Jornada Internacional en el 13° aniversario de la revolución siria
Desde Argentina:
Intervención de Claudia Pafundi, integrante de la Comisión de Trabajadores Condenados, Familiares y Amigos de Las Heras
"Con todos ellos marchamos el 12 de diciembre del 2013 al tribunal. La bandera de la revolución Siria y Palestina flamearon en nuestras manos ese día. En la cabecera de la marcha al tribunal que nos condenó estaban los nombres de los jóvenes anarquistas que se rebelaron contra el gobierno de la Troika en Grecia y que siguen encarcelados.
Fue ese día donde comprendimos que los trabajadores somos fuertes si nos unimos a nivel mundial. "
Soy Claudia Pafundi, integrante de la Comisión de Trabajadores Condenados, Familiares y Amigos de Las Heras.
Queremos saludar esta jornada. Jamás vamos a olvidar el genocidio que cometieron en Siria, que esa revolución bañada en sangre enfrentó a los mismos enemigos que nos atacan a todos los trabajadores del mundo.
Al Assad y Putin masacraron a nuestros hermanos al servicio de las petroleras imperialistas.
Esas mismas petroleras fueron las que condenaron a nuestros compañeros a cadena perpetua y son los que hoy están haciendo un holocausto como el que lleva adelante el ocupante sionista en la nación Palestina.
Nosotros pudimos enfrentar al tribunal que nos condenó por pelear por nuestras demandas gracias al apoyo, la solidaridad y la lucha unificada de centenares de organizaciones de trabajadores en Argentina el mundo.
A nuestros compañeros de Siria y Palestina los tratan como terroristas, lo mismo hicieron con nosotros y lo hacen con todos los que se levantan en el mundo contra la opresión y por el pan para sus hijos. Nosotros no somos terroristas, somos explotados que luchamos contra los verdaderos terroristas, el imperialismo, sus gobiernos y regímenes asesinos
A esos jueces cobardes que nos condenaron en el 2013, nosotros los enfrentamos rompiendo las fronteras.
Desde Japón la JRCL luchó hombro con hombro con nosotros, nos unimos con los padres y madres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos por el Estado mexicano, nos hermanamos con las familias de los mártires de Senkata y Sacaba en Bolivia, con los mineros de Marikana masacrados en Sudáfrica, porque su lucha es también nuestra y jamás nos separaremos.
Pero hay algo que grabado en nuestros corazones. Desde Siria, bajo las bombas y balas de Al Assad y Putin, el compañero Abu Al Baraa y los revolucionarios que luchaban en Aleppo nos hicieron llegar su solidaridad y pelearon por la libertad de todos los presos políticos de la clase obrera mundial.
También en Palestina el compañero Al Issawi y los prisioneros en las cárceles de la Jerusalén ocupada por el Estado de Israel, hicieron huelga de hambre en solidaridad con nosotros. Lo mismo hizo Georges Abdallah y los presos Vascos en las cárceles de Francia.
Con todos ellos marchamos el 12 de diciembre del 2013 al tribunal. La bandera de la revolución Siria y Palestina flamearon en nuestras manos ese día. En la cabecera de la marcha al tribunal que nos condenó estaban los nombres de los jóvenes anarquistas que se rebelaron contra el gobierno de la Troika en Grecia y que siguen encarcelados.
Cuando a nuestros compañeros se les dictaba sentencia, esos jueces “valientes” para torturar y reprimir estaban pálidos, sus manos y rostros temblaban… era la fuerza de la clase obrera golpeando como un solo puño. Y por eso, aunque nos condenaron, hoy seguimos en libertad peleando por nuestra absolución.
Fue ese día donde comprendimos que los trabajadores somos fuertes si nos unimos a nivel mundial.
Por eso, con todos ellos pusimos en pie la Red Internacional por la Libertad de los Presos Políticos y Justicia por Nuestros Mártires.
Entendimos que son unos mentirosos aquellos que nos dicen que se puede enfrentar país por país a los monopolios que nos saquean y oprimen.
Por eso no vamos a callar ni vamos a dejar de pelear hasta que triunfen nuestros compañeros en Siria, hasta que expulsemos al ocupante israelí de la nación Palestina, hasta liberar al último preso por luchar contra los opresores en todo el mundo.
La clase obrera es una sola y no tiene fronteras.
¡Viva la resistencia Siria!
¡Viva la causa Palestina!
¡Viva la clase obrera mundial!
La rebelión de los esclavos no es delito, ¡Es justicia!