar
a las masas. ¡Ninguna tregua ni acuerdo con ellos! Ya recibieron
su parte y ahora quieren negociar la continuidad de Mesa y la aplicación
del plan imperialista. Mañana, por sus negocios, y si lo necesitan, no
dudarán en apoyar la represión sangrienta contra los obreros y
campesinos, o partir a Bolivia en mil pedazos.
El nuevo decreto de Mesa rebajando el aumento muestra su Sdebilidad, no es hora
de aflojar sino de pasar a la ofensiva. Todo el que plantea hoy que el nuevo
decreto es una medida "progresiva" o "saludable" quiere
salvarlo a Mesa y preparar nuevos tarifazos para descargarlos sobre las espaldas
de las masas.
La COB y las centrales campesinas deben romper con la burguesía, repudiar
la trampa de las elecciones anticipadas y la Constituyente, y convocar el Congreso
de delegados obreros y campesinos de la COB y las centrales campesinas, que
se apoye en las milicias obreras y comités de soldados, para garantizar
la huelga general política que imponga el derrocamiento de Mesa y que
no deje rastros del régimen de la Rosca. El triunfo de la clase obrera
en éstas, que son las tareas del momento, impondría un régimen
de doble poder y con ello, las condiciones para preparar y organizar una insurrección
triunfante que lleve al proletariado, como caudillo de la nación oprimida,
al poder.
11. En
la revolución boliviana no hace más que ponerse al rojo vivo la
crisis de dirección revolucionaria del proletariado, es decir, el carácter
contrarrevolucionario de las direcciones que las masas tienen a su frente, y
la bancarrota completa y definitiva de los liquidadores del trotskismo que se
subordinan a ellas.
Se establece entonces una carrera de velocidad entre, el acercamiento de los
combates decisivos, los preparativos de las fuerzas de la contrarrevolución
para tratar de abortar, o de aplastar a sangre y fuego la revolución,
la lucha revolucionaria de las masas que pugnan por romper el corset de las
direcciones traidoras, y la inexistencia del partido revolucionario e internacionalista
que la heroica clase obrera boliviana se merece y necesita para llevar al triunfo
su revolución. ¿Cómo cerrar esa brecha, cómo lograr
tiempo para que madure y se forje ese partido revolucionario?
La clave para ello, y la tarea central de los revolucionarios, es luchar incansablemente
por que el proletariado y los explotados, en su combate actual, desarrollen,
centralicen y armen sus organismos de democracia directa y sus milicias, esto
es, los soviets, preparatorios de la insurrección y la toma del poder.
Es en esos organismos donde los obreros y los campesinos pobres pueden unir
sus filas, multiplicar sus energías, y desembarazarse rápidamente
de sus direcciones traidoras. Porque en esos organismos, bajo los ojos vigilantes
de las masas armadas, se ponen a prueba todos los días los programas
y las políticas, quedan al desnudo las traiciones de las direcciones
reformistas y la cobardía de los centristas que les cubren el flanco
izquierdo. Por esa razón, en esos organismos, un pequeño núcleo
de revolucionarios puede luchar abiertamente por ganar a las masas, permitiendo
que éstas se convenzan de la justeza de su programa por su propia experiencia,
a condición de luchar inclaudicablemente contra las direcciones traidoras
y sus laderos los liquidadores del trotskismo, y de marcarles con claridad y
a cada paso, quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos.
Pero para ello, es condición que ese núcleo de revolucionarios
sea parte del combate internacionalista por reagrupar a las fuerzas sanas del
trotskismo, enfrentando en todo el mundo a las direcciones traidoras y a los
liquidadores del trotskismo que las sostienen. Esta lucha comienza hoy por dar
una pelea implacable contra el Foro Social Mundial (FSM), esa verdadera internacional
contrarrevolucionaria, que se reúne en Porto Alegre en los próximos
días y donde discutirán como desviar y abortar la revolución
Boliviana, como antes hicieron con la revolución Argentina y con cada
proceso de lucha de las masas, siguiendo las órdenes de sus jefes de
la burocracia restauracionista castrista, los traidores del lulismo petista,
etc.
