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24 de octubre de 2020

Homenaje en el 4to aniversario de la muerte de Abu Al Baraa

 

Desde Colombia

Intervención de Cheo, ex integrante de la Brigada Simón Bolivar, y dirigente del Núcleo Obrero Internacionalista, adherente a la FLTI

“En La Brigada León Sedov sentí que era la continuidad del internacionalismo militante”

 

 

 

Buenas tardes y un abrazo solidario para todos.

Este es un momento muy especial, el  de compartir con todos ustedes este homenaje al camarada Abu Al Baraa.

Todos me conocen como ex miembro de la Brigada Simon Bolivar (BSB), que también fue una respuesta internacionalista. Esta brigada fue impulsada por el PST de Colombia, en apoyo a la revolución que, en 1979, adelantaba el pueblo nicaragüense contra de la Dictadura que imponía Anastasio Somoza Debayle y su familia desde 1934. Esa fue una revolución de la cual se apropió el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) grupo armado de orientación castro-stalinista, que finalmente y luego del triunfo del pueblo nicaragüense, instauró un gobierno de “unidad nacional” encabezado y dirigido por los sectores de la burguesía que fueron antes opositores a los Somoza.
La BSB, más allá del programa y la política totalmente equivocada que tuvo, representó una praxis internacionalista, como la que tuvo el movimiento obrero en la Guerra Civil Española en los años ’30, o la misma Comuna de Paris. Dicha praxis internacionalista se perdió en el proletariado mundial por años, hasta que las masas revolucionarias del Magreb y Medio Oriente, desde el 2011, iniciaron una enorme revolución que conmovió totalmente al mundo. Esta cadena de revoluciones puso en jaque el dominio del imperialismo en la región y a su gendarme fascista el estado sionista de Israel.
Es precisamente la revolución siria la que me llevó a conocer de la existencia de la Brigada León Sedov (BLS). En ella sentí que era la continuidad del internacionalismo militante que el mundo revolucionario había abandonado tras la entrega del stalinismo, en 1989, de los estados obreros ya burocratizados, y luego de la entrega de la lucha por la IV Internacional de los antiguos camaradas del PST-LIT, embelesados en el seudotrotskismo morenista.

Tuve entonces, afortunadamente, ligado a la lucha de clases mundial, contacto con la FLTI-CI, y tuvimos discusiones políticas, las cuales nos permitieron un acercamiento no solo político, sino también organizativa por la necesidad objetiva de fortalecer la política de solidaridad con los revolucionarios de la BLS en la revolución en Siria.
Luego de una muy educativa discusión política, en el desarrollo de uno de sus congresos, la FLTI-CI, me brindó la oportunidad de vincularme a sus actividades internacionalistas, como lo fue el lanzamiento del libro “Siria Bajo Fuego: una revolución ensangrentada” en un evento en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Allí conocí personalmente a Abu Muad, miliciano activo de la BLS, además el honor de poder ser parte de las fuerzas del socialismo revolucionario que luchan por el reagrupamiento y recuperación de las banderas de la IV Internacional, el Partido Mundial de la Revolución Socialista, y su programa de 1938.
Con la premisa de que “la teoría y el programa pasaron la prueba, no así los Trotskistas”, pudimos llegar a un balance común frente a la caracterización de “revolución democrática” de Nahuel Moreno como una concepción reñida con el programa del marxismo y una expresión teórica y programática del menchevismo y el stalinismo, abiertamente etapista, opuesta a la teoría-programa de La Revolución Permanente.

