Siria - 22 de febrero de 2022
La Siria partida hoy bajo el fascismo
Tras el genocidio de Al Assad y Putin y la traición de la izquierda
En Siria desde el 15/3/2011, fecha de inicio de la revolución siria, el régimen de Al Assad y sus aliados Irán, Hezbollah y Rusia destruyeron Siria y asesinaron y desplazaron al pueblo sirio. Los bombardeos de Al Assad y Putin dejaron centenares de miles de muertos, millones como refugiados en otros países y en carpas en medio de las fronteras. Destruyeron las ciudades de Siria y ahogaron en sangre a un pueblo que se levantó por el pan y la dignidad.
Hoy Siria está partida en distintas zonas, cada una bajo diferentes autoridades, todos agentes coordinados desde la conferencia de Ginebra-Astana-Sochi bajo el mando yanqui. En cada región, una autoridad es distinta a la otra y cada zona está dividida por fronteras.
En el sur y centro de Siria se encuentra el régimen de Al Assad, que no oculta a nadie en el mundo sus crímenes y los crímenes de sus aliados y cómo destruyó las ciudades en las que recuperó el control donde asesinó y desplazó a su gente. Lo justifican detrás de un “anti-terrorismo” aplaudido por toda la izquierda socialimperialista que además le da el mote de “anti-imperialista” tanto a él como a su aliado Putin. Al Assad todavía gobierna con su régimen de fuerzas de seguridad y opresión para aquellos que permanecen en las zonas bajo su autoridad, sostenido principalmente por Putin. Allí, todas las instituciones están dirigidas para sostener al régimen de Al Assad. Las prisiones y la tortura que allí se hace todavía siguen matando a todos los que critican la corrupción y brutalidad del jefe de la autoridad, Bashar Al Assad, y el mundo ve cómo los que quedan dentro de Siria intentan emigrar afuera del país para escaparle a este régimen brutal y represor y del hambre que provoca su política hacia la población civil.
Al Assad pudo retomar control en estos territorios, luego de haber perdido control del 80% del país por la revolución de 2011, gracias a la entrega que hicieron los generales burgueses del ex Ejército Sirio Libre (ESL), que hoy visten el uniforme del ejército basharista. Esto es algo que se dio en toda Siria, donde los generales de la burguesía sunnita entregaron una a una las ciudades rebeldes y volvían al lugar de donde salieron: al ejército de Bashar. En particular los generales del llamado “Frente Sur” del ESL (Ghouta, Daraa y alrededores), al volver al ejército de Al Assad, quedaron constituidos en el llamado “quinto cuerpo”, que está directamente bajo el mando de Putin. Su comandante en jefe, Ahmed Awoda, viaja periódicamente a Moscú para coordinar cómo siguen aplastando a las masas bajo la bota fascista de Al Assad y Putin.
En el noroeste de Siria se encuentra Hayat Tahrir Al Sham (HTS), antes conocido como Jabhat al Nusra, que gobierna Idlib ciudad y las zonas al norte de esa provincia. También gobierna a la gente por la fuerza, con un aparato de seguridad que aprovecha todas las capacidades materiales y humanas para seguir estando en el poder. Ha acabado con toda oposición organizada como brigada o grupos de activistas, y sofoca a quien se atreva a criticarlo, arrestando incluso a muchos combatientes de la revolución. Por eso muchos revolucionarios han huido fuera de estas zonas que controla. HTS ha formado el Gobierno de Salvación, que es un gobierno civil, pero parte de su régimen. Tiene juzgados civiles y militares, pero todos funcionan bajo el aparato de seguridad, que tiene cárceles secretas y hace juicios sumarios sin justicia.
En el norte de la provincia de Alepo, controla el Ejército Nacional, una unión de las fracciones del ESL que no volvieron a vestir el uniforme de Al Assad luego de entregar las ciudades rebeldes. Aquí el ESL está comandado directamente por Turquía, la cual está ocupando esa zona también con su ejército. Los dirigentes de las fracciones se han convertido en señores de la guerra. Originalmente no son militares, aunque hay también una serie de oficiales que desertaron del régimen que están dentro de estas fracciones. En esta zona hay prisiones secretas, manejadas por la inteligencia turca. No están sujetas a ninguna autoridad más que la de Erdogan y no presentan a los detenidos ni siquiera ante el poder judicial que controlan los señores de la guerra bajo el mando de Erdogan. Llevan adelante la desaparición forzada y se practica la tortura al realizar las investigaciones en la mayoría de los centros penitenciarios.
En el noreste de Siria, la zona donde se encuentra el petróleo en Siria, se encuentran las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF en inglés), encabezadas por el stalinista Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un partido comandado directamente por los Estados Unidos de América, con sus tropas y bases militares desde el lugar. Controlan la justicia, el ejército, y todas las instituciones de esa zona, sean políticas o militares. El control de ese partido se basa en el liderazgo de un sector contra los otros sectores y contra los miembros de su propio sector que no están de acuerdo con su política. Tiene varias prisiones secretas y utiliza la tortura y la desaparición forzada de los detenidos. A esto, todas las variantes de la izquierda reformista a nivel mundial lo han llamado “la revolución de Rojava”, lo han reivindicado como “lo único progresivo en Siria” y lo han llamado a apoyar a nivel mundial, cuando el PKK no es más que la guardia de seguridad de las petroleras yanquis que se roban el oro negro. Ya los resultados están a la vista. El PKK solo fue una fuerza que cercó Aleppo, atacó zonas liberadas, pactó con Al Assad y se puso bajo el comando yanqui para el saqueo de Siria.
Hay fronteras que dividen estas cuatro partes en las que se divide Siria y se ponen impuestos sobre los bienes que pasan de una parte a la otra. Las personas solo pueden pasar de una parte a la otra a través de comerciantes de contrabando de personas. Muchas veces pierden la vida en el intento. Las autoridades buscan evitar el contrabando de materiales de una zona a otra sea como sea, y eso significa, como ya se ha visto, disparar a matar a las personas que intentan conseguir algún ingreso extra ante la hambruna que se vive al trabajar para los comerciantes que buscan saltearse impuestos.
Esta es la Siria partida debido al triunfo de las fuerzas que la izquierda llamaba “progresistas” y “antiimperialistas”. Ellos también son responsables del fascismo, la partición, los millones de refugiados, la hambruna, las cárceles secretas, las desapariciones, torturas y masacres.
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