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Siria
22 de junio de 2020

Con Al Assad, Putin y Erdogan, bajo el comando yanqui, solo hay mayor saqueo, devaluación de la moneda y una carestía de vida insostenible

Motorizadas por el hambre,
Las masas sirias nuevamente ganan las calles al grito de “El Pueblo quiere la caída del Régimen”

“La revolución del hambre y contra el régimen continúa”

¡Fuera Al Assad y todas las tropas invasoras de Siria!

 

Enormes marchas vuelven a sacudir Siria. Como en 2011, las masas ganan las calles no solo en Idlib, sino ahora también, y principalmente, en las zonas ocupadas bajo la bota fascista de Al Assad, como Aleppo, Hama, Swayda, Daraa y los barrios periféricos de la propia Damasco. El motor vuelve a ser el hambre. La lira siria se ha desplomado, llegando a una devaluación del 100% en menos de una semana, lo que ha hecho aún más caros los inaccesibles precios del pan, té, verduras y alimentos básicos. Por eso se vuelven a levantar los explotados, aún después de 9 años de genocidio y vivir bajo el fascismo que dispara a matar a todo aquel que participe de una movilización.
El pasado 8 de junio, en el primer aniversario de la muerte del héroe de la revolución, Abd el Basset Sarout, (quien fue arquero de la selección nacional), miles de explotados ganaron las calles con su rostro y al grito de “¡el pueblo quiere la caída del régimen!”. Dando inicio así a una sucesión de movilizaciones que se suceden casi a diario en las ciudades mencionadas.

Las masas de Medio Oriente se levantan contra el saqueo imperialista y la hambruna generalizada

La crisis económica mundial viene azotando a los trabajadores de todo el mundo. Ha golpeado duro a los países de Medio Oriente con la caída del precio del petróleo, y esta crisis es descargada sobre las masas, a las cuales han dejado en la peor de las miserias, mientras lo poco que hay es saqueado por el imperialismo. El imperialismo solo ha dejado estados súper endeudados como Líbano y Túnez o Sudán, economías quebradas por saqueo del petróleo como Libia, Siria, Irak, sin dejar un solo dólar siquiera para infraestructura.
Así, la corrupción, el saqueo imperialista en conjunto con los gobiernos locales lacayos del imperialismo, y la constante y acelerada devaluación de la moneda son factores comunes en la región.
Por ejemplo en Líbano, la moneda no hace más que caer en picada, los precios se disparan y la infraestructura colapsa. Es por este motivo que las masas libanesas ganan las calles recurrentemente y chocan directamente con las tropas antiobreras del Hezbollah y el ejército. Cortan las carreteras de todas las ciudades y cercan la casa del primer ministro Hassan Diab, quemando bancos en su camino, puesto que identifican bien al enemigo. Esos bancos son los que les han robado sus ahorros, sus salarios, sus medios de subsistencia.
Pero para los explotados de Siria la situación es aún peor, tras 9 años de masacre y genocidio a manos de Bashar y Putin, a cuenta de los yanquis, con cientos de miles de muertos, millones de desplazados y ciudades devastadas.

La respuesta de la clase obrera y los explotados de Medio Oriente ante tanta catástrofe ya estalló el año pasado, reviviendo las revoluciones de 2011. La clase obrera de Yemen, Sudán, Irak, Irán y el Líbano chocaban una y otra vez con las fuerzas de represión de los estados sirvientes del imperialismo, demostrando que el motor de las revoluciones era el hambre, y que no se podía resolver haciendo reformas democráticas para maquillar los regímenes, que por otra parte ni siquiera fueron tales, sino solo un rodeo para volver al fascismo y los regímenes autoritarios y dictatoriales, como lo vemos en Egipto.
Luego de una interrupción en momentos en que se decretaban cuarentenas por la rápida expansión de COVID-19, hoy vemos que estallan nuevamente Líbano, Siria, Irak, Palestina…

Han salido a las calles la clase obrera de los países centrales, los aliados de los explotados de Medio Oriente