Hoy, hace exactamente cuatro años, caía en combate a manos del tirano Al Assad, nuestro entrañable camarada Abu Al Baraa, luchando por romper el cerco a Alepo, como parte de esa juventud que cuando entra a una revolución no cesa en su combate hasta verla triunfar, aunque eso signifique dejar su sangre en el camino, como planteaba el camarada León Trotsky.
Junto a él, han caído miles de obreros y jóvenes rebeldes que lucharon y murieron defendiendo las ciudades sitiadas y arrasadas por Al Assad, Putin y demás agentes, a cuenta del imperialismo como las ciudades de Homs, Daraya, Idlib, etc., cubiertas con la sangre de lo más heroico y avanzado de esta enorme revolución.  
El camarada Abu Al Baraa, además de combatir diariamente por romper el cerco a Alepo, comprendió que debía pelear por romper el cerco político a la revolución siria, y fue entonces uno de los coautores del libro libro “Siria Bajo Fuego: una revolución ensangrentada” y fundador del periódico “La Verdad de los Oprimidos”, la voz de los socialistas revolucionarios del Magreb y Medio Oriente.
Su comprensión internacionalista de que, para que la revolución pudiera triunfar, no podía quedar aislada, lo llevó a Abu Al Baraa a convertirse en un organizador de la IV Internacional en Siria y uno de los dirigentes de la FLTI- CI.
Él participó, junto a sus amigos y familiares, compañeros de lucha y combate, en la BLS, conformada por voluntarios internacionalistas que llegaron a pelear a Siria confluyendo como vanguardia en ese proceso de guerra civil.
Luchó incansablemente por poner en pie los Comités de Coordinación Revolucionarios y encabezó la marcha a los cuarteles contra los generales burgueses del Ejército Sirio Libre (ESL) y Al Nusra, reclamando que les devolvieran las armas, que escondían al pueblo revolucionario que quería luchar contra las fuerzas contrarrevolucionarias de Al Assad y sus aliados.

La participación de nuestro joven camarada Abu Al Baraa fue un enorme aporte al proletariado mundial como combatiente, estratega, escritor y periodista en el proceso revolucionario que adelanta el pueblo sirio desde el 2011. No solo peleó junto al pueblo que clamaba y sigue clamando: “¡El Pueblo quiere la caída del régimen!” contra el fascista, criminal y dictador Bashar Al Assad, sicario y títere del imperialismo yanqui, sino contra el lacayo del imperialismo Putin, la guardia asesina iraní de los ayatollahs, los mercenarios de Hezbollah, la burguesía kurda y sus aliados estalinistas del PKK y contra el ISIS.
Principista revolucionario, no permitió que su equipo de combate, la BLS, fuera comprada como mercenarios. Esto hizo que un general basura del ESL, amigo del Hezbollah y perro del imperialismo yanqui, lo ubicara para que un francotirador ruso le asesinara de manera vil y traicionera.
Su lucha, la misma del pueblo sirio, tenía un ingrediente importantísimo. Levantaba las banderas de la solidaridad con la revolución mundial y mantenía el ejemplo real para esa lucha por medio del internacionalismo militante. El camarada Abu Al Baraa, junto a sus camaradas y compañeros de lucha, sabía que no era solo su pueblo el que debía combatir contra el imperialismo y la opresión capitalista, sino que esta lucha debe ser parte de la lucha que debemos adelantar por la revolución socialista a nivel mundial.

Con su lucha internacionalista, los socialistas revolucionarios llegamos al Magreb y Medio Oriente, llamados por el fuego de la revolución. Su ejemplo, nos hace comprometernos a levantar estas banderas en cada rincón del mundo en donde haya explotación y opresión en contra de los pueblos. Para ello, Abu Al Baraa tenía clara también la necesidad de un partido mundial para la revolución socialista, que dirigiera y orientara esta lucha.

Entonces, debemos seguir y continuar su ejemplo de lucha incesante, de su coraje en la batalla, de su llamado al internacionalismo militante, en cada calle, en cada barrio, en cada pueblo, en el campo y la ciudad, bajo las banderas de la IV Internacional de 1938, nuestro partido mundial para la revolución socialista.

Abu Al Baraa y todos los socialistas revolucionarios que combaten y caen junto a centenares de miles de obreros y jóvenes rebeldes en la revolución siria, siempre serán un ejemplo a seguir para la lucha internacionalista de la clase obrera mundial, hasta el socialismo.
No habrá olvido ni perdón ante la complicidad de los que silenciaron, calumniaron y entregaron la revolución siria. La izquierda socialimperialista y stalinista, que sostuvieron a Al Assad y al imperialismo, tienen las manos manchadas de la sangre de millones de obreros y campesinos masacrados en el más grande genocidio de este siglo.

Hoy estamos obligados a decir, con toda la certeza:
¡¡¡Camarada Abu Al Baraa, está presente y combatiendo, en nuestros corazones!!!

Gracias compañeros

 


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