Siria - 07 de febrero de 2022
Levantamiento por el pan en Swayda, al sur de Siria, en los territorios que controla el fascista Al Assad
El domingo 6 de febrero comenzó en Swayda, en el sur de Siria, un gigantesco levantamiento de los obreros y explotados, que por miles tomaron el centro de la ciudad. El clamor era por la dignidad, contra el hambre, la pobreza y la miseria a los que vienen siendo sometidos por el régimen de Bashar. Afirman que ya pasaron 10 años de revolución y el régimen ya no se aguanta más. ¡Este es un levantamiento por la dignidad! ¡La revolución siria es la revolución por una vida digna! ¡Que caiga el régimen fascista de Bashar Al Assad!
Las fuerzas de represión acudieron a dispersar semejante movilización, la cual se replegó, pero no se doblegó. Al siguiente día volvieron a tomar el centro de la ciudad, interrumpiendo el comercio y las actividades de la oficina gubernamental local, imponiendo un paro en esa zona. También cortaron la carretera que une esa ciudad con Damasco. Se enfrentaron nuevamente a la represión de las fuerzas fascistas de Al Assad, exclamando que no retrocederán, que esta es su lucha por su dignidad, por sus vidas. Exclamaron que volverán mañana con más fuerza.
Una vez más quedan al desnudo todos los engaños de una izquierda que calumnió a las masas llamándolas “terroristas”, “bárbaras”, “atrasadas”, cuando queda claro que los levantamientos son de los explotados contra el régimen fascista de Al Assad, que ellos defendieron como “anti-imperialista”.
El levantamiento en Swayda tiene las mismas demandas de las marchas que vienen desarrollándose en el norte de Siria, en ciudades de la provincia de Idlib o Al Bab, por aumento de salarios y contra los crecientes precios de la electricidad, el pan, los alquileres… y hasta por tener que vivir en carpas sepultadas dos metros bajo nieve luego del intenso temporal de las últimas semanas. Las condiciones de hambre y miseria empujan nuevamente a las masas a ganar las calles. La clase obrera debe ser la vanguardia, poniendo en pie sindicatos, exigiendo salarios a nivel de la canasta familiar y reparto de las horas de trabajo para que haya trabajo para todos.
Solo la clase obrera peleando por sus demandas puede volver a unificar la Siria partida desde la conferencia de Ginebra entre Al Assad, Putin, los generales sunitas de HTS y el ESL bajo el mando de Turquía, y los yanquis que se roban el petróleo de Raqa y Deir ez Zor.
¡Fuera Al Assad! ¡Fuera las tropas yanquis, rusas, iraníes, turcas y todas las fuerzas invasoras! ¡Abajo el pacto de Ginebra! ¡Hay que recuperar el armamento para enfrentar a Al Assad! ¡Hay que desarmar a los generales de HTS y el ESL que en lugar de abrir los frentes dirigen sus armas a imponer un férreo control contra las masas, con un régimen de persecución y cárcel que nada tiene que envidiarle a Al Assad!
¡Hay que poner en pie sindicatos y coordinarse a nivel local y nacional para pelear por salarios dignos, trabajo para todos y terminar con la miseria en una lucha unificada! ¡Hay que volver a poner en pie los comités de coordinación con democracia directa, expulsando a los burgueses locales que pactaron con Al Assad!
Para conquistar una vida digna hay que expropiar a los hombres de negocios que se enriquecieron con la guerra y siguen lucrando con los precios de bienes básicos, a Al Assad y su pandilla, a los bancos, los pozos de petróleo que hoy ocupan los yanquis con sus gurkas de las YPG, y recuperar la riqueza del pueblo sirio.
Esto puede volver a sublevar Daraa, Damasco, y todas las zonas bajo la bota fascista de Al Assad, sostenido por Putin, los ayatollahs iraníes y los mercenarios de Hezbollah. El levantamiento de Swayda no puede quedar aislado como ayer quedó Daraa. Hay que abrir los frentes y expulsar de la resistencia a todo burgués que se esfuerce en honrar el pacto de Ginebra.
La revolución continúa, hasta conquistar la caída del régimen, la libertad y dignidad.
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