Es desde el programa para la revolución boliviana que desde la FTI-CI
enfrentaremos a los claudicadores del PSTU y otros renegados del trotskismo
en Brasil, que pugnan por arrastrar a lo mejor de la vanguardia obrera brasilera
agrupado en la CONLUTAS, al interior de ese engendro contrarrevolucionario que
es el Foro. Es desde el programa para los tests ácidos de la lucha de
clases mundial como la revolución boliviana, como Irak, Palestina, etc.,
que enfrentaremos a las direcciones traidoras, y también a los renegados
del trotskismo que en Chile, Perú, Argentina, etc., quieren llevar a
la vanguardia obrera que dio las mejores luchas a subordinarse al Foro Social
Mundial, como quieren hacer en Argentina con los trabajadores de Brukman, de
subterráneos, telefónicos, ferroviarios, etc. Desde esta perspectiva
es que, también al interior del Comité de Enlace por una Conferencia
Internacional de los trotskistas principistas, al que pertenecemos daremos la
pelea contra todos aquellos que rompiendo con los acuerdos de su constitución,
levanten que es posible construir agrupamientos revolucionarios al interior
de esa cueva de contrarrevolucionarios que es el FSM.
Es desde esta lucha que daremos batalla por el programa revolucionario para
Bolivia y junto a nuestra organización hermana en Bolivia, la agrupación
obrera-estudiantil Octubre Rojo Internacionalista, surgida al calor de la rebelión
de los estudiantes de la UTO de Oruro, que ha tomado en sus manos la lucha por
refundar al trotskismo principista en Bolivia, sabiendo que las fuerzas para
ello ya existen y se han destacado en lo mejor de la vanguardia obrera, campesina
y estudiantil boliviana que se prueba todos los días en el fuego de los
cortes de ruta, las huelgas, los bloqueos y los piquetes. Confluyendo con estas
fuerzas, luchando por derrotar ante la vanguardia a los liquidadores del trotskismo,
la ORI podrá encarar la lucha por refundar al trotskismo principista
en Bolivia, para dotar a las masas de la dirección necesaria para el
triunfo de la revolución en este país. Ayudar a ese cometido es
una tarea de todas las fuerzas sanas que peleamos por volver a poner en pie
el Partido mundial de la revolución socialista que, para quienes integramos
la FTI-CI, no puede ser otro que la IV Internacional regenerada y refundada.
21 de Enero de 2005.-
Notas:
1 Se llama así a los parlamentarios de varios partidos -liderados por
Filemón Escóbar del MAS- que intentaron formar un bloque parlamentario
en defensa de Mesa llamado de los "transversales".
LOS
RENEGADOS DEL TROTSKISMO UNA VEZ MAS
CUBREN POR "IZQUIERDA" A LAS DIRECCIONES TRAIDORAS
Que se ha iniciado
el tercer capítulo de la revolución boliviana, significa que los
tiempos de la definición se aceleran, que se aproximan acontecimientos
decisivos donde la clase obrera puede encontrarse nuevamente, de un momento
a otro, ante el problema del poder; donde las fuerzas de la contrarrevolución,
la burguesía y las direcciones traidoras, comienzan a preparar los cantos
de sirena del frente popular, y alistar a sus castas de oficiales para futuras
korniloviadas, etc.
Los renegados del trotskismo del POR (Lora), y otros como la LORCI, el grupo
del PTS argentino en Bolivia, no prepararon este nuevo capítulo de la
revolución, y no preparan hoy a la clase obrera y los campesinos pobres
para los nuevos y decisivos combates de clases que se aproximan y que ya se
están desarrollando.
Así, el POR se ha ubicado, desde el inicio mismo de la revolución,
cubriéndole el flanco izquierdo a Solares y la dirección castrista
de la COB. Los distintos momentos de la revolución han encontrado al
POR negándose a luchar por que se pongan en pie los organismos de doble
poder y por conquistar el armamento de las masas, y siempre a los pies de la
dirección de la COB. Frente al derrocamiento de Sánchez de Lozada
en octubre de 2003, se negó a plantear la exigencia de que la COB y las
centrales campesinas tomaran el poder, único camino para evitar la traición
de Morales, Quispe y Solares que le entregaban el poder a Mesa.