Los levantamientos en el corazón de los estados imperialistas son una bocanada de aire fresco. Son el aliado que tanto ansiábamos y esperábamos que salga a la lucha. Con ellos golpeamos directamente a los que comandan la ofensiva genocida en Siria y saquean todo Medio Oriente.
Los chalecos negros en Francia, que son los esclavos del Magreb y África entran en combate. La clase obrera de negra y latina en el corazón de la bestia imperialista yanqui rodean la ciudadela del poder en combate contra los patrones que lejos de importarle la salud de sus trabajadores los obligaban a trabajar incluso bajo la amenaza del Coronavirus, dejándolos totalmente expuestos sin equipos de protección personal y enviados a limpiar todos los residuos y material infectado. Sus muertos se encuentran por miles en fosas comunes. Es que los obreros negros caen como moscas junto a inmigrantes y chicanos mientras los burgueses huyen a sus mansiones. Y esto sucede en el país más rico del mundo.
El maltrato policial fue el detonante de la actual oleada de luchas que comenzaron en Minneapolis luego que la policía asesinara al afroamericano George Floyd. Las ondas expansivas han golpeado a España, Inglaterra, Alemania, Grecia, México, Brasil, por mencionar algunos.

Estas jornadas revolucionarias han puesto en crisis al comando central yanqui y esto repercute directamente sobre las naciones que Estados Unidos oprime y saquea, como Siria, donde tiene bases militares y tropas puestas en el terreno, como también en Irak.

Así, esta lucha en EEUU y crisis del imperialismo, sumado al hambre que se sufre en Siria, combinado con la crisis que se ha abierto entre los clanes que componen la burguesía alawita quienes gobiernan el país abriéndose divisiones entre ellos, han sido el detonante para que los levantamientos en la zona ocupada por Al Assad, tanto en el corazón de Damasco como en Swayda, cuya población pertenece a la etnia drusa, que mantenían un pacto de no agresión con Bashar desde el 2011.

Las expectativas de quienes luchan en territorios liberados contra la miseria y se enfrentan a los gobiernos de las burguesías locales como también contra las tropas de ocupación turco-rusas han crecido exponencialmente al ver que sus mejores aliados, la clase obrera norteamericana, se levanta y enfrenta en su propia casa a los saqueadores de medio oriente y el mundo. Quienes han sabido resistir y mantenerse en pie las ultimas trincheras de la revolución, como las masas rebeldes de Idlib, los partisanos de la revolución que no se detiene ni por un instante, ponen saben que el triunfo de la revolución puede venir si estos levantamientos por el hambre en toda Siria, hermanados con las masas del Líbano e Irak, que enfrentan a sus regímenes y las transnacionales imperialistas que saquen la región, se coordinan con los de Estados Unidos y Europa.

La Ley Cesar, la herramienta de una transición para sacar a las masas sirias de las calles y afianzar el control del imperialismo en Siria

El imperialismo yanqui acaba de anunciar que dará inicio a la aplicación de la denominada “Ley César”, que fue una ley votada en el congreso norteamericano la cual dictamina una serie de sanciones al régimen de Al Assad. Es en definitiva un mandato que “pondría en su lugar” a los agentes que masacraron en Siria, ya que los “juzgaría” por crímenes de guerra (con una parodia de juicio donde se salvarían todos los generales y oficiales genocidas) para sacarlos de Damasco. Dejaría también sin efecto los contratos millonarios armamentísticos con el gobierno de Rusia, haciéndole saber a Putin que su rol es de sicario, es decir, que está para masacrar a las masas y no se puede quedar con ningún negocio.
La Ley César se aplica luego de 9 años y medio de dejar que Bashar masacrara la revolución siria, dejando claro que fue EEUU quien coordinó la contrarrevolución con los pactos de Ginebra, Sochi y Astana.
Desde diciembre del año pasado el gobierno de Trump amenazaba con aplicar la Ley César, buscando el momento oportuno para iniciar la transición ordenada a un gobierno que en Siria de garantías para los colosales negocios post guerra que el imperialismo tiene en mente. Sin embargo ese momento jamás sucedió pues los explotados en Siria no dejaron ni por un segundo de movilizarse, a pesar y en contra de HTS, o los bombazos de Bahsar y Rusia, o bien la represión brutal del ejército de ocupación turco. Una y otra vez cortaron la ruta M4, impidiendo que se aplicara el pacto de Sochi de partición de Siria, y demostrando que en Idlib la revolución seguía resistiendo en su última línea.
Ahora, el hambre golpeó y las masas volvieron a las calles, en momentos que Líbano e Irak se encuentran sublevados. Se le hace imperioso al imperialismo yanqui controlar la situación. Es por eso que ahora anuncian la aplicación de la Ley César, la cual es festejada por toda la burguesía sunita democrática, para montar un mecanismo de engaño democrático para correrlas de la lucha contra Bashar, contener la situación hasta que el alto mando norteamericano crea que sea suficiente para poder remplazar a Al Assad.

