11/10/2016
La verdad de los oprimidos...
Presentación
Los que hacemos “La Verdad de los Oprimidos” somos la fracciones revolucionaria de los comités de coordinación de la revolución siria, los que se pusieron de pie en la revolución que comenzó en 2011 como un eslabón de una misma cadena de revoluciones en todo el Magreb y Medio Oriente. Somos quienes alzamos nuestra voz y nuestro puño por el pan y la libertad; los que supimos ver que para triunfar teníamos que derrotar a Bashar Al Assad en Damasco para marchar sobre Jerusalén; los que vimos que era una misma lucha con la de nuestros hermanos de clase al interior de las grandes potencias imperialistas.
Somos voceros de todos los milicianos y la resistencia que no se rinde contra Al Assad ni ante ninguna fuerza que hoy invade y ocupa Siria.
Somos los que protagonizamos estas revoluciones, que han sido calumniadas, mancilladas y aisladas de nuestros hermanos de clase los trabajadores de los países europeos de América y de todo el mundo. Porque nos dijeron que éramos bárbaros, religiosos sectarios, fundamentalistas, terroristas… de todo menos lo que verdaderamente somos: obreros luchando por lo nuestro, hermanos de clase de los obreros de occidente y de todo el mundo.
Somos trabajadores, gente que se gana la vida trabajando de sol a sol, que estamos cansados de ser oprimidos por un sistema que nos roba y nos deja en miseria. Empujados por nuestras condiciones de padecimiento nos vemos en la obligación de ser revolucionarios para poder cambiar este sistema por otro, e internacionalistas pues sin importar nación, religión o idioma vemos que los que nos explotan son los mismos, y los que padecemos somos siempre nosotros.
Las páginas de este periódico son y expresan la voz revolucionaria de Siria desde los comités de coordinación, desde la resistencia que no se rinde, y busca un camino para el triunfo. Están abiertas para que alcen su voz y muestren y cuenten su verdad todos aquellos trabajadores oprimidos que fueron acusados por “osar” levantarse y pelear contra su gobierno tan solo por pedir pan, libertad y una vida digna. Todos aquellos que se sienten traicionados, pues pelearon heroicamente en estas revoluciones y solo ven que en Túnez sigue el gobierno de Ben Ali, que ven que Al Sisi defiende las fronteras del sionismo igual o más que Mubarak (honrando el acuerdo de Camp David que el pueblo explotado egipcio derribó en su revolución del 2011), que sienten que Libia se cae a pedazos a manos del gobierno actual, títere de la OTAN, y con el general de la CIA Khalifa Heftar que controla pozos de petróleo, y sobre todo que ven cómo la revolución siria derrama su sangre con cada mártir que asesina el perro Bashar, la aviación de Putin, los mercenarios iraníes y del Hezbollah, con la luz verde de las naciones unidas y comandados por Obama, y como desde adentro de las zonas rebeldes sirias se busca entregar este combate por generales que se visten de democráticos y amigos, pero que solo hacen negocios con el sudor y la sangre de los que combatimos y resistimos.
Aquí en Siria el imperialismo ha concentrado todas su fuerzas contrarrevolucionarias para cortar la cadena de revoluciones que sacudió el Magreb y Medio Oriente desde el 2011. La revolución siria, si avanzaba a Damasco y se cobraba la cabeza de Bashar, ponía inmediatamente en cuestión las fronteras del sionismo, puesto que era su fiel guardián, que durante años nunca lo atacó, mientras no le tembló el pulso para masacrar a su propio pueblo y destruir su propio país cuando éste avanzaba hacia Damasco y luego Jerusalén. Antes de eso, tenían que aplastarla. Por eso todos sostuvieron a Bashar para que perpetre este genocidio.
Pero Bashar no fue suficiente. Nos mandaron a generales (hasta entonces del ejército de Bashar) que desertaban y se vestían de democráticos y otros de religiosos para controlar nuestras acciones. Ellos solo buscaron sus negocios en toda esta guerra y nunca avanzar para poder llegar al triunfo en Damasco. Estos son los generales del Ejército Sirio Libre o Jabhat al Nusra o todas estas variantes de partidos-ejércitos que vemos hoy en Siria, dentro de las zonas liberadas, impidiendo que avancemos en un sentido revolucionario y buscando más negocios para ellos. También nos mandaron al ISIS, que resguardaron los pozos de petróleo de las petroleras imperialistas para que no nos los tomáramos. Vino a imponer un férreo control con su estricta ley y garrote contrarrevolucionario, como lo vemos en las provincias de Raqa y Deir ez Zor.
El imperialismo así mandó a todos sus agentes en Siria para que no triunfe la revolución. Bashar y Putin le hacen su trabajo sucio de masacrarnos. Querían hacer de Siria un escarmiento para que ninguno de nosotros vuelva jamás a levantarse contra la opresión y la pobreza. Tanta saña, tanto genocidio, tanta devastación y destrucción es porque quieren aplastar una heroica revolución no solo siria, sino que es de todos los obreros y explotados de Medio Oriente y el mundo.