Luego, se dedicaron a cubrirle la espalda a Solares, diciendo, igual que él,
que lo que había que hacer era una Asamblea Popular como la de 1971,
para así ocultar que las masas revolucionarias ya habían puesto
en pie a la COB y a las centrales campesinas como organismos de semi-doble poder,
y que de lo que se trataba era de armarlos, con milicias obreras y comités
de soldados, para que se transformaran en soviets maduros en condiciones de
disputar el poder.
En el referéndum de julio del 2004 el POR dividió a la clase obrera
y los campesinos con su llamado a no votar, votar nulo o quemar ánforas,
entregándolos a la política del gobierno, callando la nueva traición
de Solares que había salido a decir que era necesario llamar al boicot
y que no hizo nada para imponerlo.
Meses más tarde, ante la gran rebelión de los estudiantes de la
UTO de Oruro que tendía a romper la tregua, el eje de la política
del POR fue llevar a los estudiantes a la negociación, tratando de convencerlos
de que el rector de la rosca garantizaría el acuerdo, es decir, actuó
intentando a cada momento llevar a los estudiantes nuevamente a los pies de
Solares y de la tregua.
Después de haber sido entonces el sostén de la tregua por izquierda
y por lo mismo, de no haber preparado a la vanguardia para el tercer capítulo
de la revolución que se ha abierto, hoy el POR, en medio del paro general
de 24 horas y de la huelga general en El Alto, ha sacado un boletín que
en su portada plantea "¡¡INSURRECCION!! Revolución social
contra la crisis capitalista, no simple recambio burgués", en el
que habla de "revolución social" e "implantación
del socialismo", "insurrección popular", "obreros
al poder", etc., etc.
Nadie que se precie de revolucionario podrá estar en contra, en general,
de hablar de "insurrección", de "revolución social",
etc., como ningún médico puede estar en contra de curar una enfermedad.
Pero, de un médico que pretende curar el cáncer con aspirinas,
o de un cirujano que opera a un paciente sin preparar dicha intervención
quirúrgica, cualquiera dirá que es un curandero, si no un criminal
que lleva al paciente a la muerte.
El POR juega a las escondidas con la "insurrección", para esconder
detrás de esta fraseología incendiaria que es un curandero que
en medio de la respuesta obrera y campesina al gasolinazo, y en nombre de una
revolución futura, eludió la lucha presente por que esa respuesta
se transformara en una verdadera huelga general política que tirara abajo
a Mesa y barriera con el régimen de la Rosca, imponiendo un régimen
de doble poder, que era y es lo único que puede abrir el camino y las
condiciones para preparar la insurrección.
Porque la insurrección es un momento preciso de la revolución,
su momento culminante. Así la definía León Trotsky: "La
fase suprema de la revolución es la insurrección, la que decide
el poder. La insurrección siempre va precedida de un período de
organización y de preparación con base en una campaña política
determinada. Por regla general, el momento de la insurrección es breve,
pero es un momento decisivo en el curso de la revolución (
) Como
marxistas, debemos saber y comprender que no basta con querer la insurrección
para realizarla. Hay que hacerla cuando las condiciones objetivas la hacen posible,
pues no se hace sola. (
)
los postulados políticos indispensables
para el éxito de la insurrección residen en el quebrantamiento
del aparato gubernamental y en el apoyo decidido que dan a la vanguardia revolucionaria
la mayoría de los trabajadores de los principales centros y regiones
del país (
) La organización de los soviets será luego
un medio eventual de verificar las relaciones de fuerzas, y partiendo de ahí,
establecer si las condiciones para desencadenar la insurrección son las
adecuadas
" ("Doctrina militar y marxismo")
Está claro que éstas no son hoy las condiciones en Bolivia: ni
hay un quebrantamiento del aparato gubernamental, ni la mayoría de los
trabajadores apoyan a "la vanguardia revolucionaria".
Por ello el POR, aunque vocifere "insurrección", se ha demostrado
una vez más como enemigo de la misma, porque se negó a luchar
por la huelga general política que era la que planteaba el derrocamiento
revolucionario de Mesa, la puesta en pie de los organismos de doble poder, de
milicias obreras y la división del ejército. Es decir, la huelga
general política triunfante, derrocando a Mesa y destruyendo al régimen
de la Rosca, es la que abre el camino a la preparación de la insurrección.