En medio de éste peligrosísimo engaño, una corriente de la izquierda reformista de Argentina ha reivindicado al imperialismo y le ha asignado un rol liberador. Ha salido a anunciar que el Kurdistán se ha liberado gracias a la intervención del imperialismo. Entonces, si es así, cualquier sirio sacaría la conclusión de que ahora habría que apoyar la Ley César porque los yanquis serían capaces de liberar al pueblo sirio de Al Assad.
Nuevamente el PTS hace de vocero de lo que afirma toda la izquierda mundial cuando reivindican a “Rojava” silenciando el rol del imperialismo yanqui allí. Esta pequeña secta nacional argentina tiene el “mérito” de decir abiertamente lo que todos traían entre líneas y ninguna se atrevió a decir.

Estamos ante un plan de asentar el cementerio de la revolución siria, un protectorado en el cual el imperialismo saquee impunemente y un punto de apoyo de la contrarrevolución para aplacar a las masas de Medio Oriente. La izquierda reformista, una vez más, sosteniendo la acción contrarrevolucionaria del imperialismo y sus agentes.

Pero aún no está dicho que esto sea así. Es que el hambre es una necesidad imperiosa y eso no podrá resolverlo la Ley César, pues es el imperialismo y su saqueo es el principal responsable.

Llamamiento desde la resistencia de Idlib a retomar el camino de la revolución del 2011

Por eso hoy, cuando la revolución vuelve a avivarse, debemos llamar con suma urgencia a un gran CONGRESO NACIONAL de delegados para unificar a los revolucionarios, a los trabajadores que se sublevan en las zonas de Al Assad, a los refugiados que vienen resistiendo las peores penurias, abandonados por la izquierda mundial frente a los cañones del imperialismo y sus lacayos. ¡Que se ponga en pie un gran Shora o Majlis de obreros y campesinos que coordine las movilizaciones tanto en territorios liberados, como territorios ocupados contra Bashar, para conquistar el pan, la tierra y la libertad!
¡Que caiga Al Assad! ¡Fuera todas las tropas invasoras!
Debemos abrir los arsenales y poner a disposición cada bala, cada fusil, para poder triunfar en nuestra lucha contra el régimen y sus tropas mercenarias. ¡Hay que volver a poner en pie los comités de coordinación de la revolución con democracia directa y recuperar las armas para el pueblo!
¡Hay que expropiar con suma urgencia a quienes hacen negocios y se enriquecen con el sudor y sufrimiento de las masas! En momentos donde al obrero no le alcanza para comprar nada es cuando se debe expropiar todo.
Es fundamental poner en pie un gobierno de combatientes y trabajadores pues una vez recuperados los territorios, millones de explotados deben volver a sus tierras y reconstruir sus hogares.

Hay que cortarle la cabeza a la serpiente assadista que está en Damasco, expropiar los bancos, la tierra y la riqueza que nos robaron, comenzando por las petroleras que nos saquean. Allí está el dinero para reconstruir las viviendas y tener pan y una vida digna, como se reclamaba en 2011 y se sigue reclamando ahora.

Así debemos conquistar un plan obrero de salida a la crisis que nos han largado, para tener pan, la tierra para los campesinos y el conjunto de las demandas de los explotados.

¡Abajo el pacto de Ginebra-Sochi! ¡Fuera los invasores de nuestra tierra!

Llamamos a la clase obrera turca y sus organizaciones a ponerse a la altura de la situación y enfrentar a Erdogan, que es el garante del saqueo sirio y quien le cuida las fronteras de guerra a Bashar para que las masas no avancen.
Llamamos a la clase obrera en Líbano que enfrenta al régimen y a Hezbollah a unificar nuestros combates. Como bien lo distinguen los explotados en sus marchas, en los bancos, en los paraísos fiscales, está la plata que han saqueado al pueblo. ¡Hay que expropiar los bancos para resolver nuestras demandas!
La clase obrera kurda, que quedó sometida al pacto del PKK con Al Assad y los yanquis, debe romper el sometimiento a sus verdugos y volver al frente de la revolución, para triunfar en su lucha por la autodeterminación, rompiendo con la burguesía kurda.