Si pudieron avanzar tanto en destruir tantas ciudades, en asesinar a 600.000 personas, en forzar a más de la mitad de la población a tener que dejar sus hogares fue porque tuvieron total impunidad. Bashar y todos lo que lo sostuvieron (como Putin, Hezbollah e Irán), mientras otros miraban para otro lado para permitir esta masacre como Obama, la ONU, Francia y todas las potencias imperialistas. Es que los partidos que se dicen de izquierda vistieron a Bashar como su aliado, como antiimperialista, y nos calumniaron de ser de la OTAN, del imperialismo, de estar con EEUU. Dijeron que lo único progresivo era el PKK kurdo cuando éste pactó con Bashar –con quien comparte la administración de sus ciudades kurdas en el noreste sirio- y están bajo el mando directo de los generales del Pentágono. Tergiversaron toda la realidad para aislarnos del mundo. Le dejaron las manos libres al perro Bashar para aplastar nuestra revolución.
Aun así, hoy seguimos resistiendo en Siria, como en la ciudad de Aleppo que se encuentra en estos momentos cercada y su heroica población siendo exterminada. Se ha dado inicio a una operación masacre, un plan de exterminio, para terminar de aplastar esta heroica revolución que ya lleva más de 5 años y medio y sigue de pie aun luchando por derrotar al genocida Al Assad. El cerco que hay sobre la ciudad de Aleppo, los bombardeos constantes, las amenazas y ultimatums exigiendo rendición por parte de la ONU y los yanquis indican que quieren aplastar las ciudades rebeldes en donde en el 2011 las tropas assadistas y su estado fueron expulsados, principalmente Aleppo, la capital de la resistencia.
Se están librando combates decisivos. En Aleppo, quedamos solo luchando y resistiendo los desposeídos, los despojados, mientras los hombres de negocios, los millonarios, se encuentran en el exterior, en zonas seguras, contando sus billetes y planeando sus futuros negocios. Ellos, sirios y sus socios turcos, yanquis, rusos, ya se están disputando el botín sobre la base del cementerio sirio. Nosotros seguimos luchando por derrotar al perro Bashar y todos sus aliados en Damasco, por expropiar a todos los bancos, pozos de petróleo, fábricas para ganar la guerra y para, desde los comités de coordinación y sus milicias, sin generales burgueses ni hombres de negocios que se enriquezcan con nuestra sangre y nuestro combate, conquistar una Siria revolucionaria de obreros y campesinos pobres, bajo un congreso nacional sirio de un delegado cada mil de los campos de refugiados, las ciudades rebeldes y los milicianos.
¡Este periódico es de los que gritamos bien alto que la sangre de los mártires no será negociada! Es de los que no nos rendimos, de los que seguimos de pie aun en las condiciones de miseria inaudita y aislamiento total, enfrentando una enorme concentración de fuerzas contrarrevolucionarias y entregadores.
Por eso, con este periódico intentamos buscar un camino al triunfo de la revolución; coordinar y organizar a todos aquellos que peleamos por este triunfo, por que no sea derrotado este levantamiento revolucionario que dejó tanta sangre por el pan y la libertad; para derrotar el intento de la contrarrevolución de aplastar en Siria y que vuelva a ponerse de pie todas las revoluciones del Magreb y Medio Oriente. Este periódico es para romper ese cerco de calumnias, mentiras, y también silencio que han guardado sobre lo que ocurría en Siria y en Medio Oriente. Es para unificarnos a nivel internacional y poder pararle la mano a las fuerzas contrarrevolucionarias que vienen a aplastar a todos los oprimidos.
Este cerco ya comienza a agrietarse. Organizaciones obreras del mundo como los fabriles de La Paz o el Congreso Internacional realizado en México el pasado fin de semana, convocado por la combativa Central Nacional de Trabajadores de la Educación mexicana ya se han pronunciado. Mineros del platino de Marikana (Sudáfrica) han hecho un minuto de silencio en los socavones condenando la masacre a manos de Putin y Al Assad. En numerosas ciudades del mundo se han ganado las calles y realizado protestas el pasado 1 de octubre, el llamado “día de furia por Aleppo”. ¡Hay que profundizar este camino!
Tenemos que poner en pie una red obrera internacional de apoyo efectivo a las masas sirias, para ganar las calles de todo el mundo, para enviar fondos, medicamentos, alimentos y voluntarios a la heroica resistencia siria que a pesar de 5 años y medio de masacre no se rinde y sigue luchando por el triunfo de la revolución. Tenemos que luchar por que todos los días sea un día de furia de la clase obrera mundial por parar la masacre en Siria, marchando al triunfo de la revolución. Llamamos a conformar un comité internacional de apoyo a las masas sirias, y a una conferencia internacional para unificar nuestras fuerzas. ¡Hay que romper el cerco a las masas sirias! ¡Necesitamos solidaridad y apoyo efectivo para derrotar al perro Bashar, Putin, Obama y todas las potencias imperialistas! Porque para parar la guerra hay que ganarla.
Los explotados del mundo tenemos un mismo enemigo. Tenemos que unificar nuestras filas para enfrentarlo. Llamamos a ser parte de este periódico a los que, en cualquier parte del mundo que estemos, peleamos por llevar a la victoria la revolución en Siria, Libia, Yemen Túnez, Egipto, pero comprendiendo que nuestras revoluciones son parte fundamental de una revolución mundial que debe triunfar para que los oprimidos dejemos de ser oprimidos, y tomemos el poder, nuestro futuro y nuestro destino en nuestras propias manos. El 50% de las riquezas de este mundo están en manos del 1% de la población del planeta, gente que no produce, ni trabaja y solo vive de nuestro sudor. Esto se debe terminar, para tener una vida digna para nuestros hijos, nuestras familias, nuestros hermanos.
De Túnez a Jerusalén ¡una sola intifada! De América a Rusia ¡una misma revolución!
¡Obreros del mundo uníos!
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