Porque es claro que, para que efectivamente se abra el camino y las condiciones
para preparar la insurrección y la toma del poder, la tarea que hoy tienen
planteada la clase obrera y los explotados de Bolivia es culminar las tareas
que quedaron inconclusas y que los Morales, Quispe y Solares no les dejan terminar:
tirar abajo a Mesa, no dejar ni rastros del régimen de la Rosca, con
los soviets y las milicias obreras dividir al ejército y ganarse a los
soldados, es decir, "quebrantar el aparato gubernamental", imponiendo
un régimen de doble poder que abra el camino y plantee la preparación
de la insurrección como arte para que el proletariado se haga del poder.
Por ello, en el momento actual en Bolivia, no lucha por la insurrección
y por la toma del poder, aunque las declame, las vocifere y las escriba en letras
tamaño catástrofe -como hace el POR- quien no lucha por un Congreso
nacional de delegados de la COB y las centrales campesinas que organice la huelga
general política, con barricadas, piquetes, y milicias obreras y poniendo
en pie comités de soldados, que derroque a Mesa e imponga un gobierno
provisional revolucionario de la COB y las centrales campesinas.
El POR, en forma criminal e irresponsable, habla en general de "levantamiento
armado", pero no muestra un curso de acción a seguir a los obreros
y campesinos para conquistar su armamento: no dice una palabra de poner en pie
milicias obreras, ni de dividir al ejército conformando comités
de soldados, ni siquiera teniendo ante sus ojos el decreto de Mesa autorizando
a las fuerzas armadas a masacrar al pueblo con armas de fuego. Esto no es casual,
puesto que el POR -al igual que el castrista Solares- se ha pasado décadas
buscando y llamando a las masas a confiar en los supuestos "militares patriotas"
de "Vivo Rojo", y en los policías que como son trabajadores
públicos, se pasarán del lado del pueblo. ¡Cuando son los
que masacraron a los obreros y campesinos en Octubre, y asesinaron a los soldados
que se negaban a reprimir!
No lucha por la insurrección y por la toma del poder el que, como el
POR, no lucha por derrotar a las direcciones traidoras que las masas tienen
a su frente, a Morales, a Solares, a Quispe, que a cada paso imponen treguas,
deshacen lo que las masas construyen con su lucha, la llevan a la subordinación
a la burguesía. El POR se limita a denunciar en general el "cretinismo
reformista de burócratas y politiqueros", pero se negó y
se niega a exigirle a las direcciones concretas de carne y hueso, a Solares,
a Quispe, que rompan sus acuerdos con la burguesía, convoque a un Congreso
de delegados de base, basado en las milicias obreras y campesinas y preparen
la huelga general política para derrocar a Mesa.
Es que la verdadera política del POR, mientras habla de "insurrección"
y "revolución", es entretener a las masas luchando por las
alcaldías y por "cabildos abiertos permanentes" mientras Evo
Morales, Solares y Quispe negocian con la burguesía la salida a la actual
crisis ya sea con elecciones anticipadas, Constituyente o una combinación
de ambas.
LOR-CI: Pacifismo y cretinismo parlamentario
No menos nefasta
es la política de la LORCI. Ya desde febrero de 2003, fueron pioneros
de la política menchevique de levantar, en medio de la revolución,
la lucha por una Asamblea Constituyente como consigna central y estratégica
para todo un período de la lucha de clases en Bolivia central. Así,
en febrero, mientras las masas se levantaban al grito de "Fusil, metralla,
Bolivia no se calla", ellos decían
Asamblea Constituyente.
Octubre de 2003: guerra civil en las calles, proceso semiinsurreccional en El
Alto, barricadas, enfrentamientos con el ejército, cae Goni, las direcciones
traidoras le dan el poder a Mesa, y la LORCI planteaba
Asamblea Constituyente.
Julio de 2004, frente a la trampa del referéndum, las condiciones están
dadas para organizar el boicot al mismo, Morales llama a participar, Solares
llama de palabra al boicot pero se niega a organizarlo, la LORCI dice
Asamblea
Constituyente nacional y soberana.