Como dicen nuestros hermanos Chalecos Negros en Francia, “¡El miedo cambió de bando!”. Como gritan nuestros hermanos oprimidos en EEUU “Sin justicia no habrá paz”… en Siria, sin justicia por nuestros mártires, sin que se vaya Al Assad, sin liberar a los presos, sin que haya una vida digna, no habrá paz, como no la habrá en Líbano mientras los bancos se sigan robando la plata y mientras el FMI y el imperialismo siga saqueando nuestra nación, o como no la habrá en Irán, donde los ayatolas viven como reyes mientras el pueblo vive como mendigo. No puede haber paz si no derrotamos a  los ocupantes sionistas y conquistamos una Palestina libre, laica democrática y no racista.
No puede haber paz si no expulsamos al imperialismo y todos sus agentes de Medio Oriente, liberamos a todos los presos, y recuperemos las riquezas para los explotados. Solo así tendremos una vida digna.

Abu Muad y Abu Muhajer

 

Nuevamente sobre la bancarrota del PTS en la revolución siria

UNA CITA TEXTUAL VALE MAS QUE MIL POLÉMICAS

En momentos en que la clase obrera y los explotados norteamericanos acorralan al régimen de los republicratas, el PTS le dice a los obreros del mundo que de la mano de las tropas imperialistas yanquis se conquista más democracia y autodeterminación para los pueblos oprimidos.
Hemos realizado decenas de polémicas contra la izquierda mundial a propósito de la revolución Siria y de todo el Magreb y Medio Oriente desde su inicio a fines del 2010 hasta la fecha. En esta oportunidad nos abstenemos de entrar al debate y citamos textualmente un artículo del PTS publicado en 'Ideas de Izquierda' para que cada obrero revolucionario, cada luchador antiimperialista, cada joven y cada mujer trabajadora, saque sus propias conclusiones.
La experiencia de Rojava y Kobane en Siria, donde las milicias kurdas lograron una virtual autodeterminación durante algunos años gracias a una alianza táctica con las tropas norteamericanas, fue una de las experiencias más democráticas y radicales de todo el Medio Oriente, por su carácter secular y el rol de las mujeres en la organización militar se convirtió en los principales enemigos del Estado Islámico en la región. Este paso en la lucha histórica por su autodeterminación nacional fue aplastado en 2019 por la intervención criminal del ejército turco en el norte sirio. Este ataque asesinó a miles de aldeanos y desplazó a millones, ante la mirada cómplice del supuesto aliado de las YPG Donald Trump, que en una conversación telefónica negoció y entregó “en bandeja” los kurdos a Erdogan
https://www.laizquierdadiario.com/A-diez-anos-de-la-Primavera-Arabe-revolucion-contrarrevolucion-y-revueltas-en-Medio-Oriente-y-norte?utm_content=bufferbfb40&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
La dirección del PTS a contramano de la clase obrera y los explotados norteamericanos. Cuando éstos, enfrentando a la burocracia sindical de la AFL-CIO (inclusive quemando sus locales), combaten por deshacerse de todo rasgo de esclavitud de ayer y de hoy, derribando las estatuas de sus esclavistas y ponen en jaque a sus verdugos republicanos y demócratas... cuando se ponen en pie los aliados indispensables de los pueblos oprimidos que pueden derrotar al imperialismo desde adentro...
La dirección del PTS no sólo quiere que los esclavos no rompan los grilletes de la dominación imperialista yanqui, sino se los ajusta diciendo que de la mano de sus tropas imperialistas un pueblo oprimido, como es el pueblo kurdo, puede liberarse. El programa del PTS como parte de la Nueva Izquierda, es una ruptura abierta con la teoría de Revolución Permanente de León Trotsky. Este en la tesis 2 plantea lo siguiente: “Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que la resolución íntegra y efectivamente de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando este el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de sus masas campesinas”.
Como vemos, aquí queda bien plasmada la ruptura del PTS con el programa del marxismo revolucionario. Jamás un pueblo oprimido puede lograr su autodeterminación con el imperialismo yanqui. Justamente es al revés, solo la clase obrera acaudillando la lucha de todos los sectores explotados de la nación y luchando contra el imperialismo, podrá lograr la emancipación nacional.
Mucha sangre se derramó en la heroica revolución siria y en los combates de las masas de medio oriente. Más de 600 mil muertos y millones de refugiados, como para que estos (anti)socialistas puedan plantear semejante aberración. Un verdadero insulto para los pueblos oprimidos del mundo que pelean contra el imperialismo yanqui. Por favor no ensucien más las limpias banderas de la IV Internacional.

César Manuel y Ricardo Alsina

 

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