Al igual que el POR, decían que la clase obrera y los campesinos necesitaban
dotarse de una "Asamblea Popular como la de 1971", dándole
la espalda así a los verdaderos organismos semi-soviéticos que
las masas pusieron en pie, la COB y las centrales campesinas, y salvándole
así la ropa a la burocracia de la COB.
Pero ahora, frente al inicio del tercer capítulo de la revolución
boliviana, frente a la respuesta obrera y campesina al ataque lanzado por Mesa,
como la "Asamblea Popular del 71" no existe, la LORCI se ve obligada
a dirigirse a la COB -reconociéndola así de hecho como el verdadero
organismo que las masas en lucha han puesto de pie- para exigirle
¿que
luche por tirar abajo a Mesa, que convoque a un Congreso nacional de delegados
obreros y campesinos, que ponga en pie las milicias obreras, que rompan con
la burguesía e impongan un gobierno provisional de la COB y las centrales
campesinas
? No, ¡nada de eso!, sino exigirle que ponga en pie un
"instrumento político de los trabajadores" para intervenir
en "la constituyente que prepara el gobierno". (Volante de la LORCI,
19/01/05). Entonces, "plan de lucha que culmine en la huelga general política",
"programa obrero de salida a la crisis" en boca de esta gente, es
fraseología vacía porque la política de la LORCI es que
siga Mesa en el gobierno, presionarlo con un plan de lucha para que retroceda
del gasolinazo, y llevar a las masas a participar de la trampa de la Asamblea
Constituyente eso sí
"preservando la independencia de clase".
Por supuesto que, mientras Mesa firma un decreto autorizando a las fuerzas armadas
a masacrar a la clase obrera y al pueblo, la LORCI se calla la boca, y no dice
ni una palabra de la necesidad urgente de poner en pie las milicias obreras
para defender y garantizar la huelga general política que pregonan, ni
menos que menos de la necesidad de luchar por dividir al ejército, poniendo
en pie los comités de soldados y destruyendo la casta de oficiales, haciendo
gala, una vez más, de un pacifismo de la peor especie.
SOBRE
EL INICIO DE LA REVOLUCION
Y EL PARTIDO REVOLUCIONARIO
La revolución
boliviana pone muy duramente a prueba a aquellos grupos y corrientes que se
reivindican del trotskismo como por ejemplo el POR de Argentina, y que afirman
que no puede comenzar una revolución en tal o cual país si no
existe un partido revolucionario. Contra esa concepción ultrasubjetivista,
el marxismo revolucionario define que la existencia de un partido revolucionario
es condición indispensable para que una revolución triunfe, pero
no para que ella se inicie.
Estos grupos, consecuentemente, definen que a pesar de la semiinsurrección
de febrero de 2003 y del derrocamiento de Goni en octubre, en Bolivia no se
inició una revolución, puesto que la condición indispensable
para ello es que haya un partido revolucionario, y éste hoy no existe.
Critican entonces a quienes hemos definido el inicio de la revolución
boliviana en octubre de 2003 -esto es, el inicio de todo un período donde
lo que tiene planteado la clase obrera es la lucha por el derrocamiento de la
burguesía y por la toma del poder-, diciendo que tenemos 45 grados de
fiebre, que vemos revoluciones por todas partes, y que confundimos el quinto
mes de un embarazo con el noveno mes.
Afirmamos que es un grave error confundir el quinto mes de embarazo con el noveno.
Pero no menos grave es negarse a ver que el embarazo ya ha superado los nueve
meses, y que si el parto no se produce, el niño morirá sin llegar
a nacer.
Porque hoy, cuando el ataque lanzado por el gobierno de Mesa, las enormes divisiones
interburguesas, y la gran respuesta obrera y campesina que abre el tercer capítulo
de esta revolución, plantean que comienzan a ponerse a la orden del día
la emergencia del frente popular, el alistamiento de las castas de oficiales
para preparar el aplastamiento de las masas en caso de no poder controlarlas,
es decir, cuando se preparan y se aproximan combates decisivos entre revolución
y contrarrevolución, que decidirán la vida o la muerte del proletariado
y de los explotados, seguir afirmando que no hay una revolución en curso
porque no existe un partido revolucionario, es cerrar los ojos para no ver la
realidad, es negar el veredicto de la vida misma, es no prepararse y no preparar
a la clase obrera para esos combates decisivos.